El heredero Bouffart

By SarahiSalinas_

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[Contenido +21] [Diferencia de edad] A Adrien le han roto el corazón, la mujer de la que se enamoró ya tenía... More

Sinopsis
1. ¿Casarme?
2. Poco tiempo
3. ¡Estás demente!
4. ¿Qué soy tu que...?
5. De desconocida a novia y quizá un poco más
6. ¡¿Cómo que tú novia?!
8. Siguiente paso: Matrimonio
9. ¿Cómo no ilusionarme?
10. A tan solo unos pasos
11. Dulce unión
12. Miel en el hielo
13. Sentimientos llenos de deseo
14. Bajo la noche de las auroras
15. Eres mi esposa
16. Desnúdate
17. No me sueltes
18. Injusta realidad
19. La cruda verdad

7. Oficialmente somos pareja

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By SarahiSalinas_

Alessia

¿Había escuchado bien?

¿Me estaba pidiendo ser su novia?

Este hombre que parecía estar sacado de una revista de modelos me estaba pidiendo ser su novia, y para llevarse el premio también estaba intentado decir que quiere que me case con él.

Y todo a cambio de mi libertad, ¿yo quería ser libre?. No se que se sentirá esa clase de atrevimiento.

Parpadeo sin poder creerlo, vale, necesitaba procesarlo.

—¿Quieres pensarlo? —se atreve a preguntar.

No se que decir. Jamás en mi vida me había sentido tan presionada.

—No lo se, yo no lo sé en verdad —sigue en la misma postura anterior, agachado.

—Sabes que si aceptas no hay vuelta atrás y que no solo sería cumplir tu papel de novia, también de una próxima esposa y quizá... Una mujer feliz de darme hijos —me quedo muda.

—¿Hijos?, ¿hablas de tener bebés, de los dos? —no me hacía la idea de tener un hijo.

De dar a luz un hijo de Adrien y sabiendo que tendré una panza abultada, lo que más me alarma era que debemos tener relaciones.

Eso me espanto aún más.

—Si, bebés de los dos —me confirma—, antes de que imagines que tú y yo —nos señala a ambos— tendremos sexo, no. No te preocupes por eso, hay muchas alternativas para tener un hijo y tampoco me va hacerlo con una niña, no es por ofender pero me gustan con experiencia.

Suelto un suspiro de alivio al saber que no le intereso de esa forma en lo más mínimo.

No se mucho sobre las relaciones sexuales, lo básico que te enseñan. Cómo dijo, le gusta con experiencia, verdaderamente mujeres de su edad con suficiente experiencia de la cuál yo no poseo.
Y no me interesa saber, tengo una idea de como. Scarlett es bonita, cuerpo estupendo y con mucha cultura.

Alguien como ella.

—¿Entonces? —insiste.

¿Tengo alternativa?.

Me ha salvado, bueno no tanto pero que sería de mi en estos momentos si él no hubiese ido a ese lugar.

Probablemente no le debo nada, yo no pedí nada de esto sin embargo su mirada me da mucho que pensar. Hay un poco de vulnerabilidad, impaciencia.

Si lo hago no tengo nada que perder, aún así no se que pasara si digo que no.

—Supongamos que digo que no —curioseo.

Se para, su altura me asusta un poco, me intimida a grandes rasgos.

—Supongámoslo, buscaría a una doble tuya para que haga el papel ya que le dije a mi padre que eres mi novia. Yo tuve la culpa —al menos lo acepta—. Lamento meterte en mis líos, no tengo otra alternativa, tu eres la única. Otro cosa es que quedaría como idiota.

Que pena por él.

Es obvio que está tratando que acepte, sería su única salida.

—¿Y después de todo? —sabe a qué me refiero.

