El Mismo Cielo (Yoonmin)

By Marfeopy

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¿Quién es el chico del tren? ¿Jimin tendrá la oportunidad de volver a encontrarse con él? Emociones intensas... More

INICIO
Cuando te vi
Quien eres
Bienvenida
¿A quien buscas?
Tan cerca y tan lejos
Pagando mi deuda
Mío
Cálidamente avergonzado
La amistad de Hoseok
Un pequeño espía
Por alguna razón
Porque lo defiendes
Una cita
Conversación amena
Pesadillas
Sorpresa
No te atrevas
La amargura del corazón
El secreto de JungKook
Un obsequio
Hyung
Servil y elegante
El sonrojo de Suga
A tu lado
Una locura maravillosa
Nuevos problemas
Misteriosa identidad
¿Malas decisiones?
El beso de un desconocido
Doloroso desconsuelo
Taehyung no es ningún tonto
Corazones resentidos
Hyung, déjame explicarte
Dime ¿Es por él?
Razones
Tu verdadera cara
Suficiente, no más
En medio de la discusión
El cumpleaños de Chanyeol
¿De quién es la orden?
Los celos de Jimin
Desmayo repentino
¿Puedes oír lo que siento?
¡Un demente ha entrado a la casa!
Otra oportunidad
A escondidas
Escápate conmigo
Suave y tierno
Rompiendo promesas
Inesperado
Despedida
Deseando escuchar tu voz
Alejate de él
JungKook

Haciendo Kinchi

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By Marfeopy

Haciendo Kimchi

Después de una espera interminable, finalmente Jimin salió del baño. Y seguido de JungKook, que lo había esperado en todo ese tiempo, se dirigieron a la cocina, donde encontraron a Suga deleitándose con un plato de sopa humeante, mientras escuchaba a la abuela tararear una serie interminable de anécdotas sobre su vida pasada.

Cuando la abuela lo vio, inmediatamente se vio feliz y puso dos platos más en la mesa. Jimin y Jungkook tomaron asiento junto a Suga, sumergiéndose en silencio, mientras la abuela continuaba contando sus historias, con su única voz escuchandose en la cocina.

Jimin, sin poder evitarlo, comenzó a mirar fugazmente a Suga. Se preguntaba si también recordaba  lo que habia sucedido entre los dos anoche. Sin embargo, sus intentos se vieron interrumpidos cuando de repente Suga lo sorprendió con una mirada, haciendo que se atragantara con la sopa.

—Cariño, come despacio—dijo la abuela.

—Lo siento, abuela— respondió Jimin apenado.

La abuela siguió hablando. Jimin no volvió a buscar la mirada de Suga, pero podía sentir los ojos del pelinegro clavados sobre él, esto le puso aún más nervioso e inquieto que antes.

—Hoy voy a preparar kimchi para el almuerzo— anunció la abuela.

—¡Amo el kimchi de la abuela!—exclamó JungKook emocionado.

—Lo sé, hijo. Espero que a Suga también le guste— respondió la abuela.

—¡¿Qué?!— exclamó JungKook, cambiando su expresión y dejando caer la cuchara sobre el plato.

—Suga dijo que nunca había comido kimchi, hoy será su primera vez, ¿verdad, hijo? ¿Te quedarás a almorzar con nosotros, verdad?— preguntó la abuela.

—Abuela, Suga realmente no tiene mucho tiempo para estar aquí. Seguro que tiene un montón de cosas que hacer hoy día— dijo JungKook apresurado, tratando de disuadir a la abuela.

—¿En serio? ¿Suga, querido, hoy estás muy ocupado para quedarte con nosotros?—preguntó la abuela, mirando a Suga.

JungKook clavó su mirada sobre Suga, como si con su mirada amenazante pudiera hacer que Suga cambiara de opinión.

—No, de hecho, hoy es mi día libre—contestó Suga, probando a JungKook. —Será un placer probar la especialidad de la abuela—agregó educadamente, encantando de inmediato a la abuela.

La abuela no perdió más tiempo y, emocionada, se levantó para preparar los ingredientes del kimchi. Después de eso, Jimin se había dado una ducha y se había vestido cuidadosamente. Mientras tanto, Suga entró a bañarse después de él. Hasta el momento no habían cruzado más que palabras cortas como "¿Quieres bañarte primero?" el respondió "Si" y Suga había accedido simplemente "Muy bien", actuando como si no hubiera pasado nada entre ellos dos anoche. Pero aun si deseaba preguntarle, ¡Él todavía no estaba listo para enfrentar la situación!

