Sword Onyx [3]

By foxys02

81.8K 7.7K 7.9K

CONTINUACIÓN DE CROWN ONYX El mal está desatado, y lo que creían que los protegía se debilita cada vez más. ... More

Notita: EL LIBRO DE NARA
Nota de la Autora
EL ULTIMO INICIO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4, PARTE UNO
CAPÍTULO 4, PARTE DOS
CAPÍTULO 5
MAPAS DE LA ALIANZA
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11, PARTE 1
CAPÍTULO 11, PARTE 2
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17, PARTE 1
CAPITULO 17, PARTE 2
MEMORIAS ROBADAS
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22, PARTE 1
CAPÍTULO 22, PARTE 2
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
Notita
CAPÍTULO 30
CAPITULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
La carta.
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38

CAPÍTULO 27

1.9K 177 188
By foxys02


─•─ )○( ─•─

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

─•─ )○( ─•─

DIANA AYLEEN

Nara tenía un pequeño y viejo televisor plateado, que lo encendía por medio de un motor, es el único artefacto tecnológico que hay en la fortaleza.

Todos los días durante esta semana, desde que Cyprian fue junto a Jessica a dar su gira por los terrenos de la Alianza, me sentaba en una sala acogedora en el ala norte, junto a dos duendes que gozaban de ver la televisión, que según ellos era la "verdadera magia".

Ely y Manku, era una pareja de hermanos antigua, del tiempo que Nara aún no creaba el límite, ellos conocieron a mis padres, a mi abuela, a mi tatara abuela y por supuesto a mi tía abuela, cuya opinión sobre ella me inquieta un poco.

Amina y Atlas les gustaba ir a cazar a estas horas, así que se encontraban en suelo humano, pero no tardan en llegar, junto con la comida de Lili y Andras.

Antes de que empiece las noticias, me dirijo a la ventana, para observar a dos demonios juguetear por el aire. Aunque Andras era mayor, Lili era más rápida y estratégica, logrando que no la atrape.

—Reina—Ely me llama con ademán de manos.—Comenzó.

Corro al sofá, sentándome en medio de ambos duendes. Manku bebía su té de salvia de roble con las piernas cruzadas y una expresión seria, mientras que Ely tejía una nueva chaqueta para su esposo con ramas de sauce.

Mi corazón late nuevamente con felicidad al verlo. Traía un traje negro, camisa blanca y una corbata que le combina.

Mi niño.

Esbozo una sonrisa al verlo con los niños licántropos.

—La Alfa Suprema anunció el fin de una gira exitosa esta noche en Sudamérica y volverá al castillo de Luz mañana.—Relata la conductora.— Junto a su heredero y príncipe Cyprian Favre nos entregó la tranquilidad que necesitábamos los aliados. Entendimos que el mal puede ganar pequeñas batallas, pero que la guerra es y será únicamente vencida por la Alianza Triple Diosa.

La imagen pasan a Jessica, ella está en un podio frente al imponente castillo en el Amazonas con tres torres y murallas altas. Cyprian y su familia estaban detrás de ella, mi hijo permanece con un rostro frío que me causa escalofrío.

—Nuevamente, les quiero recordar que los vampiros que atacaron mi castillo, no pertenecen a nuestra Alianza.—Trato de mantener la vista lejos del televisor mientras habla, pero simplemente no puedo— Nuestros aliados vampiros que aún pertenecen a mi reino no son culpables o cómplices. Sin embargo, todavía no descarto que este atentado terrorista haya sido planeado por traidores...

Relamí mis labios, y debo de morder mi lengua para mantener la compostura. Se refiere a Amina, lo sé.

—Que atractiva que es la Alfa Suprema— Exclama Ely, Manku y yo la volteamos a ver. —Y es buena con su gente.

—Vamos, Elyza, ya no eres una adolescente de 500 años, es obvio que es un teatro para controlar a las masas.

—Ya deja de ver ese canal conspiranoico, te estás volviendo un loco paranoico.—Acusa Ely. — Saben a quién me recuerda... Al Alfa Gabriel, tiene la misma mirada.

