CUENTOS CORTOS DE TERROR [CO...

Bởi RenRobsal

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Adéntrate en un mundo de terror donde los juegos prohibidos desatan pesadillas inimaginables. Desde el aterra... Xem Thêm

LA RISA DE LOS DEMONIOS
LA CASA ANTIGUA
EL PÁRAMO DE LAS ALMAS PERDIDAS
VEXAR
EL PÉNDULO HUMANO
EL JUEGO DE CHARLIE CHARLIE
EL JUEGO DE BABY BLUE
BLOODY MARY
EL JUEGO DE MARÍA SANGRIENTA
EL JUEGO DE LA BALLENA AZUL
EL CABALLERO DE LA NOCHE
FIVE NIGHTS AT FREDDY'S
SLENDERMAN
LA CASA DEL ABISMO
KUCHISAKE-ONNA
EL JINETE SIN CABEZA
PENNYWISE (EL ORIGEN ) SEGUNDA PARTE
PENNYWISE (EL ORIGEN) TERCERA PARTE

PENNYWISE (EL ORIGEN) PRIMERA PARTE

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Bởi RenRobsal

Hola, me llamo, Pennywise, ¡Soy el payaso bailarín! Dicen que yo llegué en un meteorito hace millones de años. Ji,ja,ja,ja,ja. Qué estupidez es esa. ¿Quién lo inventó? Yo lo sé y ustedes también.

¡No se hagan los tontos, bolas de subnormales! El que corrió ese rumor patoso es tan imbécil como los que le creyeron.

Pero para poder contar mi historia tenía que encontrar a alguien, alguien que sea igual de perdedor como yo lo fui cuando tenía apariencia humana. El que está contando mi historia es un don nadie. Es tan pobre como una asquerosa rata, al igual que yo lo era en mi vida humana. Somos inmensamente compatibles. Jamás le volvería a confiar esta historia a un escritor privilegiado. Ya confíe en uno y me falló. Le presenté mi origen y no quiso sacar a la luz mis principios y mis valores. Solo me hizo un payaso malo. Nada más que solo un payaso asesino, ¡yo soy más que eso! Mucho más, soy un verdadero Artista; no niego que soy un asesino. Lo soy y me alegra poder serlo. Pero confié en ese tal, Sthepen King, le confié toda mi maldita vida, lo hice millonario y ni aún así no me quiso recompensar. No me quiso dar el maldito crédito cómo me corresponde. Él cambió mis principios y mis estrepitosos sufrimientos por dinero. Lo maldigo, por eso, lo quiero ver muerto, sé que un día se lo comerán los gusanos y ahí estaré yo para poder arreglar cuentas. Ji,ja,ja,ja,ja. Le voy a hacer pagar por su incompetencia.

Quieren saber mi origen, pues, esta es mi historia.

Yo no tenía trabajo, era un desempleado más en Derry. Lugar que queda situado en el estado de Mayne. Vivía en una casa maltrecha con mis pobres padres. Yo heredé esa maldita pobreza. Heredé sus malditas ruinas. Existían ocasiones que no teníamos ni para tres comidas diarias como la gran mayoría.


Pero, ahora que lo pienso mejor, voy a retroceder un poco más. Voy a empezar desde el día cuando era un tierno y dulce niño de 8 años de edad:

No recuerdo el año, pero lo único que sé es que en aquel año tenía lleno de sueños mi cabeza. Mi verdadero nombre es, Bob Gray. El pequeño Bob creía que de grande lo iba a visitar la Diosa fortuna. Juré por mi vida que no me iba a alcanzar la pobreza cuando me convirtiera en un adulto.

Mis padres me mandaron a la escuela. Eran indigentes, se colocaban en la entrada de una iglesia católica para pedir limosnas. Cuando mi papá me compró con mucho esfuerzo los útiles para ir a la escuela, a esa edad me dijo que por cada cosa que perdiera me iba a dar una paliza de la cual no podría ni tan siquiera levantarme de la cama.

