Aquello no parecía una casa a la que se acabaran de mudar. Había robots construidos con piezas de lego en las escaleras y dos gatos durmiendo en el sofá de la sala. La mesita de café estaba cubierta de revistas y había un abriguito de niño en el suelo. Toda la casa olía a galletas de chocolate recién hechas. De la cocina llegaba una melodía de jazz que animaba el ambiente. En conjunto, parecía un hogar desordenado y feliz: el lugar donde una familia lleva toda la vida.
Como si fuera mi propia casa caminé hasta los gatos a quienes acaricie en sus bellas cabecitas. No voy a decir que me sentí regañado cuando Zoë me miro a los ojos pero solo apunte al las bellas criaturas. Ella solo nego, resignada. Uno de ellos era blanco puro como la nieve con un pelaje esponjoso y pomposo un persa por su carita mientras que el otro era un gato carey con esas manchas únicas de cada individuo de en su mayoría colores naranjas, muy hermoso; ambos levantaron sus cabezas para mírame. Al momento de hacerlo ambos se levantaron y se bajaron del sillón para darme una reverencia. Les dije a ambos gatos que no hacia falta tales formalidades pero las aceptaba como un regente que de todas forma era respetados por sus leales súbditos. Ambos volvieron a donde estaban para dejarme seguir mimándolos.
-¡Papi!-gritó un niño a unos metros de mi no debía tener mas de seis años, camiseta roja cabello rubio como el del señor Chase pero con ojos verdes y un tanto rasgados por su ascendencia asiática por parte de su madre intentaba tomar las piezas de su cercenado robot de Lego -¡Me está rompiendo los robots!-apunto a su hermano gemelo, el cual estaba vestido igual que el pero con una camiseta azul, quien tenia la pierna de uno de los pequeños robots de lego que poco a poco era aún más descuartizado por las pequeñas manos del infante.
-Bobby-dijo el doctor Chase con voz autoritaria mirando en dirección al pequeño niño que se seguía quejando cada vez que una de las piezas era retirada de su rectangular creación-no rompas los robots de tu hermano-
-¡Yo soy Bobby!-protestó el chico quien se cruzo de brazos mientras su hermano seguía desmantelando el robot para hacer una jirafa.
-Eh... Matthew-se corrigió el doctor con un tono firme-no rompas los robots de tu hermano. Hay mas piezas tiradas por allí, utiliza esas-le apuntó a las escaleras donde piezas grandes de lego estaban esparcido en ellas con formas no muy concretas
-bueno, papi-el niño se fue a buscar con rapidez la piezas antes de que su gemelo le quite más de los juguetes para hacer más jirafas de bloques
El doctor se volvió hacia nosotros ahora que los niños seguían entreteniéndose con sus juguetes.
-Subamos a mi estudio. Por aquí.-el se giro para seguir el camino pero el sonido de cubiertos y platos en la mesa nos llamó la atención. La música se detuvo.
-¡Cariño! La cena ya esta lista. ¿Quién estaba en la entrada?-dijo una mujer, y en la sala apareció la madrastra de Annabeth secándose las manos con un trapo. Era una mujer asiática de ojos verdosos, muy guapa, con reflejos rojizos en el pelo; que llevaba recogido en un moño. Iba vestido con uno de esos para cocinar como las amas de casa de hace años dándole un tono de alguna forma adorable.
-¿No me presentas a tus invitados?-dijo con un poco de sorpresa al ver cinco personas más dentro de la casa. Y en especial niños.
-Ah-dijo el doctor Chase-Ésto es...-Nos miró con aire inexpresivo. No sabía que contestar porque en su estupor no fue capaz de preguntar nuestros nombres por el simple hecho de estar pensando en su hija. .
