Viviendo juntos|| Hakkai × An...

By SandkotZ

1.1K 80 205

Hakkai tiene algo en común con Souya, el hecho de que ambos son los hermanos menores y han vivido consentidos... More

(⁠っ⁠˘⁠з⁠(⁠˘⁠⌣⁠˘⁠ ⁠)
01
02
03
04
05
06
07
08
10
11
12
13
14

09

51 2 1
By SandkotZ

En la habitación, solo el ruido del ventilador servía como un acompañante  fiel en contra de la oscuridad. La luz filtrada debajo de la puerta, que provenía del pasillo, era otro protector para Souya.

Toda su vida había descansado con algo de luz. De por sí le era difícil descansar debidamente por su insomnio, lo era aún más estando a oscuras. Un miedo irracional y cuadro de ansiedad lo mantenía en vela toda la noche, y para su infortunio, la luz de afuera se apagó.
Rápido tomó el celular, subiéndole a su nulo brillo inicial (no le gustaba darse descargas luminosas al desbloquearlo cada vez), con ello pudo mantener sus pensamientos a raya.

—Pondré algún vídeo...— buscó un largo audio de lluvia con imagen de paisajes de fondo, lo puso sobre su pecho. Poco a poco cerraba los ojos.

Una grotesca cara, de ojos venosos y sangrientos  en sintonía con una boca cortada; característica fenomenales, capaces de alterar a cualquier ser inocente. La mente del desvelado lo obligó a recoger las piernas, por la ruda sensación de creer que alguien le había hecho cosquillas. Souya estaba asustado, el rostro de sus pesadillas robó su cansancio, momentáneamente.

Fue en eso que el ventilador dejó de girar, y a los minutos su vídeo comenzó a cargar y cargar, la señal se había ido junto con la luz. Todos los peluches estaban en un apagón de madrugada.

—Maldita sea— encendió su linterna, iluminando su habitación en dirección al clóset. —Ahora cómo dormiré si hace mucho calor.

Aceptó su destino, el de no dormir el tiempo que necesitaba, y pronto darse un baño para repetir la rutina de siempre: trabajar y estudiar.
Volvió a dejar su celular en la pantalla principal, sin muchaa ganas de seguir de ocioso, dado que no tenía datos para navegar o mandarle algún texto a su hermano.
Últimamente lo extrañaba demasiado, y vaya que hablaba con él todos los días, pero no era lo mismo.
Un mensaje no tendría el mismo fervor que estar juntos en la sala de estar, como el año pasado.

Tan solo cubrió sus pies para que nada los tocara, se armó con sus peluches, abrazando al más grande, con el que siempre compartía la cama. Halló la pose perfecta, cómoda y anhelada, hasta que sus necesidades biológicas arruinaron su tiempo de paz. Al principio se aguantó, la luz seguía sin volver y temía con tropezarse en el camino, además tenía que cuidar la batería de su celular hasta que saliera el Sol.

Estuvo ahí, unos minutos, aguantando. Sintió cosquillas en la vejiga, pulsaciones, toda el agua bebida estaba lista para desbordarse. No le quedó de otra más que ir al baño.
Souya creía que al poner el pie sobre el suelo, una mano peluda lo iba a tocar, así que se preparó para dar un salto lejos y silencioso, hasta caer de puntitas en su alfombra, guiándose con la linterna.

Abrió despacio su puerta, llevando la luz a los dos extremos del pasillo, corroborando que todo estaba en orden. Tomó la manija de la puerta, empujando de ella, sin saber que adentro estaba alguien a oscuras.

Un grito apurado escapó de ambos, frente a Souya estaba Hakkai, al descubierto de su parte inferior.

—¡Angry!

Él se quedó quieto, abrumado, sin saber el por qué llevó la luz hasta la cadera de Hakkai. Se acababa de traumar, una vez más en la misma noche.
Su compañero le dio la espalda, subiéndose la ropa interior, escuchando detrás la puerta.

