Cuando llegaron a la casa Kim, Lisa ayudó a bajar del auto a Jennie. Apenas cerró la puerta cargando ambas mochilas, cuando la puerta de la casa se abrió, los padres de Jennie vieron a su hija con preocupación y se apresuraron a llegar a ella. Solo besaron su frente y acariciaron su brazo sano, ya que no podían abrazarla.
Lisa sonreía por el lindo momento, se notaba cuánto amaban a su hija. Le hacían mil preguntas y acariciaban su mejilla. Jennie respondía que estaba bien y sonreía con cada nuevo beso en su cabello. Para la sorpresa de Lisa, el señor Kim se acercó a ella y la atrajo en un abrazo, parecía estar muy sensible.
_Gracias por cuidar a mi hija - pronunció con voz suave - muchas gracias, Lisa - se alejó. Dejó un beso en su frente, dejando desconcertada a Lisa.
Para su mayor sorpresa, la madre de Jennie también se acercó y sostuvo su mejilla con cariño, mirándola. Atrajo su rostro a ella y dejó un beso en su frente también.
_Gracias, pequeña - sonrió la mayor.
Lisa los veía a ambas, confundida, nadie había hecho eso con ella. Sintió algo extraño en su interior, como si estuviera vulnerable, como si no tuviera algún escudo. Bajó la mirada y asintió, nerviosa.
_Fue un placer...cuidar de ella...- jugaba con sus manos.
_¿Te picó un mosquito? - preguntó el señor Kim con curiosidad - está rojo tu mejilla derecha.
Jennie se puso recta ante lo dicho. Observó a Lisa a espadas de sus padres, y trataba de hacerle señas, pero Lisa no le entendía.
_Es una manía de embarazadas - respondió serena.
_¿Una manía de embarazada? - preguntó la señora Kim.
_Sí, Jennie me mordía la mejilla para relajarse, como cuando un bebé chupa un chupón para dormir - explicaba - eso hacen las embarazadas.
_Sí...claro - respondió la mayor, tratando de no reír - eso es muy relajante, ¿Verdad, cariño? - golpeó con disimulo a su esposo que miraba con regaño a Jennie.
_Sí, claro - sonrió - así se duermen. Debes hacerlo también - Jennie agrandó los ojos ante lo dicho - cuando tengas sueño, solo acercarte a ella y hazlo. Dormirás como una bebé.
_Bueno, no lo había pensado. Tal vez lo haga - miró a Jennie - solo si no te molesta.
Las mejillas se Jennie estaban enrojeciendo mucho.
_Claro que no le molesta - respondió el señor Kim - ahora pasen dentro, debemos almorzar - su esposa caminó primero, fue detrás de ella y pasó al lado de su hija - aprovechada - susurró como regaño.
***
_¿Entonces van a esperar hasta hacer una fiesta para descubrir el sexo del bebé? - preguntó el mayor.
_Sí, creemos que así será más emocionante - respondió Lisa, nerviosa y emocionada por la conversación - lo hablamos ayer y...lo haremos cuando tenga cinco meses de embarazo.
_Una de sus amigas nos va a acompañar para saber el sexo del bebé días antes de la fiesta, la doctora le dirá a ella y se encargará de planear los últimos detalles - comentó Jennie.
_¿Pero no iban a ir a hacer las compras? - preguntó la mayor.
_Lo haremos - respondió Lisa - pero mayormente serán pañales, juguetes...Dios - sonrió nerviosa - tengo una gran ilusión. Es mi primer bebé...bueno, no sé si en un futuro tendré otro hijo pero...- Jennie sonreía al verla tan ilusionada - ya quiero cargarlo.
_Sé lo que siente - el señor Kim sonreía nostálgico - esperaba emocionado a mi bebé...y ahora miren a mi princesa - observó a Jennie - con una férula porque una cabra la golpeó y embarazada de una mujer mutante - sus ojos se cristalizaron, pensativo - crecen muy rápido - suspiró, su esposa acariciaba su mano - gracias, cariño.
Lisa iba a refutar sobre lo de mutante, cuando recibió un mensaje. Su sonrisa se borró y pidió disculpas antes de levantarse. Salió de la casa y cerró la puerta. Nia la esperaba a un lado del auto, cargando a su bebé que estaba llorando.
_¿Qué pasó? - se acercaba a ellos, serena.