-¡Frederick!-lo reprendió ella con la mirada-¿No les has preguntado sus nombres?-ella paso su mirada hacia nosotros-Lo lamento niños, le sucede a menudo. Nunca pregunta los nombres. Estuvo como una semana intentando recordar mi nombre cuando nos conocimos-
Nos presentamos nosotros mismos, algo incómodos, aunque la señora Chase parecía muy agradable. Ella se presentó como Mei-yin chase-Zhào. Nos preguntó si teníamos hambre. Reconocimos que sí porque nunca logramos comer, en especial percy quien aunque se comio su emparedado por el camino, todavia era un barril sin fond. ella dijo que nos traería sándwiches y refrescos.
-Querida-dijo el doctor-vienen por Annabeth-le informo con una mirada que demostraba la preocupación que sentía por su hija.
Yo casi me esperaba que la señora se pusiera como loca ante la sola mención de su hijastra, que no quisiera escuchar la simple mención de la adolecente pero apretó los labios con aire preocupado.
-Muy bien. Acomódense en el estudio;
Enseguida les subiré una bandeja-le dirigió una sonrisa a el niño del mar-Encantada de conocerte, Percy. He oído hablar mucho de ti-
Luego sus ojos verdes pasaron hacia mi
-a ti también Nawaki, Annabeth ha hablado mucho de ti. No sabes lo agradecida que estoy de que la salvarás aquel día-le correspondí la sonrisa con la respuesta de que había sido mi deber proteger a los demás.
-¿No le molesta que me quedé a ayudarla?-pregunté ya que siendo sincero no quería perder mucho tiempo en la bella casa que nos retrasaría apenas nos quedaban unas tres horas de sol, además, hace un tiempo no cocinaba o hacía algún tipo de tarea domestica en general, mi magia me había vuelto vago e aquel aspecto y me gustaba esa parte de mi.
-me vendría de maravilla, Nawaki-los demás subieron detrás del doctor mientras yo seguía a la ama de casa. Ella dijo que haríamos algunos sándwiches des mermelada y mantequilla de maní que de no haberla probado antes tendría la loca idea de qué es algo raro pero se forma sorprendente estaba bastante delicioso. Tomando loa frascos comenzó a untar el pan lactal con bastante tranquilidad mientras recuerdos azotaba su vieja mente, recordando como su propia madre le enseñaba a untar mermelada en las tostadas con sus pequeñas manos
La voz de su madre lo había felicitado para pronto seguir el siguiera paso. Probarlos
Llevándose un de sus reciente creación a su pequeña boca pudo sentir la mermelada fría como ella misma, humedeciendo el pan blando a la vez la mantequilla de maní de textura pastosa y algo pesada que por unos ínfimos instantes, sin siquiera proponérselo, lo habían enviado atreves del tiempo a uno de los momentos donde había sido feliz, con ignorancia acompañado de él mínimo sufrimiento que cualquier niño podía experimentar de sonrisas y llanto, superación y caídas, aprendizaje y golpes de realidad llamados vida.
Que bello había sido eso. Pero me dejaba un sentimiento de vacío en mi pecho.
Los niños me sacaron del estupor quienes vinieron a pedir comida al momento en que los aperitivos habían estado cortos sobre el plato de cerámica.
Por supuesto que le iba a dar a los más pequeños
-¿Oigan niños, quieren ver algo genial?-les pregunte poniéndome a su altura. Se mi mano un pequeño jazmín comenzó a crecer hasta alcanzar la madurez con sus pequeños y bellos pétalos blanquecinos . Los pétalos sin dar aviso explotaron en pequeñas mariposas que revolotearon por la sala, los gatos por curiosos empezaron a intentara atraparlas hasta que estos se hicieron polvo que regreso a mi mano
-¡Hooo tienes poderes! ¡Eres un super héroe!-dijo uno de los gemelos que reconocí como Bobby por su color de camiseta.
-¡O un alienígena! ¡Como Superman y Batman!-dijo Matthew con emoción.
-¡Batman no es un alienígena!-le corrigió su gemelo con el cual habían empezado una pequeña discusión.
