—Gukkie, no puedes estar siendo tan altanero y sobreprotector en este lugar, todo aquí prácticamente nos puede hasta matar... ¿me comprendes?
Jimin intentó ser blando con jungkook por el miedo que aún sentía de su tan sola presencia, a pesar de estar metido entre sus piernas siendo abrazando como una almohada tan suavemente, su respiración tan lenta cayendo sobre su hombro le daba escalofríos y el pensamiento de que su mirada debía estar infestada de demonios hambrientos de sangre le daba cierta inseguridad de si era bueno estar allí... Pero él no le hacía daño, el pensamiento de llegar a éso lo hizo maldecir su propio nombre por tal atrocidad contra el único ser que sí sabía amar
—SeokJin se atrevió a tocarte, también se atrevió a regañarte, el mismo bufón de circo en persona se atrevió a gritarte en mi presencia... Y éso no se hace mientras yo respire el mismo asqueroso aire que ellos.
—Jungkook, esas palabrotas... —acarició su cabello un poco lento temiendo por su reacción, sintió que le llegaba el aire a los pulmones cuando se quedó quieto y con la cabeza a medio recostar sobre su hombro—
Era terco pero le gustaba ser mimado.
—me importa una mierda como estoy hablando, nadie tiene el derecho de siquiera gritarte.
—él no lo hizo con esa intención, sabía que podían regañarnos mucho y quiso apresurarse a qué eso no fuera a pasar —logró ver una pequeña esquina de su ojo que lo estaba enfocando, parecía un niño pequeño en busca de atención—
—eso no me importa ¿con qué derecho se atrevió?
—y dale con la misma cantaleta —rodó los ojos, tratar con jungkook era como intentar lavar un plato con agua salada, jamás iba a hacer espuma el jabón del lavaplatos, en este caso, era como hacer que jungkook intentara hacer caso, no se podía—
Por un momento Jimin pensó que su amigo se estaba cuestionando todo lo que había echo después de hacer un piquito con los labios un tanto adorable y pensativo, pero por experiencia personal sabía que eso no era así.
—lo quiero matar
—ese vocabulario...
.
.
.
—A-ah~ Más lento~
Ahora mismo se estaba arrepintiendo de haberle cerrado la boca a jungkook hace una hora, ahora era el quién no podía ni hablar de tanto placer que estaba atravesando, a cierto conejito se le pasó por la mente que tener sexo justo ahora era una espectacular idea, bueno, el sexo no era malo pero es que justo ahora había un show al que debió ir y por culpa de su prácticamente amante ni pudo hacerlo, le dolían las rodillas por lo áspero del colchón ya que se encontraba de perrito intentando no pegar su rostro contra la asquerosidad de fósil en la que dormía. Talvez si vendía ese colchón a un coleccionista le diera unos miles por él.
Era claro que Jungkook estaba enojado, de no ser así, no le estaría dando como si fuera un gabinete que no quiere cerrar.
—Dios Jungkook! Más lento~
—¿¡quieres cerrar la maldita boca!? Estoy tan cerca de llegar y con tus habladurías arruinas el momento joder!
Aquella actitud tan desalmada le daba miedo de vez en cuando, lo único que podía hacer era callarse y sufrir en silencio, le dolían las muñecas al tenerlas sostenidas con fuerza sobre su espalda evitando que fuera a hacer algo, no quería detenerlo por el simple hecho de que le temia en este preciso momento.
—J-jungkook basta~ me lastimas
—¿tengo yo que callarte? —amenazó nuevamente, Jimin lo estaba sacando de quicio—
Jungkook dejó ir un suspiro bastante sonoro de molestia absoluta, soltó las muñecas de Jimin un tanto brusco para acto seguido salir de su interior y sentarse con la espalda contra la pared para mirarlo fijamente con dureza a pesar de que jimin no se había volteado y en cambio se había quedado en la misma posición con el cambio de que usaba sus manos como un débil apoyo, Jungkook estaba harto de escucharlo quejarse y había llegado al límite.
—¿Tanto te cuesta serme útil? —se cruzó de brazos, le estaba por estallar una vena de la molestia—
—cállate la boca, maldito...
—¿te atreves a faltarme el respeto?
Jimin reaccionó en ese momento, su vista no supo a dónde enfocarse cuando sintió que se quedó ciego de la rabia, no supo de dónde salió ese lado tan distinto, tan sádico de él, pero subió a horcadas de Jungkook con demasiada tranquilidad e incluso una leve sonrisa, acarició con la yema de su dedo la manzana de Adán que se notaba un poco en el cuello de jungkook, se acercó dejando un leve roce de sus labios más unos diminutos besos que dejaron una diminuta marca, casi como si lo hubiera picado un mosquito sobre su piel, subió hasta llegar a la comisura de su boca donde dejó un casto beso, cuando sus miradas se encontraron directamente aprovechó ese momento justo para tomarlo del cuello con la derecha, con la izquierda hizo un puño con su cabello evitando que se le fuera a ir.
