Taming the lynx [Omegacember...

By Tsundere_Kitty

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Ash Lynx está decidido a destruir a Dino Golzine y llegar al fondo de lo que es banana fish, el plan es simpl... More

1. Autocontrol.
2. Voz.
3. Aroma.
4. Instinto.
5. Colmillos.
6. Supresor.
7. Celos.
8. Ofrenda.
9. Ronroneo alfa.
10. Gargantilla.
11. Gruñido.
12. Bozal.
13. Ojos de cachorro.
14. Prendas con aroma.
15. Collar de protección.
16. Ronroneo de omega.
17. Mordida.
18. Parche.
19 Celo alfa.
20. Cuello.
21. Púas en la lengua.
23. Celo omega.
24. Impregnación de aroma.

22. Nido.

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By Tsundere_Kitty

Hi~ El capítulo de hoy me parece que es demasiado necesario porque ya se puede ir desglosando el trauma que queda en Eiji y de una manera muy amorosa y tierna, así que lo único que podría advertirles es que como Eiji nunca ha estado en un ambiente de validación y compasión hacia él mismo es super minimizador e invalidante con lo que le pasa, cuesta salir de ahí, el cabro lleva funcionando una vida así y no dejará de hacerlo sin ayuda externa, así que acá abrimos la puertita.

El capítulo de hoy va para Little_Gold_Fish_ok, muchas gracias por tu apoyo y cariño a mis historias, te he visto por mi perfil pero nunca te había podido agradecer bien, así que nada, espero que alivie el dolor del arco pasado.

Eiji se sienta de golpe en la cama, la noche está helada, tan helada que su aliento se transparenta en una bruma fantasma encima de su nariz, sus ojos escanean la deplorable habitación en busca de una manta extra solo para que arroje un resoplido de frustración, últimamente se siente más sensible en diferentes aspectos y la temperatura es uno de ellos o quizás se está volviendo viejo (como diría Ash) en cualquier caso, su pijama de algodón no está siendo suficiente para sobrellevar el otoño en Nueva York.

—Todavía no vuelve. —Musita para sí mismo clavando sus ojos en la segunda cama.

Está vacía.

Aslan desaparece por períodos de tiempo indefinidos y aunque la idea francamente le da impotencia ya que se siente excluido, todos a su alrededor lo aceptan con una calma imperturbable, por eso, Eiji también debe hacerlo, no puede quedarse atrás y darle la razón al enemigo. No. No. No. Yut-Lung le advirtió lo duro que era este mundo. Por eso mismo, no será ningún talón de Aquiles

No seas una carga para él, no seas una carga para él, no seas una carga para él, ¡no seas una carga!

Eiji enrolla los puños contra las sábanas, el sudor cae como los residuos de una lluvia torrencial desde la punta de su flequillo hacia su mentón, los dientes le duelen porque probablemente los apretó más de la cuenta en la noche, es un hábito que ha adquirido para amortiguar los sollozos, es decir, cuando Ash grita horrorizado por sus pesadillas, Eiji calla, calla y calla. Calla hasta que literalmente se lastima.

Todas las noches tiene pesadillas.

Sí.

Algunas noches son sobre la última mirada que entabló con Shorter, ese mismo Shorter que lo acogió en su regazo siendo un conejo, le acarició el lomo y le prometió que todo estaría bien porque estaban los tres juntos pero las cosas salieron tan mal que cuando volvió a su forma humana Shorter no pudo ni mirarlo a los ojos, Yut-Lung lo cubrió con una manta porque estaba desnudo y no quería exponerlo a las miradas grotescas de los presentes pero no sirvió de nada. Eiji gritó. Extendió su mano. Les rogó que no se llevaran a Shorter, les rezó a todos los dioses que conocía, más, lo arrastraron al laboratorio y cuando se volvieron a ver no era más... ¡Shorter, soy yo! ¿Acaso no puedes reconocerme? Lo intentó matar. A veces aún sueña con esto incluso si Yue le contó que sigue vivo, no ha querido verlo. A veces sueña con su propia familia en Japón y se pregunta si lo extrañaran. A veces sueña con Griffin aunque ni siquiera lo conoce. Con Ash. Con cómo le ha jodido la vida.

¿Pero la mayoría de las veces?

Sueña con Dino y lo que intentó.

—No pasa nada. —Se consuela a sí mismo—. Estoy bien.

Olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, olvídalo, ¡olvídalo!

No quiere pensarlo, si lo piensa se va a desmoronar y si se desmorona no será capaz de armarse para sostener al resto, más, la sensación de las cuerdas en sus muñecas todavía quema como si nunca las hubiera desamarrado del cabezal de madera, la voz de Yut-Lung susurrándole cosas bonitas para que así se calmara y cediera igual que un toro desembocado al que acicalan antes de llevarlo al matadero sin piedad retumban en un eco lejano en su cabeza, la desnudez, la humillación, la lucha, todo vuelve por más que no ansíe que vuelva. Sus ojos verdes. Y de un verde muy distinto al de Ash. Y de ese Ash que llegó "a tiempo" pero no se sintió de esa manera. Porque cuando derribó la puerta utilizando su ametralladora sentía que lo habían despojado de cosas que nunca recuperará. No fueron físicas. Está bien su cuerpo a pesar de las cicatrices, ¿pero su alma?, ¿su corazón?, ¿su mente? Esta vez le resulta imposible arreglarse a sí mismo así que le queda fingir.

—Estoy bien.

La corta.

—Estoy bien. —Se repite a sí mismo sin mirar nada en el cuarto—. Debo estar bien porque si Ash me nota raro no podrá concentrarse en salvar a Shorter y si Shorter muere por mi culpa...

Bang.

Eiji quiere llorar, recuerda perfectamente cómo se sintió el peso de su cuerpo encima, cómo la sangre lo empezó a empapar, se sentía cálida y pegajosa, cómo su corazón poco a poco perdía fuerza y todas las memorias que tenía de Shorter se manchaban por eso, incluso si lo pudieran salvar, aún lo querría matar ya que así trabaja esa droga, Dawson dijo que desobedecer la orden sería una agonía insufrible y que cuando finalmente cumpliera con su objetivo se haría daño hasta matarse, es horrible, no cabe duda de que Shorter la tiene mucho peor. Y Ash que es su mejor amigo. Y Yue que es su omega. Sing que es su pupilo. Todos la tienen peor que Eiji.

—Así que deja de quejarte. —Se pide acurrucándose contra sí mismo, tomando ropas del suelo dado que es patético y no puede dormir sino es en un nido—. Ni siquiera es uno bonito.

Con razón Ash no te quiere de omega.

Eiji intenta mitigar esos pensamientos amontonando las camisas del alfa, no tiene fuerzas para seguir llorando, al menos puede llorar estando solo y no tiene que fingir, así que se transforma en un conejo y se mete debajo de las prendas deseando desaparecer ahí, el aroma de Ash lo envuelve y le da tanta pena que lo haga, desearía que estuviera aquí, no obstante, comprende que Yut-Lung lo precisa a su lado ya que ambos son inteligentes y entienden de drogas, ja, él es mayor, qué vergüenza que todavía ni pueda hablar bien inglés, ¿qué hace al lado de Ash siendo tan simplón? Eiji no es tonto, ni tampoco es ajeno a los rumores entre las pandillas, a nadie le hace sentido el afecto entre un lince y un conejo.

Y ahora Eiji tampoco cree que tenga sentido.

¿Por qué sigue en América? ¿Por qué no se va a casa? Cierto, no tiene una casa a la cual regresar, no se imagina a su familia siendo receptiva con su nueva condición.

—¿Eiji?

Es patético.

—¿Sigues despierto? Lamento haber llegado tan tarde.

Pero el conejo no responde, en su lugar, aprieta con fuerza los párpados y agacha las orejas deseando que no lo encuentre, el alfa impresiona interpretar de manera errónea su señal puesto que de pronto sus feromonas yacen impregnadas con una tristeza tan grande que le rompe el corazón, ¿por qué se puso de esa forma? No entiende, sin embargo, no tiene ni la fuerza para salir de las camisetas y darle la cara, vaya cobarde.

—Sé que estás despierto, puedo notarlo por tu respiración. —Ash dice en un hilo apenas perceptible de voz, parece a punto de llorar—. Está bien que me evites y me temas luego de lo que pasó.

¿Qué?

Pero Eiji creyó dejarle en claro que nunca le temería.

Ash se lo preguntó ¡se lo preguntó y Eiji creyó que al menos...! pero nada de lo que hace es suficiente.

