Soñando Contigo

By urantiana63

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Revive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo " More

Cap 1o
2a Parte
3o parte
Cap 2o
2o parte
3a parte
Cap.3o
2a parte
3a parte
Cap. 4o
2a Parte
3a parte
Cap 5o
2a parte.
3a parte
Cap 6o
2o parte
3a parte
Cap 7
2a parte
3a parte
Cap 8o
2a parte
3a parte
Cap 9o
2a parte.
3a parte
Cap 10
2a Parte
3a parte
Cap 11
2a Parte
3a Parte
Cap 12
2a Parte
3a Parte
Cap 13
2a Parte
3a Parte
Cap 14
2a Parte
3a Parte
Cap 15
2a Parte
3a Parte
Cap 16
2a Parte.
Cap 17
2a Parte
Cap 18
2a Parte
Cap 19
2o Parte
3a Parte
Cap 20
2a Parte
3a Parte
Cap 21
2o Parte
3o Parte.
Cap 22
2a Parte
3o Parte
Cap 23
2a Parte
3a Parte
Cap 24
2a Parte
3a Parte
Cap 25
2o Parte
3a Parte
Cap 26
2a Parte
3a Parte.
Cap 27
2a Parte
3a Parte
Cap 28
2a Parte
3a Parte
Cap 29
2a Parte
3a Parte
Cap 30
2a Part
3a Parte
Cap 31
2a Parte
3a Parte
Cap 32
2 Parte
3a Parte
Capítulo 33
2a Parte
3a Parte
Capítulo 34
2a Parte
3a Parte
Capítulo 35

2a Parte

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By urantiana63

Mientras que estaban en la nieve, divirtiéndose, con los trineos, él recibe una llamada de Pollent, diciéndole, que lo había estado buscando. Pero la señora Huma, inventa un plan, para hacer que él vuelva, fingiendo estar enferma, y que está, en el hospital. Pero al llegar él, a la casa, se da cuenta, de busca información, y este, le dice, que se lo diga el mismo pajarito, que se lo había dicho, donde estaba así qué, no le dice nada, y se va a la agencia. Poco después, también ella llega, a la editorial, y Gege le dice, que debería ir a la policía. Al día siguiente, se hace una reunión, entre la agencia, y las fotos de la editorial. Ella, al ver las fotos, ninguna, le gusta, y las empieza ha tirar. Sin embargo, al final, se decide, por una, para la portada. Ahora, Can y Geygey, están bebiendo, en un bar, con música.

-- Tocad, tocad, tocad-- le decía él, a los músicos. -- Por qué, estás tan tenso? Suelta, esa tensión. Relájate. A ver, te daré un masaje. Relaja, los hombros. Así. No me veas hoy, cómo tú jefe. Somos amigos que hemos venido, a relajarnos. Sí...Diviértete. Olvídate, de la oficina. Vamos, relajate! Geygey...aprovecha bien, el momento. -- Amigo, ven -- le dijo, al camarero.
-- Dígame, señor Can?
-- Traenos, queso blanco, para picar por favor...y, fresco de hoy. Y después...pescado, con buca de papa. El resto...que lo elija, Geygey. Es un amigo mío. Tratelo bien. -- Dile Geygey. Dile que quiere? -- le dijo.
-- Éso, de ahí-- le dijo, tras mirar la bandeja-- y berenjenas también. Éso también. Se ve, bueno. Lleva mucha sal?-- preguntó.
-- No...no lleva, mucha sal. Ellos saben, que no como la sal. Así que lo hacen, a mí gusto. Puedes pedirlo.
-- Pero es, caro?
-- Por favor. Has dicho, caro?-- No te preocupes, por el precio. Hoy yo invito. Además, es un bien cliente. Tenemos una buena relación. No te preocupes, por el precio. No hay, ningún problema. Tú sólo, disfruta, la comida.
-- Muy bien. Entonces...esto, esto, esto, esto. Apio. Pasta picante. Esto. Huevos cocidos y alcachofas también. Naranjas. Esto también. Por favor, traememelo.
-- Las alcachofas, son muy saludables. So buenas, para el hígado. Sabes? Cada adulto, debe comer, 40 al año. También, puedes traer, los humus., por favor. Y...no sé  si pudiéramos comernos, todo esto? Tienes muy buen estómago, para lo pequeño, que eres.
-- Para probarlos, señor Can. Me gusta, probarlo todo.
-- Pues, muy bien. Traelo todo. -- le dijo él, al camarero.
-- Muy bien.
-- Pero sólo, un poco de cada cosa. Para probarlos, todos. Si queremos más, lo pedimos, luego.
-- Muy bien.
-- Creo que hemos pedido, demasiado, señor Can. Si quiere, antes de que traigan el pescado, decimos que estamos llenos,  y así ahorramos.
-- Geygey, come.
-- Muy bien...entonces, traele langostinos por favor.
-- Sí. Traerle langostinos, Esven. Lo anotaste bien, Esven. Y también trae, unos pimientos a la parrilla, para picar. Ya sabes, cómo me gusta. Sin sal. Sin grasa. Lo dejo, en tus manos. Espero que tomes notas, Esven. Espero que esté tan bueno, como siempre. Muchas gracias.

-- Chicas...buen provecho. Me voy a ver el partido, que acaba de empezar. Sois las únicas, que vais ha cenar bien. --Porque, por tú culpa, se me quitó, el apetito-- dijo Nihad a Mezquive.
-- Cada quien, con sus modales...el qué no quiera cenar, que no cene. Si no te importa, mete tú plato y tú vaso, en el lavavajillas. Porque no soy, tú sirvienta. Pero que lo sepas. O mejor, llama a Musa, para que lo haga, y no tú, Nihad-- le dijo, Mezquive.
-- Gracias a Dios, que tengo manos y piernas, para hacerlo. No te preocupes. Y una cosa. Espero que todos tus calientes, sean cómo Musafer. Qué te quede claro  -- le dijo, Nihad.
-- Musafer, volverá, a mí tienda. Sino perderé la cabeza, por culpa de Aysum.
-- Pues espera, sentada.
-- Volvera.
-- No, no lo hara.
-- Volvera.
-- Ni hablar.-- Buen provecho. -- les dijo, a sus hijas.
-- Gracias, papá.-- Hablas de nuestro Musa? Qué ha hecho, ahora? 
-- Ya estoy, hinchada de nuevo. Es culpa, de tú padre-- les dijo Mezquive, tras eruptar-- Y a ti, que te pasa? No has dicho, ni palabra, en toda la cena. Qué pasa? Vamos, cuentame. Algún problema, con Osman? -- le preguntó, a Leyla. 
-- No, mamá.  No pasa, nada.
-- Dijo, algo malo?
-- Claro, que no! Qué iba ha decir, mamá.
-- No sé. Tal vez, se retractó, la boda, y le da miedo, decírmelo. Es eso, hija?
-- Oh...por Dios, mamá. No seas, exagerada. No es eso. No pasa nada. Todo, va bien.
-- Y a ti, que te pasa?-- le preguntó Mezquive, a ella.
-- Nada mamá.
--A ti, si se que te pasa. Pero prefiero, callarme.
-- No, no lo sabes. Es otra cosa. No lo sabes. No es nada.
-- Por qué piensas, que no, lo sé? Eh...? Pasó algo, en el trabajo? No estás a gusto, en tú oficina nueva?
-- No. Estoy, muy a gusto. Ojalá todos tuvieran, una oficina así.
-- Es verdad. -- dijo Leyla.
-- No sé...tuviste algún problema, con el jefe?
-- No. Es un encanto. Ojalá todos, fueran como él.
-- Ah...entonces, es qué...todo está bien. Entonces, habrá pasado algo, con tus ex compañeros, de la agencia. Cómo sois vecinos, os habéis peleado. No?
-- No. Procuro no mezclar el trabajo, con mí vida privada. Ayham, se va a casar. Eso es, lo mejor. Me voy, a verla. Nos tomaremos, un te, y a lo mejor, hablamos.
-- Está bien...-- dijo Leyla.
-- Aguarda. Espera, un segundo. Pero...no dormiste anoche, con ella?
-- Anoche, estuviste en su casa. Y te quedaste, ha dormir también. Supongo que no puedes estar allí, todo el tiempo, metida en su casa. Qué, Fastidio-- le dijo, Leyla.  
-- Y qué pasa, con el te? Te pasas la vida, tomando te, y no, paras de hablar-- dijo Mezquive.
-- La puerta!! gritó Nihad, que estaba viendo el partido.
-- Abre, la puerta. Sí...debe de ser, ella-- dijo Mezquive.
-- Espera amiga! Ya voy ha abrirte! -- gritó ella, echando ha correr.
-- Sí...dile a tú amiga, que venga a tomar el te.
-- No sé, que le ha dado, por el te-- dijo Leyla.

