Dark || Harry Styles || Españ...

By Rosi_Boti

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Él pensó que ella era sólo otra chica. Ella pensó que él era su peor pesadilla. Pero... los opuestos se atrae... More

CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42 - PARTE II
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 51 - PARTE II
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 55 - PARTE II
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
AVISO - AGRADECIMIENTOS
AVISO II

CAPÍTULO 42

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By Rosi_Boti

Capítulo 42

Los dedos de Harry se deslizaron de los míos en cuanto levantó su teléfono de la mesa de café. Admiré el perfil lateral de su cara, sus labios ligeramente en puchero mientras se concentraba en el texto que había zumbado al ser recibido. Una pequeña sonrisa agraciando su boca antes de que él se volcara hacia mí.

— ¿Te acuerdas de Sean? —preguntó Harry.

—Sí, tu amigo artístico.

Harry se rio de mi descripción.

—Bueno, él se fue de la ciudad por unos días y me preguntó si podía ir a su estudio para asegurarme de que todo estaba bien. ¿Quieres venir conmigo?

Asentí con la cabeza, sonriendo.

— ¿Ahora? —levanté las cejas.

—Sí.

—Deja que me ponga mis zapatos.

Levanté mis piernas del regazo de Harry y me bajé del sofá. Cuando regresé lista para salir, apagó el televisor y se puso sus Converse.

—Vamos.

***

El coche se detuvo antes de que Harry apagara el motor. Sus hoyuelos apareciendo, salió del vehículo y trotó hacia mi lado. Mi cuerpo se deslizó hacia abajo, con los pies en contacto con el pavimento. Estaba libre para explorar el ambiente a mí alrededor mientras Harry se aseguraba de que el coche estaba bloqueado. Yo nunca había estado en esta parte de la ciudad antes. Incluso en la oscuridad se las arreglaba para emitir un ambiente creativo. Era seguro poder encontrar individuos inclinados sobre cuadernos, mientras transferían la imaginación de su mente al papel, sentado en las pequeñas cafeterías. Había una mezcla de arquitectura moderna y tradicional revistiendo la carretera, árboles altos a lo largo de la ruta.

—Bo.

Me volqué a encontrar a Harry con su brazo estirado hacia mí. Mis dedos juntándose con los suyos mientras me alentaba a caminar al lado de él.

— ¿Dónde está el estudio de Sean?

—Es aquí.

Me guió por un angosto camino de ladrillos entre dos edificios, con la mano libre rozando la pared de la izquierda que mostraba manchas de color. Nos detuvimos frente a una puerta de metal, Harry sacando las llaves de su bolsillo trasero. Yo pacientemente esperé a que la entrada sea abierta, mi cuerpo a cercana proximidad de Harry, que todavía no encontraba el interruptor de la luz.

Cuando el área se vio envuelta en el brillo, yo estaba un poco sorprendida de encontrar sólo una escalera.

—Sube, yo estaré allí en un segundo.

Con las instrucciones de Harry subí las escaleras, mis ojos se abrieron al llegar a la cima. El espacio era de largo alcance, las paredes de color blanco puro, con un piso espacioso, ventana de techo a piso en la parte delantera del edificio. Los proyectos de arte de Sean estaban esparcidos alrededor de los lados conteniendo secciones de trabajo diferentes para los modelos, pinturas y dibujos.

— ¿Qué te parece?

El calor de Harry se podía sentir detrás de mí antes de que él deslizara un brazo para sostener mi cintura.

—Es increíble—le respondí, aturdida.

Él se rio con voz entrecortada en mi cuello, dejando un beso en mi mejilla antes de alejarse de mí para pasear. Me encontré frente a una imagen llamativa de una mujer, el pincel atrapando las características de su bonita cara con colores oscuros. Me hizo preguntarme si ella era amiga de Sean o una imagen que había creado de la memoria. Mis pensamientos vagaron hacia Harry. Yo no tenía la habilidad o la paciencia para pintar cualquier cosa. Pero si lo hiciera, sería él. Estoy segura que mi estudio sería muy surtido, pero tengo serias dudas de que no había el color exacto para que coincida con sus labios en forma de corazón. El tono roda adornando su boca era uno de mis tonos favoritos, eso y el verde impresionante de sus ojos.

El espacio en medio de la vasta habitación estaba completamente vacío, lo que me pareció un poco extraño. Miré hacia abajo al oír un crujido debajo de mi pie, luego descubriendo un enorme lienzo de papel extendido por todo el suelo del estudio. Cuando me volqué para llevar esto a la atención de Harry, él estaba ocupado leyendo una nota pegada a la ventana.

— ¿Harry? —le llamé.

