Taming the lynx [Omegacember...

By Tsundere_Kitty

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Ash Lynx está decidido a destruir a Dino Golzine y llegar al fondo de lo que es banana fish, el plan es simpl... More

1. Autocontrol.
2. Voz.
3. Aroma.
4. Instinto.
5. Colmillos.
6. Supresor.
7. Celos.
9. Ronroneo alfa.
10. Gargantilla.
11. Gruñido.
12. Bozal.
13. Ojos de cachorro.
14. Prendas con aroma.
15. Collar de protección.
16. Ronroneo de omega.
17. Mordida.
18. Parche.
19 Celo alfa.
20. Cuello.
21. Púas en la lengua.
22. Nido.
23. Celo omega.
24. Impregnación de aroma.

8. Ofrenda.

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By Tsundere_Kitty

Hi~ Me atrase un poquitín, todavía tengo comentarios pendientes que responderé más tardecito, so, don't worry pero aprovecho de subir el arco de la carcel de tirón, chiquillos, como les comenté este tiene advertencias, yo siempre hablo de casos generales pero siempre un trauma se puede desarrollar de maneras muy distintas en cada uno. Cuando hay abuso sexual infantil y tiende a ser prolongado pasan dos cosas en su mayoría: o hay hipersexualización o una inhibinición, como hemos visto en el canon, Ash usa su sexualidad como una "herramienta" y más cuando se trata de adultos varones, así que acá veremos algo de eso nunca desde la romantización y de hecho, queda muy claro con la respuesta de adultos responsables como Max, Ibe y Charlie, pero eso.

El capítulo de hoy va para cocoa_daya que debe ser la persona más genial con conocimiento literario que conozco en la vida, ha sido un honor que me dejes estar a tu lado por tanto, te quiero caleta.

—¡Viene entrando un nuevo reo!

—¡Pero miren que belleza!

—Oye, bonito ¿no quieres pasarte por mi celda un rato? Estoy seguro de que nos divertiremos harto.

Ash mantiene una expresión impasible mientras es escoltado por dos guardias hacia su celda, precisa mantener la cabeza fría, no puede permitir que esos comentarios grotescos lo descoloquen, no tiene nada de nuevo esta situación además, le han cambiado el uniforme a un horrible mono naranja junto a unos zapatos gastados, un collar que bloquea las feromonas, la mayoría de quienes están ahí deben ser alfas y a juzgar por la presencia que emanan, unos peligrosos, ja, puede lidiar con ellos y al menos acá le darán comida y cama gratis.

Pero no está acá para acomodarse, la situación es mala: Golzine lo tiene dónde quería, está en deuda con la policía por meterlo y sacarlo sin hacer preguntas, Arthur está masacrando Chinatown y Shorter está acorralado por lo mismo, no puede pedir su ayuda, menos de la pandilla, el bastardo aprovechó.

—Hay un nuevo preso, pórtate bien. —Pero todo vale la pena cuando abren la reja de su celda, antes solía aborrecer a Charlie, le resultaba un policía incompetente que no podía proteger a nadie, no era capaz de mantener a salvo a Nadia ni a Shorter, ahora agradece esas fugaz de culpa que lo mantienen subestimándolo.

Gracias a eso lo puso junto a Max Lobo, finalmente.

Ahí está.

Ash entra a la celda, la repasa de arriba hacia abajo, es grotesca, miserable, es digno reflejo de Nueva York con su inodoro impregnado de suciedad, su camarote empolvado, su espejo craquelado con un estante de libros tan maltratados al costado que se deshacen por solo mirarlos, la cámara es sin duda vieja y fea, aunque no tanto como su compañero quien se ha quitado un libro de la cara con intención de presentarse, es un beta sin aceite, posee arrugas profundas, músculos fofos y apuesta que se tiñe.

—Max Lobo, mucho gusto. —Sin embargo, su papel es hacer de damisela en apuros con este hombre y vaya qué lo sabe interpretar.

—Ash Lynx. —Le ofrece una mano de vuelta.

—Eres joven, ¿cuántos años tienes? —Ah, ya empezó el baile.

—¿Cuántos años quieres que tenga?

—¿Eh? —Frunce el ceño, Max no se parece ni remotamente a la imagen que tenía prefabricada y no es solo por su apariencia simplona de pueblo o sus ojos bonachones, su actitud es inusual—. ¿Cómo?

