12 CHICOS LOBOS ©

By bellaminelli

2.9M 217K 63.8K

Erika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la... More

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 1
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 2
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 3
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 4
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 6
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 7
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 8
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 9
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 10
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 11
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 12
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 13
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 15
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 16
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 17
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 18
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 19
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 20
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 22
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 23
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 24
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 25
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 27
Capitulo 28 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 29 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 30 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 31 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 32 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 33 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 34 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 35 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 36 - 12 CHICOS LOBOS

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 21

62.5K 5.2K 661
By bellaminelli

Capitulo 21

Ambos se habían quedado en silencio, mirándose directamente a los ojos, retándose a dar el primer paso. El corazón le palpitaba en los oídos. También escuchaba el de Demián. Sentía que podía desmayarse en cualquier momento por toda la adrenalina que corría a través de sus venas.

¿Estoy realmente lista?

Después de dieciséis años preguntándose lo mismo, debería de estarlo. Tenía derecho de conocer la verdad, aquella que le habían negado toda su vida. Su pasado. Su origen.

- Baby Doll, ¿te encuentras bien? – la miró Demián preocupado, bajando la cabeza hasta su nivel.

Erika había palidecido, y sus labios se notaban secos. Todo le daba vueltas. Aquello era tan real, que comenzaba a afectarla. Se recargó contra la pared, y descendió lentamente hasta que estuvo sentada.

- Demián, - dijo en un susurro - ¿Qué pasa si... si no me gusta lo que dice ahí?

- ¿A qué te refieres?

- Mis padres me dejaron por voluntad propia cuando era un bebé, sin embargó, jamás los odie por ello. Toda mi vida, me repetí que lo hicieron por una razón, una buena razón... ¿Qué tal si no fue así? ¿Qué tal si solo me dejaron porque no me querían? ¿Qué tal si solo soy un error?... – una lagrima resbalo lenta y sutilmente por su mejilla – Demián, no sé si seré lo suficientemente fuerte para soportar eso.

El chico bajo para sentarse junto a ella y pasarle un brazo sobre los hombros. Erika recargó su cabeza contra su pecho, mientras Demián le acariciaba el cabello con su mano libre.

- Baby Doll, de lo único que estoy seguro, es que definitivamente tú no eres un error, en ningún sentido. – habló con cuidado, escogiendo las palabras apropiadas para darse a entender. – Haberte conocido, haberte encontrado, es lo mejor que me ha pasado...

Erika levantó la mirada para buscar la de Demián. Los enormes y profundos ojos del chico la miraban de una manera que calaba hasta los huesos. Intenso negro, como un hermoso mar de noche. No eran como los de Nick, profundos pero inquietos, exigentes. Los de Demián producían confianza, tranquilidad, calidez. Era simplemente reconfortante.

- Escucha, no sé quiénes son tus padres, ni el motivo por el cual te dejaron, pero jamás me cansaré de agradecerles por haber creado un ser tan bueno, y hermoso como tú. – dijo Demián con calma – Y no me importa lo que diga este sobre, nada cambiaría lo que pienso de ti.

- ¿En serio? ¿Aunque mi padre fuera un asesino y mi madre una drogadicta? – se le revolvió el estómago al pensar en esa posibilidad.

- Nada podría importarme menos que eso. – rio el chico.

- Gracias Demián, has sido un gran apoyo para mí. Gracias de verdad.

- No tienes que agradecerme nada Baby Doll, y recuerda, no importa lo que diga aquí – dijo señalando el sobre con su mano – tú eres mucho mejor que eso.

Aquello le dio el coraje que necesitaba. Demián tenía razón, no importaba lo que ahí dijera, Erika era Erika, y siempre lo seria. Los chicos la querían, y ellos no la abandonarían, eso era lo que realmente importaba.

- De acuerdo, estoy lista. – sus ojos vibraban por la excitación que aquellas palabras le habían producido.

Demián sonrió, orgulloso por la convicción de su voz. Tomo el enorme sobre amarillo y lo puso entre los dos. Erika alargo los dedos para tocarlo, sintiendo una pequeña descarga eléctrica, causada por la adrenalina y la emoción que se disparaba en su corazón en ese momento. Esta vez no se iba a acobardar.

- Uno... - comenzó Demián.

- Dos... - siguió Erika. Sus manos temblaban de nuevo, pero esta vez no se detendría.

