El teléfono sonó dos veces. Era un mensaje de Qin Yu diciendo que habían llegado.
Tang Tang miró el mensaje y dejó su teléfono a un lado. Sus ojos color ámbar se dirigieron hacia el delantal cuidadosamente atado sobre la cama. Las puntas de sus orejas lentamente se volvieron de un leve tono rosado.
Ahora, KFW es la boy band más famosa del país. Después de la gira nacional, los jóvenes maestros quedaron completamente agotados. Como su manager y amante, Tang Tang se sintió angustiado por ellos. Entonces, cuando terminó la gira, el gerente Tang decidió mimar a los cachorros de lobo.
......
El sonido de la puerta abriéndose provino de la entrada. Los cachorros de lobo, que habían estado ocupados durante meses, entraron completamente agotados.
Meng Chenyi se puso las pantuflas y entró flotando, diciendo: "Hemos vuelto..."
Qin Yu bostezó y se acercó adormilado, murmurando lo cansado que estaba.
Finalmente, Qi Yan, el último en entrar, se cambió de zapatos lentamente. Miró la desordenada pila de abrigos en el pasillo, dudó un momento y arrojó su chaqueta sobre la pila en lugar de colgarla.
No quería moverse. Estaba tan cansado.
El olor que flotaba desde la cocina atrajo a los tres cachorros de lobo. Quedaron estupefactos cuando finalmente vieron la escena en la cocina.
Una cocina semiabierta, sencilla y luminosa, con una olla hirviendo sobre la estufa de gas y junto a ella se reveló a su gerente, vestido sólo con un delantal.
Un delantal normal, piel desnuda y blanca como la nieve, dos tirantes cruzados sobre la espalda y colgando holgadamente sobre los hombros. Atado en la espalda con un lazo,
acentuaba sus torneadas nalgas, luciendo muy seductora.
"Tú.. has vuelto". Dijo Tang Tang, sintiéndose un poco avergonzado. Las comisuras de sus ojos, detrás de las gafas, probablemente estaban teñidas de un leve rubor.
La correa de su hombro izquierdo se deslizó hacia abajo con un suave "chasquido", y dos lindos y alegres pezones se asomaron desde el borde del delantal.
"Silbido..."
Todos respiraron profundamente al unísono, de repente completamente despiertos y alerta. Olvídate de estar cansado. Podrían violar a su manager durante una noche entera, ¡y aún así no sería suficiente!
"Gege..." Meng Chenyi se acercó con voz ronca, "¿Estás tratando de seducirnos?"
Tang Tang dio un paso atrás y su cintura chocó contra la encimera de la cocina. Sonrojándose, murmuró: "N-No".
El joven maestro Meng no hizo caso de las explicaciones que contradecían las acciones del gerente. Inclinándose, capturó esos dos labios hermosos, suaves y fragantes.
El beso del chico no fue nada tierno. Era como si hubiera pasado hambre durante cien vidas. Su lengua invadió cada punto suave de la boca, bailando y girando con su pequeña lengua provocando. Hizo que el gerente gimiera y tragara saliva, abrumado por las sensaciones.
Qin Yu se aflojó la corbata y su mirada recorrió con avidez el cuerpo del gerente. Mientras tanto, Qi Yan también miró, desabrochándose lentamente los pantalones.
Meng Chenyi continuó besándose por un rato y luego soltó al gerente algo flácido. Le dio unas palmaditas al bien formado trasero de su gege, haciendo que la carne se ondulara.
"Gege, date la vuelta e inclínate". Dijo dulcemente el pequeño sinvergüenza.
Tang Tang, sonrojado, se volvió obedientemente. Se inclinó a medias sobre el borde de la encimera de la cocina, presentando sus regordetas nalgas.
El delantal de delante se deslizó hacia abajo cuando se inclinó. La pajarita en la espalda estaba convenientemente situada en el hueco, exponiendo las nalgas blancas y regordetas para que todos las vieran.
