Me desperté como todos los días gracias a mi alarma eran las 7 am me fui al baño de mi habitación y peine mi rubia cabellera, hacer eso para mi no era una tarea tan difícil ya que tenia el pelo por arriba de los hombros luego aún en pijama baje a la cocina donde estaba mi mamá preparando el desayuno.
- Hola mamá.
- Hola hija ¿cómo dormiste?
- Bien ¿qué preparaste para desayunar?
- Para ti, aquí tienes un tazón de cereales con leche que lo disfrutes.
- Gracias mami.
Luego de unos minutos bajaron mis hermanos, parece que estaban jugando una carrera hasta la cocina, que por supuesto, ganó mi hermana ya que ella es más grande que mi hermano.
La mayor es Susuca tiene 17 años ella es alta, tiene los ojos celeste y tiene un cabello largo de color negro profundo al que siempre peina con una coleta baja en el lado izquierdo de su cabeza, en cambio Mike tiene 9 años su cabello también es de un negro profundo la diferencia con mi hermana es que el no se lo peina así que siempre anda con los pelos alborotados.
Toda mi familia tiene el pelo negro menos yo pero mi mama dice que tengo este color por mi abuela a la cual no pude conocer porque había fallecido antes de que yo naciera.
Mis hermanos se sentaron junto a mi en la mesa saludaron a nuestra madre y comenzaron a comer un poco apurados porque iban a llegar tarde a la escuela. Cuando íbamos por la mitad del desayuno bajaron las ultimas dos personas que faltaban, allí venían mi padre y mi querido abuelito para que desayunáramos todos juntos pero por desgracia yo y mis hermanos ya estábamos terminando.
Cunado Susuca y Mike finalizaron de comer se despidieron de todos y se fueron a la escuela, yo en cambio no voy a ir hasta el año que viene pero eso no significa que tenga la tarde libre es todo lo contrario, mi madre cuando ellos se iban a la escuela me enseñaba a leer y escribir y cuando aprendí eso a la perfección comenzó a darme tareas como escribir historias o ensayos de algún tema en específico ya que en un futuro no muy lejano quiere que me convierta en una famosa escritora, pero hoy fue diferente mi abuelo logró convencerla para que nosotros dos vayamos a dar un paseo.
Fui a cambiarme de ropa a mi habitación, me puse una musculosa y un short. Baje corriendo hacia mi abuelito quien me levantó y me puso en sus hombros, nos despedimos de mis padres y nos fuimos.
Me encantaba pasear con mi abuelo porque siempre vamos a nuestro escondite secreto que un día encontramos dentro de una caverna en lo profundo del bosque. Ese lugar era hermoso había un pequeño lago, muchos arboles y flores que eran hermosas, podría decirse que era mi lugar favorito ya que no estaba mi madre para prohibirme que practicara artes marciales. Enrealidad no se por qué mi mama se molesta de que lo practique no le veo nada de malo aprender a defenderse, pero no era solo eso, sentía algo diferente por cada movimiento que realizaba como si algo no encajara en mi vida, un sentimiento inexplicable que me decía que yo debía estar en otra parte aunque lo más lógico es que sea mi imaginación de querer un cambio no me gustaba que mi madre no aceptara mi actividad favorita, en cambio a mi abuelo no le molestaba es más le hacia feliz entrenarme ya que él lo hacia cuando era más joven.
Entramos al escondite con cuidado de que no nos viera nadie y nos pusimos a entrar en calor para comenzar el entrenamiento.
- Abuelito que haremos en el entrenamiento de hoy?
- Mejoraras la fuerza de tus golpes. Para lograrlo tendrás que golpearme con la mayor fuerza que puedas durante 5 minutos.
Los minutos fueron pasando y con ellos los distintos ejercicios que debería realizar hasta que llegó las hora del almuerzo y tuvimos que volver para que mi madre no se preocupara. Estábamos caminado de regreso a casa cuando mi abuelo empezó a hablar.
-Takally me impresiona lo que mejoras cada vez que practicamos y eso que no venimos bastante seguido.
-La verdad abuelito es que practico en mis momentos libres cuando mi mama no me esta viendo, pero de vez en cuando me descubre y me castiga jajajaja- reí un poco nerviosa.
-No seas tan dura con ella. Si no quiere que practiques artes marciales lo más seguro es que sea mi culpa.
