Hermanatros (1)

By Joskanawut

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Gulf Kanawut es un chico lindo de carácter fuerte pero es amable y tranquilo, y aveces es grosero y no mide s... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
capitulo 19
Capitulo 21
Capitulo 22

Capitulo 20

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By Joskanawut

-Esta cabreadísimo-me dijo Jenna segundos después de que Mew saliera dando un portazo de la cocina.

Me había impactado volver a verle, durante aquellos cuatro días había conseguido olvidarme más o menos de lo que había ocasionado en las carreras y sobre todo había intentado evitar pensar en él, puesto que cada vez que lo hacía sentía un nudo extraño y desagradable en la boca del estómago. Era consciente de que había hecho que perdiera su tesoro más valioso, su coche según Jenna, y también era consciente de que nos podrían haber matado aquella noche, pero no era totalmente culpa mía. Mew me había invitado a ir aquellas carreras, de no haber sido por él yo nunca habría ido y menos con un amigo suyo, y además el delincuente de Ronnie me había engañado, me había hecho creer que podía competir con él, que quería que compitiera con él y al ver que le vencía en la carrera se había aprovechado de aquellas estúpidas normas y se había quedado con los quince mil dólares y el coche de Mew.

Sabía que iban a tener que pasar días, meses, años, para que el niño rico me perdonara y olvidara lo que había perdido, y la verdad, después de meditarlo durante mi tiempo libre, había llegado a la conclusión de que se merecía haber perdido el coche. Mew Suppasit era un creído y un prepotente, capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que le diera la gana, y mira por donde, por una vez le había salido el tiro por la culata.

Con aquellos pensamientos en mente y otros mucho más dolorosos v difíciles de llevar había pasado más dolorosos y difíciles de llevar había pasado

aquellos días en esa casa a la que intentaba acostumbrarme y a cuyos lujos aún me costaba asimilar y disfrutar. Lo malo en realidad y la causa de mi mal humor y tristeza constante era saber que mi ex novio me había puesto los cuernos a lo grande, y eso no era lo peor sino los miles de llamadas y mensajes que no cesaba de mandarme a mi teléfono con la intensión de que le perdonara y que volviéramos a estar juntos. Cada vez que mi teléfono sonaba mi corazón dejaba de latir para después hacerme daño con cada latido lento y doloroso. En todas las horas que había estado tomando el sol había comprendido que todo lo que me ataba a mi cuidad, a mi hogar se había roto para siempre y haber llegado a aquella conclusión me dolía más que cualquier otra cosa. Mi mejor amiga había decidido arriesgar nuestra amistad por un chico, mi chico, y encima él tenía la desfachatez de querer que le perdonase. ¡Estaba mal de la cabeza!

En la vida volvería a hablar con ninguno de ellos dos, en la vida volvería a ser tan estúpida como para caer rendida a los pies de un chico; los hombres ya me habían dado suficientes palos y encima ahora me tocaba convivir con un chico atractivo y idiota, con una vida paralela que nadie con un poco de sentido común querría siquiera oler de cerca.

-Que se dé una ducha fría-le contesté a mi nueva amiga Jenna, lo único bueno que había sacado de aquella noche desastrosa, y cuya alegría y sentido del humor me habían hecho aquellos días más llevaderos. Jenna me había contado que conocía a Mew desde que era una cría; y por tanto lo conocía mucho mejor que cualquier persona de por allí.
Según ella mi nuevo hermanastro era un mujeriego de pies a cabeza, lo único que le interesaba era salir de fiesta, beber, divertirse, tirarse a cuantas chicas y chicos se le pusieran delante y ganarle a Ronnie todas las veces que hiciesen falta para demostrarle que quien llevaba la voz cantante en aquel mundo de la noche era él.

Nada de lo que me había confesado me había sorprendido, salvo una cosa, y ni ella sabía demasiado al respecto. Jenna me había confesado que cuando Mew tenía dieciocho años se había ido de casa de su padre y durante un año y medio había estado viviendo en los barrios bajos, en casa de Lion y metiéndose en millones de líos. De ahí que conociera a tantos macarras y de ahí que se hubiera metido en todo aquel mundo en el que se encontraba sumido hasta los pies. Lion era una de esas amistades que desde entonces le duraban.