—¿Y tú, viejo? —Escamotea—. ¿Cuántos años tienes?

—¿V-Viejo? ¡Solo tengo 32 años!

Los demás reos no demoran en hacerlo callar aventándole hasta papel higiénico dentro de la cámara.

—¿32? Eres un viejo. —Casi tiene la edad que tendría Griff—. Tengo 18. —Bloquea sus pensamientos intrusivos subiendo al camarote.

Tch, comparado contigo cualquiera es un viejo. —Ash se recuesta en su cama igual que un gato en hiperalerta—. ¿De dónde eres? ¿Tienes familia?

—Hablas demasiado.

—Lo siento, soy periodista. —Bingo, acá está la puerta—. Aunque bueno, ahora estoy retirado, pensé que estaba persiguiendo algo grande, a estas alturas me rindo, inclusive acabé en prisión por intentar seguir una corazonada, me seguiré dedicando a cosas más simples, supongo que quiero adentrarme en cosas que no sean tan peligrosas y no pongan en riesgo mi vida. —Ash no lo mira, se queda contra la pared analizando las jugadas de Lobo.

—Suenas como si tuvieras una razón para mantenerte a salvo. —Su novio fue quién inspiró el trabajo sobre banana fish, debe empezarlo a hacer hablar por ahí—. ¿La tienes?

—¿A qué te refieres?

—No sé. —Finge inocencia—. Una familia, amigos, una mascota. —Divaga—. Una pareja que tal vez te esté esperando en casa.

—Ni yo sé. —Suspira—. La vida amorosa es complicada ¿eh?

—Cómo si yo fuera a entender eso.

No importa, se dice a sí mismo, todavía tiene tiempo y de hecho, es mejor que no haya algún amante celoso en el panorama, así puede hacer lo que mejor hace y ponerse de ofrenda ¿autocontrol? Hasta siendo un beta Ash sabe que tiene necesidades, que lleva meses en prisión, Ash es joven, es hermoso y puede fingir ser encantador si así lo desea, será pan comido acostarse con Max para robar los datos que necesita, lo ha hecho y con viejos mucho más asquerosos, al menos Max ha tratado de ser grato.

Será un trabajo sencillo.

🐾

No ha parado de seguir a Max durante estos días, le ha pedido que lo acompañe refiriéndole que se encuentra demasiado asustado por las amenazas de los demás reos, el idiota ha caído llegando hasta a ser caballeroso, sin embargo, lo trata como un mocoso y eso le molesta, es casi como si al periodista no le fuera posible verlo como un hombre, un material sexual, por favor, le gustan los niños pequeños como a todo el resto de los suyos, en el fondo todos son igualmente asquerosos, es cosa de estimular y tentar el espíritu de Max para probarlo, son compañeros de celda, puede tomarlo si así lo quiere y no pondrá resistencia.

Eiji odiaría saber eso, Eiji odiaría saber que se metió a la cárcel para acostarse con un desconocido y así poder robar información, a Eiji le dolería, se haría un ovillo de sí mismo y le diría que está bien.

Cállate. Cállate. ¡Cállate!

Eiji no está y si anhela mantenerlo vivo, será mejor que cierre la puta boca y abra pronto las piernas.

—Estoy un poco perdido. —Al carajo Eiji, no puede distraerse por boberías ahora, todos deben hacer sus sacrificios, mientras más demore, más chicos morirán—. ¿Me puedes explicar?

—¿Dónde? —Están en la biblioteca, el troglodita resultó ser culto—. Me sorprende que pidas ayuda.

—Acá. —Y Ash es bueno inflándole el ego a los hombres, por supuesto, adoran a un depredador solo si saben que podrán mantenerlo sometido—. No entiendo esta parte de tu artículo. —Les gustan los chicos inteligentes y bonitos solo si ellos son más inteligentes (o así lo sienten).

—¿Por qué estás leyendo eso?

—Las drogas me llaman la atención. —Pone el tema sutil, iletrado, pecando de ingenuo—. Me llaman mucho la atención, incluso he estado investigando. —Capta la indirecta.

—No creo que debas estar leyendo de drogas. —Max sentencia—. No son buenas, si estás pensando en tomarlas, deja esa idea.

—¿Por qué? —Ash acomoda su mentón contra su palma, ladea su cabeza exponiendo su cuello largo, pálido y contrastado con el bloqueador de feromonas—. He escuchado que son muy divertidas.