-- Las alcachofas, son deliciosas. No seas tímido, come más. Espera, espera, espera. Bueno, tranquilo.
-- Para mí, verdad? Señor Can.
-- Sí?
-- Nunca habíamos tenido la ocasión de...sentarnos así, a hablar. Tal vez, debería darme, algún otro consejo.
-- Sabes? Deberíamos haberlo hecho, mucho tiempo.
-- Deberíamos habernos sentado, a hablar, mucho antes.
-- Tienes razón. Es verdad. Pero más vale, tarde que nunca. No Geygey?
-- Tengo entendido, que se nos va. Se marcha, señor Can. Qué vamos, a hacer? Ya no va, todos los días. Y por ejemplo, Sanem, cuando se vaya. Y nosotros. La agencia. Qué haremos, sin usted? Sabe? Usted es como en cierto modo, que como si nos estuviera castigando a todos señor Can.
-- No creas, que no lo sé. Soy consciente, de todo eso. Pero, nos estamos desviando del tema. Parece, que...esta cena, es para convencerme. No sigas, por ahí. No. No pienses, en el pasado. Piensa, en positivo. Y miremos, el futuro.
-- Cómo usted quiera. Pero su reacción, demuestra, que sí...No quiere, porque está...huyendo y...evita, las preguntas. No lo haga. Hablemos, aunque...se vaya. No podrá quedarse allí...mucho tiempo. Volverá, en un par de días. Estoy seguro.
-- Crees que no podría vivir allí? Qué no me a ir bien?
-- Sí.
-- Qué yo no seré capaz, de salír adelante, allí?
-- No creo, que le vaya mal. Aysssah...hay, algo más. Se lo voy ha decir. Sanem, y usted, están muy enamorados. No pueden vivir, el uno sin el otro. Está claro.
-- Sanem, debe de estar encantada, con su nuevo trabajo. Como una princesa. Ya rehizo, su vida. Ella, ella, está muy contenta.
-- No se equivoque. Sólo finge, para hacerlo enfadar. Eso debe ser. Los dos, son muy obstinados. Muy ttestarudas. Es una pena, porque, se quieren.
--Ella es más obstinada, que yo, y todo, se ha  terminado. -- Esven. Sigo viendo, vacío. Sirveme más. Y otra ronda, por favor.
--Ahora mismo.
-- Gracias. -- Oye. En tú pueblo, hay un ragink, especial? Por ejemplo. Cada zona, tiene su propio ranking.
-- Claro, que sí.
-- Pues vamos ha pedirlo. De donde, eres?
-- Ya me ha cambiado, el tema. Tiene curiosidad, por saber de dónde soy. No se lo voy, ha decir. -- dijo Geygey, con una risita.
-- Sírvele, a él, primero.
-- Gracias. -- Mm...señor Can. Eh...quisiera decirle algo, como amigo. Creo que debería guardar la distancia. Al fin y al cabo, sólo soy, un humilde...empleado de usted señor Can.
-- No seas tímido. Dispara.
-- Ah....??
-- Tú, habla abiertamente. No pasa nada. No hace falta, que me vaya, por las ramas. No te tirare, de las orejas. Ni te voy a tirar, del pelo. No te voy, ha regañar. Estamos hablando, tranquilos. Con franqueza. Sin rodeos. Dilo. Te escucho.
-- Bien, usted, no hace nada. Pero...
-- Pero qué?
-- Está obsesionado, con el pasado. Vamos...señor Can. Usted vive, en el pasado. Puede que Sanem, haya tenido errores. Pero no, de valor. Por ahí. No podemos borrar, el pasado?
-- Las consecuencias, de esos errores, son así, de grandes.
-- Cómo de que problema? No me hablaría, así. El problema que tengo, es grande, y gorda, también, lo es. En cambio Sanem, es alta y delgada. Y en sus brazos, puede cargarla. En cambio yo...No puedo cargarla. No puedo, secuestrarla. No puedo moverla. Es cómo, una casa.
--Oye Geygey. Cesa tus gritos. No crees? Vamos ha echarnos más.
-- Claro, que sí.
-- Un día, como éste, vamos ha consentirnos, Geygey. Qué dices?
-- Claro que sí, señor Can. Vamos ha consentirnos. Porqué, no? La vida, sólo dura un día. Vamos, hasta el fondo-- dijo Geygey, bebiendoselo, de un trago.-- ah...ah,ah,ah, ah...-- empezó ha gritar.
-- No pasa nada. Es normal. Tranquilo.
-- Ah...ah...seguía gritando, mientras los demás clientes, lo miraban.-- ah... ah...ah.
-- Qué estás haciendo?
-- Ay, ay!
-- Sólo ha sido agua. Agua pura.-- dijo él. 
-- No lo entiendo.
-- Tomalo, con calma. No ha podido, afectarse, así. Sólo...sólo era, agua pura.
-- Pues la verdad, estaba amarga. Porqué traen agua, tan amarga? Ni que le hubieran hechado, pimienta. -- dijo Geygey.
-- No.. es normal. Es una pena. No estás acostumbrado, a beber agua, tan fina, tan pura.-- dijo él. 
-- Mira ese. Porqué, me echa, sus ojos? Qué tipo, tan raro.

-- A mí, no me añades agua. Quiero te solo. Qué esté, fuerte-- dijo Ayham.
-- Estás segura?-- preguntó Leyla.
-- Sí, segura. Échale, échale, echale. -- dijo Ayham.
-- Ahí está.
-- Gracias!
-- Va a estar, muy amargo-- dijo ella.-- oy...por Dios -- dijeron, al ver que se tomaba el te.
-- Ponme más. -- dijo Ayham.
-- Otro?
-- Un poco.
-- Igual?
-- Igual, de cargado.
-- No quieres, un poco?
-- No...el te, solo. Échale más.
-- Te vas ha quemar la lengua, y luego, te dolerá el estómago-- le dijo, Leyla.
-- Me da igual. Ya tengo el corazón, ardiendo. La boca, no me importa. Estoy muy enfadada, con Geygey. Me saca, de quicio. Es un caso perdido. Lo único, que me calma es tomarme un buen te.
-- Al menos, tú relación, está clara. En cambio, yo, lo tengo confuso. Oh...que locura-- dijo ella.
-- Oh...quema. -- dijo Ayham-- qué nuestra, relación, está clara? Sirveme otro, por favor. No...No está clara. Primero, está clara, y luego, desaparece. Éso te parece, tenerlo claro? Estás echa, un lío. -- Y tú, Leyla? Ven aquí, cuñada. Porqué tienes, esa carita? Qué, te pasa?
-- No me pasa nada. Estoy bien, en serio.
-- Oye...si tienes algún problema, con la boda, me lo puedes contar. El vestido, de novia. El salón. Los invitados. Cuenta conmigo, para lo que quieras. De acuerdo?
-- Muy bien, Ayham-- le dijo, Leyla.
--Ya basta...Vamos ha cambiar, de hablar, de hombres, y de bodas. Cambiad, de tema. Vale?
-- Está bien. De qué, quieres hablar, Sanem? -- preguntó Ayham.
--Yo me voy, a mí habitación. Cuidate. Hasta luego-- dijo Leyla, retirándose.
-- Yo también, estoy molesta.-- dijo Ayham, tocándose, el estómago.
-- Ay, amiga-- dijo ella.
-- Ay!! Ay!! -- se quejaba, Ayham.
-- Me he esforzado mucho, por esta relación. Ay...me arde, la boca. Sopla.-- dijo ella. 
-- Ay...!!
-- Soplame, la boca.

