Los que estaban cerca corrieron de inmediato a detener la pelea. Min gritaba enfurecido que pare, pero Lisa no se detenía, así que Min decidió defenderse, también golpeándola. Lisa quedó aturdida por un pequeño segundo, pero el enojo era más. A pesar de comenzar a sangrar, regresó a seguir con los golpes, pero antes el señor Kim la alejó cargándola de la cintura. Los demás doctores arrastraron a Min lejos de ella y quedó sentado, jadeante y tocando sus heridas que no dejaban de sangrar.
_¡Suéltame! - gritaba Lisa, batallando con la fuerza del mayor.
Jennie llegaba a pasos rápidos, viendo preocupada a Lisa sangrar de su labio y naríz. Nia seguía en la entrada de la habitación, trataba de calmar a Jung mientras ella evitaba seguir llorando.
Lisa pareció calmarse y fue dejada en el suelo. Se soltó con enfado y se alejó con pasos fuertes a la salida. Jennie fue tras ella. El señor Kim miraba desconfiado al pelinegro. Cualquier cosa que haya hecho, debió ser muy grave para que Lisa se ponga así.
_¿Qué le hiciste? - preguntó seriamente al pelinegro.
_Yo no le hice nada - respondió a la defensiva, poniéndose de pie - mi hermana siempre a sido una agresiva.
Min cruzó miradas con Nia, mirándola con cierta molestia. Algo le tuvo que haber dicho para que reaccionara así, y lo tenía que averiguar.
_Nia, vámonos - avanzó un poco, pero giró al notar que Nia no iba tras él - Nia.
_Yo...me quedaré - respondió nerviosa - hablaremos luego sobre tu propuesta.
Min reprimió su enfado, simplemente asintió y salió del hospital.
A la anochecer, Lisa y Jennie estaban sentadas en el parque del hospital, en uno de los bancos más alejados. No habían vuelto desde que salieron, solo estaban allí, buscando tranquilidad y en silencio, pero Jennie decidió hablar al verla tan pensativa y con ojos cristalinos aún.
_¿Qué pasó...allí dentro? - preguntó por lo bajo.
_Es un asunto algo delicado...- miraba a la nada.
_¿Quieres hablarlo?
_Por ahora no - respondió con la voz apagada.
Jennie asintió, no sabiendo de qué más hablar.
_Es una linda noche...- pronunció, mirando las estrellas y la hermosa luna.
_Sí...es muy linda - levantó a mirada, pero no había ninguna emoción, parecía que sus sentimientos se habían apagado.
_La sangre ya está seca...debo limpiarlo - rebuscó en su pequeño bolso - tengo paños húmedos - los sacó.
Tímidamente tomó su mentón y giró su rostro a ella. Lisa tenía la mirada perdida, entristecida. Jennie comenzó a limpiar con cuidado, siendo delicada al rededor de la herida de su labio. Lisa levantó la mirada a ella, viéndola, admirando afligida a la hermosa chica que tenía en frente.
_No te quiero perder a tí...- Lisa pronunció.
El silencio las invadió por largos segundos.
_¿A qué...te refieres? - preguntó nerviosa.
_He perdido...tantas cosas en mi vida...- sus ojos se cristalizaron - por terceras personas o por malas decisiones...pero a tí...a tí no te quiero perder. Quédate en mi vida...por favor.
_Siempre estaré para tí, Lisa - comentó nostálgica - tenemos una hija.
_No te quiero en mi vida por la bebé...- confesó, Jennie sentía sus latidos latir con más fuerza - te quiero en mi vida porque eres tú...la chica a quien amo.
_Lisa...
_Tengo...mucho miedo...- confesó, sus lágrimas caían - pero no quiero que mi miedo aleje la posibilidad de ser felíz. Si esto no resulta como espero...al menos estaré felíz de haberlo intentado, ¿No? - preguntó insegura.
_¿Intentar...qué? - preguntó nerviosa, quería que Lisa sea directa, no quería creer que solo se está imaginando cosas o las está malinterpretando.
Lisa bajó la mirada, un sonrojo apareció en ella, esto le pareció tierno a Jennie.
_¿Puedo ser...tu enamorada? - fue casi un murmullo, pero fue suficiente para que una sonrisa nostálgica aparezca en Jennie.