—No. —Max no cae—. Yo tomé en Irak, no lo fueron.

—¿Eh? Un veterano, no, un sobreviviente. —Cambia la táctica—. Con mayor razón deberías divertirte haciéndole honor a la vida que recuperaste y se me ocurren varias formas de cómo sacarle provecho.

—¿C-Cómo? —Max impresiona totalmente confundido cuando Ash empieza a deslizar sus dedos por su hombro con coquetería, se le cayó la farsa ¿verdad?

—¿Realmente ansías saber? —Le susurra a la oreja—. ¿O prefieres que te muestre en nuestra celda?

—Ash Lynx. —Mierda, se acabó el show—. Hola, cariño.

—¿Y tú quién diablos eres?

Ash no necesita ser un genio para reconocer a uno de los hombres de Dino, sabía que no se quedaría sin hacer nada teniéndolo literalmente encerrado en una prisión de su propiedad, los guardias yacen corruptos por sus sobornos, vaya sorpresa, pero realmente no quiere lidiar con este idiota ahora, así que regresa su mirada al libro y desiste con Max, no les mostrará sus verdaderos colores.

—Oye, Garvey, este chico...

—Vamos a divertirnos mucho. —Apenas lo acaricia, explota—. Honey.

—¡Quítame tus sucias manos de encima!

Ash se le tira arriba, le estampa un puñetazo en la cara una y otra vez, aun sino tiene la misma fuerza física de un adulto sabe exactamente dónde atacar, no se contiene, descarga toda su furia en un shot de adrenalina mientras Garvey se retuerce por debajo, los policías llegan, los reos gritan y ahora está en problemas, debe advertirle de alguna forma a Eiji, lo debe mandar con Shorter, ni siquiera alcanza a hilar un plan cuando lo levantan entre varios guardias y lo arrojan dentro de la celda de aislamiento.

Esto no está saliendo cómo quería.

¿Qué diablos con Max Lobo? ¿Se está haciendo el difícil o solo es tonto?

De todas formas, sigue intentando seducirlo dejando de lado esa falsa timidez, se vuelve asertivo, el sueño de cualquier otro reo que estuviera encerrado acá y aun así, no le da señales positivas, le debe aplaudir por ser un "caballero" pero ¿a quién engaña? A fin de cuentas se está ofreciendo en bandeja de plata, además por lo que averiguó antes de venir su amante está jodido por la droga, por supuesto que no le importará si tiene una aventura de una noche, más ¿qué tal a Eiji?, ¿por qué se le hace tan duro prostituirse? De seguro cayó demasiado hondo en su fantasía, jugó demasiado a la casita, ahora sabe que valió la pena, porque incluso si fue corto el tiempo donde compartió con el omega fue feliz.

—Oye, entiendo lo que estás haciendo. —Así que a la semana se cabrea, no ha podido llamar porque deben tener intervenidas las líneas, no ha sabido nada de Eiji, está jodidamente preocupado, aunque no ha hecho nada con Max todavía ya se siente asqueroso—. Puedes parar.

—¿A qué te refieres? —Estaban compartiendo opiniones literarias en la celda antes de que lo cortara con violencia.

—No tienes que hacerte el lindo para conseguirme, soy una ofrenda.

—¿Qué?

—No soy una puta exigente. —Ash se sienta a su lado con una sonrisa juguetona apoyando su palma sobre el muslo del beta—. No es necesario que te portes bien, sé lo que en verdad quieres. —Ash se inclina, apoya al beta contra el respaldo de la cama, sabe exactamente lo que les gusta, tiene talento.

¿Talento para qué? ¿Para chupar penes? Qué risa, no, ¡no! Debe controlarse, no puede afectarle casi como cuando le indujeron el celo pero vivir en su cuerpo está siendo horrible, seguramente es la falta de sexo, tiene sentido, lo entrenaron como un prostituto, ¿lo entrenaron? Nació cómo uno, por favor, hasta su propio papá le echó la culpa por seducir a su entrenador, sucedió con los profesores también cuando Dino vio potencial en su cerebro y aun así lo castigaba, cuando Marvin le sacó fotos, las fotos fueron tan buenas que se volvió un actor famoso y luego se lo llevaba a los moteles, que lo inyectaran fue su salvación en retrospectiva, al menos Dino no lo compartió más.

