Envuelto en una gran capa, Tang Ziqian miró la luz de la luna fuera de la ventana. El primer ministro, agobiado por la enfermedad, sacó su mano pálida, casi traslúcida, de la amplia manga blanca y se agarró al marco de la ventana, perdido en sus pensamientos.
Sus dolencias crónicas habían sido aliviadas por la sangre de Yu Xiao, permitiéndole recuperar el aliento. Cerró los ojos, pensando en las expediciones del emperador, la sangre delmédico y la búsqueda de medicinas por parte del general.
Irónicamente, estos tres individuos destacados, los dragones y los fénix entre los hombres, ahora estaban preocupados por la muerte inminente de alguien como él.
TOC Toc. Alguien estaba golpeando la ventana.
Tang Tang abrió los ojos y dijo en voz baja: "Adelante".
La ventana se abrió con fuerza y una figura saltó al interior.
Aunque se acercaba la primavera, el viento seguía siendo frío, lo que provocó que Tang Tang se tapara la boca y tosiera dos veces.
La figura de negro quiso ayudarlo, pero vaciló y apretó los dientes. Con los ojos llorosos, se arrodilló y suplicó con tristeza: "¡Maestro, es hora de irse! El joven emperador es terco y nocree en ti. Has hecho todo por el difunto emperador y la dinastía Wei. Por favor, Maestro..." Hizo una reverencia con la voz entrecortada, "Sálvate a ti mismo".
Tang Tang entrecerró los ojos, dejó escapar un suspiro apenas perceptible y dijo: "Bien, encuentre una oportunidad para dejar inconsciente al joven emperador y hacer que nuestros hombres se retiren del palacio".
La persona de negro de repente levantó la vista. Aunque no estaba contento de salvar al joven e ingrato emperador, dado que su maestro accedió a irse, ese idiota se quedaría solo, sonriendo con sus grandes dientes blancos.
Inclinándose de nuevo, la figura rápidamente saltó por la ventana y desapareció en la vasta noche.
La mirada de Tang Ziqian recorrió los adornos de jade finamente elaborados y las peculiares baratijas del gran salón. Finalmente, sus ojos se posaron en el escritorio, donde se habían enviado cartas llenas de anhelo desde la Montaña Nevada a una velocidad vertiginosa. Su corazón estaba lleno de una mezcla de emociones.
El emperador Nie tenía sus propias ambiciones y, aunque sus métodos eran despiadados, sin el tumor maligno, la gente estaba más feliz que cuando el joven emperador estaba en el poder. La reputación del general se disparó, obtenida a través de innumerables victorias en el campo de batalla. Los enemigos fuera de la frontera ahora eran cautelosos y no se atrevían a hacer movimientos imprudentes al ver las banderas de batalla con la palabra "Pei".
La gente vivía en paz y contenta, y el primer ministro había abandonado la idea de restaurar el reino. Pero Tang Ziqian, siendo quien era, creía en devolver tanto la bondad como el rencor. No podía encontrarle sentido a este enredo y sólo deseaba un final limpio, que cada uno encontrara su felicidad.
......
"¡Oh no, la mazmorra está en llamas!" La joven doncella de palacio, con el pelo despeinado, cayó y se levantó rápidamente gritando.
"¡Qué! ¡Rápido, que alguien apague el fuego!
"¡Fuego! ¡Fuego!"
Aunque no había edificios cerca de la mazmorra, existían abundantes flores, plantas y árboles. Un humo espeso se elevó en oleadas, arrojando el palacio al caos. Los sirvientes del palacio se apresuraron haciendo ruido de cubos.
En este momento, si alguien estuviera alerta y buscara a la joven doncella del palacio que provocó el incendio entre la multitud, es posible que ya no la encontraran.
Después de todo, la base de Nie Yanzhi finalmente se encontraba en Daheng. Recientemente había estado ocupado buscando medicinas para el primer ministro y el palacio no estaba completamente limpio. Algunas personas de Tang Tang quedaron atrás por un giro del destino.
En el oscuro pasaje subterráneo, siete u ocho figuras vestidas de negro custodiaban firmemente al primer ministro. Sus expresiones eran vigilantes mientras salían. Tang Tang tosió en voz baja un par de veces. Bañado por la tenue luz de una perla nocturna, miró al joven emperador que colgaba del hombro de un hombre como un cerdo muerto y sonrió suavemente.
Aunque solo hay unos pocos, cada uno poseía un talento excepcional, capaz de luchar contra diez oponentes solo. La distracción y la desorientación, una de las treinta y seis estratagemas, era algo en lo que sobresalía el primer ministro.
En la trama original, el primer ministro era un miniantagonista legítimo. Aunque Tang Ziqian murió temprano, no pudo evitar que sus subordinados se volvieran locos e intentaran asesinar al emperador. Si no fuera porque el joven emperador lo tomó por sorpresa y lo decapitó en el gran salón, otros métodos no habrían dañado al primer ministro en lo más mínimo.
