Le había dicho a su madre que saldría hasta tarde, por lo que durmió hasta tarde lo más posible para tratar de conservar algo de energía o... algo así. No era un experto en salud.
Hoy se despertó a las diez, yendo a desayunar a tomar algo ligero. Estar lleno no sería útil por ahora. Luego se tomó un segundo para meditar y estirarse, permitiéndose concentrarse un poco antes de salir al edificio planeado.
Midoriya viajó rápidamente, usando un método discreto que ya nadie se molestaba en usar -si es que alguna vez lo hacía- las alcantarillas. Ir a los archivos públicos no había sido difícil para buscar registros de construcción, lo que había hecho inicialmente para investigar los edificios en los que entraría. Encontrar un mapa de las alcantarillas había sido una ventaja.
Se aseguró de publicar sus preguntas con mucha antelación para evitar que aparecieran los tontos justicieros. En su opinión, deberían detenerse antes de lastimarse e investigar un poco más.
Además de los genios que no sabrían qué es la planificación si fueran engañados por un planificador de eventos, la otra preocupación de Midoriya eran las pandillas. Esta parte de la ciudad todavía estaba formada por pandillas e idiotas que intentaban acabar con ellos. La comisaría estaba a diez minutos, lo suficientemente lejos como para escapar fácilmente antes de que apareciera alguien, especialmente con el papeleo.
Midoriya hizo buen tiempo en las alcantarillas, si no se contara cuánto tuvo que detenerse para sacar el mapa. En este laberinto de tuberías y pasillos iguales, todo parecía desdibujarse en una masa de malos olores y vistas aburridas, pero después de veinte minutos de caminar a tropezones en la oscuridad con solo una linterna, él estaba allí.
Había explorado el interior y la superficie de las alcantarillas, modificando su mapa según fuera necesario. Eran las 2:00 cuando subió de las alcantarillas al antiguo edificio con su propio acceso a las aguas residuales, por qué lo hizo siendo una de las pocas cosas en el mundo que Midoriya no estaba seguro de querer saber. Se quitó el polvo rápidamente y se dispuso a observar las rutas de guardia. Esta era la quinta vez que lo hacía, asegurándose de que estuvieran espaciados uniformemente.
Tomó notas sobre los guardias, atento a cualquier indicio de uso de peculiaridades. Los diminutos carteles no tardaron mucho, pero eran difíciles de leer. Primero querría acabar con los objetivos difíciles y luego pasar a oponentes cada vez más fáciles a medida que se cansara.
Se dejó perder en las notas para no aburrirse. Si iba a distraerse, sería mejor hacerlo hacia algo relevante. Había veinte guardias en este momento que se suponía que estaban deambulando, pero ninguno de ellos realmente lo estaba. La disciplina aquí era mucho peor, pero si se les dejaba en paz, podrían reformarse. Esta noche era para asegurarnos de que eso no sucediera.
Se puso el casco y sacó el kanabō, dando pasos largos y lentos. Lo sostenía con una mano el brazo derecho, apoyando la cabeza contra su hombro mientras el resto apuntaba en dirección opuesta a su cuerpo, su brazo parecía colgar de él en lugar de sostenerlo. Su mano izquierda se tensó y relajó, empujando la envoltura deportiva bajo sus guantes.
Emergió como un fantasma frente a tres miembros que tomaban un descanso para fumar. No eran los cigarrillos morados, pero estos tres habían sido separados de sus parejas. Si los derrotaba, sus socios acudirían a él.
Llegó del callejón con un garrote al hombro, vistiendo el abrigo y el casco de su antiguo jefe. Los gánsteres se estremecieron como si vieran un fantasma. Era como si hubiera salido de la cárcel sólo para darles una paliza por holgazanear.
La estatura era diferente, pero la actitud era la misma. Completamente relajado cuando nos superan en número. Pero cuando se dieron cuenta de la diferencia de altura, se dieron cuenta de que era solo un insignificante que intentaba joderlos. Eso los enojó.