Jimin se asomó tímidamente por la puerta, donde aún resonaba el ruido de la ducha. Suga estaba adentro, y Jimin no se sentía con el valor suficiente para tocar la puerta y avisar que había traído algo de ropa para él. Con cautela, sosteniendo una camiseta y un pantalón simple del abuelo, se dirigió hacia la banqueta y dejó las prendas dobladas encima.

De repente, el sonido de la ducha cesó y Suga salió del baño. Jimin estaba tan concentrado en su tarea que se sobresaltó cuando escuchó el ruido de la puerta al abrirse.

—¿Todavía estás aquí?—hablo Suga, mirando a Jimin.

Jimin centró toda su atención en Suga. Su pecho estaba descubierto, solo llevaba una toalla alrededor de la cintura, y su cabello estaba húmedo, aún goteando agua. Su piel lucía tan limpia y radiante, con una textura uniforme que resaltaba toda la frescura de su cuerpo.

—Yo...lo-lo siento, —dijo Jimin titubeando, apartando rápidamente la mirada de Suga, tan nervioso en ese momento—. Te traje algo de ropa. Es-es del abuelo, espero que no te moleste, pero es lo único que había, busqué en la ropa de mi padre pero no creo que sea cómodo para ti, las camisas que ...

—No me molesta—hablo Suga, deteniendo las palabras apresuradas de Jimin.

Jimin se callo y se encontró inevitablemente con los ojos de Suga, su corazón no pudo evitar dar un vuelo de emoción. Y tontamente dijo: —Claro.

Silencio.

—¡¿Jimin ya estás listo?!—grito JungKook, apareciendo de repente e interrumpiendo la intensa sensación que se había generado en el ambiente.

Jimin no pudo seguir hablando con Suga, cuando fue dirigido hacia abajo por JungKook para ayudar en la cocina, junto a la abuela. Estaban seleccionando las especies sobre la mesa, cuando Suga llegó vestido con la antigua ropa del abuelo. La cara de la abuela se llenó de tanta nostalgia que se limpió con el delantal las ligeras lágrimas que habían surgido de sus ojos.

—Abuela—se adelantó Jimin preocupado.

—Estoy bien, no se preocupen. Esto me puso algo sentimental, ahora vuelvo. — La abuela se fue y los dejó solos.

Jimin sostuvo su mirada sobre Suga igual que antes, ahora su cabello brillante y negro estaba seco, y casi le cubría los ojos con el flequillo. La ropa le quedaba perfectamente. A pesar del estilo simple y humilde del abuelo, Suga lograba proyectar una atracción innegable. Suga era indudablemente muy guapo.

—En que puedo ayudar— preguntó Suga, rompiendo los secretos de Jimin en su mente. Sus ojos también miraban a Jimin atentamente.

—¿Tu? En nada—inquirió JungKook con desdén. Pero Jimin nerviosamente invitó a Suga:

—Aquí-aqui hay algunas especias que puedes estar picando.

Jungkook no pudo evitar darse cuenta en la forma extraña en la que Suga y Jimin se contemplaban cada vez que se cruzaban con los ojos, ambos se quedaban prendados, como si estuvieran hipnotizados por el simple acto de mirarse. "¿Qué estaba pasando?"

Suga sostuvo un cuchillo y comenzó a picar los rábanos, pero su textura resultaba un poco difícil de cortar y su falta de experiencia no ayudaba mucho, por lo que a veces el cuchillo se le escapaba de las manos. Jimin no pudo evitar fijarse en este detalle.

—¿Me dejas ayudarte?—. Jimin se acercó a Suga, y cálidamente ofreció su ayuda. Suga desprevenido por esta acción, asintió con la cabeza.

Jimin se puso a su lado y le dio una demostración de cómo debería cortar los rábanos. Sus movimientos eran tan suaves y precisos que lo hacía parecer fácil, pero cuando Suga intentó hacerlo solo no pudo hacerlo. En su equivocación Jimin soltó una sonrisa divertida, la sonrisa que Suga no pudo dejar de mirar todo el tiempo.

—Jimin ¿Porque lo ayudas?—JungKook llegó hacia ellos, de repente tomó a Jimin de un brazo y jaló hacia él. Jimin se sorprendió.