-¡Si lo es!-aseguró el de azul
-¡No, no lo es!-negó el de rojo
-Niños no pelen, además, Batman es humano-le dije mientras veía al de rojo festejar. Me levante para seguir preparando los sándwiches mitras la señora Chase colocaba trozos de chocolate en un pequeño cuenco de madera además de colocar varias tazas para un humeante te que todavia no esruava listo. La mire pensando en decirle que nos iríamos apenas terminara de hablar allá arriba pero por lo que podía ver y conjeturar a base de tan poca información, podría decir que estaba ante la hospitalidad china.
-Nawaki, así que eres un mago?-me pregunto la mujer mayor con sumo interés
-Si, lo soy, Annie seguramente le había contado algo sobre mis poderes-dije, ya que si ananbeth le contó sobre su llegada al campamento no creía que pasara por alto detalles de mi persona.
-Claro que lo hizo, nos conto lo basto que son tus poderes y como nada es imposible para ti. "Como tu fuerza podria llegar a ser comparada con la de Heracles antes de ser un dios" o "como la naturaleza, en todos los sentidos, se dobelga ante su sola presencia" y que "el timpo y el espacio son solo un juguete para el" -la mujer citaba a la niña como una gran oradora de las palabras
-Me halaga, en serio, pero annie tiene una visión un poco exagerada de mi. Muchas cosas, entre ellos, la muerte, se escapan de mi control-dje con verdad en mis palabras, yo había escapado de la muerte dos veces, y una tercera no creo que fuese posible.
-Si, pero lo contaba con tanto entusiasmo hasta me contablizo un sin fin de habilidades que ella creí que podrías hacer. Tanto conocimiento que puedes adquirir. Ella también parece intentar ser como tu, alguin poderosa, la he visto informarse sobre su propia madre, pars intentar encotrar alguna forma de descubrir otro poder a parte de bordar a super velocidad.-me quedé impresionados por lo que me contaba la pelirroja a mi lado. ¿Yo? ¿Un ejemplo a seguir de Annabeth? Una de las personas más sabias entre lo que yo conocía me consideraba una aspiración. Una suave sonrisa se instalo en mi rostro
-Sabe, estoy seguro, de que si alguien pude encotra un nuevo super poder, esa es Annabeth-ella asintió, estando de acuerdo con mis palabras. La tetera comenzó a resoplar como un silbato de un tren a vapor, listo para salir de la estación. La ama de casar coloco la tetera en en la bandeja lista para ser utilizada
Ambos nos pusimos en marcha y subimos hacia el estudio del Dr Chase
-¡Hora de merendar!-anunció la señora Chase quien entraba con una radiante sonrisa. Percy y Thalia se les iluminaron los ojos al ver la deliciosa comida delante de ellos. Dando pequeños pasos, pero apurados no queriendo ser descorteses tomaron varias galletas entre sus manos empezando a engullirla una por una.
Yo tome una taza de té que fue rellenada por la dulce mujer, quien también había servido un té para los presentes, incluyendo a su marido y ella. Agarre entre mis dedos un trozo de chocolate degustado su amargo sabor.
-Yo sé conducir, señor. No soy tan joven como aparento. Y prometo no destrozarle el coche-
La anfitriona levantó las cejas intrigada por las palabras de la eterna cazadora.
-¿De qué va esto?-cuestiono la matriarca de la familia.
-Annabeth está en grave peligro-le explicó el doctor en resumidas cuentas-En el monte Tamalpais. Yo los llevaría, pero... no es apto para mortales, al parecer.-Dio la impresión de que le costaba pronunciar esta última parte como si solo fuese una mentira para que no fuese parte de la acción.
Yo pensaba que la señora Chase se negaría. Vamos, ¿qué padres mortales en sus facultades permitirían que cinco menores se llevasen prestado su coche para ir hasta la mitad de la montaña? Al parecer, estos padres lo hacían.
-Será mejor que se pongan en marcha, entonces-dijo con seguridad aunque parecía un poco decepcionada de que nos retiraremos sin haber terminado de comer, aunque, ya casi solo quedaban dos sándwiches y media docena de chocolates.
