Nap of a star [KTH+JKK]

Oleh GodsPromises

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"Cuidar de Taehyung, era como cuidar de una estrella tomando una siesta". "Y Jungkook siempre veló aquel sue... Lebih Banyak

Dream: Heartless box
I belive in you
Even If I'm anxious
I can touch
Even If you're not
In my sight
I reach even If you
Go away from me
Even if it's
My hearts is always dancing

Just in your memories

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Oleh GodsPromises

Una vida, por otra vida, no es algo tan sencillo para esconderlo en secreto.

“Incluso sí... incluso sí ese fue mi primer beso”. 

Quizá Taehyung estaba ahí, quizás su cuerpo estaba de pie frente a Jungkook, pero su corazón, oh, su corazón permaneció en esa noche de nieve, en ese roce fugaz de labios, en ese estallido de suavidad. 

Y aunque no sabía que iba a pasar, al igual que el hielo, decidió congelar ese momento en medio de sus heladas manos, y mantenerlo tibio con su cansado corazón, no tan caliente para poder recordarlo cada vez que sintiera soledad en sus manos, y en su vida.

Su corazón permaneció ahí, en esa noche del 2 de diciembre del 2014, aunque ahora él sentía estar frente a una corte, dónde Jungkook era el único juez, dónde tal vez no encontraría indulto. 

Oh.

Sus hombros temblaron, y el pecho le dolió cuando el pelinegro le sostuvo la mirada. Estaba incómodo, sin duda, pero Taehyung sabía que Jungkook estaba aún más incómodo, lo sabía por la forma en que sus ojos titilaban, al compás de sus manos inquietas. Todo, Taehyung había aprendido casa gesto. 

“Bueno, no me perdones entonces” Taehyung descargó su peso sobre las muletas, y resopló, aunque en el fondo sentía el corazón hecho añicos cuando el pelinegro se alejó. 

“No te ves cool así” los ojos de Jhon se enchinaron al burlarse. “Sabes qué la indiferencia de Jungkook, terminaría por matarte. Si es que el cáncer no lo hace primero” le dijo, volteandose para regalarle un vistazo al pelinegro. 

“¡Jhon!” su voz salió en un eco, y recuperó su postura como pudo. Sus ojos llorosos hicieron que el rubio mostrará una pizca de compasión ante la voz espesa. 

"No... vamos, no empieces a llorar" Oh, Dios. Inhaló hondo, después de acomodarse el cabello y frotarse los ojos, estaba en aprietos. “Basta, no empieces a llorar, lo digo en serio” caminó unos cuantos pasos y estampó con suavidad su mano sobre la mejilla de Taehyung para levantar su rostro, avergonzado rostro a decir verdad, sobre su mano cayeron unas cuantas lágrimas tibias. “Deja de llorar, sí”

Asintió despacio, y miró con dulzura al chico de gorra tejida. 

“Yoongi... no creo que Yoongi te odie, solo deja que se le pase, sabes cómo es su madre. Los metiste en serios problemas ese último día. A ambos de hecho”, el contrario restregó su nuca. Jhon arqueó una ceja, y su mirada se volvió fija sobre la gorra tejida. “Y tú también te metiste en serios problemas, Matthew”. 

“No” el castaño resopló. “No más Matthew, no existe” le dijo, la garganta le dolió, quizá tanto como el corazón. Y sus ojos se entrecerraron. 

Oh no, ahí venía, Taehyung lo sabía. 

“Empecemos con la banda de nuevo, tú, Jungkook, Yoongi, yo... ¡Podemos ser!” 

“No digas nada más” su voz salió en un hilo. “La banda no va a volver a unirse, Jhon. ¡Quedó atrás!” el lugar resonó bajo el eco de su voz. Demasiado frío como el tono que tenía. “No sé... no sé si pueda librar esto primero” la mirada de Taehyung se desvío hacia sus muletas. Y con enfadó tiró la gorra al suelo. 

Sus mejillas pálidas se tiñeron con brusquedad. Y sus puños apretados hicieron que las muletas también cayeran, casi al borde de la piscina. 

“No sé cuándo será el último día que pueda despertar” agachó su cabeza al hablar. “¿Qué va a pasar con la banda si muero antes de ser famosos... qué va a pasar con Jungkook?”

Jhon se apresuró a tomar todo lo que había caído. El gorro, las muletas, y también a un cansado Taehyung que perdía el equilibrio. 

