La Historia Entre Los Dos [Li...

By _maria_centeno_

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Bilogía «Russkaya ruletka». Libro #1. Después de haber sido rechazada por el mejor amigo de su hermano cuando... More

⌘Nota de la Autora⌘
⌘ Conoce A Los Protagonistas ⌘
⌘Especial 1k⌘
1 ⌘ Ivanov
2 ⌘ El Chico Nuevo
3 ⌘ La Guía
4 ⌘ La Prueba
5 ⌘ Superando El Pasado
6 ⌘ Squeeze Play Suicida
7 ⌘ Cargo de Conciencia
8 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 1
9 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 2
10 ⌘ Mamma Mia
11 ⌘ Trabajo En Equipo
12 ⌘ Objeto de Estudio
13 ⌘ Charla A Descorazón Abierto
14 ⌘ Él Puede Ser Hawkeye
15 ⌘ La Disculpa
16 ⌘ Salsa de Tomate
17 ⌘ Darcy
18 ⌘ El Negro Va Con Todo
19 ⌘ Es mi Hermana, Imbécil
20 ⌘ La Chamarra
21 ⌘ Los Regionales
22 ⌘ La Escena Del Muelle
23 ⌘ Lo Que Implica Ser un Caballero
24 ⌘ Bésala
25 ⌘ Mandando Señales
26 ⌘ Fundación Tailime Nazarova
27 ⌘ Descarada
28 ⌘ Yuriy
29 ⌘ El Evento Comunitario
30 ⌘ Salvando La Veterinaria
31 ⌘ Dos Citas y un Acierto
32 ⌘ Admirador Secreto
33 ⌘ Malishka
34 ⌘ Asher y Mia
⌘Especial Año Nuevo⌘
35 ⌘ Glee
36 ⌘ ¿Quien Está Saliendo con Alek Ivanov?
37 ⌘ El Violín de Zorba
39 ⌘ El Malentendido
40 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 1
41 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 2
42 ⌘ Vacaciones De Invierno
43 ⌘ Algo Está Pasando
44 ⌘ El Nuevo Tutor
45 ⌘ Cambiando Rutinas
46 ⌘ Fairytale
47 ⌘ Consejo
48 ⌘ Ausente
49 ⌘ Sangriento San Valentín
50 ⌘ Falla de San Andrés
51 ⌘ Infiltrado
⌘Especial 30k⌘
52 ⌘ El Escuadrón de la Muerte
53 ⌘ Yugo Familiar
54 ⌘ El Monstruo de los Ojos Verdes
55 ⌘ Efecto Secundario
56 ⌘ Epístola
57 ⌘ Mea Culpa
58 ⌘ Acto V Escena III
59 ⌘ Dolor Fantasma
Epílogo ⌘ El Vacío Entre Los Dos
⌘Agradecimientos⌘
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 1
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 2
Especial 50K ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 3
Capítulo Extra ⌘ El Libro Prometido
Capítulo Extra ⌘ Hola Kitty

38 ⌘ Planeación

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By _maria_centeno_

Fiel a su costumbre, Alek disfrutó de llegar un poco más tarde a la escuela.

Aprovechó esos minutos extra para poder jugar con Volk, cambiando su vendaje y notando que el pequeño lobo soportaba más su peso en la pata lastimada.

Aun así, le dedicó tiempo para rascarle el vientre, disfrutando el pelaje de bebé que aún mantenía. No pasaría mucho tiempo para que el perro creciera y terminara por mudar su pelaje. Y si había investigado algo de la raza, era que tendía a ser bastante peludo. Eso iba a ser divertido.

Lo primero que Alek notó al llegar a la escuela fue el enorme letrero en la entrada felicitando a los equipos de natación tanto varonil como femenil por arrasar en la competencia y traer a casa las medallas.

Un grupo de chicas, miembros del comité estudiantil, lo saludaron a lo lejos, emocionadas de que les hubiera regresado el saludo. Las felicitaciones comenzaron a llegar apenas y Alek pisó la entrada de la escuela. Algunos no solo lo felicitaban por la competencia, sino por su relación con la melliza Nazarova.

Alek sonrió a pesar de lo confundido que estaba. No sabía que el directo de Luka hubiera sido tan popular.

Algunos chicos solo pasaban y le daban unas palmadas en la espalda, mientras las chicas lo seguían por el pasillo para preguntarle desde cuando estaba saliendo con Tai. Prefirió no decir nada hasta no hablarlo con la chica en cuestión, así que se limitó a dedicarles media sonrisa que pareció ser suficiente para callarlas, porque siempre soltaban una risita y seguían su camino.

Se tronó el cuello cuando abrió la puerta de su casillero, dejando caer la mochila al suelo mientras sacaba los libros que ocuparía por la mañana.

Pero una presencia en su espalda lo hizo detenerse en seco para mirar de reojo sobre su hombro, saltando en su lugar y pegando su espalda contra los casilleros cuando vio un par de ojos castaños casi en su nuca.

—Mierda, Mia...

—¿Verdad que no es divertido? —se burló Mia con las manos en la cintura, dándole espacio para que se compusiera—. Creí que nunca llegarías.

—Siempre llegó más tarde después de una competencia —murmuró Alek sin mirarla, regresando a sacar los libros que estaba por guardar en la mochila, a lo que Mia giró los ojos con sarcasmo.

—Clásico ego de deportista.

Pero no dijo nada más. Alek siguió acomodando las cosas, guardando la mochila con su cambio para el entrenamiento para después cerrar el casillero y notar que Mia seguía parada detrás de él, como si esperara algo.

—¿Puedo ayudarte con algo?

—Creí que vendrías a mí en casa de los Nazarova —se quejó Mia, golpeándose impaciente el antebrazo con el dedo.

En el fondo, un par de chicos caminaron de largo junto a ellos, murmurando lo suficientemente fuerte para que los escucharan.

—Equipo Nazarova.

Eso fue suficiente para que Mia frunciera el ceño y se girara, alzando el dedo de en medio en su dirección, confundiendo a Alek sin entender qué era lo que estaba pasando.

—¡Yo también soy equipo Tailime, idiotas!

De acuerdo. Esto era ridículo. Por eso Alek dio media vuelta, dejando a Mia detrás por si deseaba pelearse con los extraños que hablaban disparates. Pero no pudo llegar a la esquina del pasillo cuando Mia lo tomó por la mochila con suficiente fuerza para que Alek se detuviera al fin.