-- Toma un poco, de te. Te vendrá, bien-- dijo él, a Geygey.
-- Vamos, a ver, señor Can. Señor Can, le digo, que hablemos de mujeres, eh...Y no quiere y le entiendo. Le digo, que hablemos de trabajo, y no quiere. De qué, quiere hablar? Y sólo, entre nosotros.
-- No...no quiero, hablar. Cada cosa, en su momento. Pero...la música, es buena. Hay, muchos temas. Tenemos que buscar uno, que sea agradable. Es muy, estresante. El tema, de las mujeres, es delicado. Nos vamos, a enfadar. No vale, la pena. Podemos hablar, de otras cosas. De...deportes.
-- Sí...sí.
-- Pues entonces...hablemos, de fútbol. Mira todos estos platillos, en la mesa.
-- Mm..??
-- Poner la mesa es...cómo hacer un partido de fútbol.
-- Oiga, en este equipo, son los jugadores.
-- Estamos, de acuerdo. Éste equipo, con muchos jugadores, no van a ninguna parte. Éso no es, algo positivo. No te parece? Oye? Sabes, que hacer?
-- No.
-- Elegir bien. No obsesionarse, nunca. Hay que elegir, bien. Tienes que poner, 11 jugadores, si quieres.
-- Sí, claro que sí. Por supuesto.
-- Llenar la mesa, con platos, como éstos. Un día de estos, los platos, se pasarán el balón, unos a otros. Platos cortos, de esta. Por ejemplo, éste plato, pica demasiado. Entonces, que hacemos? Pues protegernos, la garganta. Éso, es fácil. Tiene que pasar, el balón. Y ahora, que? Pues la ensalada, para que te calme. Para que te calme...el picor, de la boca. Pero no, del todo. Pero todavía, hay un pase más. Y a qué? Pues a estos aros. Pruébalos...están deliciosas. Qué le pasa, a tú garganta? Pues agradece, ese respiro. Lo entiendes...Geygey? Es una, selección de fútbol. O seleccionar, un equipo o una mesa, es la misma cosa.
-- Sí...todo éso, está bien. Es bonito. Escucha como se expresa. Palabra, por palabra. Sí...yo espero, consentir. Pero resta, que...que se han olvidado, todos los pases. Oye. Quién le pasa, el balón, a quién? No entiendo, todo. No recuerdo nada, la verdad.
-- El del bigote, míralo. Tiene pinta, de aldeano.-- dijo un cliente, mirando a Geygey.
-- Sí, de aldeano. Y en la cena-- dijo el otro, riéndose.
-- Cuenta el chiste, para que nos riemos todos-- le dijo Geygey.
-- Tú...abejita. No hace falta, que te rías-- le dijo, mientras se burlaban él.
-- No les hagas caso. No les contestes--le dijo él.
-- Deja de mirarnos, nena.
-- Yo no los estoy mirando. No es así. Yo estoy, de frente.
-- Dobla, la vista. Date, la vuelta.
-- Seguro, no tienes, para pagar.
-- Traemos, para pagar, señor Can? -- preguntó Geygey.
-- No tenemos, problemas. No hay problema.
-- El del pelo. Será, su novia. No es verdad? -- risas.
-- Pues tengan cuidado. Porque las abejitas, picamos-- les dijo Geygey.
-- Dejalos. Ellos sólo buscan, problemas. No los mires. Qué necesidad tienes, de discutir? Dejalos, en paz. Están aburridos. No los ves? No vale, la pena.
--Pues qué se vayan, al infierno. Al diablo. No me importa.
--Señoritas. Puedo sentarme, con vosotras? -- les preguntó el tío, a unas chicas.
-- Lárgate-- le dijeron ambas. 
-- Oh...No seáis así, chicas. -- dijo sentándose, con ellas.-- escuchad, antes de rechazar.
-- La culpa, es de ése jersey. Pareces, una abejita.
-- En serio? -- dijo riéndose.
-- Escuchad, ya me he cansado-- le dijo el tío, a la chica.

-- La culpa es de ése jersey, que usas. Te hace parecer, abejita.
-- En serio? -- dijo riéndose.

-- Me voy a la mesa de atrás. Voy ha saludarlos-- les dijo el tío.-- sabéis que? Esas mesas...tal vez podamos compartir la mesa, y así sale, más barata. Y así, lo pasaremos bien...todos. Porque... Tienes razón. Éso, qué? -- él y Geygey, se rieron.
-- Ya basta. Ya lárgate. Déjanos en paz, de una vez.
-- Éso es.
-- Primero, no dejabas, de mirarnos. Y luego, tratas de convencernos. Qué es, lo que sigue?  -- le dijo, la chica.
-- Qué vergüenza. De verdad, que estoy molestando tanto?

-- Ya terminaron de cenar. Y están molestando, a los clientes. Dales la cuenta, por favor. Y qué se vayan, de aquí-- le dijo él, al camarero.
-- Es qué es, insoportable-- dijo, la chica.
-- Ven, amigo-- le dijo, el camarero.
-- Déjalo Esven. Ya escuché. -- Oye, amigo. Porqué te metes, donde no te llaman?-- le dijo él hombre, a Geygey.
-- Oye. Si quieres pelear, aquí estoy. -- dijo Geygey.
-- Ya--  y Geygey, se desmayó. --Bien. Ya lo hice. -- Y tú, quién eres? Eh? Tienes, algún problema? Qué te pasa? Quieres que te cierre, la boca? Ah...ah...-- gritó, cuando él, le agarró del cuello. Y cómo era de esperar, se organizó una pelea, en el bar que acabó cayendo el tío al suelo, mientras que Geygey, abría los ojos. 
-- Esven. Sacalos de aquí. Sacalos-- le dijo él, al camarero.
-- No me van ha durar, ni para el arranque. Que bueno, que me detuve. Los perdone-- dijo Geygey.
-- Lo siento, chicas. Es el único idioma, que habla la gente. -- les dijo él.
-- Muchas gracias.
-- Lo siento-- les dijo Geygey.

-- Pienso en Can, a todas horas. No puedo, concentrarme, en mí novela-- le dijo ella, a Ayham.
-- Oye...tengo que irme. Oye...tomé demasiado te. Me siento mal. Estoy tomando agua...y no hace nada. Mejor, me voy. De acuerdo? Ah...ah! Ay, de verdad Me siento, muy mal. Ay!  Perdóname. Hasta luego-- le decía Ayham, mientras le sonaban las tripas, y se tapaba la boca al salir de allí.

