Bajo sus Encantos

By ShionSeverely

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Un cupón, una confusión y terminaran en la aventura más hermosa de sus vidas... Adaptación FreenBecky por fav... More

I. Servicios
II. Mis servicios
III. Miedo y sonrisas
IV. Secretos
V. El comienzo
VI. Instinto animal
VII. Consecuencias
IX. Fuera de control
X. Cerca
XI. Me quiere. No me quiere
XII. Decepciones
XIII. La que te trata bien
XIV. El zombie y la sobreviviente
XV. De fantasías y realidad
XVI. Hipocondría del corazón
XVII. El día después de mí
XVIII. Cuidar
XIX. Rebecca
XX. Freen
XXI. De cupos y abrazos
XXII. En mi mente
XXIII. Especial
XXIV. Espectáculo de medio tiempo
XXV. Bajo sus encantos
XXVI. Hormonas de San Valentín
XXVII. El cupo dorado

VIII. Locuras

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By ShionSeverely

Era la primera vez que Becky la besaba de esa manera, tironeando su camiseta y pegándole más a ella, como si aún pudiera un poco más. Mordía su labio inferior, jadeaba su nombre sobre las bocas y estaba haciéndole perder el control.

Desafiante, brusca y con la locura en cada punta de sus dedos. Estaba casi tratándola mal, sin cuidado y con una pasión desbordante, autómata a cada segundo que avanzaba. Y le parecía irracional como sincero por igual. Quería tocarla, atraparla entre sus brazos, pero la rubia la alejaba cuando lo intentaba.

La bailarina la obligó a caminar hacia atrás y golpeó contra la pared. Sujetó su cabeza, respondiéndole el beso con las mismas ansias y sintió las manos en su torso, moviéndose en busca de quitarle la ropa. No le parecía un buen lugar las duchas del Private Bangkok, pero no había nadie y tampoco podía detenerla. Por lo que en ese segundo le pareció excelente.

Becky tocó entre sus piernas, el interior de sus muslos y llegó al cierre de su falda. Cuando lo bajó, la sintió alejarse y abrió los ojos, observándola arrodillarse a la altura donde más la necesitaba. Se sonrieron, con la lujuria cargando sus ojos y atrapó su cabello, guiándola con ansiedad a que comenzara.

- Que bien hueles hoy...Freen...- su sonrisa se deterioró. Esa no era su voz. La dulce y chillona voz de Becky no sonaba como siempre y se removió, intentando entender qué sucedía - ¿es el perfume que te regalé? - un beso ruidoso y húmedo invadió su cuello. Y una mano apretó su seno, generándole algo de dolor e incomodidad - despierta, mi amor-

Lo hizo. Con brusquedad y se sentó en la cama sudando por los nervios. Su pecho subiendo y bajando, aterrorizado frente a lo que había soñado y mezclado con la realidad que allí tenía.

Billy la miraba con el ceño fruncido y ella notó su falda de porrista levantada. La alisó al instante y trató de recuperar la tranquilidad antes de hablarle.

- ¿Estás bien? -

- ¿Qué demonios haces en mi cuarto, Billy? -

- Tu mamá me dejó pasar cuando le dije que venía por unos trabajos. Solo que te habías dormido-

- ¿Y te parece ésta la manera de despertarme?...idiota- susurró abandonando la cama y abriendo la puerta - ¿y tu mochila? - le preguntó al no verla en la habitación. Él alzó los hombros-

- Lo del trabajo era una excusa, como siempre... ¿qué te pasa? -

- ¿Qué me pasa? - ironizó alzando la voz - ¿te parece interesante despertarme contigo encima y tocándome de esa forma? -

- Lo siento- se disculpó él con algo de seriedad. Lo vio gesticular, dudando si decir algo más y se cruzó de brazos, esperando una disculpa sincera - Sé que lo hemos hablado, Freen, pero...no sé si quiero seguir esperando- aseguró poniéndose de pie y llegando a ella-

- ¿Qué acabas de decir? - insistió entre dientes-

- Lo que escuchaste. Llevamos dos meses juntos y ya estoy harto de solo unos cuántos besos y que encima lleves días evitándomelos. Heng me dijo que con el llegaron más lejos-