—¿Qué sucede, Mia?

El hecho de que la chica lo hubiera emboscado por la mañana y que se comportara de manera tan extraña comenzaba a sacarlo de sus casillas. Sí quería decirle algo, tenía que ser directa y clara. No le gustaba comenzar con acertijos y rodeos tan temprano.

—El cumpleaños de los mellizos es el domingo.

Mierda.

Eso cambió completamente la actitud de Alek hacia Mia, que seguía fulminando con la mirada a todos aquellos que posaran sus ojos sobre de ellos, como si supiera lo que estaban pensando y los retara a abrir la boca.

Alek sabía que se acercaba el cumpleaños de Kai, por consiguiente, era el cumpleaños de Tai también.

Aunque en años anteriores no era la gran cosa. Kai no era muy afín a las fiestas en general (mucho menos a las de su cumpleaños), pero Alek sabía que este año iba a ser algo completamente diferente.

Porque no solo tendría que considerar un regalo extra (estaba escatimando un regalo grande por ser el primer cumpleaños que Tai y él pasarían juntos), sino que debido a lo bien que se estaban llevando los amigos de Kai con los de Tai, la coordinación del día tendría que ser entre los dos grupos.

—No lo olvidaste, ¿cierto? —Mia alzó una ceja.

—No, claro que no —Alek se pinchó el puente de la nariz, apretando los ojos—. ¿Tienes idea de lo que quiere hacer Tailime?

—Te iba a preguntar si sabías lo que quería hacer Kai.

—Vamos a cenar a un restaurante, pero como si fuera una fecha normal —le explicó Alek, encogiéndose de hombros—. Ni siquiera podemos pedirle una rebanada de pastel para no hacer alboroto. Aún así, no nos gusta que pase desapercibido.

Mia resopló.

—Serán mellizos. Tailime no es tan grinch como su hermano, pero también prefiere no hacer alboroto. Quería hacerle algo diferente este año. Ya sabes. Con lo de que está estrenando novio y ha salido de su capullo para convertirse en una hermosa mariposa.

Alek resopló divertido, riéndose entre dientes mientras negaba con la cabeza.

—¿Qué tal si nos juntamos en el almuerzo para hablarlo? —le preguntó mientras veía el reloj colgado en la pared—. No creo que podamos llegar a un acuerdo en dos minutos.

—Perfecto —Mia aplaudió emocionada—. Nos vemos en la cancha de fútbol.

Dicho eso, Mia dio media vuelta y caminó dando brinquitos por el pasillo hasta perderse en la esquina.

Alek subió las escaleras con el ánimo al tope, el recordatorio del cumpleaños de los mellizos dándole otra cosa por la cual anhelar el fin de semana.

Llegó al segundo nivel intentando pensar en algo divertido que pudiera involucrar a los dos grupos, hasta que se detuvo en la puerta del salón, mirando a la melliza en cuestión con su libreta abierta y un lápiz en la mano, dando un gran bostezo aleatorio.

El silencio en el aula fue lo que hizo que Tai alzara los ojos hacia la puerta, tratando de entender porque sus compañeros de clase habían dejado de hablar. Pero cuando vio a Alek mirar igual de confundido a todos los estudiantes no pudo evitar sonreír de soslayo.

Alek dio un paso hacia adelante con cuidado, temiendo que el movimiento desencadenara una reacción alarmista en sus compañeros, pero solo parecían pendientes de lo que fuera a hacer. Decidió ignorarlos con el afán de caminar hasta el escritorio de su novia y dejó la mochila a un lado mientras se sentaba en el lugar libre.

—¿Es mi imaginación o todos esperan que haga algo? —murmuró Alek, notando que todos chicos del salón no dejaban de mover sus ojos entre él y Tai.

—Es como ese día después de la biblioteca —Tai le respondió en el mismo tono—. Cuando Mia y Emma esperaban que nos besáramos de repente.

—Oh.

Eso tenía sentido.

Si al final toda la escuela había visto el video de Luka, eso incluía la forma en la que le había dicho a Tai que había entrado al equipo olímpico. Alek no lo había hecho con intención, pero eso terminó por confirmar su relación sin tener que pronunciar una sola palabra al respecto.

Se quedaron callados unos segundos, esperando a que todos los demás volvieran a sus cosas, pero el silencio siguió reinando en el salón.

—¿Por qué nadie dice nada? —preguntó Alek apenas moviendo los labios, aun temiendo que un movimiento brusco pudiera desatar una catástrofe.

Tai suspiró y volvió a centrarse en lo que estaba haciendo en su libreta. Alek la imitó, seguro de que Tai era experta en ignorar todos los pares de ojos que seguían al pendiente de ellos.

—¿Qué haces? —Alek estiró el cuello por sobre el hombro de Tai, viendo como tenía abierta su libreta en una página que parecía estar muy cerca del inicio, probablemente de cuando comenzó el año escolar.

Lo que le sorprendió fue ver otro par de ojos muy similares a los suyos, mirando muy atentos a su creadora.

La intensidad de la mirada en esos ojos parecía un poco desconcertante, ya que Alek estaba seguro que él nunca antes había hecho tal expresión. Tai estaba detallando las pestañas del dibujo cuando se detuvo de repente. Ladeó los labios en concentración antes de girarse hacia Alek y examinar su rostro detenidamente.

Alek se quedó quieto, tratando de no parpadear hasta que Tai pareció encontrar lo que buscaba y se giró de nuevo al dibujo, agregando las pestañas más largas en las comisuras de los ojos.

Recordó lo que Tai le dijo en su primera cita: que después de descubrir que estaría con él en el salón de clases estaba tan molesta que había terminado dibujando sus ojos. Alek cayó en cuenta que esos ojos los había dibujado Tai de memoria, sin la oportunidad de estudiarlo como acababa de hacerlo, y con un mal sabor de boca por el rencor guardado por años.

—¿Es el dibujo que hiciste a principio de año? —preguntó Alek en un susurro.

Pero Tai negó con la cabeza, agachándose para tomar su mochila y sacando una hoja de papel doblada de la portada de un libro.

—Este es el primer dibujo —confirmó Tai.

¿Primero? Alek no dijo nada mientras desdoblaba la hoja y otro par de ojos aparecieron ante él. Esta vez, los ojos estaban mucho más desenfocados en lo que parecía un ceño fruncido. Tal vez el iris era mucho más grande que el dibujo en la libreta de Tai, pero en definitiva las pupilas eran minúsculas, apenas unos puntos que enfatizaban el enojo en la mirada.

