Fantasmas de Salem: La niña d...

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Lauren Jauregui se muda junto con su prima al pequeño pueblo llamado Fairchtown en donde extraños sucesos y a... More

Prologo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11

Capitulo 6

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-Perdonen, chicas. Creo que ayer estaba muy cansada, terminé durmiendo sin prepararles la cena-Clara Jauregui sonreía mientras servia el desayuno en el plato de su hija.

-Descuida mamá , no hizo falta-los ojos de Lauren miraron brevemente a su prima.

Alex estaba revolviendo los huevos con bacon con el tenedor, ayer no había dormido muy bien y por lo que le había mencionado su prima ella tampoco. Pero Alex, no se sentía agotada físicamente, pocas horas de sueño nunca le habían afectado, el problema era el gran trauma emocional que tenía.

Clara tarareaba un poco mientras enjugaba los trastes en el lavabo, su cabello castaño sujeto en una cola, lucia muy tranquila. Distraídamente encendió la pequeña televisión que había sobre el refrigerador, estaba en las noticas matutinas.

-Durante altas horas de la madrugada se ha asaltado el SuperMercado Money Cafer, no hay evidencia de la falta de algún producto en el almacén y tampoco las ganancias en la caja registradora. Se ha encontrado a Maria Cortez, una de las conserjes nocturnas del local, sin signos vitales en uno de los frigoríficos. Se cree que sigue el mismo patrón que los casos anteriores, prosigue la creencia de que posiblemente la policía local este tratando con un asesinó serial. Se recomienda estar dentro de sus domicilios antes del anochecer y mantener seguridad en las entradas o ventanas del hogar-fue lo ultimo que dijo la entrevistadora antes de dar el reporte del clima.

Alex tragó pesadamente el bocado de comida por la garganta, ya todos oficialmente sabían. ¿Podrían relacionarlas con la escena del crimen? Le preocupaba un poco, ayer habían salido tan precipitadas que ni se molestaron en borrar sus huellas.

"No creo tener tanta suerte"sus pensamientos estaban a mil.

-Dios mío, suponía que huíamos de la gran ciudad para evitar accidentes o situaciones cómo esta-Clara se había apoyado de la encimera, pasó una mano por su rostro -. Las quiero en casa antes de las seis, es más seguro.

Alex y Lauren se miraron, pero se limitaron a asentir. La chica de ojos miel subió el cierre de su chamarra hasta el tope, comieron su desayuno y salieron a la calle.

-¿Mike no está para llevarnos?-preguntó Alex acomodando su cabello por el viento.

Lauren miró hacia la casa y después negó, usaba un jersey de manga larga y se veía un poco paranoica por ocultar sus brazos, halaba los puños de las mangas hacia adelante.

-No creo y no quiero molestar a mamá...-miraba hacia la casa de Camila, Alex pensaba que tal vez quería ver como estaba la chica.

-Debe estar bien-dijo intentando referirse a la morena de ojos chocolate -. No tan bien, pero mejor que nosotras tal vez.

-Sobre lo de ayer...-comenzó pero Alex la detuvo.

-No quiero hablar sobre ese tema, el momento de confesiones sobre una típica adolescente se esfumó-sonrío un poco para hacer creíble su comentario.

Lauren la miró, a Alex le hacia sentirse incomoda.

-Mejor vamos caminando-ofreció la chica de ojos miel y Lauren la siguió.

En todo el camino no hablaron, Lauren escuchaba música con sus audífonos mientras Alex veía constantemente al cielo. No quería recordar la noche pasada, fue una experiencia muy extraña, como su cuerpo había reaccionado al peligro incluso antes de verlo. La sangre, todo el pasillo del súper apestaba a sangre muerta con un toque de el olor frito de los nuggets congelados. No era muy apetecible, Alex pensaba que duraría un buen tiempo sin ingerir comida rápida.

Mientras iban por el camino algunas patrullas policiales bajaban hacia el centro, debían de estar yendo a la escena, llevaban las luces intermitentes encendidas, estaban con prisa.

El aparcamiento del instituto estaba repleto de personas, todos sentados en sus autos o en las mesas alzándose los móviles, o hablando entre ellos.