—Me está enseñando a cortar. ¿Acaso no lo ves? Ahora, suéltalo. —ordenó Suga, desafiando a JungKook directamente. Luego tomó a Jimin y lo atrajo hacia él esta vez.

—¿Cortar? Hasta un niño podría hacerlo. ¿Porque finges no saber?—JungKook tiró de Jimin nuevamente.

—No estoy fingiendo—Suga estaba a punto de hacer otro movimiento, pero antes de que pudiera decir algo, Jimin levantó la voz con firmeza. —Basta.

Con una expresión molesta, Jimin salió del medio de los dos. Sostuvo un sombrero, un recipiente y salió afuera sin mirar atrás.

Suga y JungKook se quedaron sin palabras, intercambiando miradas al mismo tiempo, y después los dos no supieron qué hacer a continuación. En ese momento la abuela apareció por el umbral de la puerta, observando el incidente con una sonrisa tranquila.

—Suga, querido, ¿por qué no vas y ayudas a Jimin a sacar los repollos en el jardín?—dijo la abuela, suavemente.

—Pero abuela, el...—quiso replicar JungKook, pero fue detenido.

—JungKookie, hijo, ayúdame a cortar lo que falta ¿Está bien? Tu eres el más ágil para hacer este trabajo, deja que ellos se hagan cargo de los repollos.

JungKook no pudo evitar lanzar una última mirada a Suga antes de que este desapareciera por la puerta.

El pequeño jardín rebosaba vida y color, con algunas flores a un lado y plantas de verduras al otro. Cuando Suga salió al exterior, tuvo que caminar un poco e inclinar la cabeza para divisar a Jimin a cierta distancia, rodeado de un mundo lleno de flores y de color verde, sentado mientras trataba suavemente las plantas en el suelo.

Se acercó a él y, adoptando la misma posición que Jimin, se sentó sobre sus talones frente a él, observándolo detenidamente. La piel de Jimin parecía resplandecer a través de la luz del sol; vestía un polo blanco y un overol azul con tirantes, parecía un niño con las mejillas sonrojadas por el calor. Jimin no le hacía caso, seguía haciendo sus cosas sin prestarle atención.

—Si me disculpo. ¿Dejarás de ignorarme?—dijo Suga al ver que Jimin no se fijaba en él ni le hablaba.

Jimin se detuvo por un momento y luego, mirando a Suga, asintió en silencio.

—Muy bien. Lo siento. Haré lo posible para no discutir con JungKook. ¿Qué te parece eso? ¿Te gusta la propuesta? —Suga esperó la respuesta de Jimin.

Jimin guardó silencio por un instante y luego volvió a asentir en silencio

—Gracias —Finalmente habló Jimin con voz suave. Y Suga lo miró ladeando una sonrisa.

—¿Y cómo debo sacar estas cosas? —preguntó Suga después de un momento, observando cómo Jimin sacaba con destreza las plantas del suelo.

—No son cosas, son plantas, y son repollos —corrigió Jimin.

—Bueno, entonces ¿cómo saco los repollos? —volvió a preguntar.

—Primero aflojas un poco la tierra alrededor del repollo, sostienes la base de la planta y tiras con cuidado hacia arriba y hacia afuera. ¿Así? —Jimin mostró cómo hacerlo, sosteniendo la planta y desprendiéndola ágilmente de la tierra.

Cuando Suga repitió las instrucciones, la planta que le tocó estaba tan arraigada en el suelo que al jalar con fuerza, cuando finalmente salió, cayó hacia atrás y se manchó toda la ropa con la tierra. Fue una escena desastrosa, pero Jimin soltó una risa feliz. Y desde el suelo, Suga solo pudo ver esta sonrisa brillante otra vez.

—Vaya, acabo de descubrir que mis desgracias te alegran el día —dijo Suga sarcásticamente, levantándose del suelo.

—Es que fue muy gracioso —rió Jimin, con una amplia sonrisa que iluminaba sus hermosos ojos. —No tires con tanta fuerza, debes esperar a que la planta ceda un poco.

—Como usted diga, profesor —bromeó Suga, obedeciendo como un alumno aplicado, y se dirigió hacia otra planta.

—Aún no puedes sacar esa —advirtió Jimin, acercándose a él.

—¿Por qué no?—pregunto Suga, deteniéndose.

—Por su textura y color. ¿Ves? Sus hojas están dispersas y no son lo suficientemente verdes. Eso indica que no está madura —explicó Jimin con dedicación a Suga.