Uno de los hombres apagó sus cigarrillos y se acercó a él, ya maldiciendo. Había que sacarlo antes de que hiciera demasiado ruido. Midoriya giró su cuerpo y realizó la patada lateral, girando su pierna trasera y clavando la planta de su pie izquierdo en el muslo del hombre mientras este aún se acercaba. Esto hizo que el hombre perdiera el equilibrio y abrió la parte superior de su cuerpo.
Midoriya replantó sus pies y agarró al hombre por su camisa mientras tropezaba, dándole un fuerte tirón para tirar de él hacia su lado derecho y el kanabō, llevando el lado del pomo hacia el costado de la cabeza del hombre sin dejar que la cabeza de El kanabō deja su hombro. El hombre retrocedió ante el golpe y fue golpeado por la patada giratoria hacia atrás de Midoriya en el pecho, empujándolo hacia los demás mientras caía.
Midoriya todavía caminaba hacia adelante, girando su hombro derecho. El lado por el que había elegido aparecer era el que estaba entre ellos y el resto de los guardias, lo que significaba que si querían recibir ayuda tendrían que pasarlo.
Pero esto parecía ser una sobreestimación. En cambio, ambos cargaron contra él simultáneamente, tratando de abrumarlo. Midoriya adoptó su postura Inamovible, eligiendo al matón que venía de su lado derecho. Su lado derecho tenía su kanabō, por lo que sería más fácil eliminarlo primero.
" Estilo violencia , forma tres. Muro " . Midoriya dio un paso adelante mientras cargaban, empujando su kanabō hacia adelante como un estoque en el estómago del hombre y presionando el pomo en su propio hombro para sostenerse. El impulso del hombre se perdió en el impacto, dejándolo sin aliento mientras el otro hombre seguía moviéndose.
Midoriya se alejó del atacante, retirando su kanabō y levantándolo para generar impulso. Lo presionó más, el impulso regresó en un círculo completo hacia el costado del hombre inmovilizado, lanzándolo contra su compañero de carga.
Se perdieron por un momento cuando Midoriya llevó el kanabō de regreso a su guardia del techo, murmurando para sí mismo. " El estilo de violencia es uno. Violencia sin sentido ".
Midoriya dio un paso adelante y se lanzó hacia abajo hacia los oponentes enredados, empujándolos hacia abajo y hacia atrás mientras golpeaba y daba un paso adelante. Luego, devolvió el kanabō a su posición original sobre su cabeza, lo bajó nuevamente y dio otro paso adelante. Continuó bajándolo mientras daba siete golpes más hasta que sus oponentes ya no estaban de pie.
Suspiró y puso el kanabō nuevamente contra su hombro. Era fácil tratar con estos tipos, pero ese era el punto. Esta vez quería intentar un asalto frontal. No cargar con armas de fuego, no estaba loco, sino ver cómo podía hacerlo en una pelea directa. Estaba tratando de superar a los héroes, y así es como lo hacían la mayoría de los héroes. Si no podía, ¿quién era él para denunciarles sus tonterías?
Midoriya vagó por el perímetro y encontró al hombre que buscaba a su compañero, sin darse cuenta de que estaba parado justo al lado del contenedor de basura en el que Midoriya había dejado a sus víctimas. Hablando del justiciero, salió lentamente, estirando su brazo izquierdo. La última vez fue casi todo piernas y kanabō para los matones que tuvieron la mala suerte de meterse en su punto de mira, y llegó el momento de compartir la experiencia.
El hombre buscó en el contenedor de basura, lo abrió y miró dentro justo cuando Midoriya llegó a él. Quitó una mano de la tapa para hurgar en la basura justo cuando Midoriya estaba a su lado, plantando su pie izquierdo en el costado del contenedor de basura para Consiguió una mejor postura para tirar, luego lo agarró por la parte de atrás de su camisa. El hombre fue arrastrado hacia atrás y su mano soltó la tapa del contenedor mientras lo empujaban hacia atrás, y el pie izquierdo de Midoriya pasó de estar en el costado del contenedor al suelo plano para una mejor tracción.
