Un corazón de oro

By Fernanda_Sosa

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Una heredera obstinada y un jefe increíblemente atractivo. Pueden ser el comienzo de un amor inevitable o un... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Epilogo
Aviso
Agradecimientos

Capítulo 17

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By Fernanda_Sosa

La charla con Liam Wilson había terminado a medias, su padre por fin abría un poco su corazón, pero aún no aceptaba a Michael. Incluso quería separarlos.

Mariane regresaba a la oficina en busca de Michael, él debía enterarse de lo que sucedería.

Al llegar todos los ojos se posaron sobre ella, con un evidente brillo de curiosidad, Mariane maldijo para sus adentros Melissa era una cotilla.

Michael salía de su oficina con una caja en las manos, no ¿mi padre lo había despedido? imposible había aceptado el trato, solo que yo era la que se iba a Texas no el, Michael tenía su vida aquí no pensaba arrebatarle eso.

— ¿Que estás haciendo Michael?

Sus ojos eran una montaña de emociones. Podía ver dolor, enojo mezclado con algo más profundo que no sabía identificar.

— ¿No es obvio Srita Wilson?

Musito el con amargura.

—Basta Michael, no me digas así. Soy Mariane, la misma chica torpe que conociste en el bar.

— La chica de la que me enamore y la que veo ahora son dos personas completamente diferentes.

Esas palabras lanzadas como flechas en mi dirección junto a su mirada fría apagaban cualquier halo de esperanza, el jamás me perdonaría.

— Michael Por favor escúchame. Te amo, perdón por mentir, ya te expliqué mis motivos, no puedes dejarme así, eres la tercera persona más importante para mí, después de mis abuelos, quédate a mi lado, por favor.

— Necesito tiempo Mariane, no estoy preparado para lidiar con tu mundo.

El creía que mi mundo era un castillo de oro, pero mi mundo era solo él. La resignación se instaló en mi pecho afligiéndolo con angustia y temor a nunca más recuperar el corazón de Michael, Michael y su corazón de oro, era lo único que necesitaba.

— Entiendo, pero no puedes irte, este es tu lugar de trabajo, lo que haya sucedido entre nosotros no debe orillarte a renunciar.

— Lo sé, es injusto, pero tampoco puedo pedirte que te vayas Mariane, no soy tan idiota, siempre serás tú en primer lugar.

Su voz tembló al finalizar la oración, estaba declarando aun con decepción por mis mentiras que en su corazón seguía teniendo el primer lugar.

— Perdóname.

— Adiós Mariane.

Me miro una última vez con sus ojos oscuros como la noche dándome una mirada significativa, llena de tristeza y anhelo.

No, él no podía irse así, sin más, al menos debería despedirme.

Retuve su paso tomando su brazo. El me miraba confundido, pero la súplica en mi rostro lo decía todo, deseaba darle un último beso.

Tome su rostro entre mis manos, acariciando sus mejillas que tenían el inicio de un poco de vello.

Y pose mis labios sobre los suyos. Primero dulce, dejándole saber todo mi amor, después fue un beso más intenso demostrándole que estaba clavado en mi corazón.

Lo vi retirarse hasta que las puertas del elevador se cerraron. Melissa me observaba con burla, claro ella estaba feliz, siempre había tenido un flechazo con mi hombre.

— ¿Así que Mariane Wilson?

— Metete en tus asuntos Melissa.

El odio chispeaba de mis ojos, esa víbora solo quería hacerme explotar, pero no obtendría eso de mí.

La oficina se sentía fría, aunque siempre quise tener un puesto importante en las industrias Wilson, nunca quise obtenerlo de esa manera.

No había tenido la cara para bajar al vestíbulo y afrontar el puesto que me había regalado Michael, no podía, pero debía hacerlo, estaba en el trabajo, no era hora de llorar, debía plantarme firme y demostrar mis habilidades administrativas aun si se sentía incorrecto.

Al bajar Mariane recibía miradas de curiosidad y otras de disgusto, también veía el temor en los rostros de los colaboradores de la compañía. Todos temían perder su empleo y a su vez deseaban conocer el incierto rumbo del complejo. Mariane tampoco sabía qué hacer, pero como siempre se dejó guiar por su sentido común.

— No se alarmen compañeros, como saben, el Sr. Turner decidió marcharse, creo que ya están enterados de que soy Mariane Wilson hija de Liam el dueño de las industrias, de momento estaré cubriendo el puesto de Michael en espera de su regreso, continuemos trabajando como hasta ahora, todos los proyectos siguen en marcha.

Sus rostros tensos se aliviaron un poco, pero no dejaban de mirar a Mariane con duda, les sonrió y se marchó lista para trabajar. Solo dejaría que hicieran su propio juicio sobre ella.