El estómago de Alek se hizo pequeño pensando en lo que Tai pudo haber sentido en ese momento, siendo ignorada por el mejor amigo de su hermano apenas entró en el salón.

—No es mi mejor dibujo —Tai se recargó en el respaldo de su silla, mirando la hoja en las manos de Alek—. Por eso hice el segundo dibujo. Mi mente estaba en un mejor lugar para entonces.

—¿Ya no querías arrancarme la cabeza?

—Claro que sí —Tai tomó la hoja de papel que Alek le regresó con una sonrisa—. Fue la primera vez que te vi con Isabella.

—Lo dices como si eso fuera razón suficiente para enojarte conmigo —Alek hizo un puchero.

—Vi cómo te sonrojaste cuando Isabella te acomodó el cabello dentro de la gorra. Parecías embobado.

—¡No sabía que te gustaba en ese entonces!

Tai soltó una risita ante la frustración de Alek, tomando un lápiz azul de entre sus cosas mientras lo examinaba.

—Yo tampoco —levantó el lápiz y lo puso junto al rostro de Alek, comparando el color con los zafiros de su dueño. Tai sonrió amablemente ante la confusión de Alek—. Comencé a aceptar lo que sentía por ti después de la visita al tiradero.

—¿En serio lo aceptaste mientras olía a basura? —le preguntó Alek sin poder contener la risa ante el escenario, logrando que Tai se cubriera el rostro con las manos, contagiada por su buen humor.

—Dije después —murmuró Tai entre risas—. Cuando fuimos a la bahía.

—¡El espectáculo se terminó! —la voz de Arizona los sacó de su pequeña burbuja.

Tanto ella como Anna se encargaron de tomar unos cuantos teléfonos de las manos de los curiosos que estaban enfocándolos a ellos, como si fueran, efectivamente, un espectáculo.

—¡Oye, son para el anuario escolar! —se quejó Ben, intentando volver a tomar su teléfono de las manos de Arizona. Pero ella ya estaba borrando lo que sea que el chico había tomado con la cámara.

—Puedes dejar de estarlos observando como si fueran animales del zoológico —Arizona le regresó el teléfono sin ninguna evidencia, girándose para mirar a todos los presentes con el ceño fruncido—. ¿Acaso nadie había visto a una pareja interactuar en la escuela?

—No cuando uno de ellos es Ivanov. Y mucho menos cuando la otra es Nazarova. Estamos hablando de los posibles candidatos a rey y reina de todos los bailes.

—Te tengo noticias, Cooper —Anna terminó por ponerle un dedo en la nariz, haciendo que Ben cruzara los ojos—. Lo que ustedes estaban haciendo se llama acoso. Y considerando el antecedente que tiene Tailime con el rumor de unas fotografías y la serenata...

—Lo mejor que podrán sacar si le decimos esto al profesor Lewis es... —Arizona se encogió de hombros, mirando a su amiga para confirmar—. ¿Una semana de suspensión?

—Fue lo que le dieron a Rogers por insinuar siquiera tener las fotos —finiquitó Anna con una sonrisa sádica.

—¿Por qué toda la escuela te ve como si fueras el enemigo público número uno? —preguntó Alek mientras Mia sacaba su almuerzo de la mochila una vez que se encontraron en las gradas de la cancha de soccer.

Alek había tenido que inventar una excusa para no acompañar a Tai a la cafetería, diciendo que Carl lo había citado en el auditorio para hablar sobre los entrenamientos para los olímpicos. No sabía que excusa había puesto Mia para ausentarse en la mesa con sus amigos, pero después de cinco minutos de retraso, Mia apareció exhausta.

Debajo de ellos, unas chicas estaban sentadas en las gradas de la cancha. No eran para nada sutiles mientras veían en su dirección y hablaban en secreto entre ellas.

Alek alzó una ceja en su dirección, tratando de hacer que sintieran algo de decencia. Pero ellas solo miraban a Mia como si estuviera cometiendo el peor crimen de la historia.

—Solo ignóralas —Mia lo desestimó sin molestia—. Es sobre esa absurda apuesta.

—¿Apuesta? —la pregunta de Alek hizo que Mia se congelara en su lugar—. ¿Qué apuesta?

—Ugh —Mia se llevó una mano al rostro mientras sacudía la cabeza, pero después sacó su teléfono para abrir una página en Facebook—. Solo tienes que prometer que no dirás que te enteraste por mí.

«¿Quién está saliendo con Alek Ivanov?» Aparecía con letras grandes en el título del grupo en Facebook al centro de la pantalla, la fotografía de él mismo poniéndose el delantal para preparar los cupcakes en casa de Tai era la imagen de portada.

Frunció el ceño al notar que el grupo contaba con tres mil ochocientos miembros, y bajó hacia el contenido del grupo, intentando entender a qué apuesta se refería Mia.

La publicación fijada al principio era el vídeo de Luka afuera del estadio, donde se veía al mismo Luka hablando con varios de sus amigos, para después enfocar a los mellizos y a Piero. Luka había apreciado la ushanka de Tai, por lo que ella se llevó la mano hasta el sombrero mientras sus mejillas se pintaban de carmín, para después ver la cámara agitarse hasta que pudo observarse a sí mismo abrazar a su madre, y después... bueno.

Viéndolo como espectador, el beso había sido bastante desesperado, y hasta cierto punto invasivo. Pero hey, no cualquiera podía verse tan linda como Tai, y Alek no iba a desaprovechar su privilegio de poder besarla solo porque sí.

Además, Alek acababa de hablar con un promotor olímpico y le había dado la excelente noticia de que lo querían en el equipo. Así que discúlpenlo si ese beso había sido bastante dramático.

El vídeo contaba con varias miles de reproducciones, muchas más de la cuenta de los miembros del grupo. El primer comentario que aparecía bajo el vídeo era de Luka pidiendo que le adjudicaran la autoría del mismo.

Alek respiró para calmarse un poco. Dejen a Luka estar dentro del grupo y no contar una maldita cosa sobre la existencia de éste.

La siguiente cosa publicada en el grupo era una encuesta, donde el autor preguntaba quién era más probable que fuera la persona a la que Alek se dirigía en sus publicaciones de Instagram. La encuesta había sido cerrada, y Tai había ganado por muchos más votantes, siendo Isabella Collins la segunda en la lista y... Mia DiMarco como tercera.

