Soñando Contigo

By urantiana63

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Revive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo " More

Cap 1o
2a Parte
3o parte
Cap 2o
2o parte
3a parte
Cap.3o
2a parte
3a parte
Cap. 4o
2a Parte
3a parte
Cap 5o
2a parte.
3a parte
Cap 6o
2o parte
3a parte
Cap 7
2a parte
3a parte
Cap 8o
2a parte
3a parte
Cap 9o
2a parte.
3a parte
Cap 10
2a Parte
3a parte
Cap 11
2a Parte
3a Parte
Cap 12
2a Parte
3a Parte
Cap 13
2a Parte
3a Parte
Cap 14
2a Parte
3a Parte
Cap 15
2a Parte
3a Parte
Cap 16
2a Parte.
Cap 17
2a Parte
Cap 18
2a Parte
Cap 19
2o Parte
3a Parte
Cap 20
2a Parte
3a Parte
Cap 21
2o Parte
3o Parte.
Cap 22
2a Parte
3o Parte
Cap 23
2a Parte
3a Parte
Cap 24
2a Parte
3a Parte
Cap 25
2o Parte
3a Parte
Cap 26
2a Parte
3a Parte.
Cap 27
2a Parte
3a Parte
Cap 28
2a Parte
3a Parte
Cap 29
2a Parte
3a Parte
Cap 30
2a Part
3a Parte
Cap 31
2a Parte
3a Parte
Cap 32
2 Parte
3a Parte
Capítulo 33
2a Parte
3a Parte
Capítulo 34
2a Parte
3a Parte
2a Parte

Capítulo 35

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By urantiana63

Tras sacarle a la fuerza, del taller de cocina, la lleva a una cabaña aislada, y con nieve y la encierra. Pero Can, llega con bolsas de ropa, y comida. Ella, consigue escapar, con la ayuda de una moto de nieve. Pero poco después, de la escapada, la moto se queda sin gasolina, y empieza a pedir ayuda. En ése momento, el llega a la cabaña, y se da cuenta, de que se ha ido. Quejándose, la busca, y al final la encuentra tiritando. Buscando refugio, se les hace de noche, y encuentran una cabaña abandonada. Sin embargo, poco después, él le revela, que estaba todo planeado.
En la casa, de ella, llega Leyla, y Mezquive, le pregunta, por su hermana, y mintiendole le dice, que se quedará en casa de Ayham, para dormir. Pero Mezquive, está preocupada, por ella, ya que al llamarla, no responde al teléfono. Paco después, ella le habla de la boda, y empieza a agobiarla, y se va corriendo.

-- Ay,.!-- se quejó ella.
-- Ya...-- dijo él.
-- No lo he hecho, a propósito. No quería, agárrate, el brazo.
-- Se razonable.
-- No soy, una niña. Soy, razonable.
-- Yo también, me tranquilizo, cuando como. Si no como, estoy inquieto. No puedo, controlarme.
-- Can...
-- Qué.
-- Un trineo. Vamos ha montarnos, en un trineo. Por favor.
-- Acababas de decirme, que no eres una niña. Y ahora quieres, cosas de niños.
-- Yo, no. Pero igual, que la niña que llevo dentro, sí quiere. Es capaz, de que le salgan canas. Pero es, otro tema.
-- Calla! Calla! Deja qué te mire. Quiero verte. Me dejas? Sí...eres como una niña. Vamos, ven...Vamos ha montarnos, en el trineo, vamos.
-- No...ya no quiero.
-- Eh...lo qué pasa, es que no sabes.
-- Qué?
-- A lo mejor, te da miedo, romperte algo. Y estás 2 semanas, en cama.
--A mí...?? En mí barrio, nos tirabamos cuesta abajo, en bolsas de plástico. Y me mojaba, el trasero.
-- De verdad?
-- Yo era, la primera.
-- Éso son cosas, de niños. Y tú...ya no eras, una niña.
-- A sí?? Pues te reto, a una carrera.
-- De acuerdo. Vamos ha correr. Acepto, la carrera.
-- Muy bien, vamos! Para, para.
-- Puedo correr.