- ¡Lo más lejos que llegó Heng fue dejar una mano en mi pierna! No puedo creer que seas igual de imbécil que él. Recuerda que estoy en el club de castidad-

- Pues sí, eres la única miembro junto a la señorita Gaon ¿cuál es la gracia? -

- Fuera de mi cuarto- le ordenó señalando la puerta-

- Freen, escucha...entiendo eso de los miedos por el que pasan las mujeres, que si su primera vez es molesto o dolor...-

- ¡Fuera de mi cuarto! -

- ¿Cariño? - Naiby se asomó, preocupada al oír los gritos de su hija - ¿sucede algo? -

- Sí, acompaña a Billy a la salida, mamá...gracias-

- Pero Freen....- le dio un empujón y cerró de un portazo. Estúpidos chicos que pensaban todo el tiempo en sexo y no respetaban su decisión de esperar para...bueno, solo de esperarla ahora.

Solía tener cientos de esas discusiones con Heng porque cada vez que veían una película juntos, no terminaba de reproducirse ni la primera media hora que él intentaba mover las manos en todo su cuerpo. Lo más lejos que llegó fue tocar sus muslos bajo la falda y por un descuido de ella, no porque lo hubiese deseado.

Y Billy le había insistido solo una vez antes. Ni siquiera insistido, simplemente una vez le había sugerido pasar un día de fin de semana juntos, para avanzar la relación a otro nivel y ella lo pensó. En aquel momento Billy le gustaba de verdad, como el primer día que lo vio, pero creía que un mes juntos era poco tiempo para concretar físicamente aquella relación sentimental. Por lo que la idea se esfumó y la olvidaron finalmente.

Y ahora su cabeza le daba vueltas y nada de eso quería. Se arrojó de espalda a la cama y se tapó el rostro con un brazo, para ocultar su molestia porque demostrarlo sola, consigo misma, era peor.

Había soñado con Becky tan solo diez minutos atrás. Y había despertado de la manera que en nada ayudaba a continuar ese sueño. De repente se imaginó soñar una vez más con ella y despertar teniéndola a su lado. La rubia era soñadora, audaz y libre y estaba segura de que quizá hubiese pensado esa misma situación siquiera una vez ¿Podrían habérselo imaginado igual?

Freen estaba pensándola ahora y separó su brazo, mirando el techo y proyectando como un corredor de imágenes en el cada momento. Las dos veces que habían tenido intimidad en la cama de Becky no durmieron, quizá en el segundo encuentro si Surprise no aparecía iban a hacerlo. Maldijo al chico por lo bajo y observó la puerta abrirse. Sonrió, era Cream con Oliver.

- Creo que quiere su siesta de viernes- le dijo su hermana sentándose en la punta de la cama y dejando al niño arrastrarse hasta ella - dormiste sin él y te lo reclamará más adelante, tenlo por seguro-

- Lo hubieras traído. En realidad, solo me acosté a leer algo y...me dormí-

- Te entiendo, puede pasarte. Pero cuando iba a traerlo, Billy se me adelantó. Oí que lo echaste al mejor estilo Chankimha ¿sucede algo? - Freen se acercó más a ella, cruzando sus piernas y acomodando a Oliver en el espacio que sus rodillas separadas generaban. Lo abrazó, sujetándolo como si su oso de felpa favorito se tratara y miró a su hermana-

- Hombres-

- ¿Te insinuó algo? - alzó los hombros y Cream ladeó su cabeza con obviedad, incentivándola a que hablara-

- Me desperté y estaba prácticamente sobre mí. Su rostro estaba aquí ¡aquí! - exclamó alzando su mano y dejándola a dos centímetros de su rostro - y tenía una de sus manos en mi pecho- agregó sonrojada. Su hermana alzó ambas cejas-

- Es una broma-

- ¡No! Te lo juro y...- gruño, recordando el momento y tratando de olvidarlo instantáneamente-

- ¿Y? -

- Y me molestó. Me hizo sentir incómoda-

- Pero es tu novio ¿nunca había pasado algo así? -

- No, y entiendo que lo quiera y esas cosas, pero yo no y tiene que entenderlo-

- ¿No lo quieres porque quieres esperar o no lo quieres porque se trata de él? - Freen desvió su vista y respondió mentalmente. Quince días atrás, su respuesta hubiese sido por la primera opción, simplemente quería esperar. Pero ahora tenía un revuelo de ambas y no estaba muy segura de que aceptarlo en voz alta le haría cambiar de opinión - ¿ya no te gusta? -

