Taming the lynx [Omegacember...

By Tsundere_Kitty

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Ash Lynx está decidido a destruir a Dino Golzine y llegar al fondo de lo que es banana fish, el plan es simpl... More

1. Autocontrol.
2. Voz.
3. Aroma.
4. Instinto.
5. Colmillos.
6. Supresor.
7. Celos.
8. Ofrenda.
9. Ronroneo alfa.
10. Gargantilla.
12. Bozal.
13. Ojos de cachorro.
14. Prendas con aroma.
15. Collar de protección.
16. Ronroneo de omega.
17. Mordida.
18. Parche.
19 Celo alfa.
20. Cuello.
21. Púas en la lengua.
22. Nido.
23. Celo omega.
24. Impregnación de aroma.

11. Gruñido.

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By Tsundere_Kitty

Hi~ Sé que el capítulo de hoy abre un arco nuevo de conflicto, más enfocado en Dino y en Arthur más allá de Griffin, pero el comienzo es bastante tranquilo, de hecho ayuda a procesar y ver en qué están Ash y Eiji, porque como mencioné en las notitas del final, uno de los puntos más importantes del canon de BF es que Ash no puede tener ningún interés amoroso, es decir, esa chiquilla que le gustó y solo le gustó, no fueron nada, la mataron por eso, imaginense si tiene un novio, pero este punto queda abierto por los mismos personajes, así que metamonos de lleno en eso.

Este capítulo va para mi ValeryMichaelis porque dentro de su mayoría es de confort, Vale, ha sido lo más lindo del mundo conocerte, no solo eres una persona sumamente dulce sino que me has enseñado caleta de cosas, así que agradecida por tu presencia que embellece este perfil chiquito, se te quiere mujer.

Finalmente se lo dijo, no pudo ser más directo puesto que esto implicaría hacer real algo que ninguno es capaz de sostener en el tiempo, hizo lo correcto, lógicamente vislumbra que no debería ni siquiera soñar con un posible interés romántico o platónico, automáticamente condenaría a esa persona para ser el objetivo de sus enemigos, a veces Ash no se puede mantener a salvo a él mismo ¿cómo pretende cuidar de otros así? No es que Eiji sea un "interés romántico" más, le gustó besarlo, estrecharlo entre sus brazos aunque haya sido un acto e incluso darle una nalgada, sí, fue una experiencia muy distinta a lo que acostumbra, puede ser una tontería, lo ve.

No pude salvarla.

Aún se siente culpable por la muerte de la niña, tenía 14 años, ella le ofreció una pizca de humanidad que como un hambriento recibió desesperado, ni siquiera pasó algo con ella, por eso le respondió a Eiji que no fueron a ninguna parte, simplemente le gustó, la asesinaron por eso, el nipón está fichado como un objetivo valioso sin añadirle ninguna otra etiqueta, no necesita darle más pretextos a Golzine para matarlo, torturarlo o peor, hacerlo pasar por el mismo infierno que pasó, es consciente y realista.

Ash nunca se ha permitido enamorar de nadie, es así de simple, además ni siquiera comprende cómo es su sexualidad, nunca ha tenido tiempo de sentarse a ver qué le gusta, ¿chicas?, ¿chicos?, ¿ambos?

Además ¿no sería irónico que le gustaran los hombres? La mayoría de sus violadores fueron hombres mayores ¿cómo se supone que debe perdonar eso o fingir que no ha pasado? Eiji es un chico después de todo.

Aun así. Aun así. Aun así.

—Ash Lynx. —Como sea—. Estaba esperando que me vinieras a visitar.

—Sí, Shorter me comentó algo del tema.

—Luces justo como dicen los rumores. —Cain esboza una sonrisa altanera, finalmente se metió justo al centro de Harlem para buscar ayuda del único grupo neutro que queda en Nueva York, Arthur está descontrolado, los tiene a todos amenazados—. Un hermoso pavo real en un basurero ¿qué quieres?

—Voy a arreglar las cosas con Arthur, quiero que te mantengas al margen. —Es directo y ni se inmuta por estar rodeado de los hombres de Cain, el único problema es que Eiji está acá, detrás suyo, el alfa lo protegerá con su vida si hace falta, más una condición fue traerlo y apenas el terco supo fue misión imposible hacerlo desistir de acompañarlo.

—¿Y qué gano con eso?

—Eso no es todo, no quiero que te entrometas en la zona del centro. —Los hombres de Cain dan un paso enfrente, Ash le aprieta la mano a Eiji por su espalda para calmarlo.