Pero ¿qué tal si ya no sirve para eso? ¿qué tal si desea ser algo más? Luego de estar tanto tiempo en compañía del omega se siente sucio pero una suciedad visceral, tener que tocar y fingir que le gusta...

—Solo deja que te cuide. —Se fuerza a salir de su cabeza, a correr lejos de la cabaña no obstante no la dejó nunca de niño.

—Ash. —Su tono es serio. Impotente. Contraído—. Esto está yendo demasiado lejos, si es algún tipo de broma detente en este momento, no es graciosa y no quiero hacerte daño golpeándote.

—¿Haciéndote el difícil? Puedo jugar ese juego también.

—Hablo en serio.

—Está bien. —Enrolla sus manos alrededor de su cuello—. Yo haré todo el trabajo duro, lo único que debes hacer es dejarte llevar.

—Eres un niño. —Lo detiene—. No te veo así. —Y es turno del alfa de quedar paralizado—. E incluso si fueras un adulto, mi corazón ya le pertenece a alguien, nunca lo traicionaría.

—¿Qué diablos estás diciendo? —Ríe—. Piénsalo mejor, puedo ofrecerte toda una experiencia. —El más joven intenta insistir, esto es todo lo que puede hacer, sino utilizan su cuerpo, sino vende pedazo a pedazo su existencia ¿para qué sirve? Para nada, no puede matar acá si pretende salir, mierda, esta es la primera vez que lo rechazan, no, no, ¡no!, ¿qué está haciendo mal? Intentó ser un chico bueno.

—No. —Sostiene—. No fui amable contigo porque quería algo a cambio, fui amable contigo sin razón aparente porque soy así, no tienes que buscarle un doble significado a todo.

¿Qué no tiene que buscarle doble significado? Irónico considerando que quienes dicen esto, quienes le prometen que serán gentiles, quienes se presentan con amabilidad, quienes le ofrecen comida, el techo para dormir una noche o algo más siempre terminan siendo los más crueles, le llevó demasiado aprenderlo, le costó todo aprenderlo.

Maté a un hombre por primera vez cuando tenía ocho años, soy un asesino.

Si Eiji llega a saber esto, si Eiji llega a enterarse cómo se le está tirando encima a Max, ¿todavía querrá seguir siendo su amigo? No, puede ensuciarlo con las manos de desconocidos que tiene encima.

Su cuerpo no es suyo y nunca lo fue ¿verdad? Banana fish es la mera manifestación de su naturaleza.

—¡Por favor! —Chista herido—. Todos son amables porque quieren algo a cambio, ¿acaso crees que no me di cuenta de cómo me mirabas?

—Te pareces a alguien que conozco, nada más.

—¿Me parezco a alguien?

—Alguien a quien quiero mucho. —Ahora realmente va a reír por lo torcida de la situación, es jodido.

—Qué excusa tan patética. —Ash se da vuelta—. Si vas a inventar algo que al menos sea más original, ¿tienes idea de la cantidad de veces que me han tirado una frase así? Es que te pareces a mi hijo, me recuerdas a mi nieto, son unos asquerosos, deberían estar todos muertos si me lo preguntas, de niño me decían que era un servicio a la comunidad, que si yo hacía eso controlarían sus impulsos y así no lastimarían a sus verdaderas familias, ¿pero por qué yo debía...? Da igual lo que pase con un crío que se escapó de casa y no tiene familia, esa es la cosa, tuve suerte de vivir tanto.

—Ash.

—Me largo. —Él se encoge sobre sí mismo—. Cuando quieras una buena mamada puedes buscarme.

Max queda totalmente pasmado mirando la nada.

No es experto en abuso sexual infantil, pero es claro como el agua, ese chico está tan herido y seducir es la única manera de vincularse que tiene, no lo culpa ni lo resiente sin embargo siempre es violento ver en qué clase de adulto se convierte un niño transgredido, por lo que dijo puede deducir que yace en una red de prostitución infantil, nunca lo han rechazado, así como tampoco le han dado la chance de ser un niño y ser amado, mierda, por esa clase de cosas tan duras para el estómago es que prefirió abandonar el periodismo y tirar la toalla, en algún punto luego de ver tanto, todo te deja de importar.

Lo mejor será no entrometerse con Ash Lynx, el mocoso es mala noticia.

Max necesita salir pronto de prisión.