Pensé que solo se trataba de vanas promesas. Pero llegó un día en el que por situaciones de la vida perdí una pluma con su respectiva tinta, ese día quedó marcado en mi memoria ya que mi padre me golpeó tan fuerte en la espalda y en el rostro con una vara de gran grosor, me dejó tan hinchado que me costó conciliar el sueño por casi una semana entera.

Mi madre jamás me defendía, ella tenía claro que no debía meterse cuando mi padre me impusiera un castigo. Mi padre era un maldito ebrio y mi madre lo acompañaba en sus andares. Ambos eran tal para cuál. Desde aquel entonces para no perder nada tenía que robar los útiles a mis compañeros, no quería que mi padre me volviera a golpear. Lo que más anhelaba con todo mi corazón era poder verlo fallecer de la forma más horripilante posible.

Un día escuché una barahúnda fuera de casa, el escándalo no era muy común por nuestro barrio, aunque nuestra casa quedaba alejada de las demás, las panderetas sonaban muy fuerte. Corrí rápidamente hacia el segundo piso para ver lo que acontecía. Se trataba de unos hombres que tenían los rostros pintados y sus vestimentas estaban conformadas por unos trajes anchos y coloridos, pasaron gritando por el pueblo que iban a dar un show por la noche. Iba a haber unas carpas junto al viejo molino. Ahí darían su show inspirado por los mejores cirquistas de Londres, que según ellos se trataba de los mejores en el mundo entero. Faltaban pocos días para mi cumpleaños y mi mamá convenció a mi padre para que me llevara a ver el circo. Mi papá dijo que no me prometía nada, Pero, que si le iba bien con las limosnas él me aseguró que me llevaría a ver el show.

Fui a mi cama para pedirle a Dios que papá con mamá tenga buenas recolectas en aquel día para poder ir a disfrutar del majestuoso circo.

Las limosnas de mi padre aquel día fueron buenas así que mis padres me dijeron que íbamos a ver el show, no podía estar más emocionado. No sabía que era un circo en realidad, pero sentía muy dentro de mi corazón que iba a tratarse de algo muy divertido.

Así, tras llegar la noche fuimos al circo. Habían carpas e hicimos fila en una boletería para poder entrar. Nos sentamos y empezó el show. Una señorita presentó el show y dijo que el primer acto se trataba de los malabares.

No sabía que eran malabares por aquel entonces, pero se trataba de que unos hombres tiraban unas antorchas hacia arriba y cuando estas descendían la agarraban con tal precisión que no lograron prenderse en fuego de pura suerte, ni siquiera lograron quemarse los vellos de sus manos peludas, eran unos verdaderos profesionales en lo que hacían. Existía una algarabía y asombro total en cada individuo, incluyendome, la jovialidad en los rostros de todos era innegable. Todos nos veíamos felices, todo individuo daba exagerados palmetazos formando un extenuante bullicio, puedo estar muy convencido que podía escucharse aquella barahúnda hasta cientos de metros.

Luego, en otro show, un mono estaba subido en una tabla que se encontraba encima de un globo rojo súper resistente, este caminaba sobre la tabla y se equilibraba con gran agilidad pudiendo hacer rodar el globo.

Después apareció un hombre que era muy fuerte y levantaba unos pesos increíbles. Cargó a 6 mujeres, estas se le encaramaron sobre sus hombros y también en sus brazos, él hizo de base donde tuvo la pujanza de poder soportar a una gran pirámide humana. Aquel hombre fuerte pudo sostener a todas esas mujeres con una extrema fortaleza. Como acto final se presentaron los payasos que nos sacaron carcajadas tan intensas que hasta me agarró un calambre en el estómago de tanto reir.

