-Tom se graduó, perdí contacto con él y yo volví a entrenar a mis hermanos- se volvió a levantar de la silla, caminó lentamente por su cuarto y se mordió el nudillo de su dedo índice- Yo era muy buena maestra, pero incluso yo necesitaba entrenamiento, así que le pedí a Albus si podía ayudarnos con algunos hechizos, él accedió con la única condición que le debería un favor, yo lo acepte-
-En 1961, vino a cobrar ese favor- indico- Quería que yo asistiera a Hogwarts, yo debía asistir desde que era niña, mi bisabuelo siempre lo quise así, pero el tiempo ya había pasado, yo ya era una maga poderosa y sobre todo, ya no pensaba como una niña, no quería estar rodeada de infantes y fingir ser uno de ellos- dijo molesta- Pero como siempre, él tenía una solución- rio- Me pidió que dejara la piedra, si me lo hubiera pedido antes, hubiera accedido al instante, pero ya había pasado demasiado y tenía miedo- admitió- Tener que dejar la piedra significaba perderme, perder mi mi capacidad de pensar, sentir y actuar conforme a mi edad, sería, volver a ser una niña, empezar desde cero- suspiro
-Pero había hecho una promesa y debía cumplirla- asintió- Así que 10 años antes de ingresar a Hogwarts, dejé la piedra y mi mente sufrió el cambio. Fue mil veces peor sentirme como una niña con mis recuerdos de adulta, que parecer una niña y sentirme como una adulta- dijo con una sonrisa seca- Pero fue para lo mejor, ahora no sólo parecía una niña, era una niña, sentía y pensaba como una, tuve 10 años para dejarla moderadamente y ajustarme al cambio, así que, en 1971, ingresé a Hogwarts por primera vez-
Draco levantó la cabeza al escuchar esa fecha, la conocía, era cuando sus padres habían ingresado y fue ahí que empezó a entender a donde iba la historia.
-Yo era muy diferente a lo que conoces ahora- explico- No había escuchado de Tom en años y no tenía que preocuparme de nada, era imposible que mi padre me encontrara ahí, Zack estaba escondido y mi madre estaba a salvo, y... todo estaba bien- suspiro
-Fue entonces que al fin pude vivir la vida que era destinada para mi, asistir a Hogwarts, aprender de una forma civilizada, vivir.... Normal- sonrió- Lily Evans y Severus Snape eran mis mejores amigos, lo fuimos por años, hasta que Snape empezó a tomar malas decisiones y Lily y yo decidimos apartarnos de él- dijo con severidad, lo cual tiene sentido, Draco la había visto interactuar varias veces con Snape y no lucía como si hubieran sido mejores amigos.
Leash dejó de hablar, insegura de querer continuar, pero ya estaba muy dentro de la explicación como para hacerse hacia atrás.
-Te dije que toda mi vida me la pasé huyendo, no sólo de mi padre, si no de mi maldición, nadie nunca se enamoró de mí porque siempre parecía una niña y por consecuencia yo nunca me enamoré de nadie- dijo con cansancio- Pero cuando mi mente se ajustó a mi cuerpo, empecé a sentir diferente, empecé a experimentar por primera vez cariño a la gente y, terminé enamorándome de alguien- dijo en un susurró
Draco sabía que ella había estado con alguien más además de él, no era ningún secreto, ella se lo había dicho, pero a Draco jamás le había interesado saber el quién era, por el tiempo que lo contaba, era más que obvio que no había resultado y por ello a él jamás le causó problema.
