Adara
Alguien respira en mi oído, escucho mi nombre, así que abro rápido los ojos. Cuando me siento de manera abrupta y reviso quién está cerca, no encuentro a nadie. Ahora me siento mejor, ya no estoy tan débil. Me levanto de la cama, pero cuando salgo de la habitación, no me marcho de la casa, pues oigo unos sonidos provenientes del sótano. Las sombras me guían, entonces al bajar me encuentro con Cainán y Akil.
Planeaba irme, no iba a poder evitar salvar a la chica, sin embargo, tuve el impulso por aquellas sombras que parece que me arrastran y me persiguen. Corro hasta la muchacha mientras expreso mi miedo, entonces la desato. Me inclino a pararme, luego observo a los dos demonios, los cuales charlaban como si nada.
—¿Si saben que estoy en desacuerdo con estas prácticas? —consulto.
Me siento bastante revitalizada, por alguna extraña razón.
—Es notable, eres policía —acota Cainán con el habitual gesto de póker de A—. Aunque eso no hará que deje de hacerlas.
—¿Y dices estar enamorado de mí? —Enarco una ceja, luego observo a Akil—. Y tú eres una decepción.
El castaño evita reírse, mientras el pelinegro sonríe.
—Gajes del oficio —sugiere mi ex.
—Eso no es excusa, Akil.
—Es mi trabajo y soy un demonio.
—Híbrido —lo corrige Cainán, para molestarlo, sin embargo, el burlado no reacciona a su acotación despectiva.
—Más demonio que ángel, pero sí.
—¿No tienes otra cosa que hacer? —El castaño se gira por completo a mirarlo de mala manera—. Este asunto es entre Adara y yo. Además, estás en mi casa.
—Querido compañero. —Mantiene la sonrisa—. No hay razón para estar celoso y enojado, estamos todos en el mismo barco.
Miro a la bruja detrás de mí, que permanece callada, escuchándonos. Su rostro está empapado en lágrimas y su cabello rubio se ve desarreglado, por todo lo que ha tenido que pasar. Seguramente, se encuentra esperando el momento oportuno para huir. De hecho, yo también lo estoy haciendo, solo me preocupa que Cainán pueda oír los latidos de mi corazón nervioso o percibir mis malditas emociones. Voy en desventaja desde que me introdujo ese bicho en mi cuerpo.
—¿Lo estamos? —Sigo la conversación mientras veo cómo Cainán está cada vez más enojado con Akil, incluso aunque no pueda herirlo por sus escudos.
Suena descabellado, pero es lo normal en Norville.
—Deberías irte, Akil —sugiere el demonio completo—. Hasta Adara sabe que no saldría nada bueno de nuestra participación.
Tengo que hacer que Cainán no se dé cuenta de mis sensaciones, la mejor opción es que piense que estoy de su lado. Aunque también tengo que descubrir cómo hacer que liberen a la bruja.
Suspiro.
—Lo único que quiero saber es si van a dejar ir a Indivar. —Establezco un vínculo con la supuesta víctima al mencionar su nombre.
No hay que olvidar que me metieron algo en la bebida, sin embargo, no sé cuál de las dos hermanas fue. Sin contar que no vamos a ser igual que ellas, al menos yo no me voy a comportar como un ser sin corazón.
—Adara, ella te... —me recuerda Cainán, pero lo interrumpo.
—No lo sabemos, y aunque fuera así, no me voy a comportar como una persona cruel, estas cosas se resuelven en la justicia. No condenaremos a nadie sin siquiera un juicio.
—Este no es el mundo humano, Adara, esté es Norville, y aquí la especie dominante son los demonios.
—¡¡Yo no soy uno!! —Alzo la voz—. Haremos lo que yo diga.
—No hay necesidad. —Escucho el tono de B—. Te dormimos y ya está.
—No hace falta, estoy perfecta.
—Creo que olvidan quién tiene la última palabra —sugiere Akil—. Adara, no podemos dejar que una bruja con sed de venganza, ande deambulando por Norville, seamos razonables.
—No puedes estar de su lado, cállate —declaro, molesta, y de repente se toca el cuello, como si le hubiera cerrado la garganta—. No, no hace falta —expreso, nerviosa, luego él reacciona.
—Vaya, será mejor que me retire —expresa, sonriente, pero se nota molesto.