—Ya te lo dije, te dejaré ir. Mientras mantenemos la relación falsa puedes buscar que te gusta hacer, yo pagaré todo y si quieres estudiar no me opondré solo me dirás qué es lo que quieres y lo tendrás —tan magnífico, dispuesto a todo—. Cuándo te vayas tendrás dinero, te lo daré y podrás ir a dónde tu quieras.

Pero y ¿el futuro hijo?

No sé si seré capaz de abandonar algo así, un bebé que venga de mi y, no. Yo no sabría cómo enfrentarlo.

Me está pintando un futuro. No se que es lo que quiero a largo plazo, no poseo sueños más que pintar hasta cansarme pero no soy demasiado buena como para vivir de eso.

Es muy pronto para crearme escenarios, aún no acepto.

—No quería decirlo, lo haré solo para que te hagas una idea como metí la pata con mi padre —le presto atención—. Mi padre me ha dicho que está muriendo, le queda poco tiempo y me ha dicho que quiere que me case así que se me ocurrió decirle que eras mi novia.

Así que es por eso, su papá está muriendo.

—No es la mejor excusa, no obstante retractarme no es una opción y a mi siempre me ha valido una mierda lo que piense y diga. Ahora me ha dado un poco de pena por él, morirá solo —no se que clase de relación mantenga con su progenitor, se ve algo tensa—. Yo no sé cómo tener una relación estable, no me va. Solo soy un tipo de una sola noche.

—¿Una noche?

—Solo sexo, nada de sentimientos de por medio —que crudo, poco sentimental.

Es adulto, es atractivo y muchas chicas no dudaría en ocupar mi lugar o en aceptar tal oferta.

—¿Nunca te has enamorado? —nos estamos desviando del tema principal.

—Creí estarlo una vez, fue hace un tiempo atrás ahora me doy cuenta que nunca fue amor —parece que hay un atisbo de decepción—. No importa. ¿Y tú qué sabes de ese sentimiento?, ¿te has enamorado alguna vez?

Me examina con la mirada, tratando de adivinar por qué se lo he preguntado.

—No, nunca he sentido que se siente —lo es—. Tampoco es como si hubiera opciones, casi no nos dejaban salir del orfanato.

Solo un par de veces vi a chicos que rondaban de mi edad, nunca estuve interesada en uno, no es como si pudiera estarlo. Yo encerrada, ellos libres.

Tampoco tenía cabeza como hacer crecer un sentimiento, nunca quise aferrarme a nadie.

—¿Chicas?

—No —arrugo la cara—. No es que esté en contra, nunca me han llamado la atención y tampoco los chicos.

No hay experiencia, no hay estándar, no hay nada.

—Ahora puedes darte el lujo, tienes libre para... —se para en seco—. Olvídalo, si aceptas ser mi novia hay algo que se llama fidelidad, y mientras estés conmigo quiero que seas fiel. No querrás que la gente empiece hablar.

Si, esto ya es una advertencia.

—Cuando acabe todo puedes hasta enamorarte hasta del mismo príncipe o tener una relación con un famoso o yo que se —me causa gracia sus ideas—. Sin embargo conmigo a tu lado no habrá otro hombre por ver más que yo. Yo no comparto, aunque no haya ningún sentimiento de por medio quiero que quede claro.

Recuerdo que su amigo menciono que es posesivo, ¿qué tan cierto será?.

—Vaya, no soy experta en nada de esto. No sabría cómo reaccionar —si fallo no tendré la culpa.

No habrá otro hombre, solo será él.

Fidelidad a alguien a quien nunca voy a llegar a sentir un sentimiento de amor, quizá solo podamos tener una bonita amistad.

—Si aceptas te explicaré lo básico de lo que necesites saber —está dispuesto a ser un maestro—. No es difícil, enfrente de la gente que está fuera de mi círculo habrá que mentir, por Dominique o Scarlett no te preocupes.

Eso lo se, ellos saben de mi y de dónde vengo.

—Y en donde debemos fingir como si fuéramos el mundo del otro es con mi padre.