Mi voz resonó en todo el espacio creativo, mis pies llevándome a investigar lo que estaba sosteniendo su atención.

— ¿Qué es? —cuestioné yo.

Él sacudió la cabeza, ligeramente riendo.

—Sean quiere usarnos para un proyecto.

— ¿Qué tipo de proyecto? ¿Tiene algo que ver con el papel en el suelo?

Harry asintió con la cabeza, colocando la nota a un lado. Vi como él se abrió paso entre una serie de latas de pintura apiladas una encima de la otra, las gotas secas permitiendo ver qué color tenia dentro del contenedor.

—Él quiere que el papel sea como un lienzo enorme, él dice que podemos usar nuestros cuerpos, manos, pies... bubbies.

La pequeña sonrisa en los labios de Harry me dijo que estaba bromeando mientras miraba mi pecho.

—No dijo eso—dije seria.

—No, pero no me importa si los tienes fuera—Harry me guiñó un ojo. —Puede que sea más divertido.

Le golpeé el brazo, la risa ronca de Harry haciendo eco mientras caminaba hacia unas bandejas de pintura para verter los colores.

—Sean dice que hay una cámara en algún lugar también, él quiere que tomemos fotos.

Saqué la cámara desde un armario en la parte de atrás, colocándola sobre la mesa antes de que ayudara a preparar las cosas, intentando tener un número de diferentes tonos para trabajar. Los botes se colocaron de nuevo a su posición anterior antes de que Harry se quitara los zapatos y los calcetines. Yo hice lo mismo, enrollando el final de mis jeans.

—Vamos a pintar, bebé—Harry sonrió.

Entró en la bandeja de la pintura azul profundo. Yo hice lo mismo, optando por una verde.

—Hace frío—chillé, Harry riendo.

Mis ojos vieron como mi muchacho de pelo rizado pasaba sobre el lienzo enorme extendido en el enorme estudio de arte. Sus pies dejando un rastro de huellas de color marino detrás de él. Se dio la vuelta, mirando fijamente el patrón creado antes de sonreírme. Con mucho cuidado salí de mi pintura, mis ojos fijos en Harry. Mi nariz se arrugó con diversión mientras levantó su mano derecha, con los dedos juguetonamente llamándome. Acepté su reto en cuanto corrí tan rápido como pude hacia él. Mis pies dejando mi propio rastro de huellas verdes, ligeramente deformes con mi velocidad. Harry estaba riéndose mientras me atrapó, mi cuerpo saltando arriba, fuertes brazos sosteniendo mis muslos.

Miramos hacia abajo mientras Harry nos giraba.

—Es como si hubieras desaparecido—él dijo con curiosidad.

Tenía razón, mis pisadas dejando el lienzo, como Harry me llevó a algunos colores diferentes. Me deslicé por su cuerpo, estirando y colocando sus manos en la pintura de color negro. La sonrisa apareciendo en su rostro me puso un poco nerviosa cuando Harry regresó a su altura imponente.

—No, no, no—supliqué.

Pero ya era demasiado tarde. Con un movimiento de sus dedos largos y mi camiseta estaba salpicado de manchas oscuras. Boquiabierta, miré el lío que Harry había creado en mi ropa.

—Oops, creo que vamos a tener que sacártela.

La mirada de suficiencia en su rostro desapareció rápidamente mientras paseaba hacia él, amarillo cubriendo mis manos antes de que las apretara contra su pecho. El color haciendo contraste con el blanco de su camiseta. Tuve el tiempo justo para entrar en la naranja antes de hacer mi escape a través de nuestro lento desarrollo del arte. Mi salida precipitada fue documentada, los pies de Harry, dejando un rastro detrás de él mientras corría para alcanzarme.

Me volqué al llegar a la esquina del papel, dando un paso hacia Harry. Una risa escapándose cuando él me ofreció una mano ennegrecida, mis dedos deslizándose en la suya. Sin esfuerzo me jaló hacia él, chocando contra su cuerpo antes de que mi brazo fuera elevado por encima de mi cabeza para que Harry me hiciera girar a mí alrededor. Me sentí como si debería estar usando un lindo vestido, nuestros movimientos dignos de un baile de parejas.

Llevé mi atención a Harry, su boca curvándose mientras agarraba su antebrazo. La pintura amarilla de mi mano untada sobre su piel mientras me levanté en mis puntillas para presionar un beso en su mejilla. Mis dedos jalando ligeramente el dobladillo de su camiseta.

—Sácatela—susurré.

Un estruendo vibró en el pecho de Harry mientras se reía.

—Sólo si tú te la sacas primero—tentó.