—L-lo siento...—Souya todavía procesaba lo que acababa de ver, hacer.

Tuvo un espasmo que le erizó toda la piel y corrigió la postura de su espalda. ¿Acaso él, enfocó "esa parte" de su amigo?

¿Por qué?

Le echó la culpa a sus nervios, a su curiosidad nunca educada, a todo lo raro que había en su ser. Ni siquiera escuchó que estuviera dentro del baño, no se detuvo a pensar que compartía el apartamento.

—¿Sigues ahí cariño?— Hakkai salió, con las manos mojadas y olorosas a jabón.—Lamento que me hayas visto, perdón. Debí ponerle seguro a la puerta.

—¡S-sí! ¡¿Cómo se te ocurre dejarla así?!—reclamó, aún con el celular en la mano, ahora reflejando en los ojos de Hakkai.— Te vi todo, Dios.

—¿Me viste? —entrecerró los ojos debido a la luz directa, desviando la muñeca de Souya a un costado—Mañoso.

—¡P-pues sí!—respondió avergonzado, negando la mirada, agitando la cabeza.—Lo siento, yo tampoco debí iluminar o ver, no toqué la puerta, es mi culpa.

—No es tu culpa, solo querías pasar al baño, y por cierto ya puedes pasar— pese a la vergüenza, le parecía cómica la situación.

Hakkai estaba mal por pensar que le gustó ser visto por su compañero de cuarto. Un verdadero exhibicionista, un loco, un adulto enamorándose, un tonto buscando interactuar como sea. Vamos, no tuvo ni un gramo de pudor.

—Ya hasta se me fueron las ganas...—respondió cabizbajo, sin querer, volviendo a fijarse en la entrepierna de Hakkai.

¡Maldición! Su alma estaba pervertida, corrompida. Rápidamente volteó la cabeza, apartándolo de su camino para entrar al baño.

—Se fue la luz— dijo desde el interior. Supuso que no fue escuchado, que el otro simplemente se regresó a su habitación, pero estaba haciendo guardia fuera del baño.— Hace calor.

—Lo sé, esperemos que regrese pronto.— se cruzó de brazos, no veía nada— Es raro que se vaya...

—Sí...

—Por cierto, ¿Qué hacías despierto a estas horas, eh?

—No te tengo por qué decir— contestaba Souya, intentando no hacer mucho ruido. Seguía nervioso—¿Tú estabas despierto?

—Desperté cuando se fue la luz. A Yuzuha le dio calor y me echó la culpa de que apagué el ventilador—apoyó la cabeza contra la pared, sonriendo gratamente. Amaba el momento de esa conversación nocturna.

Souya en el baño, él afuera, un apagón. Diversas situaciones podían darse paso entre ellos. Situaciones que claro, eran poco probable vivir, por la pena infinita del mayor.

—Menos mal que en tu habitación hay ventana, no morirás de calor— recordaba. — Tal vez me vaya a tu habitación a dormir...

—No— Souya lo asustó, saliendo del baño luego de la propuesta.— Tú tienes tu habitación.

—La otra vez dormimos juntos, ¿Qué tiene de malo repetirlo?— agradecía que no hubiera luz, o de lo contrario lo verían sonreír pícaro.

—La otra vez estabas en el sofá, ahora tienes tu cama.

—Tu cama es más cómoda.

—Ya me voy, tengo que dormir. Duérmete tú también— pasó de largo, alumbrando.

—No creo dormir más, de todas formas no falta mucho para que amanezca— despegó la espalda de la pared, caminando a su habitación, guiándose con la pared.—Te veo en unas horas, bebé.

Souya guió la linterna hacia Hakkai, deteniéndolo justo frente a su puerta.

—¿Qué pasa?

—Lo siento, no quería verte así...

—Vamos, no pasa nada.—Con la mano hizo un gesto relajado—¿Te gustó?

—¿Qué?