El hombre estaba tratando de evitar retroceder y no estaba listo para el cambio de impulso cuando Midoriya dejó de tirar y empujó su cabeza en el borde del contenedor de metal. Probablemente estaba inconsciente antes de que la tapa rebotara en su cabeza. Midoriya no se arriesgó, retrocediendo y alejándose en caso de contraataques.
Después de un fuerte golpe de su kanabō y sin movimiento, Midoriya también lo empujó a la basura y se puso a trabajar eliminando al resto de los dieciséis. Muy pronto tendrían que separarse.
Algunos fueron a hacer su ronda, otros fueron al baño. Pase lo que pase, se encontraron con el extraño hombre con un extraño bate de béisbol y su chaqueta de líder.
No fue hasta que quedaron ocho que se dieron cuenta de que no todos regresarían. Estúpidamente enviaron a cuatro a explorar y los dividieron. En verdad, las películas de terror no enseñaban nada al público.
El mayor que Midoriya había tomado hasta ahora era tres, así que quería probar con cuatro. Sonrió mientras se limpiaba la sangre de la mano y caminaba hacia la entrada principal.
Para los nerviosos guardias, un hombre extraño que llevaba un bate era una clara amenaza. Sin embargo, por alguna razón, la puerta automática no se abría. Era como si le hubieran quitado la electricidad que se suponía que lo alimentaría y él estuviera allí antes de que pudieran abrirlo manualmente.
Se enfrentó primero a las personas que intentaban abrir las puertas ya que no tenían brazos para defenderse. Todo su cuerpo giró cuando su garrote golpeó al primer hombre en la cabeza, haciéndolo tambalearse y rodar hacia atrás, inconsciente en uno.
Midoriya convirtió su impulso lateral en la clásica Violencia por encima de la cabeza, golpeando hacia abajo al segundo hombre. Sus rodillas cedieron y sus cuatro ojos se dirigieron en direcciones separadas mientras se desplomaba.
Midoriya agarró a este hombre antes de que pudiera caer, dando vueltas para poner el cuerpo entre él y los otros dos. Uno ya estaba apresurándose hacia él, pero Midorya empujó el cuerpo hacia él, enredando sus piernas y haciéndolo caer de cara hacia el Side-Kick que esperaba de Midoriya.
Hubo un sonido limpio cuando los dos se encontraron, sus ojos también se pusieron en blanco.
Midoriya se paró sobre los tres, todos inconscientes en un lapso de menos de cinco segundos. El cuarto parecía asustado y nervioso. "...ey."
Midoriya y el sobreviviente intercambiaron una mirada cuando Midoriya le dio la espalda. "Ya sabes, si alguien corriera hasta la estación de policía y les alertara sobre algo- "
Escuchó el movimiento incluso antes de empezar a hablar. Midoriya no tuvo que girar, haciendo que su Spinning Back-Kick técnicamente fuera solo un Back-Kick. Golpeó al superviviente, que no estaba haciendo un buen trabajo para sobrevivir, en las costillas y lo envió de culo.
Midoriya se levantó, levantando su 'bate' sobre su cabeza. Se giró hacia abajo, terminando con las frases cursis, al menos mientras todos todavía estaban despiertos. "¿Interrumpir a alguien mientras habla? El descaro de algunas personas..."
Alguien abrió la puerta desde el otro lado. "Ay ay, ¿qué es el estante-"
Midoriya lo interrumpió con su golpe por encima de la cabeza favorito, dejándolo besar el suelo mientras Midoriya lo reservaba.
Nemuri Kayama llevaba un mes sentado en aburridos tejados. Por las mañanas impartía sus clases. ¿Tardes? Estaba atrapada siguiendo a un insomne.
"Concéntrate en Midnight, Nezu seguramente se rendirá... seis meses... Uf, todavía son siete meses demasiado". Se frotó los ojos mientras revisaba su teléfono, revisando las actualizaciones que recibió y deliberadamente pasando por alto las de Aizawa. Claro, tenía un nombre de héroe, pero se sentía mal llamarlo así. Especialmente porque a ese imbécil perezoso ni siquiera se le ocurrió, ¡maldita sea, ese nombre era bueno!