- ¡Tres! – dijeron ambos al tiempo que abrían el sobre.

De pronto, todo se detuvo, y un gélido silencio recorrió la habitación. Una fotografía pequeña había caído del sobre y se encontraba en los pies de Erika. Temblorosa, la chica se acercó hasta donde estaba y la tomo con cuidado.

La reconoció de inmediato. Era la última foto que le habían tomado, un día después de su cumpleaños número dieciséis, en Noviembre, en el jardín afuera del orfanato.

- Oh lo siento, eso fue mi culpa. – dijo Demián sacándola de su recuerdo. – Dado a que no me dijiste tu nombre, tuve que abrir todos los sobres hasta que encontré el tuyo, y olvide volver a sujetar esa fotografía cuando lo hice.

- Está bien... no hay problema... - la atención de Erika se encontraba en otra cosa.

Al pie de la foto había algo escrito. Una sensación desconocida le recorrió toda la columna vertebral cuando lo leyó.

"Erika Klausen, 16 años, 2 de Noviembre del 2013"

- ¿Klausen...? – susurró Erika sin poder apartar la vista de aquellas letras negras.

Demián le quito la foto de las manos con delicadeza para poder apreciarla mejor. Sin embargó el no parecía tan sorprendido. Era como si aquello fuera algo predecible para él.

- Klausen, - repitió con más seguridad – es un apellido alemán. Igual que el nombre Erika.

- ¿Alemán? – las peguntas comenzaron a golpearse unas con otras en su cabeza.

Ambos tomaron de nuevo el sobre, con la esperanza de poder encontrar en el las respuestas para el nuevo enigma en el que se habían metido. Demián lo abrió con cuidado, permitiendo que Erika mirara todos los papeles que albergaba en su interior, incitándola para que tomara alguno. Ella tomó una hoja amarillenta y un poco maltratada.

- ¿Qué es esto? – preguntó frustrada al intentar leerla.

Demián le hecho un leve vistazo, para después sonreír mientras la tomaba para leerla.

- Es tu acta de nacimiento. – dijo mientras sus ojos se deslizaban por todo el documento. – Esta en alemán. – aquello lo dijo como si le causara gracia.

- ¿Qué?

No sabía por qué a Demián parecía divertirle su desesperación. Todo eso solo la confundía más y más.

- ¿Sabes alemán? – preguntó intentando recuperar la atención de Demián.

- Claro que sí, he vivido demasiado, ¿lo recuerdas? – sonrió.

- Bien, entonces... ¿podrías decirme lo que dice ahí? ¿por favor?

Hizo un esfuerzo extra por no comenzar a comerse las uñas hasta la cutícula cuando Demián volvió la vista al documento para comenzar a leer.

- Naciste el 1 de Noviembre de 1997 a las 3:21 de la madrugada en un hospital, en la ciudad de Breme, Alemania.

"Un hospital, empezamos bien, significa que no nací en la calle, eso es bueno." Pensó Erika para sí mientras el chico continuaba.

- ¿Dice algo sobre... mis padres? – lo interrumpió de pronto.

- Sí, claro, - asintió el chico – el nombre de tu padre es, Abelard Klausen Brander, y el de tu madre es Leyna Müller Haider.

"Abelard y Leyna" Aquellos nombres flotaron en la bruma de su cabeza por un momento. Deseaba imprimirlos en su memoria, no quería olvidarlos por nada del mundo, no de nuevo.

- Por lo tanto mi nombre es...

- Erika Klausen Müller. – terminó Demián por ella.

Se miraron el uno al otro, sin decir una sola palabra. Klausen Müller, esa había sido la respuesta todos esos años, y jamás lo habría podido adivinar. No estaba segura de cómo debía sentirse. ¿Feliz? ¿Satisfecha? ¿Insatisfecha? Aún tenía demasiadas dudas, pero sentía que Demián ya debía de estar algo agobiado.

- ¿Quieres irte a dormir? No te culparé si lo haces, estoy segura de que estás cansado.

- ¿Hablas en serio? – preguntó como si ella estuviera demente – Acabamos de descubrir que eres una belleza alemana, ¿y me ofreces dormir? Tengo tanta curiosidad que no lograría cerrar los ojos ni un segundo.

