La Historia Entre Los Dos [Li...

By _maria_centeno_

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Bilogía «Russkaya ruletka». Libro #1. Después de haber sido rechazada por el mejor amigo de su hermano cuando... More

⌘Nota de la Autora⌘
⌘ Conoce A Los Protagonistas ⌘
⌘Especial 1k⌘
1 ⌘ Ivanov
2 ⌘ El Chico Nuevo
3 ⌘ La Guía
4 ⌘ La Prueba
5 ⌘ Superando El Pasado
6 ⌘ Squeeze Play Suicida
7 ⌘ Cargo de Conciencia
8 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 1
9 ⌘ Campamento Blue Oaks Parte 2
10 ⌘ Mamma Mia
11 ⌘ Trabajo En Equipo
12 ⌘ Objeto de Estudio
13 ⌘ Charla A Descorazón Abierto
14 ⌘ Él Puede Ser Hawkeye
15 ⌘ La Disculpa
16 ⌘ Salsa de Tomate
17 ⌘ Darcy
18 ⌘ El Negro Va Con Todo
20 ⌘ La Chamarra
21 ⌘ Los Regionales
22 ⌘ La Escena Del Muelle
23 ⌘ Lo Que Implica Ser un Caballero
24 ⌘ Bésala
25 ⌘ Mandando Señales
26 ⌘ Fundación Tailime Nazarova
27 ⌘ Descarada
28 ⌘ Yuriy
29 ⌘ El Evento Comunitario
30 ⌘ Salvando La Veterinaria
31 ⌘ Dos Citas y un Acierto
32 ⌘ Admirador Secreto
33 ⌘ Malishka
34 ⌘ Asher y Mia
⌘Especial Año Nuevo⌘
35 ⌘ Glee
36 ⌘ ¿Quien Está Saliendo con Alek Ivanov?
37 ⌘ El Violín de Zorba
38 ⌘ Planeación
39 ⌘ El Malentendido
40 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 1
41 ⌘ Cumpleaños Nazarova Parte 2
42 ⌘ Vacaciones De Invierno
43 ⌘ Algo Está Pasando
44 ⌘ El Nuevo Tutor
45 ⌘ Cambiando Rutinas
46 ⌘ Fairytale
47 ⌘ Consejo
48 ⌘ Ausente
49 ⌘ Sangriento San Valentín
50 ⌘ Falla de San Andrés
51 ⌘ Infiltrado
⌘Especial 30k⌘
52 ⌘ El Escuadrón de la Muerte
53 ⌘ Yugo Familiar
54 ⌘ El Monstruo de los Ojos Verdes
55 ⌘ Efecto Secundario
56 ⌘ Epístola
57 ⌘ Mea Culpa
58 ⌘ Acto V Escena III
59 ⌘ Dolor Fantasma
Epílogo ⌘ El Vacío Entre Los Dos
⌘Agradecimientos⌘
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 1
Especial 50k ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 2
Especial 50K ⌘ Orgullo y Prejuicio Parte 3
Capítulo Extra ⌘ El Libro Prometido
Capítulo Extra ⌘ Hola Kitty

19 ⌘ Es mi Hermana, Imbécil

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By _maria_centeno_

—¿Se puede saber porque existe el rumor de que te peleaste con Jayden Rogers por culpa de Tailime Nazarova? —Arizona preguntó en voz baja cuando llegó al salón y se sentó en su lugar, asegurándose de que esta vez Alek no la ignorara como lo había hecho el día anterior.

Iba a sacarle las respuestas así tuviera que acosarlo todo el día.

—Se lo merecía —Alek se limitó a decir, recargando su mejilla buena en su mano mirando por la ventana.

—¿Entonces si te peleaste por ver quién se quedaba con ella? —Anna preguntó casi trepando por el escritorio para evitar que alguien fuera de su círculo escuchara la plática.

—No fue por quien se quedaba con ella.

Arizona respiró aliviada por la confirmación de Alek.

—Fue por defenderla.

—A Tailime, Alek —Arizona arrastró la última vocal de su nombre como si fuera un martirio—. Creí que estabas saliendo con Isabella.

—No estoy saliendo con nadie —Alek frunció el ceño—. Tú mejor que nadie debería saberlo. Pasas la mayoría del tiempo conmigo.

—¿Qué hay de tus escapadas en el almuerzo? —Anna quiso saber.

—Leo.

—¿Lees? —Arizona repitió—. ¿Qué lees?

—Un libro.

No shit, Sherlock —Arizona giró los ojos antes de volverse a sentar derecha—. ¿Por qué tenías que "defender" a Tailime?

—Rogers dijo cosas que no debería, ¿de acuerdo? —Alek parecía frustrado por todo eso, seguro de que no tenía importancia a final de cuentas—. No iba a dejar que creyera que tenía el derecho de hacerlo.

Arizona se quedó callada, miró de reojo a Anna que parecía tan confundida con ella, pero resopló cansada cuando se dio cuenta que Alek no iba a hablar más.

—Isabella me preguntó por ti, sobre si estabas bien.

—¿Qué le dijiste?

—Que intentaría saber qué había sucedido —Arizona se encogió de hombros mientras sonreía de lado—. Realmente parecía preocupada por ti.

—Estoy bien —Alek desestimó la preocupación—. Se lo diré cuando la vea.

—Bien —con eso Arizona pareció complacida, acomodándose en su lugar antes de que el profesor entrara con el examen en la mano.