-¡Bien!-El doctor se levantó de un salto y empezó a palparse los bolsillos-. Mis llaves...
Su mujer dio un suspiro.
-¡Por favor, Frederick! Serías capaz de perder hasta los sesos si no los llevases envueltos en esa gorra. Las llaves están en el colgador de la entrada.-le recordó apuntando con un pequeño gesto de su cabeza
-Eso es-dijo él mientras cruzaba el estudio para bajar con prisa a la planta baja.
Zoë agarró uno de los últimos sándwiches.
-Gracias a los dos. Ahora hemos de irnos-dijo con su tono antiquísimo. Sus dedos largos se entornaron en una de las pequeñas tazas bebiendo el contenido.
Salimos del estudio y bajamos las escaleras corriendo, con la señora Chase detrás de nosotros.
Al bajar a la sala de estar me despido de ambos gatos y de los niños quienes ahora jugaban a ser super héroes combinados con movimientos de mortal kombat y de vez en cuando gritaban "super sayayin" siendo una rara pero divertida combinación para pasar el rato.
-Percy-le dijo Mei-yin cuando ya nos íbamos-dile a Annabeth...que aún tiene aquí un hogar, ¿de acuerdo? Recuérdaselo.-
Eché un último vistazo al desbarajuste de la sala, donde los hermanastros de Annabeth seguían jugando con sus capas atadas a sus cuellos. Matthew lanzo un Kame Hame Ha a su hermano quien retrocedió cayendo en los almohadones del otro sillón. La casa entera seguía oliendo a galletas recién hechas. No era un mal lugar para vivir, pensé.
-Se lo diré-prometió el niño del mar con confianza y seguridad ante su promesa para la bella dama china.
Yo me quede junto al señor Chase por un segundo mientras veía a los demás subirse al auto.
-Sabe-comencé, jugando con mis cuentas del collar-la familia es importante, aunque se este en malos términos siempre estarán para apoyarte si entienden que las peleas y los rencores son momentáneos. El amor fraternal es algo que uno no debe de perder. Le haría bien volver a visitar a sus hermanos y sus sobrinos. La vida humana es frágil y puede desaparecer en cualquier momento. Luego, es tarde para arrepentirse.-
El hombre me miró con una ceja levantada, como si yo no tuviese por qué opinar de su situación familiar; lo cual era bastante cierto.
-lo tomaré en cuenta-dijo el. Con mi agudo oído podía oír su corazón acelerarse y sentía como su sangre abandonaba su rostro por ínfimos segundos.
Corrimos hacia un Volkswagen descapotable amarillo, aparcado en el sendero. El sol estaba . Calculé que nos quedaba al menos dos horas para salvar a Annabeth.
-¿No va más rápido este cacharro?-preguntó Thalia con una cara de aburrimiento mientras veía el que descendía para dejar pasar a los peatones. Zoë le lanzó una mirada furibunda.
-perdón, pero no puedo controlar el tráfico. Soy una ninfa ¿recuerdas? No un policía de trafico. Y agradece que el señor Chase nos presto su auto-le dijo mientras unos tipos detrás de nosotros, adolescentes estúpidos seguramente, nos tocaban la bocina con impaciencia y con la música bastante fuerte, siendo que el semáforo aún estaba en rojo. Me gire apoyando mis brazos en los asientos traseros para mirarlos fijamente. Con mi telepatía los asuste, prometiéndole que si no lo hacia los quemaría con todo y vehículo a la vez que deformaba mi rostro haciéndolo demoníaco, con creernos negros, garras prominente y pupilas que dentelladas como fuego infernal
Al momento se detuvieron.
-las dos suenan igual que mi madre-le dijo Percy quien se cruzaba de brazos para acurrucarse en mi hombro.
-¡Cierra el pico!-respondieron ambas al unísono dejando al muchacho con el pico cerrado. Pase mi brazo sobre sus hombros dándole pequeños palmaditas en su bonita cabecita, consolándolo por el grito que ambas arpías que leyeron a mi pequeño niño bonito.