—Aun así, debemos curar tus heridas, sé que es incómodo tenerme cerca pero como tienes mi marca soy la forma más eficiente de curarte, así que por favor, transfórmate otra vez en una persona, estaré dado vueltas para que puedas vestirte.

Pero Eiji no tiene ganas de transformarse en un humano de nuevo, ni de ponerse el pijama, ni codicia sanar cosas que otras personas rompieron en él, ¿por qué debería? Aún así hace todo lo anterior, se coloca el pijama celeste, no se mueve de su nido, le da la espalda y Ash debe interpretarlo como una invitación para acercarse y remediar finalmente su cuello.

Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino. Dino.

Todavía puede sentirlo, va a vomitar.

Ash acomoda sus palmas sobre sus hombros, se inclina y con suma ternura saca las púas de su lengua para empezar a limpiar la herida, su roce le resulta tan gentil, dulce y cargado de amor que de pronto está tiritando, conoce a Ash, sabe que lo interpretará como si le temiera y no es eso, es que el omega no se siente digno de ser amado por alguien así de extraordinario, ¿qué ha hecho además de arruinar la vida del alfa desde que se conocen? Hizo que le disparara a su mejor amigo. Lo forzó a visitar aquel pueblo que es un cementerio. Lo retrasa. No se logra defender. Por su culpa deben estar hiperalertas.

—Sé que odias esto. —La voz de Ash es una voz sumamente triste—. Pero aguanta un poco más, Eiji.

Y acá es donde siempre pasa.

Eiji deja en segundo plano todo lo que está sintiendo ya que Ash ha sufrido demasiado y no se anhela convertir en otro motivo de la lista, así que se da vueltas para que queden arrodillados frente a frente en el colchón, la noche acecha igual que un monstruo bajo la cama y debería ser imposible distinguir cualquier tipo de facción por lo mismo, sin embargo, no las de Aslan, a Eiji le basta de un simple roce u olor para identificarle y si quedara ciego podría reconocerlo por el modo en que respira o por cómo pisa el suelo, lo reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte, lo sabe y cree que eso le duele más que nada, al final, solo le está dando problemas innecesarios.

—No odio esto. —Le explica articulando sus palabras, procurando ser sincero porque Ash ha recibido demasiadas mentiras, así que omite—. Solo estoy en shock por lo que pasó, necesito tiempo.

—No tienes que decir eso para hacerme sentir mejor.

—No lo hago.

—Eiji. —El semblante del rubio cambia—. Te ves como si estuvieras a punto de llorar, no me engañas.

—¿Eh? —De pronto, sus ojos queman como si les hubieran tirado ácido corrosivo y estuviera a punto de quedar ciego, no puede mostrarle ese lado tan patético suyo—. Debe ser por el cansancio, debería irme a dormir antes de que empiece a hablar incoherencias.

—Por favor, explícame.

—¡Ah! ¡Cierto! Toda tu ropa la amontoné en mi cama, lo lamento. —Se disculpa sintiéndose grotesco e indigno, es un despojo humano—. Desharé el nido de inmediato.

—No es necesario, ese no es el tema. —Ash se escucha al borde de la desesperación, ha elevado sus manos casi como si quisiera tocarlo pero no se atreviera, posiblemente vea lo sucio que es—. ¿Acaso no confías en mí? Porque es evidente que algo te está pasando.

—No. —Ríe con tristeza—. No es eso.

¿Cómo se sentiría Ash si supiera que "la única persona que nunca le ha pedido nada a cambio" siente atracción por él? Lo odiaría y Eiji no lo culparía.

Eiji se odia por estar enamorado, ¿cómo se atreve? Pero no puede controlarlo, si bien nunca le pedirá nada a cambio explícitamente ni se atrevería a transgredir sus límites porque todos los han destruido sin importarles el daño, no puede evitar que le guste ser tocado por Ash, que lo quiera como su alfa, que sienta la necesidad de hacer nidos con su ropa, que le guste cocinar para él y escuchar sus tontas historias, que le hable sobre libros feos, que se burle, le diga "onii-chan" o lo llame ama de casa, que le cuente historias de una infancia dónde lo único que lo asustaba eran las calabazas, ama a Ash y es un problema, amarlo implica ensuciar lo que tienen, Eiji se odia profundamente por eso, ¿qué pasará cuando le llegue el celo a alguno de los dos y quede desnuda su verdadera naturaleza?, ¿cómo vivirá sabiendo que lo ve con los mismos ojos que Dino? Lo siento.