Se perdió pensando en sus días de escuela secundaria antes de notar otro mensaje de texto del hombre mismo. Al abrir el texto, solo daba una ubicación en medio de la mierda. Ella refunfuñó al recordar la regla de no usar automóviles para ser un héroe clandestino y comenzó a caminar.
Fueron necesarios cuarenta minutos de caminata para llegar solo al edificio y otros diez minutos para llegar al tejado. Medianoche no estaba acostumbrada a tanto caminar. A ratos, ella estaba bien, pero esto era una tortura.
En el techo, el hombre todavía en su fase emo rebelde estaba en cuclillas en el borde del edificio. Practicó burlarse y hacerle muecas mientras se acercaba hasta que él se dirigió a ella. "Ha habido un disturbio en una de las seis pandillas, los Chillers. Todos van a ir a unos almacenes, esos tres de ahí abajo".
"¡Pensé que estaba cumpliendo tareas de vigilante, no de pandillas!" Ya había trabajado con pandillas antes muchas veces y diría que es excelente tratando con pandillas. Sin embargo , un almacén era demasiado grande para que su peculiaridad fuera efectiva. "¡Esto podría ser una actividad de vigilante, o podría ser simplemente una reunión! Te ocupas de estas cosas todo el tiempo, ¿por qué me llamaste?"
"Hay un justiciero. Pero puede que no sea el tuyo". Ajustó sus binoculares y Medianoche se preguntó si podría cubrir los extremos con tinta sin que él se diera cuenta. El anillo oscuro alrededor de su ojo encajaría perfectamente. "Éste no tiene espada y parece mucho más tonto. ¿Atacar de frente? ¿A esta hora del día? Un vigilante novato si alguna vez vi uno".
"¿Entonces vamos a salvar al novato más que a conseguir el mío?" Ella puso los ojos en blanco. "¡Necesitaré casi diez minutos para que todo ese lugar duerma! ¡Tenía que haber mejores opciones que yo!"
"Sí, pero sé que has estado pasando el tiempo que se suponía que debías estar investigando a los vigilantes investigando los menús de los cafés. Cállate sobre esto y yo me callaré sobre aquello". Era mejor de lo que parecía, pero dado su aspecto, casi cualquier cosa lo era.
Ella refunfuñó pero volvió a bajar con él, caminando hacia los almacenes. Normalmente tomaba rutas más rápidas, pero sus tacones no se lo permitían. Aizawa casi de inmediato recuperó su altura furtiva mientras ella estaba atrapada agachándose entre los callejones, refunfuñando.
Se acercaron al almacén abierto y lo planearon. "Entraré por arriba, cuando te dé la señal comenzarás a inundar el almacén. ¿Entendido?"
A Medianoche no le gustaba que la trataran como a una compañera. Sería más fácil inundar la habitación, pero noooo. Tuvo que esperar. Lo que sea, ella asintió y siguió adelante. Caminó alrededor del edificio mientras esperaba, asegurándose de que todas las ventanas estuvieran cerradas antes de comenzar a instalarse hasta que... "¿Qué diablos?"
"¿Qué? ¿Endeavor se te adelantó otra vez?" El robo de una de las capturas de Aizawa por parte de Endeavour fue un lugar divertido, especialmente porque Aizawa pasó siete horas persiguiendo al villano solo para que accidentalmente pasaran junto a Endeavour, quien lo eliminó en menos de diez segundos. En el fondo de su mente se preguntó si era algo serio, pero la pandilla eran los Chillers. El único miembro bueno que tenían ya estaba bajo custodia policial.
"No, están todos inconscientes. Ese justiciero debe haberlos eliminado a todos-"
"¡¿Qué?! ¡Eso es una mierda! ¡Estaban afuera de este lugar hace diez minutos! ¿Cuántas personas había en su... diez? ¿Quince?"
"Alrededor de cincuenta." Dio la vuelta y entró ella misma para ver la carnicería. La gente salió volando por todas partes, esparcida sobre barandillas y cajas. Los objetos habían caído encima de las personas, y la sangre y los dientes cubrían el suelo como envoltorios de caramelos. Aizawa había bajado de las vigas. "Casi todos tienen un impacto en la cabeza. El arma puede ser diferente, pero la precisión es la misma".