Su respuesta fue un repentino beso que dejó sin reaccionar a Lisa por unos segundos, pero lentamente cerró los ojos, disfrutando de los labios dulces de la castaña.
Jennie se alejó solo un poco y apretó los labios, pensativa.
_Sabes a sangre - pronunció.
Ambas rieron, sonrojadas en un cómodo silencio. Lisa sostuvo su mejilla y dió una caricia a los labios de la castaña con su pulgar. Había sido tan difícil tener que soportar las ganas de ir a besarla cada vez que la veía. Era como una fuerza invisible que la empujaba a la castaña, y ahora estaba gustosa de haber caigo en ella, poder besar a aquellos labios y abrazarla para sentir su calor, su aroma y su cálida piel.
_Debemos curar tus heridas...- Jennie se puso de pie, tomando su mano - vamos dentro.
_Vamos a mi departamento...- pidió - no quiero seguir en esa camilla y menos que otra vez me pongan tubos en los brazos.
_Es por tu bien, Lisa - insistía - dijeron que estabas muy débil. ¿Qué haz estado haciendo? Supe que ni siquiera has estado comiendo bien.
_Te lo contaré, pero vámonos, ¿Sí? Por favor.
Jennie dudó, pero las palabras de Lisa parecían una súplica. Dió un suspiró y asintió. Lisa se puso de pie y sonriendo, dejó un beso en su frente. Ambas se fueron tomando un taxi, Jennie avisó a su padre en el transcurso y él supo comprender. Le dijo que no preocupe, que él pagaría todo.
Al llegar al departamento, Lisa se dejó caer a su cama, tenía mucho sueño.
_No vas a dormir sin antes comer - Jennie se dirigía a la cocina - mi mamá dice que una buena sopa de verduras te alimenta bien - tomaba una mediana olla.
_No quiero sopa...- arrastraba las palabras, como un pequeño berrinche.
_No queda de otra, vas a comer sopa - puso el agua y encendió el fuego - mientras vamos a limpiar y curar esas heridas.
Minutos después, Lisa gemía del dolor por la herida en su labio. Jennie ya estaba terminando. Le había mandado a bañarse para que sea más fácil, y ahora solo estaba en un top negro y un shorts de igual color.
_¿Solo tienes ropa negra? - preguntó Jennie colocando con cuidado un pequeño parche en la comisura de su labio.
_El negro combina con todo - respondió - ¡Ash! ¡Jennie! - cerraba los ojos - eso me dolió.
_Listo - ahora tomó sus brazos - te quitaste los tubos con brusquedad, ¿No? - Lisa desvío la mirada, disimulando - con razón tenías sangre en los brazos hasta los dedos - suspiró - al menos ya cerraron. Tienes suerte que esos tubos iban puestos a una aguja o si no, ya te hubieras desangrado - regañaba.
Jennie gimió del dolor repentino en su bajo vientre.
_¿Estás bien? - Lisa se preocupó de inmediato, tocando su vientre.
_Solo son ligeros dolores, siempre pasa - hacía ejercicio de respiración.
De pronto Lisa pellizco de manera rápida su bajo vientre, tan fuerte que hasta ella saltó del susto.
_¡Ah! - se revolcaba en la cama - ¡Duele!
_¿Pero qué haces, idiota? - Jennie reía.
_Quería que estemos iguales pero creo que me pasé - quedó boca abajo, adolorida. Se sentó en un gemido de dolor y al ver su bajo vientre, una pequeña zona estaba roja.
_No es suficiente - Jennie la pellizco de la nada, Lisa volvió a saltar.
_¡Jennie!
_A mí me duele más todos los días - la atrajo de su brazo y lo volvió a hacer.
_¡Espera! ¡Espera! - Jennie no soltaba su brazo mientras reía - ¡Al menos en otro lado! ¡Auch! - pellizco su espalda, eso la dejó tumbada en la cama.
_También me da dolores de espalda.
_¡Ya, Jennie! - reía y a la vez sentía dolor, la castaña seguía - ¡No es justo, no puedo ser brusca, te puedo lastimar! - solo se defendía con sus manos - ¡Jennie!