Meng Chenyi no pudo resistirse y le dio una palmada juguetona.
"Ah..." Tang Tang jadeó, y sus nalgas de repente mostraron huellas de manos rojas, temblando de emoción.
Lo más sorprendente es que el ano intacto comenzó a exudar excitación. Los ojos de Meng Chenyi brillaron con lujuria, y separó las nalgas, dándole al pequeño ano goteante una serie de ligeros azotes.
"Ah, no azotes mmh ah.." Tang Tang sintió dolor y placer, su voz cambió y sus nalgas temblaron, moviéndose de una manera que no estaba clara si era para obedecer o escapar.
La carne tembló, el pequeño ano se puso rojo y roció jugos, acompañado de sonidos de bofetadas cuando Meng Chenyi le dio algunos golpes.
Meng Chenyi no pudo controlarse. Sacó su gran pene y jugueteó con la abertura anal. El glande redondo y regordete rozó ligeramente los pliegues de la entrada, lo que hizo que el gerente se mordiera el labio: "Gege, ¿lo quieres?"
"Si lo quieres... ¿jugarás un juego conmigo?" La voz de Meng Chenyi era baja y seductora.
"¿Qué... qué juego?"
"El juego de la niñera seductora que tienta al maestro". Meng Chenyi entra y sale por la entrada anal. Él lo persuadió: "Por favor, gege".
"Pequeño bribón..." Tang Tang se ajustó las gafas y se apoyó contra el borde del mostrador, su rostro se volvió tímido, "Está bien... Claro.." Cautelosamente movió sus nalgas hacia atrás, entrando en contacto con el miembro ardiente y feroz.
Sonrojándose y mordiéndose el labio, tentativamente dijo: "¿Maestro?"
La respiración de Meng Chenyi se entrecortó y empujó su glande a través de los pliegues anales, empujando todo el eje hacia el recto córneo. Se apretaron capas de músculos rectales, lo que provocó que salieran jugos. Antes de que el abrumado gerente pudiera reaccionar ante el placer, Meng Chenyi empujó vigorosamente, golpeando.
"Ah... Mmm, Maestro... Es tan... Tan profundo, uf..." Tang Tang gimió en voz alta mientras lo empujaban salvajemente, disfrutando cada momento. Se aferró al borde de la encimera de la cocina, su cuerpo rebotaba vigorosamente con cada embestida intensa.
"El culo apretado de la niñera traviesa es increíble". Meng Chenyi gruñó, agarrando con fuerza las nalgas regordetas, sintiendo la carne apretarse entre sus dedos. Movió agresivamente la parte inferior de su cuerpo, su gran pene golpeando el ano fuertemente apretado.
El golpe de las nalgas contra el hueso pélvico distorsionó la carne, volviéndola de un rojo brillante, parecido a un melocotón regordete. Tang Tang estaba perdido en éxtasis, todo su cuerpo temblaba. El pequeño ano, con el gran pene entrando y saliendo rápidamente, parecía una cola larga y gruesa.
"Ooh.. Se siente tan bien... Ah, ja..." El pequeño miembro de Tang Tang se retorció y se frotó contra la tela del frente mientras echaba la cabeza hacia atrás, temblando e inclinándose sobre el borde para recibir los empujones.
Qin Yu, ocupado dándose placer a sí mismo, chasqueó la lengua como si no pudiera contenerse más. Se acercó para unirse.
"Chenyi, levanta a esta zorra traviesa. No puedo contenerme más".
Meng Chenyi se detuvo, respirando con dificultad, y levantó a la niñera. Sin embargo, el pene palpitante que penetraba en su recto no se movió. Siguió provocando ligeramente la entrada.
"Ah... No... No te burles de mí. ¡No te burles de mí! Tang Tang convulsionó por todas partes. Sus piernas se habían debilitado. El gran pene dentro de él lo sostenía completamente. Esta cosa malvada no se estaba retirando en absoluto. En cambio, estaba rozando su carne sensible. Hizo que la parte inferior de su abdomen hormigueara y palpitara mientras estaba a punto de llegar al climax.