-- Le dimos, su merecido, señor Can. Fue unabuena pelea. Qué bueno-- le dijo, Geygey.
--Oye...Geygey. No sabía, que eras tan valiente. 
-- Es qué soy, muy rápido. Mis reflejos, son de mí ninja, señor.
-- Ya!
-- Nadie...puede conmigo. Eh...eh...El café, me cayó muy bien. Y ya estoy, más despierto. Esos patanes, se merecían una buena paliza.
-- Sí...se la merecían, que les pusieran, en su lugar. Pero  yo no, la verdad...??
-- Qué cosa, señor Can? Qué es...lo que no merecía?
-- Lo que Sanem, me hizo...Geygey, yo...la quería mucho. No te imaginas, cuánto. La quería, más que a nada, ni a nadie. Más, que a mi. Me gusta mucho, la soledad. Yo soy, así. No lo puedo, evitarlo. Pero Sanem...es así. He visto muchas veces, las montañas del Tíbet. También he estado, en la selva del Amazonas. Y al verlos...me dijeque nada podría impresionarme más que éso. Pero... me equivoqué. Geygey.
-- Bueno.
-- Te lo juro. No hay nada que me emocione, en todoel mundo, que la sonrisa de Sanem. Y esos...hoyuelos, que le salen, cuando sonríe. No los cambiaría, por nada. Por nada, del mundo. Pero Sanem, se ha ido. Ella, me dejó. Dime Geygey, que hago? No hay más opción, que esa.
-- Pues la verdad, es qué...
-- Señor Can. Ya vamos, ha cerrar-- dijo Esven.
-- Sí, Esven. Nos vamos. -- le dijo Geygey.
-- Toma, tú abrigo.
-- Ya voy.
-- Voy, a por el coche. Con permiso.
-- Hasta pronto, Esven. Cuidate mucho.
Mientras tanto ella, seguía intentando, seguir con su novela. Pero no podía, concentrarse.
-- Ay...ay...No puedo, seguír así-- dijo cerrando, el ordenador.

-- Por favor, el cortador, un poco más, a la izquierda. Un poco más. Cuanto, necesitas? Un poco más. -- se escuchaba.
-- Linda, estás tapando, el arroz. Puedes pasar. -- dijo él. 
-- Ponlo, a éste lado, quieres? -- preguntó, la chica.
-- Ah...aún no has empezado, con las fotos Can? -- le preguntó ella.
-- Sanem, espero que lo entiendas. Hay que prepatarlo todo, con mucho cuidado. Éso lleva tiempo. Lo siento. Pero, cada foto, requiere efectos especiales. Por eso, estamos tardando. Estaremos aquí, toda la tarde.
-- Cómo qué, toda la tarde? No puede ser. No ves que tengo que tomar, un avión? Me voy, a Esmirna. A la feria del libro, con Gege.
-- Pues vete.
-- Usted perdone. También usted, tiene que tomar un avión. Señor Can. Mm...? A Belgrano?? No lo he dicho, bien? Sí, pues...No llegues tarde.

-- Señorita Mellis. Soy Embre, Divit.
-- Encantada.
-- Una disculpa. La reunión, se atraso. -- Gracias-- le dijo, a la chica.
-- No hay problema.
-- Es muy amable...voy a echarle, un vistazo...viene recomendanda, por el señor Latii.
-- Así es.
-- Muy bien.

-- Aderen.
-- Diga??
-- Quién está, con Embre? -- preguntó la señora Huma, que acaba de entrar.
-- Vino para una entrevista. Creo qué es, para sustituir, a Leyla. Viene recomendada, por el señor Latii.
-- Perfecto-- dijo.-- Leyla? -- le dijo, al llamar a la puerta de su oficina.
-- Hola...señora, Huma. Como...??
-- Bien, querida. He venido, para una pose de fotos. Quiero  que el libro, de Pollent, quede perfecto, y muy importante.
-- Claro. Para nosotros, también es importante. Lo entendemos.
-- También, quería verte, a ti. Embre, se ocupa, del presupuesto. Si le llevas, la documentación, que tengas...te aseguro, que le vendrá bien.
-- Bueno. Lo tengo todo, preparado. Usted, no se preocupe. En seguida, se lo llevo.
-- Bien!! Ire a ver, como van las fotos. Tú oficina, no está mal. Es vulgar, como tú-- le dijo, insultandola.
-- Qué quede, perfecto. Qué esté, muy importante-- dijo burlándose, de la mujer. -- Es una vieja, ridícula.

-- Después de la sesión, me voy directamente al aeropuerto, con Sanem-- le dijo Gege, a su hermana.
-- Cuántos días, vas a  estar allí?
-- Sólo 3. Nos vamos a reunir, con varias personas, y...si nos da tiempo, nos daremos una vuelta por allí. Aquello es, precioso.
-- Vaya, con mí hermanito. Veo que tienes todo, muy bien planeado. Felicidades!!
-- A veces es bueno, hacer planes Pollent. Te lo recomiendo.
-- No me digas!! Yo soy la mejor, haciendo planes. Tranquilo.

-- Hola Mervet. Qué tal?-- saludó Leyla, a una compañera.
-- Hola Leyla. Estoy bien.
-- Buenos días. -- Qué, tengáis un buen día-- Hola chicos.
-- Hola Leyla.
-- Cómo estás?
-- Bien Leyla, gracias.
-- Me alegro.

-- Pues sí...así es!! Nos quedamos trabajando, esta noche. Pero éso solo pasa, de vez en cuando -- le decía Embre, a la señorita Mereditt.
--Pero tendría, todo controlado. No se imagina, las ganas que tenía de trabajar aquí. Siempre me ha atraído, el mundo de la publicidad. 
-- Desde fuera, parece todo, muy bonito. Pero desde dentro...no lo es tanto.
-- Seguro que con su ayuda, puedo hacerlo todo, señor Embre.
-- Señor Embre? -- dijo Leyla, tras llamar a la puerta de la oficina.
-- Leyla!!  Os presento. Señorita Mellis, Leyla. Leyla, la señorita Mellis.
-- Encantada.
-- Igualmente.
-- Leyla, era mí secretaria, pero renunció. Y se fue a trabajar, en la oficina del piso de abajo. Aunque en algunos proyectos, seguimos trabajando juntos.
-- Qué bien poder separarse y seguir siendo amigos. Sin discutir. Es admirable!
-- Ya lo creo. -- le dijo, Leyla. -- Señor Embre, le traigo el presupuesto final, para el proyecto.
-- Gracias Leyla.
-- Ah...veo que va muy rápido, con todo. Por eso, se lo traje.
-- Sí...no quiero, perder tiempo.
-- Sí, ya veo.
-- Algo más??-- le preguntó, mirándola.
-- Sí...ya me voy. Qué tengan, un buen día. Por cierto...-- Mellys, verdad?
--Sí.
-- Si me lo permites, te daré un pequeño consejo. El señor Embre, es un jefe, muy exigente. Y su secretaria, tiene que estar, a la altura. Cómo pronto supongo, ocuparas ese cargo, te aconsejo, que lo tomes en cuenta.
-- Te lo agradezco.
-- De nada-- le dijo, saliendo de la oficina.
-- Por donde, íbamos?? A sí, el currículum. -- le dijo Embre, a la nueva.

-- Hola!-- Hola, Leyla.
-- Señora Huma?
-- Trajiste, los documentos? Te habrás esforzado mucho, no?
-- Pues no, para nada. Es mí, trabajo.
-- Debes de haber conocido, Mellys, será la nueva secretaria de Embre. Por lo visto, es muy trabajadora. No crees, que formarán, un buen equipo?
--Sí, por supuesto. Formarán, un buen equipo. Y parece, una chica dulce. Bueno, me voy. Tengo trabajo, que hacer.
--Qué te vaya bien.
-- Gracias. 

-- Señorita Melly, su formación, y...su experiencia, son muy buenas. Pero...no da el perfil adecuado, para trabajar con nosotros. Y no quiero darte...falsas esperanzas.
-- Claro. Es mejor que...estar esperando, una respuesta.
-- Espero. Pero me alegro, de haberte conocido. Seguro, que encuentra, un buen trabajo.
-- Espero...que volvamos a vernos. Señor Embre.
Intento fallido, de la señora Huma.