—¿Has venido para decirme eso? Tienes agallas. Si me uniera a Arthur, ni siquiera tú podrías regresar a casa vivo, lo sabes bien.

—No lo harás.

—¿Por qué?

—Porque eres como yo. —Simple—. Preferirías morir a ser controlado por alguien.

—¿Y si digo que no? El centro es demasiado bueno como para dejarlo.

—Entonces te las verás conmigo.

—¡¿Qué diablos dijiste?! ¡¿Estás bromeando?!

Los hombres de Cain se alteran de inmediato, él se les adelanta, saca la pistola que tiene enganchada en el elástico de sus jeans y le dispara a uno de los miembros de Black Sabbath en la mano, ni siquiera le dio chance de tomar un arma para defenderse, odia que Eiji lo vea así, por ende, para acabar luego con esto le apunta a Cain en la cabeza, el aroma del omega lo delata, está nervioso, suelta feromonas para calmarlo, todo estará bien, onii-chan, quiere transmitirle.

—¡No se muevan! —Cain es inteligente—. Me está apuntando directamente a la frente, podría soltar el gatillo antes de que cualquiera de ustedes pudiera hacerle algo.

—Ash. —Eiji es su cable a tierra.

—Perdóname. —Cain interrumpe—. Es noble de su parte que hayan venido ustedes solos, mis chicos no les pondrán un dedo encima, tienen mi palabra.

Ash baja el arma.

—Seré directo, me importa una mierda su guerra, será mejor que no me involucres, si le pasa algo a alguno de mis chicos te haré pagar por ello. —Ash no se inmuta—. Y ahora...¿ese es el omega por el que tanto alboroto hay?

—¡Ah! ¡Soy yo! —Eiji ni siquiera se perturba al dar un paso adelante y acercarse al inmenso y violento líder de Harlem, Cain se baja los lentes para escanearlo—. No nos hemos podido presentar bien, soy Eiji Okumura, un gusto. —Y para rematar hace una reverencia, le resulta adorable cómo saca a relucir su verdadera nacionalidad cuando está más nervioso.

—Cain Blood. —Para su sorpresa, el pandillero le corresponde—. Escuché que sobreviviste incluso a los experimentos de Dino.

—¡Oye! —Ash se pone defensivo. Alerta. Protector—. No te pases de la raya.

—Está bien, Ash. —Pero Eiji tiene más pelotas de las que creía—. Sí lo hice ¿acaso quieres saber algo más?

—Tengo un par de preguntas en mente. —Cain se suaviza—. Quédense a tomar algo, es una cortesía.

Ash realmente no se quería quedar, no obstante, entiende lo imprescindible que es llevarse al menos de una forma cordial, le sorprende que Eiji carezca de instinto para sobrevivir, es sentido común, Cain es un jefe sumamente temido por su reputación sanguinaria, no precisó de ninguna droga para hacer esto, lo construyó con sus propias manos teniendo un excelente manejo de sus instintos, a diferencia de amateurs como él y Shorter, Cain sabe, entiende y experimenta con comodidad su identidad, esto lo vuelve tan peligroso al mismo tiempo pero Eiji tiene algo que reconforta a la gente alrededor, hace que bajen la guardia y se abran, no aplica para todos, por supuesto, pero es cosa de verlo.

Eiji es relativamente una persona normal, aun así, resulta sumamente cercano a dos de los jefes más temidos y está bebiendo y charlando con suma comodidad con un tercero, en serio está desquiciado.

—El chico que tienes ahí. —Pero es aún más sorprendente cómo la disposición de todos cambió, él está seguro de que si hubiera venido solo lo habrían sacado a patadas—. ¿Qué es para ti? ¿Qué clase de relación sostienen?

Ahí está otra vez el miedo justificado: si se acerca mucho a Eiji hará de Eiji un objetivo, debió escuchar a su cerebro, es bueno autosaboteándose y apartándose de las cosas que lo hacen feliz ¿por qué no pudo seguir el mismo patrón de siempre? Si lo retiene luego no podrá volver a su mundo y ¿entonces qué?, ¿lo mantendrá atado a un asesino el resto de sus días? El omega tiene una vida, tiene la chance de ir a la universidad, de conseguir un trabajo, de forjar una familia, Ash no se perdonaría arrebatarle nada de eso, además, incluso si aceptara que puede pasar otra cosa su carga es demasiada, el trauma lleva años arraigado, el proceso de sanación sería visceral y los destruiría, está bien, no puede tenerlo atado a su vida si Ash no está apegado a la suya.