-- Por qué, no me quieres entender? Me llamó, mí abuelita. Y me dijo, que se moriría, si no me casaba. Qué podía hacer? Entonces, cogí ésa idea. Coger una dote, para que no, se muriera. Cómo si me hubiera casado. Lo he dicho, mil veces. Pero se me salió, del control. Se lo he explicado. Pero entonces, llegó su hermano, y perdí, el conocimiento. -- le decía Geygey, a Gollit.
-- Cállate, Geygey. No grites, de acuerdo? Ya lo entiendo. No quieres casarte, con Ayham.
-- Sí, quiero. Pero ahora, no. No es el momento. Lo he dicho, mil veces. Y todos lo han entendido, menos tú. Verdad?
-- Sí, ya lo entiendo.
-- Lo ves? Estoy harto, de repetirlo, lo ves?
--Geygey, no grites, por favor. No ves que tú te metiste, en ese problema. No es verdad?
-- Gollit. Te estoy contando, el plan. Ahora iremos, a la comisaría, con Ayham. Quiero que tú, le expliques. Porque yo no puedo. Y no me, escucha-- gritó.
-- Está bien! Tranquilizate. Tranquilizate.
-- Cómo, que me tranquilice?
-- Sí...dejamelo, a mí. Hablaré, con ella. De acuerdo? Tú tranquilo. La convenzare.
-- Muy bien.
-- Muchas gracias.
-- No hay, de que. Y si sobra algo, me lo devuelves.
-- Vámonos.
-- Está bien.-- Y tú, quieto ahí. -- le dijo, al que estaba en la mesa, contigua.
-- Qué pase, un buen día.
-- Mejor, me lo llevo.
-- Vamos, Geygey.
-- Quédate, con el cambio. Nos vamos, ya.
-- Ah...Musa..??-- dijo Gollit, al verlo con bolsas.
-- Ah...ah, ah?? Gollicita! Hola. Cómo estás? -- le dijo.
-- Qué, estas haciendo?
-- Nada...solamente...cogiendo, las bolsas, y las reparto gratis, para ayudar. Soy el secretario, de la Asociación de vecinos. Estamos a fondo, con los mayores. Eso es, un hecho público solamente. Y...me gusta mucho.
-- Sí...claro! Claro, que sí. Es Musa...tiene un corazón, de oro. Veo que estás ayudando, a la gente. Sobretodo, a los ancianos. Es un plan, de obra social. Verdad, Musa? -- le dijo, Geygey.
--No, no! Para nada! Lo hago, desde el corazón. De verdad.
-- Del corazón??-- le dijo, Gollit, riéndose.
-- A lo mejor, las mujeres, le gusta a los hombres, qué le hacen reír. Verdad?
-- No lo puedo creer. Eres un encanto, Musa.
-- Por qué? Es sólo, un trabajo voluntario, de verdad! Yo reparto gratis, solo para ayudar. Mira lo que tengo, hoy.
-- Sí, claro.
-- Vamos ha llegar, tarde. Hasta luego.
-- Sí...hasta luego. Voy ha seguir, con mí trabajo de voluntario. Para ayudar, a los que necesitan.
-- Creo qué ésa señora, te esta llamando.-- le dijo, Geygey.
-- Sí. Ya lo veo.
-- Aquí arriba, Musa-- le llamó, la mujer desde la ventana.
-- Ten cuidado. Puede ser, una trampa-- le dijo, Geygey.
-- Eh...??
-- No me has dado, el cambio. Has dicho, que volverias, en seguida-- le dijo, la otra mujer.
-- Voy ha seguir, con mí trabajo de voluntario. No tires, las cáscaras, por la ventana. Sí necesita, algo más. Pidalo, por aquí.
-- Vámonos.
-- Claro! Vete, vete! -- le dijo, la mujer.
-- Perdón! Musa...fer. Eres el repartidor, del señor Nihad? -- le preguntó, Gollit.
-- Yo no soy, el repartidor. Además, no es mal trabajo. Es muy decente, como...cualquier otro. -- los tres, rieron.
-- Geygey. Ven, que llegaremos tarde. Ven, tenemos, que- irnos--le dijo, Gollit.
--Sí, tenemos que irnos, Musa. Luego, te veo. -- le dijo, Geygey.
-- Adiós.
-- Me veas, en el lado equivocado. Yo no me dedico, a esto. De verdad, de corazón. No soy el chico, repartidor. Lo juro, creedme.

-- Miren. Aquí están, los trineos-- les dijo, el dueño.
-- Gracias. -- dijeron ambos.
-- Querías, una carrera, no? Pues, entonces, te espero abajo-- le dijo, él.
-- El trineo, es mi estilo de vida. -- le dijo, ella.
-- Y ése, es tú estilo, de vida? No sé...no creo, que tengas muchas vidas.
-- Es qué tengo, muchos intereses. Soy muy...curiosa.
-- Estás, preparada?
-- Yo sí. Y tú..?? Entonces, 1,2,3...ah...ah...Can! Me voy ha caer, Can...Can, haz algo. Ah..!! Esto no, no. Que esto se embala...
-- Te voy, ganar! Te voy, ha ganar!
-- Ah...No te toques. No me toques. Ah...Can. Ah..!!
Y como era de esperar, los dos, acabaron chocando y cayéndose, del trineo.
-- Te he salvado, de nuevo. Te has dado cuenta? -- le dijo.
-- Pues, sí.
-- Pues sí.
-- Se puede saber...porqué...me...
-- Porque ibas, muy rápido. Por eso.
-- Ibas ha cogerme.
-- No, para nada. Pusiste adelantarme. Fui yo, quien te adelanto.
--Iba ha ganar. Y me has, tirado.
-- No... esperé.
-- Éso es, mentira. No me lo creo.
-- Sí...eso es, lo que ha pasado.
-- Éso, no es verdad.
-- Sí...has perdido. Has perdido, aceptalo.
-- Oigan. Vamos ha cerrar-- les interrumpió, el dueño.
-- Ay...no puede ser. Creo, que tenemos, que irnos-- dijo ella.
-- Ay...
Y los dos, se quedaron tumbados en la nieve.
-- Venga. Vamos ha cerrar-- les dijo de nuevo, el dueño.
-- Lo ha hecho, a propósito. Lo ha hecho, a propósito.
-- Muy bien! Muy bien! Ya nos vamos. Mejor, tranquilizase.