Jugueteo con mis dedos, no se si aceptar.

—No estoy desesperado, sin embargo ya me jodió la cabeza mi padre con la idea de que incluso no soy mejor que él que probablemente sea igual o peor —relame sus labios—. Hay una espina clavando en mi espalda que me dice que demuestre que no soy así. Que puedo tener una familia y brindarle lo que yo nunca tuve.

Familia, la que yo no tengo. Yo nunca he sabido que es tener una. No tengo idea de querer o tener una conexión.

—Ni siquiera se que es tener familia —susurro—. No tuve nada, ahora tampoco. Siempre he sido una huérfana.

Se me hace un nudo, se me oprime el pecho.

—Yo te daría una familia por un tiempo —sostiene mis manos—. Lamento que acabarás en un lugar para nada válido. Yo quejándome de que mi pasado no fue feliz y en cambio tu nunca conociste nada de eso.

Veo arrepentimiento en su mirada, compasión.

—Me gustaría saber que se siente.

En mi interior florece alguna ilusión de por fin tener algo así sea solo un instante o por unos meses o años.

—Estoy dispuesto a mostrarte que no estás sola, puedes hacer amistad con Scarlett seguro que ella ya te considera una amiga —ella es tan amigable, me gustaría conocerla—; y Dominique aunque ya sabes cómo es, un coqueteo de primera pero te ofrecería una amistad única así que no vayas a caer en sus encantos o pensaran que me pones los cuernos con él.

Me está ofreciendo hasta a sus amigos.

—Por último estoy yo, me tienes a mi —lo dice con tanta calma, tan suave—, soy un extraño para ti también llegaremos a conocernos.

¿Hasta que punto me permitirá conocerlo?

Tiene la pinta de ser un hombre que tiene un carácter fuerte, que mantiene su palabra y que se guarda muchas cosas para si mismos. No hablar de la elegancia que posee así está con la ropa más simple o la simple pijama.

—¿Me dolerá tener un bebé? —su gestos de la cara cambian drásticamente así como lo fue mi pregunta—. Si quieres no contestes.

—Esperaba todo menos esa pregunta, ya que lo dices sabes que si aceptas viene incluido darme un hijo —me clava esos ojos grises—. Se que no es ético que además después te daré la libertad y que solo tú te podrás ir.

Se lo que quiere decir. El hijo será nada más de él, yo solo seré la vía para traerlo al mundo.

—Podrás verlo bajo términos, pero yo me quedaré con su custodia —si es un lío enorme—. Por eso llegué a la conclusión que si aceptas habrá un papel de por medio que diga las condiciones.

Un contrato.

—Nos aseguraremos que ninguna regla se rompa, soy mucho de llevar un control —hasta en su casa tiene que llevar un control—. De mantener todo en orden.

—¿Cuál es la opción?

—La forma que es viable sería una inseminación artificial, nosotros no tendremos ningún acercamiento íntimo —ya me lo ha dejado en claro—. No soy un pervertido, tu eres una niña a lado mío.

Se que es mayor que yo, tampoco creo que tenga demasiados años por delante de mi. No soy ciega, tiene un aspecto atractivo que no se niega.

—Y antes de que preguntes por mi edad, soy diez años más grande que tú —mi rostro reflejaba la pregunta es un hecho—. Estoy más cerca de los treinta y tú apenas llegarás a los veinte.

Para tener diez años más no se le nota mucho, no es viejo.

—Pues no aparentas la edad que posees, no eres tan grande —me veo hablando sin medir consecuencia—. No debí de decir eso —cierro la boca avergonzada.

—Me siento halagado porque me veas atractivo.

¿De dónde ha sacado eso?, si lo veo así pero no sé lo diré ya es suficiente con la vergüenza que acabo de pasar justo ahorita.

—Yo no he dicho que lo seas, yo solo dije que no eres tan mayor —rectifico.