-- Sacale 10, al bajo-- le dijo Gege a ella, mientras que él, tomaba fotos de los platillos. 
-- Muchas gracias.
-- Bueno? Esta fue, la última. Hemos terminado. Todo acabó, pero buen trabajo. Gracias, a todos -- dijo él.
-- Gracias,  Can. -- dijo Gege.
-- Qué maravilla! Son perfectos! No te parece? Y has terminado, antes de que lo esperabas. Eres el mejor.  -- dijo Pollent.
-- Sí, sí. Está bastante bien, y gracias, a todos. Y quería preguntarte, si...Bueno, yo decía. Pero él, es el que sabe no?-- dijo Gege, cuando él lo miró. -- estamos a un paso, de publicar el libro.
-- Señorita Pollent. Los platos-- se interrumpió.
-- Ah, sí. Ya voy. Voy en seguida. 
-- Vas ha llegar tarde -- murmuró.
-- Qué...??-- dijo él.
-- Mm....?? Todos estamos, muy ocupados, verdad? Yo también. Por eso, lo digo. Lo de llegar tarde.
-- Sanem, trajiste tú maleta? Vamos directos, al aeropuerto. -- dijo Gege. Pero ella, no respondió, por un segundo. Los dos, se quedaron mirando, para ver si él, le decía que no se fuera. Pero, no fue así.
-- Aquí está-- respondió, al final.
-- Pues adiós-- le dijo él, con tristeza, mientras que ella, se quedó mirándolo, cuando se marchaba.
Mientras se marchaba, Pollent lo vió, y fue a llamarlo.
-- Can. Can...ven!! Espera-- pero no se detuvo. Sin embargo, Pollent, fue tras él-- Can! Espera, por favor! Te estaba llamando. No me has oído?
-- Perdón. Estaba, distraído.
--Creo que van directo, ha tomar el avión. Tendríamos que ir, ha despedirlos. Iré, a verlos, cuando tenga oportunidad. Tal vez, el mes...qué viene. Estoy segura, de que no tardaré más.
-- Pollent, yo...no iré. Cambié de opinión, con la oficina de Londres, esta mañana.
-- Y qué te ha hecho, cambiar de opinión?
-- No estoy preparado, para dar éste paso Pollent. No debi, haber aceptado, tú oferta. Entonces...No iré, contigo. Me voy, a mí cabaña.

-- Sí...pasa-- dijo Gege, a su hermana cuando entró, en la oficina.
-- Cambió, de opinión.
-- Quién, lo ha cambiado.
-- Can!! Te lo puedes creer? Todo estaba listo. Tanto trabajo, para nada. Cambió de opinión, y dice, que no se va.
-- Siéntate, y...cuentamelo, todo. Tranquilizate. Y dime, porqué, ha renunciado. Estás segura?
-- Sí...acaba de hablar, con él. Pensé, que se iba al aeropuerto. Pero resulta, que se va a la cabaña de la montaña. Y sabes, que me dijo...que no estaba preparado, para dar éste paso. Qué no debería haber aceptado la oferta. Creo que no se refiere, a Estambul. Sino a Sanem. Estoy segura.
-- Tal vez, tenga otras razones. Debes esperar. Intenta calmarte...Y todo lo verás, más claro.
-- No hay más razones. Lo conozco, muy bien. Es muy, perseverante. Cuando toma, una decisión, es hasta el final. Y no le digas nada, a Sanem. De acuerdo? Llevatela de aquí. Intentaré convencer, a  Can.
-- Pues Pollent? No sé qué decirte. Si él, no quiere ir...déjalo en paz. Para qué, quieres convencerlo?
--Haz lo que te dígo, Gege, por favor. Llévate a Sanem de aquí. Y qué se quede todo el tiempo posible, en Esmirna. Ya te he dicho, que a Can, lo conozco muy bien. Y seguro, que se pone como un loco. Pero no, me importa. Pero en este momento, te aseguro, que voy ha convencerlo. A cómo de lugar. Da igual. Ya me las arreglaré.
-- Voy ha llegar tarde, al aeropuerto. Pollent, tengo que irme. Pero...no me gusta, dejarte así. Así qué...procura esperar. De acuerdo?
-- Gege. Haz lo que te he dicho, por favor.

-- Ah...qué le digo...??-- se preguntaba.
-- Sanem. Está lista? -- preguntó Gege.
-- Ah...sí.
-- Pues vámonos. Allí en el aeropuerto, nos tomaremos algo.
-- Está bien.
-- Vamos. Y...tú, maleta?
-- Ah...es verdad.
-- Tranquila. A ver, yo la llevo. Vámonos ya. Te da miedo, volar?-- le preguntó mientras que ella iba pensativa.
-- Ah, miedo, a...qué?
-- A los aviones.
En su cara, se veía el coraje.

En la cabaña de la montaña, mientras él, partía la leña, empezó ha recordar, los felices momentos juntos. Y sobretodo, el momento, en aquella caballa abandonada, en la nieve.
"Si puedes recordar, sin congelarte. Si puedes sentir, la presencia de alguien, a tú lado. Yo jamás, lo podría hacer. El amor verdadero, no se congela nunca. El amor verdadero, derrite el hielo. Eso, es verdad.
Y le vino, otro recuerdo. Cuando la vió por primera vez en la tienda. En el parque, de atracciones.
Y el último fue, cuando se enteró, de lo del perfume.
"Lo hice, porque te quiero, Can. Y creo, que tú también, me amas. Creí que juntos, superariamos, todas las dificultades. Lo hice, por ti.
"No vuelvas ha decir, ésa palabra. Juntos. Porque ya no estamos juntos, Sanem. Si esto no hubiera sido, tan especial. Esto no había pasado. Ahora eres, una más.
Pero, la sorpresa, se la llevó, cuando ella apareció, en la cabaña, de imprevisto y carraspeo.
-- Qué haces, aquí? No te ibas, a Esmirna?
-- Ya no voy.  Cogeme.
Y ella, se lanzó, a sus brazos. Se miraron, y se dieron, un apasionado beso.
-- No pude irme. Así qué...decidí quedarme. Lo decidí...cuando me enteré  que te ibas. Lo de hace un rato, fue... exagerado.
--Cállate, y besame. Me alegro...de que te hayas quedado. Me alegro. -- le dijo él.
-- Tú tampoco, te has ido.
-- Sí...porque, no he podido. A partir de ahora, no habrá Esmirna. Ni Balcanes. Ni Madagascar. Ni Amazonas. Sólo estaremos, tú, y yo. Y vivamos...el momento presente. Qué opinas?
-- Yo debería estar, en Esmirna. -- dijo, de pronto.
-- Qué has dicho?
-- Ah...mí madre cree, que me fui a Esmirna. Es decir que...ahora no puedo volver.
-- Ah...!! Claro, ya he entendido. Esta noche, vamos ha recuperar, el tiempo perdido.
-- En serio? Qué vas a hacer?