Asher, fiel a su palabra, había llegado por ella unos minutos más tarde después de que sonara la campana. Tai respiró aliviada cuando vio la melena negra en la puerta del salón, correspondiendo la sonrisa que su amigo le dedicaba. James no parecía molesto por la presencia de Asher, caminando los tres juntos en dirección hacia la cafetería.

Asher comenzó a llenar el silencio incómodo que había en el ambiente, quejándose sobre lo difícil que su profesor había hecho el examen de matemáticas, notando que incluso Kai había tenido dificultad para contestar algunas preguntas. James coincidió que el examen no había sido tan fácil como él había creído que sería.

Una vez en la cafetería, Asher siguió a su lado cuando se formó en la fila de la comida, James caminando en silencio detrás de ellos.

Cuando se sentaron en su habitual mesa, James comenzó a charlar con Emma sobre la posible evaluación de los maestros, y si los exámenes parciales eran así de difíciles, no querían imaginarse cómo serían los semestrales.

Fue por eso que Tai no vio el menor problema cuando se levantó al baño por su cuenta, segura de que James estaba lo suficientemente absorto en la plática como para notar su ausencia.

Pero al salir del baño, una mano se posó en su hombro, asustándola antes de reconocer al inglés parado a un costado de la puerta.

—¿Crees que podamos hablar un momento? —James le preguntó en voz baja, como si temiera que Tai saliera corriendo de ahí en cualquier momento.

No estaba del todo equivocado, ya que Tai lo hubiera hecho si sus pies no se hubieran quedado anclados en el suelo ante la sorpresa de verlo esperándola fuera del baño.

Tai miró hacia la puerta de la cafetería, con la esperanza de que alguien pudiera salir y rescatarla. En ese punto, incluso se colgaría del brazo de Arizona si fuera ella la que saliera por la puerta.

Pero temiendo que estuviera exagerando las cosas, y tal vez James solo quería hablar de cualquier cosa, Tai suspiró y le dedicó una media sonrisa al inglés y con la cabeza le indicó que lo siguiera.

Solo fue necesario que salieran hacia el jardín próximo de la cafetería, algo que Tai agradeció, ya que pudo ver a varios alumnos sentados en el pasto mientras comían el almuerzo, evitando estar completamente sola con James.

Él se detuvo junto a una banca vacía, mirando hacia el horizonte con las manos metidas en las bolsas del pantalón.

Tai aprovechó el pequeño silencio que se tensó entre los dos para sentarse, jugando con las mangas del saco al sentir el aire fresco de la mañana. Otra vez estaba nublado, y el aire comenzaba a ser frío, por eso también se abrazó a sí misma, esperando a que James tomara la iniciativa de hablar.

—Este clima me recuerda un poco a Londres.

Tai levantó la vista. ¿Realmente iba a hablar sobre el clima?

Se dio cuenta de que los brazos de James temblaban a sus costados. Tai se mordió los labios. Parecía nervioso, o tal vez solo era el frío. Por eso musitó en voz baja, dándole tiempo a James para que pudiera ordenar sus ideas.

Una ráfaga de viento hizo que Tai se encogiera en su lugar, el frío calando en sus huesos. El saco del uniforme no iba a ser suficiente si las nubes negras en el cielo eran indicadoras de la lluvia que caería más tarde.

—Creo que no vale la pena dar tantos rodeos al asunto —James suspiró, pero no se movió de su lugar. Giró la cabeza, mirándola directamente a los ojos—. Así que lo diré sin más. Me gustas mucho, Tailime.

Tai lo sabía, pero eso no evitó que el aire se le fuera de los pulmones cuando escuchó esa frase. De morderse ambos labios pasó a solo morderse el labio inferior, ocultando las manos dentro de las mangas del saco.

—Siempre me has gustado, pero no me di cuenta de lo mucho que me gustas hasta el día de ayer, con el cambio de cabello —confirmó James mirando hacia el suelo—. Realmente diste en el clavo.

—¿Por qué?

—Bueno —James sacó una mano del pantalón para señalarla en general—. Creo que no eres consciente de lo bonita que eres. Nunca he entendido el porqué, pero eso hace que seas más atractiva. El cabello negro resalta el color de tu piel, y esos ojos... —James gruñó, levantando la mirada al cielo—. No me hagas hablar de tus ojos. Me perdí en ellos desde el primer día que los vi.

Tai sintió sus mejillas arder, sin saber bien si era por vergüenza o por incomodidad. Nunca nadie antes había hablado de ella de esa manera. Y si esa confesión la estaba haciendo sentir incómoda a ella, podía entender mejor la reacción de Alek años atrás.

—No entiendo cómo es que no tenías una fila de chicos detrás de ti antes de que yo llegara.

Fue entonces que Tai parpadeó, saliendo de su mente para aterrizar en la realidad. Ahí radicaba el problema. Inspiró hondo, notando que el vaho salía de su boca cuando terminó de suspirar.

—Eso es porque no me conociste antes de que te mudaras.

—¿A qué te refieres con eso? —James respiró aliviado de tener una respuesta después de verla paralizada.

—Antes del último verano, la gente dudaba que Kai y yo fuéramos mellizos —Tai se rascó la nuca—. Conoces a Kai, no porque sea mi hermano, pero es atractivo. Muchas chicas han intentado llamar su atención, y su carácter de "chico malo" no ayuda a la causa. Yo no era bonita. Ni tantito.

—No veo un escenario donde no seas bonita.

Tai soltó una risita, las mejillas aún calientes contra el aire frío.