Aquella revelación me había dejado completamente sorprendida. Mi madre seguro que no tenía ni idea sino me lo habría contado. Ahora comprendía como un chico de buena familia como Mew había terminado metido en cosas tan peligrosas como las que había presenciado las dos noches que había coincidido con él.

Jenna soltó una risotada.

-Debes de ser la pesadilla de Mew en persona-me dijo al mismo tiempo que sacaba un paquete de tabaco de su escote y se encendía un cigarrillo. No pude evitar asomar la cabeza para ver si mi madre estaba cerca.

- ¿Y eso por qué? -le pregunté distraído al mismo tiempo que me terminaba mis cereales.

-¿Tú te ha visto?-me preguntó y yo no pude evitar fruncir el ceño-Estas muy bueno, no te cortas ni un pelo en contestarle, es más te enfrentas a él sin siquiera pararte a pensar en las consecuencias, le desafías...-agregó haciéndome dejar el bol y la cuchara de un golpe sobre la encimera-Te apuesto lo que quieras que ahora mismo está pensando en hacértelo mil veces sobre esta mesa y así desahogarse de la frustración y resentimiento que siente hacia a ti... Es su forma más común de solucionar las cosas.

Mi cara la hizo volver a reírse.

- ¡Vamos! -me dijo soltando una carcajada-No me puedes decir que no lo habías sopechado siquiera, ¿tú le has visto? Ese chico es el sueño de cualquier mujer y la pesadilla de cualquier hombre, si yo no le conociera desde que tengo pañales, habría caído a sus pies como casi todas las chicas de este condado.

En mi cabeza se comenzó a recrear aquel beso que nos habíamos dado encima de un coche. De vez en cuando se me había venido a la mente y mi cuerpo había reaccionado poniéndose a temblar de arriba abajo y deseando que sus manos volvieran a acariciarme... ¡Pero eso solo significaba que ambos teníamos ojos!

-Créeme cuando te digo que nunca voy a deja que me lo haga sobre la mesa-le dije de malas maneras- No te niego que sea atractivo, pero te aseguro que nunca, nunca, me vas a ver liado con un chico como él; Ya he tenido suficientes caras bonitas como para una eternidad; Los chicos así te la pegan a la mínima oportunidad, solo tienes que mirar a mi novio Dan.

-Ex, novio Dan-me corrigió, dándole otra calada a su cigarrillo. -Tienes razón, los chicos como él son un peligro, pero no te vendría mal disfrutar de lo que pueden ofrecer y así olvidarte del cabrón de tu ex. ¿Quién dice que las mujeres no se pueden acostar con chicos por el simple hecho de querer hacerlo? Estas soltero, es verano, eres guapo, disfruta y no pienses demasiado.

No pude evitar soltar una carcajada. Madre mía, Jenna estaba completamente loca, pero lo que decía tenía sentido; tenía sentido si eras alguien como ella o como aquellas chicas que eran capaces d acostarse con cualquiera. Yo no era de ese tipo de chicos para nada.

- ¿Qué tal si dejamos el tema Suppasit a un lado y me dices que te vas a quedar esta noche aquí a dormir? - le dije mirándola con ojos suplicantes. Si tenía que pasar tres días con ese energúmeno yo sola y en esa casa tan grande moriría antes de que llegara el lunes.

Jenna sospechó mis palabras.

-Seguramente Mew invite a los chicos, lo que significa que Lion estará aquí y si a eso le sumamos bebida, música y alcohol...-sus dedos tamborilearon sobre su mejilla-Me quedo, claro- agregó con una sonrisa divertida.

Aquello me puso de muy buen humor. Con Jenna a mí lado los días pasaban muchísimo más rápido y eso era justamente lo que necesitaba en aquel momento de mi vida: que los días volaran sin siquiera darme cuenta de adonde me llevaban.

Después de las cinco mi madre se despidió de mí y se ofreció a llevar a Jenna hasta su casa para que pudiera vestirse, coger sus cosas y después venir con Lion hasta mi casa. Boonsak ya se había despedido esa misma mañana por lo que la casa se hallaba completamente sola, aparte de mí y del simpático de Mew.