Erika sonrió, agradecida por todo el apoyo que Demián le estaba brindando. Sabía que ahora necesitaría a Demián más que nunca, dado a que era obvio que ella no sabía nada de alemán.

- De acuerdo, sigamos.

Continuaron rebuscando entre los documentos del sobre. Demián traducía todo lo que Erika le pedía, por más obvio que fuera. Pero los documentos en alemán se agotaron demasiado rápido. Solo su acta de nacimiento, y un cuaderno delgado y pequeño, similar a un diario de viaje estaban en alemán. Todos los demás documentos eran los que se habían ido acumulando con el paso del tiempo durante su vida en el orfanato.

Erika sujeto con fascinación el cuadernillo, hojeándolo con cuidado. Tal vez no fuera mucho, pero para ella significaba el mundo. Aquel parecía haber sido el diario de viaje de su padre. No tenía muchas cosas escritas, pero era mucho más de lo que ella alguna vez pensó que tendría de él.

- ¿Podrías leérmelo? – se lo paso a Demián con delicadeza.

El chico asintió y tomo el cuadernillo. Pasando las páginas, llego hasta la primera que estaba escrita. Se aclaró la garganta antes de comenzar.

- "Querida hija: - leyó Demián pausadamente – Creces rápido. Más de lo que me gustaría. Tu madre bromea diciendo que pronto tendré que espantar a los chicos de nuestra casa. Eres hermosa Erika, tal vez demasiado para tu propio bien. La primera vez que te sostuve en brazos, mi sangre hirvió al pensar en la posibilidad de que algo pudiera ocurrirte, de que alguien pudiera dañarte, pero sé que eso no sucederá. Mi hija, mi bebé, mía y solo mía, ¿Cómo no estar orgulloso? Eres más perfecta de lo que pudiera desear, eres una bendición. Tu nombre, significa "la princesa eterna", y no podría ser más acertado hija, eres mi hermosa princesa. Atentamente, Papá".

Se le hizo un enorme nudo en la garganta al escuchar eso. ¿Lo decía en serio? ¿La quería? ¿Realmente había sido querida?

- ¿Estás bien, Baby Doll? – la examinó Demián preocupado.

- Si, lo estoy. ¿Podrías leerme más?

- Claro, todo lo que quieras. – volvió la vista hacia el diario y paso de página – "Querida hija: Eres una niña hermosa y saludable, tu madre y yo no podríamos estar más felices. Muero de ganas por que comiences a caminar. Sé que es mucho pedir, ya que ni siquiera gateas aún, pero el solo pensar en todas las cosas que deseo mostrarte y enseñarte, me llena de alegría. El día que el doctor nos dijo a tu madre y a mí que eras niña, mi corazón se hincho de orgullo, y tu madre lloró de alegría. Han sido años difíciles para nosotros, Erika, pero sin duda, tú trajiste vida de nuevo a esta casa. Atentamente, Papá".

Ni si quiera se había dado cuenta en qué momento se le habían humedecido tanto los ojos. Demián la miró, y con su pulgar limpió algunas lágrimas que habían logrado escapar. El chico la miraba con una sonrisa llena de ternura. Se le notaba que estaba tan conmovido como ella.

- ¿Quieres que siga leyendo? – preguntó en un susurro reconfortante.

- Si, por favor. – dijo mientras cerraba los ojos y se acurrucaba contra el pecho de Demián.

Deseaba quedarse dormida escuchando lo que su padre había escrito para ella. Era como si lo estuviera escuchando a él. Su padre. El primer hombre que se había enamorado de ella sin siquiera conocerla, desde el momento en que la vio.

- "Querida hija: Cada día me sorprendes más. Con tan solo unos meses de vida, ya muestras la tenacidad y persistencia que llevas en la sangre. Ayer, por ejemplo, tu madre te dejó sobre una manta en el suelo. supongo que la posición en la que te encontrabas no era del todo cómoda para ti, ya que comenzaste a moverte para lograr voltearte. Tu madre y yo te observamos enternecidos. Erika, hija, aún ni siquiera gateas, pero eso no te detuvo para seguir intentando voltearte. Nunca te rendiste, por lo que tuve que ayudarte antes de que pudieras hacerte daño. Adoro eso de ti Erika, y sé que lo conservaras, mi niña terca. Atentamente, Papá".