—Lo siento, Akil, no quise...
—Ya deja que se vaya —declara Cainán, es el tono de A.
Frunzo el ceño.
—Ojalá pudiera callarte a ti.
—Sí, claro —expresa B con sarcasmo.
Ha cambiado tan seguido, que me asusta que pueda reconocerlos tan rápido y a la ligera. La verdad, Cainán solo me desconcierta.
—Basta, nos fuimos de tema. Si tantos problemas tienen con liberarla, díganles a los matones mafiosos de Elerick que la vigilen, y tema resuelto. —sugiero, entonces ambos, tanto Cainán y Akil, alzan sus cejas, luego termino agregando—: ¿Qué? ¿Pensaban que no tenía buenas ideas o cómo?
—Ay, ¿por qué hay que involucrar al imbécil de Elerick?
—Cállate, B. ¿Es un buen plan o no? —Miro Akil y él asiente.
—Creí que estábamos en el mismo barco —Cainán pronuncia con voz burlona.
—Llámalo. —ignoro la acotación.
Agarra su celular y marca el número con un gesto de enfado.
—Hola, estúpido, necesito un favor.
Gruño y le quito el teléfono.
—Disculpa sus formas, necesitamos que hagas algo por nosotros —expreso de manera tosca.
Se hace un silencio hasta que escucho su voz del otro lado de la línea.
—Adara Kyleth, debí suponerlo —expresa, en un tono frío, Elerick.
—Oye, ambos nos caemos mal, lo entiendo, pero tengo un problema y quiero resolverlo. Necesitamos que envíes a alguien a vigilar a una bruja, se llama Indivar. Tú tienes influencias sobre los mafiosos, así que pensé que podías hacernos este favor. Ya sabes, sino Cainán va a tener que ordenártelo y a nadie le gusta que le dominen su vida.
—Puedo negarme a Cainán cuando quiera, él no es más fuerte que yo, solo tiene más rango por ser especial —declara con orgullo—. Pero lo haré, quiero que entienda que mi intención no es solo limpiar sus desastres, también es cuidar de todos en Norville. Por eso soy el líder de un clan, no me ando con rodeos.
—Gracias, Elerick.
—Adara Kyleth, te lo advierto. —Hace una pausa antes de continuar—. Haré tu vida miserable si me sigues molestando.
Me corta.
—Qué agradable sujeto —digo con sarcasmo.
Cainán me quita el celular y se queja:
—Si terminaste, echa a tu brujita y tu híbrido.
—Me voy con ellos —aclaro.
—Creí que éramos amigos.
—Ya tuve suficiente de esta casa. —Bufo—. Y si no quieres que obligue a Akil a usar sus escudos contra ti, no me molestes. —Miro al mencionado al que no le hace gracia—. Lo lamento.
Avanzo y Cainán me agarra de la mano, luego me habla en un tono bajo:
—Adara...
Mierda, es A.
—Eso es trampa.
Sonríe, tranquilo.
—Quédate —pide en un susurro.
Me sonrojo.
—Ya tuve suficiente, dejemos esto para otro momento.
Me toma de la cintura y me aproxima hasta él, de forma abrupta, así que me choco con su torso, entonces mis manos quedan en su pecho. Su rostro se aproxima al mío, abre despacio su boca mientras me observa de manera intensa.
—Sigues decepcionada de mí, pero soy esto y te gusta, no puedes negarlo. Escucho tu corazón, tus emociones te llevan en contra.
—Nos están viendo. —Me aparto, despacio, acomodo un mechón de pelo detrás de mi oreja—. Será mejor que me vaya, ya estoy bien.
—De acuerdo, lo intenté —dice en un tono leve—. Aunque no negaste nada.
No le respondo, luego sigo mi camino, saliendo junto a Indivar y Akil del sótano. Antes de cruzar la puerta, me lo quedo mirando una última vez. Permanece ahí parado, observándome también. Me sonríe, entonces mis mejillas arden. Evito devolverle el gesto, aunque cuando me giro mi rostro tiene una sonrisa. Acto seguido, me voy rápido.
Ojalá estas emociones no me nublaran la mente y mi buen juicio.
Las miraditas 😏
No te entregues, Adara, primero hay que asegurarnos de que no te coma (literal) 😂
Modo fangirl: Amo que Elerick sea el que resuelve 😍
Saludos, Vivi.