—Para mi se interpreta como que te parezco agradable a la vista —veo un atisbo de ego—. Solo que de una vez te digo, no te enamores de mi o estarás jodida.

—No se que es estar enamorada —aclaro—. Vete sin cuidado, no lo haré.

Lo espero.

—Lo digo para que no te vayas a ilusionar con cosas que no son —ya no hay nada amable—. Soy el tipo de hombre que no gusta de relaciones sentimentales.

Me fastidia un poco sus palabras, me queda más que claro que no tiene nada para ser sentimental. No tiene madera.

—No estoy interesada en ti —recalco para que vea que no estoy mintiendo—. No buscaré amor en donde solo me darán espinas.

—Me gusta que tengas los pies en el suelo, nos estamos entendiendo —parece satisfecho—. Sentir algo por mi sería terrible, yo no soy de una.

Amargura en su tono, hasta el mismo odio solo la idea de que alguien lo llegue a querer.

—No debes de hablar así de ti.

—Se lo que tengo, me gusta disfrutar del sexo bueno, soy un hijo de la chingada que no sabe estar quieto en una cama —el solo está despotricando sandeces de si.

Me doy cuenta que es para que vea que no es nada, que no ponga mis ojos en él de manera amorosa que no lo vale.

—Me queda claro don galán —asumo—. No habrá problemas para eso. Eres un idiota que no busca nada serio y que nunca lo hará.

Asiente dándome la razón.

—Yo también no busco un hombre que solo vea por si mismo, jamás buscaría uno así y no me enamoraría de ti sabiendo que no te gusta las relaciones serias y si un día yo me llegó a enamorar será de un hombre que valga la pena. Está claro que tú no lo vales —conjeturo—, que no eres apto para amar, que no eres opción.

Lo dejo mudo, lo cayó.

Arruga su frente, le disgusto mis palabras. No le pareció en lo más mínimo y no lo dijo, no menciono que le cayó como patada.

Es lo que quería, yo solo se la di.

—Estamos bien en ese caso.

—Claro

—¿Entonces aceptas?

Ya está dicho.

—Si

Una palabra que puede cambiar todo.

—Ahora es momento que lo pida adecuadamente —hasta apenas me doy cuenta que seguía sujetando mis manos.

¿De que habla?

—Alessia, ¿Quieres ser mi novia?

—Falsa —agrego por él.

—Si, falsa —arrastra la palabra—. Tengo que ser un caballero para hacerlo a la antigua.

—Acepto ser tu novia Adrien —degusto su nombre en mis labios.

Nos miramos fijamente, sostenemos la mirada por un par de segundos que se sienten eternos.

—No hay más que decir —finaliza—. Te dejo que descanses, mañana pediré que hagan un contrato donde pongan todo.

Hoy lo acepte, mañana firmaré para sostener la palabra.

—Descansa —lo último que le digo.

—Mañana pondremos fecha para la boda —me deja sin expresión.

Se va como si nada. Cómo si no hubiera soltado una bomba.

Apenas novios y ya habrá boda, supongo que no hay demasiado tiempo.

Hoy un novio, dentro de poco esposo.

· · • • • ✤ • • • · ·

Dormí con cansancio, dormí hasta sentir que mis huesos se habían cansado de reposar.
Tallo mis ojos, bostezo estirando mis brazos.

Mi vestimenta no es de mi talla, es lo doble que yo pero debo de admitir que es cómoda.

Me dirijo al baño para hacer mis necesidades fisiológicas, me veo al espejo, me echó agua al rostro para estar limpia, tomo el cepillo de dientes para limpiarlos.

Salgo un poco despejada, camino con cuidado sin hacer ruido, asomo mi cabeza en la cocina.

Hay un hombre dándome la espalda, lleva el torso desnudo y puede ver la piel tan blanca sin ninguna mancha.

Esta moviendo algo en un sartén, suelta una que otra maldición en voz baja. Me dan ganas de reír pero las reprimo.