Esta vez, ambos tenían una enorme sonrisa en el rostro tras leer aquel relato. Sabía que Demián estaba más que familiarizado con su terquedad, aunque estaba segura de que a él no le había causado tanta gracia. Después de todo, sus múltiples intentos de escape les habían causado algunos problemas a los chicos en el pasado.

- "Querida hija: - continuó Demián, pasando de página – Te contare un pequeño secreto, pero debe quedar entre nosotros. Hoy me han despedido de la fábrica. Aun no se lo he contado a mamá, porque no deseo preocuparla más. Han sido unos meses muy difíciles para nosotros, pero con mi paga de la fábrica y lo que ella gana por sus costuras, estábamos seguros de que todo estaría bien. Ahora tendremos que recortar gastos, supongo. Pero tú no te preocupes, mi linda princesa, ya pronto encontraré empleo de nuevo. Solo intenta no ser tan glotona. Atentamente, Papá".

Erika sintió una pequeña punzada de dolor. Escuchar aquello pareció inesperado después de las primeras cartas donde todo era felicidad en la casa de los Klausen.

- ¿Qué más dice? – preguntó intrigada.

- "Querida hija: Ya han pasado semanas y aún no hemos encontrado otro empleo. Mamá comienza a desesperarse porque la Señora Maschwitz ya no puede cuidarte. Me llena de rabia no poder darte todo lo que mereces. Ayer, tu madre me ha planteado una idea. ¿Te gustaría perseguir el sueño americano, hija? Al principio no me gustó como sonaba aquello, ya que yo deseo que crezcas aquí en Breme, igual que tu madre y yo, y el resto de la familia. Sin embargo, comienzo a perder la paciencia, debo encontrar empleo pronto. Atentamente, Papá". – Esta vez, Demián pasó de página sin siquiera mirar a Erika – "Querida hija: Fue difícil, pero por fin conseguí a alguien que puede ayudarnos a llegar a América. Será algo costoso, pero valdrá la pena, de eso estoy seguro. Nos iremos en algunos días, dile adiós a nuestra bella Alemania, hija mía. Atentamente, Papá".

Eso resolvía el misterio de porque había crecido en América, pero otras dudas iban creciendo en su interior. Necesitaba saber más. Necesitaba saberlo todo. Demián volvió a pasar de página tan rápido que Erika apenas y lo noto.

- "Querida hija: - continuó impaciente – Lo hemos logrado, hemos llegado a América. Ahora nos enfrentamos a la realidad de que nadie habla alemán aquí, por lo menos nadie que conozcamos aun. Se ha vuelto complicado hasta buscar un baño. Tu madre detesta la idea de tener que hacer señas para poder conseguir lo que necesita, pero nuestras opciones son muy reducidas por ahora. El hombre que nos ayudó a llegar nos consiguió un lugar para dormir algunas noches en lo que encontramos otra cosa. Por ahora, solo le doy gracias al cielo porque hemos llegado los tres juntos sanos y salvos, lo demás, no me importa. Atentamente, Papá". – Demián miró a Erika en busca de su aprobación para seguir leyendo, cuando la chica asintió, no espero más – "Querida hija: Cada vez nos resulta más complicado conseguir comida. La familia con la que nos estamos quedando, otros inmigrantes europeos igual que nosotros, apenas y tienen suficiente para ellos. Dado a que tú desconoces nuestra situación, exiges tu comida diaria, y nadie te lo reprocha hija mía, es tu derecho, pero nos es difícil poder cumplirte siempre. Cuando lloras porque tienes hambre, tu madre llora junto contigo. La leche de su pecho se ha cortado, y se siente culpable por ello. Me hierve la sangre de frustración, ustedes son mi familia, todo lo que tengo, todo lo que me importa, y están pasando hambre. Me esforzare más hija, mucho más, esto acabará pronto. Atentamente Papá".

Inmigrantes europeos. Eso eran sus padres, eso era ella. ¿Debería sentirse mal por ello? No estaba segura. Ella no era culpable de nada, ¿o sí? Una oleada de calor le recorrió el cuerpo, impaciente por saber más, miró a Demián, su mirada lo decía todo.