......
"¿Qué quieres decir con que desapareció?" Nie Yanzhi tenía una expresión sombría y su voz se volvió fría: "Inútil".
Los guardias imperiales se arrodillaron en el suelo, temblando.
La cara de Yu Xiao tampoco se veía bien. Llevaba varios días evitando al primer ministro. Cuando su rostro finalmente sanó, jsu esposa ya no estaba!
Maldita sea.
¡Este bastardo Nie Yanzhi! Lo había golpeado tan brutalmente que su hermoso y elegante rostro ya no parecía el de un humano. Solo piense en ese día cuando Yu Xiao estaba disfrutando en éxtasis, solo para ver su reflejo en el espejo de cristal al lado de la cama.
Silbido...
De hecho, era un espectáculo demasiado espantoso para soportarlo. El médico estaba tan asustado que todo su cuerpo tembló y su pene se ablandó al instante.
Yu Xiao se sintió agraviado. Apretó los dientes, soportando varios días sin el dulce calor del cuerpo de su esposa. Estaba tan enojado que casi tomó una aguja envenenada y fue a morir junto al emperador libertino.
"Ve a buscarlo. Si no puedes encontrarlo, no te molestes en regresar".
La voz amarga del emperador hizo estremecer a los guardias arrodillados.
"¡Sí!"
......
Medio mes después, en un pequeño pueblo.
"Tang Ziqian, ¿esperas que coma la comida de este cerdo?" Incrédulo, Wei Zhixin, vestido con ropas de lino tosco, miró las gachas finas y las raciones secas sobre la mesa. Enfadado, arrojó sus palillos.
Esta actitud provocó que varios guardias personales, ahora vestidos de campesinos, se pusieran de pie bruscamente. Sus miradas se oscurecieron mientras miraban al joven e ignorante emperador. El olor a sangre se adhirió a ellos y quisieron matarlo en el acto.
Pero Wei Zhixin no tenía miedo. A pesar de usar ropa andrajosa, aún mantenía su postura elevada. Él resopló levemente, "Has estado escondiéndote y evadiendo durante el último medio mes. ¿El primer ministro ya no desea restaurar el reino? Después de siete años, conocía demasiado bien a este falso caballero. Tang Ziqian nunca le pondría una mano encima, pase lo que pase, para devolverle el favor que su difunto padre le había dado.
Sin embargo, el joven emperador no sabía que Tang Tang deseaba su desaparición.
El primer ministro entrecerró los ojos y miró las raciones secas sobre la mesa. Habló rotundamente: "El palacio nos está buscando en todas las casas. Como somos caras desconocidas, no es recomendable salir". Tonto, ¿por qué no te golpeó algo que cayó del cielo y moriste?
Otra respuesta superficial. Wei Zhixin adivinó vagamente que Tang Tang no estaba dispuesto a ayudarlo a restaurar el reino. ¿Cómo podría un emperador como él rebajarse a un estado tan bajo? ¿No le prometió Tang Ziqian al difunto emperador que cuidaría de él? Entonces, ¿por qué no lo estaba ayudando ahora?
Impulsado por el resentimiento, Wei Zhixin de repente se levantó y quiso voltear la mesa.
Al ver que la situación no estaba bien, el rostro de Hei Yi se puso frío. Lanzó una piedra que golpeó el brazo de Wei Zhixin, provocando un repentino entumecimiento. No sólo no pudo voltear la mesa, sino que los tazones y los palillos también "chocaron" contra su cuerpo. Incluso la papilla blanca y caliente del recipiente le salpicó el pecho.
Los guijarros rodaron por el suelo, ocultos en sus logros y reputación.
Tang Tang se quedó atónito tranquilamente en su lugar, su corazón decía, aunque... Aunque no era alto, ¿este tonto era realmente considerado?
"¡¡¡Ah!!!"
¡Dolor! ¡Dolor insoportable! El rostro de Wei Zhixin se torció y rápidamente se abrió la ropa. Se formaron ampollas en su delicada piel en un instante.
La mirada de Tang Tang se oscureció. Inicialmente, esa papilla estaba destinada a su cara. Los guardias personales estaban furiosos. ¡Este maldito emperador era verdaderamente malicioso!
Hei Yi agarró a Wei Zhixin por el cuello. Su sonrisa era siniestra: "Joven maestro, llevaré a 'Su Majestad' a la clínica médica para comprar medicamentos. Volveré en breve."
Las piernas de Wei Zhixin colgaban en el aire. Cuando recuperó los sentidos, un sudor frío le corrió por la espalda. ¡Había cruzado el límite de estos hombres imprudentes!
Los labios del joven emperador temblaron y trató de negarse. Pero una mano grande y áspera le tapó la boca. Hei Yi se dio vuelta y lo arrastró fuera del patio.