—¿Entonces?

—Somos amigos. —Sentencia y eso ya es peligroso, puede decir con libertad que Shorter es su amigo puesto que tiene una reputación malditamente fuerte como líder, pero Eiji ¿qué diablos es Eiji dentro de este mundo? Está exponiéndolo, tendrá consecuencias.

—Amigos. —Cain repite y no le gusta su tono de insinuación—. Tiene una gargantilla. —Sabía que le daría problemas, maldición, Skip.

—Fue un regalo.

—¿De quién?

—De parte de toda mi pandilla, le tienen mucho afecto a Eiji.

—Ajá. —El contrario no impresiona creerle—. Porque esa gargantilla está atestada de tus feromonas.

—¿A qué diablos quieres llegar? —Se cae el espectáculo, no está dispuesto a seguir con este montaje de cortesía—. Habla de una vez. —Cain no impresiona sorprendido de su actitud arisca, más bien se mira entretenido, casi como si lo estuviera poniendo a prueba, tanteando su límite.

—Arthur ha estado vigilándolos de cerca, ¿no lo estás exponiendo demasiado? El chico es valiente y debe estar medio loco para acompañarte, pero no sabe defenderse a sí mismo, dijo que jamás podría sostener un arma en su vida, es peso muerto en ese sentido.

—¿Y? No te incumbe.

—Me incumbe si estoy considerando apoyar tu lado. —Es cortante. Directo. A la yugular—. Al menos le deberías enseñar a disparar un arma para que pueda defenderse o a usar un cuchillo, no lo puedes mandar al campo de batalla desarmado o lo matarán, tiene que saber lo básico, entrénalo.

—No. —No cede—. No haré eso.

—¿Por qué? Sería lo más inteligente, así podría defenderse, sino será un simple estorbo, no se puede controlar todavía con su nueva naturaleza ¿qué pasa si se convierte en un conejo? Será peso muerto.

Probablemente habría pensado lo mismo si hubiera conocido a Eiji en las circunstancias donde debió haberlo conocido porque este mundo no es para débiles y estaba tan cegado en su momento con la idea de alcanzar su libertad que Eiji habría sido peso muerto, es dos años mayor y aun así no se cuida a sí mismo, es un bebé, tuvo una infancia privilegiada, seguramente esto no es más que una aventura cuando para él es la realidad, lo habría odiado por ser inútil, una carga, un estorbo.

Pero ese habría sido el Ash con la primera impresión de Eiji, no el que lo conociera de verdad y mirara lo que realmente hay detrás de sus ojos brillantes y su sonrisa amable, Eiji nunca tuvo una vida "fácil".

—No quiero que sea cómo yo. —Musita para sí mismo—. Por eso no puede tomar un arma, personas como nosotros no tuvimos esa elección, es cazar o ser cazado, pero yo le estoy dando la deliberación a Eiji, eso cuenta.

—No. —Cain no cede—. No le estás dando esa elección, estás tomándola por él, no quieres ver cómo este mundo lo pudre y eso es demasiado idealista, no es tu estilo, Ash. —Lo sabe.

Entiende que es sumamente tonto, pero realmente quiere que Eiji conserve ese brillo inocente entre sus pupilas, ese mismo que lo cautivó cuando recién lo conoció.

Deslumbrante. Determinado. Vulnerable.

Libre, no quiere que Eiji deje de ser su libertad y se rompa.

—No puedo enseñarle a usar un arma, no lo convertiré en un asesino. —Se lo plantea con dureza, si bien, es cierto que probablemente en otras circunstancias le habría dicho que no podía cuidarlo, que volviera a Japón o alguna mierda así—. Por eso lo resguardo yo. —Todo es diferente ahora.

—No puedes cuidarlo por siempre.

—¿Te imaginas qué pasará si Dino pone sus manos en él?, ¿lo importante que debe ser para la droga?

—Ustedes destruyeron toda la evidencia en el camino. —Así que lo escuchó y es correcto, la cuestión es que Ash no es experto en medicina a pesar de todo y tuvo que recurrir a terceros.

—Eiji es técnicamente lo único vivo que muestra los resultados del nuevo prototipo, no estoy seguro a dónde exactamente quiere llegar Dino con las transformaciones, pero sé que Eiji es importante por eso, no podemos entregarlo.