La observo a detalle mientras habla, he visto muchos retratos de él por el estudio de Nara, y ciertamente tienen un parecido, quizás se deba a que es descendiente directo de él.

— Él era un gran hombre, un estupendo Alfa que no solo velo por los suyos—Exclama. —Mi reina debió quedarse con él.

Eso me sorprende.

—¿Nara era su Luna?—Pregunto, ella asiente. —¿Y qué pasó?

—El corazón de mi Reina siempre le perteneció a alguien más, a pesar de que el Alfa Gabriel luchó tanto por su amor, ella simplemente nunca dejó de amar a aquella mujer que la consumía y destruía por completo y se odió toda la vida por ello.

—De ella inició la maldición de los Favre, es la razón por la que los alfas de esa dinastía no amaban a su luna. —Dijo Manku.— Se dice que al Alfa Gabriel le dolió tanto que su luna la rechazara, que algo se rompió en él, le trasmitió ese dolor a sus hijos y ellos a sus hijos... haciéndolos inmune a los sentimientos y sensaciones que trae el vínculo de almas gemelas—Explica. —La cura podría ser que un Alfa Favre se enamorara de su Luna genuinamente y viceversa, para acabar con ese rencor.

Vuelvo la mirada al televisor, Jessica aún sigue dando su discurso y el público alaba cada palabra suya con devoción.

—Pero hasta ahora, nunca ha pasado— Rectifica Ely. —El sol se extinguirá antes de que un Alfa Favre se enamore de su luna.

Bajo mi mirada a mis manos, escuchando el bombeo de mi corazón en la garganta, entiendo mi sentimiento de tristeza, pero desearía tanto que no estuviera ahí.

—¿Y quién era esa mujer?— Pregunto. —¿Quién fue el gran trágico amor de Kahnara Cavalier?

Mi rostro se gira a los dos buscando una respuesta, pero ambos se dan miradas que me causan mala espina. Cada detalle de su expresión muestra preocupación por decirle un simple nombre.

—¿Quién?—Vuelvo a preguntar.

Ely alza por fin su mirada verdosa hacia mí, y moja sus arrugados labios, antes de revelar la identidad.

—Rhea Eckvan.

Mi pecho se contrae de la impresión y no mis oídos no quieren creer en sus palabras. Niego con la cabeza, soltando una risa porque no podría ser más que una broma. Nara no caería de esa manera y ante mi tía abuela, la misma que en su crónica la tilda como la crueldad en persona.

—Imposible. —Dije. —Según la historia, Rhea mató a su familia. Además, dudo mucho que haya rechazado a un Favre por ella.

—No hay ser que ha jodido más a los Favre que Rhea, si no fuera por nuestra reina, ella los hubieran extinguido a todos. —Señala Manku.—Parecía que tuviera una obsesión por rodar cabezas rubias.

—El único día que Gabriel estuvo a punto de marcarla como su Luna fue en una pequeña capilla. Nadie sabe como se enteró, pero Rhea llega, mata a la mayoría de los invitados, incluyéndose los padres de Gabriel, se echa a Nara al hombro y se va.— Cuenta Ely. —El mundo entero sabía que no debían de mirar a Nara o Rhea les sacaría los ojos. Y lo hizo, varias veces.

Diosa mía, ahora entiendo de donde lo saque.

—Y a pesar de todo, el Alfa Gabriel jamás traicionó a nuestra Reina, no por nada eran almas gemelas, ambos formaron una alianza entre sus dos naciones, haciendo imposible que una funcione sin la otra.— Continúa Ely.

Mis ojos viajan al televisor, Jessica y Cyprian, ambos saludan a la gente con cariño, vampiros y licántropos le dan regalos y les extienden las manos. Expando una sonrisa casi inconsciente al verlo a ambos, rodeados de amor y admiración. Pero mi pecho se contrae como si me hubieran dado un gran golpe.

—La Alianza tiene la unión y fuerza, y el Tratado Triqueta trae la paz. El balance perfecto.