Desde aquella mañana no le había vuelto a ver, y dimgracias al cielo de que aquella casa fuera tan grande como para tener la sensación de estar sola cuando en realidad estaba conviviendo con un montón de personas, como los del servicio, como la cocinera, las dos asistentas, el guardia de seguridad de la entrada... y por supuesto mi hermanastro. Esa noche, en cambio, Sophie, la cocinera se había marchado y si recordaba bien las dos muchachas que limpiaban la casa tenían la noche libre. Nunca me acostumbraría al hecho de regresar a mi habitación habiendo dejado todo hecho un desastre y encontrarme la cama hecha y todo absolutamente limpio; era agradable, sí, pero extraño.

En ese momento, y después de haber estado metida en mi dormitorio leyendo un buen libro había decidido bajar a comer algo. Ya eran las ocho de la noche y mis tripas no dejaban de protestar enloquecidas. Me puse mis zapatillas de andar por casa y fui bajando las escaleras al mismo tiempo que me iba recogiendo un moño desaliñado e improvisado en lo alto de la cabeza. Y entonces justo cuando entré me encontré la escena más asquerosa que alguien pueda ponerse delante. Un chico vestido con ropa interior que no dejaba nada a la imaginación estaba sentado sobre la encimera donde desayunábamos todos los días, donde yo desayunaba todos los días, y un Mew en pantalones de chándal y sin ninguna camiseta le recorría el cuerpo con las manos al mismo tiempo que lo besaba de forma que debería ser ilegal.

-¡Qué asco!-no pude evitar gritar, al mismo tiempo que me tapaba los ojos con el brazo. Escuché una maldición por parte de él y una risita tonta por parte de ella.

-Lárgate, quieres-me contestó el muy salido, repugnante, pervertido...

- ¡Estas en la cocina! -seguí gritándole. No pude evitar sentir una rabia furiosa en mi interior. ¿Era idiota o qué? ¿Por qué no se ponía hacer sus guarradas en su habitación; o en cualquiera de los miles de lugares que la casa podía ofrecerle? ¿Por qué se ponía justamente en la cocina y justamente a la hora de cenar? -Llévate a tu puta...

-Mandy espérame en mi cuarto-escuche que le decía al mismo tiempo que me interrumpía. Esperé aún con el brazo tapando mi cara hasta que escuché que la

idiota salía por la puerta. Al abrir los ojos vi Mew mirándome con el semblante serio y enfadado.

¿Él se enfadaba? ¿En serio?

- ¿No puedes mantener la puñetera boca cerrada ni cuando hay gente delante? -me preguntó acercándose amenazadoramente.

-Uy, lo siento, ¿he herido los sentimientos de la prostituto? -le dije con sarcasmo y disfrutando de cada una de las palabras ¿Ahora no va a poder hacer su trabajo?

El rostro de Mew ni se inmutó, es más sonrió con algún tipo de malicia.

- ¿Te ofreces tú para hacer su trabajo? -dijo mirándome lascivamente de arriba abajo. De alguna manera aquella mirada, en vez de cabrearme me encendió por dentro. -Espera... no sabrías ni cómo empezar...-agregó sonriendo al ver cómo me ponía colorada.

Vale, yo no tenía mucha experiencia en ese campo, pero y tanto que podía conseguir que un tío se volviera loco si así lo requería la situación.

-A ti no te tocaría ni con un palo-le dije seguramente hiriendo su ego masculino, pero en cambio él me dirigió una mirada divertida y lasciva.

-Se dé un montón de cosas que te harían enloquecer y que se hacen con un palo, un palo bien grande, pecosa-me dijo acercándose más.

¿Qué estaba haciendo?

-Eres asqueroso-fue lo primero que se me ocurrió decirle porque su proximidad me estaba poniendo nerviosa.

-Más que asqueroso-me dijo acercando sus labios a mi oído. Me quedé quieta intentando demostrarle que no me importaba su proximidad. -Tan asqueroso que no pienso desperdiciar ni un segundo más hablando contigo-agrego volviéndose a separar. Sus ojos buscaron los míos otra vez y me los sostuvieron con dureza- Quédate abajo si no quieres que tu mente inocente tenga pesadillas a partir de ahora, con taparte los ojos no va a ser suficiente.

-Que te jodan-le dije dando un paso hacia atrás. Él sonrió con suficiencia y salió de la cocina.

Yo fui directo hacia la nevera. La abrí tan fuerte que los tarros de leche tintinearon con estruendo y varios botes se volcaron sobre las encimeras.

