π•°πš• π“’πšŽπš—πšπš’πš–πš’πšŽπš—πšπš˜ οΏ½...

By JeanRedWolf

1.6K 224 120

[Libro 2] Glassian no quiere seguir las mismas tradiciones que siguieron sus familiares (casarse, tener hijo... More

⚠️ Léeme ⚠️
1. La esperanza en una bandera roja
2. La ira con dos caras opuestas
3. Β‘No quiero un esposo!
4. Posible e inalcanzable
5. Ser tonto deberΓ­a ser ilegal
6. No puedes esconderte eternamente
7. Un precio estΓΊpido
8. Un trato con doble filo
9. Educado error ; Brusco resultado
10. Mucho que aprender
11. Confiesa o revienta
12. CorazΓ³n quebrado
13. Viejo amigo
14. Frustrado y caliente
15. Por confiar demasiado
16. Prueba de inocencia
17. El control es mΓ­o
18. Lo agridulce de un recuerdo
19. Separar lo inseparable
21. Paga la deuda
22. Bupats y Colms

20. El que lo iniciΓ³ todo

42 9 13
By JeanRedWolf

【Glass】

Cuando despierto, sólo sé que estoy sentado en la parte trasera de un coche. Por el color del cielo intuyo que sólo me he desmayado por un rato, aunque tanto mi cuerpo como mi mente me insisten en seguir durmiendo. ¿Por qué no duermo? Bueno, supongo que la respuesta la tengo más cerca de lo que me gustaría admitir: Bell, Galia y Luke están a unos cuantos metros hablando entre ellos en un tono bajo, pero lo que me hizo abrir los ojos fue el olor de Bell. 

Hierbabuena y limón.

Analizando mi situación y mi estado, supongo que la opción de escapar de esta gente no es viable. Primero porque ellos son tres lobos y yo un Omega, además de que mi intuición dice que Bell no es un lobo común dado su aspecto. 

Siento que algo se escurre por mi frente, deslizándose lentamente al mismo tiempo que Galia suelta un grito y me señala. No me ha dado tiempo a entenderla tanto como me gustaría. Estoy aturdido.

—Maldita sea... —gruñe Luke con desgana, en lo que Bell se adelanta hacia mí a paso ligero—. Espero que valga la pena y no haya sido un rumor estúpido e inventado por drogadictos.

—La información era clara, al igual que la descripción y el nombre —le dice Galia.

Bell, en cuanto se aproxima, me tiende la mano mientras mantiene una sonrisa amigable. Primero miro su mano. Es enorme, tanto que sus dedos son largos y gruesos como salchichas, pero tiene una piel curtida con pequeñas cicatrices que habrán visto tiempos mejores en el pasado. Después muevo la vista porque me pesa la cabeza: barriguita impropia de un lobo, pecho ancho y bastante pronunciado como dos almohadones, nuez gruesa, y barba recortada entre el gris y el blanco. Finalmente sus ojos, que sé que son rojos, pero está ahorra cerrados.

—¿Vamos a vendarte eso? —pregunta al ver mi duda.

Aunque vacilo y no confío en ninguno de ellos, porque prácticamente no sé qué está pasando aquí, acepto su mano.

—Gracias...

Mi agradecimiento hace que, por unos instantes, vuelva a ver el color rojizo de sus ojos antes de que los vuelva a cerrar. En cuanto tira un poco de mí, obviamente dejando claro que su fuerza no se parece en nada a la mía pese a intentar ser gentil, no cuenta con la posibilidad de que mis piernas se aflojan y él evita rápidamente que mi cuerpo desfallezca hasta el pavimento.

Wooo... Con calma —advierte—. No querríamos que te hicieras más daño del que ya te hicieron esos idiotas, así que voy a llevarte de una mejor manera, ¿vale?

No respondo a ello, sólo veo que me toma de la misma forma que alguna vez hizo Ian: Como si fuera un niño. Aunque en lugar de sentarme en su cuello, lo que hace es tomarme con un brazo mientras yo veo a Luke apretar los labios para no reírse y Galia cubriéndose la boca con ambas manos.

Odio a estos lobos.

—¿Estás cómodo?

La pregunta de Bell hace que mueva lentamente la cabeza, sintiendo que de alguna manera está ronroneando débilmente, aunque no cuento con la opción de que la pérdida de sangre y el cansancio generalizado hace que mi conciencia vuelva a apagarse.

━━━━━━━━◇◆◇━━━━━━━━

【Bell】

—Creo que se ha quedado dormido, o ha perdido demasiada sangre. 

Volteo hacia Galia, quien está con los brazos colocados en jarras y observándonos junto a una expresión preocupada.

—No ha perdido tanta sangre, ya que su color de piel y temperatura corporal están bien —aseguro—. Le vendrá bien un poco de descanso, ya que a los tipos como él se les suele presionar demasiado cuando esos idiotas los capturan.

—De momento no han sacado mucho. —Luke, con su expresión molesta, tiene entre sus manos una tarjeta SD que seguramente provendrá de la furgoneta—. De hecho, es mejor que no destrocemos el coche.... —mira hacia a Galia—... más de lo que ya lo ha hecho ella. 

—¿Por qué?