“No sé, y tú tampoco” ladeó la ceja. “Vamos Taehyung, no querrás vivir solo como el chico con cáncer, eres aburrido, y tienes malos chistes, muy malos a decir verdad” le dijo, mientras una sonrisa marcaba sus hoyuelos, misma que se detuvo apenas chocó la mirada con Taehyung. “Pero, tocas la guitarra como...” sintió ganas de morderse la lengua. “No me hagas decirlo, y menos así”.

“Podría considerarlo, si lo dices”. 

Jhon volteó los ojos. 

“Tocas la guitarra como Johnny Ramone” apretó los ojos, y miró hacia el techo. “No puedo creer que necesito alimentar tu ego para que estés feliz” lo miró de mala gana y resopló. 

“Se le llama ser buen negociador” respondió en defensa. “¿Ya les dijiste?” continuó, apuntando con la nariz hacia al frente, los hermanos habían regresado.“Más te vale que tengas el sí de Yoongi en tu bolsillo, o tu banda se quedará solo en tus sueños”. 

“Oh, algo apesta a desafío y sarcasmo por aquí” respondió ladino. “Les diré, solo dame unas horas. Shh” reclamó elevando el pulgar, dándose vuelta sobre sus talones para estrechar la mano de Yoongi.

“Deberías irte a casa” soltó apenas llegó, Yoongi apenas sostuvo la mirada hacia el chico de gorra. 

“¡Yoongi!” Jhon se golpeó la frente con la palma de la mano. “¿En serio tienes que actuar como un padre sobreprotector todo el tiempo?” le recriminó cruzándose de brazos. “¿Qué no tienen suficiente con su mamá?”

Jungkook se encogió de brazos. 

“Te pareces a mi mamá ahora mismo” le respondió el pálido. 

“¿Ah, sí?” preguntó indignado. “Tu mamá no sería tan cool como yo”.

“No tienen por qué pelear entre ambos” interrumpió Taehyung con voz bajita. 

“¡Cállate!” salió en un eco de ambas voces. Jhon lo miró sobre el hombro, y Yoongi ni siquiera volteó la cabeza. 

“Bueno, si eres muy diferente a un padre so-bre-pro-tec-tor, deja que Jungkook decida” Jhon lo retó, alzándose de hombros y dejando sus manos sobre su cadera. “Después de todo vamos a festejar porque Jungkook ganó, tú apenas y tocas el agua ¡gato asustadizo!” fue lo último que dijo y se cruzó de brazos. 

“No porque tú me lo digas” Yoongi tragó saliva. Y miró despacio al pelinegro, como buscando sus ojos entre el cabello negro que le caía en la frente. 

Jungkook tembló.

Y no supo a dónde mirar, ni a dónde ni a quién mirar a decir verdad. No, odiaba elegir, siempre odió estar en medio de una decisión. Desde que tenía memoria debía estar en medio de las discusiones, de mamá y papá, o de mamá y Yoongi, siempre debía elegir un extremo. ¿Por qué no solo podían decidir por sí mismos? 

¿Por qué todos tenían que mirarlo?

Taehyung no pudo levantar la cabeza, la dejo ahí, con la mirada clavada en sus zapatos café, y apenas notó cuán ridículo se veía con su pantalón de tela gris. Bueno, no en verdad, amaba el pantalón gris, pero apenas podía ver a Jungkook y evitar sentir aquel estallido de sensaciones después de ese beso, que si por él fuera lo llevaría tatuado con letras chiquititas en su pecho. 

«Por favor, por favor, por favor» era lo único que repetía. «Por favor» repitió por última vez, cuando los labios de Jungkook se abrieron como si fuera a dictar sentencia. Y así se sentía para Taehyung, un verdadero suplicio. «Por favor». 

“Quédate” respondió Jungkook, atreviéndose a levantar la mirada. Y su boca quedó entreabierta cuando chocó con aquellos ojos. Oh, su corazón se volvió tibio. Y entonces pudo sentir un estallido de mil estrellas, como si despertara de una larga siesta. Cómo si pudiera resurgir de nuevo, pero con la necesidad de continuar escondido. 

Un despertar, solo eso. 

“No creas que se me pasará fácil” Yoongi le dijo de mala gana, chocando con una de sus muletas mientras pasaba a un costado. Taehyung le debía aquellos moretones violetas que aún no desaparecían de sus piernas y de su espalda. Taehyung le debía todos los insultos de mamá jamás escuchados hasta esa noche. Le debía eso, y en el fondo, muy en el fondo Yoongi sabía que también le debía la felicidad de Jungkook, las experiencias de la adolescencia, que nunca o casi nunca tenía. 