- No lo sé...creo que...ya solo un poco-

- ¿Se lo has dicho? -

- ¿Yo? ¿La reina de las cobardes? Me sorprende tu pregunta- Cream le dedicó una mirada. Allí estaba su hermana menor, sacudida por un temblor de emociones y su pequeño hijo la miraba, alzaba su cabeza para jugar con su mentón y llamar la atención por momentos. Los Chankimha no eran cobardes, solo orgullosos. Y Freen era más Chankimha que ella y sus padres juntos-

- ¿Por qué ya no te sientes igual? ¿Crees que estás cambiando o él lo está haciendo? -

- No es su culpa, supongo. Creo que se trata de mí-

- ¿De ti y de tus nuevos sentimientos? ¿O de ti y de ti sola? -

- Es algo que me pasa a mí, pero...no me incumbe a mí sola ¿entiendes? - Cream asintió- y...y es algo que ocurrió rápido pero que no puedo dejar de pensarlo y cada vez que lo recuerdo quiero repetirlo...me siento tan estúpida-

- No deberías. A ver, Freen, esto que quieres repetir no tiene relación con Billy ¿correcto? -

- Correcto-

- ¿Incluye a otra persona? - asintió con seguridad- ¿saliste de fiesta y besaste a alguien más? -

- No, no tan literal. Sácale lo de la fiesta- Billy alzó una ceja y luego la otra, riendo y transmitiéndole algo de diversión que ella no pudo ocultar-

- ¿Has besado a otra persona y crees que están naciendo sentimientos por ese beso? - era exactamente eso lo que le estaba pasando. Porque le había dicho a su hermana que cada vez que lo recordaba quería repetirlo. Pero la realidad era que quería ir más allá también. Acariciar, besar y dedicarle tiempo de compañía a Becky. Porque si la manera en la que se desenvolvían en la intimidad sexual le generaba algo de serenidad, suponía que la intimidad emocional la convertiría en su mejor versión-

- Ajá, sí, eso-

- Y... ¿cuál es el problema? Es normal a tu edad. Solo debes hablar con Billy, ser sincera con él y luego quitarte las dudas con el otro muchacho. Espero que no tenga la boca enorme- Cream rio, pero ella le sonrió forzada. Roger y Naiby jamás la entenderían si ella se llegase a enamorar de una muchacha. Desconocía los pensamientos de su hermana, pero aún confesarse con ella sería algo apresurado - hay otro problema-

- No-

- No te lo estoy preguntando. Eres mi hermana, Freen. Mi hermanita pequeña y siempre me has contado cuando algo te agobia. Pasé por la adolescencia y créeme que acumularte los problemas tú sola es peor. Es como una bomba que explota mucho antes de ser arrojada...dime qué te pasa-

Freen la miró y de la nada un peso subió por su garganta. Quería llorar, como Nam solía hacerlo a escondida solo con ella cuando discutía con Mind o como Cream aquella tarde que descubrió las infidelidades de su exesposo. Eso del amor era un tema complejo, tan sublime que se sentía acorralada, atrapada en una red que no la dejaba bajar.

Su labio titubeó y sus ojos se aguaron. Exponerse a su hermana implicaba luego hacerlo con Billy y finalmente confesarlo todo frente a Becky. Y no quería hacerlo, su cobardía no se lo permitiría y terminaría arruinándolo todo si algunas palabras salían de su boca por mucho que sinceras fueran.

Se pasó una mano bajo su ojo y quitó una lágrima ante el mutismo y la sorpresa de Cream. No recordaba haber llorado por amor antes y ni siquiera estaba segura de que amor fuese lo que sentía por Becky. Pero si sus emociones la traicionaban y la delataban, de algo similar se trataba.

