Invidente amor ©

By ErnistRoz

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❤Tercer libro de la serie SecondChance😎 Un tanto extrovertida, con un habla un tanto mordaz y sin vergüenza... More

Iris Y Lex
Dominic Y RoseMary
¿SECOND CHANCE?
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capitulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Epílogo
Capítulo Extra 1
Capítulo Extra 2
Capítulo Extra 3
Capítulo Extra 4
Capítulo Extra 5
Capítulo Extra 6
Capítulo Extra 7
Capítulo Extra 8

Capítulo Extra 9

73 7 4
By ErnistRoz

Me encontraba por terminar la cirugía, solo debía terminar de realizar la saturación y podría por fin tomarme un descanso en lo que el paciente despertaba, trataba de concentrarme pero entonces la voz de Iris captó mi atención, mire de reojo hacia arriba para notar que hablaba con él doctor Díaz y por lo que conversaban parecía que ninguno de los dos se había percatado que habían encendido el micrófono.

—Claro, no hay problema.

—Sin embargo, pudiste darme cualquier otro departamento, si no mal recuerdo tu abuela te regalo ese edificio cuando te graduaste en Harvard y le dijiste que harías tus prácticas por ahí cerca.

¿Ese edificio le pertenece a Iris? Bueno creo que eso explica porque no se limita en sus gastos, aún así creo que debo hablar con ella para que aprenda a tener un ahorro seguro.

—Quieres vivir de gratis entonces quedate en mi departamento, ¿Por qué ocupar un espacio en el que alguien puede hacerlo y pagarme por ello?

Entonces el doctor Díaz soltó una risa.

—A mi se me hace que querías una excusa para irte a vivir con tu novio, ¿realmente debe encantarte ese hombre?

Interrogó y entonces todos me miraron y no estoy seguro si es por el hecho de que vivamos juntos sea una sorpresa o porque el doctor Díaz insinuó que le soy realmente del agrado de Iris.

—La razón por la que me fui con él es por tu bien, porque conociéndote me hubieras hartado y yo te habría asesinado por la noche.

Evite el reír pues era cierto, Iris era de poca paciencia y la verdad es que si temia por la seguridad del doctor Díaz. Escuché la risa del doctor Díaz.

—Si claro, excusas y mas excusas, te conozco desde que somos niños y una vez que algo te encanta y te tiene fascinada no quieres soltarlo, en verdad que me apiado por tu novio.

—Eso no es cierto, ¿y que demonios insinuas? ¿Que soy asfixiante y posesiva?

—Digo que estás locamente enamorada del doctor Lex Cooper.

Aquello si que captó mi atención, quería mirar pero debia concentrarme en hacer una saturación limpia.

—¿Y a ti que? ¿Ya no tenemos diez como para que me estés molestando por estás cosas?

—Realmente no entiendo cómo puedes salir con alguien como él, ¿Que demonios tiene? Es decir comparado a tus otros novios él es bueno, nah.

—¿Cómo que nah?—escuche un golpe y supe de inmediato que Iris ya lo había golpeado, no entendía cómo el doctor Díaz siempre se buscaba eso a veces sentía que lo hacía a propósito—No vuelvas a dirigirte a él de esa manera. Yo tengo por novio al hombre más atractivo de este hospital, es amable, bondadoso, cariñoso sin mencionar que tiene una hermosa sonrisa, es inteligente, brillante,todo un genio y un gran médico sin mencionar que es todo un caballero cosa de la cual tu decareces —otro golpe y entonces escuché la risa de una de las enfermeras —el es la persona más linda que e conocido así que no vuelvas a dirigir a él de esa forma, es más si fueses una chica me tendrías envidia porque tengo por novio a alguien como él.

—No sabía que tenías una linda sonrisa. Vaya que estoy celoso, toda mi vida contigo y nunca me sonríes—se burlo mi primo mientras miraba hacia donde se encontraba Iris.

—Pero que violenta, ahora me preguntó cómo él decidió salir con alguien como tú.