“¿Tomas cerveza?” Yoongi preguntó en dirección a Taehyung, y él se encogió de hombros y levantó una de las muletas. 

“¿Me veo como si tomara cerveza todos los días?” Taehyung frunció el ceño. Y Jhon copió el gesto. 

“¿En serio?” reclamó el rubio volteando los ojos. 

“Ya tiene dieciocho, debió al menos probar una en su vida, ¿no?” Yoongi dijo, como si aquello fuera lo más natural. Y aunque en realidad lo era, aquello y muchas otras distracciones fueron dejadas de lado cuando su mamá le asignó el puesto de niñera permanente de su hermano. 

“Solo unas cuantas” respondió Taehyung, pasando con dificultad sobre el costado de Yoongi. 

“Bien, porque es justo ahí donde iremos”. 

Jungkook tomó aire, y sintió el río calarse entre sus huesos, ese presentimiento que siempre llegaba cuando las cosas no acabarían bien. Miraba sus pies torpes siguiendo a su hermano, de vez en cuando en medio se cruzaban las muletas de Taehyung. Entrelazando miradas entre ellos, pero apenas y se decían algo más que una sonrisa incómoda. 

 «Cuídame» susurró con la vista al cielo. «Por favor papá» 

“No debiste darle ese décimo vaso” Jhon acomodó a Jungkook sobre el hombro de Yoongi, con esfuerzos porque a decir verdad el cuerpo del menor era bastante pesado. 

Yoongi tomó otra copa. “En fin de año dijo que «quería hacer cosas de chicos grandes», además no es un niño, iba a terminarse emborrachando algún día” la garganta ni siquiera le quemaba, el licor tenía sabor a agua, apenas y podía ponerle un poco mareado. “Es mejor que lo haga con quién en verdad va a cuidarlo” tomó otro sorbo, y con el dedo que le quedaba libre señaló hasta Taehyung. 

El castaño asintió.

“No es la manera, Yoongi” Jhon se movió en el sofá al costado, y el cuero chirriante le dolió los oídos. “Aunque es mejor que esté dormido” después de todo, quién querría ver a unos cuantos ebrios dormir sobre la barra y otros tambalear hasta caerse mientras iban al baño. 

“Aunque quisiera, no puedo cuidarlo siempre, Jhon. Y nuestra mamá terminará por volverse loca, lo enviará a uno de esos internados para deportistas, y ¡pum! su problema estaría resuelto” Yoongi se despeinó el cabello, lo hacía cada cinco minutos porque un ebrio derramó un poco de vodka sobre él.

“¿Cómo murió su padre?”

Y la pregunta lo heló por completo, y esas terribles ganas de llorar llegaron de la mano con la punzada en el estómago. Yoongi solo se removió un poquito, tener la cabeza de Jungkook en su hombro le amortiguaba el cuello.

“Es algo que no te importa, ¿por qué la pregunta?” Yoongi le apuntó con el dedo, y sus ojos desorbitados, sumando su despeinado cabello, no le hacían lucir del todo amigable. 

“Lloró como diez veces mientras decía «Te extraño, papá», es normal que tenga curiosidad” abrió los brazos y miró hacia el pelinegro. 

“No necesitas saber, las personas mueren todos los días, no importa como, lo único que importa es que ya no están aquí Jhon, tu padre sigue vivo, conformate con eso” apretó los ojos cuando el silencio le respondió. 

Nada. Taehyung le regaló una mirada tibia. 

“Lo siento” susurró Yoongi en voz bajita, casi para sí mismo. “Lo siento Jhon... no quería gritarte” la cabeza le dolió, sostuvo su cien entre la mano que no llevaba la nueva copa. 

“Solo Taehyung lo sabe, además de mamá” su voz salió en un hilo, y Yoongi podría jurar que sintió como si la mirada de Taehyung pudiera acurrucarlo. 

Jhon dejó caer su cabeza sobre el espaldar del sofá mientras escuchaba, y la voz fina de Yoongi le hizo arrepentirse por un segundo, de aquello que acababa de preguntar. 

“Jungkook no lo dice, pero septiembre y enero son sus peores épocas del año. Papá murió en septiembre, a mediados, cuando apenas llegamos. Nunca le dijimos toda la verdad a Jungkook” Yoongi tragó saliva. “Y creo que tampoco debería saberlo”. 