—Si... Porque la maldita manera en la que me estás hablando y tratando no es humana, así que cierra la boca Jeon Jungkook; puedo ser menor que tú, pero no pienses que te dejaré faltarme el jodido respeto...
Aquella amenaza tan directa era como una bomba radiactiva, que cayó directo al ego de Jungkook, maldito arrogante era lo único que pensó.
—termina con lo que inicié...
No podía haber sentido más rabia que en ese preciso momento, todo el cuerpo de Jimin se erizó por completo debido a no saber por dónde sacar tanta molestia, no le iba a dar el gusto de decir que por estar de hijo de puta terminó gustoso en medio del sexo.
—olvidate de que te perdonaré algo así de nuevo... Tuve suficiente
A Jimin le tembló la voz al decir eso tan simplemente, su control mental había llegado a la gota que derramó el vaso y le estaba importando a todos sus sentimientos, soltó a jungkook sin cuidado mirando hacia otro lado evitando que lo fuera a mirar, tenía los ojos llenos de pequeñas lágrimas después de haber llegado a su punto máximo de quiebre, se alejó de él como si fuera un veneno destinado a matar su alma para buscar su ropa que yacía esparcida por ese cubículo que llamaban los otros, habitación.
—no quiero verte.
Aún cuando anocheció, el maestro no fue a buscarlos que era una cosa que agradecía, Jimin sentía celos por no poder haber estado en ese show, si iba a básicamente morir aquí por lo menos merecía divertirse antes de que eso pasara, hace poco SeokJin le había traído algo para comer y al ver que no tendría su atención siquiera para un hola se retiró dejándolo en paz, pudo ser que dedujo que estaba pasando por un terrible momento gracias a jungkook.
Jimin no podía dejar de llorar en silencio mirando por una ventana abarrotada que estaba casi caída en alguna parte del circo, no sentía sus ojos de tanto que se habían hinchado debido a las lágrima que no merecía soltar, tanto tiempo había soportado a jungkook porque lo quería como a un hermano pero ya había tenido suficiente de su trato ¿que no existía una persona capaz de tratar con el que no tuviera que ser consigo en ningún momento?
Hasta se acomodó mejor en el suelo para llorar por un estúpido que todo el tiempo juraba amarlo...
¿Que amor era el que le daba según jungkook?
—estas triste... ¿Porqué lo estás? ¿Hice yo algo malo?
Aquella voz se le hacía demasiado parecida a la de jungkook cuando se despertaba por lo que se había volteado directamente a maldecirlo, sus facciones se calmaron cuando vió al mimo con una pijama, talvez su ridículo llanto despertó al pobre.
—hola taehyung —aclaró un poco su voz no queriendo llorar más por alguien que aunque valía la pena, no debía por ahora— perdón si te desperté con mi llanto, nada es tu culpa, talvez al final todo fue por mi
—¿Que hiciste que lloras?
Que pregunta tan buena...
¿Que hiciste que lloras?
Que hiciste tú...
¿Que mal hiciste tú, Jimin?
—no hice nada...
—y porqué lloras? O mejor, porqué susurras?
A Jimin se le escapó la primera risa en casi cuatro horas de llanto, pequeña pero era una, miró con más detenimiento a taehyung, quién de a poco le tomo la confianza suficiente para sentarse a su lado.
—me llamó Jimin, no sé si te dije mi nombre antes yo mismo o alguien lo haya echo, pero es un gusto conocer a alguien como tú... —taehyung negó un poco casi para si mismo, no recordaba bien si le habían dicho su nombre—
—eres alguien bueno Jimin...
Taehyung asintió mirando hacia la ventana, solía venir aquí cuando no podía dormir o se asustaba, mirar al exterior lo tranquilizaba de una manera que le era irreal, cosa que Jimin se percató. Todas estas personas estaban soñando con volver al exterior, era como animales de un zoológico pidiendo que alguien les corte el candado de las puertas hacia la libertad. Le dolía notar aquella mirada de deseo por ir a conocer un mundo distinto, taehyung era bueno.
Porque era distinto...
—¿lo soy?