—¿De que hablas? Soy hermosa, es más el me dijo que soy la mujer más linda y hermosa ante sus ojos, la única...

—Vaya incluso todo un romántico —continuo mi tío quien estaba a cargo de la anestesia.

—Él si que tiene buenos gustos y es respetuoso no como otros que andan por ahí tomando todo lo que se mueve.

Se escuchó la carcajada del doctor Díaz y yo tan solo esperaba que no continuará hablando o sería malo para él.

—Nunca pensé verte querer a alguien así, en verdad debe ser alguien bueno.

—El es un hombre maravilloso y claro que lo quiero mucho y como no hacerlo, es como ese viento refrescante en el verano.

No pude evitar sonreír. Aunque resulte irónico Iris es de pocas palabras en cuanto a sus sentimientos, no expresa mucho así que me cuesta a veces ver lo que piensa en realidad, es bueno escuchar que si le soy de su agrado.

—Que asco oírte hablar de esa manera pero, bueno, ¿Que haces aquí?

—Vine a verlo,

Su confesión me tomo por sorpresa, ¿ella quería verme? Levanté la vista y note como todos los doctores y enfermeras trataban de aguantar la risa mientras Iris seguía hablando.

—Tenía días sin hacerlo y extrañaba ver su linda cara pero, en vez de eso estoy aquí viendo tu horroroso rostro y...— entonces ella se callo note como miró en nuestra dirección y no pude evitar negar, se supone que debo concentrarme pero estoy como un idiota sonriendo por las palabras de mi novia —espera, creo que se estan riendo de nosotros, ¿estaré gritando mucho?

—Uy creo que encendí el micrófono cuando entre—dijo el doctor Díaz y entonces hubo un silencio, supuse de inmediato que lo había apagado, mire al frente para ver a Iris golpear al doctor Diaz mientras lo perseguía para después desaparecer de la sala de observación.

—Yo puedo terminar—dijo mi primo cuando vio que termine de saturar— Tu novia en verdad te extraña.

—No, está bien.

—Vamos, hijo. Dudo mucho que alguien te llegue a querer como ella—dijo mi tío mientras hacia un ademán de que me marchara—dice que eres un novio grandioso a pesar de que la dejas tanto tiempo sola debido al trabajo. Nosotros podemos con esto, no fue nada arriesgado, anda llévatela a casa después de todo uso de excusa a su amigo para irse a vivir contigo.

—En verdad que es alguien valiente —se burlo mi primo y yo negué mientras escucha las risas de las enfermeras, deje los utensilios de operación para encaminarme hacia la salida, la verdad es que yo también extrañaba mucho a Iris. Necesitaba encontrarla para saciar este enorme deseo de besarla.

—Doctor Cooper me alegro mucho de encontrarlo, tenemos un código rojo y no hay ningún médico disponible —menciono una enfermera y por primera vez en mi titube por el hecho de atender a un paciente, negue para mis adentros, tendria que soportar esto e ir a ver al paciente.

—¿Que es lo que sucede?

Me encamine con la enfermera por el pasillo con prisa desde la lejanía observé a Iris quien parecía recoger su zapato, estaba segura que se lo había lanzado al doctor Diaz y aunque tenía ganas de ir a su lado primero estaba mi deber como médico, creo que estaba pensando en pedir por fin mis vacaciones para estar con ella.
No podía creer que había estado más de dos días en el hospital de lo debido, no había vuelto a ver a Iris y cuando pregunté por ella supe por una enfermera que él director Bell la había mandado a casa debido a que había estado haciendo horas extra, eso me hizo darme cuenta que ella no habia tenido turnos dobles, ella habia mentido para estar en el hospital y de alguna forma me alegraba que fuese debido a mi.
Al llegar a casa escuché un estruendo desde afuera y entonces las luces se apagaron, entre a casa encontrándome con un gran silencio, las luces estaban apagadas sin embargo un ruido captó mi atención, no creo que Iris ya se haya dormido así que me dirigí a la habitación, encendí la luz para ver un bulto en mi cama me acerque lentamente para tomar asiento, me incline para tratar de quitar la sabana pero Iris se estaba aferrando a ellas.