—Eiji. —Ash lo despierta del trance sosteniendo sus mejillas, lo está mirando con tanta preocupación que lo hace trizas, no es justo—. Estás llorando.

—Perdón. —El japonés intenta esconderse detrás del antebrazo, se siente roto, inhumano—. Perdón.

—No tienes nada de qué disculparte. —Ash no lo juzga aunque se está ahogando en un vaso de agua ínfimo—. Estoy acá para ti, estás a salvo.

Eiji llora por primera vez enfrente de Ash, procuró no hacerlo desde que lo salvó del Club Cod porque sino es de utilidad será desechado pero no da más, lo ultrajaron desde que pisó América, lo metieron en una jaula y le inyectaron una droga, su cuerpo cambió a merced de desconocidos, lo secuestraron, lo lastimaron, lo torturaron, Dino trató de violarlo, lo desnudaron, lo convirtieron en un objetivo para que Shorter matara y lo destrozaron enfrente de sus ojos, Shorter casi muere encima, estuvo a punto de no volver a ver a Ash. Así que llora por todo eso y por lo de antes. Llora porque está sucio y detesta la mordida de Golzine. Llora porque posee pesadillas. Llora porque reacciona de maneras raras. Llora porque no puede normalizar nada. Llora porque no quiere ser una carga para Ash. Llora porque ama a Ash. Llora porque no puede amarlo.

Llora porque aunque le dijo que entendía que no pueden ser nada en este contexto le duele no serlo.

Ash en todo momento se mantiene en silencio abrazando al omega dejando que se desahogue, dado que no sabe qué decir acomoda una palma sobre su espalda, mitiga sus espasmos, los absorbe sobre su pecho, los comparten, no lo dejará solo, hará de manta, de refugio, de paraguas, de hogar, aunque sea petulante Ash quiere ser un hogar para Eiji así como él lo ha sido para Ash.

Así que lo deja gritar aun si le hace mierda el corazón, lo deja maldecir, golpear las almohadas, acabar hecho un ovillo, desmoronarse, hacerse pedazos, no poder recoger los pedazos y quedarse ahí abajo.

—Perdón. —Eiji no deja de disculparse, las palabras salen en automático—. No quería que vieras ese espectáculo tan denigrante.

—¿Por qué eres tan duro contigo?

—Porque fue patético mostrarte eso, fue denigrante.

—No tiene nada de denigrante sufrir por lo que hemos pasado. —Ash intenta validarlo y poco a poco lo aparta para mirarlo a los ojos, todavía no sabe manejar a un Eiji triste pero ya no le importa porque descubrió que amar a veces implica ver al otro sufrir y solo poder estar ahí—. Yo debería disculparme en tu lugar.

—¿Por qué?

—Porque sabía que te estabas conteniendo. —Se explica con dificultad—. Pero no quise presionarte.

—Ash.

—Suena como una excusa, lo sé. —Ash se encoge totalmente avergonzado, aun así no deja que gane la intrusión y le toma las manos, Eiji siempre está para él, necesita apoyarlo—. Me cuesta permitirme sentir porque antes si me permitía sentir no me podía levantar. —Ríe—. Si fuera como el resto de las personas y necesitara tiempo para sanar me moriría de viejo, pero eso no es sano, solo sigo en modo automático, maté a Arthur y ni siquiera me acuerdo de cómo fue, le arranqué la cabeza a Marvin, he asesinado a tantos y si me pongo a pensarlo no me levantaré.

—Está bien. —Eiji aprieta las manos de regreso—. No te estoy pidiendo nada de eso porque en cierta medida entiendo lo duro que es para ti. —Pero las cosas no tienen que ver con eso, Eiji nunca le pide nada y si está poniendo el tema no es para darle más responsabilidad, es para mostrarle un cambio.

—Pero... —Así que debe mostrárselo—. Pero quiero hacerme cargo de esas cosas.

—¿Eh? —El omega frunce el ceño, es tan lindo—. ¿A qué te refieres con hacerte cargo? No entiendo.

