La Historia Entre Los Dos [Li...

By _maria_centeno_

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Bilogía «Russkaya ruletka». Libro #1. Después de haber sido rechazada por el mejor amigo de su hermano cuando... More

⌘Nota de la Autora⌘
⌘ Conoce A Los Protagonistas ⌘
⌘Especial 1k⌘
1 ⌘ Ivanov
2 ⌘ El Chico Nuevo
3 ⌘ La Guía
4 ⌘ La Prueba
5 ⌘ Superando El Pasado
6 ⌘ Squeeze Play Suicida
7 ⌘ Cargo de Conciencia
8 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 1
9 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 2
10 ⌘ Mamma Mia
11 ⌘ Trabajo En Equipo
12 ⌘ Objeto de Estudio
13 ⌘ Charla A Descorazón Abierto
14 ⌘ Él Puede Ser Hawkeye
15 ⌘ La Disculpa
16 ⌘ Salsa de Tomate
17 ⌘ Darcy
18 ⌘ El Negro Va Con Todo
19 ⌘ Es mi Hermana, Imbécil
20 ⌘ La Chamarra
21 ⌘ Los Regionales
22 ⌘ La Escena Del Muelle
23 ⌘ Lo Que Implica Ser un Caballero
24 ⌘ Bésala
25 ⌘ Mandando Señales
26 ⌘ Fundación Tailime Nazarova
27 ⌘ Descarada
28 ⌘ Yuriy
29 ⌘ El Evento Comunitario
30 ⌘ Salvando La Veterinaria
31 ⌘ Dos Citas y un Acierto
32 ⌘ Admirador Secreto
34 ⌘ Asher y Mia
⌘Especial Año Nuevo⌘
35 ⌘ Glee
36 ⌘ ¿Quien Está Saliendo con Alek Ivanov?
37 ⌘ El Violín de Zorba
38 ⌘ Planeación
39 ⌘ El Malentendido
40 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 1
41 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 2
42 ⌘ Vacaciones De Invierno
43 ⌘ Algo Está Pasando
44 ⌘ El Nuevo Tutor
45 ⌘ Cambiando Rutinas
46 ⌘ Fairytale
47 ⌘ Consejo
48 ⌘ Ausente
49 ⌘ Sangriento San Valentín
50 ⌘ Falla de San Andrés
51 ⌘ Infiltrado
⌘Especial 30k⌘
52 ⌘ El Escuadrón de la Muerte
53 ⌘ Yugo Familiar
54 ⌘ El Monstruo de los Ojos Verdes
55 ⌘ Efecto Secundario
56 ⌘ Epístola
57 ⌘ Mea Culpa
58 ⌘ Acto V Escena III
59 ⌘ Dolor Fantasma
Epílogo ⌘ El Vacío Entre Los Dos
⌘Agradecimientos⌘
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 1
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 2
Especial 50K ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 3
Capítulo Extra ⌘ El Libro Prometido
Capítulo Extra ⌘ Hola Kitty

33 ⌘ Malishka

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By _maria_centeno_

Maratón 3/4

—¡Orden por favor!

Gritar eso un viernes a las nueve de la mañana con un centenar de adolescentes muriendo de frío en el estacionamiento de la escuela no era la idea más brillante.

La escuela había programado un viaje a un museo para poder ver la exposición del cambio climático que estaba programada para los siguientes meses, y que ayudaría a los alumnos de onceavo grado a su proyecto semestral.

No tenían los suficientes profesores para acarrear a todos cerca de los autobuses, y no ayudaba el hecho de que prácticamente la mayoría de los alumnos seguían dormidos o de malas.

Tai se sacudió en su enorme chamarra mientras enterraba la nariz en la bufanda que tenía amarrada al cuello. Harry se acurrucaba a su lado en busca de calor, mientras Max comía su tercer panecillo como desayuno.

Volviendo a temblar de frío, Tai no sintió ni tantita pena cuando el profesor gritó otra vez para que los alumnos le pusieran atención, obteniendo la misma respuesta que las veces anteriores: nula.