—Iris—le llamé con delicadeza —¿estás bien?

—Si, no es nada.

—Entonces, dejame verte.

—No.

—¿Por qué no?

—Estoy tan avergonzada que ni siquiera puedo verte.

Guarde silencio un momento, me acerque para palmear su cabeza.

—Iris, ¿te avergüenzas de lo que sientes por mi?

Pregunte y ella de inmediato salió de la sábanas para verme y negar.

—No es así.

—Si quieres que lo olvide entonces...

—No te veías feliz—me interrumpió, se aferró a las sábanas y se alejo un poco—Cuando te vi tu solo negaste mientras me veías, no pareciera que estuvieras feliz.

Tome las sabanas para retirarlas de ella, tome sus manos y las bese con delicadeza, ella me miró y yo me acerque para besar sus labios.

—Estaba feliz, aún estoy muy feliz de tan solo recordarlo. De hecho no dejaba de sonreír como un idiota, la razón por la cual negué es porque debía recordarme a mi mismo que debia concentrarme, estaba en medio de una cirugía de corazón abierto, no debía distraerme pero, me fue inevitable si mi novia no dejaba de decir cosas que alborotaban mi corazón y volvía mi mente una locura... Además, yo también te extrañe.

—Pues no pareciera que así fuera.

—Lo hice, te extrañe mucho. De vez en cuando te miraba por los pasillos y quería seguirte tan solo para verte unos minutos más.

—Lo hubieras hecho—sonrió para luego hacer un puchero —No me gustan tus reglas de limitación de nuestro contacto en el hospital.

—Iris, sabes bien que...

—Si, si lo sé no es ético pero, al menos cuando estemos solos por lo menos dame un abrazo, necesito recargar mis baterías y eso lo logro contigo.

—¿Solo un abrazo?—pregunte y note cierta duda en ella.

—Bueno, y un beso, al menos uno pequeño.

Normalmente me negaría a este tipo de cosas pero me di cuenta que no podía negarme a nada de lo que Iris me pedía, asentí con la cabeza y cuando la ví sonreír una gran alegría me llegó a mi corazón, me acerque para besarla, era algo que había querido hacer desde que la escuché hablar,acerque mis manos a su espada pero me aleje al solo sentir una prenda puesta, la mire para notar que solo llevaba puesta una camiseta mía, sentí como el aire me hizo falta por un momento, acerque mis manos para recorrer sus piernas y sonreí al acertar en mis dudas.

—Te ves muy bien con mi camiseta puesta.

—Creo que te gustará más sin ella puesta.

Sonreí mientras levantaba la orilla de la camiseta para ver su desnudez, comencé a acariciarla y escuché un suspiro de su parte, con mi mano libre desabroché los primeros botes para dejar al descubierto sus pechos introduje una de sus pezones en mis labios para solucionarlo, sentí como jalo mi cabello mientras la escucha decir mi nombre con exitación.

—Dime, ¿que es lo que más te gusta que te haga?—pregunte antes de morder su cuello. Escuche una pequeña risa de su parte, note como me alejo un poco para verme.

—La verdad es que lo mejor es cuando me abrazas al terminar y al dormir, cuando me llenas de besos al despertar. Las mejores cosas que me haces son los pequeños detalles que haces a diario—se acercó para besarme los labios, note una pequeña sonrisa traviesa para acercarse a mi oído —Pero también me gusta cuando aprietas mis caderas para acercarme más a ti, sabes llegar muy bien a mi punto débil.

Aquello me hizo reír, sabía ser tierna para terminar de una manera bastante coqueta, la tumbe en la cama para continuar jugueteando con Iris para finalmente hacerle el amor. Me había dado cuenta que el te quiero me quedaba bastante corto sin embargo también era consciente de que ella aún no estaba lista para escuchar esas palabras.
Me levanté de la cama al sentir la luz entrar en la habitación era más de medio día y yo necesitaba una ducha con urgencia, me acerque para llenar el rostro de Iris de besos, la escuché reír, ella me abrazó del cuello para acercarme  más a ella.