—Hola —saludo.

Tan rápido como hablo voltea.

—Alessia, buenos días —se gira para ver su comida—. Maldición, esto ya se quemó.

Me acercó un poco para ver lo que está haciendo.

—No soy bueno en esto —toca la comida y quita rápido el dedo al quemarse—. Mierda está caliente.

Chupa su dedo para disminuir la quemazón.

—¿Estás bien? —me acercó a ayudar—. Déjame ayudar.

—Gracias

Su intento de desayuno está quemado y pegado al sartén, un huevo quemado.

Tiro lo que está quemado y lavo para volver hacerlo.

—¿Tu sabes cómo hacerlo? —parto unos cuantos para echarlos cuando el aceite ya está caliente.

—Un poco, había veces que ayudaba en la cocina y aprendí un poco —cada nada nos hacían ayudar en la cocina cada cierto tiempo así como limpiar—. Se lo básico.

Lleva un revoltijo en el cabello.

—Yo soy pésimo en la cocina, ya viste —ríe sin gracia—. Mi hermano es el que destaca en la cocina y hace unas galletas muy deliciosas.

Se sienta en una de las sillas cerca de la encimera.

—¿Dónde está?

—Él está muy lejos estudiando, Drystan es un excelente chef —adula a su hermano—. Ojalá estuviera aquí.

—¿Lo echas de menos? —muevo el huevo con una cuchara.

—Un poco.

Apago la estufa, busco unos platos para servir.

—¿Por qué no vas a visitarlo? —tomo asiento.

—No es así de fácil, además tiene una semana que se fue solo estoy siendo un poco dramático —coloca un pan tostado—. Probablemente dentro de poco vaya a visitarlo o él venga.

Cómo un poco.

—Sin duda esto es más decente que lo que yo estaba haciendo —saborea—. Al menos de hambre no nos moriremos mientras esperamos a Scarlett, gracias a ti.

—Tiene una mejor mano para la cocina —sirve un poco de zumo.

El timbre suena. Se levanta para ir abrir.

—Seguro es ella, ya se estaba tardando —abre la puerta y del otro lado está parada con una bolsa en mano.

—Buenos días, ¿cómo dormiste Alessia? —se acerca para darme un beso en la mejilla.

—Bien gracias, ¿y tú? —le regreso el gesto.

—Ni bien, ni mal. Solo amanecí —se sienta para servirse un vaso de zumo—. Dom no es muy amigable conmigo, es como un hijo de la chingada —bebe sin pena, su lenguaje grosero que probablemente no sea digno de ella aún así la creo muy capaz—, al menos tu has dormido bien por las dos.

Muerde una de las tostadas de Adrien.

—Si no te preocupes, comete mi desayuno —se cruza de brazos en la entrada de la cocina.

—Está vez al menos te esforzaste más.

—No fui yo, de echo se quemó y Alessia tuvo que deshacerse de ello —jala otra silla para sentarse y quitarle su plato—. Esperaba que llegarás más temprano.

—Uh, me extrañaste —hace una cara de cachorrita—. Lamentablemente yo no.

Busca un plato para servirse lo poco que hay en el plato, toma un pan para acompañarlo.

—Necesitan urgentemente unas clases de cocina o se morirán de hambre, yo no estaré siempre.

—No, siempre existe la manera de pedir o ir a comer por ahí —pone soluciones eficaces—, agradezco que digas que no estarás siempre ¿será una señal de que pronto te irás de mi departamento?

Hay un anhelo en sus ojos, una sonrisa lobuna con ganas de divertirse y poner de punta a su amiga.

—Acabo de llegar y ya me estás corriendo —le da una mirada perspicaz—. Alessia dile a tu noviecito que tenga más respeto.

Me quedo tiesa, si yo me estaba divirtiendo con sus burlas ya no más. Se hace un sonido sordo.