_Lo siento por molestar - pronunció avergonzada - pero Min me dió el paradero del auto y me dijo que tome el dinero debajo del espejo retrovisor.
_Cierto, el GPS - suspiró - está bien - se acercó y abrió la puerta con la llave. Nia se acercó y trató de inclinarse, pero le era difícil con el bebé - dámelo, tú toma el dinero, luego no quiero problemas si falta algo.
Nia le entregó el bebé con cuidado, Lisa lo sostuvo en un abrazo. Jung seguía llorando y Lisa caminó un poco con él. Acariciaba su espalda y agudizaba su voz para un suave canto. El bebé fue dejando de llorar, solo su triste mirada quedó, dejando caer sus lágrimas.
Cuando giró a Nia, ella la miraba, con una clara tristeza que se reflejaba en ella. Nia bajó la mirada y cerró la puerta del auto, acercándose a ella para tomar al bebé.
_Espera - habló por lo bajo - parece que ha llorado mucho, ¿Verdad? - Nia asintió - deja que esté un poco más así. Si llora mucho le dolerá su garganta.
_Gracias...
_¿De qué se enfermó ahora? - preguntó aún hablando bajo.
_Min...- fue todo lo que necesitaba decir para que Lisa volviera a enojarse - le dió algo que no podía comer. Anoche vino buscando dónde dormir, y le dió helado mientras yo cocinaba. Fue mi culpa...- comentó con frustración -...no debí comprar helado.
_No es tu culpa que mi hermano sea un imbécil - defendió. Notó su herida en su labio y se mostró intrigada - ¿Qué te pasó en tu labio? - Nia tocó su labio, entendiendo a qué se refería. Mantuvo silencio, nerviosa. Tratando de pensar en una falsa historia, pero Lisa fue más rápida y comenzó a molestarse - ¿Fue mi hermano?
_Yo...- evitaba su mirada -...lo hice enojar.
_Ese...- se reprimía para no gritar -... imbécil - gruñó por lo bajo - no entiendo porqué lo dejaste pasar, no es la primera vez que te golpea - enfrentó en voz baja.
_Quiero que sea un buen padre para Jung...- no pudo evitarlo, sus ojos se cristalizaron - no quiero que mi hijo sea uno más que sufre por la ausencia de su padre...- bajó la mirada - no había venido en todos esos días a verlo...y creí que iba a ser bueno para Jung. Estaba jugando con él y...dije cosas. Yo empecé, no debí molestarlo.
_No importa lo que hayas dicho, no tiene ningún derecho a tocarte, Nia. Por favor, por el bien de Jung, ya no lo dejes pasar - Nia asentía - te ves...muy cansada.
_He estado muy ocupada...- pasó su mano por su cabello - cuidar a un bebé sola no es fácil - sonrió con tristeza - recién...mi madre aceptó a ayudarme. La otra semana trabajaré.
_Que bien por tí - observó a Jung, este se había quedado dormido, pero sus lágrimas aún seguían cayendo - ve a comprar su medicina - con mucho cuidado se lo entregó a Nia, ella lo abrazó y besó su pequeña cabeza cuando se acurrucó a ella - cualquier emergencia que tenga que ver con Jung, solo llámame.
_Lisa - ambas giraron ante la voz, Jennie estaba de pie en la puerta, miraba con cierta molestia a Nia - ¿Vas a tardar? Necesito hablar contigo.
_Voy - respondió Lisa - hasta luego, pequeño - besó su cabeza con cariño - hasta luego - fue simple con Nia, ella asintió, yéndose al cruzar miradas con Jennie.
_¿Qué pasó? - preguntó la castaña cuando Lisa llegó a ella.
_Jung se enfermó, comió helado otra vez - contó con simplesa al pasar por su lado e ingresar.
Pero aquello solo dejó pensativa a Jennie. Quizá aquella información era de lo más común en Lisa por el tiempo en que lo sabe y que en esos momentos no era algo importante. Pero para Jennie, saber aquello solo generó una duda en ella, una que podría generar un cambio y que comenzara a temer.
Deseaba que no fuera lo que estaba pensando. Tan solo imaginarlo, producía una sensación de dolor en ella, un dolor tan fuerte, que sus ojos se cristalizaron, sorprendiendola incluso a ella.
_¿Estás bien? - Lisa se acercó de inmediato al ver que se apoyó en la puerta al marearse - Jennie - sostuvo su mejilla, preocupada.