Al día siguiente quería regresar al circo nuevamente y le dije a mi papá que me llevara devuelta, pero él, enojado y sin darme ningún tipo de explicación me golpeó con una vara tan fuerte que me volvió a partir la espalda, me dejó marcas en mis piernas y brazos. Estaba sumido en la locura y en la ira. Lloré en aquel día como un maldito cobarde y me escondí como una rata para que mi papá no me siguiera golpeando.

Así fue mi vida de pequeño. Cuando me convertí en adulto no pude graduarme del colegio como la mayoría si lo pudo hacer.

Mi papá me sacó del colegio dos años antes de poder graduarme, se me acabaron las posibilidades de poder estudiar y aportar algo relevante para aquella sociedad. Los trabajos escasearon. Nadie me quería contratar en ningún lado. Entonces me fui al circo y esperé a los artistas que salieran por la noche. Me acerqué a un hombre pelirrojo llamado Wyatt y le pedí de favor para que me diera trabajo.

Me preguntó. ¿Qué sabes hacer?

Le dije que no tenía experiencia en nada, pero que anhelaba convertirme en un gran payaso.

Wyatt llevó su mano a la barbilla y quedó en modo pensativo. Luego abrió su boca y me dijo- ven mañana a esta misma hora para conversar con los muchachos, tengo que acordar ciertos detalles. Al llegar al circo al día siguiente me hicieron un casting. Me dieron unas notas con unos diálogos. Wyat me dijo- ¡Mi circo ha sido contratado por una noche por los miembros de una escuela! Van a venir puros niños, ya tenemos hechos los diálogos, mi hermano Tom y yo queremos probarte como payaso principal, ya que Tom, aunque también es payaso quiero que se concentre como malabarista, ya lo tenía pensando desde mucho antes.

El casting trataba de que yo era payaso 1 y Wyatt hacía de payaso 2.

Lee el diálogo y habla como payaso, así- ¡Hooooola niños! Me dijo Wyatt.

Yo repetí-Holaaaaaa niños. Entonces agarré unos globos rojos, y dije-¿Quién quiere un globo?. Tengo globos para todos ustedes, a mí me gustan los globos rojos, y a ustedes. ¿Les gustan los globos rojos?

¿Eso no está en el guión?-Me dijo Wyatt. Pégate al guión. Y devuélveme los globos que son de decoración para el circo.

Yo le dije- lo siento. No lo vuelvo a hacer.

Ok. Me dijo Wyatt asintiendo.

Bien, se encuentra bien tu voz. ¡Tu voz está perfecta! ¿Qué te pareció su voz, Tom? Preguntó Wyatt.

Sí, me pareció excelente-dijo Tom. Que en su apariencia era un hombre rubio de baja estatura.

Ahora sí. Empecemos a entrenar. Tú eres payaso 1, recuerda muy bien. Aprende tus diálogos.

-Yo soy payaso 2..

-Entonces empezamos.

-Payaso 1: ¿Quién va a la escuela? Levanten la mano los niños que van a la escuela?

Cuando los niños digan, yo, o lo que quieran decir, entro yo que soy el payaso 2, muy exagerado, Diciendo.

-Payaso 2: ¿Él también monta a caballo con espuela?

-Payaso 1: (Lo corrige diciendo) No estoy preguntando. ¿Quién monta a caballo con espuela? Lo que yo pregunté es; ¿Quién va a la escuela?

-Payaso 2: ¡Ahhhhh! Yo también he ido a la escuela, es más, yo soy muy, pero muy inteligente.

-Payaso 1: bueno ¡ como tú eres muy inteligente!, vamos a demostrarle a los niños que tú si has ido a la escuela.

-Payaso 2: Está bien.

-Payaso 1: Voy con la primera pregunta. ¿cuánto es 1+1?

-Payaso 2: Mmmmmm. Déjame pensar, ah, Eso es un empate.

-Payaso 1: pregunta sorprendido ¿cómo que un empate?

-Payaso 2: ¿Qué, no sabes que es un empate?

