Capítulo 2 Pollo de dos sabores
Chu Llevó los huevos silvestres y las presas a la cocina y miró una olla de hierro y una olla de barro frente a él. La canasta de verduras contenía media canasta de frijoles y media canasta de rábanos.
Después de pensarlo, Chu He decidió usar una olla de hierro para guisar frijoles y pollo, y luego usar una olla de barro para guisar rábanos y pollo. Un pollo se dividió en dos mitades, lo cual estaba perfecto.
Puedes quedarte con los huevos silvestres para comer mañana por la mañana y comprar las presas restantes mañana por la mañana, no puedes conservarlas, de lo contrario se echarán a perder.
Se dice que a la familia Orión no le falta aceite, efectivamente la lata de aceite está llena de manteca de cerdo y también hay una lata pequeña de aceite de sésamo, los condimentos incluyen sal, salsa de soja, vinagre y vino.
Además, hay cebollas verdes y cilantro en el jardín. El condimento es simple, pero la comida tiene un sabor original. Chu He todavía está muy feliz. Antes del final de su vida estudió en la Universidad Agrícola y lo que más le gustaba era cocinar.
Primero limpia los trozos de pollo y déjalos marinar con salsa un rato.
Cortar los frijoles en trozos pequeños, agregar las cebolletas a la sartén y sofreír hasta que estén fragantes, agregar los frijoles nuevamente, agregar el pollo a la sartén y sofreír hasta que cambie de color, tapar la olla y cocinar a fuego lento.
Cortar el rábano con una hornilla, poner primero los trozos de pollo en la cazuela de barro, luego poner un puñado de cebolletas, esperar a que hierva el agua para quitar toda la espuma, luego agregar el rábano, agregar sal y guisar.
Mientras esperaba, Chu He echó otro vistazo al patio. Qin Xing se estaba lavando la cara. Aunque era principios de otoño, el clima aún no era demasiado frío.
Qin Xing se desató la camisa y la frotó. Las gotas de agua recorrieron su pecho y penetraron en su cintura y abdomen. La cara de Chu He se puso roja y rápidamente miró hacia otro lado.
Las comisuras de los labios de Qin Xing se curvaron ligeramente. Cazaba todos los días y sus sentidos eran muy sensibles. Por supuesto, notó la mirada de Chu He.
Por eso extendió su cola como un pavo real, luciendo su figura. Por supuesto, el efecto fue genial, a su joven esposo le gustó mucho su cuerpo.
Después de que oscureció por completo, la comida de Chu He estuvo lista. Aunque no sabía cuánto comió Qin Xing, sabía por su sensación que el hombre podía comer más que él.
Qin Xing encendió una lámpara en la sala principal y los dos comieron así, lo que pareció una cena a la luz de las velas.
Además de los dos platos, Chu He también preparó varios panqueques con harina integral, esta comida resultó muy rica para Qin Xing.
Y estaba delicioso, mejor que cualquier restaurante en el que hubiera comido.
En cuanto a cómo Qin Xing lo elogió, no dijo nada, solo se comió toda la comida para afirmar la artesanía de Chu He.
Chu He también estaba muy feliz. A Qin Xing le gustaba comer la comida que cocinaba. Para él, era realmente muy satisfactorio.
Después de la comida, Qin Xing lavó los platos y Chu He caminó por el patio varias veces para comer. Cuando vio a Qin Xing extendiendo los dátiles rojos que recogió en la estera de bambú para secarlos, Chu He no pudo evitar pellizcar dos y cometelos.
Qin Xing, que salió, lo vio y se frotó la cabeza, "Lávate antes de comer", le trajo agua y la lavó antes de llevársela a la boca.
Qin Xing dijo: "Mañana por la mañana iré al condado a vender la presa. Cuando regrese, iré a la montaña a recoger algunos dátiles. Estás débil. Come más dátiles rojos secos para reponer tu cuerpo". Él asintió y dijo: "Tú y yo, vamos a elegirlo juntos"
Qin Xing pensó por un momento pero se negó: "No podemos subir a la montaña, al menos no ahora. Ve al condado conmigo mañana y deja que el "El doctor en el hospital echa un vistazo. Luego escucha al médico". Chu lo pensó, creo que solo puedo estar de acuerdo.