Sus padres también se acercaron.
_Estoy...bien - estaba pensativa - solo fue un mareo...
Por favor. Por favor...que no sea lo que estaba imaginando. Sería un gran golpe para ella. Saber que Lisa estaba unida...a alguien más, simplemente no lo soportaría, no podría aceptarlo.
Por favor...no.
***
_Jennie - otra vez la voz de Lisa, estaban en su habitación, Lisa hacía su trabajo en la cama y Jennie estaba sentada a un lado con los pies sobre la cama - ¿En qué tanto piensas? Estás muy callada. ¿Necesitas algún masaje?
_No...- negaba - solo...veré la televisión - encendió la tele.
Lisa no estaba muy convencida de su respuesta, pero siguió trabajando. De pronto, una llamada en el celular de Jennie interrumpió. Respondió la llamada y sonrió, esto hizo que Lisa la mire de reojo.
_Hola, linda - Lisa dejó de escribir - sí, también te extraño. Lo sé pero ahora no puedo ir a verte - esperó respuesta - ¿Vas a venir? Sí, el sábado estoy libre.
_El sábado iremos de compras - mencionó Lisa fingiendo escribir.
_No, sábado no - corrigió Jennie - entonces el domingo.
_El domingo iremos de compras - pronunció Lisa, dejando extrañada a Jennie.
_El domingo tampoco estaré libre - comentó avergonzada por sus tantos cambios - ven el lunes.
_El lunes - Jennie le puso el pie en la cara a Lisa.
_Sí, te espero el lunes. Bye, te quiero - colgó la llamada - ¿Qué te pasa? - Lisa mordió su pie - ¡Oye!
_¿Sabes qué? - gateó hasta ella - le haré caso a tu padre - se recostó a su lado - échate - ordenó.
_¿Qué? - se mostró confundida, pero de igual manera obedeció, teniendo cuidado con su brazo - ¿Para qué?
_Primero - se apoyó en un codo - ¿Quién era quien te llamó? - preguntó curiosa.
_¿Y porqué preguntas eso?
_Es curiosidad, te veías tan...cariñosa con ella.
_Porque es mi prima, le tengo un gran cariño - explicó confundida - ¿Qué te pasa?
_Nada - acercó su rostro a ella, poniendo nerviosa a Jennie - solo estoy estresada - pronunciaba susurrante - así que haré caso al consejo que me dió tu padre esta mañana.
_Qué- el habla de Jennie se detuvo cuando Lisa guió su boca a su mejilla, rozaba sus labios de manera lenta sobre su piel, antes de morder de manera tan sensual y tentadora, rozando su lengua, que provocó un ligero temblor en Jennie - Lisa...
_Tengo sueño...y necesito dormir. Me dijiste que esto es relajante, ¿No?
_¿Relajante...? - su voz temblaba - sí...relajante - otra vez debía apretar sus piernas.
_Entonces...- se recostó a su lado, con su rostro muy pegado a Jennie - trataré de dormir...mientras hago esto - hizo lo mismo, Jennie soltó un suspiro.
Subió sus labios lentamente a su oreja, dónde mordió con suavidad. Una especie de corriente recorrió el cuerpo de Jennie.
Lisa dejó se hacerlo y solo se acomodó, en verdad tenía sueño y se quedó dormida a los pocos minutos. Pero Jennie, se sentía una tonta adolescente hormonal por sentir todo su centro húmedo y necesitado por lo que había hecho Lisa.
_Otra vez estás quemando...- Lisa murmuró entre sueño - ahora no puedo ayudarte...estoy muy cansada.
_Tampoco te pedí ayuda - respondió molesta por su frustración.
_Jennie...- se acurrucó a ella, parecía algo tan natural para las dos - hace frío, tú estás caliente. Te sientes como un oso de peluche.
_Y tú pareces una idiota.
Lisa sonrió sin abrir los ojos.
_Eres un oso gruñón - llevó su mano a su cintura - te estás enfriando - acarició un poco su muslo y Jennie se sonrojó - mejor - volvió su mano a su cintura.
_¿Me crees un calentador?
_Eres...tan cálida como uno.
Jennie sonrió ante lo dicho, tratando de ocultarlo. Lisa la abrazó por la cintura y escondió su rostro en su cuello, durmiendo.
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