El secreto de JungKook
La emoción desbordaba en la sala. Como si se tratara de un cumpleaños, todos ahí lucían sobre sus cabezas gorros puntiagudos de fiesta que había traído el señor Jeon en una de sus bolsas. El pequeño pastel era cargado por la señora Sul, y algunas trompetas eran sujetadas por Eunji. El confeti había sido un desastre una vez Jungkook se había presentado con una inmensa sonrisa por la pantalla del celular.
—¡¡FELICIDADES!! —gritaron todos al mismo tiempo. Jungkook había ganado la medalla de oro en la competencia de natación en Seúl. Las noticias habían sido transmitidas a través de la televisión, por lo que todos de su familia ya conocían los resultados.
Cuando Jungkook vio a todos sus seres queridos por la videollamada se la pasó contándoles cómo había sido su experiencia en la competencia y también relatando los maravillosos lugares a los cuales había ido a visitar en la capital.
—¿Cuándo regresas, hijo? —preguntó el señor YoonSuk, cuando ya estaban por terminar la llamada.
—No se la fecha exacta, pero probablemente la próxima semana estaremos por allá—le contestó JungKook desde el otro lado.
Ya para despedirse, la señora Lee le había exigido a JungKook que se cuidara mucho y que se alimentara bien. La señora Sul, por su parte, le había deseado que llegara sano y a salvo a Daegu. Y también Eunji, quien le había hecho recordar que no se olvidara de su obsequio, que estaba muy emocionada por saber qué le regalaría. El señor Jeon, simplemente le había dicho que estaba orgulloso de él y que se cuidara muchísimo.
Todos estaban muy atentos y con buena disposición para JungKook, todos...menos uno.
Jimin estaba en la sala con todos los demás, pero su absoluta atención estaba en otro lado. En la cocina, cuando Jimin se había dado cuenta de que Suga y Suran estaban hablando de algo dejó de tomar interés en la videollamada de JungKook. Jimin no pudo evitar sentir un poco de miedo al ver esta interacción entre el pelinegro y la rubia. "Suran finalmente había logrado que Suga estuviera interesado en ella"
Con cierta ansiedad, Jimin logró ver al final que Suga había hecho una sonrisa momentánea, y esto fue lo suficiente para que se levantara y fuera directamente a la mesa para poder detener esa escena. Pero no pudo avanzar ni siquiera un paso.
—...Jimin—le llamó el señor Suk— JungKook quiere hablar contigo. Ten—el hombre le pasó el celular y Jimin no tuvo otra opción más que sostener el artefacto y quedarse para responder.
Todos se retiraron y solo quedó él mirando la pantalla. El rostro de JungKook se vislumbró al otro lado.
—¿Ya se fueron todos? —se oyó a través del celular.
Jimin asintió con un gesto: —Sí ¿Sucede algo malo?
—No, nada realmente, solo quería hablar contigo ¿Todo está bien?
—Sí, todo bien, ¿por qué lo dices?
En la cocina, Jimin empezó a escuchar a los demás conversar y hacer ruido. También quería estar ahí, no podía irse todavía, así que que solo esperaba que Suga y Suran no siguieran hablando entre ellos dos.
—No lo sé, luces extraño—dijo JungKook. —Más bien... un poco distraído.
—Lo siento, es solo que... estoy un poco cansado—habló Jimin, encontrando una excusa rápidamente sin querer mencionar la verdadera razón de sus pensamientos.
—Pensé que estarías feliz de verme...
—Lo estoy, gracias por reunir a todos.
—¿Te diste cuenta?
—Siempre haces eso cuando crees que estoy triste, sueles reunir a toda la familia. No es una novedad.
—Conociéndote, seguramente has estado muy solo estos días.
—Entonces ¿realmente lo hiciste por eso?
—Tal vez, y tal vez porque también moría por presumirte mi medalla—bromeó, haciendo que Jimin soltara una sonrisa negando con la cabeza.
—¿Sabes? Esto es realmente muy importante para mí—Jungkook dijo esto con más seriedad. —Me dije que sí obtendría está medalla yo... finalmente te lo diría.
—¿Decir? ¿Decirme que? —preguntó Jimin después de terminar de sonreír.
Jungkook titubeó extrañamente. —Bueno...yo...lo he estado pensando por mucho tiempo, para ser honesto, es algo que me ha estado carcomiendo la cabeza, es exagerado, lo sé, pero es que, es así como me he estado sintiendo con todo esto—sonrió nerviosamente—...en realidad, no sé cómo decírtelo, yo, solo espero que cuando te lo diga... no me odies.
—¿Odiarte? Kook...yo jamás podría odiarte. Además, ¿Olvidas que eres muy especial para mí?
—Es cierto, olvidaba que Pak Jimin tiene un corazón tan grande y generoso, que es imposible que el odio pueda envenenar toda esa dulzura que lleva en su interior—su voz se desprendió con profunda sinceridad.
—¿Te estás burlando de mí? —dijo Jimin, pensando que JungKook seguía bromeando.
—¿Burlarme? Jamás podría. Tú...también eres especial para mí. Jimin, es que yo...—Jungkook se detuvo y no volvió a hablar, como si de repente se hubiera bloqueado.
Jimin preguntó algo preocupado. —¿Estas bien?... Si quieres, podemos hablar en otro...
—No—le cortó JungKook abruptamente—por favor solo, solo dame un momento, si no lo digo ahora, no creo ser capaz de hacerlo después, es decir, en persona, es difícil. En realidad por ti yo...
—Lo siento, pero es hora de retirarme. Agradezco mucho la hospitalidad, muy buenas noches con todos—Suga habló fuerte, y Jimin llegó a escuchar su voz.
Las voces en la cocina se llegaron a oír con claridad.
—Yo te acompaño a la salida—se ofreció Suran.
—Pero...Jiminie no vuelve todavía—detuvo la pequeña voz de Eunji.
—Es tarde, Suga ya tiene que irse—interceptó la señora Lee.
—¿Qué fue eso? —preguntó Jungkook desde la pantalla.
—Lo siento Kook, pero tengo que irme—le dijo Jimin apresuradamente, mientras escuchaba como los movimientos de Suga se alejaban cada vez más.
—¿Qué sucede?—volvió a preguntar JungKook.
—Nada, tengo que ir con los demás. ¿Te parece si hablamos otro día?
La repentina actitud de Jimin le preocupó un poco a Jungkook. El castaño nunca antes se había comportado de esa manera cuando hablaban por celular. —Está bien, hablaremos en otro momento.
Jimin se despidió tan rápido que cortó la llamada cuando ya se encontraba corriendo hacia la cocina.
—Oh, cariño, Suga ya se fue...—
Jimin salió corriendo por la puerta.