-¿Por qué si a ti te gusta entrenarme, verdad?
-Eso no tiene nada que ver, obvio que me gusta entrenarte y me hace muy feliz, pero lo que tu no sabes que que cuando tu madre era más pequeña luego de que murió tu abuela yo logre entrar al torneo nacional de artes marciales y uno de sus participantes no tenía de las mejores intenciones ya que quería ganar a toda costa y realizo trampa para poder vencerme de la cual quede herido de gravedad y estuve varios meses internado, yo era lo único que le quedaba a tu madre así que estaba muy preocupada y supongo que tiene miedo de que te pase lo mismo o algo peor.
-Que triste historia... Pero no me rendiré algún día lograré convencerla.
-Bien dicho y yo te ayudare con lo que pueda.
-¡Gracias abuelito!
Luego de esta conversación llegamos a casa y cruzamos la puerta.
- Hola mamá ya volvimos - grité entrando a la casa.
- Hola a los dos, llegaron justo a tiempo acabo de terminar de preparar la comida. Hija mientras pongo la mesa ¿podrías llamar a tu padre?
- si mamá enseguida vuelvo.
En ese mismo instante fui hacia el living donde me encontré a mi papa viendo la televisión. Me dirigí hacia el en cuclillas y le tape los ojos.
-Adivina quién soy...
-Déjame adivinar... Ya se una niña muy traviesa que esta apunto de ser perseguida por su padre...
Al escuchar lo que dijo mi papá largue una pequeña risita aguda y me eche a correr hacia la cocina, pero justo cando cruce la puerta de la cocina el logro atraparme y comenzó a hacerme cosquillas hasta que mi madre nos interrumpe.
-Muy bien par de juguetones vamos a comer.
Mi papa paro de hacerme cosquillas y nos sentamos a la mesa a comer. Cuando terminamos mi abuelo lavó los platos y yo lo ayude secándolos, fue en ese momento cuando se escucha el sonido de la puerta eso solo puede significarse una cosa Susuca y Mike habían llegado de la escuela.
-Hola familia llegamos -fritaron ambos al mismo tiempo.
-Hola niños, antes que nada vallan a cambiarse el uniforme para que no se ensucie.
-si mamá- ambos subieron a sus respectivas habitaciones para hacer lo que su madre les había ordenado.
Eran las 5 de la tarde cuando mamá nos llamó a los tres, a mis hermanos les había indicado hacer sus deberes del colegio y a mi escribir un ensayo de lo que yo quisiera. Esta era mi oportunidad para convencer a mi madre para dejarme entrenar, haré el mejor ensayo que pueda sobre las arte marciales, pero ¿cómo lo haré? Ya se buscare información sobre sus orígenes y como fue desarrollándose hasta la actualidad, le indicaré algunos de los mejores maestros que hubo en todo el mundo y eras... creo que es mejor que me ponga a trabajar, iré a la computadora para comenzar a investigar.
Cuando estaba buscando información sobre los maestros mas famosos me encontré con personas increíbles de todas las épocas hasta el mas actual este era el maestro Michito, actualmente debería estar cerca de los 30 años, pero a comparación de los demás maestros el todavía no había conseguido discípulos al parecer era una persona muy exigente y nadie había alcanzado sus expectativas. Cuando abrí un archivo con su foto me sorprendí bastante, sentí que ya lo había visto en algún lado y de repente me vino una imagen muy borrosa de una persona a la memoria o eso creo, pero estoy segura de algo se parecía mucho a Michito. Sacudí mi cabeza de un lado a otro nunca había salido de mi pequeño pueblo que esta dentro del bosque ¿cómo pudiera haberlo conocido?, era una tontería mejor termino el ensayo y se lo doy a mi madre.
Le entregue el trabajo a mi madre y antes de que lo abriera le pregunte si podía ir a pasear afuera ya que no había oscurecido, ella acepto así que fui corriendo hacia mi escondite secreto sin darme cuenta de que alguien me venía siguiendo. Cuando llegue dentro de la caverna comencé a practicar las posturas que había encontrado en Internet y mi abuelo todavía no me había enseñado, pero no eran tan difíciles ya que las domine en muy poco tiempo, estaba posicionando me en la última postura cuando empece a escuchar un sonido en los arbustos y de donde se originaba el ruido salió mi hermana con cara de sorprendida. No puede ser que me haya descubierto, cómo es posible que no me haya dado cuenta de que me seguía, si me delata con mamá todo se acabara nunca me dejara entrenar, yo seguía llenándome la cabeza con estos pensamientos cuando mi hermana me empezó a hablar.