-Parece que las noticas vuelan en este pueblo-comentó Lauren.

Ya todo el mundo sabía sobre el segundo asesinato en Fraichtown, lo que no imaginaban era que ellas habían sido las primera en enterarse. Las que encontraron el cuerpo.

-Wow, es increíble que aún a altas horas de la mañana pueda tener energía en la lengua-había cierto matiz de amargura en la voz de Lauren.

Alex vio hacia donde ella veía, allí estaba sobre una de las mesas, Camila Cabello sentada en las piernas de su novio dandole besos. Alex arrugó la nariz por tanto afecto público, no parecía nada afectada por lo de anoche.

-No puedo creer que no se aburra-comentó y Lauren simplemente se encogió de hombros, apartó la mirada y siguió caminando.

Alex la siguió un poco extrañada por su actitud.

Mientras iban entrando al edificio Camila las vio, de inmediato se escabulló de los brazos de su novio y se colgó la cartera al hombro.

-¿A dónde vas, cariño?-Austin observaba como Camila buscaba a Sofía.

-A un lugar-la morena estaba apurada ya que había visto a Lauren y a su prima entrando -. ¡Sofía, vamos!

La rubia estaba sujetando su cabello en una trenza y asintió mientras las dos iban tras las chicas.

Alex estaba hablando con Lauren sobre volver a ir al Club del Miedo durante el almuerzo.

-Hay que hablar con Troy, Lauren-repitió por segunda vez mientras estaban frente al casillero de la ojiverde.

Lauren seguía guardando sus libros y dando miradas de reojo a su prima.

-Supongo, pero creo que Troy debe seguir enojado con nosotras-suspiró y Alex pensó que lucía muy cansada, habían una ojeras bajo sus ojos -. Primero busquemos a Vero.

-¡Bien! Vamos-pero en ese momento la mano de Camila cerró la puerta del casillero muy rápido, logrando un estruendo metálico.

-¡Oye!-dijo Alex que se había asustado un poco y Lauren también parecía sorprendida -. ¿Que sucede si dañas la puerta? La vas a pagar tu, ¿Verdad?

Camila sonrió un poco pero estaba observando fijamente a Lauren, Alex bufó por la falta de atención que recibía

-No hables tonterías, Morgado-Sofia estaba tras Camila y se cruzaba de brazos.

Alex le prestó atención con más detenimiento, vestía casi igual que ayer anoche sólo que unos tocones remplazaban las botas. El cabello dorado en una trenza y el delineador en sus ojos que resaltaba el color azul de ellos, sus labios rosados, Sofía era más bajita que Alex pero el calzado le daba puntos. Alex se quizo morder la lengua el ver que estaba a punto de soltarle a Sofía Price lo extremadamente hermosa y tierna que lucia.

"¿Acaso eres idiota o que, Alex?"se decía ella misma.

-Buenos días, Cabello, ¿Qué quieres?-Lauren le hablaba con voz formal, casi parecía glacial.

-No hay nada de bueno este día, Jauregui. Queremos una explicación concreta sobre lo que sucedió anoche, el por qué  estaban buscando el cuerpo en la morgue y como un gato te llevó hasta un cadaver-Camila movía las uñas contra el metal del casillero -. Y quiero algo mejor que los supuestos caza fantasmas que son.

A pesar de lo niña mimada que era Camila a Alex le caía un poco bien, mejor que Sofía claro.

-Espíritu. Y no estoy segura de tener la autorización para contarte, Cabello-Lauren sonrió inocentemente antes de darse la vuelta y caminar -. Vamos, Alex.

"Vaya, Lauren esta cabreada ¿Habrá despertado con el pie izquierdo?". Igual siguió a su prima.

-¡Aun no he terminado, Jauregui!-escucharon el grito de la castaña mientras entraban a un salón.

Llevaban media hora de clases y todos en susurros hablaban sobre la notica de ultimo momento, el profesor de literatura estaba gastando su aliento en vano.

A Alex no le interesaba escuchar más sobre la "Gorda Congelada del Super", ella la había conocido ayer anoche y tampoco la abandonó ni en sus sueños. La ojiverde lucía  agitada, miraba el reloj cada tanto para verificar la hora.