-Payaso 1. No sé que es un empate.

-Payaso 2. Es cuando dos patos se empatan, o sea, se casan, no seas burro.

-Payaso 1: Ahhhhh, no entendí.

-Payaso 2: Es que tú eres un burro y los burros jamás podrán entender a un pato.

-Payaso 1: ahhhhh, ¿Ahora entiendo? Entonces siempre he sido burro, con razón mi papá me pone a cargar cosas en mi espaldita, es que siempre he sido un burro. Y Yo bien creído que era humano. Buaaaaa.

-Payaso 2: Hijo, mírate al espejo, si ves tus orejas.

-Payaso 1: Ajá. Las veo.

-Payaso 2: Esas son orejas de burro.

-Payaso 1: Ahhhhh. Con razón.

-Payaso 2: Ahora, mírate la nariz, esa es una nariz de burro.

-Payaso 1: ahhh. Con razón.

-Payaso 2: Ahora, mírate los ojos. Si los ves.

-Payaso 1: Sí, los veo.

-Payaso 2: Esos son ojos de burro.

-Payaso 1: Ahhhhh. Con razón.

-Payaso 2: Ahora, ¿hijo, traes dinero?

-Payaso 1: sí, tengo mucho dinero.

-Payaso 2: A ver, déjame ver cuánto traes.

-Payaso 1: tengo todo este dinero.

-Payaso 2: A ver, déjame ver. (El payaso toma el dinero del payaso 1)

-Payaso 1: ¿Oye y por qué te robas mi dinero?

-Payaso 2: Cuando has visto un burro con plata.

-Payaso 1: Yo quiero mi dinero. Buaaaaa.

-Payaso 2: Mira, será mejor que dejes de estar llorando, porque si vuelves a persistir te llevo al mercado para venderte como un burro parlanchín.

-Payaso 1: (Quedó mudo)

-Payaso 2: me prometes que ya no vas a volver a hablar.

-Payaso 1: Lo prometo por Diosito, lo juro con toda mi alma y todo mi corazón qué, nunca, nunca, pero nunca más en la vida vuelvo a hablar. Jamás volveré a decir una, algunita, ningunita, solita, sola, solín, solocita, sola palabra.

-Payaso 2. Ah, bueno, será mejor que cumplas lo que prometes, tienes que cumplir tu promesa.

-Payaso 1. Sí, cumpliré mi promesa, que se muera tu mamá si yo no cumplo.

-Payaso 2. Oye, no, qué te pasa, yo no quiero que se muera mi mamá.

-Payaso 1. Uhhhh. Te digo la verdad, tu mamá ya está muerta.

-Payaso 2: Cómo que mi mamá ya está muerta. Qué te pasa. Si recién yo vine conversando con ella. (Dice el payaso 2 teniendo el rostro muy preocupado a punto de llorar)

-Payaso 1: Sí, está muerta, pero está muerta de amor por mí.

-Payaso 2: no te creo.

-Payaso 1. Si no quieres creerme allá tú, yo soy un comprometedor.

-Payaso 2. Prometedor, o sea, que me prometes que es verdad lo que me estás diciendo. No, comprometedor?

-Payaso 1: comprometedor.

-Payaso 2: prometedor.

-Payaso 1: comprometedor.

-Payaso 2: prometedor.

-Payaso 1: comprometedor.

-Payaso 2: prometedor.

-Payaso 1: comprometedor.

-Payaso 2: Prometedor. Pero ya es suficiente con lo mismo, dime, ¿por qué dices que eres un comprometedor?