Mia estaba parada junto a Asher, entrelazando sus brazos mientras calentaba sus manos en sus guantes, y Emma estaba sentada en una de las jardineras leyendo un libro. Tai no entendía cómo era que su amiga podía mantener su cerebro concentrado en su lectura, cuando los demás se concentraban en no perder los dedos de la mano por el frío, además de tener entumido el cerebro.

Harry recargó la cabeza en el hombro de Tai, saltando despacito para generar algo de calor con el movimiento.

Tai desvió su atención de su círculo de amigos hacia donde se encontraba parado su hermano y su séquito. Eso incluía a Alek, que se reía de algo que Luka estaba contando, a pesar de estar cubierto de pies a cabeza con chamarra y gorro.

Tai supuso que Emma tenía razón respecto a que no eran una pareja convencional en cualquier sentido. A pesar de ser una relación reciente, cada quien prefería pasar sus tiempos libres con su grupo de amigos, aprovechando el tiempo de clase y citas para disfrutar la mutua compañía. Su fase de luna de miel había sido cuando retomaron su relación después de estar perdidos en el radar el uno del otro. Aunado a la timidez que predominaba en el carácter de Tai, las muestras de afecto sucedían cuando estaban ellos dos solos.

Le sorprendía lo física que podía ser con Alek cuando se dejaba llevar por sus emociones. Le encantaba tomarlo de la mano. Y ahora que no tenía que fantasear despierta, podía probar esos labios que no paraban de reírse por lo que fuera que Luka estuviera diciendo.

Tai mordió los labios dentro de la bufanda. Tal vez no le molestaría ser más física con él estando en público. Solo tendría que prepararse mentalmente para tratar de ignorar lo que las personas seguramente comenzarían a especular de su reciente relación. Porque estaba segura que nadie, ni siquiera ella, se imaginaba que el capitán del equipo de natación terminaría con la hermana de su mejor amigo.

Pensar ese tipo de cosas era una ventaja cuando la temperatura era de al menos unos ocho grados. Las mejillas de Tai estaban agradablemente cálidas contra el aire frío de la mañana. Eso, y el hecho de que Alek dejara de ver a Luka para posar sus ojos en ella; sin siquiera tener que buscarla, como si supiera exactamente dónde estaba; hicieron que sintiera ese agradable cosquilleo que nombró felicidad por todo el cuerpo.

Alek no dejó de sonreír mientras la saludaba con un gesto de la mano, al tiempo que Ted se acercaba al profesor que intentaba domar a los estudiantes con un megáfono en la mano.

—¡De acuerdo, vamos a hacer esto de la siguiente manera!

—Que alguien le tape la boca con una almohada —se quejó Harry sin levantar la cabeza del hombro de Tai—. Si lo pueden ahogar con ella para así ser el hijo único y favorito de mamá, mejor.

Tai soltó una risita antes de escuchar el resto de las indicaciones de Ted.

—¡Tomen una pareja y suban a cualquiera de los autobuses frente a ustedes! ¡Nos vamos en quince minutos!

Fue entonces que los alumnos comenzaron a moverse de sus lugares. Harry levantó la cabeza, adormilado, mientras observaba a Max, sin soltar el brazo de Tai, contento con el calor proporcionado.

—¿Podemos ir juntos?

—Tendrías que soltar a Tai primero —le dijo Max abriendo el cuarto panecillo de la mañana.

—No —Harry hizo un puchero, afianzándose del brazo de su amiga—. Estoy calientito.

—Alguien más quiere estar calientito con ella —Emma intervino de repente, logrando que Max se atragantara con el pan al intentar reírse, Mia soltó un resoplido, y Asher y Tai la miraron escandalizados.

Pero Tai no pudo defenderse cuando le tocaron en el hombro para llamar su atención. Levantó los ojos cuando se topó con una muy familiar chamarra deportiva y su boca se extendió en una sonrisa para igualar la que se posaba en los labios de Alek.

—Hey.

