Narrador omnisciente:
— Eres mediocre, Malfoy – dijo Harry – bastante.
— ¿Y a tí que te importa, miope de mierda? – le preguntó Draco – a tí no te debe importar nada de lo que pase entre Cedric y yo.
— Lo sé – respondió – pero me divierte lo fácil que eres de enojar. Lo adoro, de hecho.
Pasando por su lado y chocando sus hombros, Harry susurró:
— Y respondiendo a tú pregunta, si – dijo – te besaría cuando tú quieras, Malfoy.
La mirada que Draco le lanzó bien podría enterarlo vivo si quisiese, pues, fue una mirada llena de recelo, odio y desagrado.
— En tus sueños, Potter – con esto dicho, Draco se fue. Y Potter se quedó riendo.
Los días habían pasado y les tocaba su primer clase de Defensa contra las artes oscuras, Lupin había estado indispuesto durante unas semanas a lo que no habían tenido su primer clase.
Les había tocado clase con Hufflepuff tanto en pociones cómo en DCAO. En pociones Snape había amenazado a Neville con envenenar a su sapo Trevor.
— Neville, cálmate – le dijo Harry – él... él no lo iba a envenenar sólo...
— ¡Es un estúpido! – exclamó Ron – ese maldito grasiento. Lo que hizo fue terrible, mira cómo está Nev, Harry.
El aludido tembló con Trevor entre sus manos. Y un sollozo atravesó su garganta.
— No llores, Nev – habló Theo tras él – me enteré de lo que Snape trató de hacer. ¿Trevor está bien?
— Gracias a merlín si – contestó él – fue horrible...
— ¡Theo debemos ir con los Ravenclaw! – exclamó Pansy junto a otras chicas de Slytherin – ¡vamos, el profesor Flitwick nos espera!
Nott miró a Neville algo apenado y les dijo adiós. Justo en ese momento llegó el profesor Lupin tan desaliñado como siempre, pero se veía mucho más sano que como los primeros días.
— Buenas tardes – saludó – ¿podrían meter los libros en la mochila?, la clase de hoy será diferente, será práctica. Sólo necesitarán las varitas.
Todos hicieron lo pedido con algo de curiosidad, pero luego de terminar de guardar sus libros siguieron a Lupin. Qué por cierto; se encontraron con Peeves en el camino y éste no desaprovechó la oportunidad de burlarse tanto de Neville como del profesor.
— Entren, por favor – dijo Lupin y todos pasaron, para su sorpresa Snape se encontraba en el cuarto.
Cuando pretendía cerrar la puerta, Lupin se vio interrumpido por Snape.
— No la cierres, Lupin – le dijo con su típico tono de voz, y dedicándole una mirada y seña a Draco, se fue.
Draco entendió esta seña como: te espero en mi oficina, te tengo que contar algo.
A los chicos les había tocado trabajar con un boggart, Draco estaba a punto de enfrentarlo, pues; Neville fue el primero en hacerlo.
El boggart se convirtió en una mujer y hombre heridos y con sangre goteando de sus rostros, que suplicaban: ¡Por favor!...a él no .... Por favor es un niño, mi Lord. Eran sus padres.
Con temblores y lágrimas en los ojos, el rubio alzó su varita y muy perfectamente dijo:
— ¡Ridiculus! – y el boggart se convirtió en un perro que daba vueltas por doquier. Luego de eso, siguió Parvati Patil, Ron, y Hannah Abott.
Era el turno de Harry. Su boggart era un dementor, y el miope de tal miedo que le tenía se paralizó. Por lo que, Lupin volvió a encerrar al boggart y canceló la clase.
— Potter siempre arruina la diversión – dijo Draco – es un...¿sabes?, debo irme, mi padrino me espera; adiós, Hermione.
Hermione asintió y se fue a la torre de Gryffindor. Draco llegó a la oficina de Snape y tocó la puerta.
— Al fin llegaste, Draco – le dijo – pasa, debemos hablar.
— ¿Para que me necesitas, padrino? – le preguntó sentándose.
— Black anda tras tuyo – soltó sin más Snape.
— ¿Black?, ¿tras de mí? – preguntó incrédulo – pero, si es tras de Potter que anda, ¿no?
— Si, pero... él piensa que eres muy cercano a Potter – mencionó – además recuerda que es tu tío, asi que..es tu familia tal vez el piense...no sé.
— ¿Entonces no es tras Potter que anda? – cuestionó Draco.
— Si, también anda tras él, Potter es su ahijado – dijo – Black....te lo diré, pero no debes decírselo a nadie al menos no ahora, quién traicionó a los padres de Potter.
— ¿A los míos también? – habló Draco segundos después y Snape negó – uuh que alivió.
El rubio terminó de hablar con Snape un rato después, y se fue. Tenía que prepararse, al día siguiente sería el partido de Quidditch de Gryffindor contra Hufflepuff.
Harry despertó a las cuatro de la mañana por culpa de Peeves, y sabiendo que no podría dormir no escuchando el ruido fuerte de la lluvia, se puso su uniforme de Quidditch y salió de la habitación.
En el camino se topó con Crookshanks, la gata de Hermione, que según Ron estaba obsesionada con su rata Scabbers. Cosa que Harry ya estaba empezando a creer.
Luego del desayuno, todos llegaron a las gradas del campo, Malfoy iba apoyando tanto a Gryffindor como a Hufflepuff. Potter no podía ver tan bien que digamos la lluvia escurría por sus lentes.
En resumen el partido tuvo que parar por un momento, pues casi nadie podía ver, menos Harry. Hermione solucionó el problema, a pedido de Fred, con un Impervius y el partido dió inicio otra vez.
— ¡Vamos Cedric! – gritaba Draco, a su lado sin ser casi notados estaban Lucius y Narcissa – sé que va a ganar, él ha practicado mucho para este día.
— ¡Harry! – gritó Olive Wood – ¡Harry, detrás tuyo!
Cuando el miope volteó notó como la snitch dorada estaba a su par y Cedric Digorry iba a toda velocidad atravesando el campo. Justo cuando Potter iba a atrapar la snitch notó en el cielo al Grim..y un inquietante silencio cayó en el campo.
Tampoco se oía el viento, era como si todo estuviese paralizado, y entonces Harry sintió un frío recorrerle y observó como al rededor suyo estaban miles de dementores. Lo último que pudo escuchar fueron las súplicas de una mujer.
« A Harry no, a Harry no, a Harry no, por favor. A Harry no, te lo ruego »
Y todo se volvió negro....