Draco siguió el camino por donde se había ido Potter, su cabeza daba vueltas, acababa de ver morir a alguien, frente a sus propios ojos y los gritos de Leash...
Sentía que iba a vomitar en cualquier momento, pero no podía detenerse, tenía que encontrar a Harry.
Cuando llegó a la entrada del Ministerio, encontró a Harry por encima de Bellatrix, empuñando su varita contra ella, con una mirada que jamás le había visto a aquel chico, quiso acercarse a él pero entonces lo escuchó .
-Debes hacerlo Harry- se escuchó una voz- Ella lo mato, lo merece- la voz sonaba por toda la habitación- Tu sabes el hechizo, hazlo Harry- finalmente, el rostro de Voldemort apareció al lado de Harry.
Draco apenas pudo acallar el grito que amenazó salir de él y se escondió rápidamente detrás de una columna gruesa, detrás de ellos. Haber escuchado tanto de él no le hacían justicia al terror que simplemente su rostro creaba en un cuarto. Draco mantenía una mano en su boca, deteniéndose de hacer cualquier tipo de sonido que delataran su lugar.
-Que débil- no podía ver, pero podía escuchar- Me decepcionas- dijo la gélida voz a lo que supuse fue a Harry
Draco quiso asomarse a ver que estaba pasando pero un sonido de chimenea entró a sus oídos del lado derecho y dirigió su atención a ello.
-Hiciste un error al venir aquí Tom- Albus Dumbledore acababa de llegar al Ministerio, con ese semblante serio y calmado que lo caracterizaban, aún estando en presencia del mago más macabro de toda la historia-Los aurores vienen en camino- dijo caminando hacía él
-Para cuando ellos lleguen yo ya no estaré aquí y tú- dijo Voldemort- estarás muerto- aseguró
Una explosión de luces y truenos llenaron cada centímetro del lugar, Draco se tapó los oídos al verse encontrado en medio de la batalla que ambos magos estaban enfrentando.
Draco se asomó ligeramente y pudo ver a Harry intentando encontrar refugio en algún lugar, fuera del caos de hechizos y viento que los magos invocaban.
-¡Harry!- gritó Draco y apenas si fue escuchado, Harry corrió hacia él tomando la mano que él había extendido y los dos se hicieron pequeños, refugiándose detrás del pilar de mármol. Se sostuvieron el uno al otro, ráfagas de tormentas estremecían el lugar entero.
Apenas si se podía descifrar lo que pasaba, había truenos, luz de fuego y brisa de huracán, pero lo más presente en la batalla fue el grito estremecedor de algo que no podía ser humano. Los cristales del lugar empezaron a ir en dirección contraria a los chicos y aún así Draco recibió cortadas en su cuerpo, siendo un pedazo de vidrio enterrándose en su mejilla derecha.
Tuve que aguantar el grito de dolor al retirarlo y pudo notar que dejaría una cicatriz marcada, pero por ahora su mejilla sangraría unos minutos.
Y así cómo empezó, el ruido terminó, Draco y Harry se miraron confundidos y salieron de su escondite al notar que Voldemort ya no estaba, pero antes de que pudieran llegar con Dumbledore, Harry cayó al piso con fuerza y empezó a convulsionarse.
-¡Apártate!- le ordenó Dumbledore llegando al lado de Harry y él obedeció
Los ojos de Harry se habían tornado blancos y las venas de su cuello salían de su piel con fuerza, se veía casi muerto, a excepción que se estaba retorciendo y diciendo cosas que apenas si podía entender.
-¡Draco!- gritó una voz detrás de él, Hermione corrió hacia el Slytherin pero se detuvo al ver a Harry en el piso-¿Qué pasó?- preguntó en un gritó
-No lo sé, Dumbledore lo está manejando- o al menos eso quería creer, pero luego notó que con ella sólo habían llegado Ginny, Ron y Ojo Loco- ¿Donde están Luna, Neville y Leash?- preguntó preocupado
-Leash fue ayudarlos, Luna se lastimó el tobillo- explicó ella sin poder apartar la vista de Harry
Fueron segundos que se sintieron como horas, pero cuando Harry logró expulsar a Voldemort de él, la marca de él se quedó en el humo de cuarto y sólo en ese momento, el ministerio de magia y los aurores llegaron a la escena, notando la presencia de Voldemort que acababa de huir.
-No puede ser...- dijo Cornelius Fudge aún en shock- Ha vuelto- susurró
Dumbledore y Kingsley intentaron explicarle al ministro de magia lo que acaba de suceder, mientras que los amigos de Harry lo sostenían, intentando ayudarlo, sólo en ese momento, Remus, Tonks, Luna y Neville entraron por otra puerta y los últimos dos corrieron con el resto.