—Porque no les pertenece —asegura bastante convencido de ello—. Los papeles y material que hay dentro no son los típicos que tiene los recolectores ni los transportistas. Seguramente se lo han robado a alguien, y ese alguien estará bastante enfadado si lo prendemos fuego.

Dejo escapar un profundo suspiro de estrés, porque técnicamente este trabajo iba a ser bastante sencillo: Perseguir un vehículo del que se sospechaba que capturaron a un Puro, tomar al chico, y después mantenerlo a salvo con nosotros.

Ahora tenemos un coche robado, un Puro hecho un asco, un muerto con un palo clavado en la cabeza y uno medio-muerto dentro de una zanja. También parece que lloverá en cualquier momento, pese a que estamos en medio de un microclima semi-desértico.

—¿Y qué hacemos con las huellas? —Pregunta Galia y ambos la miramos—. Mis manos tocaron la puerta, y seguro que si la policía hace una investigación descubrirá sobre mí. —Se lleva las manos a la cara—. ¡No puedo permitir que mis padres vuelvan a recibir una denuncia de las mías!

—Galia, no creo que...

—Eso te pasa por estúpida —punza Luke con una risita burlona—. Ahora, ¿podemos dejar de perder el tiempo y volver al 4x4? 

—Te voy a dar una patada en el culo por llamarme estúpida —gruñe ella, yendo directo a por el Beta que simplemente sale corriendo con una carcajada en dirección al coche, donde Galia lo persigue—. ¡No huyas de mí, grosero! ¡Soy una mujer sensible!

Dejo escapar un suspiro y abro los ojos para mirar al chico que tengo en mi brazo. Aunque ellos tengan dudas, sé que es un Omega Puro, y lo sé fácilmente porque puedo ver como entre su piel hay pequeñas venas traslúcidas de un suave color amarillo que no pueden verse con ojos normales. Sólo los Alfas Puros podemos vislumbrarlo, sabiendo la diferencia entre puros y corrientes.

Sin embargo tengo dudas sobre este chico. 

¿Charlie está seguro que iba acompañado en el barco? ¿Dónde está el tipo que iba con él? ¿Iba a vendérselo a esos sectarios? ¿Volverlo su máquina de bebés personal? A duras penas nuestras información sobre él es mínima, y porque el novio de Charlie tiene muchos contactos con familias prestigiosas como los Homes, los Everest y los Noir.

Sólo sabemos su nombre, su edad, que proviene de una isla llamada Hayu y es adoptado. No tenemos ninguna información más allá de eso, y porque Charlie cree que los sobreprotegieron demasiado porque sabían lo que era.

Lo admito, los Omegas Puros son tan codiciados que la gente podría matarse entre ellos para quedarse con uno y encerrarlo para lavarle el cerebro. Es como tener un animal albino: es exótico, raro y todo el mundo quiere uno. 

Sin embargo, no todo es tan bueno como parece. Las personas como este chico, son incompatibles con el resto de lobos, por lo que aunque el sexo sea de lo mejor, la convivencia o el emparejamiento será imposible. El olor al principio le resultará nauseabundo, y con el tiempo no podrá evitar vomitar cada vez que el lobo esté cerca, lo que provocará que su salud se deteriore rápidamente y ocurran dos vertientes: Muera joven, o emocionalmente se sienta destrozado 

Encontrarlo vivo, más o menos intacto mentalmente, me hace sentirme feliz. Agradezco que esté vivo en lugar de haberse vuelto una cáscara humanoide, atontada y hueca. Además, posee un olor que me resulta familiar, pero ahora mismo no puedo recordarlo porque seguramente habrá pasado mucho tiempo. Es un olor agradable, pese a su potencia, y por alguna razón hace que mi sangre se agite con emoción. 

¿Con qué lobo te has juntado, chico?

Sacudo la cabeza y me lo llevo hasta el 4x4 armado, donde deposito al chico descansando sobre el asiento alargado de la parte de atrás. Galia se sienta en la parte del conductor muy emocionada, y Luke a su lado —en el copiloto— para seguir manteniendo ese tira y afloja que tienen desde siempre. Aunque parezca que se odien, se golpeen o se griten cosas, yo sé que en el fondo se protegerían en el caso de que hubiera algún peligro.

—Bell —me nombra Luke, haciendo que deje de mirar al chico y repare en él, quien me dedica una expresión seria con el ceño fruncido—. Tenemos que hablar de esto.

—Más tarde, ya que él también necesitará entender.

Él baja la mirada hacia el chico.

—¿Crees que está marcado? —pregunta, y yo niego lentamente—. ¿Cómo sabes eso sin inspeccionarlo?

—Cuando los Omega Puros son marcados, ciertas venas desaparecen de su cuerpo y cobran el color de las demás. Es como si "dejaran de ser vírgenes" —contengo una sonrisa por esa tontería que acabo de decir, pero es lo más parecido que se me ha ocurrido—, y todavía puedo vérselas aun estando vestido. Si no me crees a mí, puedes esperar a que Choi o Claire le haga un chequeo dependiendo de sus preferencias.

—No creo que sea hetero —comenta él.

—¿Qué tienes en contra de los heteros, Beta gruñón? —burla Galia, y Luke le gruñe de mala gana para que se calle, pero sólo consigue que se ría—. Además, todo el mundo sabe que los Omegas son bisexuales.