—Jungkook también es bueno, sólo necesita un abrazo y que alguien le diga que está para cuidarlo... —Jimin mostró una mueca un tanto seca, taehyung hablaba demasiado tranquilo sobre él—
—ya lo e intentado miles de veces y tú crees que él a hecho el intento de colaborar con–
—está asustado porque no te encuentra... Hace... Hace unos minutos estaba llorando en un rincón del escenario de entrenamiento, tenía sangre en sus manos, algunos rasguños en su cuerpo, no tenía casi ropa y pude verlo, se mecía de un lado a otro buscando calmarse mientras de a poco se arrancaba mechones de su cabello a causa del miedo
Jimin no sabía cómo reaccionar ante esa confesión un tanto aterradora, Jungkook se había echo daño a si mismo por los nervios? Eso era algo que jamás había pasado estando junto a él por tantos años.
—lo único que decía era tu nombre...
Jimin...
Jimin...
Jimin...
Maldición, se estaba imaginando todo un escenario de suicidio con su propio nombre, no supo ni que cara poner ante tales palabras.
—jungkook no es como tú Jimin... Deberías sentirte feliz de saber que eres la única persona que tiene en su cabeza, yo tuve un amigo como tú... Y-yo...
Jimin sabía que taehyung debía darle su confianza para decirle algo que podía considerar personal, esperó a que quisiera confiar en su silencio, no tardó mucho en sonreír tan dulcemente, casi lo hizo con melancolía.
—me enamoré de él como no lo había echo con nadie, sólo tenía ojos para él y nadie más, cuando me asustaba lo único que llegaba a mi cabeza era su nombre.
Aquella sonrisa de labios de a poco se fue reduciendo hasta no quedar nada, a taehyung aun le dolía en lo más profundo de su alma lo que le pasó al chico que tanto logró amar.
—el maestro lo mató...
Jimin no supo en qué momento se encontraba abrazando al mimo, casi consolando su llanto silencioso.
—deseo con toda mi alma que ese maldito muera de la misma en la que lo mató...
—que le hizo taehyung —acarició su cabello intentando calmar sus lágrimas, era ahora el quién debía ser un pañuelo para consolar lágrimas—
—lo quemó vivo, me encadenó en el borde de un poste para obligarme a ver cómo moría.
—De verdad... Lo siento
—preocúpate más por Jungkook... El es bueno Jimin, sólo necesita que alguien lo quiera tal y como es.
—yo lo quiero taehyung.
El peliazul negó muy decidido a lo que Jimin le había soltado, secó sus lágrimas para levantarse del suelo y comenzar a ir en dirección a su habitación, pero aún debía decirle algo personalmente a Jimin.
—no lo quieres de la manera en la que él indirectamente te pide que lo hagas... El quiere que lo ames. Me entiendes, que tú seas el obsesionado por verlo hasta respirar, quiere poseer tu cuerpo en sexo de tantas maneras que no te puedas imaginar sólo para demostrarte que sería capaz de matar por verte felíz, su dolor es tu felicidad, tu dolor para el es dolor, él no piensa sonreír si te atreves a llorar frente a él, será jungkook quién llore contigo contando los segundos para descuartizar vivo al ser humano que se atreva a ponerte un dedo encima. El no está obsesionado, es su única manera de demostrar lo enamorado que está por tí haciendo el intento de no dañarte físicamente, porque tiene en cuenta que es tan estúpido que diariamente te dañará el corazón...
Jimin se quedó estático sin saber que decir, taehyung se fue después de bajar la mirada para mostrarle el merecido respeto que le tenía tras soportar a jungkook durante años de todas las maneras que se podía tratar.
¿Que debía hacer ahora?
Regresó al interior más conocido del circo para buscar a jungkook, ambos habían dicho cosas terribles que debían solucionar nada más que hablando en son de paz, gracias al encierro se estaban volviendo locos de la misma manera, ya casi no podían soportar estar en el mismo lugar sin inevitablemente pelear a cada segundo.
Caminando cerca del escenario escuchó unos murmullos que llamaron de inmediato su atención, se acercó rápido a una esquina bastante oscura en la que sólo llegaba una parte de la luz.
—Dios mío...
Jimin no podía ver con otros ojos que no fueran de terror en su estado más puro a jungkook, su piel tenía dolorosos y notables rasguños que aún sin luz se podían ver, la única ropa que tenía encima estaba cubierta de su propia sangre que caía de sus heridas como gotas de agua, tenía su cabello envuelto con sus propios puños mientras jalaba con tanta rabia de estos que sus nudillos eran blancos.
—No Jungkook, no hagas éso.