—No sabes lo que dices —Tai miró hacia el suelo—. Mi cabello era corto y no tenía forma. Solo tomaba las tijeras y cortaba mechones que estuvieran largos. Hasta hace dos años usaba frenillos y no sabía cómo usar un rizador de pestañas. Los chicos no se detenían para cederme el paso, pasaban de largo y no me dedicaban ninguna mirada.

—¿Qué fue lo que te hizo cambiar?

—Mi madre.

—¿Tu madre? ¿Qué no vive en Rusia?

—Durante las vacaciones volamos a Moscú para pasarla con mis padres —Tai suspiró—. Este verano, mi mama decidió que quería hacerme un cambio de look, solo por diversión. A final de cuentas me gustó el cambio, con mi cabello y el maquillaje sencillo, pero no pensé que fuera a causar furor en la escuela.

—Creo que mama Nazarova se merece un reconocimiento —James sonrió y se giró para quedar parado frente a ella, aunque después se inclinó en cuclillas para quedar al mismo nivel—. Eres realmente bonita, Tailime. Y me gustaría poder invitarte a salir algún día.

El corazón de Tai latió con fuerza. Odiaba decirle "no" a la gente, pero sabía que si seguía alimentando las esperanzas de James todo iba a terminar de la peor manera. Por eso enfocó su atención en sus manos juntas sobre sus rodillas para armarse de valor y declinar la invitación.

—No me conoces realmente...

—Para eso es una cita, para conocernos mejor —una mano cubrió las suyas, acompañada de una voz suave. Tai alzó la vista, parpadeando ante la mirada penetrante de James—. ¿Qué dices? ¿Puedo invitarte al cine la siguiente semana?

Desviando la mirada, Tai inspiró hondo. Cerró los ojos, reuniendo todas sus fuerzas para no soltarse a llorar. Ese no era el momento.

—No creo que sea buena idea, James.

El silencio que le siguió fue incómodo, a lo que Tai apretó más los ojos mientras James retiraba la mano de las suyas y suspiraba cansado.

—Es por Ivanov, ¿no es así?

Tai abrió los ojos de golpe, girando la cabeza para mirar a James en un ademán que bien pudo haberse roto el cuello de lo rápido que lo había hecho. La mirada de James era seria, más no no molesta, como si hubiera esperado este mismo resultado cuándo se planteó invitar a Tai a salir. No fue necesario que Tai le respondiera, porque el color en sus mejillas fue más que suficiente.

—Supongo que no puedo ganarle ni una al capitán.

—Yo... —Tai pasó saliva, con pánico por la declaración. Si James lo había notado, ¿qué le hacía pensar que Alek no lo descubriría tarde o temprano?— Yo no...

—No tienes que negarlo —James se sentó a su lado, extendiendo las piernas y mirando hacia el jardín—. Puedo entenderlo. Ustedes dos tienen historia.

—No es como si algo fuera a pasar —Tai contestó apresuradamente.

—¿Estás loca? —James se mofó mientras se estiraba, mirando de reojo a Tai con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos—. ¿Sabes que el motivo por el que golpeó al capitán del equipo de baloncesto fue porque quería invitarte a salir? Me estoy arriesgando ahora mismo a que yo sufra el mismo destino.

—Es el mejor amigo de mi hermano —Tai intentó creerse esa explicación, después de todo, aún no estaba convencida de que Alek se sintiera celoso por ella—. Supongo que creyó que Kai no lo aprobaría.

—Si eso te hace sentir mejor, puedes seguir creyéndolo —James se encogió de hombros—. Pero lo que no puedes negar es que tú sientes algo por él. Tal vez desde siempre, ahora que lo pienso. Esos ojos que estabas dibujando el primer día de clases. Si tuvieran color, serían azules, ¿no?

Tai se congeló en su lugar. No creyó que James recordara eso, no cuando ella incluso lo había olvidado.

—Eran los ojos de Alek.

Tai se hizo pequeña, abrazándose al no poder negar nada de lo que estaban diciéndole. El frío se había hecho más intenso o el cambio de temperatura en su cuerpo por los cambios de humor le iban a cobrar factura.

—Podría confirmarte que Ivanov no es del todo inmune a ti, pero prefiero descubrir si tiene los cojones para decirte algo —James sonrió complacido—. Creo que tengo que admitir mi derrota esta vez, pero eso no quiere decir que vaya a dejar de sentirme así por ti. Solo te pido que tomes en consideración que a veces podré ver mi juicio nublado por mis sentimientos. Te lo advierto.

James se levantó de su lugar mientras Tai seguía mirando sus manos frías. Los ojos comenzaban a empañarse por el huracán de sentimientos en su interior, pero parpadeó confundida cuando la misma mano morena que había estado sobre las suyas ahora estaba extendida hacia ella.

Tai levantó la cabeza para encontrarse con el semblante tranquilo y alegre de James.

—¿Regresamos a la cafetería? Evans parecía que iba a arrancarme la cabeza en cualquier momento.

Luka caminó directo hacia la mesa de la cafetería con una sonrisa de oreja a oreja. Kai estaba sentado en medio de Alek y Anna, mientras ésta le llenaba el oído con su usual parloteo.

Arizona tenía junta de consejo de las porristas, preocupadas por su pobre desempeño en los regionales, por lo que comería con el comité. Alek se encontraba hablando con Serge, repasando la información del examen de matemáticas, el cual tendrían después del almuerzo.

Luka también debería estar estudiando, pero el chisme que acababa de escuchar tenía que ser compartido inmediatamente.

—Comenzaba a preguntarme si te habías ido por el escusado —Alek ni siquiera lo miró cuando Luka se sentó frente a él. Luka cruzó sus brazos sobre la mesa, inclinándose hacia Alek con una sonrisa siniestra.