-- Ay, cielo. No te preocupes, porque Can no quiere ir a los Balcanes. Sanem, y Gege, se fueron a Esmirna. Verdad? Y eso que Can, se opuso a que fuera. Ahora, que...  -- le estaba diciendo la señora Huma a Pollent.
-- Me llaman, es Gege -- dijo Pollent, cogiendo el móvil.-- Hola Gege?
-- Qué tal, Pollent?
-- No se suponía, que deberías estar volando a Esmirna, ahora mismo?
-- Sí...Pero luego Sanem, no quiso ir a Esmirna.
-- Qué...?? Qué quieres decir, que Sanem, canceló su vuelo.
-- Ah..!! -- hizo la señora Huma.
-- No me dijo, nada más. Significa, que no ha querido ir.
-- Gege. Pero...pero, que estás diciendo? Qué motivo, te dió, para no ir?
-- No me dió ningún motivo. Y no tendría, porqué hacerlo. Se disculpó, y se fue, y no sabemos adónde.
-- Por supuesto. No es difícil suponer, donde está. Esta, con Can. Te cuelgo. Te llamo, luego.
-- Qué ha pasado? -- preguntó la señora Huma.
-- Mira. Se acabó todo, Huma. Ésos dos, están juntos.
-- Calmate. Calmate, querida. Esta historia, no termina, hasta que tú, estés con Can. De acuerdo?
-- Huma, yo no me puedo rendir, con Can. Pero tampoco, puedo permitir, hundirme toda mí vida por él. Hace 2 semanas, que debería haber vuelto a Londres. Entiende?
-- Un momento. Jurame, que nunca abandonaras el frente. Entiendes? Dejarás a Can, con esa chica, de clase baja? De verdad? Vas ha permitir, que ésa chica, se lleve la victoria?
-- Pues...yo ya, no sé qué hacer.
-- Lo sé. Te entiendo, querida. Yo quiero que Can, se case contigo. Y no permitiré, que sea, chica. Ahora...nuestro siguiente objetivo, es evitar que Sanem, vuelva a la agencia.
-- Huma. A Can, le molesta mucho, que Sanem trabaje en la editorial. Y hará lo posible, para que vuelva.
--Pero...con la ayuda de Gege, y la tuya...podemos conseguir, que siga trabajando allí. Escuchame. Te voy ha decir, lo que tienes que hacer paso, a paso.

-- Dijo que me llamaría, cuando llegara a Esmirna-- dijo, Mezquive.
-- Mamá. Tal vez, estén ocupados. Ahora, le escribiré, un mensaje. Dime. Qué quieres, que prepare? Te, o palomitas de maíz?  -- dijo Leyla.
-- Cómo, que están ocupados? Yo no soy, cómo ella cuando llega a todos lados.
-- Mamá. No nos puedes, comparar. Yo soy, una hija ejemplar. Es qué, no lo sabes?
-- Tienes razón. Tienes razón, hija.

-- Aayy, que bien huele!! Te, con chocolate caliente. -- dijo ella.
-- Bueno, me ha quedado, con mucha crema. No sé, si te va a gustar.
-- Da igual...seguro, está bueno. Can?-- dijo, al ver que sonaba su móvil.
-- Mm..?
-- Aayy...mí madre, me está llamando.
-- Pues contestale. A una madre, siempre hay que responderle.
-- Pero no hagas ruido, está bien? -- Hola...mamá? -- dijo después de carraspear.
-- Sanem, dónde estás?
-- Cómo qué donde estoy? Qué te pasa? Acaso, alguien te dijo algo?
-- Cómo qué alguien, me dijo algo? Se supone que, ibas ha llamar. Cuando ibas a hacerlo?
-- Ay...mamá. Había mucha gente, en el aeropuerto. Y muchos controles, de equipaje. Así qué, hubo mucha confusión. Así que tuvimos que ir, más despacio. Te iba ha llamar, en el hotel. Pero...te adelantaste.
-- Qué bien-- dijo Leyla, despacio.
-- Cómo está el tiempo, por ahí?
-- El tiempo, ah...está bien. No hace mucho, frío. Ah...mamá. Aquí he perdido, la señal. El tiempo, es muy bueno. Hay mucha vegetación. Animales. Insectos. De todo. Es precioso. Es un paraíso.
-- Sí...por supuesto, que lo es. Pues aquí, hace mucha calor, durante el día. Pero luego, cuando se pone el sol, empieza a refrescar, y hay que taparse.
-- Sí...el tiempo. Hace mucho. No sé, cómo pasa. Pero hace una calor, que te derrites. Y a los 2 minutos, te estás congelado.
-- Sí...ya sabes, lo que dicen: febrero, loco y marzo, otro poco.
-- Sí, es verdad. La mitad, es como un verano. Y la otra mitad, es invierno-- le decía, mientras que intentaba quitárselo de encima.
-- Sí...pronto, llegará la primavera.
-- Ah...!! -- gritó ella.
-- Sanem. Qué ha sido, ése ruido? -- preguntó Mezquive.
-- Qué ha pasado? -- preguntó Leyla.
-- Ah...es que hubo un volantazo, mamá-- le dijo ella, que quería él que le dijera. -- Giró...a la derecha.
-- Un frenazo -- le dijo él, susurrando.
-- Ah...!! Tubo que frenar, de repente. Qué miedo! No puedo, mirar. Me voy, a marear. Estaba cansado. Se quedó, dormido. Sí, dormido.
-- Discuten. -- le dijo él, que le dijera a su madre.
-- Ahora, discuten.
-- Y mucho.
-- Están discutiendo.
-- Ay...-- dijo él.
-- Ya he entendido!! Un accidente!! Vamos, por un accidente de tráfico horrible!
-- Un accidente? -- preguntaron ambas.
-- No fuimos nosotros. Fue el coche, que iba delante. Hubo un accidente, pero...no nos afectó. Se quedaron dormidos, al volante. Y uno de los conductores, era una mujer. Le están echando la culpa de todo. Pero que, machistas.
-- Siempre que sales de viaje, me preocupas mucho. Y me dan, palpitaciones. No entiendo, porqué tienes que estar haciendo, viajes de negocios hija.
-- Mamá, ah...no te preocupes...de acuerdo? Escucha...ya te tengo que colgar. Te llamaré, cuando llegue al hotel. De acuerdo?
-- Sí...hija, claro. Llámame, cuando llegues.
-- Por supuesto mamá. Te llamaré, en cuanto llegue. Te prometo, que te voy ha llamar.
-- Y vienes, directa a casa. Eh..??
-- Te mando, besos. Adiós.
-- Adiós hija, besos.
-- Lo ves? Te dije, que estarían ocupados-- le dijo Leyla.
--Esta niña. Es una chica, muy difícil. Muy difícil. 
-- No quiero presumir. Pero si la comparas, conmigo...es que sí, es difícil-- le dijo Leyla.
-- Ven aquí, mí niña. Mí niña, buena. Te quiero -- le dijo Mezquive, besandola. 

-- Aayy!! Qué he hecho?
-- Calmate! -- le dijo él.
-- Le he mentido, a mí madre.
-- Sí...Y te resultó, muy fácil.
-- Sí...improvise, verdad...?? Por una parte, me siento mal por haberle mentido a mí madre. Pero, por otro...me siento bien por poder estar contigo.
-- Mm...

-- Leyla...??
-- Dime.
-- Pon los platos, en el lavavajillas. Yo estoy, cansada.
-- Claro mamá. Vete ha descansar. Yo preparo, el te.
-- Muy bien.

-- Luego...lo he entendido todo. Sobretodo, cuando hiciste así, entendí, lo del accidente.
-- Claro! Me apartas, la mirada.
-- Mi hermana, me ha escrito. -- le dijo ella, cogiendo el móvil -- "todo está bien? -- leyó.
-- Tú y yo, hacemos buena pareja. Verdad Sanem?
-- Sí...así es.
-- Creo qué nos comprendemos bastante.
-- Es verdad. -- "Todo va perfectamente-- le contestó ella.

-- Oh, que bien!! Toco madera. Así es, de maravilla! -- se dijo Leyla, tocando la mesa.