Se acercó de una manera precavida para tomar sus manos intentando soltarlas de su cabello, tenía el cuero cabelludo un tanto lastimado por la fuerza que había ejercido con tanta rabia, tomó sus manos delicadamente para dejar pequeños besos sobre sus nudillos, fue en ese momento que su agarre aflojó de a poco hasta soltarse por completo. Se postró sobre sus rodillas para quedar más a su altura, tras acariciar sus manos y lograr separarlas de su cabeza abriéndole paso hacia su cuerpo, se metió entre ellos de medio lado para aferrarse a su cuerpo como un pequeño niño necesitado, sin tener tantas razones ahora para llorar, comenzó a hacerlo en silencio tras ser abrazado. El llanto que Jungkook soltó tras eso le desgarraba el alma, siempre pasaba y siempre iba a doler cada vez más...
—jimin... quiero morir...
Esa confesión no se la quería esperar pero pasó, sus manos hicieron caricias en su brazo derecho que tenía al frente, se aferró a él dejando incontable besos, podía escuchar claramente su corazón desde donde estaba, no sonaba como siempre, eran latidos asustados, tristes e irregulares.
No era su jungkook...
Debía hacer que si lo fuera...
—idiota, no digas éso, si tú te llegas a morir créeme que me suicidaría para irme contigo, eres la única persona que me queda en la vida, eres el único que está aquí conmigo, el único que se atrevió a tomar a un estúpido niño coreano de la calle como si fuera parte de tí aún cuando no debías. Soy yo el que te debe todo en la visa y aún así tengo el atrevimiento de mandarte al demonio...
Aunque jungkook había calmado su desconsolado llanto, no paraba de soltar lágrimas por cada una de sus palabras, se aferró al cuerpo de Jimin como si fuera la vitamina que le quitará toda enfermedad, se sentía como en su verdadero hogar con sólo hacerlo. Uno donde Jimin siempre estaba para cuidarlo aún cuando no era su responsabilidad, era el mayor y su deber era cuidar de él. Pero Jimin tenía el corazón más bondadoso que cualquier ser humano en la tierra.
Era alguien que no se podía conseguir dos veces en la vida...
—no te hagas más daño... Me lastima a mi también verte así de herido, estando juntos jamás te había pasado algo así, porqué te hiciste daño? —iba a aprovechar cada segundo de la noche para besar cada una de sus heridas, Jungkook no merecía ninguna más en su cuerpo—
—no lo sé... Me desesperé en algún momento y no sabía cómo sacarme la angustia de todo lo que había pasado entre nosotros, quise hacerme daño por decisión propia al ver lo que te había hecho, tus muñecas están lastimadas y tú cuerpo marcado por algo que no quería ver.
—¿que es eso que no querías ver?
Tras esa pregunta, entregó sus manos con suavidad a jungkook, quién no pudo soportar ver sus muñecas con las dolorosas marcas de su violencia, acarició con tanto amor su piel que lo desconocía de si mismo, no le iba a alcanzar la vida para pedirle perdón a Jimin por todo lo que le había hecho en la vida, era el cero a la izquierda que no encajaba en ningún lado de su vida pero aún así él intentaba hacerlo encajar en el lado más importante de toda su existencia.
—marcas de mi violencia... No eres un objeto al que yo pueda poseer porque eres un ser humano que lo único que ha echo en la vida a sido amarme incondicionalmente aún cuando te he jodido la vida de la misma manera.
Jungkook dejó ir todas sus lágrimas en un sólo pensamiento que se le cruzó sin freno, agradecía toda su vida a Jimin pero jamás...
—jamás podré entender porqué sigues conmigo... Te he echo tanto daño que nadie debería estar cerca de mí... Debería estar muerto
—si te atreves a volver a repetir éso te juro que personalmente me encargaré de que sea así... No mereces morir después de tanto que has pasado en la vida, eres lo mejor que puede existir en mi día a día y aún así dudas? —una pequeña risa de algún lado de su corazón lo confundió en un momento así—
—¿me amas Jimin?
Allí estaba esa perfecta pregunta, la había esperado por casi minutos.
Debía seguir el consejo de taehyung, amarlo a su manera.
—jamás te sobrarían los ojos para verte como lo hago yo, quiero amarte de la misma manera en la que siempre has deseado conmigo y así te permito hacer lo que quieras conmigo. Si deseas descargar tu rabia conmigo puedes hacerlo, si deseas pasar toda una noche o una infinidad teniendo sexo conmigo, jamás me voy a negar porque te estoy escuchando Jungkook. Te estoy viendo como deseas que lo haga y así te veré a tí...
Cómo el único ser humano que puede lograr mandar en mi vida sin interrupciones, no quiero amarte más de la manera en que lo hacía porque quiero ver cómo lo haces tú, ponerme en tus ojos y admirar la manera en que tú mirada siempre llena de ese hermoso brillo me admira día a día, que hago que siempre logras enamorarte ¿que ves en mí? ¿Que logro tocar en ti que jamás has querido apartarte de mi lado?
Me toca amarte de la misma manera en la que tus ojos me ven...