-Payaso 1. Ah, ya te voy a decir: es que yo me comprometo contigo, o sea, nos comprometemos. Nos juntamos, nos casamos y podemos ser felices para siempre. Estaremos juntos para toda la eternidad, que no separe el hombre lo que Dios acaba de juntar. Y así nos declaran felices para siempre. Ahora, el prometedor puede pasar a besar al burro. ( Payaso 1 hace piquito en su boca)

-Payaso 2. ¡No, qué te pasa, no ves que aquí hay niños!, además, yo no me quiero casar, por qué yo ya estoy casado, ya tengo esposa. Y además, los niños se casan con las niñas, no con un burro, Yo estoy felizmente casado con marinada.

Payaso 1. ¿Cuál marinada?

Payaso 2: El que te pega una cachetada.

Payaso 1. Recibe la cachetada y llora Buaaaaa. Buaaa. Y luego tiene que hacer la onomatopeya como normalmente hacen los burros. (hiaaa, hiaaa, hiaaa, hiaaaa)

El espectáculo fue ensayado, el guión se hizo más largo de lo habitual para que pueda durar todo el tiempo que tenía que durar la función, ahora las cosas me empezaron a salir bien. Conseguí trabajo, y muy pronto ya no iba a tener que vivir en esa pocilga donde estaba viviendo.

Los días pasaron y muchos vecinos del barrio iban a ver el show. Después, me saludaban y muchos se convirtieron en mis fans.

Ahora, tenía dinero, me pagaban muy bien por hora.

Quería reunir dinero para poder comprar otra casa y poder vivir en un lugar más decente. Yo tenía mi dinero guardado en un tarro en el sótano.
Le empecé a dar dinero a mi papá de nombre Ray y a mi mamá de nombre. Aurora: el suficiente dinero les daba a ambos como para que ya no tengan que ir a pedir limosnas en la iglesia.

Empecé a ahorrar de a poco, ya que mis deseos eran que con el pasar del tiempo pueda ahorrar lo suficiente, tenía anhelo de comprar muchas cosas. Trabajaba en el circo todo el día aprendiendo diálogos y ensayando para el evento de la noche, estaba trabajando muy, pero muy duro.

A continuación pasaron los días en que seguía ahorrando mucho dinero, todo el espectáculo tenía mejoras, mis diálogos se volvieron cada vez más chistosos. Una noche, al llegar a casa encontré a mis padres ebrios como ya era costumbre. No tenía nada de que asombrarme. Los ignoré cómo siempre, cuando fui al bote de lata donde tenía guardado mi dinero para poner más dinero. Este no se encontraba allí.

Me preocupé muchísimo, siempre me consideré muy meticuloso al guardar mi dinero. Siempre lo guardaba cuando mis papás se encontraban descuidados. Enfurruñado fui a reclamarle a mi padre. Él había perdido la estabilidad al igual que mi madre. Le pregunté a Ray por mi dinero y me contestó. Me debes el alquiler de la casa, o acaso que aquí vives de grátis.

-Te estoy dando semanalmente para la comida, no tenías por qué tomar todo mi dinero, le dije a Ray de la forma más amable posible para que me pudiera devolver mi dinero. Él en cambio me respondió enfurruñado: ¡Y qué me importa a mí! Me debes desde cuándo eras pequeño y todavía tienes mucho que pagarme.

Mi mamá, Aurora, opinó. Sí, y nos debes mucho más que eso. Yo tuve que lavar pañales asquerosos. Tienes una deuda muy grande con nosotros. Me llevé las manos a la cabeza y estaba completamente furioso.

Me encontraba enfurruñado, nunca antes había tenido ese fuerte temperamento, sentía un nudo en el cogote. Voces hablaban en mi cabeza y estas no se detenían, todo mi alrededor empezó a dar vueltas como si me hubiese embriagado. Así que me dirigí sin mas palabras a la pequeña bodega donde teníamos guardado las herramientas. Agarré una pala con el material que se sentía fuerte, se sentía resistente y estable, esperé un rato más para que mis padres se sigan embriagando. Después de una hora mi padre había vomitado sobre la mesa y se encontraba dormido al igual que mi madre.