-- Felicidades Ayham. Me alegro mucho, por ti. Quiero decir, por los dos-- le dijo, Gollit.
-- Ah...muchas gracias. Mi pequeñín, me ha dado, una sorpresa. Qué, locura.
-- Sí...que locura. Esto no lo quita, vamos.
-- Nuestro Geygey, está realmente loco, y..??-- le dijo Gollit, un poco asustada.
-- Y...??
-- Y qué? Puede que llegue a estar, un poco impulsivo-- le dijo Geygey, a Gollit, con disimulo.
-- Y a veces, puede estar, un poco impulsivo-- le dijo Gollit, a Ayham.
-- Es verdad. A veces, es un poco impulsivo. Y un poco, exagerado. Verdad. Pero por eso, me gusta. Por cierto, ya has visto, que estoy trabajando? Tengo muchos, pedidos. Ah...
--Quizás pueda explicarte, los detalles.
-- Ah...los detalles. Ya tendremos tiempo, de hablar, sobre los detalles-- le dijo Ayham, tirandole, un beso.
-- Aha! Pues dile...qué estaba, bromeando.-- le dijo Geygey, a Gollit.
-- Estaba bromeando.
-- No lo repitas. No lo repitas.
-- Bueno...que? -- le dijo, Gollit.
-- Bueno...vamos, a concentrarnos. Así es,que...
-- Ay...mira ésos ojitos. Es tan bonitos. Sabes qué? Los dos venis, cuando quieren contarme algo cuando venís de esa forma.
-- Qué bien!!-- le dijo Gollit, asustada.
-- Sí, claro. Pero..Ayham, las miradas, pueden engañar. Uno puede tener, miopía. Astigmatismo. Y medio  dormido. Acababa de despertar, y...
-- Gollit, es verdad? -- le preguntó Ayham.
-- Es verdad. Son cosas, que pueden pasar. Es normal. Claro que sí. Por ejemplo...
--Cuando te despiertas, puedes tener, legañas en los ojos. Me tienes aoyar. Di algo.  Habla. --  le dijo a Gollit.
-- Tiene un cuchillo, Ayham. No lo ves?-- le dijo, Gollit, asustada.
-- Olvida lo que tiene, en la mano. Díselo. Habla ya.
--Gollit, ah... cuando dos personas, se quieren, de verdad. Todo lo demás, no tiene importancia, no es verdad?
-- Sí...puede ser.
-- Os vais ha quedar, mucho rato? Os puedo pedir, un te, no cuesta nada.
-- No, no,no,no...Me tengo que ir, a trabajar. Otro día, me tomo el te contigo. Muchas gracias, adiós. -- le dijo, Gollit, enterrada.
-- No seas así. Anímate, y tomate el te, con ella. Va a ser, precioso.
-- Luego, nos vemos. -- le dijo Gollit.
-- Toma tú, bolso. -- dijo, Geygey.
-- Ah...!,
-- Pero porqué? Tómate un te, anda.
-- No,no, no.
--Está bien! Cuando nos casemos, podrás venir, ha tomar un te, cuando quieras.  A la casa. -- le dijo, Ayham.
-- A la casa. Nos vemos.
-- Por favor, Ayham. -- le dijo Geygey.
-- Mi bebé...al fin, solos!! Ah...-- le dijo, Ayham.
-- Ah...ah...sabes? Con ese beso, me ha entrado mucha calor, de repente. Creo que necesito, refrescarme. Donde está, el frigorífico? Dónde, está?
-- Ahí.
-- Vaya! Que calor, tengo. Ese beso, fue fantástico.
-- De verdad? Entonces voy, contigo. Yo también, tengo calor. Vamos a hacerlo.

-- Un malentendido. Ha encontrado, su media naranja?
-- Gollicita-- apareció Musafer, de pronto.
-- Ah...!-- gritó.
-- Te he asustado. No era ésa, mi intención. Perdóname, por favor.
--Eres tú, Musa?
-- Por supuesto! Quien iba a ser. Quien iba a ser. Vivo en la esquina, de este barrio. Soy, Musafer. Por supuesto, hubo un malentendido, entre nosotros. Y quería, aclararlo. Si no, te molesta.
-- No, no. No hubo, ningún malentendido. Ah...
-- Cuidado. Ay, ya. Ya te he salvado, la vida. Pensaste, que era el repartidor. Pero, no es así.
-- No, no,no. Claro, que no.
-- No soy el repartidor, de verdad. Yo vendo ropa interior, en la tienda, de mí madre.
--De interior?
-- Ya sabes, lencería. Tenemos, de todos los colores. Es lo más importante, del mercado. Tú sabes. Además, en todas, las esquinas. También, de todo el mundo, de las mujeres. Por lo que soy, todo un don Juan. Jaja...perdón.  Me pasé.
-- Sí...sí. Igual, me acaba de recordar, a tú madre, ahí.
-- Es verdad! Mi madre, estuvo hablando contigo allí. Y nuestra tienda, está allá. Tenemos unos modelos, muy bonitos, y muy originales. Si quieres renovar, tú ropa íntima, ven a visitarnos. Son muy sexis-- le dijo Musafer, guiñandole, el ojo.
-- Gracias. Pero me tengo, que ir. Por donde salgo, de aquí?
-- Por allí.
-- Muy bien, gracias.
-- No hay, de que. Oye. Te gustaría tomar un café, antes de irte? Puedo hablarte, de ropa y interior, despacito. Cómo un secreto. De mis miedos. De esperanzas. Todo lo que quieras. Y tú después, me cuentas los tuyos. Del futuro. Te gustarán, un poco. Te animas?
--Tengo que volver, a la oficina. Tengo mucha prisa, de verdad. Mejor lo dejamos, para otro día. De acuerdo? Ah...un taxi, acaba de parar.
-- Ah...espera!
-- Por Dios!
-- Ah...te tomo, la palabra. Otro día, tomaremos, el café. Te enseñaré, la tienda. Y hablaremos, tranquilamente. Así qué, tengas un buen día. Y muy buen viaje, en taxi.
-- Ahora, que estás haciendo?
-- Oye. Me he quedado, con tú número de matrícula. No se le va, a olvidar-- Lleva, a la señorita Gollit, a su casa, y asegurarte, de que llegue, sana y salva. Mucho cuidado. Yo sé, donde vives, eh..?-- le dijo, al taxista.
--Oye. Yo sé conducir.
-- Ay...No es el momento, de hablar de eso.
-- Ya puedo subir, por favor? -- suplicó Gollit.
--Cla...ro. Sube, perdona.
-- Muy bien. 
-- Y ya lo sabes. Te estoy, vigilando-- le dijo, al taxista.
-- Vámonos, por favor. Saqueme, de aquí-- le suplicó Gollit, al taxista.
-- La tengo loquita, con esta actitud, donjuanesca. Está pensando, en mí. Seguro. Esta chica, está loca por mí-- se dijo Musafer, riéndose.