No hay prisa por subir a la montaña.
En este momento.
Solo se tarda menos de media hora en llegar desde la aldea de Xiaoshan al condado de Qingyu, y también hay un carro de bueyes propiedad de la familia del tío Li Wu en la aldea.
Se necesita menos de una barra de incienso para llegar allí y solo cuesta un centavo.
Aunque el carro de bueyes tiene baches, es mucho más rápido que caminar y Chu He no puede caminar muy lejos ahora.
Los dos durmieron juntos por la noche y Chu He estaba mucho más tranquilo. Aunque durmió todo el día, en realidad no lo había compensado y vio a Qin Xing quedarse dormido después de un tiempo.
Al ver que Chu He estaba dormido, Qin Xing lo abrazó, la besó suavemente en los labios rojos, luego estiró una mano hacia la cintura de Chu He y lo frotó hasta que se quedó dormido.
Qin Xing se despertó al amanecer y partió después de que el carro tirado por bueyes normalmente pasaba la hora de la comida. Ya estaba amaneciendo y los dos volvieron a desayunar, justo a tiempo.
Qin Xing se levantó primero de la cama y sintió que algo se despertaba. Las puntas de las orejas de Qin Xing estaban rojas nuevamente y tenía algunos sentimientos extraños. Su esposo obviamente estaba a su lado, entonces, ¿por qué todavía tenía que aguantar?
En última instancia, fue por el bien del cuerpo del joven marido que Qin Xing se consoló de esta manera.
No mucho después de que Qin Xing se fuera, Chu He también se despertó y, después de lavarse, los dos bebieron gachas y comieron huevos silvestres con pepinillos.
A principios de otoño, pocas personas fueron al condado. Además de Chu He y su esposo, había dos maridos mayores en el auto: "Lin Amo, Liu Mo". Chu He siguió a Qin Xing para llamar a alguien.
"Este es tu marido, su nombre es Hermano He, ¿verdad?" Estas dos personas eran relativamente amables en el pequeño pueblo de montaña y solían cuidar bien de Qin Xing.
Qin Xing respondió: "Sí, hermano, él es mi esposo". Chu sonrió y no dijo nada. Después de todo, no estaba familiarizado con él, por lo que su sonrisa era correcta.
Antes de que los dos pudieran hacer más preguntas, llegaron al condado y todos tuvieron que separarse.
Qin Xing llevó la canasta y llevó a Chu He hacia Huichun Tangtang.
El médico era un anciano de unos sesenta años, después de tomarle el pulso, le hizo algunas preguntas y Chu He las respondió todas.
Luego, el médico miró a Qin Xing y dijo: "Este joven estaba preocupado y asustado al principio, y su historia de amor lastimó su cuerpo, por lo que estaba un poco mareado y débil. No es un gran problema. Sufrió mucho en el últimos años. Si puede compensarlo ahora, no se preocupen. Sin embargo, deben comer bien. La carne se debe comer de vez en cuando, sin importar qué tipo de carne sea. Huevos, dátiles rojos y se deben comer regularmente cereales, cinco verduras y cinco frutas".
Se escribieron dos recetas más: "Tome tres dosis de ésta primero. Una vez cada tres días, tome dos dosis de este medicamento, también una vez cada tres días, y después medio mes, la enfermedad debería curarse ". Qin Xing agradeció al médico de inmediato.
Al llevar a Chu He a buscar medicamentos, Chu He de repente recordó que muchas especias se usaban con fines medicinales, por lo que encontró al viejo médico y le pidió que le recetara algunas.
"Aunque estás débil, no se pueden tomar todos los materiales medicinales. Los que mencionaste son tibios, calientes, fríos y frescos. Recuerda no comer demasiado. "El viejo doctor es un médico de buen corazón, entonces, ¿cómo puede que dejemos que el mundo abuse de las drogas.