Aquel era el momento perfecto para mi cruenta venganza. Me dirigí caminando de forma meticulosa hacia donde se encontraban mis padres. Ambos estaban dormidos y perdidos en el alcohol.

Calculé mi distancia de un metro y medio aproximadamente frente a Ray. Acto seguido apreté la pala con ambas manos, la extendí hacia arriba y luego juntando todas mis fuerzas la hice descender con ágil celeridad, para así poder reventar el cráneo de mi padre, y de manera divisoria quedó exhibido un gran agujero en su sien izquierda. Su sangre chorreaba a borbotones, esta bañó su cara y profusamente el abundante líquido rojo se arrastró de forma tenue sobre la mesa, aquel deslizamiento me provocó un éxtasis profundo, ulterior me convencí de que este era el mejor espectáculo que había presenciado en toda mi vida. Era tan majestuoso y espléndido el poder contemplar a aquel afluente rojo embellecer la madera donde nos servíamos nuestros alimentos. Mi madre tras aquel fuerte sonido abrió los ojos, levantó la cabeza y me miró fijamente de frente con cara de horror.

Sin más espera balancee la pala y con el filo de esta le destapé la garganta, le hice un corte limpio y certero. La mitad del cuello que estaba unida a su cabeza se tiró hacia atrás colgando sobre su espalda. La sangre chorreaba de su cuello como si se tratase de una cascada.

Había un charco grande de sangre sobre la mesa y también sobre el piso. Después de esto me sentí tan liberado. No tenía ninguna clase de placer culposo.

Recuerdo más bien que me seguía sintiendo furioso y le seguí dando de palazos a mi padre y con el filo de la pala empecé a cortar trozos de su rostro. Lo mismo hice con mi madre, le desprendí la cabeza con la pala, dicha pala logró resistir a los fuertes impactos que le proporcionaba.

Ahora, tenía que buscar la manera de poder desaparecer los cuerpos. Arrastré los cuerpos y los llevé hacia el filo de la escalera que bajaba hacia el sótano.

Luego, como para no hacer un esfuerzo desmesurado. Desde arriba empujé a mi padre para que rodara por la escalera al piso del sótano, lo mismo hice con mi madre y luego bajé con la cabeza de mi madre en mi mano. Dejaron manchas de sangre por todos lados. Parecían tarros que contenían tinta. Mi cara y mi ropa estaban salpicadas de mucha sangre.

Tenía que limpiar todo este desastre ocasionado. Fui a la mini bodega para traer más herramientas. Agarré una pata de cabra para desprender los clavos del piso del sótano.
















A continuación empecé a desprender diversas maderas del piso con la pata de cabra, luego con la pala empecé a cavar. Cavé tan profundo. La tierra del suelo era débil lo cual me estaba facilitando el trabajo, habían pasado horas y horas en las que estuve cavando, luego de hacer un hueco muy profundo metí a mis padres en aquel hoyo, ahora empecé a poner la tierra en su lugar.

Después clavé con el martillo las tablas, pero puse los mismos clavos oxidados para no levantar sospechas.

Luego de estar demasiado exhausto, me puse a limpiar cada gota de sangre que había ensuciado la casa, era inmensamente agotador el hacer dicho trabajo. Después de haber elaborado la limpieza, en un maletín marrón de mi padre encontré todo mi dinero que me había hurtado, fue inmensamente gratificante el haber encontrado el dinero que me costó tanto ahorrar.

Así sin más vi la botella de whisky que estaban tomando mis padres, la botella de "Whisky Boltra" De origen Escocés. Estaba sobre la mesa, la botella se encontraba tapada, estaba casi llena y había dos botellas vacías del mismo whisky tirados en el piso. Entonces empecé a beber de aquel whisky que tenía un amargor que me hizo arrugar el rostro en varias ocasiones. En el segundo vaso de whisky que me serví ya tenía un mejor sabor, empecé a beber más de la cuenta hasta poder perder la consciencia.