Ambos la miramos, con expresiones diferentes en nuestros rostros, pero ella prefiere mantenerse ahora en silencio para que podamos seguir hablando mientras nos vamos a nuestro lugar seguro.

—En cualquier caso, si estás en lo correcto, ¿por qué huele a lobo todavía? —pregunta él, pero antes de que yo responda, añade—: APESTA. Así que supongo que no será un Beta.

—Posiblemente sea otro Alfa Puro —digo yo en un tono bajo, pasando los dedos por el flequillo del chico para dejarle la cara más al descubierto—. Debe de ser joven también, ya que su olor aunque es fuerte, no es tan remarcado como otros olores que he captado con los años.

—Bell... —advierte Luke, a lo que yo levanto la cabeza—. No le asustarás si abres los ojos, sino ya hubiera gritado antes en el coche o hubiera apestado a miedo.

Abro un poco los ojos, viendo yo mismo desde el espejo del coche los iris rojos que me llevan persiguiendo desde hace años. No es mi color natural, en realidad eran de un azul muy parecido al lapislázuli, pero a los lobos como nosotros nos toman como animales de pruebas y algunas cosas crean efectos secundarios. En mi caso, trastocar demasiado mi material genético hizo alguna especie de albinismo parcial en mi cuerpo, cambiando el pelo negro por blanco, la barba en un gris blanquecino, y el azul transformándose en rojo. Súmale a que mis ojos son muy sensibles a la luz.

Mi alma, en cambio, jamás la pudieron modificar.

—Sólo quiero que se sienta cómodo entre extraños...

—Yo creo que tienes unos bonito ojos, Bell —añade Galia, consiguiendo que sonría un poco por su comentario para animarme—. Además, tu personalidad es encantadora pese a verte tan grande, así que el Omega que se interese por ti, estoy segura que sabrá apreciar lo genial que eres.

—Gracias, Galia.

—Eres una pelota —susurra Luke, ganándose un puñetazo por parte de la chica—. ¡Au, bruta! ¡Le diré a tu hermana que eres violenta con tus amigos!

—Lyss está demasiado ocupada siendo una chica académica con todas esas cosas complicadas que yo no entiendo, y ni quiero entender, así que no te atrevas a molestarla o te patearé el culo.

Bajo la mirada hacia el chico que sigue en silencio, quizás durmiendo, o escuchando a escondidas. Aun así vuelvo a cerrar los ojos, como suelo hacer de normal, ya que me guío por todos los demás sentidos menos el de la vista al ser el que más problemas puede darme.

No quiero asustarlo. 

No quiero que otro Omega vuelva a decirme a la cara que mis ojos le recuerdan a los monstruos.


━━━━━━━━◇◆◇━━━━━━━━

【Glass】

Mi mente palpita dentro de mi cráneo, recordándome que todavía sigo vivo y que mi cerebro se apagó durante unos instantes. Sigo sintiéndome cansado. Agotado emocionalmente, incluso, pese a que mi situación sea anormal y nadie me haya dado ninguna explicación todavía. Quizás sólo ha pasado una hora.

—Se recuperará, ya que se le ve un chico sano y fuerte pese a las heridas.

—Mantengo que esto nos dará problemas —insiste Luke a Bell—. Tenemos poca información y, aunque dijeras que no está marcado, todos aquí sabemos que un Alfa cegado por un objetivo es algo muy jodido de quitarse de encima. Ni siquiera sabemos si ese supuesto Alfa pertenece a esa secta de pirados evolutistas.

—Calma las tetas, Luke —le dice Galia en un tono divertido—. Se te subirá el azúcar con tanto estrés, y se nos acabaron los donuts hace unas horas.

—¡Estúpida! —gruñe él.

La voz de ella suena un poco más lejos que la de los chicos. Mientras miro a la pared, siendo a dos personas cerca, mirándome de vez en cuando, aunque las sensaciones que siento de ellos son bastantes opuestas. 

—Además —continúa Bell para que ambos dejen de gruñirse—, creo que nos vendrá bien conocerlo un poco más.

—¿Por qué él?

—¿Por qué no? —Bell resopla—. A diferencia de los Omegas convencionales, él parece tener un poco más de fuerza, y quizás pueda ayudarnos a ver las cosas de los Omega desde una mejor perspectiva. No estoy diciendo que los pocos Omegas que han estado con nosotros no nos hayan ayudado en nada, pero que él sea un Puro cambia muchas cosas.

—Que sea un puro, no significa que las cosas vayan a ser diferentes —insiste Luke.

Yo he perdido el hilo de la conversación. No sé de qué están hablando ahora mismo.

—Son diferentes —asegura el albino—. Cambia muchas cosas, entre ellas que al menos nuestra teoría de que existe Puros que viven fuera del país no es erróneo, y quizás haya alguna isla o archipiélago que los mantenga ocultos.

—¿Haces esto por Jánik? —la pregunta que le hace Lue a Bell parece que le empuje a querer decir algo, pero termina suspirando y no respondiendo, por lo que él continúa—: Jánik se fue hace mucho, y tú eres un hombre demasiado sentimental para dejar ir lo que ya tendría que ser agua pasada. Incluso estoy seguro que él ni siquiera sabría comportarse en grupo como Jánik. 