-Él me odiaba entonces, no había de qué preocuparse, no podría ser el de la profecía, pero- hizo una mueca- Por azares del destino, terminó correspondiendo mis sentimientos- dijo con una pequeña sonrisa- No es que no me importes Draco, no es que no quiera encontrar una solución a esa estúpida profecía- dijo molesta- Es que me pase años buscándola y jamás la encontré- dijo frustrada- Él y yo nos pasamos años intentando encontrar una solución y fue inútil, entonce, decidimos ignorarla y disfrutar el tiempo que nos quedaba juntos- cerró los ojos, estaba sintiendo las lágrimas almacenarse en sus pupilas y no quería dejarlas salir
-Seguimos con nuestra vida, Voldemort seguía con la guerra y todos nosotros peleamos en ella, mientras que otros se le unieron- ella no tuvo que decir nombres pero Draco sabía que se refería a su padre- Finalmente nos graduamos e intentamos seguir, pero... - tragó saliva- Tom me encontró, tenía a mi madre captiva, de lo cual no había escuchado en meses, quería creer que tan sólo estaba manteniéndose oculta pero en realidad la tenía encarcelada- siguió caminando por el cuarto, incapaz de observarlo al rostro- Me ofreció un trato, mi vida por la vida de mi madre y mis amigos, yo accedí- se detuvo- Mató a mi madre enfrente de mí, asesinó a Lily y a James y se aseguró de mandar a Sirius a Azkaban para que muriera allá- su voz tembló al decir su nombre
Draco la observó confundido, era la primera vez que mencionaba a Sirius Black durante todo el relato, sin embargo, horas atrás se había aterrado cuando Harry le preguntó por él y Draco aún no encontraba la relación entre ellos.
-Estuve encerrada por años, torturada y usada- dijo con frialdad- Eso claro, hasta que Harry Potter venció a Voldemort cuando tan sólo era un niño, aquella noche muchos de sus seguidores huyeron y yo pude escapar- dijo soltando el aire que estaba sosteniendo- Estaba muy débil y acudí a mis hermanos por ayuda, ellos consideraron que la opción más segura era que volviera a consumir la piedra, para recuperarme- explicó- Lo hice por algunos años y el choque volvió a afectar tremendamente, por lo cual cuando me recuperé, volví a abandonarla y mi mente regresó al de una adolescente, luego se la dí a Albus para que la mantuviera lejos- dijo con certeza
-Lo perdí todo por querer proteger a la gente que amaba, por lo cual, por 13 años me quedé con mis hermanos, rescatando al resto, oculta, creando una estrategia para que cuando Tom regresará, pudiera destruirlo- dijo con determinación- Eso claro hasta que Albus me pidió que viniera a Hogwarts y protegiera a Harry Potter- dijo encogiéndose de hombros- Y ya conoces esa historia- suspiró
El cuarto se quedó en silencio, lo único que se escuchaba era el trueno ocasional de las velas del escritorio, las cuales nunca se apagaban y nunca se acababan.
-Leash- dijo Draco, se acercó a ella y tomó sus manos en las de él- Apreció que me digas todo esto, es, de mucha ayuda en realidad- admitió- Pero no veo por qué estabas tan asustada, está es información que sabía en su mayoría y jamás te he juzgado por ella- dijo apoyándola, pero Leash no podía sentirse en paz
-No lo entiendes- susurró Leash, tragó saliva con pesadez, algo en ella quemaba y le daba miedo seguir- Él chico del que me enamoré-continuó- No fue algo pasajero- susurró- Fue algo serio, algo real, algo...- titubeó- Iba a casarme con él- susurró
Draco se sorprendió al escuchar eso, pero no soltó las manos de ella.
-Me lo pidió en la graduación y teníamos planes de casarnos el siguiente año pero...-
-Tú te entregaste a Voldemort- dijo él entendiendo y Leash asintió con su cabeza
-No le dije que me iba, sólo lo abandoné- susurró con tristeza- Cuando escapé, años después, quise buscarlo pero, sentía que me odiaba- admitió
-Creí que Voldemort lo había asesinado- dijo él confundido pero ella negó con la cabeza
-Le dio un destino peor, pudo haberlo matado, pero prefiero hacerlo vivir, torturarlo, sabiendo que todos creían que había sido su culpa- llevaba llorando desde unas oraciones atrás pero su voz apenas había empezado a cortarse- Es mi culpa que todos crean que es un asesino y, que hayamos perdido todo- dijo llorando
Draco quería abrazarla pero apenas las palabras estaban cayendo en él, lo asustada que Leash se ponía a escuchar su nombre, el año en que ella asistió a Hogwarts, los amigos que tuvo y el destino del que alguna vez fue su amante.
