A Stiles le lleva tres días más poder recuperarse por completo. Había tenido que ir la médico porque su garganta comenzó a arder como la mierda y la fiebre iba y venía. Pero, con ayuda de sus amigos, sobrevivió a base de dormir casi todo el día, medicamentos y comida chatarra.
Y mucha sopa de su madre. Cada noche, cuando Isaac volvía de su turno, iba a saludar a Stiles y le daba su ración de sopa. ¿El oji-marrón le había mandado un mensaje a Derek para agradecerle? No. ¿Hale le había escrito luego de la última llamada, días anteriores? Nop.
¿Stiles había preguntado por Derek a sus amigos? Jamás. No es que no le impotara. La curiosidad lo comía un poco por dentro. ¿Por qué parecía estarle dando ofrendas de paz? ¿Creía que con solo ese pequeño esfuerzo lograría que Stiles volviera al apartamento? Bueno, tendría que esforzarse bastante.
Y aún así, el rubio no sabía a ciencia cierta, qué era lo que deseaba. Sus amigos solo seguían diciendole que se tomara su tiempo, se recuperara y se quedara con Isaac cuanto lo necesitara. ¿Stiles tenía mucho tiempo para pensarlo? Bueno, no. La fecha de la boda, lamentablemente, se acercaba y el oji-marrón quería gritar cada vez que lo pensaba.
Así que solo se había dedicado a jugar carreras de autos.
Y puede que haya revisado un par de veces si Derek le había escrito algo. ¿Era debil? No lo creía. Tenían muchos años juntos, un tiempo ya de haber comenzado a convivir y, por más que Stiles no se sintiera cómodo en ese momento, los momentos felices y significativos no habían dejado de rondar su mente esos días.
Stilinski les enseñó el dedo del medio (imaginariamente) a esos recuerdos.
(...)
Derek acababa de regresar al apartamento y se encontraba quitandose su abrigo cuando el timbre sonó. Se quedó inmovil, a medio camino de dejar su chaqueta en el perchero. ¿Podría ser Stiles? ¿O tal vez sus amigos, yendo a buscar las cosas del chico?.
Ciertamente, Hale había pensado tanto en la posibilidad de que, en uno de esos días, los amigos de Stiles fueran a buscar sus cosas que había terminado soñando con ello. Patético.
Colgó su chaqueta y luego se acercó a la puerta, abriendola. La silueta de su madre y de Cora le dieron la bienvenida.
Ah, puta mierda.
Talia sonrió con emoción cuando el rostro de su hijo apareció detrás de la puerta y, de inmediato, lo envolvió en un abrazo.
-¡Cariño!.-Exclamó la mujer, mientras sentía el cuerpo de Derek ponerse rígido.-¡Dios mio! Debes estar tan estresado con el trabajo.-Mencionó.
El peli-negro se apartó del abrazo, dando un par de pasos hacia el interior. No quería dejarlas entrar. Quería tomar una larga ducha y, tal vez, volver a intentar cocinar el postre que a Stiles le gustaba llevar a las primeras citas que habían tenido.
-Algo así.-Derek sonrió pequeño.-De hecho, pensaba tomar una ducha e ir a la cama.-Siguió. Esperaba que el mensaje fuera lo suficientemente claro como para que las mujeres se fueran, pero su madre lo ignoró e hizo a un lado su cuerpo para poder pasar.
Hale tomó una profunda respiración mientras esperaba a que su hermana también entrara, antes de cerrar la puerta. Chocó su frente contra la madera de la puerta, deseando poder salir corriendo de allí luego de asegurarse de haber dejado encerradas a su madre y hermana.
Se encaminó hacia la cocina, lugar donde había visto entrar a ambas mujeres. Su madre se encontraba de pie, observando la habitación.
Sip, puede que Derek no haya estado limpiando...correctamente los últimos días. Pero, en su defensa, volvía de trabajar tarde y cocinaba algo para llevar a la cafetería para Stiles.
Además, había notado que el oji-marrón era quien se encargaba de la mayor parte de la limpieza de la casa. Lo cual era mucho, porque el apartamento era grande.
-¿Ha habido una...guerra aquí?.-Talia dice, observando con disgusto el lugar. Su mano acaricia la mesa y luego observa, con detenimiento, como si quisiera encontrar una gran cantidad de polvo en ella. Seguro lo había hecho. A Derek le importaba una mierda.
-No he tenido tiempo de limpiar.-Menciona el peli-negro y ve a Cora hurgar en su refrigerador, posiblmente en busca de algo para comer. Mala suerte: la unica comida que hay allí es un limón. Y un frasco vacío de ketchup. Y un queso, pero tenía moho.
-Tampoco tienes comida.-No tarda en decir su hermana.
Talia hace un ruido de desaprobación mientras deja una bolsa que llevaba en una de sus manos.-Suerte que he venido a traerte un poco de tu comida favorita. Se que Stiles no sabe cocinarla.