—No es por restarle importancia al gruñón, Bell, pero él tiene razón —responde Galia—: No sabemos nada importante del chico, y seguramente necesitaremos todos un poco de tiempo para amoldarnos y ver cómo actuamos. Él chico tendrá preguntas también cuando despierte.

—Esto no es sobre Jánik —espeta Bell con un tono demandante a sus amigos, moviéndose inquieto en el asiento del automóvil—. Además, hace años que no encontramos un Omega Puro, y dado que están casi extintos a nivel mundial, es prioritario ayudarle a sobrevivir en este mundo cruel y repugnante de ególatras.

Luke gruñe molesto.

—¿Y dónde demonios va a quedarse a dormir?

—Puede quedarse en mi departamento, en lo que arreglamos un lugar para que pueda vivir y obtener su privacidad como cualquier persona —responde Bell muy tranquilo, incluso creo que la idea le gusta cuando ni siquiera nos conocemos de nada—. Además, soy respetuoso y conozco los límites más obvios. Tengo buen autocontrol.

—¿Entonces vas a dar por hecho de que vaya a quedarse con nosotros?

—No veo por qué no debería, ya que la última vez que ingresó un buen Omega, terminó siendo tu novio porque te gustó que fuera "diferente a los demás".

—E-eso es diferente... —murmura él.

Debo de admitir que este grupo me resulta extraño, pero al menos se le nota lleno de vida. Sin embargo todavía tengo demasiadas preguntas, de las cueles todos callan pero nadie parece explicarme de lo que están hablando. ¿Omegas puros? ¿Casi extintos? ¿Sobrevivir? Yo sólo me marché de mi isla para vivir una vida a mi manera, sin que nada ni nadie tuviera que decirme cómo vivir.

Estaba harto de que mi madre controlara mi vida, incluso decirme con quién debería de juntarme. Todavía, confieso, que tengo ciertas dudas sobre cómo habrá terminado el tema de ella después de que yo alejara a los Solitarios del carro para que la dejaran en paz; y también sobre lo de Etherion. 

—Aun así, Luke, no te preocupes por nada. —La mano de Bell me da golpecitos en la cabeza, tan suaves que casi parece que controla su fuerza para que sólo parezca un tacto similar al de una sábana y no una mano enorme—. Yo me encargaré de cuidarlo y ayudarlo dentro de todo lo posible.

—Eres el jefe del grupo y mi amigo, Bell, pero lo que intentas hacer es...

—Lo sé —le interrumpe—. Sólo... quiero mantener la mente ocupada, e intentar que las cosas mejoren para todos. Si puedo hacer que alguien como él se mantenga a salvo de esos evolutistas, es suficiente para sentirme bien conmigo mismo.

Arg... —gruñe Luke a desgana—. Haz lo que quieras, pero no creas que voy a ser su niñera ni nada por el estilo. Deberá aprender rápido por sí solo como hicieron todos los demás.

Bell suspira.

—Mejor sigamos el ejemplo de Glassian, y descansemos un poco. Todavía tenemos un largo trayecto hasta la base, y Galia no podrá conducir eternamente, por lo que tendremos que hacer alguna parada provisional.

—¡Tengo mucha energía, Jefe! —exclama ella con un tono alto y divertido.

—Me gustaría que también tuvieras tus respectivos descansos, Galia, ya que trabajar en el taller te ha estado empujando a dormir poco.

Ella no responde a ello verbalmente, sino que sólo ríe y sigue centrada en la carretera.


Dormir en un vehículo móvil, con tres extraños delante y detrás de mí, genera muchas preguntas en mi cabeza. Debo de haberme quedado dormido, otra vez, para sentirme ahora un poco mejor, y al parecer el silencio detrás de mí asegura que dos de ellos se han dormido y la chica sigue conduciendo.  

Me pregunto dónde se habrá metido Ian. Me pregunto qué habrá pasado con ese tipo enorme que me lanzó aquí como una muñeca. Me pregunto... qué pasará conmigo, ahora que a duras penas soy consciente de que esto parece más grande de lo que parece sin que yo me haya dado cuenta. Supongo que debo de actuar inteligentemente para que esta gente no me mate. 

No los conozco.

No sé qué clase de personas son.

La gente siempre me ha tratado de una manera muy asquerosa, donde a veces una amable sonrisa en realidad oculta un puñal debajo de la lengua; o donde hay un abrazo, en realidad hay una promesa susurrada en la que te van a joder la vida sólo por ser llamativo. Mi familia era un claro ejemplo, en especial mi madre. Siempre obsesionada con que tuviera un esposo, conservara una apariencia delicada, evitara comer carne como los lobos, evitar las agrupaciones lupinas como el gimnasio o los salones de baile nocturnos porque la mayoría de los lobos iban ahí, el no salir de noche porque "los Omegas decentes no hacen eso", el siempre tener en consideración que ser Omega era sinónimo de que podrían violarme aunque pudiera "marcarlos" con el aroma característico de un Omega —olor que, como dije, yo no poseo—, y por supuesto su frase icónica: "El sueño de todo Omega es tener una vida plena y familiar".

¿Quién ordenó aquello? ¿Por qué debería de seguir yo esa estúpida ley no escrita? ¿Qué me debería de importar a mí "decepcionar" a los que son como yo?