"Hay que entender que si matamos a Evamora, podría provocar una grieta irreparable en nuestra relación con la Alianza"

No puedo hacerle esto a Jess y Cyprian, son mi familia, debe de haber otra manera.

—Con permiso, chicos—Les digo.

Me encamino al salón de reuniones, convocaré a todos los brujos y los hermanos Belanger para tomar otra decisión. Estoy dispuesta a ir a los aquelarres más remotos para curarme. Al acercarme noto que la puerta está entreabierta y sin los guardias.

—Guarda esa mierda en tu cuarto, no quiero que Diana lo vea—Le ordena Amina a Atlas, logro divisar como Atlas se guarda un papel en el bolsillo trasero de su pantalón.

—Siempre te alteras cuando ves a la condesa sexy, debes aprender a calmarte y quitar esos ojos amarillos o tendrás problemas con Diana.

Aprieto mis puños, un sabor amargo se instala en mi garganta, era tan malo el sabor que mis ojos arden.

No otra vez, por favor.

—Reina, los brujos del consejo desembarcaron ya— Una bruja me toma por sorpresa, la miro fugazmente y ella hace una reverencia y me sonreí — ¿Los hago pasar acá?

Asiento, un poco aturdida. A pasos lentos, entro al salón, Amina se gira a verme y esboza una sonrisa.

—¿Cómo estás, ru...

—Necesitamos hablar, Amina—Le digo a secas.

Ella se torna seria y asiente. Oigo el carraspeo incómodo de Atlas, se levanta de la silla.

—Bueno, las dejo solas—Dice, dándole un palmadita a Amina en su espalda, y a mí me da una pequeña sonrisa.

Cuando pasa por mi lado, antes de que pudieran impedírmelo, tomo la hoja de papel del pantalón de Atlas.

—No.—Exclama Amina, me extiende la mano. —Diana, dámelo.

Da un paso adelante, pero yo me alejo al balcón. Desenvuelvo el papel, era la portada del diario: La manada. Mis ojos van a la fecha, salió ayer. «A causa del atentado, la novia de la Alfa Suprema, Adara Stone, perdió a su bebe, sin embargo, nos demuestra lo fuerte que es y sigue de pie, acompañando a la Alfa Suprema en su gira» la enorme foto era de ella, saludando a unos niños, su sonrisa que pretende inocencia revuelve mi estómago.

—Las dejo—Anuncia Atlas.

«Mi dolor es indescriptible, sin embargo, debemos seguir adelante y mostrarle a nuestros enemigos que nadie puede derrumbarnos. Ganaron una batalla, pero no la guerra, ya que puedo seguir dándoles alfas a este imperio, no me dejaron infértil— Estas fueron sus declaraciones»

—Lo tenía un aliado que intentó atacarnos—La voz de Amina sonaba a lo lejos.—Al parecer no estaba perdida como dijo Jessica.

“No me dejaron infértil”

“No me dejaron infértil”

“No me dejaron infértil”

Mi pecho comienza a calentarse y a subir y bajar. Lili no tarda en bajar del cielo, me analiza preocupada.

—Cyprian...

—Cyprian no lo sabe, Amina, no sabe qué está pasando conmigo y se quedara así—Le digo. —Solo Jessica lo sabía.

Las puertas se abren y entra tres brujos del consejo. Endurezco mi cara, y camino a ellos.

—¿Dónde está Evamora?—Les pregunto con voz clara.

Ellos asienten.

Ermer saca bolsita de tela y de ella toma un puñado de polvo plateado, y lo lanza con fuerza a la enorme mesa negra. Poco a poco un mapa se traza en ella, hecho de plata; entre el mar de la alianza y el mío, en un punto casi intermedio, se encontraba una isla, y en ella, una lucesita azul que se movía en círculos.

—Es ella —Dice él, señalando la luz—No sabemos por cuanto tiempo estará en esa isla, lo mejor es actuar rápido.

—Así es—Rodeo la mesa observando el mapa.