Ya casi ha llegado, pero todavía no. Tang Tang no pudo soportarlo más. Gimió, sus caderas se balancearon hacia adelante y hacia atrás, prácticamente follándose a sí mismo, y terminó con las piernas empapadas de lujuria.
"No puedo correrme... Ugh... Maestro, profundice... quiero que sea más cómodo... Ah..."
Tang Tang murmuró incoherentemente, e incluso sus gafas estaban torcidas en la nariz. Qin Yu miró ansiosamente, su mirada llena de pasión. Se inclinó y hundió los dientes en el pezón que sobresalía bajo el delantal.
"¡Ah!"
"Qué bien... Mmh ja... Muérdeme otra vez... ¡¡Ah!!"
Qin Yu casi desgarró el pezón con su mordida, lo que provocó una emoción eléctrica. En ese momento, el pene detrás empujó con fuerza, estirando el ano de Tang Tang. Perdió el equilibrio, cayó pesadamente en los brazos de Meng Chenyi y convulsionó cuando alcanzó el clímax.
"¡Aaaaaah, ya voy! ¡Ya voy! ¡Puaj!"
El delantal se levantó provocativamente, haciendo que su pequeño pene rebotara y saltara, manchando rápidamente la tela con chorros de semen. Los ojos del gerente rezumaban seducción, y sus sensuales gemidos, casi llorosos, provocaban escalofríos.
"Mmh... He llenado a la zorra traviesa... Con tanta esperma". Dijo Meng Chenyi seductoramente, lamiendo la oreja de la niñera. Su gran pene no mostraba signos de detenerse, golpeando agresivamente.
Tang Tang gimió con cada embestida. La respiración de Qi Yan se hizo pesada y dijo con voz ronca: "Ve a la sala de estar".
.......
En el sofá rojo vino, los ojos de Tang Tang estaban nublados. Se inclinó y tomó el pene de Qi Yan en su boca, con la espalda contra el pecho de Meng Chenyi. Tenía las piernas abiertas, descansando sobre los brazos de Meng Chenyi. La tela de su delantal colgaba y su pequeño pene creaba un bulto húmedo de lujuria.
Al frente, Qin Yu hizo a un lado la tela que obstruía y su pene frotó suavemente contra el punto de conexión antes de empujar lentamente hacia adentro.
"Wuuu..." Tang Tang se estremeció, sintiendo que cada pliegue de su recto se estiraba hasta el límite. Sintió que iba a estallar.
Con un empujón repentino, Qin Yu golpeó el ano de Tang Tang. La sensación fue intensa, haciendo temblar a Tang Tang. Ahogó un grito entrecortado, su voz ahogada por el pene que llenaba su garganta. Los dos maestros lo violaron sin descanso.
"¿Se siente bien? ¿Mmm? ¿Tu amo te hace sentir bien, puta? Qin Yu maldijo blasfemias, sujetó las piernas de Tang Tang y lo golpeó agresivamente.
"La niñera cachonda tiene una piel tan suave y tu agujero es cálido y apretado..."
Meng Chenyi bromeó y, sin dudarlo, usó su pene largo y grueso para estimular el recto de Tang Tang. Los prodigiosos penes de los dos hombres se frotaban entre sí, formando un bulto en el vientre plano de la niñera.
Qi Yan bajó la mirada, agarró la mejilla de Tang Tang y lo guió para darle placer a su pene. Dijo perezosamente: "Tu boca se siente genial, lo cual no es sorprendente ya que te atreviste a colarte en la cama mientras la señora de la casa estaba fuera. Tu lengua es tan suave".
Tan pronto como Qi Yan habló, los tres sintieron la respiración agitada del gerente y el endurecimiento de los músculos anales de Tang Tang.
"Mmm..."