El oji-verde da un pequeño brinco al escuchar el nombre de su prometido e intenta mantene su rostro neutro.-Mamá.-Dice en tono de advetencia, pero, obviamente como sucede desde hace años, es ignorado.
-¿Dónde se encuentra el niño, por cierto? ¿Ha ido a hacerse un tatuaje en la cara, para terminar de arruinar nuestra boda?.-Talia dice, mientras comienza a sacar los tupers de la bolsa. Como si se tratara de su casa, lleva los tupers hacia la heladera. La mujer niega con la cabeza mintras, obviamente, inspecciona el interior de la misma.
-¿Nuestra boda?.-Derek dice, frunciendo el ceño. Ve a Cora ir hacia la cafetera y ponerla en funcionamiento. Dios, si alguien le diera un bate a Hale en ese momento posiblemente las terminaría golpeando. No era un sentimiento nuevo, sin embargo.
-¡Pues claro! ¡La gran boda Hale! El primer hijo que se casa.-Talia dice, en tono soñador mientras cierra el refrigerador.-¿Dónde esta, entonces?.-Pregunta la mujer, exigente. Su hijo la observa un poco desconcertado, porque su cerebro tiende a apagarse cada vez que su madre aparece en la ecuación, como mecanismo de defensa. Cree que es es la primera vez, en un buen par de años, que se encuentra prestando atención.
-Ha estado...-Se detiende, pensando. No puede decir que el oji-marón le había pedido espacio, porque su madre y hemanas perderían la cabeza e irían detrás de él. Así que dice.-...trabajando.
Cora resopla.-¿Trabajando? En aquella cafetería de mala muerte. No he visto más de un cliente allí, con suerte.
Derek le dirige una mirada seria, que logra que se borre la sonrisa creída del rostro de su hermana menor.-¿Y tú dónde trabajas, Cor?.-Responde, sonriendole ironicamente.
Su madre interviene rapidamente.-No le digas esas cosas a tu hermana.
El peli-negro rueda sus ojos. Toma asiento en uno de los taburetes, porque su madre y su hermana no parecen estar a punto de irse. Lamentablemente.
-Entonces ha trabajado un poco y eso hace que deje de atenderte a ti y a la casa.-Talia menciona, con decepción.-Tal parece que ya se encuentra lo suficientemente cómodo como para dejar de atender a mi niño. Te veo mas delgado, por cierto. ¿Hace cuánto no te cocina?.
-Pero...¿Qué diablos?.
-Modales, Derek.
-¡Ni siquiera es un insulto!.
Su madre se sienta a su lado, tomando una de sus manos entre las suyas. Dios, aquí viene.-Te dijimos que Stiles no iba a ser....un buen esposo.
-Por el amor a Dios, mamá, detente.-Dice, cansado. Siente el enojo acumulares y nada bueno puede salir de allí. Cora parece estar disfrutando la situación porque, cuando termina de servirse café, se sienta sobre la mesada de la cocina para poder observalos atentamente.
-¿Detener qué?.-Las cejas de la mujer se elevan, desafiante.-Solo digo la verdad. He venido aquí para traer las invitaciones a la boda, y para que podamos escribirlas los dos juntos, y me encuentro con que la casa es...
-Un chiquero.-Completa Cora.
-Exacto.-Talia luce horrorizada.-Y que tu refrigerador esta vacío. ¿Qué has estado comiendo, cariño?.
-Mamá, sabes que así no es como funcionan las relaciones.-Comenta.-Ambos deben...-Su voz comienza a perder fuerza porque nota otro error suyo. Ha estado delegando tareas a Stiles tareas que eran de ambos.-Stiles no tiene que cocinar para mi. Yo puedo hacerlo. Y la basura que ves, la hice.
-No te crié para que tengas que cocinarte y limpiar, Der-bear.-Presiona su mano, luciendo apenada. ¿Qué?.-Pero tú tranquilo. Hablaré con Stiles inmediatamente.
Derek se sienta mejor en la silla.-Tú no hablarás con nadie.-Responde rapidamente, en tono severo. Las cejas de Talia una vez mas se elevan, sorprendida.
-¿Stiles te tiene amenazado, bebé?.
Cora rie fuertemente mientras su hemano dice.-¿¡Qué mierda!?.
La mujer mayor parece realmente preocupada.-Lo que oiste.-Su mano sube y toca la mejilla del hombre. Derek aparta su rostro de inmediato.-¿Te esta amenazando? Porque dejame decirte que no será un problema para mi quitarle el anillo y decirle que la boda no...-La interrumpe.
-Mamá, Stiles no me amenaza.-Dice, lentamente.-Y no debe hacer nada por mi. Él trabaja y ha estado algo enfermo últimamente, así que yo me haré cargo de lo que sea necesario para que él pueda descansar.
-Holgazanear, querrás decir.
-Cora, tú ni siquiera sabes planchar tu ropa. Así que manten tu boca cerrada.
-Derek, esa no es forma de tratar a tu hermana. Estamos aquí, preocupadas porque estas a punto de casarte con un completo extraño y que, tal parece, no se preocupa por ti.