— Es la isla interlunio—Señala Amina, observando el mapa. —Está dividida a la mitad por el límite, la otra mitad le pertenece al Tratado y a la Alianza

—¿Hay híbridos ahí?—Le pregunto, Amina niega. —¿Y cómo estás tan segura?

—Porque los maté a todos y arrojé sus cuerpos al mar— Responde. Fruncí mi ceño, un poco desconcertada de lo orgullosa que sonaba. —Iré a buscar a Atlas.

Me acerco a ella, rodeando su brazo para impedir que avance.

—Yo iré—Le digo, ella duda, pero ciertamente no era petición. Me le acerco. —Aún tienes los ojos amarillos, amor, tal parece que la sangre de condesa no te dejó satisfecha.

Salgo y camino, haciendo sonar mis tacones, arriba de mí vuelan Andras y Lili, entro al oscuro y frío de la fortaleza, la Luna iluminaba la piedra para hacer pociones, reconozco el cabello blanco de Mastry y la melena negra de Cereh en el círculo, observando como el líquido hecho de mi cabello y tres gotas de mi sangre se evapora por la luz de luna.

—¿Salió bien?—Pregunte, ellos levantan su mirada, pero no dicen nada, mi corazón comienza a acelerarse. —¿Dónde está Atlas?

—¡Atlas murió!—Anuncia una voz a mis espaldas, una sombra comienza a iluminarse a medida que se acerca. —Y renació Diana 2.0, lista para patear traseros de Aliados.

Expande sus brazos y esboza una sonrisa, los pelos se me ponen de punta al verlo, o al verme, ya no era un reflejo de un espejo, esto era de carne de hueso. Mis rulos, mis ojos, mis pechos, la estatura. Estaba consciente de lo poderosa que era esta poción, pero jamás pensé que sería así de... perfecto.

Su camiseta de basquetbol le llegaba más abajo de las rodillas, los collares de plata se venía enorme comparados como se les veía en su cuerpo real, y no quiero preguntar por qué está sin pantalones, pero los calzoncillos le quedan muy largos, hasta el inicio de la pantorrilla.

—Es impresionante como ves al mundo desde aquí abajo, cuando empecé a transformarme, creí que llegaría al piso— Exclama. —También, no puedo evitar sentirme superior, reina, gloriosa, icónica, diosa, inalcanzable y tal vez un poco excitada.

—Creo que esto fue una mala idea. —Murmure.

—Muy tarde, ahora soy yo la perra que manda aquí—Dictamina.

—¡Atlas!

—Estoy jugando—Comienza a reír.

Niego con la cabeza, y le doy la espalda, me encamino a los brujos.

—¿Cuánto dura el efecto?—Pregunto.

—10 horas, 12 si hay luna llena—Responde Mastry. —Esperamos estar aquí en cinco horas.

Asiento.

—Rápido, ponte la ropa— Ordeno a Atlas.

Del bolso en la esquina saca todo lo que necesita, inspecciona el vestido con una mueca inconforme.

—¿Por qué debo usar el azul de la Alianza? Yo pensaba en verde esmeralda...—Cuestiona con desagrado, y yo le doy una mirada obvia. —Ah, eres malvada. Veamos si no me da urticaria— toma los extremos de su camiseta— ¿Algo de privacidad?... Degenerados.

Nos damos vuelta, y llevo a los brujos lejos.

—Sé qué parece algo tonto, pero ese hombre es un genocida psicópata de tomo y lomo, lo juro—Les susurro, ellos asienten, pero puedo ver la duda en sus ojos. Cuando volteamos a verlo, estaba acomodándose el escote con dedicación. —Cuídenlo, por favor, como si él fuera... yo.

—Sí, mi Reina.—Dicen al unísono.

Me giro a Atlas, ahora si lucíamos idénticos y por un momento sé lo que siente Amina al tenerlo como hermano gemelo.

—Jessica dejó a cargo al Alfa Leonard y a su esposo Thomas de su castillo, no te confíes Atlas, tú solo debes distraerlos si es necesario.—Él asintió guiñándome un ojo. Diosa luna, no me había dado cuenta lo bonita que soy.

