La chica corrió hasta la oficina de Leclerc y dejo el pastelillo.
Se había olvidado por completo de que llevaba el postre de frutas en su bolso y la hora de salida ya había pasado minutos atrás, esperaba que el piloto siguiera por ahí.
Cansada, escribió la nota y se fue del lugar sin dejar rastro, deseando lograr alcanzar su autobús, de lo contrario debería esperar otra media hora para ir a casa.
A veces ella odiaba no saber conducir.
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A partir de aquí la historia sigue su curso normal, estos últimos siete capítulos solo fueron para mostrar el punto de vista de Elaine.