Mientras pasaban los días, Mariane deseaba ver a Michael, pero entendía que el necesitaba tiempo y espacio. Ella se había enfocado completamente al trabajo, nadie ponía objeción a sus demandas, Y no porque fuese hija de Liam, sino porque aceptaban sus opiniones. Después de todo estudio administración y conocía la historia de la empresa familiar, como esta se dedicaba a la igualdad de género, creando diseños unisex y a su vez modelos de ropa variados para adaptarse un amplio público.

Cuando paso una semana y el seguía sin responder sus llamadas ocasionales, decidió ir a su departamento. Ella necesitaba verlo, asegurarse de que estaba bien.

Pero cuando llego al edificio, él se había mudado de la ciudad, eso fue lo que dijo el casero. El corazón de Mariane paso de destrozado a aniquilado, su pulso se detuvo unos instantes o eso sintió ella. Él se había ido de la ciudad. Se había alejado a cientos de kilómetros. Eso solo significaba que él no planeaba perdonarla.

Mariane pasó su fin de semana encerrada en su habitación, viendo un montón de películas románticas, mientras lloraba al recordar a Michael. El único hombre que había amado en su vida y al que había perdido por engañarlo. Su pecho se sentía en llamas al igual que su estómago, sintió como todo se revolvía en su interior, y expulso de su estómago todo el helado y pollo frito que había consumido. Miro con asco el vómito sobre su camisa. Debía levantarse y darse un baño para dejar de lucir patética, pero esa situación solo la hizo llorar más.

El lunes por la mañana cubrió su rostro con la mejor base de maquillaje que encontró, debía cubrir sus oscuras ojeras, sus ojos seguían rojos e hinchados, pero no demasiado en el trascurso del día desaparecería. Se veía más pálida de lo usual o quizás era su autocompasión.

Lo único bueno de esa semana era el lanzamiento de ropa estilo coreano, muy de moda en el siglo veintiuno. Había dos secciones la dulce y la atrevida, en tonos pastel y vibrantes. Tenía fe en su diseñadora Kim Mina, de doble nacionalidad una madre coreana y un padre estadounidense, así que conocía la moda en ambos países, creando su propia fusión.

Como de costumbre todos estaban en pánico, el evento de lanzamiento debía quedar perfecto, el Sr. Wilson asistiría, Mariane sabía que evaluaría su liderazgo. No por ser su hija se salvaba de su ojo crítico, quizás incluso utilizaría el mínimo error para botarla de la compañía.

Aunque su relación había mejorado un poco, el continuaba con sus ideales machistas.

El evento de lanzamiento había iniciado, ella vestía un vestido ajustado con escote corazón parte alta y una falda de satín acentuada en su cintura en color rosa chicle con un cinto de pedrería para acentuar la zona, el color no era habitual en ella, pero era parte de la colección, así que debía lucir la pieza.

Todos los empleados e inversores la saludaban con amabilidad, ella les sonreía de manera cortes, hasta que vio a su padre. Él se acercó junto a los ejecutivos de las otras compañías.

Mariane emitió la sonrisa más falsa que tenía y abrazo a su padre. Recordando mentalmente que debía ser la hija perfecta que su padre planeaba presumir.

— Hija, él es Erick Sanders ejecutivo de la compañía en Tucson Arizona.

No tome mucha importancia en su apariencia eran 3 hombres alrededor de sus cuarenta, Erick de Arizona, Jacob de Portland Oregon, Nathaniel de Aberdeen Dakota del sur.

— Un gusto señores.

Intente no hablar demasiado por miedo a arruinar la noche, sonreía de vez en cuando al notar que me incluían en la conversación.

Los tres eran acompañados por jóvenes hermosas, que no tardaron mucho en arrastrarlos a la pista de baile.

Mi padre me miro con seriedad, genial estaba molesto.

—Hija vez a esos hombres, planeaba casarte con alguno de ellos, pero, David es la mejor opción, él tiene su propia compañía familiar, una fusión nos convertiría en una familia muy poderosa.

— Papá, sabes quién es el hombre del que estoy enamorada, nunca me casare por dinero.

— Mira ahí está mi chico.

David se acercaba con cautela a nuestro lado, vestía un traje azul, lucio como un príncipe. Aunque el cansancio se notaba en su rostro, incluso estaba más delgado que la última vez que lo vi.

Recordando fue la noche en la que me entere de su plan sin olvidar su desastrosa confesión de amor hacia mi hermana Amber.

—Buenas noches Sr. Wilson, Mariane me alegra volverte a ver.

Sus palabras salían con suavidad de sus finos labios, la disculpa se planteaba en su rostro, era un arrepentimiento genuino aun sin las palabras adecuadas, era evidente que se arrepentía de sus acciones.

Mariane aceptaba la disculpa sutil, contemplando su posición era consciente de que todos cometían errores.

— David, no esperaba verte esta noche, pero idea igual forma me da gusto verte.

— David le comentaba a mi hija el maravilloso esposo que serias para ella.