—Hola —Tai se encogió en su lugar al escuchar el chillido que había salido de su boca, agradecida con el frío que hacía para ocultar lo roja que se había puesto por eso.

Alek soltó una risita, agitando la cabeza y señaló a Kai detrás de él.

—¿Quieres que vayamos todos juntos en el autobús? Kai teme que lo vayan a abordar alguna de las chicas de su clase.

—Solo di que te quieres sentar con ella y ya —Kai lo fulminó con la mirada, arisco—. No me uses de excusa.

Sin embargo; y como si fuera un karma maldito; un grupo de unas tres chicas se acercaron a ellos, mirando desvergonzadas al pelirrojo que seguía manteniendo el ceño fruncido. Kai respiró hondo, cerrando los ojos y armándose de paciencia a la espera de lo que sabía que seguía.

—¿Kai?

Tai juró que vio cómo le temblaba una ceja a su hermano, sin siquiera reconocer que le estaban hablando. Miró entre su mellizo y las chicas, dos de las cuales animaban a la que había hablado para que continuara con su pregunta.

—¿Nos estábamos preguntando si quisieras sentarte con nosotras?

Kai bufó por la nariz, enterrándola en la bufanda blanca que su madre le había tejido. Abrió los ojos de golpe mirando a su melliza, como si ella fuera la culpable de todos sus problemas existenciales. Aunque después se enfocó en su izquierda, donde Asher y Mia estaban parados, haciendo una sutil súplica a su compañero de escritorio, quien suspiró cansado para dar un paso hacia adelante.

—Lo siento, chicas —por el tono de Asher, Tai pudo ver el acuerdo invisible que entre los dos había, salvándose mutuamente cuando alguna de las chicas ofuscaba demasiado al otro. Y por la poca paciencia que su hermano demostraba, eso pasaba más a menudo de lo que le gustaría reconocer—. Tengo que revisar el trabajo con Kai antes de llegar al museo para obtener toda la información que necesitamos.

Solo la chica que había hablado con Kai parecía desanimada por la respuesta, pero las otras dos no perdieron el tiempo y miraron a Alek; que estaba bastante divertido con el predicamento de Kai con una sonrisa que terminó por esfumarse en cuanto se dio cuenta de que la atención ahora se centraba en él.

—¿Ya tienes pareja, Alek?

Oh, las connotaciones de esa pregunta. Si tan solo pudiera responderles con la verdad.

Y aunque a Alek le encantaba el sonido que hacían las palabras Tailime y novia al juntarse, estaba tranquilo con el hecho de poder disfrutar de su relación en privado como lo habían mantenido. Además del hecho de que Tai aún no se sentía con la fortaleza mental de ser la comidilla de la escuela por estar saliendo con uno de los chicos más populares. Por él estaba bien, pero era en casos como estos que de verdad añoraba voltear y mirar a la chica de cabello negro y señalarla como suya.

—¡Ya está ocupado!

La voz alegre de Harry hizo a Alek girarse para verlo levantar la mano de Tai, mientras ella lo miraba como si hubiera perdido la cabeza. Harry no parecía alterado por ello, sacudiendo la mano de su amiga con una sonrisa en los labios.

Alek suspiró, negando la cabeza, notando que las chicas tenían sus ojos puestos en Tai, confundidas.

—Podría decirse que yo también debo revisar el trabajo con Tai antes de llegar.

Fue entonces que las tres chicas miraron a Alek como si él hubiera perdido la cabeza. Y como si fuera una película cómica, las tres se giraron al mismo tiempo hacia Tai, esperando una explicación de su parte. Después de no escuchar más que el alboroto de los estudiantes encontrando pareja y subiendo a los autobuses, las chicas dieron un paso hacia atrás, dejándolos solos mientras se alejaban.

Fue entonces que todos decidieron caminar hacia los autobuses para comenzar a abordar, sentándose relativamente cerca. Mia y Emma tomaron asiento delante de Tai y Alek. Kai y Asher estarían a su derecha mientras que Serge y Luka se sentaron detrás de ellos.