—Tomaré una ducha, ¿quieres venir conmigo?

—Si voy contigo harás de todo menos ducharte.

—¿Y eso es algún problema? Recuerdo que te informe que te extrañe y aún no es suficiente de tu compañía.

—Adoro cuando te pones asi—me abrazo del cuello para llenarme de besos el rostro—es bueno saber que no te soy asfixiante.

—Creo que el de la conducta posesiva soy yo, espero no hartarte.

—Jamás.

🌼🌼🌼

Desde mi lugar ví a Iris quien conversaba con mis tías, desde que habíamos llegado a la boda toda mi familia comenzó a rodearla, todos no dejaban de decirle que era alguien muy valiente por atreverse a salir con alguien como yo cosa que a ella le causaba gracia sin embargo captaba más la atención de todos cuando comenzaba a enumerar según ella mis cualidades, mi familia seguía incrédula por lo que ella decía y es que Iris y solo ella me hacía actuar de una manera diferente a lo que estoy acostumbrado, solo ella saco lo mejor de mi y aparentemente sera la primera y también la última.

—¿Y cuando te casas tu?—gire para ver a mi hermano quien me entrego una copa la cual tome y negué.

—No creo que estemos preparados para ese paso.

—Ya tienen más de un año juntos sin mencionar que viven juntos, créeme que no habrá mucha diferencia.

—Aun no es tiempo.

—¿Por qué? Vamos hermano no le des tantas vueltas el asunto y dale el anillo. Después de todo ya lo tienes, si no mal recuerdo la abuela te dió ese zafiro, incluso le prometiste siempre llevarlo contigo.

—Eso hago.

—¿Realmente lo llevas contigo?—pregunto incredulo.

—No podría faltarle a la promesa de nuestra fallecida abuela.

—Ya traes el anillo, entonces, ¿por qué no hacer la propuesta?

Yo solo negué y no porque no estuviera preparado para ese compromiso más bien por que era consciente de que Iris no lo está lista para algo así, ni siquiera lo mencionaba ni hacía chistes al respecto sobre ser los próximos, incluso notaba la incomodidad cuando mi familia hablaba al respecto así que pense que lo mejor era esperar y hablarlo en un futuro.

—Estamos bien, posiblemente en un futuro suceda.

—¿Posiblemente? Hermano, ten más seguridad y pregúntale, no creo que sea tan malo lo peor que pueda pasar es que diga que si—bromeó para palmear mi hombro— como sea meditalo que si ella si quiere y si tu dices que insistes que no podria terminar contigo.

—Lo hablaremos—dije con calma y mi hermano soltó un quejido.

—Estás advertido.

Vi a mi hermano marcharse con su esposa y yo por un momento no pude evitar imaginarme a Iris vestida de novia, se vería hermosa, se que sería la novia más hermosa que mis ojos hayan presenciado pero, aún no era el momento. Sentí como alguien palmeo mi trasero y no hacía falta girar para saber de quién se trataba.

—¿Quieres bailar?—pregunto Iris sin retirar su mano de mi trasero, mire en dirección hacia mi familia quienes reían.

—¿Que vas a ganar si bailo contigo?—pregunte pues sabía muy bien lo mucho que a Iris le gustaba hacer este tipo de apuestas con mi familia.

—Ya gane la apuesta, les dije que podía poner mi mano donde yo quisiera y tú no la quitarias.

Aquello me hizo reír.

—Me gusta cuando me tocas.

Ella también soltó una breve risa se acercó a mi y me abrazó del hombro para luego besarme la mejilla.

—Entonces, ¿si bailas conmigo?

—Por supuesto.

