La Historia Entre Los Dos [Li...

Autorstwa _maria_centeno_

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Bilogía «Russkaya ruletka». Libro #1. Después de haber sido rechazada por el mejor amigo de su hermano cuando... Więcej

⌘Nota de la Autora⌘
⌘ Conoce A Los Protagonistas ⌘
⌘Especial 1k⌘
1 ⌘ Ivanov
2 ⌘ El Chico Nuevo
3 ⌘ La Guía
4 ⌘ La Prueba
5 ⌘ Superando El Pasado
6 ⌘ Squeeze Play Suicida
7 ⌘ Cargo de Conciencia
8 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 1
9 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 2
10 ⌘ Mamma Mia
11 ⌘ Trabajo En Equipo
12 ⌘ Objeto de Estudio
13 ⌘ Charla A Descorazón Abierto
14 ⌘ Él Puede Ser Hawkeye
15 ⌘ La Disculpa
16 ⌘ Salsa de Tomate
17 ⌘ Darcy
18 ⌘ El Negro Va Con Todo
19 ⌘ Es mi Hermana, Imbécil
20 ⌘ La Chamarra
21 ⌘ Los Regionales
22 ⌘ La Escena Del Muelle
23 ⌘ Lo Que Implica Ser un Caballero
24 ⌘ Bésala
25 ⌘ Mandando Señales
26 ⌘ Fundación Tailime Nazarova
27 ⌘ Descarada
28 ⌘ Yuriy
29 ⌘ El Evento Comunitario
30 ⌘ Salvando La Veterinaria
31 ⌘ Dos Citas y un Acierto
32 ⌘ Admirador Secreto
33 ⌘ Malishka
34 ⌘ Asher y Mia
⌘Especial Año Nuevo⌘
35 ⌘ Glee
36 ⌘ ¿Quien Está Saliendo con Alek Ivanov?
37 ⌘ El Violín de Zorba
38 ⌘ Planeación
39 ⌘ El Malentendido
40 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 1
41 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 2
42 ⌘ Vacaciones De Invierno
43 ⌘ Algo Está Pasando
45 ⌘ Cambiando Rutinas
46 ⌘ Fairytale
47 ⌘ Consejo
48 ⌘ Ausente
49 ⌘ Sangriento San Valentín
50 ⌘ Falla de San Andrés
51 ⌘ Infiltrado
⌘Especial 30k⌘
52 ⌘ El Escuadrón de la Muerte
53 ⌘ Yugo Familiar
54 ⌘ El Monstruo de los Ojos Verdes
55 ⌘ Efecto Secundario
56 ⌘ Epístola
57 ⌘ Mea Culpa
58 ⌘ Acto V Escena III
59 ⌘ Dolor Fantasma
Epílogo ⌘ El Vacío Entre Los Dos
⌘Agradecimientos⌘
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 1
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 2
Especial 50K ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 3
Capítulo Extra ⌘ El Libro Prometido
Capítulo Extra ⌘ Hola Kitty

44 ⌘ El Nuevo Tutor

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Autorstwa _maria_centeno_

Primera mañana del nuevo semestre.

Alek tuvo un poco de dificultad para abrir los ojos al sonar su alarma, pero sentir que Volk le lamía la cara para terminar de despertarlo lo hizo levantarse de la cama aún con los párpados caídos.

De nuevo la rutina: dar la vuelta a la manzana para mirar la misma intersección de siempre. El muñeco inflable en forma de Santa Claus que había pasado mejores años. El semáforo de la calle parpadeando solo en amarillo hasta las ocho de la mañana, cuando retomaba su habitual secuencia de rojo, amarillo y verde. Y donde estaba estacionada la camioneta blanca de vidrios polarizados. Jalar a Volk cuando se detuvo a marcar un poste de luz.

La misma rutina antes de regresar a la escuela.

Por lo pronto, la versión que se manejaba para excusar la ausencia de los mellizos era que había caído otra tormenta en Moscú y no habían podido despegar del aeropuerto, por lo que tendrían que esperar a que la tormenta pasara para regresar a Sacramento. Convenientemente una semana después de haber iniciado las clases.

