Kivi- One shots

By PaCDddd

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Algunos capítulos pueden contener escenas (+18) More

Inauguración I
Pequeño bachecito I
Inocente o Culpable
Inauguración II
Pequeño bachecito II
La llamada
El encuentro I
El encuentro II
Volver
Tinder
Party
Soy Chiara
Andorra I
Andorra II
Mala costumbre

Es por ti

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By PaCDddd

No me gustaba nada tener que ir a eventos. Ponerme delante de las cámaras, sonreír forzadamente a los comentarios que te hacían los medios o tener incluso que aparentar alguien que no eras para mantener una conversación con los demás asistentes. Es cierto que aquello eran unos premios, que poco tenían que ver conmigo pues los premios Ídolo querían dignificar el trabajo de influencers pero supongo que meter a recientes triunfitos en su alfombra les daría visitas y más popularidad.

Le cogí una copa de champán a una de las camareras que estaban por allí paseándose con la bandeja en su mano y me quedé un poco apartada en una esquina para poder bebérmela casi de golpe sin que los demás llegaran a pensar cosas raras. Pero es que lo necesitaba, si tenía que hacer frente a esas tres horas necesitaba tener algo de alcohol en mi cuerpo y, sobre todo, no caer en la tentación de mirarla demasiado.

Ella había elegido un vestido verde oscuro, con un notable escote y a mí solo verla así, con aquel vestido que para muchas podría haber sido muy atrevido, conseguía revolver todo lo que tenía dentro de mí. Pero no podía dejar de observarla, de ver su pelo ondulado  y sus zapatos  que parecían ir a juego con el atuendo que yo había elegido para la ocasión.

Disimulé cuando vi que intentaba venir hacia mí, pero sus ojos, buscándome como el fuego a las llamas, eran imposibles de esquivar. Conseguían atravesarte con solo una mirada, ¿quién me diría a mí que era ella la que siempre decía que los míos contaban verdades?

Su propósito era claro, venía directa hacia mí, no sé si con ganas de saludarme, de reprocharme nuestro último encuentro o simplemente de hacerme ver desde más cerca lo preciosa que estaba. Sin embargo, las presentadoras de la ceremonia decidieron interrumpirla y que se tuvo que sentar en el asiento que le habían asignado. Lo suficientemente lejos del mío, pero también lo suficientemente cerca para que yo la tuviese controlada.

El acto no duró demasiado, apenas hablaron un poco de cada uno de los nominados y proyectaron un fragmento de aquello por lo que estábamos la mayoría allí, pero fue lo justo para descubrir una leve sonrisa de sus labios cuando fui yo la que apareció en pantalla. Las presentadoras se retirarón, anunciándonos las actuaciones que iban a ir a continuación y me vi sorprendida cuando comentaron que Chiara Oliver subiría para cantar su primer sencillo.

Hasta aquel momento no había llegado a pensar porque se había desaparecido hacía unos minutos, pero fue escuchar aquello que de repente una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo y las piezas de aquel puzzle, al que no había prestado atención, empezaron a encajar.

Allí estaba ella, con su guitarra a cuestas y su aspecto imponente encima del escenario. Se paró justo en medio del escenario y pensé en que ojalá alguien lo estuviera grabando para guardar conmigo esa escena tan maravillosa que estaban presenciando mis ojos, más aún, sabiendo la ilusión que le haría a ella cantar la canción a la que le había dedicado tanto empeño. Punteó la guitarra, viendo cómo su baterista le permitía cantar las primeras notas de Cada Vez, aquella canción que yo tantas veces le escuché cantar. Cerré los ojos, dejándome llevar por la melodía y todos nuestros momentos se dibujaron en mi mente, daba igual si estábamos solas o rodeadas de gente , al final éramos nosotras dos, sin nada más, sintiéndonos más nosotras que nunca, sin tapujos, sin nada que nos cubriera. Abrí los ojos y allí estaban los suyos, mirándome, como si su voz solo me tuviera a mí como destinataria.

Los aplausos retumbaron al terminar los últimos acordes. La gente se puso de pie y yo no pude ser menos, a pesar de que las lágrimas nublaban ya mi visión y mis piernas temblaban después de lo que acababan de escuchar. Tuve que disculparme con mi representante, que se sentaba justo a mi lado y marcharme corriendo al baño antes de que cualquiera se diera cuenta del estado en el que me había dejado su voz.