Deje la copa que traía entre manos en la mesa más cercana y tomé la mano de Iris para llevarla a la pista de baile, tome su cintura con una de mis manos y con la otra tome su mano, comencé a moverme con ella al ritmo de la canción y la vi recargar su cabeza en mi pecho, acerque mi cabeza para poder plantarle un beso en esta y escuché su risa, levantó la cabeza y yo me incline cuando note que ella pensaba decirme algo.

—Vayamos a casa. Puede que tú lo soportes pero yo no, sabes que no soy de mucha paciencia.

Sonreí pues sabía a lo que se refería, asentí con la cabeza y me dirigí con ella fuera de la pista para poder retirarnos a casa, se que mi familia va a hablar mucho mañana pero no me importaba yo también quería ir a casa y pasar mi tiempo con Iris, aunque la verdad ni siquiera hubo tiempo para eso, tuve que parar en el hotel más cercano pues Iris no dejada de estar tan inquieta y sinceramente no queria terminar teniendo un accidente en el auto. Esa noche de alguna forma mi subconsciente sabía que algo pasaría, yo esa noche le hice el amor a Iris con locura, con devoción, yo sentía que debía amarla mucho, yo sabía que tenía que hacer algo al respecto pues ya no podía soportarlo. Miré a Iris quien dormía con tranquilidad, acaricie su rostro.

—Iris, compre tarta de frutas—dije para asegurarme que estuviera dormida pues cuando ella no lo estaba y escucha esa frase se levantaba de la cama aunque fuese a tropiezos y estuviera cansada. Sonreí para plantarle un beso en sus labios—Te amo.

Solté aquello que había querido decir desde hace tiempo y me acomode mejor en la cama para abrazarla y dormir a su lado, pensé que todo había sido perfecto y que nada iba a salir mal pero, todo empeoró a la mañana siguiente desde que abrí los ojos. Iris no estaba en la cama, de hecho cuando me levanté ella ya estaba vestida, notaba que me miraba con cierta preocupación desde la lejanía.

—Debemos hablar—dijo antes que yo pudiese decir algo al respecto, lo admito me puso bastante nervioso pues nunca la habia visto de esta manera o al menos no conmigo. Asentí cona cabeza y palmeé el lugar a mi lado para que ella se sentará pero la vi negar—Se que eres consciente de que tuve otros novios, es decir te hablé de ellos—asentí con ls cabeza pues sinceramente no sabia a donde quería llegar con esa conversación pues su primer novio fue debido a una puesta y el otro chico bueno no hablaba mucho de él —La razon por la cual hice mis prácticas aqui en Baltimore fue porque queria estar cerca de Dominic, la verdad es que nunca fuimos una pareja como tal pero yo lo amaba, incluso cuando un día tomo sus cosas y se marcho para irse sin mas yo lo sigo queriendo... Creo que debemos hablar de esto antes de que la relación continúe a algo más y es que yo lo sigo amando y no creo que sea justo que no lo sepas que la razón por la cual comencé a salir contigo fue para tratar de olvidarlo.

Sus palabras dolieron, en verdad que si pero, no por qué ella haya admitido eso, era consciente de ese chico de hecho el doctor Díaz me habló de él pero, no entendía el caso de hablarlo en este momento tras lo sucedido anoche y que eso de que está tratando de olvidarlo.

—Comprendo, solo te soy un objeto de olvidó.

—Lex no lo digas de esa forma.

—Lo hiciste sonar de esa forma.

—Se que no me exprese bien pero, no me refiero a eso.

—¿Entonces a qué te refieres? ¿Cuál es tu intención de sacar el tema a colación?

—Es que creo que podríamos intentarlo, es decir, ya sabes tener una relación más formal y...

—Iris, guarda silencio un momento —pedi al sentí como me invadía la ira—Ten cuidado de como te expresas, ¿a qué te refieres con intentarlo? ¿Intentar que, Iris? ¿Insinuas que nuestra relación no es algo formal y sería? ¿Crees que e estado jugando contigo en esta relación? ¿O acaso tú has estado jugando conmigo?

Hubo un silencio y aquello me hirió.

—Comprendo, esto no fue nada para ti.

—No es así, Lex... Yo te aprecio y...