Suga lo escuchó atentamente, pero el rostro de Jimin era tan encantador que Suga se distrajo una vez más. Jimin percibió esa mirada intensa sobre él y, al levantar la vista, se encontró con los ojos de Suga a corta distancia. En ese instante, la atmósfera se volvió tan cargada y especial que Jimin recordó el beso que compartieron el día anterior.

—Tengo una pregunta.

—¿Qué?

—¿Recuerdas lo que pasó anoche?—soltó Suga, preguntándole de repente.

Esta era la pregunta que había estado evitando tanto, Jimin no pudo enfrentarla. —No—, contestó sin darse cuenta, bajando la mirada para evitar el contacto visual y luego fingió estar ocupado.

Suga se quedó en su lugar por un breve momento, como si estuviera asimilando la situación. Luego dijo: —Claro, después de todo, no sucedió nada importante.

En ese instante, Jimin se detuvo en seco, un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar esas palabras: "nada importante". Inmediatamente volvió a mirar a Suga, este, como si lo hubiera anticipado, también le devolvió la mirada en silencio. De repente, el rostro de Jimin lució tan afectado, como si hubiera sido apuñalado despiadadamente en el corazón.

Suga no pensó que sus palabras iban a tener un afecto tan fuerte como para encender los ojos de Jimin con ira. De pronto, Jimin se puso de pie, apretando los labios y apretando los puños. Sin decir una palabra, puso un pie en sus hombros y lo empujó al suelo.

Desde el suelo, Suga vio como Jimin se fue dejándolo atrás. No tuvo tiempo de limpiarse de la tierra cuando se encontró corriendo para alcanzarlo. Atrapó su mano y lo detuvo. —¿Por qué te pones así?.

Esa impotencia e ira que apareció al principio en los ojos de Jimin se convirtió en pura tristeza y decepción. —¿Eso significó para ti el beso que nos dimos ayer "nada importante?—exclamó Jimin, con expresión dolida.

—Dijiste que no lo recordabas—replicó Suga.

—Pero sí lo recuerdo, lo recuerdo muy bien.

—Entonces no debiste mentirme.

—Y tú dijiste que ese beso no fue nada importante para ti.

—Bueno, es tu castigo.

—¿Qué?

—Anoche dijiste que no volverías a mentir, pero cuando te pregunte lo hiciste otra vez.

—No, yo... ¡es que todavía no estaba listo!—contestó Jimin, abrumado y sin salida.

—¿Listo? ¿ Listo para que?

—¡Para enfrentarte! yo pensé que todo lo que había sucedido entre nosotros había sido un sueño y luego apareciste durmiendo en mi habitación y yo...

Jimin estaba pensando en muchas excusas. De repente, dos manos sostuvieron su rostro y, antes de que pudiera reaccionar, sintió unos labios suaves sobre los suyos en un beso rápido. Este corto y emocionante beso hizo callar su voz por completo.

La sorpresa la dejó sin aliento por un momento, pero cuando se separaron, vio la sonrisa traviesa de Suga. —¿Y fue muy difícil?

—¿Ah?—respondió Jimin sin conciencia, con el corazón acelerado y las mejillas abrumadas de un tierno sonrojo.

—Enfrentar esto. — Suga se acercó lentamente a Jimin otra vez, aprovechando su conmoción. Pensando que nuevamente iba a ser besado, Jimin cerró los ojos con fuerza y esperó con ansias el siguiente beso.

Sin embargo, el beso de Suga nunca llegó y, dentro de él, su ilusión se frustró. Abrió los ojos y Suga le apretó las mejillas, jugando con él, mientras sonreía y reía. — No vuelvas a mentirme ¿Entendiste?

Jimin, impaciente por seguir esperando, sostuvo el rostro de Suga con valentía y se lanzó hacia sus labios. Esta vez, Suga se sorprendió, pero pronto ambos cerraron los ojos y se dejaron llevar por el dulce sabor de ese beso, que los envolvió con mucha emoción y ternura.

—¡Jimin! ¡La abuela te está llamando!

De repente, JungKook abrió la puerta. El beso de Suga y Jimin se vio interrumpido abruptamente, dejando a JungKook desconcertado ante el intenso sonrojo que Jimin dejó ver luego de sorprenderlos.

—¿Qué está pasando? —preguntó confundido.

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