"Gracias, doctor. Estas hierbas aromáticas son realmente poderosas para eliminar el olor a pescado. Si agrega un poco al guisar carne, no solo eliminará el olor a pescado, sino que también aumentará el aroma". Chu He tampoco lo ocultó.
El viejo médico pensó pensativamente y finalmente asintió y le entregó la receta.
El costo de la consulta fue de tres centavos, y se tomaron dos recetas y cinco medicamentos y se usó un total de un tael. No es de extrañar que los antiguos no pudieran pagar el medicamento. Una persona común y corriente tardaría medio año en masticarlo.
Luego, Chu He le dio la receta de las especias al curandero y le pidió que calculara cuánto dinero costaría. Para estas más de una docena de medicamentos, uno o dos para cada sabor, costó cinco monedas, que son quinientas monedas.
Cuando Qin Xing salió esta vez, sabía que necesitaba medicamentos, por lo que tomó cinco taeles de plata y, si no era suficiente, iría a casa a buscarlos.
Hoy en día, si el joven quiere algo debe comprarlo.
De hecho, Chu He entendió mal que Qin Xing no era tan pobre como pensaba, sino que vivía solo y podía arreglárselas con cualquier cosa.
Entonces no compré tantas cosas.
Pero ahora, con un marido joven, otros maridos lo tienen, por supuesto, su joven marido también lo tendrá.
Qin Xing tocó el cabello de Chu He y le preguntó: "¿Cuántos arrestos necesitas? Tengo dinero". Chu He estaba acostumbrado a que Qin Xing tocara la cabeza y lo mató.
Al ver que en realidad no pretendía ser cabezota, primero pidió una porción. Después de que el curandero recogió toda la medicina, Qin Xing tomó la medicina y condujo a Chu He fuera de la puerta del Salón Huichun.
El siguiente paso es vender estas presas, ya están muertos dos faisanes y dos conejos, si vas a un restaurante te bajarán el precio.
Qin Xing llevó a Chu He a Xicheng, donde la gente era relativamente rica.
La carne es más popular que las verduras hoy en día, la carne de faisán es más nutritiva y los conejos tienen pelo, por lo que ambos son fáciles de vender.
En menos de una hora se vendieron todos: dos faisanes por cien monedas y dos conejos con pelo por cuatrocientas monedas.
Qin Xing llevó a Chu He a una tienda de ropa confeccionada. Qin Xing compró tres juegos de pantalones cortos y pantalones hechos de seda, así como batas y ropa de lino. Qin Xing le compró a Chu He tres juegos.
Por supuesto, la ropa interior y la ropa interior son indispensables. Cuando Chu He se casó, solo llevaba un pequeño paquete que contenía una muda de ropa y una horquilla de madera de durazno. Qin Xing lo sabía.
Luego lo traje para comprarlo y le costó un total de dos taels. Si Chu He no lo hubiera alejado, habría gastado más. Antes de que pudiera esperar a que Chu He dijera algo, el dueño de la ropa. La tienda ya había empacado la ropa y le había dado un par de zapatos, los dos lo enviaron.
Qin Xing miró la cara enojada de Chu He y pensó que era tan linda, así que extendió la mano para frotarla.
Dijo suavemente: "No importa. Puedes ganártelo. No te preocupes. Todavía tengo dinero en casa. Te lo dejaré cuando llegue a casa". Si no fuera por el hecho de que los hombres tienen una gran capacidad para buscar la buena fortuna y evitar la desgracia, sólo el dinero de bolsillo sería suficiente en sus bolsillos.
Chu He fue frotado hasta el punto en que su poder se rompió en un segundo, y con la adición del subwoofer, ya estaba confundido.
Naturalmente, Qin Xing aceptó todo lo que dijo.
Después de comprar algunas cosas dispersas que eran necesarias, Qin Xing y Chu He regresaron a la aldea en el carro de bueyes del tío Li Wu.