Mastyr aprieta sus labios, la duda le carcomía el rostro.

—Reina, ¿Usted está segura de las decisiones que está tomando contra la Alianza?— Pregunta, sin soberbia. —No debe dejarse influenciar por nadie— Se refiere a Amina. —Sabemos que rescatar al príncipe es una buena acción, pero...

Relamí mis labios, Atlas se acerca a una ventana para verse por el reflejo y aprovecho la distancia para poderlo decir por fin.

—Hubo un cambio de planes —Lo interrumpe—Esto es un aliado por aliado. —Ellos fruncen el ceño. —La devolveré a Carlos cuando ella me entregue a Evamora.

Jessica no matará a un príncipe tan querido por la Alianza como lo es Carlos, no le conviene. Y aunque no lo admita, tiene una debilidad por su hermano menor, si no fuera así, lo hubiera matado el día que se fugó con Abel.

Si ella juega, yo también.

—Quiero hacer cambios aquí, romperé las cadenas de siglos y no me adecuaré más a lo que diga la Alianza. Y Evamora me debe de dar cuenta a mí por ser una bruja, no a la Alianza, que fue formada para los sin magia —Digo. —El reino de los Favre termina cuando empieza el mío.

—Ya nos faltaba una reina con cojones—Las palabras del brujo pirata me producieron cosquillas en el estómago.—Una Eckvan digna de su sangre.

Lili y Andras se posiciona en mis hombros.

—Se portan bien—Les digo, caminando hacia el híbrido con mi forma.—Ya lo hablamos.

Ambos nos pusimos frente a frente, pero los demonios no se mueven, Lili me ve a mí y luego Atlas, desconfiada. Finalmente, accede de mala gana, acomodándose bruscamente en su cabello, al igual que Andras.

—Cuídalas con tu vida, Diana—Le ordeno.

—Tenlo por seguro, Diana.—Responde con una sonrisa.

Después de desearles una exitosa misión, me encamino nuevamente al salón de reunión. Cuando las puertas se abren ante mí, todos me voltean a ver. Lo primero que noto es a Lizbeth muy cerca de Amina.

Buscaré otra forma de distraerla, porque con lo enojada que estoy, no dejaré que me toque un pelo.

—Pueden ir a descansar a las habitaciones disponibles—Les hablo a los tres brujos del consejo. —La cena se sirve a las 12, espero poder acompañarlos, pero no estoy segura. Le informaré cuál fue mi decisión, mañana.

Asiente, y después de dar una reverencia se van. Me acerco a la mesa, y observo el mapa, Evamora todavía sigue en la isla, moviéndose de un lado a otro. Siento los ojos verdes de Amina observarme, con dedicación.

—¿Y Atlas?—Pregunta.

— No le hice nada a tu cómplice, no te preocupes— Digo.

Me voy a servir un vaso con agua.

—Fui a verla solo para decirle que admitiera que la del ataque al castillo fue ella, así dejan de culparme por cada mierda que pasa en la Alianza.

—Claro, y yo nací ayer.— Vuelvo a la mesa, observando la ruta que podemos tomar.— Tengo un gusto en mujeres, qué Diosa mía— Camino hacia ella. —Permiso.

Ella da un paso atrás para que yo observe mejor el norte del mapa.

—Es verdad, solo hablé con ella—Dice a mis espaldas.

—Juro que en otra vida me volveré monja para dejar de sufrir por mujeriegas mentirosas— La escucho gruñir.— La corriente Luna negra va directo a la isla.

Le señalo la ruta que tomaríamos deslizando el vaso por el mapa como si este fuera un barco.

—Es inestable, además los barcos de la Alianza con las provisiones pasan por ahí, no hay que arriesgarse—Dice. —Yo estaba pensando…

Intenta tomar mi vaso, pero no la dejo, arrugando mi nariz. Ella no se rinde, y envuelve mis dedos que sostiene el vaso con su mano, y comienza a trazar la ruta, aprovechándose de su fuerza de monstruo. Jadeo, despacio cuando ella aleja más el vaso, me aprieta contra al borde de la mesa y pega con mi cuerpo con el suyo para seguir avanzando.