Seguro ya quiere ir a ver a Troy, que impaciente. Negó con la cabeza al ver el estado de su prima.

-¡Lauren,espera!-prácticamente tuvo que salir corriendo tras ella cuando se escuchó la campana.

-¡Vamos, Lex, no tenemos todo el día!-estaba siguiendo sus pasos y sabía que se dirigían al salón que servía como cede del Club.

Estaban entrando al pasillo que las llevaba al lugar, cuando nuevamente las voces inundaron la cabeza de Alex, fue tan fuerte la intensidad que perdió el equilibrio y tuvo que buscar apoyo en la pared.

-Lau...Lauren, espera-dijo con un pequeño hilo de voz, colocando una mano en su pecho.

El corazón le latía violentamente, las voces gritaban, alguien las estaba alterando.

-¿Estas cansada? Si no hemos corrido mucho...-Lauren dijo acercándose un poco, su prima levantó la mano pidiendo espacio -. Esta un poco sudada.

-Algo...o alguien aquí los esta molestando-cerró los ojos, las voces no se escuchaban tan lejos, lo que sea que estuviera lastimándola estaba cerca -. ¿Que puede ser?

Lauren pestañeó un poco, claramente preocupada y alterada por las palabras de su prima.

-Me estas comenzando a asustar, Lex-pero sacudió la cabeza decidida a escuchar las palabras de la castaña, intentar entenderla -. ¿Quién?¿Que voces, Alex? Intenta explicarme ...

Alex sacudió la cabeza, estaba con los pensamientos en otra parte.

-¿A donde pensaban ir ustedes?-Camila y Sofía aparecieron sorpresivamente por el pasillo, parecían haber estado siguiéndolas hace minutos.

-Ahora no, Cabello, no estoy de bromas-siseó la ojiverde lanzando una mirada de advertencia a Camila.

La chica de ojos chocolate sonrió con inocencia, fue hasta las dos chicas taconeando mientras se pavoneaba.

-No me importa, ustedes se traen algo entre manos y por lo de anoche también nos concierne-fue hasta donde Lauren tocando ligeramente su hombro con su dedo -. ¿Escuchaste?

Lauren apartó su mano un poco irritada.

-No entiendes nada...

-Morgado, ¿Qué te sucede?-Sofía fue la única de las dos que se percató del rostro de Alex.

La castaña respiró unas cuantas veces, estaba derrochando toda la energía de su cuerpo, con mucho esfuerzo logró ver unos ojos azules y una cabellera rubia.

Sofía, es Sofía. Logró identificarla.

Sus ojos fueron hasta la puerta al fondo del pasillo, la del Club, de ella emanaba una fuerza invisible que estaba logrando los chillidos de las voces en su cabeza.

-Allí, vamos-como pudo sujetó la muñeca de la rubia mientras la jalaba suavemente para que la siguiera.

-¿Pero qué haces, Morgado? Estas loca, luces como una enferma-dijo Sofía refiriéndose al rostro pálido de la castaña, pero no hizo ningún esfuerzo por soltarse de su agarre.

-¡Eh! ¿A donde van?-Camila preguntó a su amiga pero la chica de ojos azules negó con la cabeza, ella tampoco sabia.

Lauren asintió mientras iba tras Alex y Sofía, al parecer quería ir a Club.

-La puerta, Price, la puerta-le indicó la castaña a la chica deteniéndose un poco frente al marco de entrada, la cabeza le iba a explotar.

Sofía la miró sin saber que hacer, señaló la puerta del Club.

-¿Quieres que la abra?¿Es eso?-vio a Alex asentir y luego respiró profundo -. Mas te vale que no sea una broma, Morgado.

Lauren, un poco preocupada de que las dos animadoras descubrirán el Club del Miedo, gritó que lo no hiciera. Se escucharon algunos golpes detrás de la puerta y después se prendió la luz, Sofía parpadeaba confundida.

-¿Pero qué demonios?-y sin más giró la perilla.

En el momento en que Lauren gritó, lo que sea que estuviera pasando en el salón del club se había detenido, Alex podía aclarar su mente ya que las voces también se habían callado. Estaban tranquilas, como suave susurros.