¿Por qué demonios me molestaba lo que me había dicho? ¿Por qué una parte de mí quería demostrarle lo "inocente" que podía llegar a hacer? ¿Por qué no me podía quitar de la cabeza la imagen de esos dos haciéndolo de manera escandalosa en la habitación de arriba?

Me comí mi bocadillo intentando no pensar en lo que estaba ocurriendo tan cerca de mi habitación y tal y como él me había dicho me quedé abajo tirada en el sofá mirando la tele esperando a que Jenna regresara.

Media hora más tarde escuché como sonaba el timbre y fui corriendo hacia allí.

Al abrir la puerta me encontré con todo menos con Jenna y Lion. Un montón de chicos y chicas con barriles de cerveza comenzaron a entrar por la puerta. Al escuchar el estruendo Mew apareció en lo alto de las escaleras, aún vestido solo con las calzonas y con el pelo revuelto e invitó a todos a que entraran y pusieran la música.

Diez minutos más tarde aquello era una completa locura. No conocía ni a la mitad de las personas que había allí, alguno sí que me sonaban de haberlos visto en las carreras, pero la mayoría no los había visto en mi vida.

La bebida comenzó a correr como si se tratara de agua fría y la música resonó por unos altavoces que no sabía ni donde estaban. Los vasos de plástico rojo rularon como la pólvora y las chicas en biquini y pantalones súper cortos ocuparon las mesas y cualquier superficie alta para poder bailar provocativa mente.

Me sentía totalmente fuera de lugar con mis pantalones cortos de chándal y mi moño desaliñado. Estaba esperando a que Jenna llegara, pero esta se retrasaba y cada vez me apetecía menos estar allí rodeada de aquellas personas. Me fui directa hasta mi habitación asegurándome de haber cerrado con llave y me propuse ponerme algo mejor y más acorde con lo que la noche ofrecía. Busque en mi vestidor algo con lo que sentirme cómoda y guapa al mismo tiempo.

Jenna había estado revolviendo mi armario en los días que había estado allí conmigo y había un conjunto de pantalón corto negro y camiseta súper ajustada que le encantaba. Para fastidiarla y reírme un rato me lo puse. Los pantalones eran negros y se pegaban a mí trasero como una segunda piel. La camiseta era color naranja y cruzada por detrás y me quedaba de maravilla con el moreno que había ido cogiendo durante aquellos días. Satisfecha con mi atuendo, me solté el pelo, me puse unas sandalias chatas, por que pasaba de ponerme tacones para estar en mi casa, y salí corriendo en cuanto volví a escuchar el timbre de la entrada, que sonaba tan fuerte como la música.
Antes de llegar hasta allí mi amiga ya había entrado acompañada del buenorro de su novio Lion. Verlos juntos era un espectáculo para la vista. Ella al contrario que yo sí que había optado por ponerse unos taconazos y aun así seguía siendo un poco más baja que su novio que iba vestido con vaqueros y camiseta negra ancha.

Jenna se me acercó con una sonrisa divertida.

-Estás guapo, chico-me dijo guiñándome un ojo- ¿Le has echado ya el ojo a alguien? Ese cuerpo necesita que le den mambo-gritó soltando una carcajada y haciendo que yo me sonrojara al mismo tiempo que me partía de risa.

Jenna era un soplo de aire fresco y con los pocos días que la conocía me hacía sentir que podía confiar en ella.

-Vamos a beber algo que tengo la garganta seca-le dije empujándola hacia la cocina y en donde la mayoría de la gente se encontraba ya que la cocina conectaba con la puerta que daba al jardín y en donde media docena de tíos ya se habían metido en la piscina y mojado a medio mundo.

Lion nos siguió al mismo tiempo que muchos de los allí presentes le saludaban y chocaban los puños con él.

Ya en la cocina, Jenna se fue directa al barril de cerveza y yo acepté cuando me tendió uno de esos vasos rojos con líquido espumoso. Estaba buena, rica y refrescante y agradecí tener aquella distracción para así poder olvidarme de mi ex.
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Hola aquí les traigo el capítulo 20 disculpen el retraso tengo muchas tarea y tengo que estudiar para examen lo siento
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Que estén bien y que el MewGulf los acompañe ❤️
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