—Nada, buenas noches— sin duda, dejó salir sus pensamientos intrusivos.

(⁠٥⁠↼⁠_⁠↼⁠)

Souya descolgó su uniforme, sin deshacerse de los bostezos. Aventó las prendas hacia la cama, se iba estirando, rascándose los ojos con una mano y con la otra arriba. Hizo tronar su espalda, el cuello, y de la nada, decidió que era buena idea regresar a la cama.

Si bien se sentó, terminó echándose.

¿Por qué simplemente no nació en una familia con dinero?

Se cubrió la cara con el antebrazo, dispuesto a dormir los sagrados 5 minutos más.

—Cielo, ya son las 8. ¿Vendrás a desayunar?

—Ya voy...— apretó los labios, recuerdos volvían con nitidez al distinguir la voz masculina.—¿Qué hay para desayunar?

—Hice unas tostadas con huevo, y preparé café. Cargado para ti— miró con desilusión que la habitación estaba tomando poco a poco el desorden de hace unas semanas. Tuvo el impulso de regañarlo.

—¿Ya desayunaron?

—Yo todavía no. Mi hermana se fue a trabajar.

—¿Tan temprano?

—Sí— se adentró a la habitación —Vamos cielo, sé que tienes sueño, pero debes desayunar. Siempre se te hace tarde y nunca comes algo antes de ir a la uni o al trabajo.

—Es que no dormí casi nada— su panza se elevaba y bajaba lentamente. Sintió un segundo cuerpo en la cama, en su cercanía.—¿Cómo es que tú tienes energía, si tampoco dormiste bien?

—Se le llama disciplina cariño. Tengo sueño, pero también tengo cosas que hacer, no puedo desaprovechar los días.

—Quisiera ser como tú...

Hakkai lo miró de reojo, alzándose con ayuda de los codos, para buscar la barriga de Souya y ocuparla de almohada. Su amigo le puso la mano en la cabeza, manteniéndola quieta.

—A mí me gusta cómo eres tú. No necesitas ser como yo, tonto.

—Pero quiero tener las energías que tú tienes...yo soy muy vago.

—Cariño, tú trabajas y estudias, haces demasiado. Para nada eres vago— echó la vista a los alrededores —Bueno, un poco desordenado sí.

—Tengo sueño Hakkai, no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar.

El chico se dio una vuelta para quedar boca abajo, apoyando toda la mejilla en la barriga del rizado, viéndolo desde esa perspectiva. Cerró los ojos, estando en calma, siendo genuinamente feliz.

—Durmamos unos cinco minutos, ¿De acuerdo?

—Diez.

—Cinco.

—Quince mejor.

—Cinco...

—Veinte...—su voz se escuchó apagada.

—Diez. Si te quedas más tiempo dormido, te despierto con un beso.

—Estás tonto—comenzó a rascarle la cabeza a Hakkai unos segundos, hasta que se detuvo y su nariz comenzó a silbar.

Los diez minutos se sintieron eternos, Hakkai reposó en el mismo sitio, comparándose con un niño en su refugio favorito. Supo que sus minutos terminaron, pero se apiadó y me regaló otros cinco minutos a Souya; después de la siesta, pensaba coordinar las actividades de su amigo para que pudiera hacer todo lo necesario antes de salir de casa.

—Bebé, ya dormiste quince minutos, ya levántate o luego estarás a las prisas— le costó quitarse de encima, pues le encantó escuchar los sonidos que hizo la panza ajena.—Souya, arriba, vamos.

El muchacho se atrincheró, poniéndose duro para que a Hakkai le costara despertarlo a sacudidas, pero él no desistió, siguió hablando, cerca de su oído, haciéndole cosquillas, y al ver qué no surtía efecto nada de eso, se acercó más a su rostro, dándole un beso en la coronilla de la cabeza.

—Si no te levantas, te voy a besar.

Souya se llevó las manos a la altura de la boca, echándose de lado mientras comprimía sus piernas. Con su pose de camarón se sentía más seguro ante el ataque anunciado.