Dejé que corriera el agua y me miré en el espejo intentando controlar mi llanto. Me limpié el rostro, disimulando mi estado también gracias al maquillaje y me tomé unos minutos para calmarme del todo antes de salir a la fiesta que supuestamente iba a continuación. La puerta se abrió con delicadeza y respiré aliviada al ver que no se trataba de ella.

- ¿Todo bien Violeta? – preguntó Ruslana entrando

- Sí, sí, tranquila – terminé de mirarme en el espejo e hice ademán de salir de allí

- ¿Seguro? – insistió reteniéndome un momento

- Sí, es solo que los nervios, la canción, se me ha juntado todo un poco, no te preocupes – ella asintió sin creer del todo lo que le había contado y me dejó salir de nuevo a donde se encontraba la multitud.

Dentro del auditorio habían destinado una sala donde continuar con la fiesta y muchos de los allí presentes ya estaban esperando a que las actuaciones más movidas continuaran en aquel lugar. Divisé a mi representante, que hablaba animadamente con las organizadoras y pensé que sería mejor acercarme a la barra que habían instalado donde Denna ya esperaba a que le sirvieran la primera copa.

- ¿Cómo está mi pelirroja favorita? – preguntó abriendo sus brazos para que me refugiara en ellos

- ¿La verdad? Un poco desubicada – respondí pidiendo yo también una copa para mí

- Esto ya sabes cómo es. Un poco de paripé por aquí, hablas con otro por allá y mientras disfrutas de la barra libre – alzó su copa y bebió de ella provocándome una ligera carcajada – y si no te ves a gusto, ya sabes dónde encontrarme – me guiñó un ojo y yo le sonreí agradecida antes de coger mi copa y adentrarme un poco entre el barullo de la gente

Muchos influencers, algunos cantantes e incluso algunos youtubers se acercaban a mí simplemente hablarme de mi paso por operación triunfo. A algunos se les veía que era simple adulación, mientras que a otros se les notaba que realmente les gustaba mi paso por el mismo. Yo asentía, a veces con mayor entusiasmo que otras, pero mi concentración terminó desapareciendo totalmente cuando la vi aparecer por allí, sonriendo a todo aquel que se le acercaba.

La observé sin que ella se diera cuenta y, en el momento en el que nuestros ojos chocaron de nuevo, me bebí lo que me quedaba en la copa de un trago y decidí rehuir de nuevo, refugiándome en la conversación que estaba manteniendo, como si me estuviera pareciendo divertida, a pesar de que no sabía ni de que estaban hablando.

El grupo se fue deshaciendo poco a poco y Alvaro Mayo fue el primero en subirse al escenario para continuar con aquel concierto improvisado. Me empecé a mover, disfrutando de las primeras notas de aquella canción que me ponía de tan buen humor y Bea se acercó enseguida a mí para llevarme enfrente del escenario y dejar que me uniera a todos los demás mientras empezábamos a bailar y a cantar.

Mis cuerdas vocales vibraban dándolo todo, disfrutando de aquella experiencia que no sabría si podría volver a vivir, mientras no dejaba de saltar y abrazarme a mi amiga. Giré mi mirada un momento y aquel verso se mezcló con la sonrisa de Chiara que no dejaba de observarme mientras le seguían llegando felicitaciones.

La canción terminó y dio paso a otra , de repente una corriente recorrió todo mi cuerpo al ver cómo era ella la que cantaba la nueva canción en mi oído, pegando una mano en mi cintura. Cerré los ojos de nuevo, moviendo lentamente mi cuerpo sin dejar de escuchar su maravillosa voz y la miré justo antes de que se terminara.

- Ahora es cuando se besan en el videoclip – susurró sin soltar su agarre de mi cintura.

- Lo que pasa es que a lo mejor a mí no me apetece besarte – respondí yo sin dejar de detallar cada rasgo de su piel.

- Te fuiste – continuó omitiendo mis palabras – cuando terminé de cantar te fuiste – yo solo fui capaz de desviar mi mirada sin saber qué responderle - ¿recuerdas las veces que  la he cantado? Hoy fue la más especial y fue para ti.

- ¿No estás enfadada? – dije yo esta vez.

- ¿Por qué debería estarlo?

- Por presentarme en tu piso de aquella manera, por no darte el tiempo que me habías pedido, por soltártelo todo de la forma en que lo hice.

- No era el momento, pero lo entiendo, la culpa fue mía por no ver bien lo que estaba pasando entre nosotras dos.