-Tranquila Takally te prometo que no le diré nada a mamá.
-¿Qué?
-Eso, se que mamá no te deja entrenar pero no le diré nada, yo no sabiendo nada del tema reconozco que eres buena y que disfrutas haciéndolo, no permitiré tan fácilmente que te lo prohíba.
-¿Lo dices enserio?
-Si.
-Gracias Susuca eres la mejor hermana del mundo.
Entonces fui corriendo hacia ella y le salte encima para poder abrazarla, sentí que algunas lagrimas se me salían de los ojos ya que era la primera vez que escuchaba unas palabras de aliento como esas.
Ya empezaba a oscurecer así que fuimos a casa, seguramente mamá ya estaría haciendo la comida. Yo estaba preocupada que diría ella sobre el ensayo ¿se enojará?, ¿no le importará? no podía dejar de pensar la reacción que podría llegar a tener, lo mejor será que ignore el tema hasta que ella decida hablarme sobre el.
Cuando llegamos a casa papá estaba poniendo la mesa con ayuda de Mike, así que nos sentamos en la mesa a esperar a que sirvieran los platos para empezar a comer. A mamá se le notaba que estaba un poco molesta seguro que es por el ensayo. Cuando terminamos de comer mis hermanos se fueron a sus habitaciones a dormir porque al día siguiente tenían escuela y fue en ese momento donde mi madre aprovecho para hablar sobre el tema pendiente.
-Takally ¿qué crees que es esto?
Ella me señalo la ultima oración del ensayo que decía: "...La verdad me ha interesado mucho este tema, tanto su historia como las personas que se dedican a esta disciplina me gustaría poder entrenarla ¿qué dices?..."
-Esta es la mejor manera que se me ocurrió para poder pedirte permiso, se que me lo prohibiste pero no dejaría de hacerlo solo por eso, es lo que siento que realmente me gusta hacer y me he entrenado a tu espalda y no quiero que esto siga así...
-Claro que no seguirá así...
-¿A qué te refieres?
-A que no volverás a entrenar, no te lo permitiré parece que te he dado demasiada libertad desde hoy no saldrás de esta casa si no es con migo...
-Pero mamá...
-Nada Takally, me decepcionaste vete a tu habitación ahora mismo. Hablaremos en la mañana...
-Esto es injusto...
-TAKALLY A TU HABITACIÓN AHORA MISMO.
Mire a mi abuelo que miraba hacia mi madre con una cara de desaprobación, luego mire a mi madre que me miraba furiosa y me fui corriendo a mi habitación con lagrimas en los ojos. No podía aceptarlo más bien no voy a premitir que mi madre no acepte mis gustos, si ella no acepta como soy entonces no hay lugar para mi aquí, pero donde iré y vi hacia la computadora que estaba encendida con la foto de Michito en ella y recordé que estaba buscando discípulos, así fue como lo decidí, iré a ver al maestro y convencerlo de que tengo la habilidad para que me entrene. Ya decidida tomé un cuaderno y busque en la computadora un mapa que me dirigiera hacia su casa, luego agarre una mochila y puse en ella mi ropa de entrenamiento y otro conjunto de vestimenta casual, una manta, una linterna, el dinero que llevo ahorrando desde que tenía memoria, el cuaderno donde había dibujado el mapa y un lápiz. Una vez el bolso armado me pongo una campera con capucha y antes de salir de mi habitación borre el historial de Internet y apagué la PC para que no me descubrieran y salí por la ventana con mis pertenencias sin que nadie se de cuenta.
Antes de marcharme fui hacia el escondite donde le deje una nota a mi hermana o abuelo, el que la viera primero, les explique mi objetivo, que no me buscaran y mucho menos que le dijeran a mis padres lo que tenía planeado, cuando la terminé de escribir la coloqué en el árbol mas cercano a la entrada y me marche.
ya había corrido varios kilómetros, pero por la oscuridad ya no podía ver nada así que decidí subir a un árbol y pasar allí el resto de la noche, saque la manta de mi mochila y me dormí.