-Son bastante malhumoradas-me susurró la hija de hades quien miraba a las muchachas que ahora debatían sobre loa pros y los contras de que muchos super héroes comenzaban a surgir de entre las sombras. A Thalia parecía un sueño hecho realidad, pero para Zoë, era un presagio de que cosas muy malas estaban por venir.
-Si. y dicen que no se llevan bien-
-Para mi que serán amigas-le di una sonrisa a la vez que movía la cabeza estando de acuerdo a lo que la hija de Hades decía
Avanzábamos serpenteando entre los coches por el Golden Gate. El sol se hundía ya en el horizonte cuando llegamos por fin al condado de Marin y salimos de la autopista.
Ahora la carretera era estrechísima y avanzaba en zigzag rodeada de bosques, subiendo montañas y bordeando escarpados barrancos. Zoë no disminuyó la velocidad en todo el trayecto lo cual en mi humilde opinión no es muy seguro que digamos.
-¿Por qué huele a pastillas para la tos?-pregunto Percy mientras árboles de eucalipto se hacina cada vez más numerosos a la vez que ascendíamos por el camino de tierra
-Son eucaliptos-repuso ella, señalando los enormes árboles que nos rodeaban.
-¿Es esa cosa que comen los koalas?-
-Y los monstruos-contestó-Les encanta masticar las hojas. Sobre todo a los dragones-.
-¿Los dragones mascan hojas de eucalipto?-se le notaba la incredulidad y era cierto, de alguna forma rara los dragones se refrescaba el aliento a muerto que tenían con eucalipto, además si tragaban aquellas que eran más toxicas se ponían en una especie de alucinación como si fuesen una especie de droga por las toxinas que la planta soltaba.
-Créeme-dijo Zoë-si tuvieras el aliento de un dragón, tú también las mascarías.-
Percy se mantuvo un segundo mirando la montaña delante de nosotros
-O sea, que ésa es la Montaña de la Desesperación-dijo mirando hacia el frente.
-Sí-respondió Zoë con voz tensa.
-¿Por qué la llaman así?-pregunto
Ella permaneció en silencio durante casi un kilómetro. Mire el cielo, que poco a poco mandaba a tornarse de colores naranjas y rosados mientras la barca solar de Ra se ocultaba en la Duat.
-Después de la guerra entre dioses y titanes, muchos titanes fueron castigados y encarcelados. A Cronos lo cortaron en pedazos y lo arrojaron al Tártaro. El general que comandaba sus fuerzas, su mano derecha, fue encerrado ahí, en la cima de la montaña, junto al Jardín de las Hespérides-
-El General-dijo. Las nubes se iban arremolinando alrededor de la cumbre, como si la montaña las atrajera y las hiciera girar como peonzas.
-¿Qué es eso? ¿Una tormenta?-
Zoë no respondió. Tuve la sensación de que sabía lo que significaban aquellas nubes. Y no le gustaba nada. Podría haber sido una mani
-Hemos de concentrarnos-advirtió Thalia- La Niebla aquí es muy intensa- era cierto. Si algún monstruo estaba por aquí podría haber parecido cualquier cosa incluso para aquellos con la capacidad de ver a través de la Niebla. Además, la niebla natural hacia mucho más difícil el camino empinado.
-¿La mágica o la natural?-
-Ambas.- contestó.
Las nubes grises seguían espesándose sobre la montaña. Y nosotros nos dirigíamos hacia allí. Habíamos dejado el bosque atrás para internarnos en un espacio abierto plagado de barrancos y rocas.
Miré el mar cuando pasábamos por una curva que se abría a una gran panorámica y vi algo que me hizo dar un bote en el asiento.
-¡Mirad!-Pero justo entonces terminamos de doblar la curva y el mar desapareció tras la montaña.
-¿Qué era?-preguntó Thalia.
-Un barco blanco-dije-Junto a la playa. Parecía un crucero enorme-
Abrió mucho los ojos.