-- Qué bonito. Qué buena vista. Y qué, buenos paisajes verdad? -- le preguntó él, que llevaba dos chocolates calientes.
-- Es precioso. Cómo si el tiempo, se hubiera congelado. Tan blanca, y silenciosa.
-- Chocolate, caliente.
-- Ah...con crema! Sabes? Cuando era pequeña, ponía mermelada, sobre la nieve y me la comía. Cómo la llamábamos, ya no me acuerdo. Y ahora, ya no se puede hacer esto. Porque la nieve, ya no está tan limpia. Qué, pasa?
-- Ahí.
-- Qué, tengo?
-- Chocolate. En los labios -- le dijo, mientras la limpiaba.
-- Tú en cambio, no has manchado. Ni en los labios, ni en la cara.
Y cuando estaban a punto de besarse, suena el móvil.
-- Qué, suene. No pasa, nada-- le dijo él.
-- Y si es, importante?
-- No respondo.
-- Responde.
-- No...
-- Sí...
-- De, verdad?
-- Sí...
-- De verdad?
-- Hazlo. Hazlo.
-- Bien. Responde, tú.
-- Aa...yyy...
-- Voy ha contestar, para que no vuelva a llamarme.
-- Cómo quieras.--  Anda, Sanem. Estas, soñando. Sigue soñando, y nunca pasará-- se dijo.

-- Dígame-- respondió él, al teléfono, mientras se apartaba.-- era Pollent, con su madre, al lado, y con cara de enfado.
-- Tiene que responder, al teléfono. Pero porqué? Era necesario?-- volvió ha preguntarse.

-- Ya te he dicho, que estoy bien. No te preocupes-- le dijo.
-- Can, dime. Cómo no voy ha, preocuparme. Estamos cómo locos. Secuestraste a Sanem, delante de todo el mundo. Dime donde estás?  Y qué estás, haciendo? Estoy muy, preocupada. Se escucha, muy fuerte. Dónde estás?
-- Estoy bien.
En ese momento, también suena el móvil, de ella. Era Gege. O Estaba fingiendo, por celos, o no?
-- Hola, Gege. Cómo estás? Ay...No me digas. Disculpa, disculpa. Sí, te escucho-- era verdad.

--Perfectamente. Pero las cosas, se pueden hacer, de otra forma. No crees? Venís ha tomar un café, y habláis, como personas cibilizadas. Y además...No sé qué más tienes que decirle, a esa traidora.  -- le dijo, Pollent.
-- No te preocupes. Estamos...bien. Estamos hablando, como adultos. Tenemos cosas, que aclarar. Ayer me puse, en contacto con Embre, y hablé, con él. Algo más, Pollent?
-- Cuando, vuelves?-- la señora Huma, le hace señales-- Can. Es qué...tenemos pendientes, las fotos. Por eso, te pregunto.
--No seas, exagerada. No sé, cuando termine. Haré, lo de tú libro. Tranquila?
-- Can. Has dicho, cuando termines. Y justo, en dos días, nos vamos.
-- Voy a un túnel. Y no te puedo, oír. Voy, ha cortar. Pop, adiós.
-- Can? Ah...Can? Me ha colgado. No puedo creelo. Simplemente, me colgó, el télefono.

-- Ah...Estoy, muy bien. No pasa nada. Estás perdonado. Pero, de verdad. Estoy bien. De momento, bien-- le decía ella, a Gege.
-- Claro, Sanem. En realidad, tenía que decirte, otra cosa. Quieres qué hablemos, con la escritora. Te gustaba, mucho, no? Le dije, que había hablado, contigo. Creo que vamos a poder trabajar, con ella.
-- De verdad? Es una buena, noticia!
-- Éso creo. Va a estar, en la feria del libro, en Esmirna. Tiene la agenda llena. Así que le dije, que nosotros, iremos a Esmirna a conocerla. Y ella, aceptó. Así qué, conoceremos también, a los editores.
-- Yo también, voy a ir? Claro. Si, sí. Cuando? A Esmirna? Bien. Cómo digas. Nos vemos.
-- Perfecto, nos vemos.
--Adiós -- le dijo ella,  mientras que él estaba --escuchando Ah...?? Ah...
-- Otra vez, ese idiota de Gege? Qué, quería? -- le dijo, él.
-- De una escritora, que me gusta mucho. Va a estar, en la feria del libro, en Esmirna. A lo mejor, vamos a trabajar, con ella. Y también...con Gege.
-- Los dos, juntos?
-- Sí. Gege, cómo dueño, de la editorial. Y yo, como su asistente.
-- Qué, maravilla! Que, bonito.
-- Mm...Y qué, te dijo...quiero decir...que te dijo, Pollent? Ah?? Está, preocupada? Hay algúnproblema, en Estambul? --Todo va,  perfectamente. Marchando, sobre ruedas.
-- Ah?? Qué, bien.

--Desaparece, sin decir nada. Se va, a un lugar, secreto. Le pregunto, cuando volverá, y me contesta "ya vere". Vaya respuesta. Sin aclararme nada, esto es, totalmente, inadmisible. Dentro de dos días, nos vamos, a los Balcanes, Huma. Esto es raro. El n9 haría, una cosa así. Es Sanem. Esta chica, tiene la culpa de todo. No hay otra, explicaron.  Estoy segura. Esa chica, se le ha metido en la cabeza, y hace con él, lo que quiere.-- le dijo Pollent, a la señora Huma.
-- Ah...basta, ya. Basta, ya Es suficiente. Tranquilizate por favor, ya.
-- Perdona. Lo lamento mucho. Pero es que estoy, en pleno ataque, de pánico.
-- Toma, cariño, toma.
-- En mis sueños...lo tenía todo planeado. De principio, a fin. Cómo pudo hacerme Can, todo esto?
-- Bueno calmante, tranquila. Algo se me ocurrirá. Y se me acaba, de ocurrir. Sujeta, esto.
-- Qué? Qué se te acaba de ocurrir, dime?