Anna había llegado a la escuela diciendo que desearía que nevara en Sacramento para que suspendieran las clases y tener más días de vacaciones.

—¿Y qué hacer? —había interrumpido Arizona su fantasía con sarcasmo—. ¿Pasarte todo el día en pijama viendo Netflix?

—Esa es una buena definición de vacaciones —Anna se encogió de hombros.

—¿Por eso llegaste a casa de Serge en pantuflas? —se burló Alek, recargando su espalda en la ventana.

—Agradece que me bañé —le dijo Anna sacando la lengua.

—Creí que verías a James durante las vacaciones —comentó Arizona, aprovechando que el inglés aún no había llegado.

Pero ver a Anna poner los ojos en blanco y desestimar la suposición con la mano los hizo enarcar las cejas.

—Ni me lo recuerdes. James me dijo que iba a tener que regresar a Londres para las vacaciones, pero apenas pasaron tres días, lo encontré en el centro comercial con Andrew y varios chicos del equipo de natación —Anna terminó poniendo su barbilla en su mano, mirando por la ventana con un puchero.

Alek sintió como Arizona le clavaba la mirada en busca de alguna explicación, como si el hecho de haber convivido en el equipo de natación lo hiciera experto en la materia. Por eso Alek negó con la cabeza antes de cruzarse de brazos.

—Y no es como que James me deba alguna explicación —suspiró Anna, deshaciendo el puchero y fijando su mirada en algún punto del patio de la escuela con aire melancólico—. No existe una cláusula que le exija no mentirme en nuestro acuerdo de amigos con derechos.

Alek y Arizona gimieron con pesar ante la etiqueta en la que se consideraba Anna con James.

Alek se volvió a girar hacia el frente mientras Arizona regañaba a Anna por siquiera seguir con esa relación al tiempo que James cruzaba el umbral de la puerta con su característica desfachatez galante, sujetando la correa de su mochila con una mano. Alek le dio un codazo a Arizona para que dejara de hablar.

James pasó sus ojos por todo el salón antes de detenerse en el escritorio de Tai, frunciendo el ceño al notar su ausencia. No despegó sus ojos del lugar hasta que llegó al escritorio que compartía con Anna.

—¿Tailime no ha llegado?

—Buenos días —respondió Anna de mala gana, la vista aún fija en la ventana.

James se giró sorprendido por la rudeza con la que le respondieron. Pero notando que Anna ni siquiera le estaba mostrando un gramo de atención, se giró a sus compañeros de enfrente.

—Que grosero soy —James resopló, fingiendo vergüenza—. Buenos días, Anna, Arizona, capitán. ¿Cómo pasaron las fiestas?

—Creo que todos pasamos unas agradables vacaciones —Anna respondió, girándose con el ceño marcado en su frente—. Mejor cuéntanos como te fue en Londres.

—De último momento mis padres decidieron pasar las festividades en Sacramento, así que no salí del país.

—Una llamada no hubiera estado de más —murmuró Anna de mala gana.

James la miró de nuevo, y Alek tuvo que poner los ojos en blanco cuando James sonrió de soslayo, estirando la mano para pasar un mechón de cabello que se le escapaba hacia el rostro de Anna por detrás de su oído.

—Lo lamento, Anna. Creí que tendrías planes de salir con tus amigos y no quise interponerme.

Fue evidente como Anna tembló cuando lo miró a los ojos, sonriendo como una tonta ante la caricia de James.

Alek arqueó una ceja, poco impresionado. Solo esperaba que él no se viera tan ridículo como su amiga cuando le sonreía a Tai.

—En otras noticias —James se giró para mirar a Alek, descolocándolo al ser abordado por su atención—, ya que Andrew será ahora el capitán del equipo de natación, fui promovido como sub-capitán. Así que creo que ya no es conveniente llamarte capitán, Alek.