Harry y Max habían intentado encontrar lugares en la parte trasera, pero al ser Ted el encargado del autobús, solo bastó con una mirada fulminante para que ambos agacharan la cabeza y se sentaran a su lado en la parte frontal del autobús. Anna y Arizona habían decidido ir en otro autobús, todo porque James había decidido viajar junto a Andrew.

Justo cuando Tai se acomodaba junto a la ventana, Alek pudo ver Lawrence sentado delante de Kai y Asher, hablando con una de las chicas que habían solicitado sentarse con ellos. Alek frunció el ceño, deteniéndose antes de llegar a su asiento y posando sus ojos azules a su derecha, donde Mia le devolvió la mirada mientras negaba con la cabeza ante su pregunta implícita.

Alek suspiró. Supuso que el culpable había desistido en su intento por "seducir" a Tailime, porque después de su dedicatoria, Tai no había mostrado indicios de que alguien la estuviera molestando.

No pasaron más de diez minutos para que el autobús arrancara, y al menos otros diez para que el ruido en el autobús se moderara a murmullos entre compañeros de asientos. Tai se acomodó mientras Alek tomaba su teléfono y sus audífonos, colocándolos en sus oídos después de ofrecerle uno de ellos. Con una sonrisa, Tai aceptó la ofrenda, dejando caer el peso de su brazo contra el de Alek, para evitar que el audífono se cayera.

Sin sueño y escuchando la introducción de Iris de Goo Goo Dolls, Tai sacó su teléfono para comenzar a jugar para pasar el tiempo.

Estaba enfocada en resolver el acertijo en su pantalla cuando sintió que Alek la empujaba ligeramente en las costillas con el codo, desviando su atención hacia su derecha.

Tai alzó una ceja a modo de pregunta, y entonces Alek desvió sus ojos hacia el frente, dándole a entender que debía mirar hacia ahí. Tai vió las cabezas de Mia y Emma asomarse por encima de los asientos, sus ojos puestos en ella y una sonrisa oculta tras los respaldos. Tai conocía bien esa expresión.

Algo tramaban, y al juzgar por la manera en la que miraban entre ella y Alek, no iba a terminar bien parada.

I've been cheated by you since I don't know when... (He sido engañado por ti desde no sé cuando)

Tai escuchó a Mia y Emma corear en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan en el asiento de atrás y por sobre la música del iPhone de Alek, mientras Tai al fin lograba registrar la melodía de fondo del autobús cuando se retiró el audífono.

A veces Tai podía llegar a odiar a sus amigas.

—No, por favor —Tai se cubrió el rostro con las manos, avergonzada.

—¿Qué? —escuchó a Alek preguntar, preocupado por su reacción.

—Es la canción de Tai —Emma le informó.

—No es cierto —refutó Tai detrás de sus manos.

—¿Qué?

—Escucha —Mia puso su dedo en el oído, moviendo la cabeza al ritmo de la canción—. Look at me now, will I ever learn? I don't know how, but I suddenly lose control. (Mírame ahora, ¿alguna vez aprenderé? No sé cómo, pero de repente pierdo el control.)

Tai se encogió en su lugar, intentando fundirse contra el asiento. Alek enarcó una ceja, quitándose el audífono que aún tenía puesto para escuchar mejor.

La canción era Mamma Mia, y aunque era un clásico, Alek no entendía por qué podría ser la canción de Tai. Lo más probable era que fuera un chiste privado, porque al llegar a la parte antes del coro, Tai comenzó a reírse detrás de sus manos para después bajarlas y mirar a sus amigas, murmurando la canción al tiempo que Emma y Mia la cantaban a todo pulmón.

Entonces Alek prestó atención a la letra, y entendió el chiste privado.

Si bien siempre tuvo presente en el fondo de su mente que Tailime nunca había dejado de estar enamorada de él, era gracioso cuando ella misma lo reconocía. Por eso dibujó una sonrisa en sus labios mientras Tai tarareaba el coro, dedicándole una sonrisa avergonzada mientras Mia y Emma le cantaban descaradamente a él.