--  Sí madre?-- contestó Embre.
-- Embre, hijo-- le dijo, fingiendo estar enferma.
-- Vaya, vaya. Y esa, tos?
-- Creo que es, una alergia. Estoy, en el hospital.
-- En el hospital?
-- Es qué ayer, empecé, ha sentirme mal. Me dolía, la cabeza. Estaba, muy débil. Fui a ver al médico, y me ingresaron. Y ahora, me van a hacer, varias pruebas.
-- Pero, que tipo de pruebas? Qué fue, lo que te dijeron? No estás, bien?
-- Dicen que es, de la tiroides. Pero...no están, seguros. Yo tampoco, lo estoy. Me van a hacer, varias pruebas. Estoy preocupada, hijo. Y no le digas nada, a tú hermano. Ya sabes, que se pone muy nervioso.
-- Tranquila. En qué hospital, estás? Voy ahora, mismo.
-- No...No vengas. Pronto, me voy ha marchar. Luego...nos vemos, adiós. -- Hoy. Que buena madre, soy. Me encontró, y no quiere volver ha perderme. Ah..? -- le dijo, a Pollent.
-- Es un plan, perfecto. Maravilloso. A...y.

-- Qué más te da, que vaya a esa feria del libro? Dime? Te pregunto, porque le coges las llamadas, a Pollent, y  dices, que te da igual -- le dijo ella a él.
-- Pregunta. Pregunta lo que quieras. Yo siempre, te contesto. Y lo sabes. Cuando no te contestado? El teléfono, no paraba de sonar. Era molesto. Así qué, hablé con ella, por un momento, para que no nos pudiera interrumpir. Tienes, que entenderlo. No te pongas así, Sanem. No es para tanto.
-- Ya te interrumpió. Ya  qué? Cuanto tiempo, vas ha estar? Ya se está, preocupada. Pero yo voy ha llamar, para que no se preocupen por mí,  y no quieres. Eres un, egoísta.
-- Todo esto, lo haces para fastidiarme.
-- Mentira. Lo que te molesta, que trabaje en una editorial. Por eso estás, de tan mal humor. Lo entiendes? Lo siento.
-- Era un buen trabajo, pero, lo dejaste. Y ahora, buscas otro. En otra, empresa. En otro sector, Sanem. En otro, mundo. Y ahora, te vas a Esmirna, con un desconocido. Me parece que estás, un poco loca.
-- Mira. Yo al menos, me voy, a otra ciudad.  Y no al extranjero, con la fomosa Pollent, a los Balcanes. Puedes irte. Pero al demonio. Lo entiendes?
-- Oye. No digas, más tonterías, Sanem. Calmate-- suena el móvil.
-- Vamos!! Contesta!! Contesta. Te está, llamando. Contesta.
-- Embre, está llamando. -- Sí dime, Embre. Qué, quieres?
-- Mamá, está en el hospital. Lleva un par de días, sintiéndose, mal. Y tienen que hacerle, muchas pruebas.
-- A sí?? Es grave? Saben...saben, lo que tiene? Han dicho, algo?
-- Qué, ha pasado? -- le pregunta ella, despacio.
-- Ella dice, que está bien. Pero...su voz, sonaba rara. Aún no saben, que es lo que le pasa. No quería molestarte. Pero pensé, que querías saberlo. Ahora voy, para la casa. Vente, tú también.
-- Sí...voy, para allá. Puedo verte, allá. Nos vemos.
-- Pollent, te ha llamado? Era Pollent, no?  -- le preguntó, ella.
-- Mi madre, está enferma y no saben, que es. Lo siento. Tengo que ir, a verla. Nos vamos.
-- Claro, vámonos. Cogeré, mis cosas. Muévete, de prisa. Qué le ha pasado?
Cuando se dijo cuenta, que le había cogido de la mano, la soltó.
-- Supongo, que es la edad. Bueno, vámonos, ya.
-- Sí...claro.

-- Aderen. Adónde vas? Aderen, espera, un momento. Oye, no corras. Por favor-- le decía, Gollit.
-- Can, ha secuestrado, a Sanem? Gollit, me lo ha contado-- le dijo Aderen, a Geygey que estaba como ido.
-- No me digas. Gollit, habla mucho, cuando quiere. Eh, chismosa ? Eso es, lo que te gusta. Porqué hablas ahora, y no en la carnicería? Has terminado, aurrinandome, la vida  -- le gritó.
-- Oh..?? Geygey, porqué gritas, cómo un loco? Vamos, contestame. Ya la secuestró, o no?-- le preguntó, Aderen.
-- La ha, secuestrado. -- ambas, aplaudieron. -- estoy...agobiado. De qué, os alegrais? Qué estáis , festejando?
-- Qué se quieren. Que se, abrazaran y estarán juntos. Es muy romántico. Me alegro, de que Gege, no esté encaprichado, con Sanem, en serio, han hecho, una buena pareja. Qué, pasa? El hermano, de Pollent, no tengo ninguna confianza, en él. Porque, no hacen, buena pareja,. Además, porque la editorial, acaba...de abrir. Y los primeros 6 meses son muy importantes. Tienen que trabajar, muy duro aún. -- dijo Aderen.
-- La información, salva muchas vidas. Y ahora,mismo, hace mucha falta. Y ahora, me dejáis sólo, por favor? Hasta que me case., por favor?  Entonces, si no os vais vosotros,  me voy, yo  -- le dijo, Geygey.
--Esta bien, Geygey. -- le dijo, Gollit.
-- Voy al archivo.
-- Bien!
-- Si tardo en volver, estoy, en los archivos.
-- Está bien. Quieres estar, solo-- le dijo, Aderen.
-- En la sala, de archivos.

