—Tía, llegaremos tarde. ¿Qué estás haciendo?— apenas había salido del dormitorio y ya Verónica estaba trabajando. Llevaba días confeccionado un solo objeto, pero precisamente hoy tenía que terminarlo —Perderemos el tren, y no quiero faltar el primer día de clases.
—No te preocupes, hay un carruaje esperando por nosotros. Y el tren no llegará a la estación tan temprano— la aguja que traía en las manos se deslizaba por si sola mientras un maniquí sostenía los diferentes tipo de hilos. Uno era negro como el azabache, y el otro brillaba como la plata —Ya casi termino. Después de todo no estuve ahí para ti en tu cumpleaños.
—¿Esto es para mí?
—Espero que te guste— y me entregó la pieza en la que había puesto todo su empeño durante las vacaciones de verano.
El sombrero era de ala ancha con accesorios en forma de luna y sol, complementado con tela y encaje negro, mientras que el forro interior resplandecía como la mismísima plata.
—Esto...
—Se llaman hilos de pensamiento, son muy difíciles de conseguir— comentó, recogiendo todo lo que había sobrado —Veo que el escudo de tu uniforme cambió. Ya era hora.
El uniforme para segundo año fue toda una sorpresa. Habían acortado la falda y me sentía desnuda con la piernas expuestas. Pero lo que más me preocupaba era el escudo dorado de la academia. Nadie había mencionado que podían cambiar por si solos, por eso pasar de un simple número 1 a un 2 de la nada significó un gran suceso.
—No creo poder usar el sombrero, no combinaría. Mi uniforme aún es de color gris. ¿Y si lo dejo en casa?
—No— insistió —No lo uses con el uniforme si no quieres, pero por favor no te alejes de el. Llévalo contigo a todas partes. Nadie sabe cuándo lo necesitarás— parecía tan empecinada con que me lo quedara que terminé aceptando —Es importante que una bruja use un sombrero. Y este es muy especial. Ya me lo agradecerás luego. Es hora de irnos.
Al cabo de un rato ya estábamos en el carruaje rumbo a la estación. Mi tía había decidido sentarse a mi lado mientras su hijo nos miraba. El uniforme de Victor también había cambiado. Ahora su pantalón era negro y tenía bordada la camisa con hilo azul. No me había dado cuenta de ese detalle cuando nos encontramos al salir de vacaciones de la Academia.
Seguía comportándose sumamente extraño, mientras que su amigo Carlox seguía igual de insoportable. Había traído a casa a su espíritu guía, un hurón blanco de ojos rojos. Parecía un animal de lo más tierno hasta que me clavó sus colmillos en el dorso de la mano. Venux no pudo aguantarse y comenzó a darle caza como si fuera un simple ratón. Desde ese día el nieto de Olivia no regresó a casa.
Durante las vacaciones no había descubierto mucho acerca de los sucesos en el Reino. El diario Azull donde mi tía trabajaba junto a Olivia no tenía noticias de gran importancia. Al parecer las cosas se habían calmado y ya no había tantas disputas entre el director Klaus y la UMRZ, tampoco se habían reportado nuevos ataques de magia negra. La reina Selena seguía en un profundo sueño y todavía no habían encontrado al responsable.
¿La UMRZ había encontrado a aquellos falsos cirqueros para interrogarlos? Eran los únicos capaces de ofrecer respuesta ante el uso de magia negra en el Reino. Aunque dudaba mucho que esa organización fuera capaz de encontrarlos, después de todo los malhechores habían escapado mientras yo seguía inconsciente en la enfermería.
—No olvides cuidar del sombrero, es una de mis piezas más finas— me recordó mi tía antes de dejarme subir al tren. Víctor ya se había ido —¡Y procura escribime algunas cartas!
—Lo haré, te quiero tía ¡Adiós!— le grité cuando el tren se puso en marcha. La vi llorar tras el pañuelo —¡Te quiero mucho!— pero cuando el humo empezó a salir me fue difícil despedirme con la mano, y el ruido en el andén era escalofriante. Ni siquiera comentar el que hacían las ruedas metálicas contra las vías.
—Se ve que la quieres mucho— Arieti no tardó en elogiar mi relación con la que hacía de papel de madre en mi pequeña familia —¿Es la hermana de tu padre?