—Creo que la cague —le da una mordida a su pan, se escucha lo crujiente que está—. Mejor iré a dar una vuelta por la calle.

Se levanta lentamente para irse a dónde dan las habitaciones.

—¿Deberíamos decirles?

Saben la falsa relación, la que no saben es que lo llevaremos más lejos que todo esto.

—Si, empecemos con Scarlett —con solo imaginar la idea suena mal—. Temo un poco por mi descendencia.

Muerdo mis labios.

El sonido de un teléfono interrumpe nuestro intento de conversación, lo saca de la bolsa de su pantalón.

Me vuelvo a sentar para terminar de ingerir lo que queda en el plato en eso sale a la vista la mejor amiga, Adrien se pierde por el balcón.

—Aún no te vayas, Adrien y yo tenemos que contarte algo —no me atrevo a decírselo sola.

—Chisme, algo me dice que hicieron una insensatez —me observa, no está lejos de la realidad—. Veamos que tienen que contarme.

Repiqueteo los dedos en la mesa. Hago una mueca, esto resulta ser difícil.

Se supone que hoy tendremos que firmar el acuerdo, contrato entre los dos. Algo más legal de alguna manera para que se cumplan las condiciones de ambas partes.

—Cuéntame Alessia, ¿qué hacías en el orfanato?

—Asistir a clases, comer, dormir —no hay más.

—¿Solo eso? —veo desilusión en sus ojos, imagino cosas más drásticas supongo—. ¿Alguna actividad aparte de todo eso?

Recuerdo los días que salíamos fuera.

—Si, cada cierto nos llevaban por pequeños grupos al pueblo, un paseo corto o a ver el cine —recuerdo las caricaturas de Disney que nos llevaban a ver.

Mi favorita hasta el momento es enredados y la princesa y el sapo.

—¿Te gustaba hacer algo en especial?, un pasatiempo o yo que se.

La segunda vez que trato de morderme la lengua por no decirlo.

Me rindo, necesito decirlo no hace daño a nadie.

—No era como alguna actividad, en pequeños ratos lo solía hacer solo que no había suficiente material —me encojo de hombros—. Me gusta pintar, he pintado con colores y una vez me atreví a pintar con acuarelas de agua que llevaron al orfanato.

Si, fui más explicita de lo que quería ser. Me da un poco de vergüenza.

—Vaya, suena más interesante —sonríe—. ¿Pintas bien? —curiosea.

—No lo se, algunas veces me vieron hacerlo y hubo una chica que dijo que lo hacía excelente la verdad es que no lo creo.

Me gustaría creer que si lo es, pero hay que aceptar que no se nada acerca de la pintura solo soy una chica intentando hacer algo bien.

—Si ella lo dijo será por algo —lo visualiza—, me gustaría ver algún día, yo conozco a...

—Ya está listo el contrato —llega el individuo interrumpiendo la conversación.

Scarlett ya no me dice nada, se concentra en lo que ha dicho su amigo. Yo si quería saber que es lo que tenía que contarme o decirme.

¿A quién conoce?

—¿Contrato?, ¿Qué contrato? —nos mira con extrañeza—. Ya sabía yo que han hecho una mierda. Ahora cuéntenme.

—Le he dicho que tenemos algo que decirle —digo en voz baja.

Lo acepta, él estaba de acuerdo tampoco es que se pueda echar para atrás.

—Si, ayer hablamos y llegamos a una conclusión —porta su espalda recta—. Lo meditamos, así que decidimos seguir con la falsa relación, somos novios.

Veo como la chica se lleva una mano a la frente, ya veo venir las palabrotas para dicha persona.

—Ok, ya ni sirve decir nada —me sorprende que no esté aventando regaños al aire—. Ya está hecho, supongo que tan falso no será.

En eso nadie le quita la razón.

Porque si nos ponemos a pensar e analizar nos da la impresión de que es una relación seria y sobre todo verdadera ante los ojos de todos los demás. Solo Scarlett y Dominique saben la verdadera verdad.