-- Dios mío, que escándalo. Tú tienes, la culpa-- le dijo Mezquive, a Aysum.
-- Ah...no empieces, otra vez, Mezquive. Te lo pido. Valgame Dios.
--  Has convertido el  barrio, en un hospital. En una sala, de urgencias.
-- Cómo iba ha saber yo, que ése sinvergüenza de Isam, que iba ha meter otra cosa, en los tarros?
-- Pero si estabas encantada. Te dejaste, engañar, cómo una niña. Vamos a ver. Firmaste, algo?
-- Mezquive, es suficiente-- intervino Menahad.
-- Ah...ya me estás sacando de quicio. Mi paciencia, tiene un límite. Y qué te quede, claro.
-- Ya es suficiente. Olvidad, lo que pasó. 
-- Qué lo voy, a olvidar? De pronto, apareciste, con un montón de cosas. Surgiste de la nada. Y sólo accedí, por el pobre de Musafer. Sí...por Musafer.
-- Sí...Musafer-- intervino, Menahad.
-- Claro! A partir de ahora, mí socia, Musafer, de nuevo.
-- Sí, Musafer.-- repitió, Menahad. 
-- Y dile al chacal de Isam, que cuando lo atrape, lo voy a hacer, picadillo. Lo voy ha meter en un tarro, y lo voy ha vender. Dile que ande, con cuidado. Con mucho, cuidado.
-- Sí...Y quién va ha querer, saludarte, a ti? Yo no voy a volverte, a hablar. Ojalá no vendas nada, en esta tienda, y te arruines, por completo.
-- No lo creo. Ésa eres tú, que eres la que arruina, a todo el mundo. Bruja, ven aquí-- le dijo Mezquive, agarrandola.
-- Ah...sueltame.
-- Por favor, ya basta.
Y otra discusión, entre Mezquive, y Aysum, e medio de la calle, y delante de la gente.

-- Mamá? Mamá? -- preguntó Can, entrando en la casa.
-- Estoy aquí, cariño. Pasa  -- le dijo, la señora Huma, fingiendo estar enferma.
-- Qué te ha pasado? Embre me ha dicho, que te senrias mal.
-- Ah...vaya. Insistí, en qué no te dijera nada.
-- Por qué, no querías, que me lo dijera? -- preguntó Embre.
-- Pues claro, es normal. Es lo más, lógico. Que te ha pasado? Qué te ha dicho, el médico?
--Eh...pues fui, al hospital. La enferma me dijo, que podría ser, un resfriado. Ya sabes. Mareos. Dolor muscular. Todos esos síntomas. Así qué, me asusté. -- Gracias, hijo.
-- Sólo, gripe? Te sientes, cansada?
-- No hace falta, hijo. No es nada. No sé, porqué, lo llamaste?
-- Me dijiste, que estabas, muy mal. Que estabas, en el hospital, y por eso, llamé, a Can.
-- Me alegro mucho, que hayas venido. Cada mínuto, con mis hijos, son importantes, para mí. Y dime...dónde estabas? Algo me dijo, un pajarito, mm..??
-- Y...porqué, no lo contó todo, mamá? A lo mejor resulta, que yo te cuento, otra versión diferente. Así qué...mejor, me cayo. Mejor que lo cuente, el pajarito ése.
-- Ay, por Dios!  Ven aquí, y te sientas, con tú madre. Ven.
-- Te lo diré, al oído.
-- Mm...
-- Eres muy mala, y muy lista. Muy, inteligente. Siempre quieres, saberlo todo-- le dijo, él. -- Me voy a la agencia, Embre. Vienes conmigo?
-- Sí...ya voy-- Mamá, te he hecho te. Tómatelo. Te va ha caer, muy bien! Tómatelo.
-- Gracias, hijo.

-- Y qué? No hicieron, las paces?-- le preguntó Leyla, a su hermana.
-- No. Ni siquiera, me pidió perdón, por secuestrarme.
-- Oye, hermana. Rss obvio, que el te quiere mucho. Pero hay personas, que no se les da bien, disculparse. Es difícil. Así qué mejor, no le presiones. 
-- Qué clase de amor, es ése? Me subió, al coche, cómo un saco de patatas. Tenía que haberlo visto, Leyla.
-- Para cada uno, enseña el amor, a su manera. Al menos, eso pienso yo. Ya veremos.
-- De qué, te ríes? Ni siquiera, me dejó llamarte. Es un, salvaje. Y seguramente, estabas preocupada.
-- Ay...Sanem. Éso es verdad. Si no me hubiera llamado, el señor Embre, me hubiera vuelto loca. Te lo prometo.
--Aunque me pidiera perdón, no sabría, que hacer. Ahora, está hecho. Dijo algo, mamá?
-- Le inventé, algo. Tranquila.
-- Sanem...volviste-- interrumpió, Gege.
-- Sí...acabo, de llegar.
-- Debiste, descansar.
-- No...no hace, falta. Estoy bien, gracias. No vemos. Tengo mucho trabajo. Disculpa.
-- Qué te vaya, bien.

-- Siento...qué te hayas preocupado, Gege-- le dijo, ella.
-- No...no creas. No tienes, que pedir disculpas. Si alguien, tiene que disculparse, ése es Can. Lo vimos, todo! Cómo te metió, en el coche, a la fuerza. Espero, que no te haya lastimado.
-- No...no, estoy bien. Si lo conocieras, sabrías que no era capaz, de eso.
-- Sí...ya sé, que no lo conozco. Pero...deberías, llamar a la Policía.
-- No...claro, que no-- le dijo ella, riéndose-- a ver...lo que hizo, está mal. Lo que hizo...fue inaceptable. Pero...es un asunto, complicado. Es verdad, que aún tenemos, muchas cosas, que resolver. Pero Can, nunca me haría daño. Estoy segura.
-- Bueno...
-- Bien?? Tengo, trabajo. Sigo, con mis cosas.
-- Si, claro. Qué te vaya, bien.
-- Gracias.

-- Hola, Can. Puedo, pasar?-- le dijo Pollent, llamando a la puerta, de la oficina.
-- Adelante. Te esperaba. Pollent, oye, lo siento. Lamento tenerte, preocupada. Quedé, contigo. Y acabé, con Sanem...sin decirte, nada.
-- Sí...gracias, por la explicación. Yo estaba, muy angustiada. No sabía, que pasó, ni donde estabas.
-- Tienes, razón. Es normal, preocuparse. Es qué...teníamos que hablar, urgentemente. Estaba muy tenso, en el taller, y acabé haciendo, la primera tontería, que me vino a la mente.
-- Entiendo. Y...habéis, hablado? Habéis resuelto, todos los problemas?
-- No, lo sé. No lo hablamos. Todavía, es complicado.
-- Es qué, no hay nada claro? Éso, te parece un obstáculo, para nuestro viaje, a los Balcanes?
-- De éso, hablaremos, más tarde. Ahora, centrémonos, en tú libro. No te parece?
-- Sí...a eso, venía. A ver, si lo terminamos.
-- Busqué, varias alternativas. Y te las voy, a enseñar. Por ejemplo, mira, esto.

