*Narra Selena*
Ya nos habíamos conocido un poquito más entre nosotros y me habían puesto al día del plan de rodaje, que todavía no comenzaría ya que los directores querían que conectáramos antes de empezar a grabar.
Se nos hizo tarde y nos mandaron un aviso de que volviéramos a nuestras habitaciones porque el servicio ya nos había dejado la cena ahí.
Unos cuantos giraron a la derecha para ir a las habitaciones 7,6,5...
Mientras que solamente yo giré a la izquierda, o eso pensaba hasta que escuche una voz atrás de mi.
- ¿Te has vacunado de la rabia? - Preguntó sarcásticamente nada más y nada menos que Malachi, lo que me hizo girarme.
- ¿Y tu puedes parar de seguirme? - Le solté y seguí con mi camino.
- Cálmate, mi habitación es la 13, no te lo creas tanto - Dijo con indiferencia para después entrar en su habitación.
Seguido de esto yo también llegué y vi una maravillosa cena sobre la mesita del salón.
Cuando me la terminé me daba tal pereza deshacer la maleta que simplemente saqué un pijama de pantalón largo con cuadrados rojos y rayas negras junto a un top negro, simplemente me lo puse, total ya tendría tiempo para colocar todo.
Cansada me dejé caer sobre la cama y en apenas un minuto ya estaba dormida, hasta que empecé a escuchar música tan alta que reconocía hasta la letra.
- Mierda, mi habitación da pared con pared con él salón de Malachi, ¿este chico es así de raro o solo lo hace por molestar? - pensé
Pero estaba claro que era por la segunda, entonces me levante de la cama dispuesta a plantarle cara, el peli fresi no me iba a quitar mis horas de sueño y menos hoy.
Me miré en el espejo antes de salir y me veía incluso más guapa que el resto del día, ¿por qué la vida es tan injusta?
Llegué hasta la puerta de Malachi y por la hora que era preferí tocar la puerta, aún que no había mucha diferencia entre el sonido del timbre y el volumen en el que tenía la musica.
Cuando me abrió la puerta me miró de arriba a abajo lentamente sorprendido, no entiendo porque la verdad si es lo que estaba buscando.
- ¿Puedes bajar la música? - Le pregunté retóricamente, la iba a bajar si o si.
- No, y ¿que haces aquí? - Dijo él sorprendido.
- Me molestas y no puedo dormir - Añadí indignada.
- ¿Qué tienes horario de niña pequeña? Llama a tu papi q t traiga tapones para los oídos - Siguió él vacilandome.
- Si ya viene en camino desde Nueva York - Suspiré.
- Anda mira que bien, me alegro - Añadió sarcásticamente y con una sonrisa falsa e intentó cerrar la puerta pero me dio tiempo a sostenerla.
- En serio, tengo mucho sueño y pocas ganas de pelear - Me estaba empezando a hartar un poco.
- Vale la bajo, pero me debes algo - Dijo eso para después cerrarme la puerta en la cara.
Intenté preguntarle que a qué se refería, pero la música ya no sonaba y Malachi tampoco estaba, así que victoriosa volví a mi habitación.