—¿Por qué la gente creería que estoy saliendo contigo?

—Oh —Mia se irguió ante la pregunta y tomó de nueva cuenta su teléfono para bajar más en el grupo hasta que encontró otro vídeo.

Era el mismo que Alek había visto en el perfil de Anna en su homenaje a Lady Gaga, pero el nuevo vídeo estaba editado para que solo se enfocara a Mia y a Alek en el fondo, mientras Mia rodeaba con sus manos el bicep de su brazo.

—El vídeo fue muy popular. Me sorprende que nadie te lo haya dicho antes.

—Luka es el único con la mente lo suficientemente retorcida como para pertenecer al grupo y no decirme nada —Alek abrió la sección de comentarios, donde varias chicas comentaban sobre lo sorprendidas que estaban de que la mejor amiga de Tai también estuviera interesada en el mismo chico.

Muchos la tacharon de mala amiga, algunos incluso jurando vendetta personal a favor de Tai por la alta traición. Otros, aunque pocos, comentaban que en realidad hacían linda pareja, pero la mayoría preguntaba sobre lo que había pasado entre ella y Asher y porque habían terminado.

—Al menos Harry y Max nos dijeron a las chicas y a mí sobre este grupo, aunque solo fuera hasta que publicaron el vídeo del karaoke.

—¿Tai sabe sobre este grupo?

—Si —Mia se encogió de hombros—. Lo descubrimos hace una semana.

—¿Y está bien con esto? —Alek señaló el teléfono, extrañado que Tai estuviera tan tranquila sabiendo que había una página en el que ella era parte del centro de atención.

—No exactamente. Solo ha visto el vídeo del karaoke, y la encuesta. Estoy segura que se sintió incómoda como para seguir viendo más.

Alek volvió a mirar el teléfono, bajando un poco más para ver publicaciones de algunos miembros, dando sus teorías sobre porque ninguna otra chica de la escuela podía ser la indicada, y que la misteriosa persona de la que hablaba en sus publicaciones de Instagram era una chica universitaria.

Levantó sus ojos después de un momento de leer más y más historias absurdas, notando que las chicas de las gradas seguían fulminando a Mia con la mirada, mientras ella las ignoraba por completo en favor de seguir comiendo.

—No veo la necesidad de que alguien haga un grupo como este solo para saber con quién estoy saliendo —Alek le regresó el teléfono—. Tampoco me parece lo más sano que te estén crucificando por estar planeando conmigo una sorpresa para los mellizos.

—No lo entiendes, ¿cierto? —le preguntó Mia, como si Alek no pudiera ver lo obvio de la situación—. Eres el chico más popular de la escuela. Rara vez has mostrado interés en alguna chica, y comenzaste a mandar señales encriptadas en tus redes sociales. Muchas chicas querían saber si tenían oportunidad contigo ahora que te estabas abriendo a la posibilidad. Y luego Tai, que literal no existía en el radar el año pasado, fue la comidilla de la escuela desde que regresó de Moscú. Si juntas la novedad del patito feo convertido en cisne con el chico popular, obtienes este resultado. He escuchado cosas absurdas, incluyendo a chicos que dicen que sus bebés serían hermosos. Quieren saber si tendrán ojos verdes o azules.

Alek se rascó la nuca al escuchar esas ridiculeces. Ahora entendía porque todos lo miraban a él y a Tai como si fueran piezas exóticas en exhibición. Solo esperaban la confirmación de su relación como si fueran las migajas de algún banquete para los mendigos al pie de la mesa.

Hizo una mueca, sacando su propio teléfono de la chamarra. Abrió la red social y puso el nombre del grupo en el buscador. Agradeció el hecho de que fuera un grupo abierto para no tener que solicitar acceso al mismo, y que pudiera hacer publicaciones sin tener que ser miembro.

Abrió el cuadro de texto para hacer una publicación, pero detuvo sus dedos por unos segundos antes de considerarlo mejor.

—¿Tai está en el grupo?

—No —Mia abrió una bolsa de frituras, mirando sobre el hombro de Alek para ver lo que tenía en el teléfono y parpadeando cuando vio que estaba a punto de hacer una publicación en el grupo—. ¿Qué vas a hacer?

—Tienes que prometerme que ninguno de tus amigos le mostrará esto a Tailime. Yo me encargaré de que Luka no se lo muestre a Kai.

Cuando Mia asintió, Alek abrió la aplicación de su cámara, suspirando hondo antes de poner una sonrisa en su rostro y comenzó a grabar un vídeo.

—Hola —saludó con dos dedos en la frente antes de ponerse cómodo en la grada—. Acabo de enterarme de la existencia de este grupo, y la verdad es que no entiendo porque a muchos de ustedes les interesa tanto saber con quién estoy saliendo. Pero si realmente quieren saber la verdad, aquí está: sí, estoy saliendo con Tailime Nazarova. Y no. No fue por su cambio de look como muchos de ustedes teorizan en los comentarios. Llevo conociendo a Tailime desde hace años, y ahora simplemente —se encogió de hombros—, las cosas se dieron para que comenzáramos a salir. Nuestra relación no es tan exótica como ustedes piensan que es. Salimos a citas, nos tomamos de la mano, la ayudo a rescatar perros de la calle. Cosas que hacen las parejas normales.

»Por eso les agradecería que dejaran de hostigarla tanto a ella como a DiMarco —dicho esto, Alek giró la cámara hacia Mia, que se quedó congelada un segundo para después levantar la mano y saludar a la cámara—. El vídeo que subieron dónde estamos juntos en el karaoke está sacado de contexto. Y no tendría que darles explicaciones del porqué nos verán juntos esta semana, pero la verdad estoy cansado de que supongan cosas que no son. El fin de semana es el cumpleaños de los mellizos, y queremos organizar algo para ellos. Así que... creo que será lo único oficial que verán de mi parte en este grupo, que ahora que está confirmado, creo que no tiene ningún sentido. Eso es todo.

Alek paró la grabación para volver a abrir la aplicación de Facebook y subir el vídeo. Ningún titular fue necesario más que su nombre de perfil para ser el gancho perfecto y que los miembros del grupo lo abrieran.

Supuso que si escribía con su cuenta la gente pensaría que lo habían hackeado y nadie creería que era legítimo. Así que un vídeo sonaba más convincente.