-- Aquí, esto de aquí-- dijo un Musafer, que estaba, en la tienda.
-- Buenos días, vecino, presidenta.
-- Ay...Musafer. No puedo, trabajar, con tú madre, ni de mí misma. Esto lo pusimos, tú, y yo. Vuelve anda.
-- Ahora mismo presidenta, estoy de lo más solicitado-- le dijo, riéndose.
-- Quieres hacerte, de rogar. Eh...?
-- Tengo un acuerdo, con Nihad. Ahora trabajo, en su tienda. Y no pienso, moverme. Le debo, algo muy importante. Lealtad. -- le dijo, Musafer.
-- No me digas?
-- Si...así es. Ahora, trabaja, para mí. Sabes Musafer? Estoy contento, contigo, hijo.
-- Qué, le hago?
-- Qué pretendes? Robarme, a mí ayudante, o que? Robarme, a mí socio? -- le dijo Mezquive, a Nihad.
-- Qué te voy, a robar? El chico está aquí, porque quiere. Sin mí, éste pobre chico, estaría en la cárcel.
-- Chico??
-- Estaría en la cárcel, este pobre hombre.
-- Hombre? No saben, ni lo que compran. Ni lo que venden. -- le dijo, Musafer.
-- Al menos aquí, tendrá, un trabajo decente.
-- Musafer...te doblo el sueldo, de lo que está pagando éste -- le dijo Mezquive, agarrandolo.
-- Musafer. Te doblo el sueldo, de lo que te ha ofrecido, esta mujer-- le dijo, Nihad.
-- Muchas gracias! Muchas gracias! Espero que se dupliquen, mí beneficio.
-- El seguro. El transporte, y...todo lo que le haga falta.-- le dijo, Nihad.
-- Huy...!! Qué, tentador!!
-- Musafer. Vámonos, de aquí-- le dijo Mezquive, tirando de él.
-- Musafer. Quédate, aquí-- le dijo, Nihad.
-- Yo me quedo, presidenta. Sueltame. Ya sé, lo de los productos orgánicos. Ya los he, probado. Y ahora, quiero pasar, a eso de lo tradicional, con Nihad. Y estoy contento, con las condiciones. -- le dijo Musafer, mientras que Nihad, sonreía triunfante.
-- Tú sabrás, lo que haces. Que lástima, Musafer-- le dijo Mezquive, saliendo de la tienda, lloriqueando.
-- Ajá!! Que iba a hacer? No iba ha estar el resto de mí vida, en la cárcel. Lo que me has ofrecido, es en serio? -- dijo, Musafer.