Me empujo suavemente a los brazos de David y nos sonrió con picardía para posteriormente marcharse.

David se veía aún más incómodo que yo, capte la dirección de sus ojos y ahí estaba ella, Amber, con su melena rubia en un ajustado vestido de coctel color esmeralda, se veía preciosa.

Mi quejido saco de su ensoñación a David, él había pisado mi pie, mientras bailábamos una canción lenta en la pista.

—Disculpa.

—No te preocupes ¿Has hablado con ella?

— No, después de que me confesé, me corrió de tu casa e ignoro todas mis llamadas.

— Bueno te entiendo, somos dos, Michael tampoco responde mis llamadas.

Por primera vez en la noche tenía toda su atención en mí. Sus ojos tenían un pequeño destello. Era desconcertante, pero eso me estremecía la piel.

— ¿Entonces las cosas no funcionaron con Michael? Recuerdas que estaba dispuesto a esperar...

Detuve su telenovela romántica y tracé aún más la línea de amistad con la de romance.

— David, dijiste que estabas enamorado de mi hermana, así que deja de jugar conmigo, no me casare si eso es lo que buscas obtener.

— Perdón si te ofendí Mariane, pero, si, tengo sentimientos por tu hermana desde que la conocí, aunque ella nunca me ha puesto atención, creo que nosotros podríamos tener una mejor historia, quizás todo esto es obra del destino...

— David no, te aprecio demasiado y si, eres muy guapo y amable, pero Michael se robó mi corazón, además el me dejo por todas las mentiras que le dije.

— ¿Entonces no tengo la más mínima oportunidad?

Aunque su tono emanaba tristeza tenía su sonrisa amistosa tatuada en los labios, sabía que estaba bromeando.

— Ni en tus sueños galán.

Al final sonreí un poco, era gracioso, como el sufría por el afecto no correspondido de mi hermana y como yo sufría por no tener al hombre de mi vida conmigo.

— Al fin, una sonrisa, Mariane deberías ir por él, fui testigo de cómo te miraba, ese hombre te ama tanto como tú a él, aun si le mentiste, estoy seguro de que te puede perdonar, yo lo haría.

— David gracias por tu consejo, eres un gran amigo, espero que la tonta de mi hermana Amber recapacite y se dé cuenta de que te ama.

— ¿Que? ¿Ella te dijo eso?

— No, pero como dices, el amor habla con la mirada y ella desde que te presento conmigo, siempre ha tenido ese brillo de adoración en sus ojos cuando te mira, créeme ese no es solo cariño de amigos.

Cuando la canción se detuvo, me tendió una copa de vino.

— Un brindis por los amores no correspondidos y las mujeres necias que rompen corazones.

Bebí el líquido intentando no ahogarme con mi risa, David estaba sufriendo de verdad.

Mi padre se acercó a nosotros con curiosidad, seguro seguía soñando con la boda de su hija y los millones que le daría.

— ¿Que sucede tortolitos? ¿Ya se han comprometido?

— Liam olvida ese sueño tuyo, eso no va a suceder porque David está enamorado de Amber y sabes que yo de Michael.

— ¿Eso es cierto David?

— Así es señor, pero su hija no siente lo mismo así que...

— No te preocupes David, hablare con Amber, ella debe entrar en razón y aceptar tu dinero, digo tu amor.

Sonrió tenso por su error de palabras, mi padre solo nos veía como producto al mejor postor.

—En cuanto a ti Mariane, estoy muy orgulloso por el éxito de este lanzamiento, pero no aceptaste el matrimonio con David, no conservaras el puesto, el lunes por la mañana puedes pasar a recoger tu último pago y tus pertenencias.

— ¿Te estas escuchando? ¿Me felicitas por el éxito, pero me despides? Eso no tiene sentido.

— No me importa, has fallado en la prueba, aún tengo otra hija que puede cumplir mis expectativas.

— Muy bien, quédate con todo, con tu empresa y tu familia perfecta. Espero estés contento. Arruinaste mi vida y por desear tener un poco de tu cariño perdí a la persona que más he amado en mi vida. —Deberías obtener el premio al padre del año.

Todos nos observaban, murmurando entre sí. David me condujo al estacionamiento. No podía controlar mi cuerpo, estaba llorando a mares mi vista se encontraba nublada por las espesas gotas de agua. Ya no tenía dudas, la mínima esperanza que tenía había muerto, él nunca me amaría. Ahora de verdad que no tenía un padre.

Todo mi esfuerzo se encontraba en la basura, E ingenuamente deje ir al amor de mi vida, pensando que el amor de mi padre lo valía. ¿Porque fui tan estúpida?

No podía llorar más, había llorado por Michael desde que se fue, mi padre no merecía nada de mí.

— David ¿puedes llevarme fuera de la ciudad? Necesito reunirme con alguien y en este momento no me creo capaz de conducir.

Asintió mientras abría la puerta de su auto. Sería una larga noche.

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