- "Querida hija: Me está tomando más tiempo de lo que pensé en conseguir algo de dinero. Mi conocimiento del idioma es mínimo, y por supuesto que eso nos afecta a todos. Has comenzado a adelgazar, y tus ojos ya no brillan como antes. Tu madre llora todas las noches junto a ti, rezando por que mañana recuperes tu vitalidad que parece perdida. Erika, hija mía, no sé si podré seguir soportando verte así. Todo esto es mi culpa, y tengo que encontrar una solución pronto. Atentamente, Papá".

Demián la miró, y volvió a secar las lágrimas que caían por las mejillas de la chica. Se estaba volviendo fácil adivinar qué solución habían encontrado. Aun así, el chico regresó a la lectura.

- "Querida hija: Últimamente duermes mucho, te estas debilitando, y tu madre y yo no podemos soportarlo más. Esta mañana, hemos ido a una iglesia, a intentar hablar con las personas de ahí, explicarles de nuestra situación. Han sido muy amables, nos han dado una despensa, pero sabemos que no durará mucho. El ministro de ahí hablaba un poco de alemán y así pudo ayudarnos. Nos ha contado sobre un orfanato a las afueras de la ciudad, que está a cargo de las monjas. En un principio, tu madre se ha reusado rotundamente, pero al llegar a casa, te ha encontrado dormida de nuevo, al escuchar que no te habías despertado desde que nos fuimos, rompió en llanto. Eso es lo único que hace últimamente, observarte mientras llora. Me mata verla así, pero me duele más verte a ti. Un bulto diminuto e inerte, como una muñeca de porcelana. Solo pido que Dios nos de fuerza para tomar la decisión correcta. Atentamente, Papá".

Le dio vuelta a la página, y vieron con sorpresa que solo quedaba una carta. La ultima. Después de eso, nada. Erika sintió como se le estrujaba el corazón a la espera de lo que diría la última carta escrita por su padre.

- "Querida hija: - leyó Demián con cautela – Hemos tomado nuestra decisión. Es posible que me odie el resto de mi vida por ello, pero al menos sabré que has crecido, hermosa y sana, que has vivido. Aun no sé si tu madre y yo conseguiremos el "Sueño Americano" por el que hemos llegado hasta aquí, pero estoy seguro de que tu si lo lograrás. Lo supe desde el momento en que naciste. Estas destinada a hacer cosas, Erika, cosas grandes e importantes, es por eso que mereces vivir más que nadie. Tienes que saber, que esto es por mucho, lo más difícil que tu madre y yo hemos tenido que hacer en toda nuestra vida. Me cala hasta el alma. Mi hija, mi bebita, criada por alguien más... me duele, pero me duele más verte pasar hambre, verte dormida todo el día, verte perder el brillo en tus ojos, eso me duele mucho más. Sueño con que nuestra situación mejore pronto, y poder regresar por ti, pero sé que eso será difícil, aun así, no pierdo la esperanza. Solo le pido al cielo que puedas perdonarnos. Te amo Erika, te amamos, nunca olvides eso, o pienses lo contrario. No quiero que esto sea un adiós, no lo soportaría, prefiero un hasta pronto, hija mía. Le he pedido a las monjas que te tomen fotos algunas veces, no será lo mismo que verte crecer, pero será mejor que no verlo en lo absoluto. Eres hermosa hija, me llena de orgullo que lleves mi sangre. Y por si alguna vez llegarás a preguntártelo, eres idéntica a tu madre.

Te amo más que a mí vida, hasta pronto, Erika, hija mía, mi princesa eterna. Atentamente, Papá".

Después de aquellas últimas palabras, se quedaron en silencio, mirando hacia algún punto en la habitación. Una última lágrima resbaló por su mejilla hasta llegar a la barbilla, pero esta vez no la detuvo, la dejo caer.

- He aquí tu historia. – susurró Demián cerrando el diario.

Continue Reading

You'll Also Like

243K 10.6K 59
No soy ella, y nunca lo seré. La prefieres a ella, yo lo sé. Obra registrada en safecreative bajo el código 1806187439966. All rights reserved.
96.9K 5K 31
Disponible en dreame ... Una chica rebelde y maleducada, hija de los millonarios mas prestigiosos y reconocidos del país, cansada de que su vida viva...
53.6K 6.3K 44
Es el primer año de Emma en Hogwarts, no hay mucha ciencia, es una chica normal (tan normal como una bruja puede ser, claro) fácilmente puede pasar d...
179K 14.8K 86
¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense e...