A Alek le importaba un comino el título que le pusieran. A final de cuentas, no era como si lo hubieran degradado. Por eso se encogió de hombros. Ni siquiera se dignó a responder el claro desplante de superioridad que James quería demostrarle. No era como si dejar de ser capitán pudiera ganarle a ser parte del equipo nacional de Estados Unidos, pero eso no se lo iba a decir a James.

—¿Es en serio? —Anna dijo con singular alegría, colgándose del brazo de James—. ¡Eso es genial, James! ¡Felicidades!

James ya no pudo contestarle, porque un hombre diferente al profesor Lewis ingresó al salón para colocarse en el escritorio principal. Tenía el cabello casi blanco, cejas pobladas y una barbilla angular, delineada por unas largas patillas. Su vestimenta era anticuada, empezando por la camisa blanca bajo el saco del uniforme, de la que se desprendía un horrible corbatín con olanes.

La clase se quedó en silencio mientras el hombre examinaba cada uno de los rostros que tenía frente a él. Alek bien pudo jurar que sus ojos oscuros se endurecieron cuando los entrecerró de manera analítica al llegar a su lugar.

—Shakespeare llamó —Arizona murmuró en voz baja de la manera más discreta posible—, quiere que le regresen su atuendo.

Anna apenas pudo aguantar la risa detrás de ellos, pero Alek pasó saliva cuando los ojos del profesor continuaron su camino por el salón.

—Buenos días, estudiantes —el hombre cruzó sus brazos tras su espalda, respingando la nariz hacia el aire en actitud autoritaria—. Mi nombre es Arian Armstrong. Seré su nuevo maestro tutor durante este semestre, por lo que espero resultar favorecedor para su educación.

El profesor Arian se detuvo cuando Ben levantó la mano para interrumpirlo.

—¿Qué pasó con el profesor Lewis?

—Arthur Lewis fue transferido a otra institución gracias a sus logros académicos —el profesor Arian ni siquiera se inmutó cuando el murmullo se hizo presente, siempre mirando al frente—. Pero no tienen de qué preocuparse. Puedo ser igual de competente, o incluso mejor que su antiguo tutor. Ahora, tengo entendido que la señorita Nazarova estará ausente los próximos días. Necesitaré a un voluntario para hacerle llegar la información que estaremos revisando esta semana.

Por inercia, Alek alzó la mano para ofrecerse, llamando la atención del profesor Arian al frente de la clase. A su espalda, Alek escuchó a Anna murmurar algo a James en voz baja.

—Dos voluntarios —fue todo lo que dijo el profesor Arian, confundiendo a Alek antes de girarse hacia atrás.

James también tenía alzada la mano, dirigiendo una sonrisa de soslayo hacia Alek, y Anna dejó caer la cabeza en la mesa con pesar.

El profesor Arian miró algo en su escritorio, probablemente la lista de nombres y los lugares que el Profesor Lewis había dejado para que lograra identificar a los estudiantes con mayor facilidad.

—Señor Ivanov y... señor Grant. ¿Tienen alguna forma de comunicarse con la señorita Nazarova?

Pero la mano de Henry captó la atención del nuevo profesor antes de que cualquiera de los dos pudiera responder la pregunta. El profesor Arian asintió para darle la palabra.

—Alek y Tailime son novios.

Jódete Grant.

Alek no pudo evitar que las comisuras de sus labios se alzaran en una sonrisa arrogante al recordarle a James cuál era su lugar.

—Bien —el profesor Arian ni siquiera se inmutó por la información, haciendo que James bajara la mano y se encogiera de hombros—. Señor Ivanov, confió en que mantendrá estrictamente académica la comunicación entre la señorita Nazarova y yo para que podamos entendernos a distancia.

Alek solo asintió antes de que el profesor Arian continuara con las órdenes del día.

A pesar de tener varios años sin ingresar a un nuevo equipo deportivo, Alek tenía memorizado los pasos a seguir.

Se encargó de las pruebas de esfuerzo y de condición a la perfección, y para su deleite, apenas había ganado medio kilo de peso desde las vacaciones.