—Ante nosotros no hay nada —trata de recordar.

—¡Oh si!, solo para Dom, para ti, Alessia y para mí —veo una expresión sin poder descifrar—. Más allá de nosotros todos sabrán que en realidad hay una relación seria. Falsa tus huevos —me hago chiquita en mi lugar—. ¿Qué más?.

Mueve su pierna esperando lo que sigue.

No creí que se lo tome bien.

—Casarnos —musita sin miedo.

—Ya —hay un tono amargo—. No me digas, déjame adivinar. También de paso tener hijos juntos —esto parece más broma que realidad.

Nos ve con furia al darse cuenta que le ha dado justo en el clavo.

—¿Es que no piensas Adrien? —le recrimina—. ¿A dónde piensas llevar todo esto? —el reclamo le cae en la punta del hígado—. Esta claro que con la cabeza no.

—Solo te lo iba a contar, no necesito que me digan que hacer. Ya estoy demasiado grandecito para tomar mis propias desiciones y se las consecuencias.

—Pues pareciera que no —contraataca—. ¿Y de grande? Incluso la palabra te queda grande —se lo recalca en la cara—. Que imbécil, estúpido eres.

Se que probablemente pensaría que Scarlett está celosa o que dolida, pero no. Tengo ojos y he visto como mira a su otro mejor amigo, y como Dominique la ve cuando cree que no se da cuenta nadie. Seré una inexperta en el amor, no sabré nada pero hay una manera tan distinta como se ven, nada comparado con lo demás y lo he notado en tan poco tiempo.

Esto va más allá que esos sentimientos. Sus expresiones son claras, decepción de su amigo el más sensato de los tres y preocupación por lo que pueda pasar.

Me doy cuenta que no lo pensé con la mente fría, acepte la propuesta por el momento y me deje llevar por la cara de ilusión de Adrien.

Aún hay tiempo para echarme para atrás y decirle que no.
He prometido algo, ya dije que si y yo no rompo ninguna promesa.

Justo el orgullo será el mismo que me lleve a cavar mi propia tumba.

—¡Suficiente Scarlett Cooper Risso! —casi grita como para dejarnos sordos a los tres.

—No me llames por mi nombre completo —chilla.

—Entonces deja de preocuparte.

—Lo haré el día que dejes de ser estúpido, alguien va a salir lastimado y esa no voy a ser yo —su rostro se pone rojo de coraje.

—Ese será nuestro problema —continua—. Ahora me ha marcado el abogado que va hecho el contrato, debemos ir a las oficinas para ir por el y firmarlo —anuncia—. Iré a cambiarme.

—¿Estás segura de todo esto?, es una locura y se que es tu decisión —aclara—. Adrien puede ser un manipulador si se lo propone.

—Ha sido mi decisión, yo elegí ayudarlo —acepto mi parte.

—Supongo que te contó que su padre está muriendo —ya la veo un poco más relajada.

—Si, por eso mismo acepte. ¿A ti quién te lo dijo?

—Ya sabes, existe un hombre que vive y muere por el chisme.

—Suena a Dominique.

—Él mismo, no se puede callar nada es él menos indicado para guardar secretos —le doy la razón—. Me puso en contexto en cuanto llegamos a su departamento.

Posponemos de nuevo la charla ya que sale el dueño del departamento ya arreglado, va ataviado en un traje azul marino. Hombre de negocios.

—Vámonos

—Alto ahí, no piensas llevar así a Alessia.

Justo me doy cuenta, no es que me dé vergüenza la vestimenta la cosa es que es muy grande.

—No tiene ropa, de regreso pasaremos a buscar —resuelve.

—Pero yo si —toma mi mano para llevarme a dónde está su maleta—. Ponte esto.

Me pasa un conjunto como el que ella llevaba ayer. Un conjunto de dos piezas de tela. Una pantalón negro acampanado y una blusa rosa de manga larga.