Aunque el coche esté en silencio, en mi cabeza hay demasiado ruido. Los pensamientos suenan alto, recordándome que esto no es lo que esperaba al pisar un lugar que no fuera arena y el árbol más común fueran palmeras. 

De repente, el sonido de una hoja moverse hace que toda la tormenta de pregunta en mi mente se silencien por un momento. Alguien está despierto, aparte de la chica. Que alguien lo esté, no significa que quiera interactuar con alguien ahora mismo. 

Necesito respuestas, pero para ello debo hacer preguntas.

¿Y si me mienten? ¿Y si se las inventan? ¿Y si...? 

No. 

Basta de pensar de esta manera, porque no me ayudará a salir de esta situación.

Tomo una profunda respiración y me fuerzo a levantarme, del mismo modo que mi cuerpo me traiciona y me obliga a bostezar para aplacar un rastro de ansiedad que volita a mi alrededor por las dudas. 

—Buenos días. 

La voz de Bell capta mi atención, por lo que levanto la cabeza y él se ve un poco sorprendido por sus ojos rojos abiertos, además de un libro entre sus manos. Creo que tiene unos ojos únicos y hermosos, asemejándose a los granates que alguna vez vi entre algunas páginas sobre piedras preciosas. El libro de sus manos, por el contrario, tiene un título raro: "El hombre equivocado".

No respondo a su saludo en ese momento, por lo que el lobo cierra los ojos y aparta la mirada. ¿Si quiera es capaz de leer con los ojos cerrados? No crea que pueda ver a través de los parpados bajados, porque sino eso sería hacer trampa en la vida.

—¿Has... dormido bien? —pregunta al ver que sigo en silencio—. ¿Cómo te sientes?

Me coloco en una mejor postura y observo la ventana que hay detrás del lobo enorme, mostrándome que el sol a duras penas está saliendo del horizonte y las nubes grises siguen ahí impidiendo la luminosidad correcta de una mañana agradable. Hay rastros de gotas en los cristales. También me he dado cuenta que el coche está quieto desde hace poco por la ausencia de ruido, por lo que miro a un lado y la tal Galia está durmiendo en el asiento del conductor con una manta ligera colocada encima. Al otro lado de Bell, Luke está dormido en forma de ovillo con otra ligera manta por encima, lo cual indica que ha pasado el suficiente tiempo para aceptar que Ian está lejos y no me encontrará.

Creo que es imposible que lo haga. Aunque, honestamente, es una lástima que las cosas estén yendo de esta manera ya que me estaba acostumbrando bastante a su presencia y olor.

Vuelvo a mirar a Bell, estudiándolo mejor: El tipo es enorme y ancho en muchos sentidos. Su rostro es amigable, pese a verse imponente y musculado de brazos y hombros, de cuello ancho y cabello blanco que parece anormalmente natural. Su tripa no es excesiva, aunque sí pronunciada, y su pecho parece ser el mismo que el de Ian, lo bastante ancho para parecer dos almohadas y enterrar la cara entre ellos. Si eso tiene algún sentido, claro.

No es el hombre más guapo que he visto en mi vida, si me lo preguntan, pero sí el segundo o el tercero que desprende un aura lo bastante calmada para decirte en silencio que "Él está ahí para protegerte". No en un sentido caballeresco, sino el propio que suelen tener los padres con sus hijos, aquella sensación que al principio no parece demasiado pronunciada pero que podría extralimitarse hasta rozar lo agresivo si se llegara a necesitar sacarlo de ese modo.

—Bien... supongo —respondo, mirando a un lado, lo que parece que decepciona un poco a Bell por alguna razón que no entiendo—. Podría estar mejor. 

Espero que pille la indirecta de que NO quiero hablar ahora mismo, por eso mis respuestas son vagas y cortas. Siendo sincero, y por su cara que veo por el reflejo del cristal, creo que no parece pillar la indirecta.

—Eso es bueno entonces. —Actúa demasiado amigable, cuando ni siquiera nos conocemos de nada, lo que eso lo hace demasiado sospechoso—. No todos los Omegas pueden decir que tienen una buena resistencia física. Un puñado de cortes en tu cuerpo, un golpe en tu cabeza y un dedo jodido parece ser menos importante de lo que para muchos sería un problemas gigante.

Porque herirte es sinónimo de "afearte" en el mundo de los Omega. Por eso la mayoría evitan las peleas físicas, controlan que sus esposos lupinos no muerdan en zonas visibles, se alejan de todo aquello que provoque cortes o golpes contundentes, y se niegan a realizar actividades que influyen en futuras heridas.

—Aunque supongo que debería de decir que " tú no eres 'todos los omegas' " —continúa, lo que es una frase que es obvia nada más verme. 

Ningún Omega que he conocido tiene brazos algo tonificados, ni bultitos en forma de abdominales, ni se intenta dejar cuatro pelos estúpidos como intento manido de barba o bigote. No me ha dado la gana quedarme en esa estúpida infantilización que a muchos lobos les gusta, y muchos Omegas refuerzan como "lo normal". Para mí es bizarro.

—No lo sé.

Hmmm... —murmura él, arqueando una ceja—. ¿A qué te refieres con...?