- ¿Y qué se supone que es lo que está pasando?

- Está bastante claro, ¿no? – alzó sus cejas sin dejar de mirarme y yo me mordí el labio fruto de cómo me imponía aquel gesto que tanto le gustaba dedicarme - ¿Me acompañas? – preguntó en mi oído, mientras me tendía su mano

- ¿A dónde?

- A un lugar donde pueda besarte tranquilamente – mojé mis labios, como preparándome para lo que me acababa de proponer y puse mi mano encima de la suya dejándome llevar.

Chiara se hizo camino entre la multitud, siempre pendiente de que yo no me quedara atrás y me sacó de la sala mientras era esta vez Amaia la que se subía al escenario.

Me sacó fuera, observando que todos estaban dentro y por fin nuestros labios se volvieron a reconocer. Apenas unos segundos, un contacto para aliviar nuestras ganas antes de llegar a un lugar seguro, pero solo aquel beso consiguió evocar en mi cada uno de los instantes en los que nos habíamos besado antes.

Nos reímos, sintiéndonos como dos adolescentes que se estaban escapando de clase para darse su primer beso y subimos las escaleras que nos llevaban hasta la azotea de aquel mágico lugar y desde el que se podía apreciar todo Barcelona iluminado.

- Es precioso – susurré sintiéndome privilegiada

- Me lo enseñaron antes, cuando estuvimos ensayando

- ¿Cómo no me dijiste que ibas a cantar?

- Quería que fuera una sorpresa

- Kiki, yo... - intenté decir

- No hace falta que digas nada – su dedo índice recorrió mis labios en un gesto de silencio para después pasar a acariciar mi cuello – creo que ya hemos dicho suficiente en este tiempo.

Cogió mis mejillas, sin dejar de mirar mis ojos y nuestros labios conectaron de nuevo mientras la noche caía en Barcelona.

- No necesito decirte nada más, porque lo sabes ya todo – se separó lentamente, pero sin dejar de estar cerca de mí – Te quiero a ti, Violeta, y me da exactamente igual todo lo demás – sus ojos brillaban, confirmándome que nada era mentira, que estaba siendo más sincera que nunca.

Borró con sus labios una lágrima de mi rostro y yo volví a besarla.

- Yo también te quiero a ti, Chiara, sino no habría hecho nada de todo esto.

❤️⭐️❤️⭐️

Si había estado nerviosa el día en el que me enteré de la nominación, aquello no se podía ni comparar con el estado en el que me encontraba en la habitación del hotel mientras mi estilista y el resto de su equipo me colocaban delante del vestido que iba a ponerme o me mostraban el recogido que habíamos decidido finalmente que llevaría.

Mi representante también se pasaba de vez en cuando, percatándose de que no había ningún problema y yo, en aquel instante, lo único que necesitaba era volver a sentirme una niña pequeña refugiada en los brazos de mi padre, diciéndome que todo iba a estar bien, o recibiendo los besos de cierta morena que sabía calmarme como nadie y hacerme encontrar la calma entre tanta inquietud.

Rosa me dejó verme enfrente del espejo y yo sonreí al ver que era exactamente el recogido que había estado pidiendo desde la primera vez que me puse en sus manos. Automáticamente pensé en qué diría Kiki si me viera, pero el ver mi vestido de Valentino esperándome detrás, hizo que apartara mis pensamientos de nuevo y me centrara en aquel instante que tampoco quería olvidar.

Me ayudaron a ponérmelo y mis labios temblaron de emoción al darme cuenta de que por fin había llegado el día. Todos me abrazaron deseándome mucha suerte, antes de que mi representante me cogiera del brazo para ayudarme a caminar hasta el hall del hotel, donde nos estaba esperando el coche que nos llevaría hasta el Wizink en el que se realizaría la entrega, sabiendo que lo mío no era precisamente llevar tacones.

- Estás muy guapa, Vivi – dijo justo antes de dejarme en el coche – y quiero que sepas que estamos muy orgullosos de ti – la abracé emocionada al escucharle decir aquello – estaré allí, ¿vale? Te espero con el premio en la mano – me guiñó un ojo y cerró finalmente la puerta.

Las calles de Madrid se me hicieron demasiado pequeñas en aquel recorrido en coche. Solo veía luces y gente que seguramente se preguntaría quién iría en cada uno de los coches que desfilaban por allí. El conductor se despidió de mí con una sonrisa y un chico muy amable me abrió la puerta y me dejó ante la primera alfombra roja que iba a cruzar en mi vida.