—¿Es una indirecta para que cuide a tu noviecito si algo te pasa?

—No. —Esconde su cara, ruborizada—. Tómalo como quieras, solo te estoy dando cuenta de hechos.

🐾

—Oye, Eiji. —Ash intenta poner el tema, se están devolviendo de Harlem caminando, Arthur no tiene respeto por nada, más no está tan desquiciado como para partir una guerra con Black Sabbath en el territorio enemigo—. ¿Qué te dijo Cain?

—¿Eh? No mucho. —Caminan codo a codo—. Fue simpático, me preguntó si había podido ver algo de la ciudad y hacer turismo antes de que todo esto pasara, se puso triste cuando supo que no.

—Oh. —La conversación que tuvo con Ash fue bastante diferente—. ¿Te gustaría hacer turismo? ¿Por eso viniste a América? —Ni siquiera sabe por qué está poniendo el tema si definitivamente no puede darle lo que quiere, más, Eiji alza la mirada al cielo como si buscara respuestas, frunce el ceño, esboza un puchero y así antela la contestación: sí, Eiji se moría por salir a pasear y a respirar otros aires, es decir, estuvo en depresión en su país natal.

—No. —Pero por supuesto le dirá eso para no hacerlo sentir mal—. Estoy bien.

—¿Q-Quieres...? —Ash traga duro y se afloja el cuello de la camisa—. Hay un parque lindo cerca, tal vez podríamos comprar café y sentarnos un rato, escuché que los atardeceres en Harlem son bonitos a diferencia de la porquería que vemos en Downtown.

—¿Estás seguro? —Se lo cuestiona con suspicacia, más, casi lo imagina moviendo la cola de felicidad.

—Sí, estoy seguro. —Ash lo abraza de los hombros—. Vamos, onii-chan. —Se ríe entre dientes—. No esperemos más, te compraré el café con mostaza más rico que hayas tomado.

—¡Ash! ¡Eso se escucha asqueroso!

—No más que el natto.

—¡Tú! ¡Americano irrespetuoso!

—¡Japonés quejumbroso! —El aludido lo patea cual réplica—. ¡Me las vas a pagar, pequeña mierda!

Pero realmente no tiene intención de lastimarlo, tan solo buscaba una excusa para corretear, tontear y reír en el límite de Harlem.

Una vez tienen el pedido y se han acomodado en el parque Ash puede respirar, no sabe si es el efecto tan reconfortante de las feromonas del omega, no obstante, está menos sintomático desde que tiene al terco a su lado y no porque los traumas hayan desaparecido por arte de magia, más Eiji lo envuelve igual que una cobija y lo protege a su manera, una sonrisa se anida entre los labios del alfa, se encoge hacia sí mismo vislumbrando el paisaje cuando en realidad.

—Tenías razón, es muy hermoso acá. —Cuando en realidad está mirando otra cosa, es cliché y resulta tan impropio que quiere llorar sin embargo no puede sacarle la mirada de encima—. Gracias, Ash-u.

El estornudo, Dios, ama que lo estornude.

—¿Por traerte a un parque? No sabía que ahora eras un cachorro para venir a pasear. —No es adrede ser tan pesado con sus comentarios, a la mayoría eso le molesta, es insensible, lo sabe.

—Los conejos también pasean ¿sabes? —Pero está hablando de Eiji, su excepción, al único que nunca le aplicarán las reglas—. Y no hablaba tanto de eso, me refiero a todo.

—¿Eh? —Eiji sonríe, tiene clavada su mirada en el atardecer, la brisa revuelve su cabello ofreciéndole un aura aún más angelical de la que acostumbra—. ¿A qué te refieres?

—Cuando te digo que salvaste mi vida, lo hago en muchos sentidos. —Las manos se tensan alrededor del vaso de papel, está caliente, tan caliente que sus manos han enrojecido y aun así, no logra mover un solo músculo, solo escucha sus latidos retumbando contra los tímpanos—. Una vez me dijiste que me tenías celos porque yo aún actuaba esperanzado.

—Sí.

—Pues esa es la cosa, Ash. —Eiji lo mira con una sonrisa abierta—. Estoy más feliz que nunca contigo.

—¿Qué? —De pronto su cara arde, sus ojos brillan y pone una expresión nunca antes vista, lo aprecia en el reflejo de su café ¿no es increíble que Eiji siempre esté arreglando cosas que no rompió? Incluso si puede cortarse en el camino no teme arrodillarse para recoger sus pedazos—. ¿Qué dices?