—Pues no es suficiente Iris y no es nada justo en especial cuando yo te amo, recuerdo que tuvimos una conversación respecto a esta relación y tú me aseguraste que era algo serio, y ahora me sales con esto, ¿En qué estabas pensando?

—Lex.

—No quiero escucharte Iris. Es obvio que ya terminaste de jugar conmigo.

—No es así Lex, si te quiero.

—Sinceramente dudo de tus sentimientos y la verdad no entiendo cómo puedes amar a alguien que te abandono pero está bien, son tus sentimientos.

—Ya deja de hablar como si yo fuese la mala aquí.

—¿Y no es así? Iris no soy un plato de segunda, ni alguien que anda por ahí que juguega a la. Yo te amo y sinceramente me siento como un idiota por aún sentir esto contigo a pesar de todo lo que me dices pero comprendo al punto que quieres llegar, terminemos.

—¿Que?

Podía notar la sorpresa y el dolor en su mirada pero yo no quería seguir así.

—Creo que es todo, terminemos.

—¡No puedes terminar conmigo! ¡Te dije que puedo intentarlo!—me grito entre lágrimas.

—Pues no quiero que lo intentes Iris, no cuando tú corazón ya está ocupado. Lo mejor es terminar, yo no quiero ser el reemplazo de nadie y mucho menos cuando yo si entregué todo desde un principio...

—Lex.

—Solo vete, por favor... Solo vete doctora Shuster.

Note el dolor en su mirada cuando la llamé de esa forma sin embargo no dijo nada más, limpio las lágrimas de su rostro y ella se marcho, escuché el azote de la puerta y yo por fin deje caer lss lágrimas que habia estado conteniendo, ¿Que demonios había pasado? ¿Por qué todo salió tan mal?
Después de terminar no la volví a ver, el doctor Díaz fue a mi casa para recorrer sus cosas y me confesó que también había discutido con ella, puesto que estaba en desacuerdo en especial cuando Dominic no era bueno para ella sin embargo yo no preste mucha atención no quería escuchar de alguien que no estaba presente en la vida de ninguno de los días y que aún así había Sido la razón de nuestro rompimiento. Mi familia evitaron el preguntar cuando les informe sobre nuestro rompimiento, sabían que cuando quisiera hablarlo lo haría pero lo cierto es que no quería hacerlo.

—El doctor John J. volverá oficialmente mañana a retomar sus actividades como director—informo el director Bell —sin embargo no tendrán la gracia de librarse de mi ya que seguiré aquí ayudando en su trabajo por otro lado—note como giro para ver a Iris—La doctora Shuster será transferida a Londres, espero que se despidan apropiadamente ya que no la volverán a ver jamás—dijo aquellas palabras mientras me miraba—es todo en la reunión de hoy.

Él director Bell tomo sus cosas y se marchó, yo note como varios doctores se acercaron para despedirse de Iris y yo solo me levanté para marcharme en silencio, mi mirada de encontro con la del director Bell.

—Recuerdo habértelo dicho, te dije que una relación entre ambos iba a salir mal.

No dije nada pues no quería darle la razón a ese hombre así que solo seguí caminando en silencio para irme a mi oficina, no quería pensar en el hecho de que no volvería a verla nunca jamás pero creía que era lo mejor, después de todo ya no éramos nada.
Escuché el sonido de la puerta a lo cual indique que pasarán levanté la mirada para observar a Iris, negué con la cabeza para fingir seguir con mi trabajo, aún me costaba verla.

—¿En qué puedo ayudarle, doctora Shuster?

—Lex, por favor, no seas así.

—Solo somos colegas así que por favor dirigase a mi como doctor Cooper.

Hubo un silencio.

—Eres realmente malvado conmigo.

—Es realmente una ironia esas palabras de su boca.

—Quería venir y despedirme correctamente contigo pero veo que no se puede, ¿cómo puedes ser de esa manera.

—¿Cómo puedes tu ser así? Actuar como si nada, aunque bueno es sencillo para ti tomando en cuenta que el idiota enamorado y el corazón roto soy yo.