"¿Qué? ¿Mi objetivo está probando nuevas armas?" Aizawa puso los ojos en blanco.
"Probablemente siempre usó más de un arma. La mayoría de los delincuentes que dependen de armas llevan varias en caso de emergencias". Se detuvo y asintió mientras todo se juntaba en su cabeza. La última vez había sido una misión sigilosa, esta parecía más estilo correr y disparar. Entonces se dio cuenta de algo más.
"¿No está ahora mismo en el almacén de al lado?" Aizawa puso los ojos en blanco.
" Con suerte, ahora mismo está en el almacén de al lado. Pero no estoy seguro de que seas un buen candidato para alguien que puede golpear tan fuerte y rápido. Tu peculiaridad no tendría tiempo de surtir efecto, y si te apresura No tenemos nada sólido para detenerlo". ¿Aizawa la arrastró hasta aquí sólo para despedirla? Antes le habría gustado marcharse, pero ahora se sentía ofendida.
"Vamos a ver qué puede hacer realmente este estúpido musculoso, luego decidiremos quién se queda y quién 'no es una buena pareja'. ¿Alguna vez pensaste que si su peculiaridad no es el músculo, tú tampoco puedes hacer nada? " Aizawa ya se dirigía al siguiente almacén y la presionaron para seguirle el ritmo mientras revisaba todos los cuerpos. Tuvo la sensatez de alertar a la policía ahora, ellos podrían encargarse de estos pequeños papas fritas.
"Una de nosotras está entrenada en artes marciales. La otra está vestida como una stripper-dominatriz". Ella resopló porque él tenía razón. Siempre la volvía loca cuando la gente la despreciaba por su disfraz, ¡pero necesitaba que fuera así para que su peculiaridad fuera efectiva!
Midoriya corría en círculos. Fue mucho más efectivo de lo que pensó que sería dejar que lo persiguieran. Tomó caminos extraños, los dejó chocar entre sí y cansarse. Luego, cuando recuperaban el aliento, les daba un par de golpes.
Sólo quedaban veinte y él estaba encima de un estante. Guardó su kanabō en dos pedazos y miró a la gente debajo de él. Miró los colchones que le dieron esta idea y se acercó un poco más. Finalmente, llegó a la cima y comenzó a sacudir todo el estante. Los matones entraron en pánico cuando su base, no atornillada al suelo por Dios sabe por qué, subió y bajó antes de inclinarse demasiado.
Midoriya saltó, cayendo cuarenta pies sobre los colchones y rebotando como si fuera un trampolín, logrando aterrizar un segundo rebote en los colchones antes de su contacto ligeramente menos elegante con el suelo.
Se levantó bruscamente, dispuesto a luchar, pero todos estaban inmovilizados o inconscientes. Midoriya suspiró mientras comenzaba a revisar, asegurándose de que nadie estuviera muerto. La persona más alta estaba a cinco metros de altura cuando todo se inclinó, pero había señales de posibles contusiones. Les dio a todos un recorrido de cinco segundos y un tratamiento de un minuto antes de saltar por la ventana, cruzar la calle corriendo y saltar a un contenedor de basura. El último. Todo esto tenía que hacerse en menos de diez minutos y él diría que lo estaba haciendo muy bien.
Golpeó la ventana, pero luego trepó hacia su derecha para que su punto de entrada no fuera la ventana justo encima del contenedor de basura. Cuando estuvo cinco ventanas más allá, sacó el pomo y rompió la ventana, enganchando el cierre y tirando de él hacia arriba mientras saltaba hacia adentro.
El dúo dinámico no había oído el choque pero pudo ver los efectos. Fueron frenados al hacer un chequeo a los villanos ya que no había ningún villano o justiciero frente a ellos. Mientras no lo fueran, estos... 'civiles' caídos eran la prioridad número uno.
Cuando terminaron de liberar a la gente y de asegurarse de que nadie muriera, escucharon una explosión en el siguiente sobre el almacén. "Creo que hemos hecho todo lo posible para ayudar a esta gente, ¿eh Eraserhead?"