La tierna carne se contrajo y el sensible ano se apretó alrededor de las dos cabezas de sus penes. Qin Yu y Meng Chenyi se estremecieron de éxtasis y respiraron profundamente. "Maldita sea... Tu agujero de zorra se está excitando y apretando... ¡Está tan cachondo!"
Los dos penes grandes se empujaron simultáneamente más profundamente, revolviendo los intestinos, y la apretada abertura rectal de Tang Tang casi se rompió. Se retorció de dolor y placer, arañando y arañando desesperadamente. Se sentía como si la sensación abrumadora pudiera consumirlo.
"¡Tu agujero de zorra está tan apretado! Uh..." Meng Chenyi jadeó, sus movimientos se volvieron más intensos. ¡Penetró violentamente, casi queriendo aplastar la carne suave y sensible del interior!
Una oleada continua de placer inundó como olas, y los gritos de Tang Tang nunca parecieron terminar. Agarró el brazo de Qi Yan y su miembro eyaculó. Su ano se aferró con fuerza
a sus penes, atrayéndolos hacia adentro. Sus entrañas temblaron y una ráfaga de líquido caliente brotó a borbotones.
"Niñera cachonda, tu amo está a punto de venir". La respiración de Meng Chenyi se volvió aún más irregular mientras golpeaba el ano implacablemente: "Voy a llenar el trasero de la pequeña zorra. ¿Te gustaría eso? ¿Eh?"
"Wuu wuuu..."
Tang Tang gimió, su voz teñida con un toque de llanto. La sensibilidad de su recto después del clímax lo hacía gotear fluidos continuamente. Sollozó, rogando a su amo que redujera el paso y no penetrara tan profundamente. Sin embargo, su bestial amo le hundió los dientes en el hombro y empujó sin piedad su pene hinchado dentro de él.
Con cada fricción, el placer se intensificaba y el ano de Tang Tang temblaba de anticipación. Esto hizo que la respiración de Qin Yu se acelerara y sostuvo firmemente las piernas temblorosas, bombeando rápidamente su pene hacia adentro y hacia afuera.
Los dos penes gruesos estiraron la abertura anal de Tang Tang hasta convertirla en una vaina carnosa y enrojecida. Incluso la tierna boca goteaba saliva por los implacables golpes. La garganta se había hinchado con la intrusión.
Meng Chenyi mordió el hombro de la niñera y empujó vigorosamente docenas de veces. Estalló con un gruñido bajo en el contundente empujón final: "¡Me corro dentro de ti! ¡Dándote mi hijo! Su semen fundido y caliente brotaba continuamente contra las paredes rectales, haciendo que el lujurioso recto temblara y rezumara jugos.
"Wuuu..." Tang Tang dejó escapar un grito de tristeza mientras su pequeño pene en el delantal se movía y pequeñas gotas de líquido transparente goteaban de la punta.
Qin Yu exhaló profundamente y movió suavemente su pene para prolongar el climax de ambos.
Cuando el jadeo disminuyó, Qi Yan retiró su pene goteante y le dio unas palmaditas en el hombro a Meng Chenyi, indicándole que dejara paso.
"Tos, tos..." Los ojos de Tang Tang estaban nublados, los labios brillantes por la saliva y su cuerpo exudaba un aura seductora, pareciendo como si hubiera sido completamente violado.
De mala gana, Meng Chenyi empujó varias veces en el recto antes de besar tiernamente las mejillas sonrojadas de Tang Tang y finalmente retirarse.
Qi Yan bajó la cabeza y mordió el pezón, luego empujó con fuerza su gran pene en el ano excitado. Tang Tang dejó escapar un grito ronco y los dos penes igualmente gruesos y vigorosos dominaron implacablemente su recto.
La habitación estaba llena de gritos seductores, gemidos y conversaciones sucias de Qi Yan.
"Uf... No te apresures, el maestro tiene toda la noche para 'alimentarte' con mi pene".
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