-¿Estás hablando de Sirius Black?- preguntó Draco en un susurró, Leash no dijo nada pero eso fue suficiente para él.
Le soltó las manos.
-¿Mi tío, Sirius Black?- preguntó de nuevo, esta vez levantando la voz
-Quería decirte...- empezó Leash pero Draco se levantó de la cama con abrupto .
-Ah, y tan sólo olvidaste mencionar que tú sabías quién era yo desde el inicio porque saliste con mi maldito tío- dijo desde el otro lado del cuarto
Leash estaba destrozada pero la manera en la que él le estaba gritando la estaba empezando a confundir.
-Yo sabía quien era tu padre pero jamás había escuchado de ti Draco- dijo levantándose de la silla- No es como te busqué o algo así- se defendió
-¡Entonces todo este tiempo has sabido que no hay solución a esto! ¡Que jamás encontraríamos una forma de salvarte! ¡Y aún así me arrastraste a esto!- gritó con frustración
-Yo no te arrastré a nada- dijo molesta- ¡Yo intenté apartarme, me aleje cada vez que pude, tú fuiste quien seguía buscándome!- le recordó
-¡Por qué no sabía todo esto!- se burló- ¿Crees que si lo hubiera sabido estaría aquí?- le preguntó condescendientemente
Leash se quedó callada, digiriendo lo que le acababa de decir.
-No intentes echarme la culpa de tus decisiones Malfoy- dijo señalándolo- Te advertí muchas veces a lo que estabas entrando- dijo con un tono de voz gélido
-Jamás me dijo esto- señaló el cuarto- Me hiciste creer que encontraríamos una solución y podríamos vivir algo normal juntos, cuando todo este tiempo me has estado llevando al matadero- le recriminó y ahí fue cuando algo en Leash se rompió
-Todo este tiempo, lo único que he hecho es protegerte- dijo en un susurro aterrador- Decisión tras decisión la he tomado por ti y para ti. Jamás quise esto para ti, jamás quise esto para nadie- admitió- Estoy haciendo lo que puedo, no puedo encontrar una solución a una profecía de más de 500 años, pero puedo preparar a la gente que quiero para que sepan pelear cuando el momento llegué, te ofrecí, demasiadas veces- dijo rechinando los dientes- Que te alejaras de mí o que pelearas a mi lado- le recordó- Tú tomaste tu decisión- terminó
-Pues he cambiado de parecer- dijo él molesto y sólo en ese momento, los ojos de Leash demostraron dolor- Yo no quiero esto, yo no quiero estar contigo sabiendo que tendré que terminarte- susurró- Quiero algo normal, algo diferente, algo ligero, como As...- pero se detuvo antes de continuar, pero era muy tarde, ambos sabían lo que estuvo a punto de decir.
Leash se quedó en su lugar, observando al chico del que se había enamorado, pero en donde él estaba, había otra persona, no era el Draco que ella había conocido, traía su suéter y estaban en el mismo lugar donde solían pasar la mayoría de sus noches, pero no era el mismo chico.
-Lo siento- dijo Draco
Pero sabía que no habían palabras que pudieran arreglar lo que había dicho y hecho, él la amaba, en verdad lo hacía, aún después de todo. Pero era demasiado, no podía seguir con eso, simplemente no podía.
-En verdad lo siento- susurró, dándose la vuelta para abrir la puerta, salió del cuarto y antes de que pudiera cerrarla de nuevo escuchó unas palabras detrás de él
-Mentiste-dijo Leash- Dijiste que me escogías a mí, que siempre me escogerías a mí- dijo recordándole las palabras que él le llegó a repetir miles de veces, se acercó a la puerta y Draco volteó a verla- Suerte con Astoria- y Leash cerró la puerta en su cara