—En verdad que eres un idiota —dijo y entonces sentí como golpeó mi cabeza con algo, levante para ver su mirada se estaba limpiando las lágrimas y baje la mirada para observar la envoltura de un regalo —Pero bien como sea, no volveremos a vernos jamás. Ten tu estúpido regalo de cumpleaños haz lo que quieras con él, adiós para siempre doctor Cooper.

Entonces salió dando un azote a la puerta de mi oficina, yo mire el regalo, había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños, tome este con la intención de tirarlo a la basura pero me carcomía la curiosidad y entonces decidí abrir la caja para ver una pelota vieja de béisbol autografiada sin embargo no era cualquier pelota, era mi vieja pelota de niño, aun recuerdo esa ocasión en la que conversando con Iris ella me preguntó si habia algo que apreciaba mucho y yo le conté que cuando era niño había ido a un partido con mi abuelo y él me había conseguido una vieja pelota con un autógrafo que usaba uno de los jugadores que en ese entonces me encantaba, era mi tesoro sin embargo mi madre por equivocacion habia vendido en una tienda de garage, recuerdo que le confesé que aunque no se lo exprese a mi madre si estuve resintido y enojado con ella pues ese habia sido el último regalo que el me habia dado antes de morir y que había perdido para siempre, sin embargo ella de alguna forma la había encontrado, mire la pelota y quise lanzarla lejos pero no podía, no pude evitar llorar mientras miraba la pelota, no quería que Iris se fuera pero tampoco queria obligarla a quedarse, queria dejar de amarla pero, ¿Cómo?

—Hijo, ¿Estás bien?—limpie mis lágrimas mientras giraba la silla para evitar que mi madre me viera.

—Estoy bien, ¿necesitas algo?

—No realmente—la escuché tomar asiento y entonces continuo hablando—sabes, creo que nunca te conté la historia de como tú papá y yo llegamos a casarnos—guarde silencio y ella continuo —Nos enamoramos en la universidad incluso planeamos casarnos al graduarnos pero, la verdad es que en ese entonces yo estaba enamorada de alguien mas—aquello captó mi atención gire para ver a mi madre—su nombre era Gael Rossi, un italiano bastante atractivo con el cual sinceramente tuve una aventura en mis años de juventud asi que cuando volvi a verlo despertó muchos sentimientos así que termine con tu padre, incluso me iba a casar con él.

—¿Que hizo papá?

—Nada, dijo que iba respetar mi decisión, estaba siendo un vil cobarde como tu—mire a mi madre para negar —sin embargo cuando estaba a punto de casarme tu padre a media boda se levantó para tratar de interrumpir la boda pero no dijo nada, solo lo vi llorar y sinceramente me conmovio mucho y me dolió. Había amado a Gael y pensé que seguía siendo así después de todo era lo que yo deseaba pero, me equivoqué no lo seguía amando o al menos ya no de manera romántica al que amaba infinitamente era a tu padre y era al wue necesitaba asi que yo misma impide mi boda y me fui con él, bueno el resto ya sabes es una historia que ya conoces.

Seguí en silencio pues sinceramente no quería seguir hablando.

—Yo hablé con Iris, sinceramente pensé que habías sido tu él que se equivocó —mire a mi madre ofendida y ella solo se encogió de hombros —es que no decías nada y bueno, ella me confesó la verdadera razón de su rompimiento. ¿Y con que derecho la juzgaba si había pasado por lo mismo? Hijo se que te sientes herido y ofendido pero, no dejes que ese orgullo te impida luchar por lo que amas, lucha por Iris.

—¿Y que se supone que voy a luchar? Ella dijo que lo amaba a él.

—¿Realmente lo hizo? ¿Te dijo el porqué lo amaba y lo prefería a él antes que a ti? Hijo, piensa un poco más en sus palabras, puede que ella en realidad esté temerosa de volver a querer a alguien y salir herida, sabes a veces es más sencillo quedarte con la persona que ya sabes que te lastimo pues sabes cómo seguir adelante sin ella que volver a ser herida nuevamente y no saber que hacer con tu vida.