No pasaron ni dos minutos cuando la gente comenzó a reaccionar en la publicación. Alek estaba demasiado cansado para ver lo que escribían, así que se guardó el teléfono en la bolsa del pantalón y volvió a mirar a Mia.

—Gracias.

Ver a Mia congelada en su lugar con los ojos grandes como platos lo confundió en un principio, sin saber a qué se refería con ese agradecimiento.

Pero después Mia sonrió cuando vio que las chicas sentadas debajo de ellos tenían sus cabezas sobre uno de sus teléfonos, escuchando en el fondo la voz de Alek diciendo el mismo mensaje que acababa de grabar segundos antes, para después erguirse e intentar mirar disimuladamente hacia atrás, viéndose sorprendidas por el rubio y su acompañante. Sin decir nada más, ambas tomaron sus cosas para irse con la cola entre las patas hacia otro lado de las gradas, dándoles la privacidad que necesitaban.

—La gente llevaba toda la mañana hostigándome respecto a ti y Tai —suspiró Mia aliviada—. No me molesta tener que defenderme, pero llegó un punto en el que me cansé de este tema tan absurdo. Así que gracias por aclararlo.

—No agradezcas —Alek se encogió de hombros con una sonrisa—. De haber sabido sobre este grupo lo hubiera hecho antes. Y no creo que Tai fuera a aclarar las cosas en público...

Se quedó callado cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir y hacer, gruñendo para sí al darse cuenta de su error.

—Si te preocupa lo que piense Tai del vídeo, no te lamentes tanto —Mia volvió a pasar el buche de papas fritas antes de hablar, dedicándole una sonrisa confortable—. De todas formas, el vídeo del besó lo confirmó primero. No estaba muy emocionada por eso, porque no le gusta que la gente la mire cuando camina en los pasillos. Pero si ese es el precio que tiene que pagar por salir contigo... estoy segura que para ella es un mal menor a comparación de lo que ganó.

—¿Eso dijo ella?

—Claro que no —Mia soltó una carcajada, desconcertando a Alek por un momento—. Pero Tai es un libro abierto. No es capaz de ocultar lo que siente, aunque su vida dependiera de ello. No me hagas empezar a decirte todas las veces que la atrapé mirándote a lo lejos, para que después se molestara conmigo porque le pregunté qué estaba haciendo. ¡Como si yo la hiciera enfocarse en ti todo el tiempo!

Alek resopló divertido, imaginándose la escena donde Tai se viera sorprendida y lo negara todo, además de terminar molesta por el hecho de haberse visto descubierta mirándolo. Las comisuras de sus labios se elevaron amargamente.

Fue otro recordatorio que Tai había estado enamorada de él todo ese tiempo, mientras él la había suprimido de su mente todos esos años.

Por eso cuando Alek le habló por primera vez fuera de los vestidores, Tai parecía tan desconfiada. Si Alek había fingido que Tai no existía por años, y de repente comenzaba a hablarle sin motivo aparente, no sonaba tan descabellado que Tai se molestara cuando siempre había sido distinto.

Era algo que siempre causaría ruido en el fondo de la mente de Alek, pero sabía que no podría cambiar las cosas de ninguna manera. Por eso optó por enfocarse en el presente y hacer que ese año, el cumpleaños de Tai suprimiera todos los malos recuerdos que había tenido durante tantos años.

—¿Pensaste en algo para el domingo?

—No se me ocurrió nada que pudiera agradar a los dos —Mia resopló cansada, mirando su reloj—. Por eso tuve que pedir refuerzos.

—¿Refuerzos?

—Siempre que se tiene problemas para organizar una fiesta, tienes que recurrir a los expertos —Mia le sonrió señalando detrás de él.

Harry corría con la mochila al hombro y un montón de comida entre las manos. Alek estaba sorprendido del agarre que Harry tenía para no tirar ningún objeto mientras corría.

—¡Lamento llegar tarde! —Harry se dejó caer en la grada debajo de ellos, aventando su mochila, colocando el montón de empaques en sus piernas cruzadas para tomar el emparedado y estiró el puño hacia Alek a forma de saludo—. ¿Cómo estás, viejo?

—¿Bien, gracias? —Alek alzó una ceja, golpeando el puño extendido con el suyo antes de que Harry le diera una mordida a su sándwich.

—La fila de la cafetería era interminable —y tampoco parecía importarle mucho hablar con la boca llena—. Además, todos se volvieron locos con el nuevo video del grupo. Solo así pude aprovechar para colarme entre todos y comprar mi almuerzo.

Volvió a darle otra mordida al sándwich sin darle mucha importancia a lo que acababa de decir.

Alek gruñó para sí mismo antes de poner su rostro en sus manos, negando con la cabeza mientras sopesaba en lo que se había convertido su vida.

Nunca antes el ser popular le había dado tantos problemas como ahora. Supuso que Mia tenía razón hasta cierto punto. Era inevitable que cualquier otra persona que comenzara a tener una relación con él sufriría por el mismo destino.

—Suficiente de perder el tiempo —Mia puso orden a la reunión, llamando la atención de los otros dos—. Tenemos una fiesta que planear. Primero, sabemos que Kai no es muy afecto a su cumpleaños, por lo que me comentó Alek. Así que tendremos que improvisar con algo que le guste a Tai.

—Yo no tengo problema con lo que decidan —Alek se encogió de hombros—. Y Kai estoy seguro que no se opondrá, siempre y cuando Tai se sienta a gusto.

—Tai mencionó que quería ir a ese parque de diversiones que acaba de abrir —Harry pasó comida después de hablar, haciendo que a Mia se le iluminaran los ojos.

—¡Harry, eres un genio!

—Lo sé —dijo orgulloso, mirando ahora a Alek a la espera de un elogio por su parte.

Pero Alek solo giró los ojos, odiando ser quien fuera la voz de la razón.

—Si estamos hablando del mismo parque de diversiones, les recuerdo que se vendieron las entradas de los dos primeros meses por adelantado —dijo, sorprendido de que los otros dos no se hubieran desanimado del todo—. Las entradas que podríamos conseguir serían hasta marzo.

Pero Harry y Mia lo miraban con una sonrisa cómplice, como si supieran algo que Alek no entendiera bien.

—¿O no? —preguntó después de un minuto de consideración.

—Ivanov —comenzó Harry, poniéndose de pie, antes de sentarse justo en medio de los dos. Dándole una palmada en el hombro con suficiente fuerza, Harry hizo que Alek se inclinara hacia adelante—. Campeón, ¿acaso ninguno de tus amigos ha sabido sacarle provecho a los Nazarova?