—¿Qué haces acá afuera? —O al menos eso pensaba—. Creí que habías llamado a Ash a la biblioteca.

—¿Ash...? —No han hablado desde el incidente y de hecho, el mocoso ni siquiera ha vuelto a la celda para dormir—. No, no lo he llamado, ¿de dónde viene la pregunta?

—Uy. —El otro reo luce nervioso—. Supongo que fueron Garvey y la pandilla en ese caso, fue extraño que no pasara antes.

—¡Maldición!

—Ya no vale la pena, debe ser demasiado tarde.

Max no tiene idea de por qué corre a buscarlo.

Pero realmente desearía no haberlo hecho al chocar con Garvey, escuchar sus idioteces, subir lo más arriba de la biblioteca para encontrarse... Max ha visto muchas atrocidades en la guerra, vio cómo le volaban los sesos a sus compañeros estando al lado, vio cuerpos mutilados, vio violaciones, violencia e incluso canibalismo, vio cosas que lo llevarán al infierno, aún así Ash parece un niño con el uniforme rasgado, los muslos ensangrentados, el cuerpo magullado, usado, sucio y sus ojos, a pesar de lo que dice esos ojos son los de un niño.

Y se comporta como un niño en la enfermería pidiendo una pastilla recubierta, fingiendo que aquello no le dolió cuando claramente está afectado, se mira tan culpable por lo que pasó.

—Me superaban en número, no puedo morir todavía. —Le explica como si hablaran del clima fresco.

—Bueno, sí... —Max no sabe qué decir—. ¿Cómo sea, tienes hambre?

Y entonces sucede.

Lo escucha decir esas dos palabras malditas: banana fish.

🐾

Ash ha analizado cada una de sus posibilidades, si se queda probablemente Garvey lo matará porque no logra recurrir a sus instintos por el bloqueador de feromonas, Arthur está derramando sangre por Chinatown, Max está en una travesía de autodesarrollo o alguna mierda así, la opción más segura es traer a Eiji a pesar de la ironía, lo conversa con Charlie y juran darle escolta policial, sería mucho más sospechoso si llamara a cualquier otra persona, solo le queda confiar en que Eiji lo escuchará, precisa advertirle y mandarlo con Shorter, es puro negocio, nada emocional.

—¡Ash! —Pero siente como si el alma le volviera al cuerpo apenas lo ve entrar—. ¿Estás bien? ¿Acaso te han hecho daño?

—Estoy bien. —Ríe, ni siquiera se han sentado, de hecho, Eiji se ha alzado en la punta de sus pies, le sostiene las mejillas y lo está examinando—. De verdad.

—Tienes tu carita lastimada. —Siempre que Eiji lo trata así lo rompe.

—Bueno, estoy en una prisión. —Ash se tumba en una de las mesas, no le contará sobre el encuentro con Garvey o su comportamiento con Max—. Es esperable que me peguen.

—¿Cómo te está yendo? —Se han sentado frente a frente, Eiji le está apretando con fuerza las manos como sino lo quisiera dejar ir—. ¿Lo encontraste?

—Sí, pero no fue lo que esperaba. —Comienza—. Revisé sus cosas, tiene una libreta con información que nunca antes he visto, planeo robármela antes de irme, pero fuera de eso ha sido inútil.

—Oh. —Eiji no oculta su decepción—. Lamento que haya sido en vano.

—No fue en vano, onii-chan. —Lo anima—. La libreta ayudará mucho.

—¿En verdad?

—En verdad. —Ash ríe con ternura, es increíble como la mera presencia de alguien más puede llegar a ser tan sanadora—. ¿Cómo están mis chicos?

—Acorralados. —Ibe interviene, ni siquiera se fijó que venía él—. Arthur los tiene entre la espada y la pared.

—Ese bastardo.

Arthur siempre está compitiendo con él, lo odia, lo entiende puesto que en su mente Ash encarna el ideal de hombre que le gustaría ser, es un líder fuerte, inteligente, diestro, es respetado, temido, aun así valorado por todos, Dino además no ayuda al ser un constante recordatorio de esta brecha dentro de la misma casta.

Ash por otro lado, no desea ganar poder ni convertirse en un jefe, no posee ambición para destruirlos a diferencia de Arthur, de hecho, no le interesa, si caza es solo porque lo están cazando, si aceptó un rol de líder es dado que le interesa la seguridad de los miembros de su pandilla, en el fondo, aborrece ese tipo de vida pero si algo recordó siendo prisionero es que no tiene permitido soñar con otra cosa.