—Yo te avisé — aprovechó la oportunidad, volviendo a darle otro beso en el mismo lugar.

—No hagas eso.

—Levántate, flojito.

—Ahorita, déjame dormir.

—Ya dormiste más, tienes que ir a desayunar. Anda, ya debe estar fría toda la comida— se iba inclinando, dejando otro beso invasor sobre el pómulo del perezoso.

—Que no me beses, necio— se limpió el beso del cachete— Eres un confianzudo.

—Pues parece que quieres que te bese más, porque no te estás levantando.

—A ver, si yo te doy un beso, no te va a gustar.

—¿De verdad crees que no?— decidió llevar sus manos hacia la cadera y los hombros de Souya, enterrandolas entre la cama y su cuerpo, listo para cargarlo.—Te voy a llevar a la fuerza.— Lo tomó en brazos, haciendo que este se despertara exasperado.

—¡Réspetame!—pidió, tratando de aferrarse a algo.— Bájame si no quieres que...—fue soltado sobre la cama, rebotando en ella.— ¡Eres un..!

—Ups, te caíste —Hakkai posó sus manos en la cintura del segundo, apretándola ligeramente antes de salir disparado a la cocina.

Souya se levantó de un salto, arrepintiendose porque le dio mareo, y aún así persiguió a Hakkai para darle un buen golpe.
Perdieron mucho tiempo en ese juego, por lo que debieron desayunar más rápido. Al final, Hakkai mandó a darse un baño a Souya, mientras él le prepararía un lunch para que llevara.

—No te veré hasta la noche, te voy a extrañar—. Apoyó las manos sobre la mesa, echando de menos a la persona que le gustaba, a pesar que la tenía en frente.—Vamos, te acompaño al paradero.

—¿Seguro?— Souya se aseguraba de llevar todo en la mochila— Lo bueno es que hoy solo tengo 3 clases de una hora.

—Presta mucha atención.

—Sí— quiso echarse la mochila encima del hombro, pero fue interrumpido—¿Qué?

—Yo te la llevo.

—No es necesario, ni siquiera pesa.

—Déjate ayudar, necio— le devolvió la palabra, robándose la mochila.—¿Esta vez llevas tus llaves y tu credencial?

—Sí... tú las metiste en la mochila.

—Claro que lo hice porque a ti se te iba a olvidar~

Souya sonrió mientras veía la pantalla de su celular, el mensaje de buenos días y de motivación por parte de su hermano gemelo le dio la dopamina que necesitaba para seguir su día.

—¿Por qué era sonrisita?

—Nada, mi hermano me contestó un mensaje.

—Oh, Nahoya. Mándale saludos de mi parte.

—Está bien, lo haré —contestaría una vez que estuviera en el autobús, el cual estaba por llegar— Tú también salúdame a tu hermana, no sé si pueda verla esta noche, se duerme temprano así como tú.

—Ten por seguro que la verás. Ayer se quedó conmigo esperándote.

—Lo siento...

—No pidas perdón, estábamos preocupados, bebé.

—No es necesario que me esperes esta noche, ahora sí llevo mis llaves.

—Te esperaré. No duermo tranquilo si no estás en casa— le rodeó con un abrazo sobre los hombros.—Mira, ya está cerca el bus. Por mientras, te deseo un lindo día amor, sé que te irá bien.

—Gracias Hakkai, igualmente.

—¿Un beso?

—No— contestó de inmediato —Aquí no ...—qué más podía hacer, si cuando se negaba, a Hakkai le daba igual y le terminaba dando besos en la frente sin su consentimiento.

El autobús se detuvo junto a ellos, Souya dando los primeros pasos para subir, despidiéndose apenas con la mano de su amigo.

—Adiós Hakkai, te veo en la noche.

—Oye Angry, tu mochila —se rió de lo despistado que era. Se acercó para tenderle sus pertenencias —Te veo en la noche, suerte en tu día.