Él asintió mientras corrían hacia el último edificio, luego se detuvo cuando la puerta voló. Lo que parecían ser villanos salieron volando, el humo salió del almacén, lo que hizo que Medianoche gritara de nuevo, incapaz de contenerse. "¿Una peculiaridad de explosión? ¿En ese espacio cerrado? ¡Esos vigilantes están locos!"
"Probablemente sea un villano. Si fuera su peculiaridad, probablemente la usaría más". Aizawa era un experto en luchar contra las peculiaridades y cuándo la gente empezó a usarlas. "Este tipo parece tener algún tipo de agilidad, o tal vez fuerza. Algo sutil, por el hecho de que nada parece completamente extraordinario". Corrieron hacia el humo mientras Medianoche también llamaba al departamento de bomberos, maldiciéndose por haber quedado atrapada como mensajera.
Midoriya estaba saltando entre dos villanos, tarareando para sí mismo mientras los dos idiotas hacían la mayor parte de su trabajo por él. ¿Y gratis? ¡Qué grandes socios, a diferencia de esos imbéciles justicieros!
Uno exhaló otra ráfaga de fuego cuando Midoriya pasó debajo de una repisa, la fuerza de la explosión envió la barandilla a todas partes. "¿Los compré?"
"Bueno, creo que tienes a todos aquí. " Midoriya había esperado hasta que se acercó demasiado, metiéndose un tanque de propano en la boca y arrojándolo boca abajo mientras saltaba lejos. Efectivamente, el villano volvió a utilizar su don. Su cráneo era claramente a prueba de explosiones, pero el retroceso lo envió en espiral hacia la pared mientras su segundo villano favorito creaba otro látigo brillante, cortando el aire que envolvía el tanque justo detrás de donde había estado Midoriya.
"¡Deja de moverte, maldita sea!" Era una pequeña bola de grasa, a diferencia de la imagen habitual de personas usando látigos. Sea como fuere, Mau ya había regañado a Midoriya por ser el más peculiar. Realmente debería olvidarse de sí mismo.
Corrió hacia adelante, agarrando cosas con su izquierda para lanzarlas en el camino del látigo, incluido el último de los villanos. Eran solo cuatro villanos y Midoriya cuando golpeó al látigo, quien había estado tan furioso que no había pensado en alejarse del maníaco con un bate de béisbol puntiagudo. "Empiece a moverse, maldita sea-"
Convirtió su carrera en un swing de béisbol, plantando su izquierda con los dedos del pie apuntando al hombre. El kanabō regresó mientras le daba un swing de béisbol, lanzándolo desde el suelo hacia cajas.
Midoriya volvió a su postura habitual con el kanabō y miró a los últimos villanos. Habían sido golpeados pero no eliminados por el látigo eléctrico. Sonrió mientras comenzaba a caminar hacia los últimos tres villanos para terminar el trabajo. Después de esto, podría llamar a la policía para asegurarse de que vendrían y reservarían...
"¡Congelen a los villanos!" El tiempo pareció detenerse cuando la voz de una mujer cortó el aire. "¡No te muevas, los héroes están aquí!"
Medianoche, el héroe con clasificación R, estaba en la puerta. Parecía confiada, pero Midoriya reconoció la confianza fingida en cualquier lugar. Después de todo, era la mayor parte de lo que tenía.
"¡Gracias a Dios! ¡Nos rendimos!" Los gánsteres dejaron caer sus armas y corrieron hacia ella, pasando idiotamente junto a Midoriya. Si fuera del tipo mezquino, los haría tropezar por todo el dolor que le causaron. En cambio, continuó caminando hacia adelante, como siempre lo había hecho. Todos los demás se detuvieron cuando ella llegó, pero Midoriya no. Porque Midoriya recordó su peculiaridad, y en el momento en que se paró en la única vía aérea abierta, esto se convirtió en una contrarreloj.