- Freen- insistió su hermana- si no quieres contarme, está bien. Pero fíjate cómo te has puesto por esta situación. No estás equivocada, algo cambió y deberías sincerarte contigo misma primera. Si lloras porque el cambio es bueno, entonces tómalo. Si estás llorando porque lo complicará todo, entonces aléjate de el-

- ¿Y qué tal si me gusta? - sollozó - ¿qué tal si por más que lo complique todo me gusta y me hace bien? -

- Si lo complicará, no te hace bien-

- ¿Y si lo complica para el exterior? ¿Pero dentro de mí solo mejora todo? - Cream parpadeó, el tono de su hermana salió violento, alto y sus brazos abiertos se complementaban con el temblor de su voz. Freen pocas veces hablaba de sentimientos, pero era la primera vez que la veía en ese estado-

- Si te hace una mejor persona, entonces no lo alejes. No es un problema- ella la observó, mordiéndose la mejilla interna mientras más lágrimas salían. Tampoco quería alejarlo y, a decir verdad, quería salir corriendo en busca de ese problema justo en ese momento-

- ¿Y si se apodera de mí? ¿Si el problema comienza a manejarme y no puedo detenerlo? - Cream le sonrió, poniéndose de pie y tomando a su pequeño hijo entre sus brazos-

- ¿No acabas de decir que no es un problema? - le guiñó un ojo y caminó a la puerta. Freen la observó y murmuró algo más, deteniéndola violentamente con el picaporte en mano-

- Es una chica...mis sentimientos son hacia otra chica- Cream giró lentamente y se miraron, sin reacciones y el miedo en su interior se incrementó. Si su hermana le daba la espalda o hablaba con sus padres, entonces los sentimientos se esfumarían gracias al terror que su familia podía generarle.

Sus lágrimas cayeron por el costado y resbalaron por su cuello, estaba ahogándose en ellas y necesitaba reflotar con tan solo una palabra de aliento, un respaldo que su hermana podría darle.

Oliver emitió un pequeño grito y rio en su dirección; y eso fue suficiente para que Cream regresara a ella.

La abrazó, como estaba necesitando y lloró en su hombro. Su hermana pasó todo un brazo tras su espalda y la retuvo con el pequeño en medio, el único que reía entremedio de su llanto. Le susurró decenas de disculpas y ella solo intentó silenciarla, asegurándole que todo estaba bien.

- Cuando le cuentes a papá seré su mayor vergüenza- Cream se separó, mirándola con reproche y negó con seguridad-

- No le diré nada a papá. Solo tú debes hacerlo y cuándo tú lo sientas conveniente... ¿entonces...? - murmuró sentándose a su lado - ¿besaste a una chica? - asintió, recibiendo a Oliver en sus muslos y sus pequeñas manos en el rostro. Él la miró, como si entendiera su tristeza y se aferró a su cuello en un abrazo como cuando dormía con ella- ¿y ese es el problema que crees existe?

- Sí, ella es...más liberal, pero yo...no podría ser igual-

- No podrás si no te pasa absolutamente nada con ella. Si te interesa de verdad con el paso del tiempo, el cambio vendrá solo-

- ¿Y si no quiero esperar? ¿Qué tal si alguien me la quita por mis miedos? - recordó a Friend y su insistencia con la rubia. La chica hacía muy obvio su gusto o enamoramiento por Becky y por ahora era un problema para ella. Y lo sería aún mayor sí, como su hermana aseguraba, al pasar el tiempo su amor por Becky se afianzaba-

- Entonces ve, toma las dudas y quítatelas. Cuánto antes-

- No entiendo- Cream sonrió de medio lado, segura frente a lo que pensaba-

- ¿Cuántas veces se han besado? -

- Muchas...o bueno, en dos ocasiones-

- ¿Y haz sentido lo mismo ambas veces? - Freen entrecerró los ojos. La primera vez, bajo aquella confusión de los cupos, la primera fusión de sus labios marcó un cambio en su vida; el cambio en el que se veían envuelta ahora. Y la segunda vez, dos días atrás y la tarde en que Surprise casi las descubre, toda la adrenalina había bajado y algo de temple dedicado había en sus caricias y besos. Así que no, no había sentido lo mismo, pero tenían algo en común: y es que le había gustado-

- Un poco-

- La única manera de que te saques la duda es que vayas por ella, la vuelvas a besar y todo se aclare-

- No, eso me dejará peor- aseguró. Cuando besaba a Becky, simplemente no podía parar-

- No, Freen. Si la besas bajo ese pensamiento y sabiendo que cambiará todo, incluyendo lo tuyo con Billy, los sentimientos serán otros. Si solo te genera más ganas de continuar besándola entonces, querida hermana... estás enamorada de ella-

Freen dejó que Oliver se fuera a los brazos de Cream y se echó a la cama.