—¿Estamos agregando canciones al soundtrack de Ivanov? —preguntó Luka detrás de él, levantándose en su asiento para descansar los brazos en el respaldo de Alek—. ¡Es mi pasatiempo favorito!

Así fue como Alek terminó siendo serenado una última vez por su "nuevo" grupo de amigos, uniéndose a los cantos junto con ellos en el segundo coro, ignorando las miradas curiosas de ojos ajenos.

La visita al museo era clara. Recorrerían las diferentes exposiciones y tendrían que realizar un ensayo que iría anexado a su proyecto, además de la propuesta de implementación de tecnologías que el museo ofrecía en su caso particular para aminorar la contaminación del planeta.

Arizona, como jefa de grupo, los reunió en el lobby, delegando tareas para cada uno de los integrantes del equipo. Fue por eso que Anna se encontraba escribiendo lo más rápido que podía las explicaciones que daban en cada una de las salas, esperando que algo de lo que escribiera pudiera servir más adelante. Para reforzar lo escrito, James tomaría video a la sala de reciclaje de basura, mientras Alek tomaría fotografías. Tai estaba absorta en hacer pequeños bosquejos que se verían bien en la presentación, y Arizona haría las preguntas pertinentes a su proyecto.

Alek tomó una fotografía de la maqueta de la planta nuclear de Fukishima antes de sentir una presencia a su lado. Mirando una última vez la fotografía para corroborar que el vidrio no interfería en la vista, alzó los ojos, observando el reflejo de cierto inglés con el que quería hablar últimamente.

—James.

—Capitán —James respondió al reflejo en el vidrio, metiendo las manos en los bolsillos del pantalón—. Comenzaba a preguntarme cuando te acercarías a mí para investigar.

—¿Tendría que haberte investigado?

—De hecho, me sorprende que yo haya tenido que ser el que me acercara a ti —James inspiró hondo, fingiendo ver la maqueta frente a ellos—, considerando que Anna no deja de recordarme que al fin tuviste los pantalones para invitar a Tailime a una cita. Pensé que iniciarías una cacería de brujas por el numerito en la cafetería.

—No te equivoques, James —Alek fingió tomar otra fotografía para mantener las apariencias, ya que los demás estudiantes aún seguían en la sala—. La única vez que reaccioné de manera violenta fue porque hablaban de hacerle daño a Tailime. No creo que tú también te hubieras quedado de brazos cruzados.

—¿Y la canción que le dedicaron no era lo suficientemente sugestiva para molestarse? —James sonrió de soslayo con sarcasmo cuando escuchó a su capitán bufar, volviendo a suspirar aburrido—. Escucha, si te preguntas si fui yo quien hizo la petición, puedes quedarte tranquilo.

—¿Cómo puedo estar seguro?

—Puedes preguntárselo a Tailime.

Alek se giró, sólo para encontrarse con James mordiéndose los labios en una fina línea, conteniendo su odiosa sonrisa. Ambos se mantuvieron en silencio, analizándose el uno al otro, como si alguno de los dos fuera a quebrarse primero y aceptara su derrota. Fue Alek quien terminó por fruncir el ceño y miró su teléfono en concentración.

—¿Por qué Tai sabría si fuiste tú o no?

—Fuimos amigos por unos meses —comenzó a explicar James—. Dos de los cuales me la pasé coqueteándole abiertamente. Nunca fui grosero, ni la hostigué, mucho menos le falté al respeto. En general, creo que manejé la situación de la manera más civilizada posible.

—¿Por qué ignorarla de un día para otro y dejarla sola en su escritorio fue la mejor manera de manejar el rechazo que recibiste? —Alek alzó una ceja ante la ironía.

—Creí que te agradaría que me hiciera a un lado —James se encogió de hombros—. Si te hace sentir mejor, yo también estoy molesto con quien quiera que haya creído que sería gracioso dedicarle esa canción conociendo el carácter de Tailime.

—No gano nada con que te sientas mal —Alek dejó caer la cabeza hacia atrás, centrándose en las lámparas en lo alto del techo.