—Ibe-san te contó, ¿cierto? —Los japoneses apestan diciendo mentiras o encubriendo secretos, Ash concluye—. La estaba pasando muy mal en mi casa.

—¿Por qué?

—Amaba saltar la pértiga. —Empieza—. Me metí en el deporte porque no quería pasar tanto tiempo en mi casa y me terminó gustando, genuinamente se convirtió en una necesidad, ¿cómo le dicen acá en América? En una vocación. —Encuentra la palabra—. En un motor de vida, antes me sentía mucho más perdido, no tenía descanso de mí mismo y saltar me lo dio.

—No sabía que fuera tan importante. —Balbucea—. No sabía... —No sabía nada.

—Me lesioné y perdí la confianza, nunca más pude saltar. —Lo dice abruptamente—. Me rendí, antes de que eso pasara me estaba empujando muy lejos, tenía que compensar mis debilidades físicas, mi contrincante siempre ganaba porque él era un alfa fuerte y mucho más fornido, yo era pequeño y sé que aún lo soy, por eso Kong me dice "camarón", lesionarme fue una excusa para los demás en donde pude tirar la toalla sin que fuera mal visto, pero fui cobarde.

—No creo que hayas sido cobarde. —Ash siente el impulso de tomar su palma—. Tuvo que ser jodido enfrentar eso solo.

—Ah. —Eiji se sonroja y es tan predecible—. Un poco. —Es tan lindo—. Pero no era feliz desde ahí y al conocerte...no puedo explicarlo, sé que suena mal por el contexto, sé que esto no es un juego, me muero de miedo la mayoría del tiempo, pero necesito que sepas que desde que estás en mi vida, mi vida es mucho más feliz, se siente como una vida.

—¿Cómo...? —¿Cómo es eso posible?—. No he hecho más que exponerte.

—Has hecho mucho más. —No lo deja—. Estoy agradecido de eso, de que me permitieras quedarme a tu lado incluso si a veces soy una carga.

—No lo eres. —Ash le aprieta la mano con fuerza—. También soy feliz desde que estás a mi lado, Eiji.

Eso es lo que da miedo, es malditamente aterrador.

Sí, más que Dino, que Marvin, que Arthur, que los Lee, que todos los enemigos juntos, no debe existir nada más aterrador que ser feliz con Eiji porque eso implica que puede perder esa felicidad, no sabe si podría soportar vivir sin esta constante sensación de confort o si valdría la pena ¿qué sentido tiene ser libre si Eiji no está en esa libertad hipotética? No es que sea dependiente, es solo que...

Desde que se conocen supo que le traería problemas, es un pésimo mentiroso, es terco, viste la ropa más fea que existe en la tierra, confía en desconocidos, cocina comida apestosa, tiene la personalidad de ama de casa en paralelo se comporta como un viejo, es un conejo gruñón, patea, se escapa, gruñe y no puede entender la gravedad de la situación puesto que no le toca enfrentarla y aun así, entiende a Ash mejor que nadie en este mundo.

Inclusive si son alfa y omega. Depredador y presa. Americano y japonés. Ying y yang. Lince y conejo.

Eiji Okumura es su alma gemela.

Así de simple.

Ve a través de su alma haciéndolo sentir totalmente expuesto y temeroso, es absurdo, lo comprende puesto que Eiji no sabe ni un octavo de las cosas que ha hecho en su vida, pero por alguna razón Ash le cree cuando le dice todo eso y cuando construyen castillos en el aire, es tan tonto que desea llorar.

—Tú igual. —Pero finalmente se lo confiesa—. Fuiste la primera persona en ayudarme sin pedir nada a cambio.

—Pero yo no te he ayudado en nada. —¿No es increíble que a estas alturas piense eso? Cuando hace tanto.

—Eiji. —Ash lo mira y se distrae por la crema batida—. Ni siquiera sabes comer, eres un bebé. —Con un dedo se la limpia para lamerla, es dulce, la más dulce que ha probado, cuando retoma el contacto visual y vislumbra una brillante capa de rubor en sus mejillas se percata de lo que ha hecho.

—Siempre dices que te incomoda que invadan tu espacio personal. —Se burla para mitigar lo intenso de sus emociones—. Pero estás muy cómodo conmigo.

—Y lo dices con orgullo. —Ash le pellizca una mejilla—. Bastardo. —Le gusta tironearla, lo entretiene.

—¡Ah! Eso duele.