—¿No?

Nunca le había gustado aprovecharse de la fortuna de Kai desde que lo había conocido.

—Lástima —suspiró Harry como si fuera una verdadera tragedia.

—No nos malinterpretes —Mia soltó una risita detrás de Harry, notando la ligera inconformidad de Alek ante lo que Harry estaba insinuando—. Cuando hablamos de sacarle provecho a los Nazarova, nos referimos a pequeños favores que pedimos para Tai, no para nosotros. Aunque muchas veces eso implique que nosotros también salgamos beneficiados.

—¿Recuerdas al maestro de violín de Tai? —le preguntó Harry con una sonrisa divertida, a lo que Alek asintió—. ¿Recuerdas ese recital en el que se quedó congelada?

Una vez más, Alek asintió no muy convencido, pero Harry sacó su teléfono y abrió su aplicación de música para buscar una canción, dando reproducir una vez pareció encontrarla, dejando que Alek reconociera la música.

Era la misma melodía que Tai había tocado en su casa después de los nacionales, solo que esta vez no creyó que fuera la misma persona que tocara un solo violín, sino varias haciendo un acorde. Pero en definitiva era la misma canción que Tai había tocado.

—Te presento al maestro de violín de Tai —Harry entonces le pasó el teléfono a Alek, haciendo que este abriera los ojos impresionado cuando vio el nombre de David Garrett—. Tai lo escuchó hace como cuatro años por primera vez, así que mamá Nazarova logró contactarlo y convencerlo para que le diera clases particulares a su hija porque adoraba la manera en que sonaba el violín. Una cosa llevó a la otra y mamá Nazarova lo trajo a Sacramento para dar un concierto y que su hija pudiera tocar para un público.

—Claro que nunca contó con que Tai sufriera de pánico escénico —Mia rodó los ojos—. Quiero decir, ¡es su madre! ¡Ella mejor que nadie debería haber previsto ese escenario!

Alek no dijo nada mientras seguía escuchando la canción, recordando como la orquesta entraba en el momento idéntico a como lo había hecho con Tai, aún sin poder creer que estaban hablando de la misma persona.

—¿La madre de los mellizos trajo a David Garrett a Sacramento? —Alek preguntó, Harry y Mia asintieron—. Dijeron que Kai se salió del concierto.

—Solo como dos canciones, en lo que la gente olvidaba el bochorno de Tai —resopló Harry, abriendo el empaque de su pastelillo.

Alek parpadeó concentrado, tratando de recordar si alguna vez Kai había mencionado ese concierto y el hecho de que conociera al violinista más famoso del mundo.

—¿Por qué Kai no nos dijo nada?

—Estás jugando, ¿cierto? —Mia preguntó con una sonrisa, aunque después dejó de hacerlo cuando vio a Alek frunciendo el ceño.

—Era el regalo de cumpleaños de Tai —Harry explicó sin inmutarse mientras mordía su postre—. No creo que ver a su amor no correspondido hubiera sido la mejor de las sorpresas.

Alek musitó ante la explicación de Harry. Inspiró hondo ante el nuevo planteamiento, suponiendo que la madre de los mellizos podría apoyarlos con las entradas para el parque de diversiones.

—¿Pero si llamamos a Adele, no sería entonces un regalo de su parte?

Harry resopló a modo de burla.

—Adele siempre tiene mil regalos para los mellizos. Cuando le pedimos su ayuda está más que dispuesta a ayudar.

—¿Y qué estamos esperando entonces? —urgió Mia mientras Harry tomaba el teléfono y llamaba a Adele en el altavoz.

No pasaron más de cinco tonos antes de que la bocina dejara de sonar y en su lugar se escuchara la estática del teléfono recién contestado.

¿Cómo está mi no-hijo favorito de todos?

Aunque la voz estaba manchada por la estática del teléfono, Alek pudo reconocer la voz de la madre de los mellizos. Parecía estar de buen humor y emocionada por la llamada de Harry, mientras que el aludido no podía ocultar la sonrisa en su rostro aunque lo intentara.

—¡Hey! —interrumpió Mia con un mohín en el rostro, fulminando el teléfono—. Creí que yo era tu no-hija favorita.

Ambos son mis no-hijos favoritos —se excusó Adele con una risita—. Solo no le digan nada a Max, Asher o Emma.

—Puedes estar segura de eso —confirmó Harry—. Estamos excelentemente bien. Todo viento en popa.

Me alegra escuchar eso —Adele comentó mientras alguien le hablaba en ruso en el fondo, haciendo que ella respondiera en el mismo idioma antes de volver su atención al teléfono—. ¿A qué debo esta llamada, mis niños?

—Como bien lo debes tener en tu agenda —Mia comenzó, fingiendo aire de inocencia—, el fin de semana es el cumpleaños de Tai.

—Y de Kai —intervino Alek en voz baja, recargando su barbilla en su mano.

Adele no dijo nada por un momento, volviendo a hablar en ruso a alguien más del otro lado del teléfono, para después escuchar el sonido de una puerta cerrándose.

Mia, corrígeme si me equivoco, ¿pero creo que escuché la voz de mi adorado futuro yerno?

Alek parpadeó confundido por un segundo antes de sentir como la sangre se le acumulaba en las mejillas y se mordía los labios en una fina línea.

Mia fue un poco más decente con su reacción, pero Harry soltó una carcajada, cuidando que no dejar caer el teléfono cuando sus manos no dejaban de temblar por la risa.

—Adele, te está escuchando —le explicó Mia con la voz afectada en su intento por contener su risa.

Oh, lo sé —Adele sonaba bastante complacida consigo misma—. Hola, Alek, querido. Por favor ignora a esta pobre mujer que agradece que un chico guapo, atento, educado y futuro atleta olímpico sea el que hace sonreír a su hija todos los días.

Las pocas veces que Alek pudo estar en la mansión Nazarova cuando los padres de los mellizos aún estaban en Estados Unidos, había podido conversar un poco con el patriarca de la familia.

Alexei era un hombre sencillo y serio, de carácter benévolo y buen sentido del humor. Siempre estaba interesado a cualquiera de las actividades que su hijo estaba involucrado, a menudo incitándolo a que formara parte del club de debate. Alek a veces creía que Alexei lo decía a modo de broma, ya que conociendo a Kai; quien decía a lo mucho quince palabras por hora; no era una persona a la cual supondría que le iría bien el debate. Pero sus argumentos cortos y convincentes eran un arma que muchos de sus contrincantes no verían venir ni en un millón de años.