—Si descubro quien fue, ¿lo golpearías?

—Estoy a punto de golperte aquí mismo por preguntar algo tan estúpido.

Alek volvió a fruncir el ceño, molesto. De verdad que no extrañaba la actitud retórica de James en su día a día ahora que ya no tenía contacto con Tai, a pesar de seguir en el equipo de trabajo y en los entrenamientos.

James solo se resignó a reír por lo bajo, antes de dar media vuelta y caminar junto con el resto del grupo en la sala para la siguiente exhibición.

Alek lo siguió con la mirada antes de suspirar cansado. Nadie sabía quién era la persona que le jugó la broma a Tai, ya que todos estaban molestos con ese hecho. Era muy difícil de creer cuando las evidencias dictaban que había alguien que había pensado que sería divertido hacerlo.

Dando media vuelta, Alek se percató que muy pocos alumnos seguían en la sala tomando notas. Una de las cuales curiosamente era su novia.

Tai se encontraba frente a un aparador con diapositivas cambiando cada minuto, haciendo referencia a las dos posibilidades que pudieran resultar del cambio climático. Mantenía el ceño arrugado en concentración y la cabeza ladeada mientras posaba sus ojos por todo el aparador. Si no fuera porque tenía la libreta y el lápiz en su mano a pesar de no estar dibujando nada, Alek hubiera creído que Tai estaba tratando de grabar las imágenes en su cabeza.

Se acercó hasta ella con una sonrisa, mirando a su alrededor una última vez para confirmar que había la menor cantidad de testigos en la sala.

Se inclinó sobre Tai y le plantó un beso en la mejilla, sacándola de concentración.

—Si sigues frunciendo el ceño, tus ojos cambiarán a gris —le dijo Alek poniéndole un dedo entre ceja y ceja para deshacer las arrugas, logrando que Tai cruzara los ojos—. Después te cortarás el cabello y terminaré saliendo con el clon de tu hermano.

—Técnicamente somos clones —Tai soltó una risita cuando Alek dejó de tocarle la frente.

—Pero tú eres más bonita —Alek miró el aparador, ignorando como Tai casi se ahoga con su propia saliva—. ¿Qué estabas pensando?

—Ahí dice que este sería el segundo cataclismo ambiental de la historia —comenzó a explicar Tai después de aclararse la garganta, aunque se quedó callada, volviendo a fruncir el ceño.

Sentía el calor del cuerpo de Alek junto a ella, codo a codo como siempre se colocaba Alek cuando estaban solos.

Pero Tai quería demostrarle a Alek que podía luchar contra su carácter introvertido y decirle al mundo que estaban juntos.

Miró de reojo detrás de ella, la sala estaba prácticamente vacía, pero aún había suficientes personas que podían verlos. Tai volvió a mirar al frente y tanteó sus dedos hasta que rozó la palma de la mano de Alek en un gesto un tanto tímido.

Alek pareció algo sorprendido al principio, porque no estaba acostumbrado a que Tai iniciara algún contacto físico a menos que estuvieran completamente solos. Pero no se retrajo, abriendo la mano en aceptación.

Respirando hondo, Tai se armó de valor y terminó por entrelazar sus dedos con los de Alek, afianzando la unión.

Pasaron solo unos segundos en los que Tai se mordió los labios para intentar contener su sonrisa cuando Alek le apretó la mano, sintiendo la adrenalina de haber vencido su miedo y tener conciencia que algunos de los chicos en la sala los estaban viendo.

Relamiéndose los labios, Tai alzó los ojos y trató de concentrarse de nuevo en el aparador delante de ella.

—En la actualidad estamos sobrecalentando el planeta, y según la teoría, puede haber dos posibles escenarios. O el planeta de alguna manera decide enfriarse y entramos en una segunda era de hielo, o terminamos convirtiéndonos en Venus. Y si la palabra "sobrecalentarse" te puede dar una pista sobre a cuál de los dos escenarios nos estamos acercando...

—Nos vamos a terminar rostizando.

