*Narra Selena*
A la mañana siguiente me desperté pronto para poder estudiarme mis primeras frases.
Antes de todo me dí una ducha y me puse cómoda para que me fuera más fácil hacer todas las escenas.
Bajé al desayuno pero no me encontré con nadie, lo que no me importó ya que tenía tiempo para pensar todo y mentalizarme.
Cuando volví a subir me crucé con Malachi que bajaba a desayunar.
- Madrugando eh - Gritó él a lo lejos con cara de dormido.
- Tu ni queriendo, te podrías haber lavado la cara al menos - Le dije riéndome.
- Venga que sí, no todos podemos levantarnos tan temprano, ¿vale? - Dijo frotándose los ojos.
- No tengo ningún problema - Contesté chocandole los 5 y siguiendo mi camino hasta mi habitación.
Estuve un rato releyendo todo, cuando escribieron por el grupo que bajaramos todos a la sala de ensayos.
Cuando llegué vi que había algunos directores y productores supervisandonos.
El resto del día lo pasamos todos juntos en las salas de ensayo, algunos bailando, otros haciendo acrobacias y otros cantando.
Cuando volví a mi habitación me moría de ganas de darme una ducha y meterme en la cama.
Esta vez no subí con Malachi ya que se quedó con Mekonnen un rato grabando tiktoks y bailando.
Una hora después cuando ya estaba metida en la cama y con el pijama puesto recibí un mensaje.
Malachi
Sigues desperta?
Te fuiste muy rápido del ensayo
Si pero poco me queda, tengo un sueño
Nono, te vienes conmigo
¿A dónde?
A dar un paseo, tengo un sitio perfecto donde ver toda la ciudad
Es de noche Malachi, hace mucho frío y estoy en pijama
Pues te pones una sudadera pero en 1 minuto estoy en tu puerta
Después de eso cogí rápidamente su sudadera y me puse un abrigo encima dejando ver todavía mis pantalones de pijama.
Me estaba lavando los dientes cuando sonó la puerta y al abrirla me encontré a un Malachi sonriente con un abrigo de The North Face y el pantalón de pijama también.
- Anda vamos que se que estabas deseando esto - Dijo ilusionado.
- Claro que quería ver la ciudad de noche, pero no justo hoy que estoy muy cansada - Contesté con angustia.
- Venga que ya estamos listos, además así nos despejamos, juntos - Añadió él a lo que asentí con la cabeza y paso su brazo por mi hombro dirigiéndonos al lugar misterioso.