-Vaya, ¿Qué es esto?¿Una secta?-la castaña escuchó la voz escéptica de Sofía, miró sobre su hombro impregnándose de su champo.

-¡Otra vez ustedes!-Troy estaba levantándose del suelo con una cara de orto.

Secta,era la palabra adecuada, parecía un circulo de espiritualismo. Una lona negra cubría el suelo donde también estaba sentada Verónica, sonriendo a las chicas, en el centro había un circulo conformado únicamente por velas y, en medio de la circunferencia, una estrella de David con algunos símbolos extraños en las esquinas.

Parecía la película del exorcista, no le sorprendería si la cabeza de Troy comenzaba a dar vueltas mientras burbujeaba espuma por la boca.

-¿Que intentan?¿Invocar a la niña paliducha o hacer una llamada sin cobrar al inframundo?-a pesar del sarcasmos en la voz de Alex ella estaba un poco seria.

Tal vez esta pequeña sesión de espiritualismo, solo tal vez, era la que había logrado atormentar a las voces en su cabeza. Lo cual no era normal, Alex aun tenía la esperanza de que todo fuera producto de su imaginación.

-La verdadera pregunta es, ¿Que hacen ustedes aquí y con ellas? De nuevo-cerró los ojos mientras frotaba su sien, en su cuello volvía a estar el collar de perlas negras que le había visto la primera vez.

-Troy...¿Qué es todo esto?-Lauren y Camila estaban llegando, las dos se amontonaban tras Alex y Sofía para ver mejor el salón.

-Lo sabia, son frikis-Camila habló pero parecía impresionada con las estanterías, repletas de tarros de líquidos raros, en toda la habitación.

-Eso o son vendedores de velas ¿Que estaban haciendo?-Alex entró más calmada, sin permiso de Troy, y tomó asiento en una de las sillas de la mesa.

El Club estaba más ordenado que la ultima vez que vinieron, ahora sólo habían unos archivadores sobre la mesa, en donde Alex sospechaba, que habían un montón de fotos y documentos forense como la carpeta que le había dejado Verónica.

-¿Quién les dio permiso a entrar?-Troy preguntó indignado por la forma de actuar de la castaña.

-Nosotras, ahorita mismo-Sofía resopló mientras las otras dos chicas entraban junto a ella, Lauren cerró la puerta.

-¡No pueden si no son del club!-el chico revolvió su rubio cabello dejándolo en punta.

-Yo las autorizo-Verónica sonrió a las chicas, su mejor amigo la fulminó con los ojos -. Oye, ellas podrían ser de ayuda, además necesitamos compañía. Te vas a volver loco hablando con el aire.

-Todo esto ¿Estaban intentando......llamar a algún espíritu?-Lauren reconocía el ritual, siempre salían en las series cliché.

-Algo asi, no creo que haya sido de mucha utilidad-Troy se encogió de hombros, después miró a Camila -. Ustedes, ¿Como acabaron encontraron en salón?

La castaña sonrió mientras señalaba a Lauren tras ella, con el pulgar.

-Seguimos a Jauregui y a Alexandra-le dio una mirada a Sofía, la rubia estaba mirando el extraño comportamiento de Alex.

La otra castaña movía las piernas nerviosamente sobre el suelo, jugaba con sus dedos y aun después de escuchar todo en calma seguía preocupada. Sofía, decidiendo si tocar el tema de lo que sucedió a fuera o no, asintió dandole la razón a Camila.

-Las idiotas de Jauregui y Morgado no son muy listas-vio los ojos azules del chico relampaguear, sonrió.

Troy resopló apagando las velas y dándolas a Vero para guardarlas en una caja.

-Son unas inútiles, les han dejado seguirles dos veces-indicó.

-Puede que haya una tercera-la latina le dijo a su amigo, intentaba razonar con el -. Para evitar más sorpresas inesperadas, como esta, ¿No es mejor contarles de una vez?

-Creo que tu amiga es muy inteligente-Sofía dijo asintiendo.

-¿Y qué sucede si no quiero?-las retó el rubio.

Camila, aun con una sonrisa en sus labios, arrastró una silla a donde estaba ella antes y se sentó. Sofía fue hasta la mesa, cerca de Alex, y se recostó ligeramente del borde.