—Soy insular —le interrumpo— y también pertenezco al tipo de Omega "en cautiverio". Lo que significa que no conozco nada del mundo exterior.

Sus ojos se abren de nuevo, y sigo creyendo que sus iris son bellos. No sé por qué se preocupa tanto por ocultármelos, cuando claramente sólo son un color anormal que no tiene nada que ver conmigo.  Parece que le sorprende mi franqueza también, ya que seguramente estará acostumbrado a que los tontos Omegas citadinos o pueblerinos se dirijan a los lobos con sutilezas, sonrisitas, posturitas estúpidas y comentarios cuidadosos para no perder su aire de inocencia.

—Oh... Ah... lo siento —murmura de nuevo, cosa que no entiendo el por qué se disculpa—. Supongo que no sabes tampoco el por qué estás aquí con nosotros, o qué clase de persona eres, ¿no?

—No.

Él frunce el ceño un poco e intenta sonreír para seguir pareciendo amable, pero al parecer esto le ha dado un golpe en un lugar sensible y se le nota más bien decepcionado. De hecho, no sé muy bien que espera que le diga o crea, cuando en menos de veinticuatro horas he pasado de estar con un bobo al que me estaba acostumbrado, a conocer a personas aleatorias con diferentes intenciones sobre mí y mi vida.

Bell vuelve a hablar pero no le estoy escuchando. Mis ojos siguen clavados en nuestros reflejos, y mi mente vuelve a llenarme la cabeza de preguntas con las que no puedo responder. Supongo que confiar en Ian fue un error, aunque intentara hacer las cosas más llevaderas. Es decir, me gustaría creer que él tuvo problemas y por eso no volvió a por mí, pero ni siquiera esta gente parece ser consciente de que él estará buscándome, sino quizás me hubieran preguntado para volver.

En su lugar me tomaron y se fueron, como si recogieran una mercancía para así cambiar de transportista.

¿Realmente estoy a salvo? ¿Qué pasará conmigo? ¿Cuál es la elección correcta? 

—¿De verdad que te encuentras bien? —La pregunta de Bell rompe de nuevo mi concentración, por lo que le miro y reparo en que Galia está volviendo a conducir mientras bosteza con pereza—. En cuanto hagamos una parada en un lugar mejor, repasaremos tus heridas porque he intentado curarte sin despertarte. O al menos centrarme en las que más mal aspecto tenían.

—Suena bien.

Bell rasca su mejilla con barba blanca y gris, sopesando en que parece que quiero decirle algo de manera sutil en lugar de manera directa.

—Eh... ¿no quieres hablar? —Pregunta por fin, lo que agradezco que diga aunque haya tardado en pillarlo.

—La verdad es que no, no me apetece.

—Oh, ah... lo siento... —murmura—. De todos modos... ¿tienes alguna pregunta?

Hay demasiadas, y no creo que él vaya a responder todas las que tengo en mi mente. Porque, para empezar, no sé realmente qué coño son en realidad "Los Puros". Así que sólo me encojo de hombros, mostrándome indiferente. 

—Yo... ah... —se detiene él por un momento—. Lo siento, de verdad. Sólo intento ayudar y generar la menor incomodidad que pueda provocarte, o al menos dentro de la línea de la normalidad.

—Lidiaré con ello, así que no te preocupes —respondo para mantener mi terquedad, sólo porque necesito tener el poder en mis manos gracias a que al menos sé que soy importante para esta gente. Aun no sé para qué o con qué intenciones, pero supongo que ellos deben de llevarme a un lugar para que luego otros tomen el relevo—. Tampoco hay que hacer un drama de ello.

Tantas preguntas y tan pocas respuestas. 

—Bueno... Al menos deberíamos presentarnos como mínimo, ¿no? —sonríe un poco más natural, casi pareciendo más amable de lo que intenta mostrarme—. No quiero hacerte creer que tu existencia no vale nada para nosotros, o que olvidaremos tu nombre.

—Nombre que ya sabéis —espeto un poco más seco, sorprendiéndole un poco al verme más a la defensiva con cierto grado de agresividad en mi voz que intenta parecer plana—. Supongo que tendréis más información sobre mí.

Ehm... —carraspea—. Creo que es mejor que lo hagamos por mera formalidad.

Suspiro levemente, aceptando que este tipo no me va a dejar en paz y ponerme insoportable no mejorará mi situación.

—Glassian, aunque mi apellido no importa mucho. Y no, no puedes llamarme "Glass" porque no tenemos la suficiente confianza para los diminutivos.

Él tose un poco, afirmándome con ello que estaba pensando en llamarme de ese modo.

—Me puede llamar Bell.

Lo que significa que no es tu nombre real... ¿o sí? Sino, quizás me hubiera dado su apellido, o como mínimo inventárselo. 

—Lo que significa que, como obviamente no confiamos el uno del otro, ese no es tu nombre real. ¿Me estoy equivocando en algo?

Como siempre, mi franqueza parece ser algo que le llama bastante la atención. ¿Cómo espera que me comporte? ¿Acaso cree que porque es un lobo, enorme y con la suficiente fuerza como para romperme la pierna de un agarrón, voy a mostrarme débil y bobo? ¿O acaso ha dado por hecho que soy de los tipos que lloran porque "tienen ansiedad ante lo desconocido"

Si cree todo eso, se está equivocando conmigo. Tengo mi orgullo.