Al día siguiente me desperté con un terrible dolor de cabeza, me latían los sentidos. Cuando vi la hora, ya era tardísimo. Eran más de las 1 de la tarde, pero al quererme levantar me sentía tan mareado que me acosté en la cama. Así sin más cuando me sentí mejor, sin tener nada en mi estómago me fui al circo.

Me encontré a Wyatt que me quedó mirando fijamente. Yo no tuve más opción que decirle-lo siento. Tuve un contratiempo con mis padres y disculpa que no pude venir hoy.

Wyatt no me despegaba la mirada y me dijo. Ya es de noche. Ya faltan 15 minutos para que comience el show. Mira como la gente entra y tú no sabes de qué trata el guión del show. Estamos trabajando de viernes a martes, todos descansamos los miércoles y jueves. Tenías que ser responsable. Yo te lo dije. Este trabajo necesita de disciplina. Además, aún hueles a alcohol. Eres igual que tus padres, un perdido por los vicios.

Yo le dije a Wyatt. Lo siento, lo siento tuve un problema y tomé de más. Te prometo que no te volveré a fallar, dame el diálogo que yo aprendo rápido. Soy inteligente, Wyatt. Confía en mí.

Tom, a mis espaldas me puso la mano en el hombro derecho y me dijo: lo siento, Bob, estás fuera.

Fuera, fuera le dije. Por un solo día, no me desaparecí por una semana, solo fue un maldito día. Cómo pueden decir que estoy fuera.

Los muchachos nunca faltan, ellos son muy responsables, dijo Wyatt. Lo que te dijo Tom lo decidimos todo el equipo, no solo los dos. Todos los que trabajamos aquí.

¿Pero quién va a ser Payaso 1?

Ya te tenemos el reemplazo. Lo siento- afirmó Wyatt.

Tenía un furor muy profundo y un quebranto en mi corazón. Se me estriaron los huesos y mi boca se encontraba ondulada como la de un perro furioso, pero tenía que mantener la calma. Seguramente con el pasar de los días todo iba a mejorar.

Mis ahorros, con el pasar de los días empezaron a escasear. Me estaba desesperando. No sabía que hacer, mi desesperación era tanta que cada día antes de salir de casa me metía un cuchillo de mesa en el bolsillo del pantalón. Tenía ganas de volverme un ladrón de baratijas. Mis intenciones consistían en querer hacer un largo recorrido y poder robar por el camino a alguien que a simple vista se note frágil y que no exista la manera en que pueda defenderse.

Un día, el menos esperado me encontré con un amigo por el camino que me dijo que el circo se iba a ir de la ciudad. Me encontré con mi gran amigo, Hal. Él era un hombre de unos 65 años de edad aproximadamente, tenía el cabello blanco y una sonrisa llena de amabilidad. Me dijo que en el último show al que asistieron, los miembros del circo dieron la noticia de que se iban de gira por más de dos años aproximados. Se despidieron de todos nosotros con un aplauso por haberlos apoyado y que iban a hacer lo posible para volver antes de los dos años para volver a deleitarnos con su show. Mientras mi amigo Hal me contaba esto me brindó un cigarro. Le agradecí por el enorme gesto y así nos tomamos un descanso fumando juntos.

Hal era dueño de una hacienda, le pedí trabajo, pero él me dijo que tenía el personal completo, Pero que si llegaba a necesitar a alguien, él me avisaría sin dudarlo. No tenía más opción que ir a rogar a Wyatt para que me devolviera el trabajo y me llevara con ellos a la gira. Me dirigí hacia el circo, estaba esperando el momento adecuado para esperar a los chicos, Wyatt salió solo a fumar un cigarro y me fijé que no había nadie alrededor. Cuando le dije que quería conversar con él. Él me dijo- tú otra vez. Ya te dije que estás fuera. Sí, lo sé, le respondí, solo te quería agradecer por todo lo que haz hecho por mí.