-Pues tendrás que querer, de aquí no nos vamos hasta saber que tienen que ver ustedes con lo que sucedió anoche-dijo muy decidida jugando distraídamente con su cabello.

Troy colocó las manos en su rostro, soltó una maldición muy bajito, dio unas tres vueltas en el salón y al final terminó asintiendo.

-Me gustan los chicos que colaboran-Camila parecía satisfecha con ella misma, Lauren rodó los ojos

-A ti te gustan todos los chicos-murmuró con ironía pero para su mala suerte la chica de ojos chocolate la escuchó.

Camila levanto ligeramente el rostro, para verla, mientras arrugaba el ceño.

-¿Que dijiste, Lern?-soltó ese extraño apodo, sonrió al ver a Lauren bufar.

-¿Cómo me dijiste?-preguntó intentando no mirarla mucho.

Alex veía la escena tan atenta como los otros, volteaban la cabeza de una chica a la otra conforme fueran hablando.

-Lern, tu nombre es muy largo y raro, me gusta más ese-lo dijo como si fuera obvio y Lauren no pudiera opinar.

-No me digas así, no me gusta-volteó la cabeza hacia Troy -¿Qué nos ibas a explicar?

-Algo sobre los fantasmas, señorita Scooby Do-río Camila y Alex la observó con más  atencion.

Estaba cabreando a su prima y también al resto, casi igual a cuando hablaba Alex.

Listo, perdona prima pero soy Team Camila. Pensó riendo un poco al imaginar el rostro que tendría Lauren si se lo decía.

-Morgado-la chistó Sofía, llevaba rato viéndola reír sola -. Deja de ser tan rara y escucha a tu amigo friki.

-No escucho nada, solo una molesta mosca-fingió que no escuchaba a la rubia y antes de que ella pudiera reclamar le habló a Troy -. ¿Como decías?

El chico sacudió la cabeza, era obvio que Alex no le estaba prestando atención.

-Les estaba diciendo a las chicas lo mismo que les expliqué a ustedes-tomó una reparación antes de seguir -. Nosotros estudiamos e intentamos demostrar la existencia de los espíritus con relación a estos homicidios.

Camila asintió un poco intrigada, Sofía arrugó la nariz.

-¿Y por que alguien querría gastar su tiempo libre en eso?-era muy lógica la pregunta.

Troy volteó los ojos nervioso, parecía un poco incomodo con el tema.

-Eso no tiene importancia, pero es un trabajo que requiere discreción absoluta y que las dos chicas populares del instituto...-señaló a Camila y a Sofía -. Se enteren no es muy buena estrategia.

Camila colocó una mano en su pecho, con falsa indignación.

-¿Crees que yo diría algo sobre su club de frikis?-pestañeó inocente.

Los cuatro chicos miraron con dudas a las dos animadoras, Sofía bufó irritada dandole un golpecito en el hombro a Alex que parecía mirarla con acusación.

-¡No soy una chismosa!-se defendió la rubia, echó su cabello hacia atrás dandole un aspecto muy atractivo.

¿Cómo hará eso? Algún método o acondicionador...tal vez.

Alex alejó sus pensamientos del cabello de Sofía y sonrió un poco, casi con sarcasmo.

-No eres chismosa pero si una niñita metiche-alzó la mano cuando vio que iba a decir algo - No me lo niegues, por algo nos seguiste ¿No?

Sofía no dijo nada, pero que estaba enojada era muy obvio, Alex por alguna razón disfrutaba sacarla de sus casillas.

-Bueno, el punto es que, necesito  que no digan nada a nadie....si el director se enterara estaríamos en problemas-Troy rascaba su cabeza, parecía un poco preocupado por que alguna de ellas se fuera de la lengua.

-Muchos problemas, los documentos que tengo sobre el caso son copias de los archivos confidenciales de la oficina de mi papá, por cierto-Verónica colocó las dos manos en su cintura.

Lauren planeaba decir algo, Alex no sabría decir que era ya que la chica de ojos chocolate la interrumpió.

-Descuida, estaremos más  calladas que un muerto-hizo el ademán de tener un cierre en sus labios, al ver el rostro serio de Troy y Lauren arrugó la nariz -. ¿Un chiste de mal gusto, supongo?