Al principio Bell parece bastante serio con mi deducción, pero segundos después suaviza la expresión de su rostro.

—Tienes razón, no es mi nombre real —confirma, lo cual tampoco es muy difícil de adivinar—. No puedo decírtelo, al menos ahora mismo. Espero que lo entiendas.

—Déjame adivinar: Información clasificada.

Él abre la boca por un momento, pero la cierra en segundos. No es de sorprender que estoy en lo correcto, sobre todo cuando hasta el momento ni siquiera me ha pedido perdón por tomarme como si nada y alejarme en contra de mi voluntad. 

—Lo siento. —Odio que se disculpen tanto, como si realmente necesitaran darme explicaciones por mi cara bonita o sólo porque saben que esto huele raro—. De verdad, quisiera serte de ayuda dada tu situación, pero no te puedo decir para quién estoy trabajando o con qué grupo estoy. Lejos de ello, lo que intuye que podría ser información clasificada, te lo podría responder sin ningún inconveniente... siempre y cuando sepa la respuesta, claro. —Bell hace una pausa para cerrar su libro y dejarlo a su lado del asiento—. Sé que tendrás muchas preguntas, pese a que sabemos de ti entre poco y nada si te soy honesto.

Estoy harto. Creo que estoy sufriendo otro dolor de cabeza, porque esta situación me supera en gran medida, y todavía no he meditado lo suficiente en realidad para saber cuál es mi tope. De momento, y con un tono cortante le digo:

—Bien, una pregunta rápida: ¿Puedes dejar de hablar de momento?

Mi tono parece haberle dolido un poco, o al menos lo justo para sólo responderme con un asentimiento y tomar su libro aunque no parezca demasiado interesado de leerlo ahora mismo. 

No se me puede culpar ahora mismo que estoy comportándome como una perra. No ahora mismo. No me siento culpable de comportarme de este modo, y mucho menos de haberle respondido de un modo tan tosco, porque en realidad hay que entender que mi vida ahora mismo está volviendo a ser controlada por otros sin siquiera preguntarme lo que quiero o no hacer. ¿Acaso se creen que soy una jodida mascota? ¿Piensan que con sonrisas y tono amables van a hacerme bajar la guardia, para así confiar en ellos? ¿Creen que soy estúpido?

No es que su presencia me moleste en exceso, o su voz, o incluso que haga el esfuerzo de mostrar una expresión genuina sólo porque soy un Omega y como tal se me ha de tratar con "delicadeza". De hecho, su olor es más estable de lo que esperaba, a diferencia del de Ian que salía todo el rato en todas las direcciones cuando compartíamos una mirada o estaba demasiado cerca. Se le nota alguien que tiene un buen control emocional, o quizás no le parezco atractivo —lo que no sería un problema para mí, ya que no estoy interesado en tener una relación con nadie—, pero todo esto sigue pareciéndome extraño.

¿Por qué espera que coopere fácilmente? ¿Por qué espera que sea amable porque sí?

Sé que debo de tener cuidado con todo lo que diga, porque a lo mejor mis palabras son usadas en mi contra. Con esta breve conversación, al menos ya sé que juego —de momento— con cierta ventaja: Saben poco sobre mí, y como soy importante no pueden matarme. O al menos no dejarme moribundo de una paliza.

Creo.

Confiar en alguien en esta situación es estúpido. Nadie en su sano juicio podría creer que alguna de estas personas, que creen que me están haciendo algún tipo de bien, son "buena gente". Nada me lo garantiza. Además, también ha dicho que pertenece a algún tipo de organización, lo cual no ha sumado puntos positivos porque significa que alguien está detrás de mí sin que siquiera yo lo sepa. Es decir, ¿qué hay de valioso en mí, para que se tomen tantas molestias? ¿Sólo porque tengo un poco más de músculo ya soy algún tipo de anormalidad?

Tomo una expresión corporal más a la defensiva y controlo mi respiración para que nadie de aquí huela la pequeña ansiedad que se arremolina en mi estómago. Tengo que conservar la calma, estudiar el terreno y aceptar que por un tiempo indefinido a lo mejor tenga que tomar decisiones drásticas. 

Además, siendo honesto... ¿por cuánto tiempo podré aferrarme a mi "elección al silencio"? Soy consciente que no decir nada no me hará avanzar, pero decir demasiado puede hacer que las cosas vayan peor para mí. Probablemente me pondré de los nervios si tengo que controlarme demasiado, ya que estoy demasiado acostumbrado a hacer y decir lo que me da la gana sin que me importe la opinión de los demás. Pero es un hecho que aquí esa mierda no vale.

Vuelvo la mirada hacia el lobo que sigue leyendo con una expresión poco interesada en la lectura. Sigue con los párpados bajados, con el olor controlado a su alrededor como una fina capa de humo azul verdoso, y la vena de su cuello palpita con bastante calma. Seguro que habrá sido entrenado para guardar sus emociones, o quizás no me considera una amenaza. No lo culpo. Los Omegas por lo general no son peligrosos salvo por algunas excepciones, aunque obviamente mi perspectiva sólo está enfocada en los Omegas de Hayu. Desconozco si los citadinos o los de pueblo son iguales o tienen alguna diferencia.