Serge desvió la mirada de la libreta para mirar a Luka. Algo se traía entre manos.

—¿Luka?

—Tengo algo que decirte —Luka no le respondió a Serge, dirigiendo sus ojos negros hacia Alek.

Este alzó una ceja, metiéndose una cucharada de puré en la boca. Siempre que Luka se ponía en ese humor, algo loco y extraño salía de su boca, por lo que Alek se preparó mentalmente para lo que pudiera soltar. Los ojos de Luka entonces se alzaron hacia la puerta de la cafetería, justo detrás de Alek.

—Mira eso —Luka le señaló con la cabeza, haciendo que todos los ocupantes de la mesa dirigieran sus ojos hacia donde indicaba, justo cuando Tailime y James acababan de cruzar la puerta.

Tailime tenía la nariz y las mejillas rojas por el frío (luciendo bastante adorable), mientras James caminaba a su lado con una sonrisa ligera en los labios y las manos en las bolsas del pantalón.

—Estaban afuera de los baños hablando.

—¿Eso qué tiene de extraño? —Alek lo miró confundido—. Grant es como el perro faldero de Tailime.

—Oh, ya lo creo —Luka recargó los codos en la mesa, enmarcando su cabeza con sus manos mientras observaba de arriba abajo Alek en busca de una reacción divertida. Lo vio darle otra cucharada a su puré antes de continuar—. Se me hizo extraño ya que Grant parecía nervioso, así que esperé a que Tailime saliera para ver qué se traía entre manos.

Luka se enfocó en Kai, que lo miraba con el ceño fruncido, probablemente sabiendo las intenciones con las que le decía todo eso a Alek. Lo curioso es que Anna parecía también interesada en la historia, porque había dejado de hablar.

—La llevó a una banca afuera del edificio mientras veían el panorama —Luka se encogió de hombros—. Y me quedé a espiarlos.

—Un día te vas a meter en problemas por entrometerte en asuntos ajenos —lo regañó Serge mientras tomaba la libreta frente a Alek y hojeaba la información dentro.

—¿Y qué le dijo? —Anna llamó la atención de Luka, parada en su lugar y con las manos sobre la mesa, invadiendo el espacio de Kai en un intento por acercarse más a Luka.

Éste sonrió de lado, alzando sus ojos hacia el mellizo, seguro de que también se sorprendería por las noticias. Pero la reacción que realmente quería saborear era la de Alek, quien trataba de fingir demencia ante lo que estaba diciendo. Por eso Luka se quedó callado un momento, alargando el suspenso.

—Grant invitó a salir a Tailime en una cita.

—¡¿QUÉ?! —Anna alzó la voz mientras golpeaba la mesa y Alek comenzaba a toser por el susto que le había dado su amiga, o porque nunca se esperaba que la conversación fuera a dirigirse hacia eso—. ¿Cómo que la invitó a salir? ¡Acaba de tener una cita conmigo! ¿Qué le contestó Tailime?

Luka escuchó las preguntas de Anna, pero era más divertido ver como Alek trataba de contener la tos que se había desencadenado, golpeándose el pecho para tratar de pasar la comida. Fue hasta que Serge le ofreció algo de su jugo que Alek pudo calmarse con lágrimas en los ojos por el esfuerzo.

Sonrió aún más cuando Alek lo fulminó con la mirada, como si no le pareciera divertido en lo más mínimo lo que estaba sucediendo. Pero Luka aun así espero a que Alek volviera a tomar del jugo de Serge para continuar.

—En realidad, Grant le confesó sus sentimientos. Dijo que estaba enamorado de ella.

Alek escupió medio buche de agua hacia un lado, ahogándose ahora con el líquido. Las chicas que estaban sentadas en la mesa contigua soltaron un gritillo cuando algunas gotas terminaron en sus uniformes. A Alek ni siquiera le importó ese detalle ante la falta de aire, comenzando a toser de nueva cuenta sin control. Sintió unas palmaditas en su espalda, extrañado de que Kai estuviera intentando ayudarlo cuando siempre se mantenía al margen de sus desgracias.

—Luka —Kai le recriminó mientras Luka fracasaba en su intento por controlar su carcajada.

—Lo siento, fue realmente invaluable su reacción —Luka se secó una lágrima invisible del ojo—. ¡Auch!

Un pellizco en su brazo lo hizo mirar hacia Anna que se había movido de lugar para sentarse a su lado.

—¿Estás hablando en serio?

—Bueno, no le dijo que estaba enamorado de ella —admitió Luka, ganándose un zape por parte de Anna, enfadada—. Pero si le confesó sus sentimientos. Le dijo que le gustaba y que quería salir con ella.

—¿Y qué dijo ella?

Alek bien pudo haber gritado lo mismo que Anna, pero la tos seguía cortándole la respiración.

—Le dijo que muchas gracias, pero no —Luka se mofó—. Tailime le dijo que se había enamorado de la versión bonita de su persona. Como si antes no fuera mona. El punto aquí, y lo interesante de todo esto, mis amigos, fue cuando Grant nombró a nuestro campeón.

Alek inspiró hondo, aún golpeándose el pecho, parpadeando las lágrimas en sus ojos ante la mención de su apodo.

—¿Qué tiene que ver Alek en su lío amoroso? —preguntó Serge.

Luka se encogió de hombros.

—Grant dijo que la única razón por la que Tailime se negaba a salir con él era por culpa de Alek.