-¿El de Luke?-
Me habría gustado decir que no estaba seguro. Podía tratarse de una coincidencia. Pero yo sabía que no lo era. El Princesa Andrómeda, el crucero demoníaco de Luke, estaba anclado en la playa. Por eso lo había enviado al canal de Panamá. Era el único modo de navegar hasta California desde la costa Este.
-Entonces vamos a tener compañía-discurrió Zoë con tono lúgubre-El ejército de Cronos.-Iba a responderle cuando se me erizó el vello de la nuca. Thalia dio un grito. Sentí como magia y electricidad iban a caer
-¡Frena! ¡Rápido!-
Zoë pisó el freno a fondo sin hacer preguntas. El Volkswagen amarillo giró sobre sí mismo dos veces antes de detenerse al borde del barranco.
-¡Saltad!-Thalia abrió la puerta empujando a Percy del auto. Yo tome a bienca y apareci al lado de Zoë para protegernos de lo que estaba por venir.
Y enseguida... ¡buuuum!
Fulguró un relámpago y el coche del doctor Chase estalló como una granada amarilla haciendo que cerraremos los ojos por reflejo. Senti clmo algunos de los pedazos del auto rebotaban en mi escudo magico, cayendo por el barranco. Oí un sonido a lluvia metálica, y cuando abrí los ojos estábamos rodeados de chatarra. Una parte del guardabarros del Volkswagen se había quedado clavada en la carretera. El capó humeante todavía daba vueltas en el suelo. Había trozos de metal amarillo por todos lados.
Le comprare otro. De eso no había duda
Deshice mi escudo. Nos reunimos con percy y thalia a menos de dos metros de nosotros.
-« Uno perecerá por mano paterna» -murmuró la parte de la profecia- Maldito sea. ¿Es que piensa destruirme? ¿A mí?-
-Eh, oye -le dijo percy-, no puede haber sido el rayo de Zeus. Ni hablar.-
-¿De quién, entonces?-
-No lo sé. Zoë ha pronunciado el nombre de Cronos... Tal vez ha sido el...-Thalia sacudió la cabeza, furiosa.
-¡No! Ha sido él.- declaró con insistencia.
-Thalia, te aseguro que no fue tu padre. Recuerda, tu eres la más cercana a cumplir loa dieciséis. Los titanes te quieren poner de su lado haciéndote creer que el te quiere matar-
-¡Silencio, idiota! ¿Quieres despertar a Ladón?-le dijo en tono bajo procurado no elevar la voz y despertar al venenoso dragón con nuestros gritos.
-¿Ya hemos llegado?-pregunto bianca
- hemos de pronto llegar-dijo-siganme-
-Zoe, espera-le dije deteniedola ante de que siguiera su camino. Hice aparecer una larga cuerda para así todos estaríamos conectados y no nos perderíamos. Todos tomaron un pedazo y empezamos a caminar
Había sábanas de niebla deslizándose por la carretera. Zoë atravesó una de ellas y, cuando la niebla pasó de largo, había desaparecido. El único rastro de que ella aún seguía allí era la cuerda.
-Vamos, bianca-le dije a la joven hija de Hades. Ella camino a mi lado mietras nos adentramos en la niebla hasta en un momento dejarla atrás. A los pocos minutos Percy y Thalia estaban con nosotros. Tome la cuerda entre mis manos. Quisas me serviría para algo
Cuando el aire se despejó, continuábamos en la ladera, pero la carretera ahora era de tierra y estaba flanqueada por hierba mucho más tupida. El sol trazaba en el mar una cuchillada sangrienta. La cima de la montaña, envuelta en nubes de tormenta, parecía más cercana y más poderosa. Había un solo sendero que conducía a la cumbre a través de un prado exuberante de flores y sombras: el jardín de las hesperides.
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Les dejo este capitulo y será el último por mucho tiempo, hasta fines de marzo o inicios de abril porque tengo que estudiar para una materia de la facultad😭😭 así que me tengo que concentrar aunque cabe la posibilidad de traerles uno a finales de febrero.
Aquí se despide su leal escritor ✨️