Lo observó caminar hasta tomar asiento a un lado de la ventana, desde ahí Souya volvió a despedirse con una señal de amor y paz, la cual Hakkai replicó, y de paso le aventó un beso, cosa que Angry prefirió ignorar, pero no sus mejillas que se colorearon de rosa.

—Tonto...—el autobús avanzó, y él alcanzó a ver a Hakkai riendo, despidiéndose aún.

Del otro lado de su asiento, estaba un alfa que bien podría considerar un conocido de vista, ya que en muchas ocasiones coincidían en el autobús. Un alfa con gafas, cabello rubio con mechones azules, un hombre que siempre traía audífonos y parecía ignorar al mundo.
Conforme avanzaron, el autobús se fue llenando, y al ver una mujer, el alfa por caballerosidad, cedió su lugar y continuó de pie, sin importarle nada.

Souya iba inmerso en su celular, llevando una conversación agradable con su hermano, contándole lo que hacía en ese momento, estaba distraído a su entorno, así que no esperó que el chófer frenara de golpe. El mismo se dio contra el asiento delantero, los demás pasajeros se llevaron la misma impresión, sin entender porqué el chófer paró de manera brusca.

Una mujer con su hijo habían ignorado las señales de tránsito y cruzaron, sin calcular la distancia del bus, exponiéndose al peligro.
Tras una pausa que sirvió para que el chófer regañara a la mujer y que todavía esta se indignara, Souya se seguía recuperando del golpe, sobándose la frente, la chica que iba como su acompañante había logrado meter las manos para no recibir el impacto, sin embargo, uno de sus anillos terminó rozando con la mano del alfa, tanto que le causó una raspadura.

Ella se disculpaba, muy apenada, mientras Rindou Haitani expresaba desagrado hacia la chica, entendiendo qué fue un accidente, pero en el fondo, enojado por vivir ese tipo de situaciones.

Si tan sólo su amargado hermano mayor no le hubiera prohibido su auto como castigo, él jamás estaría pasando por la "humillación" de usar transporte público.

La fémina veía como brotaban puntitos de sangre, quería remediar el daño, cosas que Rindou solo evadía. El chico de al lado al prestar atención, buscó en su mochila las curitas que cargaba.

Podría olvidar cosas importantes como las llaves, pero otras cosas no las sacaba para nada de la mochila.

—Tome, puede ponerse esto—tendió una de las curitas.

Rindou dudó en aceptarlo, alzó una ceja, juzgando sin discreción al omega entrometido.

—Gracias— tomó la curita, poniéndola sobre su dedo.

La chica también mostró gratitud, estaba cerca de su destino, así que se levantó, huyendo de la situación. El asiento ahora estaba libre para el chico rubio. No compartieron mucho tiempo como compañeros de asiento ya que la universidad quedaba a unas cuantas cuadras de donde andaban, eso sí, debía pedir permiso para pasar y poder bajar, cosas que hizo y al llevar mal las agujetas, se le enredaron los pies, flexionando una de las piernas y cayendo de vuelta.

Por una milésima de segundo, estuvo en el regazo del desconocido, antes de tomar impulso con ayuda de los otros asientos y salir disparado al exterior.

No quería que el día fuese igual que el anterior y las cosas marcharan mal. Pero, con eso, presentía que no la pasaría del todo bien.

Continue Reading

You'll Also Like

514K 52.7K 132
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
324K 14.6K 112
▶Como dice el titulo , de todo x todo mis paladudes ◀ 🔥TODO CÓMIC QUE APARECERÁ NO ME PERTENECE TODO CRÉDITO A SUS RESPECTIVOS CREADORES. SOLO ME DE...
13.4K 923 23
Tres vidas Resumen: Leo despierta en un lugar desconocido, teniendo heridas por todo el cuerpo...para luego encontrar a tres personas, feliz de ver q...
684K 88.7K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...