La comida fue tranquila, conoció a más miembros y al líder. Ignoraron a Gin todo el tiempo, al principio, creyó que no les interesaba su amistad, después supo que era porque realmente no hablaba.
Cuando bebieron, ya no le tomó importancia. Era mal bebedor, así que le hizo efecto antes que al resto.
Levantó la cabeza, observó los ojos de Gin y vio el rubor en el rostro del chico. Quería descubrir su rostro, saber cómo es porque sus ojos eran hermosos. El alcohol le jugaba una broma al evocarle la imagen de la chica, la besaría si no lo hubieran interrumpido.
—Deja en paz al chico —dijo Kouyou—. Lo sofocas con esa mirada —le susurró—. Tienes esa mirada de cachorro enamorado. No será que...
—¡Claro que no! —tomó un sorbo grande de sake y atrajo la atención de los chicos.
¿O será que sí comenzaba a gustarle los chicos?
Agarró la primera botella que vio, bebió directamente hasta terminar con la última gota.