A diferencia de lo que le había dicho a Tai, Alek se ejercitaba unas cuantas horas a la semana. El doctor encargado del equipo olímpico no pareció impresionado por los resultados, considerando que trataba con atletas de alto rendimiento. Pero aun así se mostró contento con la condición de Alek, comentando que no por nada Alek había llamado la atención del entrenador Duncan.

Una vez terminadas las pruebas administrativas, fue llevado a un tour por las instalaciones con Jason, el asistente del entrenador.

A pesar de haber estado ahí varias veces para presentarse en algunas competencias, Alek quedó impresionado con las instalaciones de uso exclusivo para miembros del complejo. Jason le mostró cuál sería su casillero asignado y los horarios y dietas que el médico había recomendado, y lo dejó en la alberca principal para que conociera a sus compañeros de equipo.

Era extraño no estar al frente de ellos dando órdenes. Según el entrenador Duncan, nadie estaría por encima de nadie, cada uno se enfocaría en su especialidad y buscaría lo mejor para el equipo. Una filosofía bastante acertada y sensata. Alek apenas pudo convivir con sus compañeros de equipo antes de tener que retirarse, excusándose al decir que tenía que realizar un trabajo en equipo.

No era del todo mentira, considerando que el trabajo consistía en compartir los apuntes del primer día de clase con Tai. Por eso llegó corriendo, saludando a su madre con un beso en la mejilla y tomando un par de cosas del refrigerador. Anya tuvo que reprimir una risita cuando lo vio subir por las escaleras con dos rebanadas de pan de caja en la boca.

Estaba terminando de preparar un emparedado cuando la notificación de una llamada entrante despertó la pantalla de su computadora. Aún con la comida en la boca, Alek sonrió al aceptar la transmisión, listo para saludar a su novia desde Rusia.

Pero en vez de ver a Tai en la pantalla, su mellizo apareció con su clásico semblante aburrido y una enorme gasa en la mejilla.

Alek parpadeó dos veces, asegurándose que quien lo había llamado originalmente había sido Tailime y no su mejor amigo.

—Tengo que admitirlo, Ivanov —musitó Kai, cruzándose de brazos sin cambiar su expresión estoica—, estoy muy decepcionado por tu falta de interés en mi bienestar después de la maldita semana que tuve.

—Hola, Kai —. Alek pasó el buche de comida que tenía en la boca y examinó el rostro de su amigo, tratando de encontrar algún otro signo del ataque que Tai le había contado—. No sabía si querías que te llamara para preguntarte sobre el incidente. Y como Tai nunca comentó nada más...

Ver a Kai recargarse contra el respaldo de la silla y suspirar hizo que Alek dejara de hablar. Alek creyó que no debía entrometerse en ese tema después de que Tai le dijera que las investigaciones estaban en curso. Y por la excusa de la tormenta de nieve para justificar su ausencia, Alek supuso que no querían que nadie se enterara del asunto.

—Hiciste bien —Kai se encogió de hombros—. Si me hubieras llamado para preguntarme como estaba, mama se hubiera molestado porque alguien supiera lo que sucedió.

—¿Tai te dijo que me lo había dicho?

—No en realidad —Kai hizo una mueca, y Alek le encontró un ligero parecido a la forma en la que Tai arrugaba la nariz—. En primera instancia supuse que lo había hecho. Además, es una terrible mentirosa.

Alek resopló, dándole otra mordida a su emparedado.

—¿Por qué lo dices?

—Porque el oficial de policía que vino a la casa nos preguntó si habíamos comentado algo sobre el incidente a alguien. Y ella dijo que no, pero es demasiado obvia cuando no está diciendo la verdad. Odio cuando sisea.

Alek suspiró masticando su emparedado antes de volver a mirar la pantalla.

Más allá de la gasa en la mejilla, Kai parecía en perfecto estado. Eso concordaba con la información que Tai le había dicho sobre el diagnóstico que había dado el hospital. Pero fuera de eso, no parecía que Kai hubiera sufrido mayores daños.

—Me alegra que estés bien.