“Es su papá... Yoongi, el único que debería elegir eso es Jungkook” Taehyung interfierió mientras acomodaba el cabello del pelinegro y él se removía apenas al sentir el roce en su frente, aún dormido.

Yoongi no hizo más que mirar mal al castaño. 

“Y lo sabes” Taehyung terminó y señaló al pelinegro. 

“Opino lo mismo, Jungkook debería elegir, es su padre” Jhon lo acompañó. “El debería tomar esa decisión, si yo fuera tú le diría, sería mejor que se entere por ti que a tu mamá” Jhon volteó los ojos, Yoongi sabía que tenía razón. 

“No” repuso el pelinegro. “No puedo decirle a Jungkook, hasta que” oh, algo que Yoongi odiaba del alcohol es que le diera hipo. Los otros chicos se burlaron mientras el pálido perdía su color y se volvía rosado. 

“Hasta que... continúa” Jhon sostuvo la respiración e intentó que su voz saliera en un tono serio, humano en realidad. 

“Hasta que Jungkook deje de odiar la cicatriz que tiene en el pecho, no se la hizo jugando por si era lo que creías Jhon” Yoongi arqueo una ceja y entrecruzó los dedos en medio de sus piernas. 

“Sabes que no lo hará, ¿qué tiene que ver la cicatriz con esto?” Jhon se quitó la sudadera y tomó otra copa, antes de que Yoongi se terminara la botella él solo. 

“Jungkook no sabe en realidad quien fue la persona que le donó el corazón. Planeaba decirle después de la cirugía, pero tenía tanto odio por él mismo, que todo terminó volviéndose un secreto” su voz salió rasposa, y maldijo no tener otra copa de licor amargo en sus manos. 

“¿No me digas que... la persona que donó el corazón para Jungkook” Jhon sintió que la fuerza se le iba del cuerpo. Y esas ganas de llorar que nunca aparecían. Taehyung miró la escena, aunque no podía compadecerse de Yoongi después de todo, para él, desde sus adentros, creía fielmente que Jungkook debía saber la verdad. 

Una vida, por otra vida, no es algo tan sencillo para esconderlo en secreto. 

“El donante fue papá” aquel secreto que siempre le carcomía el alma dejó de serlo solo por un minuto, aunque no del todo porque Jungkook era el único que debía saberlo, quién más necesitaba saberlo. 

“Dios” Jhon suspiró. 

“Hasta que pueda sentir comodidad con esa cicatriz, para Jungkook el recuerdo de papá está solo en sus recuerdos, aunque su corazón viva en él, no puedo decirlo si odia aquello que le permitió vivir” Yoongi dijo y se acomodó para que la cabeza de Jungkook descansará sobre el hombro ajeno. 

Sobre Taehyung. 

El castaño sonrió pequeño, y se acomodó para ser el lugar más suave donde Jungkook pudiera descansar. 

«Aunque mi tiempo aquí sea imprevisto, siempre te protegeré» y una mirada tibia se posó en Jungkook, en sus pestañas cortas y oscuras, en su pecho que subía y bajaba despacio. «Siempre, aunque no me quieras cerca» y Taehyung tuvo que reprimirse a sí mismo para no abrazarlo por detrás y así traerlo más cerca. 

“Creo que Jungkook también está en el derecho de elegir qué hacer con tu corazón enamorado, Taehyung” Yoongi dijo, en voz bajita, susurrando en su oído para sonreír quedito al apartarse.

Oh, sus mejillas se ruborizaron. 

“Abrázalo, no es como si pudiera enviarte lejos ahora mismo” Jhon lo alentó. Y le guiñó un ojo. 

“No, no, seguramente me empujará cuando despierte, solo déjalo que duerma por ahora” Taehyung respondió con voz suave, pero nunca le quitó la mirada tibia. 

«Siente mi mano, siempre estaré aquí para levantarte Jungkook» le dijo con un tono cálido, no importaba si Jungkook no llegó a escuchar, o si quizás solo lo dijo para sí mismo mientras envolvía su mano con la mano del pelinegro. 

Para Taehyung aquel beso nunca quedaría solo en su memoria, y esperaba que tal vez, tan solo tal vez, y con el tiempo ese beso pudiera volverse tan especial en el corazón de Jungkook,tanto como lo era en el suyo, que pudiera hacerle sonreír al recordarlo, y que pudiera sentirlo al mirar el sol, la luna y las estrellas, en cualquier momento de soledad. 

De nuevo estoy de regreso, con amor Tamara. Gracias por esperar. Feliz año nuevo 🤎

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