Los otros villanos ya se estaban cansando, pero estaban a sólo diez metros y acercándose a ella. Finalmente notó que la pequeña sombra se alejaba y lo llamó. "¡O-oye! ¡Deja de moverte! ¡Atrápalo!"
"Consíguelo" significa que ella no está sola. ¿Pero con quién trabajaría? Su peculiaridad hace que sea difícil para la mayoría de los héroes asociarse con ella... Un vagabundo extraño cayó frente a él, pero Midoriya ni siquiera se detuvo ante eso... fuera lo que fuera.
El hombre llevaba gafas y un pañuelo gris que parecía levantarse por sí solo. ¿Una bufanda de captura? Eso lo redujo a tres. No parecía que su cuerpo fuera humo, así que era Eraserhead o Nunja. No parecía una monja cristiana, así que probablemente Eraserhead.
Midoriya sabía que los poderes de Eraserhead funcionaban en sus ojos y las gafas no parecían tener lentes, lo que significaba que su arma definitiva seguía siendo buena. Había oído hablar de ello a través de leyendas en Internet, hablado en susurros. Casi todos los vídeos de lucha tenían a una persona que mencionaba este antiguo movimiento, el movimiento de perra original.
"Estilo broma, formad dos... ¡ Pocket-Sand! "
Susurró Midoriya mientras arrojaba la arena a la cara del héroe, inmediatamente cambiando pero sin gritar el nombre de Joke Style, Form One. ¡Una extraña técnica familiar, huir como una perra!
Midoriya corrió hacia donde sabía que estaría el acceso a las alcantarillas en este almacén, en la esquina más alejada a la izquierda de la entrada. Eraserhead tuvo que quitarse las gafas para quitarse la arena de los ojos, Midnight estaba demasiado lejos para hacer algo y se deslizó por las alcantarillas como una tortuga espía japonesa adolescente mutada.
Medianoche se quedó sentada con la boca abierta mientras el justiciero se escondía en un rincón, teniendo que asegurarse de que los tres que venían hacia ella estuvieran dormidos. "¿Aizawa? ¿Estás bien-pfft? ¿Estás bien?"
Se estaba manteniendo bastante bien, por lo estúpida que era la escena. Aizawa se frotaba los ojos, murmuraba maldiciones y luego sacaba su gotero. "Jodidamente resbaladizo-"
Todo fue un poco divertido, pero ver a Aizawa ser derrotado por esto fue bastante divertido. "Vamos Eraserhead, tenemos que sacar a estos tipos del fuego".
Pasaron los siguientes diez minutos sacando a los villanos del almacén que apenas ardía, por si acaso empezaba a extenderse. Aizawa tenía razón, la explosión había sido uno de los villanos. Estaba en bastante buenas condiciones, considerando todo, como la marca gigante de la explosión alrededor de su cara. No era difícil imaginar cómo creaba explosiones.
La policía y el departamento de bomberos se hicieron cargo del último de los villanos, y pasarían unos veinte minutos antes de que pudieran entrar. "Nos abandonó bastante bien, ¿por qué fue? ¿Algún novato tonto?"
Murmuró Aizawa mientras usaba su gotero nuevamente. "Sí. No hay pruebas de cuál es realmente su don, solo sospechas. Toda la evidencia de que usó su don podría hacerse pasar como un buen entrenamiento o fue volada. Además, esa salida. ¿Sabes a dónde lleva esa escotilla?"
Medianoche pensó por un momento y luego adoptó una actitud optimista. "¿Un sótano, así que todavía está ahí abajo y podemos recogerlo en veinte minutos?"
Aizawa negó con la cabeza y dijo la peor respuesta. "Alcantarillas".
Ella hizo una mueca y se estremeció ante la idea. Su peculiaridad fue fuertemente suprimida con todos los vapores, ¡y era simplemente repugnante! Se estremeció y Eraserhead finalmente le ofreció algo de consuelo.
"No te preocupes, el rastro hace mucho que desapareció. Hemos terminado aquí, todo lo que queda es el papeleo". Ella se relajó, antes de gemir ligeramente. Se alejaron caminando hacia la UA, y tal vez para tomar un taxi en el camino.
"Al menos no son alcantarillas..."