Alek parpadeó incrédulo. Se giró hacia Kai con los ojos como platos, esperando una explicación de su parte, pero Kai parecía tan extrañado como él.

—¿Y qué dijo Tailime? —preguntó Alek en voz baja.

—Al principio lo negó —Luka no parecía muy contento con la respuesta, pero después resopló divertido—. Aunque después de que Grant le dijo que no podía ocultarlo, se quedó callada. Y el que calla otorga, ¿no es así?

Alek sintió sus manos sudar. Trató de girarse discretamente hacia la mesa donde el grupo de Tailime seguía charlando, ajenos al semblante desanimado de Tailime. Estaba sentada con la mayor parte de su comida intacta, Asher a su lado en un ademán protector. Alek hizo un mohín fastidiado cuando notó que James se había sentado junto a ella.

—Después habló sobre cómo él seguiría perdido por ella y que intentaría ganársela —Luka sacudió una mano sin darle importancia a la promesa—. ¡Ah! Y también que esperaría a que Alek tuviera las agallas para decirle algo a Tailime sobre lo que siente por ella. Porque según él, a ti te gusta la devushka, Ivanov.

Todas las cabezas se giraron hacia Alek, sintiéndose exhibido. Bajó las manos de la mesa y miró a cada uno. Kai no parecía impactado, porque él ya lo sabía. Serge y Luka parecían bastante interesados en la respuesta; el último más emocionado que el primero; mientras que Anna mantenía el ceño fruncido, enfocada entre él, Luka y la mesa de Tailime. Pero entonces Anna miró tajantemente a Alek mientras lo apuntaba con el dedo.

—Ni se te ocurra golpearlo —le amenazó.

—Tranquila —Alek levantó las manos en afán de defensa—. No pienso golpear a nadie.

—No importa —Anna agarró sus cosas y se levantó indignada de la mesa—. La invitó a salir y no pienso arriesgarme a que se te ocurra hacerle algo y me relacione contigo por ser mi amigo. Tuve una cita muy romántica con él y solo está confundido. Se olvidará de Tailime la próxima vez que salgamos.

Dicho eso, Anna se retiró de la cafetería, buscando su teléfono en la mochila.

Alek suspiró cansado y miró a Luka, que seguía con una sonrisa sugestiva.

—¿No lo vas a golpear porque la invitó a salir? —Luka quiso saber—. El rumor dice que golpeas a quien sea que se fije en la hermana de Kai.

—No golpeé a Rogers porque quería invitar a salir a Tailime —Alek se cruzó de brazos enojado—. Había dicho que la invitaría a salir por una apuesta, y que una vez que salieran le pediría fotografías subidas de tono.

La mesa se quedó callada por un segundo mientras Alek se pasaba una mano por el cabello.

—Dijo que con el cambio de imagen eso era lo que Tailime buscaba, la atención de los chicos. Le advertí que no se acercara a ella, pero solo siguió hablando que conseguiría esas fotografías. Entonces dijo que aún y con la amenaza, él... ¡ugh!

—¿Qué dijo? —preguntó Serge cuando Alek se talló el rostro desesperado.

—No quiero repetirlo... pero dijo algo referente a que la cogería como una...—Alek fue bajando la voz sin retirarse las manos del rostro, tratando de controlar su enojo en silencio y sin terminar la oración, dejándolo a la imaginación de sus espectadores.

—¡Ese maldito! —Luka se levantó de la mesa furioso, dispuesto a buscar a Jayden, pero la mano de Alek en su muñeca hizo que se detuviera—. ¿Qué estás haciendo?

—No vale la pena, ¿de acuerdo? —Alek señaló su propio rostro—. Creo que a final de cuentas entendió la idea.

—Dijo que una amenaza no importaba, ¿recuerdas? —Luka rechinó los dientes—. Tal vez dos o tres más no le vendrían mal.

—Tal vez sería más sensato si advertimos a Tailime sobre él —Alek se giró a su derecha, seguro de que Kai lo apoyaría en la idea, pero se percató que el asiento a su lado estaba vacío—. ¿Kai?

Un grito y abucheo en la parte trasera de la cafetería los distrajo de la búsqueda del mellizo, notando que varios alumnos se reunían en torno al acontecimiento que se desarrollaba en esa parte.

Muchos comenzaron a caminar entre el tumulto para intentar llegar a la primera fila de la pelea, porque por la forma en que se desarrollaban las cosas indicaba que se trataba de una. Solo reaccionaron cuando Tailime pasó corriendo a un costado de su mesa con un semblante asustado, seguida de James, abriéndose paso entre la multitud.

—¡Kai!

—Serge —fue todo lo que dijo Alek antes de que los tres se levantaran de su lugar y caminaron hasta la pelea, donde Serge se abrió paso para llegar hasta Kai, que alzaba un puño en dirección de Jayden.

Serge lo tomó por la cintura, inhabilitando a Kai al rodear sus hombros con los brazos. Kai mantenía el rostro frustrado por haber sido detenido. Del otro lado del círculo, Matt ayudaba a Jayden a levantarse con sangre en la boca.

—¿Qué rayos te pasa, Nazarova? —demandó Matt, sujetando a Jayden por un brazo y evitando que se abalanzara sobre el ruso.

—Te lo advirtió ya una vez Ivanov, pero voy a recordártelo por si no te quedó claro —Kai forcejeó en los brazos de Serge, pero al no poder zafarse, optó por escupir en el suelo, ganándose una oleada de murmullos—. Mantente alejado de Tailime.