Alexei había tomado la noticia del mejor amigo de su hijo saliendo con su única hija de brazos abiertos. Alek supuso que las series de televisión exageraban las reacciones de los padres celosos cuando las hijas; sobre todo si eran las únicas hijas; comenzaban a salir con un chico. Claro que tener el antecedente de ser conocido por los padres de los mellizos era una gran ventaja. No cualquiera confiaría a su hija en el chico popular de la escuela. La fama injustificada de chico mujeriego del que gozaban los populares era solo eso, mera fama.

Y a pesar de que Adele Nazarova había intentado una y mil veces tratar de hablar con Alek en privado mientras Tai terminaba de arreglarse, Tai siempre era hábil en interceptarlo antes de que cruzaran palabras. Alek nunca había entendido por qué Tai se molestaba tanto en interrumpir las conversaciones con su madre y no tanto con las de su padre. Pero escuchando a Adele ahora hablar tan libremente y con tanta confianza, entendía el bochorno que Tai sentía cada vez que se imaginaba lo que pudiera salir de la boca de su madre hacia su reciente novio.

—Buenos días, Adele —comentó Alek después de aclararse la garganta, dejando que la sonrisa se deslizara entre los labios—. Me da gusto saludarte.

A mi igual, querido —Adele suspiró después de un momento—. Comenzaba a preocuparme que hubieran organizado algo sin contarme nada.

—La verdad es que con todo lo que ha sucedido en el año, no habíamos podido sentarnos a planear algo para Tai...

—Y como ahora podemos juntar los festejos de Tai y de Kai —Mia sonrió, viendo a Alek, emocionada—, queremos planear algo que los dos puedan disfrutar.

—Harry propuso ir al nuevo parque de diversiones que acaba de abrir —intervino Alek—, pero las entradas están vendidas hasta principios de marzo.

¡Oh, ya sé cuál es! —Adele pareció emocionada con la idea—. Lo vi un día camino a casa, son dos parques en uno. ¿No es así?

El parque consistía en dos secciones, una de las cuales era un parque de diversiones con montañas rusas y juegos mecánicos extremos, mientras que la otra sección era un parque acuático con cubierta y clima controlado, lo cual era bastante atractivo considerando que parecía que Sacramento se estaba preparando para una nevada.

—¡Así es! —exclamó Harry—. Max y yo consideramos que podría ser una buena opción conseguir entradas para la sección de atracciones y así puedan festejarlo juntos.

¡Qué maravillosa idea, Harry! Veré qué es lo que puedo conseguir —les prometió la mujer, la sonrisa evidente en su voz y contagiando a los tres chicos—. Me alegra que de nuevo al fin los mellizos puedan festejar sus cumpleaños juntos.

Una vez más, el estómago de Alek terminó hecho un nudo.

Sabía que no era la intención de Adele recriminarle nada, pero Alek estaba consciente que por muchos años, el único culpable de que Kai y Tai no pudieran estar juntos durante sus cumpleaños y convivir con sus amigos, era él.

Durante todo ese tiempo, Alek había podido aceptar su responsabilidad por su inmadurez, pero hasta entonces no había visto con total claridad las repercusiones que sus acciones habían provocado en la relación entre los mellizos. De no haber huido cual cobarde, Tai y Kai hubieran festejado con todos sus amigos de la misma forma que se supone lo harían este año.

Toda la emoción por la planeación del cumpleaños pasó a segundo plano ante esa revelación, ignorando la conversación que Harry y Mia siguieron manteniendo con Adele.

Ver a Luka deslizarse con una sonrisa torcida junto a Tai, cuando ésta tomaba su cambio de deportes de su casillero la hizo considerar sus opciones: si correr por su vida, o quedarse ahí parada en su lugar y escuchar lo que fuera que el chico tenía para decirle.

Pareció que su cuerpo decidió por ella incluso antes de sopesar sus opciones, porque Tai enarcó una ceja, congelándose en su lugar por su repentina aparición.

Era extraño que los amigos de su hermano se acercaran a ella por voluntad propia. Hasta el año pasado, a menos que estuvieran en el mismo salón, solo se limitaban a saludarla a lo lejos si se topaban en los pasillos.

Sestra.

Tai pasó saliva apenas parpadeando. No sabía porque se sentía tan nerviosa bajo el ojo de Luka, si sabía que éste jamás le había hecho nada para hacerla sentir incómoda.

—¿Luka?

—Que gusto verte en este agradable día de invierno —Luka se cruzó de brazos, recargándose en el casillero próximo al suyo—. Una pregunta, ¿acaso tienes idea del grupo de Facebook sobre quien está saliendo con mi campeón?

Tai parpadeó de nuevo, recuperando el movimiento de sus extremidades. Suspiró hondo antes de volverse al casillero para terminar de sacar sus cosas.

—Fue donde subieron el vídeo de Mia, ¿no es cierto?

—Efectivamente —Luka sonaba bastante complacido de no tener que explicarle a Tai la información que tenía—. Bien, pues resulta que ayer hubo algo bastante interesante en el grupo, ¿quieres saber que fue?

—Tengo la ligera sospecha que me lo dirás, aunque te diga que no —resopló Tai, metiendo la mochila con todos sus libros en la parte alta del casillero. Pero cuando el peso le ganó, Luka se movió para empujarla y acomodarla en la parte superior.

—Supones bien. Resulta que a pesar de que subieron mi vídeo donde Yuriy te toma en sus brazos y te da un beso apasionado —Tai alzó una ceja al cerrar el casillero, pero no pudo evitar sentir la sangre en sus mejillas—, mucha gente seguía especulando sobre Mia y Yuriy.

—¿Por qué lo sigues llamando Yuriy? Sabes que no le gusta que lo llamen así en público.

—Porque es divertido —Luka se encogió de hombros—. Además, así la gente ni se entera de que estoy hablando de él. En fin. Pues, en resumidas cuentas, al fin hubo un anuncio oficial de parte de Alek en el grupo.

Tai tragó saliva.