Aquel era el punto máximo de todos sus miedos: confirmar que estaba enamorada de Rebecca Armstrong.

Ese lugar no era seguro para ella, pero, si no avanzaba con su idea ahora, iba a continuar perdiendo tiempo y ella solía ahorrarlo, utilizarlo de la forma adecuada y no perderlo.

.....

- Nueve- murmuró cuando las puertas se abrieron y una chica abandonó el lugar. Becky la observó detrás de una columna, casi escondida y esperó un momento más, confirmando que ya nadie volvía y solo una porrista quedaba en el interior del lugar.

Salió de allí y caminó por donde había visto salir a nueve chicas y, con un último vistazo hacia atrás, ingresó a las duchas y se detuvo un momento al entrar. Era un espacio grande y aún había algo de vapor rodeándolo. Acomodó el libro que llevaba para estudiar esa tarde contra su pecho y caminó con lentitud.

Por un momento pensó en llamar a Freen y no sorprenderla, quizá, desnuda; pero si había contado mal al escuadrón, entonces podía haber alguien más y no quería generarle problemas a la morena y menos a ella misma. Tragó saliva al oír una ducha abrirse y avanzó siguiendo el sonido, encontrándose casi al final del lugar con una toalla colgada y un canto por lo bajo.

No podía ver a la porrista, pero la oía y por un momento pensó en asomarse tras esa pequeña pared, donde del otro lado caía el agua y golpeaba fuertemente contra el piso. Carraspeó, luego de pensar que debía evitar algún problema con la morena y la llamó.

- Freen - susurró, pero la canción continuó. Se mordió la mejilla interna y abrazó más el libro, esperando porque apareciera y no se molestarla al verla allí - Freen-

Debatió mentalmente el momento y recordó que a ella no le gustaba que invadieran su privacidad, por lo que no tendría que estar haciéndolo ahora con alguien más. Giró sobre sus talones, dispuesta a dejar el lugar y esperar por la morena afuera.

- ¿A dónde vas? - se detuvo bruscamente. Sintiendo un golpe helado en su cuello y tragó saliva ¿iba a verla desnuda si volteaba? Suspiró aliviada al girar y verla aún con el uniforme-

- Buenas tardes, Freen. Es que...te llamaba y no...no me escuchabas-

- Si me llamabas, era porque me necesitabas ¿qué sucede? - Freen dejó un brazo flexionado contra la pared y se apoyó, alzándole las cejas a que continuara-

- Vine a traerte tu cupo- la vio sonreír de medio lado, de esa manera victoriosa con que frecuentaba hacerlo y luego estiró su otra mano-

- Dámelo- sus dedos se movieron hacia el interior de la palma, exigiéndole que se lo entregara y Becky asintió. Caminó hasta detenerse frente a ella y miró a su alrededor hasta dar con una silla. Dejó allí el libro y se quitó la mochila, buscando en uno de los bolsillos un sobre - ¿tú lo hiciste? - preguntó la morena al recibir el sobre color rojo, claramente no comprado por los detalles en las esquinas-

- Si- murmuró sonrojada- tengo una caja con muchos papeles, de distintos colores porque me gusta preparar cosas distintas. Oh y adentro está tu cupo. También lo escribí- Freen lo abrió con cuidado y lo leyó con rapidez, sonriendo al ver otra estrella dorada al pie de la hoja-

- Allí estaré- le aseguró alzándolo y sacudiéndolo levemente - ¿cuánto te debo? - ella balbuceó, olvidando de repente que debía cobrárselo y repasó sus manos hasta intentar recordar el precio-

- Es...son cinco dólares. Con cinco cupos a la semana, la ganancia mensual es bastante ahorrable-