—Solo estaba pensando en que odio el calor —Tai al fin respondió la pregunta de Alek—. Con frío y nieve solo necesitas hacer una fogata y puedes sobrevivir.

—Debe ser tu sangre rusa —Alek se encogió de hombros—. Yo también prefiero el frío. ¿Vas a terminar de dibujar el esquema?

—No, ya lo terminé —Tai le mostró la libreta que tenía en la mano libre.

—Entonces hay que irnos, malishka (nena).

Alek ni siquiera se percató de que Tai casi vuelve a ahogarse al escuchar la manera cariñosa en la que la había llamado en ruso, porque la jaló sin desenlazar sus manos para llevarla a la siguiente exhibición.

—¿Quieres escuchar música?

Tai volvió a tener uno de los audífonos de Alek en frente de ella, siendo ofrecido en cuanto se sentó en el autobús.

Después de haber pasado cinco horas en el museo y de compilar toda la información necesaria para continuar con el proyecto, les dieron una última hora para comer algo en la cafetería antes de regresar a la escuela.

—Podemos escuchar algo que te guste a ti —Alek volvió a insistirle para que aceptara.

—Vamos a terminar dormidos los dos —Tai aceptó la invitación. Tomó el teléfono que Alek le ofrecía para buscar algo de la música que ella escuchaba normalmente.

—Creo que con toda la actividad del día de hoy, no nos vendría mal. Eres experta en música relajante, así que confío en tu juicio.

El sonido del violín inundó el oído de Alek mientras Tai ponía el teléfono en medio de los dos. La melodía era suave y relajante, y estaba seguro de que al menos eran tres violines tocando en armonía. Alek se relajó en su asiento, observando al resto de sus compañeros en el autobús.

Mia y Emma estaban demasiado calladas en la parte delantera, y el movimiento del autobús terminó por girar el rostro de Mia, asomándose por el hueco entre los asientos para confirmar que habían caído dormidas. Asher y Kai se mantenían callados al igual que como habían estado por la mañana, Kai manteniendo los brazos cruzados y los ojos cerrados mientras Asher pasaba en limpio las notas que había obtenido en el día.

Alek podía escuchar los ronquidos de Serge a sus espaldas, y si el silencio de Luka no indicaba otra cosa, había usado al grandote como almohada y también estaba perdido.

La música en su oído y el relativo silencio del autobús comenzó a arrullarlo, dejando que sus párpados comenzaran a caer hasta casi cerrarse.

Sin quererlo, sus ojos fueron a parar a Tai, mirando por la ventana del autobús. Le dedicó una sonrisa somnolienta. Lucía tranquila y contenta escuchando música. No podía verla de frente, pero por el reflejo de la ventana, Alek notó sus ojos estaban perdidos en el paisaje mientras se enfocaba en el ritmo de la canción.

Su cabello negro; el cual comenzaba a crecer y permitía que su color natural se asomara en la raíz; caía libremente sobre su rostro, rizándose a la altura de sus clavículas.

Los dedos de Alek se contrajeron en su regazo, restringiendo su deseo de acomodar el mechón de cabello que estaba en la mejilla de Tai y colocarlo detrás de su oído para poder ver con mayor facilidad su rostro. Sabía que podía hacerlo. Solo bastaba con levantar la mano y hacerlo, pero verla tan relajada lo hizo detenerse.

Fue el movimiento de los dedos de Tai que descansaban sobre su regazo lo que lo distrajo de seguirla admirando. No era específicamente al ritmo de la música, pero simulaba los cambios de nota en la canción. Parecía que lo estaba haciendo sin darse cuenta, porque sus ojos verdes seguían fijos en la ventana y el paisaje que recorrían.

Si fuera una canción cualquiera, supondría que estaba simulando que tocaba la guitarra, pero al ser música clásica, las opciones se abrían a varios instrumentos de cuerdas. Pero estaba cien por ciento seguro de que lo que estaba escuchando era el sonido de un violín. ¿Sería acaso...?

—¿Qué haces?