Wyatt asintió y le dije: jamás había visto orinar a una mujer de pie, ¿a dónde?- Me dijo Wyatt. Le señalé con el dedo y de forma inmediata saqué del bolsillo de mi pantalón el cuchillo de mesa y se lo enterré en la garganta. Wyatt Jadeaba de forma angustiante y por un instante me pareció que hacía el ademán de querer gritar. La sangre le resbalaba profusamente por la laringe.

Wyat quedó por unos segundos de pie y luego se desplomó en el piso. Después de percatarme que nadie me vio, huí por unos matorrales detrás del circo, rodee una loma muy alta, invadí propiedad privada, luego de varios recodos y circunvalaciones al fin pude llegar a casa.

Al día siguiente escuché los sonidos de las pezuñas de varios caballos que se acercaban cada vez más. De repente cesaron los sonidos y escuché que golpearon la puerta. Me levanté, somnoliento y cuando abrí la puerta allí se encontraba el sheriff de la localidad, junto a 7 u 8 más policías. Todos estaban Montados en sus caballos de lujo.

Buenos días. Disculpe por importunar tan de mañana. Dijo el sheriff. El día de ayer asesinaron a un hombre fuera del circo. Wyatt Taylor se encontraba fuera del circo y le asestaron una puñalada con un arma blanca en el lado izquierdo de su garganta.

¿Usted conoció al occiso,Wyat, señor Bob?

Pero por supuesto que lo conocí. Estoy más que sorprendido, en realidad me encuentro estupefacto. Cómo es posible que alguien le haya hecho semejante mal al pobre de Wyatt. El era un hombre tan recto y amable, no se merecía tanta crueldad. Aún me cuesta salir del asombro.

¿Señor, extienda su mano derecha, me dijo el sheriff?

Claro, le respondí, ¿pero no sé por qué me pide aquello? Qué tiene que ver la extensión de mi mano con todo lo que me está contando.

El sheriff me mantuvo pulsando mis muñecas por el lado inferior donde se encuentran mis venas. El sheriff dijo: no se encuentra nervioso.

Ah, era eso. Le respondí al sheriff. Es que no tengo por qué estarlo. El que nada debe, nada teme.

El sheriff me dijo: un hombre que vive cerca del molino constató que vio cruzar a un hombre de gran estatura, flaco y desgarbado por su cerca donde invadió su patio. Este hombre iba con prisa, pero ya que era de noche no le distinguió bien el rostro. ¿Existía algún motivo para asesinar a Wyatt, señor Bob? Me dijo.

Yo le respondí. Por supuesto que no existía ningún motivo. Eso es absurdo.

El sheriff me indagó: Un motivo claro podría ser que él lo despidió de su circo.

Yo le respondí: eso no es un motivo. Si ese fuera el caso, en Derry faltarían cementerios ya que existen despidos todos los días. No sería tan estúpido para cometer semejante atrocidad.

Y ya que está averiguando acerca del asesinato de Wyatt que espero muy ansioso de que pueda agarrar al culpable. Le quiero pedir un enorme favor. Mis padres desaparecieron hace tres días ya. Ellos sabían pedir limosnas en la iglesia del pueblo, pero lamentablemente no han llegado aún. Estoy muy preocupado. Ellos como máximo han desaparecido por dos días, como mucho, ellos eran borrachos y suelen quedar varados en diferentes lugares.

-Deme los nombres de ellos.

Mi papá se llama Ray y el nombre de mi mama es Aurora. Somos la familia Gray.

Entiendo, dijo el sheriff, anteriormente había visto fuera de la iglesia a sus padres, aunque ahora último, hace ya varios meses que no los he visto. Cualquier cosa si de ellos le vendré a avisar.

El hizo unos apuntes en una hoja blanca y luego se subió a horcajadas en su caballo y huyó galopando a gran velocidad con los que le acompañaban.

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