La gente gritaba, se agolpaba y entre ellos pude ver alguna que otra cara conocida. Me dejaron sacarme fotos con ellos, las justas antes de pasar al photocall y, por un momento, sentí que lo que estaba viviendo era real, muy real.

Los flashes, las preguntas y las indicaciones se sucedían mientras yo no sabía cómo forzar ya mi sonrisa, queriendo mirar a cada una de las esquinas de aquella sala por si me encontraba con los ojos verdes que realmente me importaban en aquel instante.

Unos periodistas de la cadena que iba a emitir la gala me pararon un momento para hacerme unas preguntas ya más cercanas e incluso tuve que grabar un pequeño boomerang que se iba a colgar en las cuentas oficiales de los premios.

Respiré al ver que aquello había terminado por fin y corrí hacia el pequeño bar que habían habilitado donde me esperaba ya mi padre con una cerveza en sus manos. Sonrió al ver mi cara y me tendió otra cerveza para ver si así conseguía calmar mis nervios minutos antes de que nos llamaran. Si algo tuve claro desde el primer momento era que lo quería a él a mi lado en aquella entrega de premios.

Conseguí relajarme hablando con varios de los nominados e incluso conociendo a mis competidoras directas, cuyos papeles también me parecieron brutales cuando tuve la oportunidad de verlos.

Poco a poco nos fueron adjudicando en nuestros asientos, en las primeras filas del teatro. Decidí mirar mi móvil antes de ponerlo en silencio y sonreí al ver sus mensajes

Kiki 🩷

Estás muy guapa

Aunque, ¿para qué mentir? Ya eres guapa

Te vigilo desde aquí 😉

Me giré un momento, buscándola en las filas de más atrás, donde estaban los invitados que no estaban nominados, y me mordí el labio al encontrármela observándome con la felicidad impregnada en su rostro. Le susurré algo que solo ella iba a adivinar y me lanzó un disimulado beso antes de que volviera a centrar mi vista en el escenario y en la mano de mi padre que me agarraba fuertemente.

La gala estaba pasando demasiado rápido cuando escuché cómo la voz en off anunciaba que Belén Aguilera salía al escenario para entregar el premio a artista revelación. Cerré un momento los ojos, cogí aire y miré a mi padre. La cantante fue pronunciando los nombres de cada una mientras salía un pequeño fragmento de nuestro trabajo.

Belén se encargó de decir las típicas palabras antes de abrir el sobre e ir a lo que verdaderamente importaba. Sentí que el pulso se me aceleraba y que el silencio se hacía en el Wizink. Belén dijo el nombre de la ganadora y de repente vi cómo todas las cámaras me enfocaban a mí. Abracé a mi padre  y subí las escaleras del escenario reteniendo el llanto. No tenía nada preparado, pero sabía perfectamente a quién quería dedicarlo.

❤️⭐️❤️⭐️

- Enhorabuena ganadora – Me giré al saber perfectamente de quién se trataba aquella voz y la abracé como llevaba necesitando abrazarla desde que se fuera de mi habitación de hotel aquella mañana – sabía que lo conseguirías, aunque no me esperaba nada la dedicatoria, la verdad – siguió un poco sorprendida.

- Es que esto sin el camino que hemos recorrido juntas habría sido un poco más difícil.

- Te lo mereces más que nadie – volvió a abrazarme y yo decidí que no quería separarme más de ella aquella noche.

El alcohol, la música y los cientos de fotos que nos tocaba seguir sacándonos a pesar de que todo hubiese terminado iban pasando rápidamente hasta que poco a poco fueron anunciando el final de la noche.

Salimos a la calle, donde nos esperaban todavía parte de mi equipo y algunos otitos. Nos quedamos un rato hablando con ellos, hasta que el cansancio y el frío decidieron por nosotros que era el momento de regresar al hotel y despedirnos de los demás.

- ¿Dormirás conmigo esta noche? – susurré jugando con la manga de su abrigo

- ¿Quieres? – preguntó mirándome mientras parábamos, ya a solas, enfrente del ascensor

- Me muero de ganas.

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No me termina de gustar, pero quería actualizar.
El próximo, personalmente,me parece mejor. 🙃
Si le dais a la ⭐️ me animáis a subirlo.;)

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