Y está bien, tiene más que hecho el duelo.

—La casa se siente tan fría sin ti. —Pero acá está Eiji a pesar de todo, le dijo que era un leopardo en una carcasa y el irracional le respondió: tú puedes cambiar tu destino.

—¿No te agrada Skip?

—Skip es grandioso, tenías razón, me agrada. —Ríe, se los imagina perfectamente juntos—. En cierta medida me recuerda a mi propia hermana.

—¿Tienes una hermana?

—Menor. —Claro que Eiji es el mayor, tiene todo el aire de hermano parentalizado—. Es una pesada.

—Apuesto que es linda.

—Para nada.

—Es igual a Ei-chan. —Ibe reafirma su presencia—. Se parecen bastante en la cara.

—Entonces es muy linda.

—¿Entonces crees que mi cara es muy linda? —El hijo de puta se burla—. ¿Eso me estás insinuando?

—Insinúo que eres terrible. —Ash le pega en el entrecejo—. Ya deberían irse, es tarde.

—Cierto. —Eiji se levanta—. Bueno, espero que estés bien. —Los guardias lo tienen vigilado, pero si tiene un as bajo la manga es que Charlie está acá para encubrirlos lo que más puede, debe intentarlo, debe hacerlo—. No te preocupes, saldrás pronto.

—Sí. —Así que de una zancada acorta la distancia. —Me alegro de que hayas venido hoy, Eiji. —Ante una sutileza digna de un gato lo lleva lo más lejos posible de los guardias, es hora del espectáculo, le acaricia un mechón detrás de la oreja por lo mismo, Eiji impresiona nervioso, malditamente nervioso y Ash puede escuchar a su corazón arremeter con violencia (¿o acaso es el suyo?).

—Ah, sí. —Sus mejillas están rojas, están tan encima que puede saborear su aliento, el dulzor del té todavía está impregnado a sus labios, las feromonas lo envuelven igual que una manta, Ash se derrite sin dejar de jugar con sus mechones de pelo negro—. Bueno, ya debería...

—Ven solo la próxima vez. —Los latidos le martillan en los tímpanos. Plac. Plac. Plac—. ¿Bien?

—Bien. —Ash se inclina un poco más, usa sus dedos para alzarle el mentón, puede verse en el reflejo de los ojos de Eiji—. ¿Qué...?

Y pasa.

Eiji ni siquiera se mueve cuando le presiona un beso, lo siente tensarse mientras los gritos de los dos adultos que los acompañan resuenan de fondo, Ash desliza su mano libre hacia la cintura del moreno sin soltar su rostro, siente la tibieza hacerle chispas en las yemas, es solo para pasarle la pastilla, Ash se dice a sí mismo recordando que hace días estaba asqueado con la mera idea de tocar sexualmente a alguien más, sin embargo, cuando Eiji abre la boca de sorpresa dejándolo introducir su lengua... lo que está pasando no se asemeja en nada a algo que conozca, ¿así se sienten los besos siempre?

Por solo un instante se deja llevar, es un beso intenso, Ash se relaja progresivamente hasta que falta el aire, apoyando sus frentes una sobre la otra, los ojos del nipón arden en una determinación etérea que no deja de sorprenderlo.

—Hasta luego, sweetie. —El agarrón es para molestarlo—. Adiós.

—No te lo tomes personal Ei-chan, son mucho más afectuosos en América. —Escucha que Ibe le dice y ya no sabe si también preocuparse por ese otro viejo.

Ash sale del cuarto de visitas.

—Charlie... —Pero Max nunca se fue, nunca pierde la esperanza de que lo vengan a ver—. ¿Qué hace Shunichi con ese mocoso? —Recuerda que iba a venir para una entrevista, más justo lo acababan de meter en prisión, pensó que se habría ido.

—¿Ese mocoso? —Charlie lo procesa—. ¿Ash Lynx?

—Sí, ese mismo.

—Ah, él es de quién te hablé. —Max se congela—. Ese es el otro sujeto que fue inyectado por banana fish.

Buu, no duró el suspenso acá porque pasamos altiro al siguiente, pero ya se va viendo cómo se desarrolla la relación entre Ash y Max, acá va su glow up.

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