—Hay que ocultarnos de cualquier nave de la Alianza—Susurra. — Las rocas celestes es una buena zona para pasar desapercibidos.

Relamí mis labios, mi enojo se tambalea cuando siento su calor impregnar mi espalda. Coloco mi otra mano en la mesa para no recostarme encima del mapa, y ella, de inmediato, la cubre con la suya.

—Tú eres experta en eso— Pienso en voz alta.

—Ya te dije que no pasó nada—Murmura en mi oído. — ¿Acaso hueles otro perfume que no sea el tuyo en mí?— Niego. —¿Entonces?

—No me gusta verte cerca de otras—Confieso, observo la pared como se fuera mi peor enemiga— En especial de esa condesa.

—Vamos a trabajar en eso, las dos...

Fruncí el ceño. —Pocas veces te he visto celosa de mí.

—Tardé en controlarme, porque me dijeron qué celosa, doy miedo, y no quisiera espantarte.

—¿Y quién te lo dijo?—Juro que intento callarme, pero esto debo saberlo

—Una chica con la que salía, pero ya no existe, tranquila.

Muy bien, porque le iba a destruir.

—¿Y yo celosa, doy miedo o soy adorable?—Le pregunto, alzo mi mentón para verla. Ella realmente está pensando su respuesta.—Amina.

—Cuando estas celosa eres un huracán adorable—Responde. Sorprendenmente me gusto su respuesta. —Pero quiero que aprendas que no hay mujer que desee tanto como a ti. Me has vuelto loca desde la primera vez que te vi. Me tienes a tus pies desde que probé tus labios—Expando una sonrisa, siento su mano en la cremallera de mi vestido.— Eres la dueña de mis pensamientos al despertar y antes de dormir. —Baja la cremallera con lentitud, mientras me susurra al oído— Eres propietaria de mi corazón y ciertamente todos mis celos tienen tu nombre.

Llega al final de la cremallera, y yo me estoy derritiendo. Sus manos toman mis hombros, y yo recuesto mi nuca en su pecho para mirarla. Baja su mirada, mezcla de verde y amarillo, y me sonreí.

—¿Puedo?—Dijo.

—Sí—Murmuro sin aire.

Sus manos calientes deslizan mi vestido con delicadeza, y yo soy incapaz de quitar mis ojos de ella mientras me deja en mi ropa interior blanca. Me doy media vuelta, y Amina ataca mis labios sin previo aviso, ella envuelve mis nalgas enroscando los extremos de mí bragas en sus dedos y aprieta.

Intento sacarle la chaqueta negra, pero mis manos están como gelatinas por culpa de su manera experta de besar, explora mi boca con una delicadeza dura que me encanta. Logro quitarle la chaqueta y la lanzo lejos cuando ella me alza.

Ahora yo soy la que la mira desde arriba, envuelvo sus mejillas y estampo mis labios húmedos por su saliva con los suyos. Su mano derecha viaja por mi espalda y suelta los broches de mi sostén con una habilidad impresionante.

Me despoja de él sin que yo me diera cuenta, y aun en alzada, lleva su boca una de ellas, mis piernas tiemblan en sus manos, y eso la hace sonreír.

—Aah, amor. —Enredo mis dedos en su cabello negro. —Amina.

Descendemos a la alfombra frente a la gran chimenea de un fuego potente. Quedo encima de ella, le quito su camiseta y la recuesto. Me mantengo sentada en su abdomen, mirándola y acariciando cada uno de sus músculos, sus tatuajes en sus brazos y tórax son lo que la hacen ver más sexy de lo que ya es.

La húmeda de mis bragas moja su abdomen y logra que el amarillo de sus ojos brille más.

—Eres mía, Amina Belanger—Dictamino.—Y pronto haré que te tatúes mi nombre aquí. —Acaricio con mi dedo su abdomen bajo—Para que no lo olvides nunca.