"..." Los guardias personales permanecieron en silencio, levantando el pulgar en silencio hacia su líder.
La expresión de Tang Ziqian cambió: "Ve, trae de vuelta a Hei Yi. Es un momento problemático. ¿Por qué corre a ciegas?
"Sí." Uno de los guardias, vestido de campesino, saludó y alegremente fue a enterrar los cuerpos con un cuchillo para su líder. La fuerza está en los números, ¿verdad? Jejeje, necesitaban deshacerse del joven emperador rápidamente y regresar a comer.
......
Hei Yi encontró un pequeño problema. Tan pronto como salió del pueblo, fue capturado por los guardias imperiales. Superado en número, quedó inmovilizado en el suelo, incapaz de liberarse. Apretó los dientes y pensó en suicidarse.
Pei Yan, que acababa de desmontar de su caballo, levantó una ceja y rápidamente se acercó, desarmándolo.
La ropa de Wei Zhixin estaba desaliñada. La papilla blanca mezclada con la tierra adherida a su cuerpo. Parecía un mendigo a pesar de su apariencia delicada y noble. Pero el joven emperador estaba encantado porque Pei Yan era conocido por sus sentimientos románticos y no revelados hacia él. Los vientos del sur de la dinastía Wei prosperaron y, aunque el joven emperador se humilló al someterse a los demás, el general Pei era atractivo. En el futuro... ¿quién iba a saberlo? Podría ayudarle a recuperar la dinastía Wei.
Wei Zhixin se arregló el cabello y habló con arrogancia: "Pei Yan, ¿no siempre me has querido? Si me ayudas a matar a Tang Ziqian, tendré sexo contigo".
En cuanto a lo que hizo que Wei Zhixin tuviera esta idea errónea, todo comenzó desde el día en que el emperador Nie lo llamó a la habitación. Ese día, el general Pei se arrodilló ante el joven emperador, lo levantó y luego lo llevó afuera. Wei Zhixin sintió claramente el bulto prominente debajo de la ropa de Pei Yan.
Wei Zhixin se sonrojó de vergüenza y de ira. En el poco tiempo que estuvieron juntos, el general Pei ya se había excitado. Debe haber tenido pensamientos sobre él durante mucho tiempo.
"..." El general Pei había regresado recientemente de la Montaña Nevada. Estaba vestido con pieles claras, montado en un caballo y miró fríamente a Wei Zhixin. Él dijo: "¿Cuál es el problema? ¿Se ha vuelto loco el emperador Wei? ¿Qué tipo de ensoñaciones estás haciendo a plena luz del día?
"Pftt..."
Los soldados detrás de él eran los guardias personales del general Pei y tenían pocas restricciones. Al escuchar sus palabras, se rieron a carcajadas.
"General, su gracia y elegancia son incomparables. ¿Quién hubiera pensado que incluso un emperador caído se arrodillaría ante tu entrepierna? Jajaja."
"Apuesto a que sabe que nuestro general puede satisfacer a diez hombres en una noche. Tiene tanta envidia que está dispuesto a olvidarse de buscar venganza por su reino caído, ¿verdad?
"¡Oigan, oigan, oigan, grupo de tontos! ¡Estamos aquí para buscar a la esposa del general! ¿Por qué sacar a relucir estos asuntos del pasado? ¿Qué pasa si el primer ministro lo escucha? Seguramente el general te desollará vivo.
"¡Ja ja! Exacto, aquí tenemos a todos los subordinados del primer ministro. Probablemente no esté muy lejos. Mantén la boca cerrada y no digas tonterías".
La mirada de Wei Zhixin quedó desconcertada, "No... ¡No puede ser! ¿No estabas interesado en mí? ¡¿Cómo... cómo es posible que todos ustedes estén interesados en ese falso caballero?!Su rostro se contrajo, gritando y chillando como un loco. Wei Zhixin, sin saber por qué, tuvo una vaga sensación de que algo andaba mal. No debería ser así. ¡No debería ser así!
"Dado que el emperador Wei tiene tantas ganas de servir a los hombres, puedo conceder tu deseo".
Debajo de él, un caballo alto y majestuoso resopló. Pei Yan había pasado meses en la cima de la Montaña Nevada, dejando huellas en la gran nieve mientras buscaba la medicina en los traicioneros acantilados. Cuando finalmente regresó al palacio, escuchó la noticia de que la hermosa jade se había escapado.
Ya profundamente irritado, no quiso decir mucho: "Alguien, arroje al emperador Wei al burdel".
Mientras se ponía el sol, Pei Yan se sentó en su caballo, ignorando los gritos desafiantes de Wei Zhixin. La luz del sol iluminó al apuesto e imponente general mientras contemplaba intensamente la pequeña aldea escasamente poblada y de repente sonrió.
Tang Ziqian, ¡veamos si todavía puedes correr!
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
╰(*°▽°*)╯╰(*°▽°*)╯╰(*°▽°*)╯