-¡Que va!-Alex se dejó reír sinceramente por primera vez desde que despertó esta mañana -. Oye, no todas son irritantes, podrían entrar.

Le dio un guiño a Troy y el se le quedó viendo serio, Camila sonreía orgullosa.

-¿Con "no todas" a que te refieres?-Sofia se colocó frente a ella con los brazos cruzados.

Alex le sonrió con malicia e hizo la misma seña que Camila, callado como un muerto.

-Igual, ¿Quién ha dicho si tu puedes permitir su admisión o no? Tu tampoco está en el club, Morgado.

-¿Después de nuestros dos casi encuentros con la muerte no me aceptan?¿Cuáles son tus requisitos para entrar?-abrió los ojos mirando al chico mientras le sacaba la lengua y señalaba a su prima -. Loren puede hablar con gatos y fue la primera en ver a nuestra niña, deberías estar agradecido por tenernos, ingrato.

Lauren negó con la cabeza mientras todos la miraban, se jalaba el cuello del jersey.

-No "hablé con el", en el sentido de la palabra, sólo  que....-sacudió la cabeza, un poco desconcertada -. Sólo que parecía querer ayudarme.

Nadie dijo mucho.

-También tiene una obsesión sobre que el gato la acosa durante la noche, dime, ¿Qué más quieres para dejarnos entrar?-Alex se levantó de la silla cruzando los brazos sobre su cabeza, estirándose.

Troy parecía rendido, Veronica río un poco mientras que Sofia y Lauren no le encontraban la gracia a las palabras de la castaña.

-No queda más remedio, ya saben mucho-Troy dijo mientras Alex sonreía, pero después entrecerró los ojos -. Ya que entramos en el tema del del gato de Lauren...

-No es mi gato-corrigió fastidiada la ojiverde.

Troy la ignoró completamente.

-Hablemos sobre ti, Alex-intercambio miradas con Vero, Lauren también asintió levemente.

Alex había formado una leve idea de a lo que se referían, pero deseaba estar equivocada.

-No entiendo de que hablas ¿Sobre mi?-se señaló hacia ella misma.

Lauren colocó una mano en su hombro,justamente ella quería hablar sobre ese tema con su prima.

-De eso quería preguntarte, has...estado actuando un poco raro, Lex-le habló con toda la delicadeza del mundo, Alex frunció el ceño -. Desde aquella noche en los matorrales, siempre podías saber las cosas antes de que sucediera, ayer en el súper ¿Que te sucedió?

Alex sintió un vuelco en la corazón, si era el tema del que esperaba nunca hablasen. ¿Por qué siempre tenía tan mala suerte? Ella no estaba dispuesta hablar de este tema, era extraño y la hacia sentirse como una completa anormal, lo había echo desde pequeña y por eso nunca lo había comentado con nadie.

-¿A mi? Nada, estas paranoica, Lauren-su voz se escuchó un poco a la defensiva.

-¿Nada? ¿Y cómo sabías de las "cosas malas" del refrigerador antes de que lo abrieran? Explícate, Morgado-Sofia la miraba con una gran intensidad en sus ojos azules.

Gracias a ese comentario todos la observando con duda y en parte desconfianza, esa maldito sentimiento de que no le creían lo que decía. Alex odiaba eso, los niños de la escuela primaria siempre la habían mirado así, Alex llagaba todos los días a casa de su tía a llorar en su cama, sus padres habían fallecido para ese entonces y no tenía a nadie.

-Fue lógica, es obvio que un lugar oscuro y tétrico durante la madrugada hayan cosas mala ¿Nadie tiene cerebro en esta habitación?-ahora parecía un poco enojada y Lauren siguió con voz suave, los ojos miel eran ahora oscuros.

-Sabes que no es así, Alex-sintió una punzada de dolor al ver como su prima le huía de su contacto, apretó las manos -¿Y también es de lógica lo que sucedió aquel día en el pasillo?

Alex abrió los ojos, nadie a excepción de ella sabía sobre eso.

-¿Que sucedió ese dia?-Veronica dijo curiosa, todos lo parecían.

Alex rogó con los ojos a su prima, que no dijera nada, Lauren se le quedó mirando y después sacudió la cabeza.