—A que encontré una razón para sanar, no creo en las recuperaciones porque nunca he podido tener una y siendo honesto soy un trastorno mental tras otro. —Abuso sexual infantil, anorexia nerviosa y una inmensa cucharada de PTSD—. Cuando me llamaban a un doctor era por enfermedades sexuales porque a pesar de todo les gustaba mantener a sus putas limpias, pero otro tipo no conozco y me es difícil creerlo, me es imposible imaginarme estando bien, siempre he estado mal y me da miedo, me da terror tratar de estar bien y descubrir que no puedo estarlo.

—No estoy entendiendo a dónde va la conversación.

—Mi punto es que todas estas cosas normales me dan miedo y por eso usualmente las evitaría hasta el final, pero quiero ser bueno para ti...algún día quiero ser lo suficientemente bueno como para que podamos hacer todas esas cosas que sé que quieres y no puedo darte, quiero darte un novio que no tenga pesadillas todas las malditas noches, alguien que no esté siempre hiperalerta o tenga una clase de filtro negativista a la vida, alguien que no reexperimente, ni se disocie, ni viva evitando o atrapado en los recuerdos. Quiero ser alguien normal para ti, alguien que te haga feliz.

—Tú ya me haces feliz, Ash.

—Pero más, quiero poder ir a la universidad algún día y no sé, que te sientas orgulloso de decirles a tus compañeros "mi novio está estudiando" en vez de "mi novio es una puta y un asesino". Esa es la razón por la que no podemos ser pareja, no ahora, no quiero darte esta versión tan rota.

—No tienes que obligarte a devolverme nada.

—Vaya qué eres cabeza dura, onii-chan. —Ash le golpea la frente con suavidad, no es brusco, aunque el gesto resulta lo suficientemente molesto para captar su atención—. Tú no me estás obligando y al mismo tiempo, quiero hacerlo porque te amo.

—¿Eh? —Eiji palidece—. ¿Qué dijiste? Creo que te escuché mal.

—Te amo, Eiji Okumura.

Los ojos del aludido se cristalizan como sino pudiera creer lo que está diciendo, Ash no quería hacerlo llorar otra vez, no obstante, esta vez es diferente, sus ojos relumbran como un cosmos de diamantes en vez de estrellas, sus labios sueltan una risa con la que podría componer un soneto, su piel enrojece por el llanto junto a su nariz, sus manos tiemblan, Ash las toma, Ash nunca más las suelta, hay cientos de cosas que todavía no entiende en la vida y no se puede permitir, no sabe cómo acabó enamorado de la persona menos probable ni porque se aferra tanto si es perfectamente racional, la única certeza que tiene es que su vida no fue vida hasta que Eiji apareció en ella y ya no está dispuesto a hacer de valiente y dejarlo ir, dejar ir es un acto de cobardía, Max se lo enseñó.

—¿Por qué luces tan sorprendido? —Ash se ríe finalmente quebrando la tensión—. Tú mismo dijiste que yo te amaba ¿lo recuerdas? Y afirmaste que lo sabías con bastante orgullo.

—Sí, pero... —El omega no deja de temblar—. Es diferente.

—¿Cómo puede ser diferente?

—Ya viste lo horrible que soy, ¿cómo puedes amarme aún? —Lo mata pensar que alguna vez alguien lo hizo sentir de esa manera porque Eiji es hermoso en lo más profundo de la palabra y Ash lo adora con todas sus letras correspondientes—. No puedo hacer nada bien.

—Eiji. —El alfa lo recuesta en el nido—. Entiendo que te sientas así y por qué te sientes de esa forma.

—¿Sí?

—Sí. —Sonríe—. Pero quiero que sepas que esa no es la verdad, que no eres una carga para mí y de hecho, eres la razón por la que sigo vivo.

—Sino me hubieras conocido Shorter seguiría bien. —Así que de eso se trataba.

—No es cierto. —Necesita clarificarlo antes de que sea demasiado tarde—. Dino usa a quienes amo para hacerme daño, tarde o temprano habría intentado algo con Shorter, lo ha hecho con Skip, estoy seguro de que si supiera de Griffin ya lo habría usado para amenazarme, las cosas son así, mi vida es así. —Se detiene—. Mi vida es así, por ahora.

—Te escuchas diferente. —Eiji ríe volviendo a sí mismo—. Te veo mejor.

—Bien. —Ash extiende sus brazos en el nido—. Estoy tratando de ser mejor para ti.