- Claro, entiendo. Eso es genial...ven, por aquí tengo mi mochila- dejó sus cosas aún en la silla y la siguió. Tras doblar en una última esquina, se encontraban los casilleros y Freen abrió uno de la fila del medio. Ella observó todo a su alrededor, era como si las porristas tuviesen algo de privilegio y allí dentro otro pequeño Instituto era solo para ellas. Bancos, toallas, sillas y una vitrina con equipos de higiene. Se acercó a uno, tomando una botella de aerosol y lanzando algo contra su muñeca, solo para confirmar cuán bien olía - deberás reponer ese envase- la soltó al instante, por la voz de Freen en su cuello y giró algo avergonzada-

- Lo siento. Lo haré cuánto antes- la morena rio-

- Era una broma, Armstrong. Aquí tienes- le dijo con billetes en mano y ella los tomó, luchando infantilmente un momento porque Freen no quería soltarlos-

- Dámelos, Freen-

- Son tuyos- les dijo entregándoselos finalmente- Así que... ¿te llama la atención el lugar? -

- Sí...es decir, no es que nunca haya visto una ducha, toallas y esas cosas, pero...sí, se ve distinto a cualquier baño de Instituto normal-

- Es que este no es un baño ni un lugar normales...Debemos mantenerlo ordenado o Sylvester nos triplica las vueltas en la cancha luego. Aunque bueno, fácilmente a mí no me molestaría-

- Claro, tu estado físico te lo permitiría ¿cierto? - Freen sonrió con sorna y asintió - y... ¿por qué te quedas hasta esta hora? ¿por qué no te bañas junto a las demás? - la vio sonrojarse, quizá por el agua caliente aun cayendo y el calor que llegaba hasta ellas o por vergüenza ante la pregunta. Pero Freen Sarocha sonrojada, se estaba volviendo de sus imágenes favoritas-

- No suelo hacerlo. Me da algo de...no lo sé, simplemente no es muy cómodo saber que alguien puede verme en ese estado-

- Eso es contradictorio. Un minuto atrás alardeabas de tu cuerpo y ahora te avergüenzas de el-

- No me avergüenzo de él, Armstrong ¿es que acaso no lo has visto? No tengo razones para avergonzarme- rodó los ojos, divertida ante el tono de Freen al responderle solo para no perder la batalla verbal - me da algo de pudor que alguien pueda verme así, nada más-

- Está bien, lo entiendo. Solo que...no te imaginaba en esa situación-

- De la misma manera en que no te imagino callada por más de dos minutos- rieron, como si de la broma más divertida se tratara y ella acomodó las manos tras su espalda, echándose contra la vitrina y observando el rostro iluminado de la morena. Cada vez que reía, su rostro parecía otro. Sus facciones cambiaban y hasta el tono de su voz salía más infantil, más enternecedor y, por mucho que llevara el uniforme de porristas, cuando reía dejaba de ser esa Freen Sarocha malvada- ¿qué? - le preguntó al sentirse observada durante mucho tiempo. Becky alzó los hombros-

- Oía tu risa...no debes esconderla tanto-

- Bueno- comenzó, dejando su mano contra la pared y sobre el hombro de Becky - todos en el fondo escondemos algo y somos más vulnerables a mostrar nuestras locuras ¿no crees? - ella vagó la mirada en su rostro y se detuvo en su boca: se moría por estirarse y besarla allí mismo. Cuando Freen hablaba sin restricciones y usaba ese tono bajo, solo para que oyeran ellas dos y nadie más se colara, estaba comenzando a ser una de sus cosas favoritas también. Se impulsó varias veces con ayuda de sus manos, su cuerpo balanceándose y su espalda golpeándose una y otra vez hacia atrás, mientras la morena se acercaba lentamente- ¿no crees? -

- ¿Todo lo que has mostrado forma parte de tus locuras? - la morena asintió, acortando la distancia y humedeciéndose los labios - que linda tu locura ¿quieres juntarla con la mía? - Freen se detuvo justo sobre su boca y alzó la vista, mirándola y descubriendo el brillo en sus ojos. No entendió si la pregunta fue momentánea o a largo plazo, pero pensó que, ambas locuras juntas, serían una explosión que ni toda la cordura junta la detendría. Como aquella bomba de la que Cream le había advertido, pero, incluso en esa charla, ya era demasiado tarde para evitar arrojarla-

Sus manos seguras, ahora nerviosas, se posaron en la cintura de Becky y la jaló, sellando sus labios en un beso que demostraba eso mismo: el caos que se desataba cada vez que lo hacían. Sentía la respiración de la morena en un violento aire golpear su boca y eso solo la energizaba más.