—Sí, si —Kai rodó los ojos para después fruncir el ceño hacia la cámara—. Hace falta más que un par de idiotas para intentar meterme en una maldita camioneta.

Alek sabía que la fachada de Kai no era más que eso, una fachada. El momento del atraco debió de haberlo tomado por sorpresa, y seguramente estaba más preocupado porque Tai estuviera a salvo que por su propia integridad. No dudaba por un momento que la idea de quedarse más tiempo en Moscú hubiera sido del mellizo antes que la de su padre.

—La gasa te hace ver como un chico malo —se burló Alek, logrando que Kai gruñera fastidiado—. Creo que varias chicas de la escuela morirían por una fotografía así.

—Ni se te ocurra —le sentenció Kai frunciendo aún más el ceño—. Tengo la bandeja llena de mensajes de chicas preguntando porque no he ido a clases.

Alek soltó una carcajada que logró que Kai relajara su expresión. Una vez que terminó de reír, Alek se dejó caer en su silla.

—Solo tengo moretones en las costillas y en los brazos, nada de qué preocuparse.

—Supongo que la seguridad de los Nazarova se verá reforzada cuando regresen.

—Créeme, ya comenzaron con eso.

Alek se encogió de hombros, sacando su libreta de apuntes de la mochila antes de colocarla junto al teclado.

—¿Tú hermana no está? —Alek notó que además de estar usurpando su sesión, Kai se encontraba en el cuarto de Tailime—. Cambiaron al tutor de nuestro grupo y me pidió que le pasara los apuntes de las clases y las tareas.

No escuchar que Kai respondiera hizo que Alek levantara los ojos para confirmar que no se había congelado la comunicación de la video llamada. Pero Kai solo alzaba una ceja, mirándolo como si todo fuera tan obvio.

—Espera...

—Asher me mandó un mensaje diciendo que Ted Walker ahora es nuestro nuevo tutor.

¿Su profesor de educación física? No tenía sentido. Si Kai decía que la seguridad en Sacramento ya había comenzado, y Arian era parte de ella, eso quería decir que Ted...

—¿Walker trabaja para ustedes?

—Te sorprenderías.

Alek comenzó a balbucear con su respuesta, pero se tuvo que quedar callado cuando detrás de Kai, la puerta se abrió y Tai entró con una bolsa de papas fritas en la mano, hablando en ruso para preguntarle a su hermano algo sobre lo que quería comer. Kai se giró para contestarle, señalando detrás de él hacia la computadora. Tai sonrió a la distancia, acercándose hacia el escritorio para poner las cosas que tenía en la mano sobre la mesa.

Unos cuantos diálogos más en ruso que Alek no pudo distinguir por la rapidez con la que hablaban, pero Kai terminó encogiéndose de hombros.

—De todos modos, no es como que falte mucho para que todos se conecten —se excusó Kai al levantarse de la silla que después fue ocupada por Tai.

—¿Todos? —repitió Alek sin entender lo que estaba sucediendo.

—Les mandé un mensaje a los demás diciendo que estaba disponible para conectarnos —Kai respondió jalando una silla con respaldo rosa.

Después de analizarla un segundo, Kai decidió empujar a Tai de la silla del escritorio para intercambiarlas. Tai dijo una grosería en ruso que logró sacarle una risita a Alek mientras los mellizos al fin se acomodaban sentados frente a la computadora.

—Seguramente lo envió cuando estuviste en tu entrenamiento —Tai volvió a tomar la bolsa de papas fritas, sonriendo a la cámara—. ¿Cómo te fue en tu primer día?

Alek abrió la boca para contestar cuando el sonido de una llamada entrante lo interrumpió. El nombre de Anna apareció en la transmisión.

Ésta se estaba acomodando el cabello en el reflejo de la cámara. Cuando notó que la llamada había conectado, Anna juntó las manos frente a su cara con una enorme sonrisa de emoción, desapareciendo en cuanto se percató de la imagen frente a ella.

—¿Qué te pasó en la cara, Kai?

Cruzándose de brazos, Kai desvió el rostro hacia su hermana para que la gasa quedara oculta por su perfil.