Los murmullos se hicieron más fuertes, haciendo que Tai parpadeara confundida. Sabía que Kai no se preocupaba mucho de quien se interesara en ella, principalmente porque nunca antes había atraído la atención de los chicos, pero esto era por demás ridículo.

Jayden sonrió, limpiándose la boca con la mano en busca de sangre mientras se enderezaba y se soltaba de Matt.

—Así que Ivanov fue a llorarle al hermanito —Jayden se acomodó la chamarra del equipo de baloncesto, haciendo una pobre imitación de un Danny Zuko bronceado—. No es culpa mía, ¿de acuerdo? Tu hermana lo está pidiendo a gritos.

Tai no podía estar más confundida, todo eso se trataba sobre que Jayden quería invitarla a salir, ¿no era así? ¿Entonces porque parecía que estaban hablando de un tema más serio que el de una cita?

—No soy el único interesado en eso. No te sorprenda que un día de estos, esas fotografías realmente estén circulando por la escuela.

Esperen, ¿Qué?

—¿De qué está hablando, Kai? —la voz de Tai se escuchó de entre el tumulto, y fue suficiente para que Kai se tranquilizara en los brazos de Serge. Miró a su hermana para después bufar por la nariz—. ¿Qué fotografías?

—Las que te voy a tomar cuando estemos juntos, bebé.

Jayden hizo sonidos de besuqueo que se ganaron una ronda de risas por parte del equipo de baloncesto, chocando las manos con unos cuantos miembros antes de que un nuevo puño terminara estrellándose en su rostro.

El sonido de un hueso rompiéndose inundó la cafetería haciendo que Tai se llevara las manos a la boca cuando vio a Luka con el puño alzado, sonriendo cínicamente.

—Creo que con esta son tres advertencias —le dijo satisfecho cuando Jayden terminó inconsciente en el suelo—. Hay más de donde vivieron, bebé.

—Señor Markov —la voz del profesor Meyer hizo que los alumnos comenzaran a dispersarse al haber una autoridad en la cafetería. Era un hombre canoso y viejo, pero su mirada no parecía impresionada con la escena frente a sus ojos—. Señor Nazarova. Veo que han pasado un receso bastante entretenido.

—Se lo tenía merecido —Luka señaló a Jayden, siendo ayudado por Daniel y Matt para sentarlo e intentar reanimarlo.

Alek entonces buscó con la mirada un par de ojos miel, que se encontraron sin esfuerzo. Alek le hizo una indicación a Asher para que tomara a Tailime y se la llevara de ahí, bastante impactada por lo que Jayden acababa de decir. Asher no tuvo que pensarlo dos veces antes de tomar a Tailime del brazo y sacarla de la cafetería, acompañada de Mia y Emma detrás de ellos.

—Siempre dando excusas —el profesor Meyer se giró hacia Serge, cruzando los brazos tras su espalda—. Señor Petrov, creo que puede soltar al señor Nazarova por ahora.

Kai se impulsó hacia adelante con brusquedad cuando sintió el abrazo de Serge perder fuerzas.

El profesor Meyer le hizo una seña para que Serge se retirara. El grandote le dio una última ojeada preocupada a su amigo, y después a Jayden en el suelo que comenzaba a regresar en sí.

—Espero que todo esto no tenga nada que ver con la plática que tuvimos el día de ayer, señor Rogers —el profesor Meyer se acercó a Jayden—. El acoso sexual es una acusación grave.

—Yo no hice nada —Jayden señaló a Kai, sosteniendo la nariz sangrante—. Nazarova llegó de la nada a golpearme.

—Admitiste que le tomarías fotografías a mi hermana para después mostrarlas a todos —Kai resopló apretando los puños—. ¿Crees que me voy a quedar de brazos cruzados por eso?

—¿Es cierto eso? —el profesor Meyer alzó una ceja, esperando en silencio por una respuesta de Jayden, pero cuando no dijo nada, el profesor suspiró cansado—. Me temo que esto se ha salido de las manos, señor Rogers. Tiene que entender que esta vez involucró a toda la escuela, ¿sabe la repercusión que esto tendrá en el día a día de la señorita Nazarova? Tiene que acompañarme a la dirección. Señor Nazarova, Markov, detención después de clases. Los demás pueden retirarse.

Tai estaba hiperventilando para cuando Asher la llevó consigo al campo de fútbol. El zumbido en sus oídos la estaba mareando conforme pasaban los minutos. Aún podía escuchar los murmullos de la gente al pasar por los pasillos, preguntándose qué clase de fotografías podía tener Jayden Rogers para que incluso el tranquilo de Kai Nazarova perdiera los estribos.

No había fotografías. Ese era el punto.

Pero el que toda la escuela creyera que las había le ponían los vellos de punta.

—Siéntate aquí —escuchó a lo lejos la voz de Mia.

Alguien la tomó del brazo y la sentó en una superficie dura de concreto.

—¿Seguro que quieres quedarte solo con ella?

—No hay problema, tienen examen a la siguiente hora, yo me encargo —la voz de Asher parecía que estaba sobre una superficie de agua, apagada en su oído.

La temperatura del ambiente había descendido al menos cinco grados, porque Tai comenzó a temblar de los pies a la cabeza. Intentó abrazarse mientras el agua continuaba llenando su cabeza y le costaba más trabajo respirar.

—Tai, ¿me escuchas?

No quería hablar con nadie. Solo quería que el dolor de cabeza parara. Apretó los ojos con los dientes castañeando. Se abrazó a sí misma en un intento por desaparecer del mundo.

Era mucho para digerir en una sola mañana. Primero James le confesaba sus sentimientos y después la gente creía que había fotografías comprometedoras de ella por ahí, hablando sobre el tema.