Ya lista salgo para irnos.

—No se van sin mi —ya lleva su bolso.

—Tú no vas a ningún lado con nosotros —la detiene el rubio—. No metas tus narices donde no te llaman, suficiente tengo con lo de hace minutos.

—Impídemelo —pasa al lado de el para llegar a mi altura—. No dejaré que te coma este tiburón.

Con eso nos vemos. Se hace una tensión en el auto en el que viajamos. Una densa nube que pesa, tan incómoda.

Tan rápido como llegamos subimos por el elevador. Hay una que otra gente que saludo a cierto hombre, él les devuelve el gesto cordial.

Entramos a una oficina sin siquiera tocar. Que mal educado señor.

Del otro lado está un tipo, va enfundado en un traje por igual. Alza la visita con tan solo escuchar la puerta abrirse.

—Ya estás aquí —se levanta—. Vayamos a la sala de juntas para estar más cómodos.

Lo seguimos sin decir nada.

Los trabajadores van y vienen, otros se ocupan de estar en su lugar supervisando ciertas cosas en sus computadoras.

Hay una mesa enorme, varios asientos de cuero y un ventanal enorme que da unas vistas hermosas.

—Aquí está —saca un papel de una carpeta, pone justo al lado un lapicero.

—Antes déjame verlo —lo pide Scarlett—. Aquí nadie tratará de verle la cara a Alessia.

Casi arrebata el documento, se da su tiempo para leerlo. Lo vuelve a entregar cuando ya ha acabado.

—Vuelvo a preguntártelo Alessia, ¿estas segura?

—Si —ni si quiera lo pienso.

—¿Sabes lo que va pasar, no es así?

—Sobre que...

—Sobre un futuro hijo. Tu te irás pero ese bebé se quedará con Adrien —lo ve con cierto odio—. No será tuyo, ni en el momento que se esté gestando tu solo serás un medio para conseguir un fin.

Ahora que me lo dice de esa manera me deja un poco nerviosa, me deja pensando.

Ya he dicho que si.

—Lo se —asiento—. Estoy segura.

—Perfecto —se pone recta para dejar que continuemos con lo que prosigue.

Adrien toma el bolígrafo para firmar la hoja, cuando ha acabado me lo pasa. Me tiembla un poco la mano, ni dudo en bajar un poco la cabeza para escribir ahí ni nombre.

Ya estamos aquí, es hora de hacerlo.

Trazo mi nombre sobre el contrato. Esta más que hecho.

—Ya quedo, es todo —da por sentado él hombre.

—Gracias

Se va el tipo déjanos solos. Scarlett se acerca a su amigo, lo suficiente para decirlo en voz alta.

—Si la cagas Adrien Bouffart lo pierdes todo y no hablo de dinero —sentencia su amiga, una clara advertencia.

—Ya te dije, no te...

Lo corta: —Que no me meta, lo se. Me ha quedado claro.

Se pone en marcha rumbo a la salida.

—Vayamos por esa ropa —nos hace saber—. Prepara tu tarjeta Adrien, que la haré explotar.

—No me interesa que explote, no me quedaré pobre —exclama creído—. Tengo suficiente para esta y siete vidas más —se ajusta su traje.

Cuándo ya ha salido la figura femenina, nos quedamos un minuto más, abro la boca para preguntar lo siguiente:

—¿Qué sigue? —pregunto para ir preparándome mentalmente y físicamente.

—Matrimonio —es lo obvio—. Tenemos que casarnos.

· · • • • ✤ • • • · ·

¡Se nos viene la boda!

Spoiler: no se enculen jajaja

Scarlett tiene una ligera sospecha
de que todo va a valer madres.

¿Tendrán ese hijo? 👀

Aún falta para el drama, pero prepárense
hay mucho que saber 😬 unas bonitas y
otras no tanto.

Me despido, hasta la otra 💋

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