Tímidamente asentí con la cabeza, mirando el material blanco que se retiraba lentamente por lo largo del torso de Harry. Mi cabeza inclinada hacia un lado en apreciación, mi mirada admirando la forma en que sus músculos se tensaban, la tela seductoramente siendo removida. Yo no tenía ningún control, mi cuerpo gravitando hacia su calor, la estatura de Harry elevándose sobre la mía. Un suspiro salió de sus labios entreabiertos cuando rocé mi pulgar sobre su pezón endurecido.

—Tu turno—él habló.

Mi cuerpo retrocedió cuando Harry se me acercaba, las plantas de nuestros pies grabando nuestros movimientos. Su expresión era de diversión cuando lo intentó por segunda vez, mis reflejos no lo suficientemente rápidos para evadir el toque de Harry. Mordidas tentadoras fueron dejadas en mi cuello mientras juguetonamente él gruñía. Las palmas de mis manos contra su pecho fuerte, estallando en risa mientras caíamos al suelo. Me senté a horcajadas sobre su cintura antes de suspirar en sorpresa, cuando Harry nos volcó. Me moría de ganas de pasar mis dedos por sus suaves rizos, pero no pude, mis muñecas quedando atrapadas por encima de mi cabeza en las enormes palmas de Harry.

—No te escaparas así de fácil—él susurró seductoramente.

***

No había pasado ni una hora y nuestro lienzo estaba lleno de nuestras huellas en una gama de diferentes colores y tamaños. Besos eran los toques que compartíamos, mi camiseta sufriendo la misma suerte que la de Harry, siendo dejada abandonada a un lado. Su piel colorida estaba cálida contra la mía, nuestra juguetona lucha a menudo terminaba con mi cuerpo atrapado debajo del suyo. Sin embargo, tuve la oportunidad en una ocasión, de atraparlo y dibujarle rayas negras horizontales en sus mejillas. Yo bromeé, diciéndole que me recordaba a un jugador de fútbol americano, a lo que se echó a reír y me hizo cosquillas en los costados.

Me levanté, alejándome del contacto de Harry y caminando hacia la mesa donde estaba la cámara. Limpie mis manos en mis pantalones jeans ya arruinados, tratando de sacar la pintura antes de recogerla y pasear de nuevo sobre el lienzo del suelo. El dispositivo era simple y moderno, algo por lo que estaba agradecida, ya que la tecnología no era uno de mis fuertes.

Harry estaba sonriéndome mientras yacía sobre su espalda, toques de color sobre su piel bronceada. Manchas de pintura adornaban su torso, muchas de ellas causadas por mí misma, los patrones corrían por sus musculosos brazos. Adorables hoyuelos aparecieron cuando ubique el objetivo y pulse el botón de toma.

—Bo, ven aquí.

Me animó a bajar al suelo, los dedos de Harry agarrando la cámara y apuntando hacia mí. Me reí, cubriendo mis ojos con mi mano antes de quitar la obstrucción. Sus labios gruesos contra mi mejilla antes de que el flash se encendiera, iluminando nuestros gestos juguetones. En cuanto terminamos, la memoria de la cámara contenía un gran número de fotos, documentando algunos descarados besos robados, otras capturadas individualmente, disparos cubiertos de pintura. Me sonrojé por algunas de las imágenes, pero Harry se negó a dejarme eliminarlas.

Harry estaba una vez más relajado, extendido sobre su espalda a través de la vasta extensión de nuestro lienzo colorido. Me subí encima de él, con las rodillas a ambos lados de su cintura. Mis dedos se sumergieron en la pintura roja, yo siendo testigo de sus pestañas revoloteando, cerrando sus ojos en cuanto me puse en contacto con su piel desnuda. Él lanzó un profundo suspiro permitiéndome usar su cuerpo como yo quisiera, completamente a mi merced.

Las yemas de mis dedos dibujando en el centro de su pecho antes de usar más pintura para llenar mi dibujo. Una vez que había terminado me eché hacia atrás admirando mi trabajo. El corazón me hizo sonreír y cuando Harry se dio cuenta de lo que había dibujado una sonrisa adornó sus rasgos impresionantes. Su pelo rizado quedando desordenado sobre su cabeza.

— ¿No debería estar a este lado? —sus dedos tocando sobre el lado izquierdo de su pecho.

Negué con la cabeza sonriendo, ligeramente guiándolo lejos.

—Tú corazón está en el centro de tu pecho, es sólo que el lado izquierdo es más grande.

Agarró mis manos, jalándome hacia él, rozando nuestras narices mientras él frotaba la mía con la suya para hacerme reír.

—Supongo que tu eres la mitad izquierda de mi corazón entonces—Harry susurró.

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