Se quedan enrollados el uno al otro en medio del nido, Eiji desliza sus dedos sobre la fornida espalda del alfa, traza constelaciones ahí, dibuja las estrellas de ese pequeño microcosmos mientras que Ash se dedica a acariciar los mechones esponjados de su amado, adora el aroma que emana y cómo unas caricias tan simples incitan a que ambos ronroneen con suavidad, aunque quizás lo reconfortante no sea la forma de los roces sino la presencia del otro, Ash sonríe con el pensamiento estrechando a Eiji aún más sobre su pecho, los suaves labios de su amado presionan su clavícula y le musitan los versos más amorosos que ha escuchado en la vida. Esto. Ash quiere esto el resto de su vida. A Eiji. A su lado. Envejeciendo el uno con el otro. Siendo domésticos. Tontos. Cotidianos. Amados.

¿Quién lo diría?

Todavía se sigue cuestionando si lo merece, no por sanar eso borrará lo que ha hecho, sabe que esto es tiempo robado, que están en una burbuja protegida flotando a la deriva en medio de la mosqueta.

—Lo que pasó con Shorter tampoco fue tu culpa. —Pero todo eso da igual en esos momentos, ambos están vivos, apretados el uno al otro, amándose—. Te prometo que hallaremos una forma de salvarlo para que puedan volver a ser amigos. —Y justamente por eso todo se ve posible, ¿acaso no es irónico cómo lo que se supone que es su "debilidad" acabó siendo su fortaleza más grande?

—No creo que él quiera ser mi amigo luego de lo que pasó.

—Eiji. —Entonces debe reafirmarlo—. Shorter no le entrega su cariño a cualquier persona, solo a las que son especiales, él te quiere mucho.

—Yo también lo quiero mucho. —El nipón hunde su rostro en su pecho descarrilando su corazón con latidos erráticos—. Fue mi primer amigo de verdad. —No tuve en Japón.

—¿Ves? Dale tiempo, está bien.

—En ese caso... —Eiji se esconde igual que un conejito temeroso contra su pecho, siente cómo tensa los puños en su camisa y su respiración se torna una ráfaga, debe ser duro para él, pero está orgulloso de que aún así lo haga—. ¿Puedo acompañarte a verlo? No para encararlo, no estoy listo y sé que él sigue bajo los efectos de la droga, así que saldría mal verme, pero quisiera estar cerca de él, vaya, sé que suena tonto si lo digo así, qué vergüenza.

—No es tonto. —Ash lo acuna con gentileza del mentón, lo alza—. Creo que es una maravillosa idea.

—¿Lo es? —Eiji sonríe absolutamente enamorado.

—Lo es.

Ash suspira, sabiendo que mientras más pasan juntos más duro cae en este amor y que aunque sigue muerto de miedo por lo mismo, está dispuesto a arriesgarlo todo por Eiji. Eiji realmente vale la pena.

🐾

—¡Eiji! ¡Mi alma gemela! ¡Mi amor! ¡La futura madre de mis hijos en una relación poliamorosa!

Ash no sabe cómo diablos tomarse lo que está presenciando, ¿qué es esto?

Okey.

No es que le moleste que su amado tenga amigos, al contrario, es la primera persona en alentarlo si ve que algo lo hará feliz incluso si eso implica aceptar a malas influencias como Bones, Kong y a veces Skip en su casa y no obstante, tiene que confesar que le revuelve las tripas ver cómo Yut-Lung aprieta con esos brazos de boa constrictora a su preciado conejito (y más considerando la primera impresión que les dejó) todavía no confía en Yut-Lung, pero asimismo comprende que si quisiera traicionarlo y estuviera del lado de Dino no los habría ayudado a salir de la mansión.

Además, salvó la vida de Shorter, sino murió por la bala fue por las atenciones médicas que le ofreció de inmediato usando veneno de serpiente irónicamente, aunque Ash disparó para matar fracasó por un par de centímetros, no sabe si alarmarse por el desgaste de habilidad o agradecerlo, de cualquier manera, tal vez Yut-Lung no sea un mal chico, tal vez sea un incomprendido que quiera hacer amigos.

—Te eché tanto de menos, onii-chan. —O eso pensaba hasta que...

—¿Perdón? —Ash se da vueltas con un tic en el ojo—. ¿Cómo lo llamaste?