Supuso que algo así había sucedido, porque desde el día anterior, mientras caminaba por los pasillos, muchas chicas miraban de su teléfono para después mirarla a ella, haciendo comentarios en voz baja que prefirió ignorar. Ni siquiera quiso ver lo que habían publicado en el grupo cuando Max le había ofrecido su teléfono en el almuerzo, suponiendo que lo que sea que hubiera sido hablaría de nuevo de ella y de Alek. Pero le sorprendió que Alek hubiera sido el autor de la nueva publicación.

—Confirmó que están saliendo, y que al parecer sus citas se resumen en rescatar perros.

—Eso solo fue una vez —Tai se puso una mano en el rostro, gimiendo avergonzada.

—Es curioso —resopló Luka mirándola—. El día de ayer vi a varias chicas publicar que habían recogido perros de la calle. Tal vez algo bueno está saliendo de esto.

—¿Qué quieres decir?

—Déjame explicarte algo, sestra —Luka le instruyó, levantando un dedo como si fuera un profesor—. La dinámica del chico popular, no sé si la hayas visto antes en acción.

Tai negó con la cabeza sin decir una palabra.

—Bien, la dinámica es así: chico popular; al cual llamaremos Yuriy para una mejor representación; está soltero. Las chicas se desviven por llamar su atención, pero Yuriy sigue ignorándolas. ¿Cuál es el tipo de chica que llamaría la atención de Yuriy? Nadie sabe. Pero las chicas siguen haciendo su luchita. Un día, una pequeña rusa llega de la nada y cautiva la atención de Yuriy. Te llamaremos devushka para una mejor representación. De repente, Yuriy anuncia a los cuatro vientos que está saliendo con la devushka, diciendo que sus citas se basan en rescatar animales de la calle. Entonces las chicas que estaban tan desesperadas por llamar su atención, comienzan a hacerlo con la esperanza de que si las cosas no funcionan con la devushka, Yuriy entonces se fijaría en ellas. Supongamos que Yuriy entonces dijera que te teñiste el cabello de negro para llamar su atención. Que técnicamente no es mentira, a Alek le fascinan las morenas, aunque igual le encantaste siendo tú misma. De repente verás a muchas chicas de cabello negro caminando por los pasillos de la escuela.

—¿Quieres decir que hay chicas que quieren ser como yo?

—Efectivamente, sestra —Luka sonrió cuando Tai miró a su alrededor, como si esperara que un montón de chicas estuvieran en la esquina del pasillo tomando nota de su comportamiento—. Creo que es el costo de salir con Alek.

Tai miró hacia el suelo, justo entre Luka y ella, sopesando la información. Sabía de antemano que ser la novia de Alek iba a tener sus pros y contras. Mantener su relación en secreto no iba a ser para siempre, y después de casi un mes de salir oficialmente, era inevitable que la gente lo supiera.

Tal vez Luka tomó de manera errónea la reacción de Tai, porque se removió en su lugar mientras se acomodaba la mochila.

—No es tan malo si lo piensas, mientras no se metan contigo, no creo que deba importarte mucho.

A pesar de siempre ser el más relajado a pesar de situaciones incómodas, Luka siempre contaba con que sus amigos supieran que no hablaba del todo en serio, pero con Tai era diferente.

Era como su hermana pequeña, y lo que le estaba diciendo no era del todo mentira. Pero conociéndola, Luka sabía que podría llegar a ponerla incómoda, pero creía que estaba en su responsabilidad decirle que era lo que en realidad estaba sucediendo.

—Además, Alek lo hizo por una buena razón. La gente estaba acosando a Mia porque creen que ella está interesada en mi compadre. Así que no te molestes con él.

—Oh —Tai alzó la cabeza sorprendida antes de negar su petición—. No estoy molesta con él. Solo que me sorprende que Alek haya tenido que aclarar eso él mismo. Pensé que el video del beso iba a ser suficiente. Pero si lo que le preocupaba era Mia... Creo que tiene sentido.

—Al menos ahora pueden planear tu fiesta de cumpleaños sin levantar sospechas —Luka recuperó su ánimo, expandiendo su sonrisa cuando Tai volvió a mostrarse perdida.

—¿Fiesta de cumpleaños?

—¿Olvidaste tu propio cumpleaños?

—No —Tai miró su uniforme entre los brazos, recordando que tenía que ir a los vestidores antes de la clase para cambiarse si no quería tener un retraso.

—Se supone que era sorpresa —Luka desestimó esa frase con la mano—. Mia, Harry y Yuriy están organizando una visita al nuevo parque de diversiones.

La información pareció ser bien recibida por Tai, que sonrió ante la mención del centro de atracciones.

—Consiguieron entradas que sospechosamente estaban agotadas.

Tai rodó los ojos, suponía que su madre estaba detrás de eso.

—Nos dijeron a todos que guardáramos el secreto, pero creo que es mi obligación decirte esto para que estés preparada.

—¿Preparada? ¿Para qué?

Tai no creía que debería de prepararse para ir al parque de diversiones. Siempre había sido fanática de las atracciones que hacían que sus pies se levantaran del suelo. Y la idea de que esta vez pudiera disfrutar de un cumpleaños con Kai le emocionaba como nunca creyó que lo haría después de años de no celebrarlo juntos, así que saber lo que planeaban sus amigos no parecía nada del otro mundo como para preocuparse.

—Porque si mi memoria no me falla —Luka se puso un dedo en la sien, cerrando un ojo mientras pensaba—, sueles hacer corto circuito cuando ves a Yuriy en traje de baño.

El rostro de Tai se sonrojó por el simple recuerdo de Alek con el pecho descubierto. Sacudió la cabeza para tratar de desechar esa imagen y enfocarse por entender lo que Luka quería decir con eso.

—¿Eso qué tiene que ver?

—Oh —de nuevo esa sonrisa maquiavélica de Luka que le puso a Tai la piel de gallina—, porque Harry no pudo conseguir pases para la sección de los juegos mecánicos.

Tai pasó saliva ante la implicación de lo que iba a decir Luka a continuación.

—Pero todos tenemos entradas para el parque acuático.

Podrá acaso Tai sobrevivir a lo que se avecina en su fiesta de cumpleaños?

O necesitará ayuda para controlar sus hormonas por ver a Alek sin playera? *guiño*guiño*

Jajaja en fin, solo comentario extra, la historia está desarrollada en 2019, considerando que Alek va a ir a los Juegos Olímpicos del 2020 en Tokio, obviando por su puesto el maldito COVID. En esta historia no hay, no existe!!!

No olviden sus comentarios y estrellitas! Me llenan mi día de sonrisas!!!

⌘María Centeno⌘

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