-- Otra vez, estás ausente. En qué, estás pensando? Qué tienes, en la cabeza?
-- Can, te quiero mucho. Y no...quiero perderte, otra vez.
-- Yo también, te quiero mucho. Nunca más, volverá a ocurrir. No te preocupes. No te voy, ha dejar.
-- No lo hagas. Estoy oyendo, tú corazón. Es decir, lo estoy sintiendo. No oírlo-- dijo riéndose.
-- Claro, que me late el corazón. Me late, muy fuerte. Y ya sabes que me gusta hacerlo, y lo hago...con mucha energía. Me gusta todo lo que hace ruido, Sanem.
-- Cuando era pequeña, creía que el corazón era así. Qué tenía, esa forma.
-- Sabes? Todavía hay gente, que piensa que la tierra es plana y no redonda. Sí!!
-- No lo puedo creer!!
-- Que es imposible...que sea...redonda. Y qué el ave, del paraíso, no es una flor. Qué es un ave, de verdad.
--Deberían, desaparecer-- dijo ella, susurrando.
-- Cómo??
-- Qué??  Sólo he dicho, que el chocolate, estaba muy bueno.
-- Hice lo que pude, con los materiales, que teníamos. No teníamos, cocina. Así que había cosas difíciles, que hacer.
-- Sí...
-- En serio! Si tuviéramos cocina, te prepararia, unos huevos cocidos. O sin las yemas. ...como a ti, te gustan.
-- En serio?? Éso harías?? Me gustan mucho, las claras de huevo. Qué fue primero, el huevo, o la gallina?
-- A mí, me da igual. Yo soy, Gavilán vollero.
Y hablando, ella se quedó dormida sin darse cuenta. Y él, la beso, en la mejilla y salió de la cabaña.
-- Can?? Can??-- dijo ella, al despertarse, y ver que él no estaba. Pero al salir de la cabaña, se encontró, con una mesita, preparada para el desayuno. Y una nota, que decía; "buenos días, cariño. He salido, ha comprar cosas. Como estás?
-- Es muy bonito! Me encanta! -- se dijo, al leerla.
-- Qué?? Quién, te encanta? -- preguntó él, que volvía de las compras.
-- Pues no lo sé. No estoy, segura.
-- Está bien. Piénsalo, y me lo dices.
-- Eres tú...tengo mucha hambre. -- le dijo, tras besarlo.
-- Fui a comprar pan, pero...estaba muy caliente. Y tuve que esperar, a que lo sacaran del horno.
-- Entonces, me voy ha sentar.
-- Sí...perfecto.
-- Yo servire, los zumos. Hace mucho frío aquí. No crees??

-- Ah...Osman.
-- Buenos días.
-- Buenos días.
-- Qué vas a hacer, hoy?
-- No mucho. Voy al trabajo. Y tú tienes, algún rodaje hoy?
-- Sí...pero, por la tarde.
-- Y porqué, te levantas tan temprano.
-- Tengo cosas, que hacer. Un amigo, me ha dado un salón de fiestas, para la boda. Así qué, iba a verlo.
-- Podrías hacerlo, en otro momento. Vas ha estar cansado, para el rodaje.
-- No...No voy ha cansar. Pero si tú, también lo quieres bien, lo puedo cancelar y vamos otro día. Qué te parece?
-- No...ah. Puedes ir tú, a verlo, si quieres. Ya lo tenías, previsto. Y no quiero, que cambies tus planes. A mí, no me importa.
-- Bien. Te llevo, a la oficina, y luego, me voy.
-- No hace falta, me iré, en el bus. Ya voy tarde. Así que voy corriendo, a la parada. Luego hablamos. -- le dijo, besandolo. Osman, se daba cuenta, de que ella cada vez más evitaba oír lo de la boda.

--Fuiste, a la taberna, con Geygey? Ahora estará, preparandote el te-- dijo.
-- Podemos ir...juntos, si quieres. Nos vamos, ahora?
-- No quiero irme, de aquí Can.
-- Mm... Yo tampoco, la verdad.
-- Ojalá pudiéramos quedarnos aquí.
-- Bueno...lo que podemos hacer, es apagar los teléfonos, sin que nos llamen todo el día. Nunca, nos encontrarán.
-- Pero seguro que mí madre, se presenta allí, con una bandeja de tortas, en las manos.
--Entonces...éso cambia, las cosas. No me importaría, que nos encontraran. 
-- Así es? Y si ella, te preguntara, si has pasado la noche aquí solo. Qué les dirías?
-- Comenzaría mí discurso, de defensa. Le daría, a tú madre, un discurso bonito, y elegante.
-- Pero, que le dirías?
--Yo, le diría...sabes, qué? Quiero muchísimo, a su hija. Estoy, locamente enamorado de ella. No podríavivir, sin ella.
-- Sólo éso...?? Vamos! Esfuerzate, un poco más.
--Bueno. Veamos que le he dicho, queestamos hechos el uno para el otro. Qué somos una pareja, excepcional. Qué es imposible, que alguien, pueda separarnos. Qué...estamos, muy enamorados.
-- Y cuando haga...ésa mirada penetrante? Qué atraviesa, todo lo que mira y hacer que lentamente diga, dónde has pasado aquí sólo la noche mí querido Can. Qué le vas ha responder?
-- Deberíamos cambiarnos. No debemos volver, con la misma ropa, para que no sepan que hemos estado juntos.
-- Y dime. Qué dirías, si te preguntaran, si te habías cambiado de ropa, en la misma habitación, eh...??
-- Ésa pregunta, está muy rebuscada.

-- Pollent, cómo estás? -- preguntó, su hermano.
-- Te aseguro, que a veces, me sorprendes mucho, Gege.
-- Pareces, un poco enfadada.
-- Dime. Porqué, no fuiste a Esmirna?
-- Pues porque...no quise.
-- No quisiste, porque Sanem, no quiso ir contigo? Oye. No puedo creer, que te comportes así.
-- Antes, de seguir criticandome, mirate a ti misma. Porqué, no has vuelto a Londres?
-- Deja que te explique algo. Tengo todo, bajo control con respecto, a mí trabajo, no se me escapa nada. Pero tú, has desentendido, tú negocio. Sanem, ha decidido quedarse con Can. Y tú, no has cumplido, con tú obligación.
-- Sanem, quería ir a Esmirna. Pero Can, se lo impidió.
-- No creo, que se se quedara porque él, se lo impidiera. Se quedó, porque quería hacer las paces con él. Y creo que anoche, lo consiguió. Y ahora vendrá aquí, para dejar su trabajo. Estoy segura, de éso.
-- Te equivocas hermana. No creoque Sanem, haga éso. Ella no renunciará, a sus sueños.
-- Aunque Sanem, quisiera quedarse aquí, Can, no se lo permitiría. Todavía no te das cuenta, de que no te soporta?
-- No puedo permitir, que deje la editorial. Ósea...ella escribe, muy bien. Tiene, mucho talento. Vamos a hacer, grandes cosas juntos.
-- Si de verdad crees que Sanem, es tan buena escritora,  y tienes fe en ella, puedes hacer encontrar...la forma de que se quede contigo.