—¿Acaso estás sordo, anciano? —Definitivamente retracta cada pensamiento previo que tuvo sobre aquella víbora traicionera—. Eiji me dijo que era mi hermano mayor.

—¿E-Eso es verdad? —¿Y por qué se siente tan traicionado? De todas formas empezó a apodarlo de esa manera solo para molestarlo, no es que sea algo romántico, el propio Ibe impresiona perturbado.

—Sí. —Eiji luce tan culpable al responder, Yut-Lung pega sus mejillas, restriega su grotesco olor sobre el nipón como si fuera un perfume, es un territorial de mierda—. Es que Yue fue... importante cuando nos quedamos a solas.

—Muy importante. —El sañoso le susurra en la oreja con voz aterciopelada a Eiji, desliza sus largos dedos por su cuello y Ash sabe que lo hace solo para molestarlo—. Nos llegamos a conocer de formas muy íntimas.

—¡Es todo! —Ash los separa—. Vinimos a hablar de Shorter, no a que coquetees con mi...

—¿Tú? —Yut-Lung lo desafía—. ¿Tú qué? Anda, ¿tu no-novio? Lo siento, pero ese no es un título real.

—¿Y qué hay de Shorter y tú?

—Shorter es mi alfa, punto.

—¿Y Eiji?

—Eiji es mi omega, punto. —Yut-Lung declara con orgullo—. ¿Qué? Soy muy bonito como para tener solo un novio.

Ash no soporta seguir escuchando más incoherencias así que arrastra al más joven al laboratorio por donde encuentra a su mejor amigo, luce mucho más calmado a la última vez, fue una suerte que Yue lo marcara antes puesto que sus feromonas todavía tienen un efecto importante, sirven de sedantes, ansiolíticos y ayudan a mitigar los efectos secundarios de la droga, Dawson no mintió cuando declaró que sino cumplía con su objetivo (matar a Eiji) la agonía resultaría insufrible, ha sido horroroso, Aslan cree que lo más piadoso sería matarlo y haberle disparado al corazón, no obstante si tienen muestras de los distintos tipos de drogas eso significa que tienen chances de salvarlo.

—Ha estado más tranquilo. —Yut-Lung le lee la mente al decirle eso, pasea sus dedos entre los pelos púrpuras del alfa y este ronronea con calma—. No he podido hacer que hable, no de forma lógica ni coherente, por eso no he dejado ni que Sing ni Nadia lo vean.

—Gracias. —No sabe porqué le agradece—. Para ellos es importante eso.

—Pero Chinatown no confía en ti, ahora estoy dentro y puedo decírtelo a la cara.

—¿Qué?

—Ellos escucharon que mataste a Shorter ¿no te parece sospechoso que Shorter siga vivo pero nadie pueda verlo además de nosotros? Es esperable que desconfíen, Lao más que nadie, Sing se mira muy contrariado por lo mismo, no tengo un buen presentimiento de eso.

—¿No puedes controlar a tus chicos? —Ash se burla—. Vaya jefe de mierda.

—No soy líder pandillero, que no se te olvide.

—Ja.

—Eso es de mal gusto. —Dice eso, más, una mirada cargada de afecto va dirigida hacia Shorter, claro que no debería sorprenderle que algo hubiera nacido con ellos, su mejor amigo tiene una fascinación con las cosas rotas, por eso son amigos para empezar—. Pero tengo la esperanza que podamos hacer una droga para contrarrestar los efectos del banana fish, aunque sea progresivamente.

—¿Crees que Shorter pueda volver a estar bien? —Es la primera vez que se lo pregunta mostrándole un miedo genuino.

—Tiene qué.

—Yut-Lung.

—Todavía no me ha llevado a la cita que me prometió. —Los dedos del omega se entrelazan a los de Shorter y acá comprende que tiene que confiar en este chico, a fin de cuentas es un reflejo del niño que murió en Cape Cod—. Por cierto, el abuelo te estaba buscando como loco.

—¿Max? —Ash frunce el ceño—. ¿Por qué?

No alcanza a escuchar la respuesta cuando Max irrumpe en el laboratorio con la respiración asmática y una mirada repleta de cosas perdidas que Ash no sabe si encontró.

—Griffin. —Es lo que dice—. Griffin está lúcido.

Les dije que no dejaríamos de latido a Griff así que acá vamos con el reencuentro.

Nos vemos mañanita si todo sale bien~

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