Tai brincó en su lugar cuando escuchó la voz de Alek irrumpir la música. Por un momento se olvidó que no tenía puestos los dos audífonos. Miró a Alek sin entender a qué se refería con la pregunta. Y no fue hasta que Alek enfocó sus ojos en una de sus manos, que se dio cuenta que tenía unidos el dedo anular y corazón contra el pulgar.

—Oh —fue lo único que supo decir antes de separarlos—. Suelo hacerlo cuando escucho música.

—¿Fingir que tocas un violín? —preguntó Alek con real curiosidad.

—Sigo las notas de la canción —lo corrigió Tai, mordiéndose el labio.

Alek parpadeó cuando la música llegaba a su final, cambiando a otra melodía un poco más tranquila que la anterior.

—¿Sabes tocar música clásica?

Tai se quedó congelada en su lugar por la intensidad en los ojos de Alek.

—Un poco...

—¿Tocas el violín?

—¿Sí? ¿Creía que ya lo había mencionado antes?

Tai se hizo pequeña al ver que Alek no despegaba los ojos de ella. Incluso, la miraba molesto, aunque Tai no entendiera por qué tenía que estarlo. Tal vez a Alek no le gustaba el violín, pero no pareció molesto cuando puso La primavera de Vivaldi. Así que esa reacción era desconcertante, y hacía que su corazón se acelerara por la incertidumbre.

—¿Estás bien?

Alek parpadeó sin deshacer la mueca en su rostro. Miró la mano con la que Tai había simulado las notas del violín y después negó con la cabeza, acomodándose en su lugar mientras se cruzaba de brazos.

—Olvidé que lo habías dicho... solo tengo que asimilarlo —Alek le confesó, pero su tono de voz no sonaba tan agresivo como su apariencia.

Fue el turno de Tai en parpadear extrañada por la respuesta. ¿Asimilar qué? ¿Qué de todas las actividades que su madre le había hecho practicar, el violín había sido la única que había continuado hasta la fecha? Tal vez Alek esperaba que solo tuviera como pasatiempo el dibujar y rescatar animales de la calle.

¿Tal vez el que supiera tocar violín era demasiado pretencioso? Alek había dicho que odiaba a las personas pretenciosas. Probablemente era eso. Y si era eso, ¿Alek le pediría que terminaran a pesar de solo haber cumplido una semana de noviazgo? ¿Al menos Alek le pediría que siguieran siendo amigos?

Una mano sobre la suya la sacó de sus pensamientos. Tai siguió el recorrido de la extremidad hasta Alek, que tenía los ojos cerrados, ajeno a su dilema.

—Piensas demasiado fuerte —se rió Alek sin abrir los ojos, apretándole la mano—. Pensé que habías abandonado el violín y nunca te imaginé tocándolo. Ahora que te veo moviendo los dedos, estoy tratando de no imaginarte. Creo que mi corazón no lo resistiría.

Tai pudo soltar aire, sorprendida de darse cuenta que lo había retenido todo este tiempo. Regresando el apretón de mano, volvieron a quedarse en silencio.

La música instrumental siguió sonando por un rato mientras Alek trataba de encontrar todos los instrumentos que formaban parte de la melodía, intentando adivinar si podía diferenciar la pista del violín y del piano, y las trompetas de las tamboras, cuando un agradable peso se hizo presente sobre su brazo.

Abrió los ojos, y sonrió cuando sintió la respiración acompasada de Tai sobre su clavícula. Verla con los ojos cerrados le confirmó que estaba perdida en sueños. Alek volvió a apretar la mano que tenía cautiva entre la suya una vez más, antes de depositar un pequeño beso sobre la frente de Tai. Se acomodó en su lugar para descansar su mejilla sobre el cabello negro, dejándose arrullar por la música de fondo y el vaivén del autobús.

Cosas que terminan de enamorar a Alek: que Tai sepa tocar el violín. No se la quiere imaginar porque sino....

Corran al siguiente capítulo! Les va a gustar!!!

No olviden sus estrellitas y sobre todo comentarios! Me alegran el alma!

⌘María Centeno

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