No quería la atención de nadie. Solo quería desaparecer en ese momento...

—¿Tai?

El agua seguía subiendo, inundándolo todo.

—Tailime —otra nueva voz, y un pequeño gemido escapó de sus labios cuando registró la voz de James—. Parece que está en shock.

No estaba en shock. Tai se estaba ahogando y aunque quería salir de ahí, no podía. Todo su cuerpo estaba entumecido por el frío y el miedo y el estómago le daba vueltas. Estaba segura de que en cualquier momento iba a vomitar. Por eso se tapó la boca con la poca energía que le quedaba, notando que su rostro estaba mojado. ¿En qué momento comenzó a llorar?

—¿Está bien?

A pesar de no querer saber nada del mundo, esa voz hizo que su corazón se apaciguara un poco. Sabía que no debía de estar sintiendo eso en ese momento, considerando que al parecer él sabía desde antes sobre las supuestas fotografías, e incluso se había peleado con Rogers por eso.

—Lleva todo el tiempo en esa posición —Asher le explicó sobre el agua.

—Está teniendo un ataque de pánico.

Hubo movimiento a su alrededor y el frío paró de repente, haciendo que Tai dejara de temblar.

Inspiró hondo, al fin sintiendo algo de calor en el cuerpo por la tela que descansaba en su espalda. Un sollozo salió en vez de una exhalación, pero el agua seguía sobre su cabeza.

—Tailime.

Otra vez su nombre en esos labios.

Poco a poco Tai abrió los ojos. El mundo parecía que realmente estaba bajo el agua porque las imágenes frente a ella estaban distorsionadas, aunque eso bien podría ser porque sus ojos estaban empapados de lágrimas.

—Concéntrate en mi voz, ¿de acuerdo? —hubo una pausa y unas manos tomaron las suyas, quitando la que estaba sobre su boca para dejar salir de manera libre sus sollozos—. Respira profundo.

Tai intentó hacer lo que le decían, enfocándose en las manos que la anclaban al mundo real y no al submarino en el que estaba inmersa. Un par de zafiros la miraban mientras inhalaba entrecortadamente para dejar salir el aire al mismo tiempo que más lágrimas caían de sus ojos.

Después de cinco respiraciones profundas, el nivel del agua comenzó a bajar en sus oídos y sus ojos comenzaron a secarse. El ruido a su alrededor cesó por un momento mientras trataba de enfocarse en Alek frente a ella.

—¿Qué diablos está sucediendo? —Arizona llegó al campo bastante molesta, seguida de Anna con los ojos rojos y con lágrimas.

En cuanto vio a Alek en cuclillas frente a Tailime y tomándola de las manos, frunció el ceño y dio un paso hacia adelante, siendo detenida por James que solo negó con la cabeza.

—¿Qué está haciendo Alek?

—Tai está teniendo un ataque de pánico —Asher le informó mientras le indicaba que bajara la voz.

—¿Por la pelea de Kai? —quiso saber Anna.

—Por el motivo de la pelea —James le informó mientras veía a Tai comenzar a calmarse.

—Escuché que Rogers tiene fotografías de Nazarova.

Esa afirmación hizo que la respiración acompañada de Tai volviera a acelerarse mientras sus ojos se llenaban de nuevo de lágrimas. El nivel del agua volvió a cubrir sus oídos mientras negaba con la cabeza.

—Arizona, si no vas a quedarte callada, mejor vete —Alek se giró hacia su amiga, apretando las manos de Tailime para mantenerla presente.

Arizona arrugó la nariz, pero no dijo nada más.

Alek volvió a hablarle despacio para intentar calmarla, hasta que los ojos de Tai volvieron a enfocarse en los suyos. Esta vez, a pesar de estar presente, sus ojos verdes se empañaron de nuevo, mortificada.

—N-no hay...

—Shhh —Alek la tranquilizó con media sonrisa—. Ya sé que no hay fotografías.

—Y-yo n-nunca...

—¿Por qué crees que lo golpeé ayer? —Alek intentó animarla con un tono más ligero, pero Tai bajó la mirada hacia sus manos.

Comenzó a sollozar despacio, soltando sus manos de las de Alek para cubrirse los ojos.

—N-nunca qui-quise esto... E-esto n-no hubiera p-pasado si yo n-no...

—Aquí están.

Ted lucía preocupado por la expresión en su rostro, pero respiró aliviado cuando se dio cuenta de que Tailime estaba ahí junto con varios de los chicos de su salón. Miró alrededor de la cancha, varios chicos seguían comentando lo que había sucedido en la cafetería con Kai.

Ese día comenzaría con la nueva unidad de deportes, pero considerando la situación, Ted creyó conveniente dispersar la atención.

—La clase comienza en cinco minutos —Ted dio la indicación a los demás alumnos, cerciorándose que todos lo hubieran escuchado—. Vayan a cambiarse de inmediato, y espero que nadie siga hablando sobre lo de la cafetería. Reprobaré a quien sea que lo mencione en mi clase, ¿de acuerdo?

Dicho esto, Ted se acercó a la banca donde Tailime estaba sentada con Alek frente a ella. Ted no sabía que fueran tan cercanos, pero tenía sentido considerando la amistad del rubio con el hermano de Tai.

—¿Cómo está?

—Creo que más tranquila —Alek se incorporó para darle espacio al profesor.

—¿Me escuchas, Tailime?

Alek parpadeó un par de veces, confundido con la familiaridad con la que el profesor le hablaba a la chica, aunque después recordó que Ted era hermano de Harry, por lo que seguramente era una persona de confianza.