-Neville-dijo Draco recibiéndolo con un abrazo- ¿Donde esta Leash?- le preguntó
Neville lo observó confundido
-Creí que estaba con ustedes- dijo él sin entender
-Creímos que estaba con ustedes- contestó Ginny
-¿Me están diciendo que nadie la ha visto?- preguntó Draco, la preocupación empezó a caer en él.
Una briza helada cruzó por las pieles de todos y para cuando captaron que iba a pasar, la voz de Voldemort volvió a entrar la cabeza de todos.
-Draco...- era el nombre que la voz susurró
Draco sintió que se le paraba el corazón, jamás había tenido tanto miedo de escuchar su propio nombre. Los aurores sacaron sus varitas intentando identificar de dónde venía la voz, pero no había ninguna señal.
-Tengo entendido que te hicieron una oferta anteriormente, pero vengo a ofrecerte otra- dijo la voz, arrastrándose por su cabeza cómo una víbora
Sólo en ese momento, Voldemort se materializó en frente de todos, a unos metros de distancia, con Leash Salazar en sus brazos. Se veía cansada, traía un ojo morado y sangre caía de su nariz y boca, estaba luchando por soltarse pero se veía que estaba completamente adolorida y no podía pelear más.
Los aurores levantaron sus varitas y Draco gritó en miedo
-¡No!- les pidió
La varita blanca de Voldemort estaba en la yugular de Leash, dos palabras y sería el fin.
-Sé lo mucho que significa para ti- dijo Voldemort con una sonrisa, jugando con un mechón de cabello de Leash- Así que lo único que tienes que hacer para salvarle es venir- sonrió
Draco no lo dudó ni un segundo y empezó a caminar hacia el monstruo pero sintió dos pares de brazos detenerlo en su camino.
-¡Potter déjame!- dijo Draco furioso, la otra persona que lo sostenía era Albus Dumbledore, que no apartaba la vista de la chica de enfrente
-¡Si vas, va a matarte Draco!- dijo Harry, sin soltarlo, estaba exhausto pero la adrenalina había regresado a su cuerpo
-¡Y si no voy, va a matarla!- gritó en pánico, pero ninguno lo soltó
-Sólo ven por ella Draco- dijo Voldemort burlándose
-¡Sí quiero!- gritó en dolor- ¡Por favor!- pidió, no sabía si a Voldemort, a Harry o Dumbledore
Los ojos de Draco empezaron a arder con las lágrimas de desesperación que salían de ellos, buscó la mirada de Leash pero ella observaba hacía el piso, sangre cayendo de su boca.
-¡Leash!- gritó Draco aún intentando huir- ¡Mírame Leash!- le gritó
Y sólo en ese momento ella lo observó y a Draco se le partió el corazón al notar que ya no había fuego en los ojos de Leash, sí no, derrota.
-No me olvides- dijo Leah y Draco leyó sus labios
-Qué lástima- dijo Voldemort pero su cara decía todo lo contrario- Se veían como una linda pareja- susurró sin apartar la vista de Draco- ¡Avada Kedavra!- la luz verde que salió de la varita de Voldemort atravesó por completo el cuerpo de Leash, el cual cayó al suelo y su cabeza rebotó con un golpe sonoro, seco.
-¡No!- gritó Draco con lágrimas-¡No!-varias luces empezaron a salir de todos lados, lo último que vio Draco mientras gritaba y Dumbledore los teletransportaba, fueron los ya sin vida ojos de Leash.
Draco sentía que iba a vomitar, que en cualquier momento se desmayaría en un profundo sueño del cual no podría despertar, cuando volvieron a Hogwarts sentía un nudo inmenso en la garganta, levantó la vista con lágrimas en los ojos apenas si pudo distinguir que habían vuelto a la escuela
Tanta era la sorpresa que nadie había dicho ni una palabra, Draco sentía que sus piernas le fallarían en cualquier momento, su corazón ya no funcionaba como antes por el dolor que le había producido. Se desplomó en el suelo y observó el piso en silencio, pasando sus manos por su cabello queriendo arrancarlo.
El silencio que había en él fue uno que jamás había presenciado, podía ver las siluetas correr de un lado al otro, sin poder enfocar ni identificar de quién se trataba. Todos los sonidos llegaban a él huecos, cómo si estuviera debajo del agua con los oídos tapados.
No emitió ningún sonido mientras abrazaba sus rodillas, jalándose el pelo de la cabeza, con la mirada en el frió suelo, pero lo único que podía ver era la cabeza de Leash retumbando en los ojos, y de la misma manera, la de él también cayó, dejándolo en oscuridad