_Ya, ya me calmé - se cruzó de brazos. Reprimió su risa cuando Lisa se sentó y sus ojos se agrandaron al ver su vientre lleno de piquetes rojos.
Jennie volvió a gemir de dolor cuando la bebé pateó su vientre. Lisa se dió cuenta y comenzó a reír.
_¡Hasta mi bebé me defiende!
_¡Oye! - Jennie miró su vientre - ¡Sigue así y te llamaré Juanita! - amenazó.
_No estés amenazando a mi hija - advirtió Lisa, acercando su rostro a ella - está bien que defienda a su mami - sonrió provocativa.
_Que recuerde quién la está llevando en su vientre - Jennie también se acercó, sonriendo.
Ambas se admiraron unos segundos, antes de unir sus labios en medio de una sonrisa. Pero el ruido en la cocina las alertó de que el agua se estaba derramando.
_¡La sopa! - Jennie se apresuró a bajar e ir a la cocina, pero Lisa pasó por su lado a más velocidad.
_¡Corres rebotando! - Lisa se burlaba.
_¡Es por la barriga! - Jennie se cruzó de brazos.
Lisa removía la olla sin dejar de reír, no dejaba de pensar en la manera tan graciosa de correr de Jennie por estar embarazada. La castaña llegó a su lado y con algo de dificultad por su vientre, abrazó a Lisa de la cintura y besó su hombro desnudo.
Lisa soplaba el cucharón con la poca sopa y le dió de probar a Jennie, esta asintió gustosa por su sabor. Jennie había puesto la olla pero Lisa no la había dejado hacer el resto, ella cocino, poniendo todas las verduras que Jennie le decía muy a su pesar.
Lisa tomó otra pequeña porción y comenzó a soplar, cuando sintió la mano de Jennie bajar entre caricias de su vientre a al borde de su shorts, metiendo sus dedos entre ellos lentamente.
_Jennie - giró su rostro, ella se mostró curiosa por su llamado, como si no supiera nada - ¿Apenas comenzamos y ya quieres? - reía levemente.
_¡Ash, está bien! - respondió con frustración - ¡Estoy así todos los días por las hormonas! - se cruzó de brazos - ¡¿No puedes ayudar a tu novia?!
_Soy muy inocente para eso - volvió su vista a la olla, reprimiendo no reír por la cara de incredulidad de Jennie.
_No sé si mi respuesta te ofendería - estaba pensativa, pero Lisa supo lo que le trataba de decir.
_¡Jennie! - giró a ella - ¿Me estás llamando zorra?
Pero Jennie corría rebotando a la habitación.
Ambas comían solo minutos después, Jennie veía que Lisa coma todo. Al terminar, se quedaron sentadas conversando sobre la bebé, pero Jennie aún tenía la duda de porqué su cansancio, así que interrumpió lo que Lisa decía.
_Llamé a Jisoo mientras te duchabas - Lisa se quedó curiosa por lo que dijo - no le dije que habías estado en el hospital, pero le dije que habías tenido una descompensación. Me confesó que estás trabando en bar hasta la madrugada...por mí.
_Esa chismosa...- murmuró.
_Deja de ese trabajo, Lisa. Por favor - pidió - recuperaré mis estudios después, primero está la bebé.
_Primero están ambas - respondió segura.
_Yo puedo esperar, solo son dos años. Tú eres más importante.
_No, ustedes-
_Las tres - interrumpió - las tres somos importantes, y hay que cuidar a cada una. Por favor, Lisa - acarició su cabello - dos años pasan muy rápido. ¿Pero dónde consigo otra Lisa? - ambas rieron levemente - deja ese trabajo, ¿Sí? - Lisa, dudosa por unos segundos, asintió - gracias - besó sus labios.
_Sigo diciendo que puedo hacerlo - murmuró en medio del beso.
_No hables - respondió igualmente - Lisa - se separó, nerviosa - ¿Me podrías ayudar?
_¿En qué?
Jennie bajó la mirada, sonrojada.
_Con mis...hormonas - casi y fue un susurro.
_Que pervertida eres, Jennie - río levemente cuando la castaña bufó con frustración.
_¿Me vas a ayudar o no?
_No es una ayuda - se acercaba a ella, poniéndola nerviosa - yo también lo necesito.
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