Expande una media sonrisa que me moja más.

—Ven aquí, hermosa humana— Envuelve mi cuerpo con sus enormes brazos para dejarme abajo de ella. —Que voy a dejar mi olor en ti de una manera que el mundo entero sabrá que ya le perteneces a una sola alfa.

Levanto mis piernas y desliza mis bragas por ellas, coloco con cuidado mis pantorrillas en sus hombros. La veo bajar con besitos y mordiscos en mi piel hasta llegar a la zona que la espera con tantas ansias.

Hunde su cara en mi entrepierna, probándome una oleada de gemidos y gritos que dicen su nombre, que me temo que deben escucharse en toda la fortaleza, las hadas, los duendes, los brujos…

Siento su lengua, hacer los movimientos que logran hacer que me corra mientras sus manos aprietan mis muslos, entierro mis uñas en la alfombra, inquieta. Tapo mi boca con la mano para apaciguar mis gritos cuando Amina logra llevarme al límite en menos de dos minutos.

Endereza su postura, disfrutando cada detalle de mi estado. Bajo mis piernas temblando en sus hombros, y le pido un beso. Una Amina sonriente asiente a mi petición, pero no la cumple al tiro, lleva su mano derecha a mi coño y cubre las yemas de sus dedos con la humedad, acaricia esa zona unos segundos antes de hundir dos dedos en mí.

Me tapo la boca nuevamente para callar el gemido, pero Amina me la quita y ambas manos las pone arriba de mí. Y deja caer su frente con la mía, sus dedos se mueven lento para acostumbrarme.

—Me gusta saber que tan bien lo hago, y para eso necesito escuchar tus deliciosos gemidos— Inconscientemente muevo mi cabeza un poco. —No, no— su mano se desliza por mi nuca para que la mire, pega mi frente con la suya. —Ahora sí, te quiero escuchar fuerte y claro.

Sus dedos comienzan a entrar y salir de mí, cambiando los ritmos para hacerme gemir cada vez más fuerte.

—Muérdeme. —le pido a gemidos.

—¿Qué?

—Bebe de mí, por favor—Le ruego. — Ya no salgas a cazar, tienes a tu mujer para alimentarte, muérdeme y bebe mi sangre cuando y donde quieras.— Ella duda. —Muérdeme, por favor.

Sus colmillos crecen, y solo siento dos pinchazos en el cuello. Me abrazo a ella, arañando su espalda tatuada, sus gruñidos de satisfacción me elevan más allá, me encanta como disfruta de mí como yo lo hago con sus movimientos.

Llego al punto de que mi placer ya no puedo expresarlo con gemidos, mi respiración era pesada y mis ojos se pusieron en blanco disfrutando lo delicioso que es ser tocada por ella.

****

Holiss,en la hora de la grosería pero actualizo💅

🩸¿Qué les parecio el capitulo😏?

🩸¿Por qué creen que Jessica aun tiene a Adara viva?

🩸Recuerden que si quieren saber más sobre Nara, Rhea y Diana Eckvan, en mi perfil tengo un libro de ellos "The black orbe"

Gracias x leerme y por seguir aquí.

Bye. Bye.

Continue Reading

You'll Also Like

37K 5.2K 41
toda mi clase y yo fuimos transportados a todo un mundo de fantasía lleno de magia y poderes, todo para vencer al Rey demonio. ¿¡Porqué debo pelear p...
826K 51.1K 115
Hace muchos años para Madison fue una pesadilla tener en su vida a Chiara, y ansiaba tanto para que esa pesadilla terminara. Sus plegarias fueron esc...
22.6K 2.7K 68
(LGBT) Eva siempre ha creído tener el control absoluto de su vida, un equilibrio aparentemente perfecto entre su relación con Camilo, la frágil armon...
1.2M 82.6K 79
Una de las cosas que más increíble me parecía de la vida, o tal vez del destino, era lo difícil y caprichosa que podía volverse. Me robaba sonrisas y...