-¿Desconocido? Mamá, salimos por cuatro malditos años.
-Pues no se ha mostrado amable ni interesado en nuestra familia nunca. Así que, para mí, es un desconocido al que le darás nuestro apellido.
Derek pasea una mano por su cabello. Tiene que cerrar sus ojos y pensar en alguna imagen que le transmita paz, porque esta situación esta siendo demasiado para él.-Quiero que se vayan.
Hay un momento de silencio en la habitación, que logran que Hale abra sus ojos. Su madre no solo parece sorprendida, sino también muy furiosa. Ha quitado su mano de la de Derek y su rostro demuestra puro enojo.-¿Qué has dicho?.
-Que se vayan.
Cora silba, ganandose una mirada llena de odio po parte de Talia.
-Stiles te esta cambiando. Tú no...
-Pues que bueno que me este cambiando, porque, de lo contrario, ustedes lograrían que me quede solo de por vida.-Dice. Bueno, no está seguro de si un cambio lograría que Stiles vuelva pero...detalles.-Ahora, pueden irse.
-Pero.-Su madre pone aquella maldita cara. La expresión de grandes ojos tristes. La usa cada maldita vez, es como su carta con la cual dice "recuerda que soy tu madre y no puedes decirme nada".-he traído las invitaciones.
-Deja las malditas invitaciones en la mesa y sal de mi casa. No quiero hablar en este momento.
Talia luce sorprendida por un momento pero luego furia arde en sus ojos mientras se pone de pie. Abre su bolso y rebusca, enojada, las invitaciones para luego dejarlas sobre la mesa. Sin decir una sola palabra, sale de allí, dejando a Derek solo con Cora.
Su hermana menor vuelve a silbar, aplaudiendo, con sarcasmo.-Bien hecho, Der-bear. Has tratado mal a mama cuando ella solo quiere lo mejor para ti. Y eso no es Stiles.
-Cora cierra la puta boca y consiguete una vida.
En menos de un minuto, Derek se encuenta, por fin, solo en su apartamento. Cubre su rosto con sus manos, sintiendo como su corazón golpean con fuerza contra su pecho. El enojo es tan grande. Se siente un grna imbécil. Su madre y su hermana, nuevamente, habían insultado y menospreciado a Stiles y él no había podido decir demasiado.
Es que su madre nunca lo dejaba hablar. Y si lo hacía, terminaba en una escena como la de ahora: su madre saliendo furiosa, yendo a llorar y quejarse con sus hija. Así, Laura luego llamaba y entonces...era un maldito circulo vicioso.
Dios, ¿Stiles había tolerado a esas mujeres todo este maldito tiempo, atacandolo, y Derek nunca lo había notado? Bien. Tal vez su táctica de encerrarse en sus pensamientos había sido buena para él, porque eso quería decir que no debía escuchar las quejas y críticas hacia él. Pero había dejado desprotegido a Stiles.
Ah, puta mierda. Estaba jodidisimo.
Debía trabajar demasiado. Asi que con aquello en mente, Derek se dispuso a cocinar las galletas que Stilinski solía hacer para ambos. Tal vez si se apresuraba, podía toma una ducha, terminar las galletas e ir a dejarlas en la cafetería.
(...)
-Seguro las ha comprado.-Dijo Isaac mientras le entregaba la bolsa de galletas. Estaba atado con un listón rojo, de manera desprolija, y las galletas tenían diferentes formas.-No pongas esa cara.-El rubio de rizos advirtió, señalando a Stiles con su dedo.-Solo son unas galletas.
-Isaac, no puse ninguna cara. Solo estaba viendo el regalo.-Menciona Stilinski.-Ahora, ¿por qué no vas a tu comida con Erica y su nuevo novio? Deben estar esperando por ti.
-¿Estas queriendo echarme?.
-Si.
Isaac chasqueo la lengua pero luego asintió, rendido. Salió de la habitación sin decir una palabra mas, logrando que una sonrisa se formara en sus labios. Stiles bajo su vista hacia la bolsa de galletas. Tocó con cuidado el paquete, girandolo para poder inspeccionarlo. Del otro lado, una pequeña nota se encontraba debajo del moño, así que el rubio la quitó con cuidado. La dejó sobre su pierna mientra abria el paqueta y sacaba una galleta. Dio un mordisco experimental y tarareo de gusto, notando el sabor de la vainilla, los prequeños trozos de chocolate y a mantequilla de mani.
Tomó la pequeña nota con su mano libre y la abrió.
"Lo siento"
Wow. Dios. Impresionante carta romántica.
Imbécil.
Rodando sus ojos, dejo la nota sobre la mesa de luz y se dispuso a comer las galletas. ¿Por qué se disculpaba? ¿Por cuál de todas las idioteces que había hecho?
Elevó sus hombros. Debería aprender a comunicarse. Hasta entonces...una pena.
Holiiiiiis! Capitulo nuevo. Es un poco de relleno, para que también puedan ver un poco la perspectiva desde Derek. Espero que aún así haya sido de su agrado ❤️