*Narra Selena*
Me abrió la puerta un chico moreno, alto, con el pircing de la nariz, un pendiente y el pelo rizado con algunas mechas rojas.
- Holaa Selena, soy Mekonnen - Dijo el chico entusiasmado, se le veía amable.
- Veo que ya sabes mi nombre - Reí para a continuación darle un abrazo.
- Todos lo sabemos ya, nos tiene fritos contigo, soy Meg - Añadió la rubia dándome otro abrazo.
Terminé de saludar a todos pero no recordaba haber saludado a ningún Malachi, por lo que comencé a mirar a los lados buscando a otro chico con la mirada por si me había olvidado de él.
- ¿A quién buscas? - Me preguntó Meg.
- Seguramente a mi - Escuché a lo lejos una voz que se iba acercando entre risas.
Fue entonces cuando vi aparecer a un chico detrás de todos los demás que justo salía del baño con el cepillo de dientes todavía en la mano.
Tenía el pelo rojo, igual que las mechas de Mekonnen, era blanquito, ojos marrones, con hoyuelos que se le hacían al sonreir y con los dientes alucinantemente perfectos.
Los tirantes de su camiseta negra dejaba al descubierto sus músculos y la cadena dorada en el cuello lo hacía aún más atractivo.
- ¿Qué pasa? ¿Te has quedado embobada con tanta belleza? - Dijo con asco, su personalidad no compensaba su físico, una pena la verdad.
- Como no Mr. Egocéntrico, faltaba alguien así en este sitio, una suerte no haberte saludado - Odiaba cuando los chicos hablaban así, como si fueran algo del otro mundo.
- Prefiero ser egocéntrico a... - Siguió Malachi pero Meg nos cortó.
- Parar ya, vamos a estar 2 meses aquí para disfrutar y cumplir nuestros objetivos, así que venga daros una oportunidad - Dijo con un ligero tono de desespero.
Lo único que nos dimos tras eso fue una mirada de asco.
Después fue Freya a abrazarle y yo me senté en un sofá con los demás.