—Por eso mismo la pandilla está tan sorprendida, tienes razón, no es común que me sienta cómodo.

—Ash.

—Menos con los toques de alguien más, el contacto físico es... —Te amo, sweetheart—. Complicado.

—Si algo de lo que estoy haciendo te lastima, dímelo o no sabré. —El omega intenta apartarse, suelta su mano y retrocede por instinto, ¿debería sorprenderle que la naturaleza de Eiji sea quererlo?

—No. —Ash aprieta su mano de vuelta—. No me molesta de ti. —De hecho, pasarle la pastilla incluso lo ayudó a mitigar y sobrellevar el trauma de una violación grupal, le preocupa que Max quedara con esos sujetos, más Jenkins lo calmó prometiéndole seguridad, no es el punto—. Te tomé desprevenido cuando te pasé la pastilla ¿no es así?

—Bueno, claro. —Eiji se encoge con ligereza, los vasos de café han quedado vacíos y apoyados en el pasto, la hierba se siente fresca y la tarde empezó a caer—. Fue mi primer beso.

—¿Qué? —Palidece—. No.

—Lo fue. —Insiste.

—Mierda. —Y de repente, se siente terrible—. Lo siento mucho por tomarlo así. —Cínico de mierda.

Se la pasa quejando y lloriqueando sobre el consentimiento, pero no fue capaz de siquiera considerar que a Eiji podría desagradarle que lo usara, tomó su primer beso y el suyo fue robado a los siete años junto a muchas otras cosas ¿cómo pudo hacerle eso? Al final no es distinto de Dino, el entrenador o cualquiera de los clientes que tomaron sin importar cuánto dolió para satisfacer su propio placer, de pronto tiene muchas ganas de llorar, la idea de convertirse en un agresor no lo rompe tanto como la idea de ser un agresor con Eiji. Eiji que es amable. Eiji que nunca lo ha visto con lujuria. Eiji que lo ve con esos ojos brillantes. Eiji que es honesto. Y bueno. Y lindo. Lo trata bien. Lo quiere. Lo quiere y no espera nada a cambio ¿cómo se atreve? Lo ensució.

—Ash. —Pero entonces el omega lo tiene sostenido de las orejas casi como si quisiera callar al resto del mundo—. Está bien, yo lo consentí.

—¿Cómo podría estarlo? Te forcé.

—No me forzaste.

—Lo hice.

—¿Entonces cuándo me pasaste el humo también me forzaste? —Y ahí cae en la cuenta—. Recuerdo habértelo pedido.

—Tú. —Quizás, Eiji también quería besarlo—. ¿Puedo? —Y quizás, Ash quiera besarlo otra vez—. ¿Te puedo besar?

—Por favor.

Así que lo besa.

Es un mero roce de labios al que teme se ha vuelto adicto, lo hace deslizando sus dedos con suavidad entre los mechones negros, degustando el café de su lengua, siendo envuelto por la calidez, tratando de memorizar cómo se siente un «te quiero» genuino e incondicional, es un beso puro, blanco, dulce, infantil, se siente como un beso primerizo donde las narices chocan, ríen, están nerviosos, lo cautiva.

No dura mucho, por supuesto.

Cuando se separan vuelven a juntar sus frentes, Ash aprieta el cabello de Eiji sin ser brusco en reflejo de su impotencia, este es el peor castigo ¿verdad?

Ser consciente de que quiere a Eiji, que Eiji lo quiere de vuelta y ambos saber que lo suyo es imposible.

—Esto no significa nada. —Ash le explica—. No puedo ser tu novio o algo así.

—No necesito ni quiero que seas mi novio. —Eiji es firme—. Me bastas tú.

—Eiji.

—Esto. —Entrelazan sus dedos—. Esto es suficiente.

El regreso a casa es sumamente amargo, desea tomarle la mano pero no lo hace ¿qué sentido tendría además de sufrir? Su mente lo lleva a lugares oscuros, lo arrastra por millones de escenarios que son catastróficos y retorcidos y es por eso...

—Hola, Ash.

Es por eso.

—Ha pasado un tiempo.

Qué baja la guardia y Arthur los tiene rodeados y desarmados.

Lo único que puede hacer Ash como respuesta es lanzar un gruñido.

El otro capítulo ya es medio visceral y tiene advertencias, me da pena dedicarselo a alguien por lo mismo, siento que es de los más intensos de la trama, pero ya cacharemos porqué.

Mil gracias por el apoyo, nos vemos mañanita listo para darle~

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