-Perdona, Lex-volteó a ver a los chicos -. El día en que encontramos el club, Alex logró guiarme hasta el salón por que escuchaba......una voces, estaban gritándole y de alguna forma terminamos aquí.

Alex soltó el aire enojada, acomodó un mechón de pelo tras su oreja.

-No veo el problema-pero aún así todos la miraban con ojos abiertos.

-Yo si, Alex...era la única que las escuchaba y lo ha a experimentado otras veces también, hace dos días casi sufre un ataque-los ojos verde la miraron retándole a decirle que mentía.

-¡Si! Eso explicaría por que parecía una lunática el día que te quité los archivos-Sofia dijo mirándola con una ceja arqueada.

Alex enrojeció, ahora todos estaban poniendo sobre la mesa sus extraños accidentes desde que llegaron al pueblo.

-Gracias por nada, primita-la castaña enfatizó la ultima palabra a Lauren antes de tomar sus cosas e irse enojada por la puerta.

-¡Alex!

-¡Alexandra!

Escuchaba a los chicos llamándole, pero ella no quería hablar con ellos, no sabia en que momento pero había comenzado a correr. Los pasillos estaban vacíos, vio la hora y era por que las clases ya habían vuelto a comenzar. Perfecto, en estos momentos estaban perdiendo cálculo.

Se detuvo frente a un casillero y apoyó la frente en el, el contacto del frío metal en su piel la tranquilizaba un poco.

-¡Morgado!-reconoció la voz de Sofia, la rubia venia hacia ella trotando.

-¿Qué mierda quieres, Price?-la castaña no estaba con ganas de hablar con alguien, menos con ella.

Sofía estaba respirando fuerte por la carrera que había pegado, su cabello estaba levemente desordenado.

-Eres...una cobarde-dijo entre respiraciones, Alex apretó los labios -. No me pongas esa cara, huiste de allí antes que decir la verdad ¿Cuál es tu miedo, Morgado?

Los ojos azules parecían querer taladrar los suyos, eran muy profundos, Alex nunca se había sentido tan intimidad por ninguna mirada, ni siquiera la de Lauren.

-Eh...no es de tu incumbencia, mi infancia no fue tan fácil como la de Sofia Price, la señorita popularidad-hizo una burla con las manos y la rubia entrecerró más los ojos.

-¿Que tengo que ver yo? Estamos hablando sobre ti-tocó el pecho de Alex con un dedo, la castaña se hizo para atrás de inmediato.

-Hablar sobre mi no es de mis pasatiempos favoritos-las dos se estaban penetrando con las miradas, miel con azul.

Una mano se posó en el hombro de Alex tras ella y la chica rubia abrió los ojos aterrada, ¿Quién podría ser?

-Pero el de nosotros si, Alexandra Morgado-la voz raposa de un hombre la hizo voltear, llevaba un uniforme azul y una placa en el pecho -. Tenemos que interrogarlas a ustedes y a su amigos, por algunos....inconvenientes de anoche.

Joder, ahora si la liamos. Alex rezaba en todos los idiomas que sabia.

-¿Interrogar?¿De qué habla? Estamos en horario escolar-la mano de Sofia sujetó el brazo de Alex intentando alejarla del oficial, la trajo junto a ella.

Alex seguía mirando al impotente hombre castaño con ojos abiertos ¿Como era posible?

-¡Alex!-dijo Lauren apareciendo en el pasillo con Camila, las dos se detuvieron al ver al oficial -. Alex, ¿Ahora que hiciste?

Alex negó con la cabeza pero el oficial levantó la curvatura del labio en una desagradable sonrisa.

-Ahora que todas están presentes se vienen conmigo-mostró la placa logrando que Camila y Lauren abrieran los ojos -. Ustedes, chicas, tendrán que venir conmigo a la estación para una interrogación sobre el homicidio de Maria Cortez.

Las cuatro se miraron con los ojos abiertos, ¿Sabrían que anoche a estuvieron en el super mercado? Todas pensaban lo mismo, estaban en problemas.

-Obvio y todo por culpa del maldito gato-comentó Alex palmeando su frente.

A la final no creía que fueran a llegar a tiempo a clase de cálculo.

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