Tai sonrió. A pesar de tener que verla por la cámara, Alek podía notar la adoración que Tai sentía por su hermano, y lo preocupada que aún seguía al verlo con el recordatorio de lo que había sucedido.

—Intentamos rescatar un gatito, y bueno...

Anna soltó una carcajada, tratando de cubrirse la boca para no mostrar todos los dientes en burla. Kai no dijo nada a pesar de que la risa continuó unos minutos. No era como si pudiera desmentir algo que evidentemente era una mentira.

—¿Acaso el gato no soportó que hubiera alguien más gruñón que él y tuvo que batirse en duelo contigo?

Eso no quería decir que Alek iba a desaprovechar la oportunidad para burlarse de su amigo, además de afianzar su coartada para que no pareciera tan serio como en realidad lo era.

—Zakryt'. (Cállate.)

Anna comenzó a toser a media risa. Parecía que se había atragantado con su propia saliva al escuchar a Kai hablar en ruso, cosa que nunca hacía estando en Sacramento.

Eso demostró que Alek no era el único que se veía afectado por el acento. Aunque Alek estaba viciado por la atracción que sentía por la melliza, porque el estómago no se le hizo un nudo al escuchar a Kai hablar en su idioma natal.

—¿Cómo está mi par de mellizos favoritos? —comentó Anna una vez pudo controlar su respiración, cambiando de tema aún con el rostro colorado.

—Son los únicos mellizos que conoces, Anna —respondió Alek.

—Calla. Se llaman trivialidades, Ivanov —Anna puso los ojos en blanco—. Se usan para llenar el silencio incómodo, o para que Kai y yo no tengamos que presenciar una representación gráfica de amor de Romeo y Julieta entre tú y Tailime.

—Romeo y Julieta no son románticos —respondieron al mismo tiempo Tai, Alek y Kai.

Alek se rió ante la falsa ofensa de Anna, hasta que poco a poco, el resto de su grupo de amigos se fue conectando a la video llamada.

Luka, Serge y Arizona aparecieron en la pantalla, los mellizos siendo los únicos que compartían computadora.

Kai no tuvo contacto con ninguno de ellos durante las vacaciones, como era costumbre, y por sugerencia de Luka en el chat, propusieron que, si bien no iba a haber una reunión en persona, al menos podrían hacer una virtual.

Tai parecía que hacía lo mismo con sus amigos, porque todo el tiempo que estuvieron hablando, la chica de ojos verdes tenía que revisar su teléfono cada cinco minutos.

Pasadas unas cuantas horas de estar hablando, esta vez fue un mayordomo quien irrumpió en el cuarto de Tai.

Gospoda (Jóvenes) —dijo cuando obtuvo la atención de ambos—, mashina gotova otvezti yunogo Kai v bol'nitsu i proverit' yego travmy. (El coche está listo para llevar al joven Kai al hospital y revisar sus heridas.)

Dos cosas sucedieron que no pasaron desapercibidas por Alek.

La primera fue que Anna soltó un grito que dejó sordo a más de uno de ellos por un lapso de cinco segundos, haciendo que Luka se cayera de su silla y que Arizona se quitara los audífonos que tenía puestos.

La segunda fue que Serge, siempre estoico y serio, alzó una ceja en cuestionamiento, repitiendo en voz baja bol'nitsu y travmy a modo de pregunta, lo cual se traducía a "hospital" y "heridas" respectivamente.

—Tengo que irme, chicos —suspiró Kai, levantándose de la silla, e ignorando a Anna suplicarle que le enseñara a hablar en ruso—. Nos vemos en una semana.

Despidiéndose también para comenzar a prepararse para dormir, el resto de los chicos cerraron sus sesiones, quedando solo Tai y Alek, como originalmente había sido el plan. Alek comenzó a tutorar a la chica para ponerla al corriente con la información vista en clase hasta que su teléfono se encendió a un costado de su libro de texto.

[Chat con Serge P.]

[Serge P.]:
Por qué Kai tenía que ir al hospital a revisar sus heridas?