—¿Te duele algo?

Tai negó con la cabeza, pero llevó la mano hasta la chamarra que la cubría para después temblar.

—Bien —Ted levantó la cabeza para mirar entonces a Asher, haciéndole una seña con la cabeza—. ¿Puedes acompañarla hasta su casa? Le vendrá bien descansar.

—Claro.

Asher se acercó hasta ella, tomándola del brazo para ayudarla a levantarse y a acomodarse la chamarra, abrazándose para mantener el calor que la tela le brindaba.

Sin despedirse de nadie, Asher guió a Tai por la escuela hasta llegar a su casillero. No prestó mucha importancia a las voces a su alrededor. Los párpados de Tai pesaban y sus pasos eran lentos y arrastrados. Después de recoger sus cosas, Asher la encaminó hacia el estacionamiento donde con manos lentas, Tai sacó las llaves del candado de su bicicleta para dárselas a su amigo, percatándose hasta ese momento de la chamarra que traía puesta.

Con el ceño fruncido, Tai notó el color de la tela, la misma que la mayoría de los deportistas de la escuela usaban, y el aroma a colonia que emanaba de esta. Se miró a sí misma cuando Asher sacaba la bicicleta de su lugar, esperándola para comenzar a caminar. Notando la confusión en el rostro de Tai, Asher suspiró aliviado, porque parecía que estaba más consciente de su alrededor.

—Es la chamarra de Ivanov —Asher adivinó la pregunta que Tai se estaba formulando, tomándola por sorpresa. Tai se miró detrás del hombro, tratando de cerciorarse del nombre que estaba inscrito en la espalda, pero por la posición, solo podía confiar en lo que le decía Asher—. Te la puso porque estabas temblando de frío.

La chamarra le quedaba grande, considerando que Alek tenía la espalda mucho más ancha que ella. Las mangas le quedaban colgando de las manos, por al menos uno o dos puños de diferencia, y el largo de la chamarra le llegaba a la mitad de los muslos.

Sin pensar en lo que estaba haciendo, Tai se llevó las mangas de la chamarra hacia el rostro, sintiendo como su corazón se calmaba mientras aspiraba el aroma.

—Acabas de tener un ataque de pánico, Tai —Asher se quejó, mirando al cielo cuando Tai se vio descubierta en el acto—. ¿Podrías al menos esperar a que la adrenalina desaparezca para emocionarte por la chamarra?

—N-no estoy emo-mocionada —Tai aún seguía temblando, pero Asher tenía razón, no era momento para sentir mariposas en el estómago, no cuando el motivo real por el que tenía la chamarra de Alek sobre ella era a causa de un ataque de pánico.

—¿Te sientes mejor? —preguntó Asher empujando la bicicleta de Tai.

Tai asintió, mirando el camino con ojos tristes.

—Sabía que t-todo esto del cabello y el maquillaje había sido m-mala idea —Tai volvió a abrazarse, aunque ahora que estaba consciente de que estaba usando la chamarra de Alek no pudo evitar sonrojarse un poco al imaginar a su dueño abrazándola—. No trajo nada b-bueno.

—Oye, escúchame —Asher se detuvo, haciendo que Tai hiciera lo mismo—. Nada de esto es tu culpa, ¿de acuerdo? Tú deberías de tener derecho a hacer lo que quieras. Realmente me di cuenta que te gusta verte bonita, Tailime. Al menos te da una sensación de seguridad. El hecho de que haya personas enfermas que crean que eso es una invitación abierta para sacar provecho no tiene nada que ver contigo. Es problema de ellos. Uno muy serio.

—La escuela ahora cree que hay fotografías.

—Pero no las hay, Tailime —Asher se detuvo un momento antes de volver a caminar—. ¿O sí?

Tai negó con la cabeza.

—No las hay. Pero ese es mi punto. Si tú d-dudas incluso que existan, ¿qué impedirá que las demás personas crean que en verdad existen?

—Yo no dudé, solo me aseguro —Asher caminó un rato en silencio a su lado, Tai pareció que de nueva cuenta se aislaba en su mundo, por lo que intentó aligerar el ambiente—. Creo que gracias al desplante de Kai en la cafetería no habrá muchos chicos que intenten aprovecharse de ti.

—Como si necesitara a más chicos detrás de m-mí —Tai se burló, encogiéndose de hombros.

—Pero es una ventaja que Ivanov no le tenga miedo a tu hermano.

Tai se detuvo en seco cuando escuchó la risita de Asher. Se volvió a cubrir el rostro con las manos, pero el olor de la colonia de Alek le inundó la nariz, haciendo que soltara un gritillo que convirtió la risita de Asher en una carcajada.

Hola!

Uno de los capítulos que más me gustan (aunque crean que me gustan todos, este tiene un lugarcito especial en mi corazón) porque me gusta lo mucho que demuestra que el círculo de amigos que Tai se está reforzando con Alek, Kai, Luka, Serge y Asher. Y sobre todo porque muestra la naturaleza cotilla de Luka. Yo soy esa!

Espero les esté gustando!

Por si no habían visto el anuncio, el 20 de diciembre es el cumple de Tailime y Kai, por lo que tendremos muchos capítulos la siguiente semana además de las actualizaciones regulares. Sobretodo el miércoles (tendremos 4) así que los espero para celebrar con nuestros mellizos una fecha tan especial!!

Ya se la saben! Dejen estrellitas y comentarios si quieren que Tai y Alek se besen!

María Centeno

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