Vale, está bien. Si tengo que sobrevivir, al menos que no se diga que no fui honesto con mi comportamiento en lugar de jugar esa estúpida carta de "El pobre omega que es tímido y tonto".

—¿Qué estás leyendo? —Mi pregunta sorprende a Bell, que abre los ojos y seguidamente aparta la mirada hacia abajo—. Parece un libro bastante viejo.

—Eh... s-sí... últimamente no se encuentran muchos libros a papel, ¿sabes? —lo alza un poco y sonríe con levedad—.La mayoría utilizan cosas electrónicas como e-books, audiolibros e internet, ya sabes.

—No, no sé —me encojo de hombros, lo que le sorprende más todavía mi respuesta—. Donde vivía, los libros eran bastante comunes, el internet era local y nuestro superiores lo limitaban.

—Oh...

—Sí, una mierda, lo sé —pongo los ojos en blanco.

Bell sonríe, esta vez enseñando sus dientes. Son grandes, raro de ver en tamaño pese a no mostrarlos enteros, y agradezco que no sean de un blanco cliché que estoy aburrido de leer en libros como si fuera lo normal en la gente. Tener los dientes tan blancos como perlas es bastante enfermizo.

—Pues... se llama "El hombre equivocado" —muestra el título, decorado de un suave tono dorado y rojo oscuro—. Se hizo famosa la historia hace diez años, siendo una especie de slice of life con contenido harem. Aunque algunos digan que parece una autobiografía por lo real que parecen muchos detalles.

—No estoy sorprendido que a los lobos os guste que el protagonista, lobo, por supuesto, esté con varios Omegas a la vez. —Esa idea me aborrece, como si no tuvieras suficiente con uno que en realidad tendrías que obligara los demás a soportar a otros porque sino te quedas sin sexo. Es patético.

Ahm... no... —dice y mi ceja se arquea—. El protagonista es un lobo, pero... en el harem sólo hay lobos. Los Omegas suelen tener un papel secundario o antagonista.

Ahm...

—Es la cuarta vez que leo el libro en mucho tiempo, ¿sabes? —abre los párpados un poco, a duras penas pudiéndole ver el oscuro tono rojizo de los orbes—. El protagonista es... diferente, y pasa por muchas cosas hasta que consigue ser feliz. Aunque el mundo lo señale, se burle, lo odie o le digan que no es lo suficientemente bueno para sus intereses románticos. La crueldad de la gente. Lo difícil que se siente el mantener una vida libre, aun cuando la sociedad te ordena cómo debes de seguirla porque entonces estás infringiendo la ley... —Alza la mirada, con los ojos todavía abiertos, y una pequeña sonrisa que lo hace adorable se aprecia en segundos—. A veces las equivocaciones absolutas, son los aciertos mejores aprendidos con el paso del tiempo.

De repente Galia suelta una pequeña risa que rompe el pequeño momento íntimo entre ambos, lo que consigue que voltee hacia ella y la mire un poco mal por meterse en donde nadie la ha invitado.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunto un poco irritado.

—¿Sabes quién es el autor?

—No, obviamente —me encojo de hombros.

—Chase Homes Dimos, mi padre —responde ella muy orgullosa—. No es el mejor escritor del mundo, pero todo lo que crea lo hace con mucho amor para que todos estén felices.

—¿Y eso es gracioso porque...?

Entonces ella, sin siquiera inmutarse suelta:

—Mi padre fue el que creó la organización en la que trabajamos, o al menos la base ya que con los años las cosas fueron cambiando y tener tres esposos requiere mucha atención —antes de que pueda responder ella sigue—. Eso significa que gracias a los descubrimientos de mi padre Chase y mi otro padre, Eriel, descubrimos que Omegas y lobos como tú y Bell existen aunque seáis parte del folclore.

—Sigo sin entender una mierda.

—Significa, Glassian —interviene Bell en un tono calmado, conforme cierra su libro y lo apoya sobre su regazo—, que si no hubiéramos interceptado el vehículo, posiblemente te hubieran encerrado en algún laboratorio del centro-sur.

No entiendo lo que están diciendo ahora mismo, pero de algo sí estoy seguro: Si yo estoy metido en este lío, Ian también, y él es demasiado tonto para no dejarse capturar por confiar demasiado.

Continue Reading

You'll Also Like

52.5K 4.1K 62
Andrea Stilinski hermana mayor de Stiles, se ve arrastrada al mundo Sobrenatural despuΓ©s de estar aΓ±os alejada de este.... Puede este amor consumido...
1.9M 96.9K 86
- Yo, Logan Carter, alfa de la manada Luna Creciente, te rechazo a ti, Emma Parker, de la manada Luna Creciente -. PodΓ­a sentir como se me rompΓ­a el...
141K 8K 80
-Yo fui el primero en besarla-, alardea Bryce. -Yo la llamo virginidad -, grita Ace en voz alta. -Ella me amara primero-, responde Chris enfadado. Er...
13.3K 3K 18
narra tn reencarne en crepΓΊsculo y para colmo en Isabella swan . dios me odias ? pero no importa yo no estarΓ© atrΓ‘s de un hombre que se da aires de...