Guarde silencio mi madre sonrió pues sabía perfectamente que había entendido sus palabras se levantó para palmear mi hombro.

—Yo sé que vas a estar bien y, ¿Esa es la pelota que te regaló mi padre?

—Si—admití con una sonrisa— Me la dió Iris por mi cumpleaños.

—Es cierto, es hoy lo había olvidado por completo, perdón por el trabajo es difícil y prometo recompensar lo.

—Está bien, mamá, ya recibí el mejor regalo de cumpleaños.

—Mira nomás esa bella sonrisa, enserio hijo, haz algo al respecto.

Ni siquiera me di cuenta en que momento sonreí, mire a mi madre y asentí con la cabeza. Sinceramente no sabia que iba a hacer, Iris se habia marchado y no iba a volver, se que de vez en cuando hablaba con mi padre debido a trabajo pero, yo no quería hablar con ella de esa manera, la verdad es que no sabía cómo luchar por alguien y no quería ir a Londres para verme como un idiota y ser rechazado, no creia poder soportarlo pero entonces la vida me dió una gran excusa.

—Yo tomaré el caso—dije a lo cual todos me miraron. Cuando mi padre llegó informando que Iris necesitaba ayuda en un caso todos los doctores especialista en el caso nos involucramos, incluyendome, incluso cuando me insistieron que no era necesario pues pensaban que no quería saber nada de Iris pues evitaba el verla.

—¿Estás seguro? Alguien más puede ir—pregunto mi padre y yo asentí mientras tomaba la carpeta.

—Yo quiero ir.

Mi papá sonrió mientras asentia.

—De acuerdo, entonces te lo dejo toda a ti y hijo, mucha suerte.

Yo en ese momento estaba totalmente decidido, iba a volver con Iris o al menos eso era la idea sin embargo fue tan difícil para mí, cuando volví a verla me dió un ataque de celos cuando lo ví con alguien más riendo, mi orgullo se interpuso un sin fin de veces y la verdad es que seguía molesta hasta cierto punto pero, simplemente no podía dejar y mucho menos cuando casi la pierdo. Ir a Londres fue toda una aventura, un viaje del cual me había arrepentido por como habían acabado los hechos, había vuelto pero sin Iris.

—En verdad que todo esto fue un fiasco—dije con cansancio mientras entraba a mi departamento, deje la maleta Pero me quedé de pie en la entrada al observar a Iris, ¿Que hacia ella aquí? Es decir yo la había dejado en Londres, la vi levantarse, se acercó a mi con una sonrisa y me dió una gran bofetada.

—¿Cómo te atreves a dejarme? ¡Dijiste que ibas a luchar por mi! ¡Que no me ibas a soltar jamás! Pero ante la primera oportunidad me abandonaste.

—¿Cómo es posible? Es decir...

—Tome el jat privado, ¿Que esperabas que hiciera después de que me dejaste? Además, eso no es lo importante, dime tú cómo es que...

Me acerque a ella besarla, pude sentir una pequeña sonrisa entre los besos, ella había venido, realmente me había elegido, me aleje lentamente y negué.

—No, espera creo que...

—Cierra la boca si no quieres que te vuelva a abofetear, te prometí corresponderte que te iba a compensar asi que habla de una buena vez, pidemelo todo lo que quieras.

—Quédate conmigo para siempre y no te vayas jamás.

—Lo haré si no me sueltas.

—Nunca jamás.

—¿Y realmente es todo lo que vas a pedir?

—Creo que deberías sentarte, tengo una larga lista.

Ella soltó una gran carcajada, asintió sin parar en la cabeza para mirarme y besarme nuevamente.

—Mejor dímelo mientras me haces el amor... Te amo, Lex Cooper.

No pude evitar sonreír al escucharla decir eso, cerré la puerta a mis espaldas y entonces abraze a Iris y nunca más volví a soltarla.

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