-- Sabes que es lo que más extrañe? Lo qué más, quiero ahora?
-- Qué quieres, hacer?
-- Pues ahora, algo que tenga que ver, con el aroma del amor.
-- Sí...??
-- Es...algo caliente, y húmedo.
-- Ah!
-- Algo, que te haga recorrer escalofríos, por el cuerpo.
-- Can!!
-- Y...tiene la cintura, delgada.
-- Pero qué estás diciendo? Eres un pervertido.
-- Extraño el te, que tú preparas.
-- Te?
-- Sí, un te.
-- Era eso?
-- Sí, claro que sí. A qué creías, que me refería?
-- Al te, evidentemente. -- dijo ella, cambiando la cara.-- Bueno! Para en cualquier sitio. Podemos tomar un te, donde quieras.
-- No...yo no me refería, a cualquier te. Yo extraño, el te, que tú preparas. Desde que te fuiste de la agencia, no he conseguido tomar un buen te. Los vasos, lloran tú ausencia.
-- Lo siento, por ellas.
-- Por suerte, vas ha volver.
-- Qué...volver??
-- Sí...volver, a la agencia.
-- Creo, que debo volver?
-- Sí, por supuesto. Inmediatamente.
-- Pero...no quiero dejar, la editorial. El trabajo, me encanta. Estoy escribiendo mí novela, y estoy aprendiendo, muchas cosas allí. Y además, no podría hacerle éso, a Gege.
-- Y otra vez, con él. Y, oye....que fue lo que te dió, ese tipo?
-- Esto no, de acuerdo? -- dijo ella, dándole un beso.
-- Estoy tranquilo. Estoy muy tranquilo, de verdad. Y para demostrarte, lo tranquilo que estoy, voy ha parar el coche. Esta es la prueba, de que estoy tranquilo y de lo calmado que estoy. Mira. Lo ves?-- le dijo, metiendo el coche en la cuneta.
-- Can, dime. Porqué estás tan celoso de Gege? Dime, no te entiendo.
-- Celoso? Cómo puedes decirme éso? Eres muy injusta, Sanem. No estoy celoso. Porqué iba a estar celoso, de él? Por qué dices, que no puedes dejar la editorial de Gege? Yo tengo muchos planes, para él. Puedo haberle, muchas cosas, que se me han ocurrido.
-- Qué, cosas?
-- Lo meteré, en un paquete, con un lazo...y lo mandaré, a Madagascar, por ejemplo. O en cualquier otra parte del mundo. Pero en serio. Quién cree que es él?
-- Can, él es mí jefe. Mi nuevo, jefe.  
-- Ahora resulta, que cualquiera puede ser tú jefe.
-- Descuide mí trabajo, al no ir, a la feria del libro.
-- Ya, Sanem. Debiste haberte ido.
-- Can, debes calmarte. Si sigues así, vamos ha acabar, discutiendo.
-- Te estoy escuchando, tranquilo...y civilizadamente. Adelante, habla.
-- Creo que será lo mejor, para nuestra relación. Lo has entendido?
-- No ha sido fácil conseguir, estar juntos. No sé, porqué tenemos que separarnos ahora?
-- Bueno...en realidad, estaremos cerca. Pero al trabajar, en lugares distintos, nos extrañaremos cada día.
-- Ah...así es el caso! Entonces, porqué no me voy, a los Balcanes?
-- Porque me quieres demasiado, y así, no podrías alejarte de mí. Así, de simple.
-- Sí. Estoy enamorado, de ti. Éso, ya lo sabes. Entonces dime...Porqué, le haces esto, a un hombre enamorado? No deberías. Eso...eso es una vergüenza hacer algo así, a un hombre...enamorado.

-- Hermano?? Pero que estás haciendo aquí? -- preguntó Ayham, a Osman.
-- Entra, Ayham.
-- No fuiste a ver, el salón de fiestas? Eh...qué pasó?
-- No...no fui. Quería estar solo, para ordenar, mis ideas.
-- Osman, mirame. Ha pasado algo? Hubo algún problema?
-- Leyla.
-- Ay...no me digas. Creo qué tendré que hablar seriamente, con mí cuñada. No es ahora, la reina de las nieves.
--Es por mí culpa. Creo que la presiono demasiado, Ayham. 
-- Qué ha pasado? Habéis discutido, eh? Os habéis, peleado? Cuéntame. Dime?
-- No no hemos peleado. Acepta, todo lo que le digo. No tenemos motivos, para pelear.
-- Bueno...entonces, cuál es el problema?
-- Me enfade, con ella. Y le obligue a decirme, que me quería.
-- Pues yo creo, que...ella, también, te quiere. Aceptó casarse contigo. Así qué está segura, de sus sentimientos. No crees?
-- Yo la presione. No le di tiempo, de que lo pensara. Cometí un error. Voy ha dejar de buscarla, durante un tiempo. Creo, que nos vendría bien. Iré, un poco más despacio.
-- De acuerdo. Haz lo que quieras. Pero debes sentirte mal, por éso. Has entendido? Ven aquí. Estoy segura, de que todo saldrá bien. Ya lo verás-- dijo, abrazandolo.

--Vamos, ha decirlo los dos. Y si dices, que renuncias y lo hacemos juntos, será más fácil. Vamos-- le dijo él, al llegar al parking de la agencia.
-- Can!! Can, no puedo decidir ahora, lo que quiero. Lo has entendido? Necesito, más tiempo. Por favor, tengo pensarlo bien.
-- Eres, encantadora-- le dijo, mientras sonreía.
-- Tú también-- le dijo, besandolo-- oye. No sé, si tú estás de acuerdo. Así te extrañare, menos.
-- Yo siempre, te extraño. Incluso cuando estás a mí lado, yo te extraño. Pero sabes...me encantas. El chocolate amargo.
-- El chocolate amargo.
-- Sí, lo sé.
-- El chocolate amargo, podría decirse, que lo beberé.

-- Geygey?? Qué te pasa, estás bien? -- preguntó Gollit.
-- Estoy, nostálgico.
-- Sí...
-- Sabes lo que es, la amistad Gollit, m...?? Yo sí. Estar asentados juntos, con el amigo. Estar apoyándose, el uno con el otro, ante un problema. Eso es, la amistad.
-- Pobrecito. Extrañas, a Sanem.
-- A Sanem, no.
-- No es Sanem.
-- No.
-- Pues, quien?
-- Buenos días, a todos! -- entró él, saludando.
-- Ya ha llegado-- Geygey, levantándose de la silla y corriendo hacia él, y poniendo  su pié en un sillón, y se echó a sus brazos, como un niño.
-- Buenos días, Geygey-- le dijo él, con él en los brazos. Y Geygey, empezó a hacer los gestos, del día de la taberna. 
-- Geygey! -- dijo Gollit.
-- Can, no te has ido? -- preguntó Aderen.
-- No, Aderen. Soy tuyo-- le dijo.
-- Estupendo! Qué alegría, verdad? -- dijo Aderen, aplaudiendo.
-- Ay...buenos días? -- interrumpió Pollent.
-- Buenos días, Pollent.
-- Buenos días, Pollent. Vaya! No sabía que venías hoy. Nadie me informa ya nada.-- dijo Aderen. 
-- Buenos días, Aderen. Verás, tengo que hablar con Can, sobre el libro. Por eso, he venido.
-- De acuerdo...ya sé, que vais ha trabajar Pollent. Ah...quiero preguntarte, una cosa. Has hablado, con Gege? Se fue, a la feria del libro, y quiero saber que tal le ha ido por allí. Sabes algo?
-- Eh...Gege, no fue a la feria. No pudo, ir.
-- Sí...por lo que fuera, no se fue. Es verdad -- ironizó él.
--Ah..así qué no pudo ir. Así qué al final, os habéis quedado aquí. Es maravilloso!!
-- Vamos a mí oficina-- dijo él.
-- Vamos.
-- Oye Pollent. Quiero preguntarle a Can, por...bueno después. El proyecto de apoyo, del derecho de los animales. Verdad?
-- Sí.
-- Ya debemos de trabajar, con él. O quieres, que lo pospongamos.
-- No...no lo vamos ha posponer. Aderen, hay que darle, prioridad. Hay que empezar, hoy.
-- Estoy de acuerdo. Empezaré hoy mismo, a trabajar, en el proyecto.
-- Sí...empieza hoy.
-- Hasta luego. -- dijo Pollent.
-- Adiós-- dijo Geygey, mirando Pollent  y haciendo gestos de como si estuviera pescando. 
-- Geygey. Estás loco? Qué te pasa? -- preguntó Gollit.
-- Ésa, oportunista?? Ah!
-- Geygey, que estás haciendo?
-- Estoy intentando, de retirar, a esa mujer. Esa mujer, no es de Can.
-- Cállate Geygey. No grites. Te va a oír.
-- Ah...es una serpiente. Y las serpientes, no pueden oír. No pueden. Exacto. Ésa mujer, es una serpiente. Es una víbora. Porqué, tuvo que venir?
-- Qué te pasa? Porqué te lanzarte, sobre el señor Can? -- preguntó Gollit, riéndose.
-- Porque somos, super rápidos.
-- Sí..?? Lo que tú, digas.

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