-- Qué poco, talento. Miralos. A mí me parece, poco importante. -- le dijo ella, a Gege.
-- Poco importante?
-- El contraste.
-- Ah...??
-- Perdón.
-- A ver? Resumiendo, hemos llegado, a un acuerdo. Pero podemos poner, el equilibrio, y el contraste de las imágenes-- dijo, Aderen.
-- Sí.
-- Sí...es lo que hemos hecho. -- dijo él.
-- Sí...así es-- dijo ella.
-- De momento, elegiremos, la fuente, y los colores. Así qué...podemos ir, empezando-- dijo Aderen.
-- Yo también, estoy de acuerdo. Así qué, gracias, Aderen-- le dijo, Gege.
-- Gracias!
-- Y...Pollent, a ti, que te parece? -- le preguntó, Gege.
-- Me gusta. Es interesante. Eh...Can, y yo, lo estuvimos comentando juntos esta noche.
-- Vaya, juntos-- dijo ella.
-- Has dicho algo, Sanem? No te he oído. -- le dijo.
-- Mm.. dijo, juntos, Pollent? Gege y yo, también lo hablamos juntos todo el rato. Tú, con Can. También nosotros, estuvimos juntos. Gege y yo...tuvimos una conversación, muy larga. -- dijo ella, mientras que él, la miraba celoso.
-- Muy larga? Entonces, no es necesario, que hagan puenting todo el tiempo. Revisemoslo, para que hayan cabos sueltos y darlo por terminado. Y...a continuación, podemos mandarlo, a imprimir.
-- Mm...creo qué está listo, para mandarlo, a imprimir-- dijo Gege.
-- Muy bien! -- dijo Aderen.
-- A mí, me gustó mucho. -- dijo, Pollent.
-- Estupendo. Estupendo. Estamos todos, encantados. Perfecto. Pues se acabó, la reunión. Vámonos-- dijo él, levantándose, de la mesa.
-- Mm...señor Can. Y la editora, qué? Pueda que la escritora, esté contenta, con el libro. Pero...la editora? A mí, me parece que no viene todo, en general. La editora, en el libro, es muy importante.  Te lo recuerdo. Todo eso, hay que tenerlo, en cuenta.  -- le retuvo ella.
-- Con mucho gusto. Escucharemos, tus comentarios, como editora. Adelante, Sanem. Por favor-- le dijo, él.
-- Adelante, querida editora-- le dijo, Aderen.
-- El diseño...está bien. Me dusta. Pero evidentemente, buscamos la perfección. Sí, voy a hacer, que trabaje un poco más. Señor Can. Sí?  Por favor, siéntate, si es tan amable. -- le dijo ella, a él.
-- Está, bien...
-- Con tú permiso, empiezo-- dijo Aderen.
-- Creo qué deberíamos cambiar, los nombres...de los platillos. Jugar, con esto. Es decir, de esta manera. Creo que atraerá más, los lectores. Y habrá, que hacerlo...antes de que se vaya a los Balcanes.
-- No hace falta-- le dijo, él.
-- Piensas ir, a los Balcanes.
-- Éso no tiene, nada que ver. Lo que dígo,  que no hace falta, que se cambien, los nombres, de los platillos.
-- Estoy, de acuerdo, con Can. No es el momento, de cambiar nada. -- le dijo, Pollent.
-- Sí, Sanem. No hace, falta. Qué, tontería? -- le dijo, Aderen.
-- Yo también, lo creo. Podría causar...confusión. -- le dijo, Gege.
-- Y éste? No digo, que tengamos cambiar, todos los platillos. Keske. Que os sugiere, keske. Es una esa simple palabra? Sugiere, ah...es una palabra, que te transporta. Que te hace viajar, hacia el mar. Es comidas, para las bodas  bodas. Oh,vaya? Creo  vas ha tener ése plato en la tuya, dentro de poco. Lo sé. -- le dijo, ella.
-- Bueno, una asociación..de ideas. -- dijo Aderen.
-- Huy, que imaginación-- dijo él.
--Digo!
-- De verdad. Sí...como de costumbre. Hay cerebros, que no paran.
-- Claro.
-- Y un cerebro, tienen que tener, las mentes creativas.
-- Señor Can, ya te has cansado? Si acabamos, de empezar. Qué pasa, con las fotos, de portadas? Habrá, que comentarlas.
-- Oh...?? La hemos pasado, por alto. Ni hablar.
-- Ah...sí...muy bien!!-- le dijo, Gege.
-- Bravo, señora editora! Bravo!! -- le dijo, él.
-- Pues sí. Estamos revisando, un libro, y no hablamos, de ello.  Y nos falta, una.  fotografía. Pum! Qué tonta! No hemos pensado, en eso. No?
-- Un segundo. Cómo que no hay fotos, de portada? Está aquí.
-- Yo no he visto, ninguna fotografía.
-- Pero mujer, mira bien.
-- Es qué, no me gusta.-- le dijo, ella. 
-- Aquí, hay más alternativas. Está...Sancho. Y...por ejemplo, está es, la que más nos gusta. Te la voy, a enseñar. Mira.
Qué clase de fotografía, esta? Es horrible. Perdón, ese no. Perdón. Es qué son muy malas. Horrorosas.
-- No...ah...
-- Es comida, para bodas.
-- Es qué son horribles. Horrorosas. Es  Comida, para bodas. No hay, donde escoger.
-- Éso, no puede ser.
-- Muy malas, Pollent. Lo siento.
-- Sanem!!
-- Malas. Estas, no valen-- le dijo, tirando los diseños-- perdón, Pollent.
-- Deja, de tirarlas.
--  Muy malas. Muy malas. Esta está, fea. Tampoco.
-- Oh...
-- Esa es, la última. Ya se, han acabado.  Ya no hay, más fotos. También, se acaba, mí paciencia. .-- dijo él.
-- Ah...??
-- Regular.
-- Yo creo...que está bastante bien-- dijo Gege.
-- A mí también, me gusta. Me dejas, echarle un vistazo, por favor? -- le dijo, Pollent.
-- A todos, les gusta. Estás contenta, Sanem? -- le dijo, él.
-- Es qué no hay, mas remedio -- le dijo ella, en voz baja a él.
-- Ya no tenemos, más tiempo-- le dijo, Aderen.
-- Está bien. Yo también...le doy el visto bueno. Nos hemos quedado, con esta.
-- Genial!  Ya podemos, respirar. Terminó, el fardo. Es alucinante. -- le dijo él, marchándose.
-- Pues...menos mal.  -- dijo Pollent.
-- Estupendo. Empecemos, con un café. -- dijo Gege.
-- Estupendo.
-- Nos lo hemos, ganado-- dijo ella.
-- Bueno editora. En eso, hemos quedado-- le dijo, Aderen.
-- Está todo, bien?-- le dijo, Gege.
-- Voy ha revisarlo todo. Es difícil. Mucho. -- He aprendido, de lo mejor, Aderen. Ah...!!

-- Ayham, no pudo dormir, anoche-- le decía, Osman a Leyla.
-- Ajá...??
-- Está emocionada. Y no para de hablar, Geygey.
-- Claro! Eso es normal. El hombre, que quiere le pide matrimonio.  Cómo no va estar emocionada? Igual, que nosotros.
-- Me llamaron, de la inmobiliaria. Hay varias casas, que quieren enseñarnos. Y les dije, que sí.
-- Claro. Iremos, a verlos.
-- Hay uno, que está, por aquí. Esta muy cerca. Así estarías, cerca de tu madre.
-- Sí...está bien.
-- También tendríamos que buscar, salones para la boda. Tenemos, que reservarlos.
-- Has buscado, los salones?
-- No...podría ser también, al aire libre. Pero...a éste paso, me temo que todo esté ocupado. Tenemos que decidir, que clase de bodas, queremos.
-- Pero Osman. Crees que es necesario...celebrar la boda?
-- Claro, Leyla.
-- Es qué...vas a comprar, una casa. Y además, la boda...eso es, mucho dinero.
-- Si estás, conmigo...nada más, importa. -- le dijo, besandole, la mano.
-- Bueno, Osman...luego hablamos. Cuidate. -- le dijo, besandole, en la mejilla.
--Nos vemos. 

-- Qué hiciste, Geygey? Te metiste, en problemas. Ahora resulta, que no puedo ir, a casa. Ni tampoco...salir, de aquí. No sé, que voy a hacer? Qué debo, hacer? Ah...--se asustó, cuando le tocó, en el hombro.
-- Qué murmuras, Geygey? Ah...? Cuentamelo.-- le preguntó.
-- Ah...Señor Can. Usted también, sigue aquí. El señor Can, es como los capitanes. Es el último, del barco. Perdón. No digo, más que tonterías.
-- Qué, te pasa? Mal de amores, ah...??
-- Pues sí. Eso, parece.
-- Vamos, ha tomar, algo.
-- Qué?? Sí..señor.
-- Vamos.
-- Dónde dejé, el abrigo? -- se preguntó, mientras se bebía, el último vaso de te.
Y los dos, se fueron ha beber te, en un bar, donde había música.

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