—Mierda...

—¿Qué? —preguntó Tai sin dejar de escribir en la libreta de su escritorio.

—El mayordomo de hace un rato —dijo Alek sin despegar sus ojos de la pantalla de su teléfono, sopesando la manera de responderle a Serge—, dijo que Kai tenía que ir al hospital.

—¿Sí? —respondió Tai insegura sobre la dirección que llevaba esa conversación.

—Serge logró entenderlo.

El color en el rostro de Tai fue aún más pálido que lo que habitualmente era, mirando la pantalla de su computadora como si se tratara de un muerto viviente.

—¿Petrov es...? —Tai tiró la cabeza hacia atrás con un gruñido cuando se dio cuenta de la ironía de la pregunta—. Petrov es un apellido ruso.

—Nació allá. Y a diferencia mía, tiene mayor contacto con su familia en Rusia —Alek se talló los ojos con cansancio—. ¿Qué se supone que le conteste?

—Puedes decirle que es por el rasguño del gato.

Alek comenzó a teclear su respuesta, tratando de sonar lo más casual posible mientras lo escribía. Solo rogaba porque Serge quedara satisfecho con esa información y que entendiera que Alek sabía exactamente lo mismo que él respecto a la visita al hospital.

[Chat con Serge P.]

[Serge P.]:
Es serio?

[Alek I.]:
Supongo que un rasguño de gato puede ser doloroso

[Serge P.]:
...
Le preguntaré directamente a Kai

Alek se desplomó en su lugar como si hubiera cargado mil bloques de concreto. Al menos había esquivado la bala, la carga ahora estaba del lado de Kai.

—¿Y bien? ¿Te creyó?

Alek miró su computadora con una sonrisa cuando vio a Tai al filo de su escritorio, con el rostro pegado a la pantalla en espera de la respuesta, así que solo se limitó a suspirar antes de bloquear su teléfono.

—Parece ser que sí, dice que le preguntará directamente a Kai. Así que solo necesitamos que tu hermano corrobore la historia.

Tai tomó su teléfono y comenzó a escribir un mensaje para asegurarse que sus versiones coincidieran. Después de esperar un rato, Tai arrugó la nariz, dejándose caer en su silla.

—¿Y ese puchero por qué es? —preguntó Alek divertido.

—Kai dice que lo va a dejar en visto.

Pero escuchar a Alek soltar una carcajada en respuesta la tomó desprevenida.

—No sería Kai si le respondiera que fue al hospital por un rasguño de gato —Alek se encogió de hombros para restarle importancia—. No te preocupes, es algo que Kai nos hace a menudo. Serge lo tomará como una confirmación.

Tai inspiró hondo, como cuando intentaba calmar sus nervios cuando había algo que la incomodaba. Alek movió la boca de un lado para otro, considerando continuar con la tarea o divagar más en el asunto.

—El hecho de que Serge haya entendido la palabra 'trauma' no confirma nada, malishka —escuchar a Alek llamarla así hizo que Tai levantara la cabeza—. Un rasguño puede considerarse un trauma. Y si Kai no le da la importancia que merece, Serge se quedará tranquilo. Tú mejor que nadie debería de conocer a tu hermano.

—Supongo que tienes razón —Tai hizo un puchero mirando de nuevo su tarea antes de gruñir y echar la cabeza hacia atrás como cuando algo la desesperaba, haciendo reír a Alek—, ¿Desde cuándo el álgebra se volvió tan complicada?

Y bueno. Las cosas se ponen interesantes en casa.

Quien de aquí creyó que Ted era un simple maestro de deportes? Todos? Y no, tranquilos, Armstrong no es malo, de hecho si es un agente de BioIntellekt. Jajaja quiero que puedan dormir de aquí al sábado.

El próximo capítulo los mellizos están de vuelta! Así que estén listos este sábado para el reencuentro de Tai y Alek!

Sus estrellitas y comentarios y teorías conspiracionistas siempre me encantan! Así que no olviden dejarlos por todo el capítulo!

⌘María Centeno⌘

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