La cantante atrapó su nuca y le impedía alejarse, incluso cuando los segundos avanzaban y las respiraciones se dificultaban. Y de esa manera actuaba igual que su cuerpo, que su deseo interno de no poder ni querer separarse cuando sus bocas entraban en contacto. Era como una segunda consciencia que le imploraba por no separarse de Becky "No. No. No. No te separes de ella ahora"

El calor de las duchas, el vapor, la idea de saber que ya casi nadie quedaba en el Instituto y la lengua de Becky en su labio inferior estaban calentando el ambiente, su cuerpo y sus manos, que se movían intensamente en los costados de la morena. Y el "No. No. No. No te separes de ella ahora" seguía taladrando su interior.

Era la primera vez que Becky la besaba de esa manera, tironeando su camiseta y pegándole más a ella, como si aún pudiera un poco más. Mordía su labio inferior, jadeaba su nombre sobre las bocas y estaba haciéndole perder el control. Y ya estaba casi perdida y aquella segunda consciencia era inútil ahora, arrastrada a un segundo plano.

Desafiante, brusca y con la locura en cada punta de sus dedos. Estaba casi tratándola mal, sin cuidado y con una pasión desbordante, autómata a cada segundo que avanzaba. Y le parecía irracional como sincero por igual. Quería tocarla, atraparla entre sus brazos, pero la morena la alejaba cuando lo intentaba.

La pelinegra la obligó a caminar hacia atrás y golpeó contra la pared. Sujetó su cabeza, respondiéndole el beso con las mismas ansias y sintió las manos en su torso, moviéndose en busca de quitarle la ropa. No le parecía un buen lugar las duchas del Private Bangkok, pero no había nadie y tampoco podía detenerla. Por lo que en ese segundo le pareció excelente.

Becky tocó entre sus piernas, el interior de sus muslos y llegó al cierre de su falda. Freen observó el techo, ojalá mordiera sus piernas para confirmar que no estaba en el sueño de días atrás. Estaba con la diva, justo en esa situación y todo estaba subiendo un escalón más de locura. Y sabía que debía detenerla, detenerlas a ambas, pero no podía. La entrepierna le dolía y Becky golpeando sus caderas solo la descontrolaba más.

Gimió su nombre, rogando porque entendiera su petición y la rubia se detuvo. Permaneció con los ojos cerrados, bajando la intensidad e intentando controlar su respiración. Oyó los pasos, Becky se alejaba y la siguió al instante.

- Te espero en casa- le dijo con la voz ronca, mientras tomaba su mochila y el libro - por lo del cupo- aclaró - y...deberías bañarte ya. Has dejado la ducha abierta y derrochaste agua- las dos, se reclamó Becky al notar que ella también había sido la culpable de que litros de agua habían caído sin ser utilizados-

- Sí, iré...iré uno de estos días...Bec- la llamó mientras continuaba avanzando sin siquiera mirarla. La rubia se detuvo y Freen quitó algo de su mochila, antes de correr y detenerse frente a ella - podrías... ¿podríamos intercambiar números? Para avisarte cuando vaya y eso- agregó al mostrar su móvil y la diva asintió-

- Claro, déjame agendártelo- la rubia la vio arrebatarle el celular con agilidad y de la misma manera anotar algo, antes de devolvérselo. Becky le sonrió y pasó a su lado-

- ¿No vas a anotar el mío? -La rubia llegó hasta la puerta y abrió, girando antes de marcharse para responderle.

- Si lo tengo, posiblemente te escribiría hoy mismo, así que...esperaré a que tú lo hagas. Y allí lo agendaré. Nos vemos luego, Freen-

Becky volteó y avanzó por el largo pasillo, sintiendo el temblor en sus piernas incapaces de superar el momento de minutos atrás.

Freen observó su móvil y buscó entre sus contactos. Marcó el número y rio, sacudiendo su cabeza al oírlo sonar a lo lejos.

Guardó su teléfono y, mientras se desnudaba, recordó las últimas palabras de Becky. Sonrió, posiblemente ella también volvería a marcarle ese mismo día. Esa misma noche.

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