—Lo es, y cuando murieron mis padres era la única pariente cercana que tenía viva. Pasé a estar bajo su tutela— en la cabina solo estábamos las chicas, así que no me importó expresar mis sentimientos —Sufrí mucho, y Verónica igual. No le importó encargarse de su sobrina, aunque eso pusiera en juego todo los rumores que me envolvían.
—Nunca nos has contado ¿Realmente...?
—No lo sé, Perla. Los géminis siempre fueron muy escasos en la sociedad. La única familia reportada era la mía, y solo ocupaban el pueblo de Airsterdam. Eran mi abuelo, y mi madre hasta que nací yo— recordé —El abuelo murió por vejez, pero muchos decían que había algo más siniestro detrás de su muerte. Los rumores se esparcieron con el accidente de mis padres.
—¿No sé sabe nada de ese accidente?— quiso saber Lyra.
—Muchos afirman que fue un asesinato, pero los partidarios del rumor confirman una maldición en la sangre. Aún así la UMRZ cerró el caso y no se investigó más sobre los hechos— se me escapó una lágrima y me apresuré a limpiarme —Dado que no se llegó a una conclusión se dice que la sangre de los géminis está maldita. Ese es el verdadero rumor. Todos bajo la marca de los gemelos murieron súbitamente.
—No tiene mucho sentido, un abuelo fallecido y un accidente que pudo sucederle a cualquiera. No son pruebas suficiente para llegar a tales conclusiones como lo es una maldición— señaló Secilia —Quizas el juez que dirigió el caso no tenía muchos deseos de trabajar.
—Eso no tienes como saberlo— le reprochó Lyra.
—Tu cállate, mocosa. Te gusta apoyar a la UMRZ pero hasta ellos comenten sus errores— al decir aquello miré rápidamente a la sagitario —Estoy de de tu lado, este caos en el reino se ha salido de control. Si tuviésemos más autoridad les haría frente.
—¿Por qué ese cambio de actitud tan repentino?
—¿No te has enterado?— me interrogó Aquira —Turner y su familia intentaron visitar a su padre en estas vacaciones, pero se lo negaron. La UMRZ no quiere ningún tipo de contacto de los prisioneros con el exterior, siguen siendo acusados de usar magia negra.
—Eso es tan injusto ¿Cómo está él?
—Con la idea de formar un escándalo público y poner en evidencia a la Unión. Scort y yo hemos intentado calmarlo pero está fuera de control— y se dirigió a la ventanilla, vigilando el terreno —No queremos dejarlo solo, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de liberar a su padre. Si comete un error también lo encarcelarían.
—No te atreverían a encarcelar a un estudiante.
—No estoy de acuerdo— añadió Secilia —Ahora mismo ellos tiene el poder del reino, si la reina no despierta la darán por muerta y Zodiana perdería la monarquía. Dado que el príncipe está desaparecido, claro.
—Y que Klaus Kinglion nos eligió por encima de su reinado— concluí con tristeza —La Unión podría tomar cualquier decisión sin que nadie se los reproche. Solo el pueblo, pero aún así nadie se enfrentaría a tanto poder.
—Pero por favor, ya no estén tristes— nos interrumpió Perla —Se que hay muchas cosas en las que pensar, pero este es nuestro primer día en segundo año. Hay tantas cosas que descubrir, por fin nos vamos a deshacer de los guantes. Y además conoceremos el color de nuestro aro de luz.
—No es algo que me emocione, por muchos años el color del aro de los Woodarch ha sido el rojo. Mis dos hermanos son prueba de ello, yo no seré diferente.
—Venga, Secilia, no lo arruines.
—¿Cómo crees q será tu aro, Gemina?— me preguntó Arieti.
—Me da igual el color, solo quiero hacer magia— sonreí —Pero no se emocionen tanto, ya saben cuál va a ser nuestra primera clase cuando lleguemos a la Academia. Así que por ahora disfruten del viaje en tren.
.
—Astral nació de un sueño, de un sentimiento de esperanza y supervivencia— dijo Selma en lo que empezaba su clases de Historia del Mundo Astral —Nuestras doce brujas del zodiaco vivieron por muchos años entre los humanos. Por aquellos tiempos existía la caza de brujas y era normal desconfiar de las mujeres que servían en el campo. Hierbas, fogatas, conocimientos que estaban en otro nivel, eran cosas muy mal vistas en la sociedad.
—¿Las brujas del zodiaco eran humanas?— quiso saber un estudiante.
—Hay muchos libros que se contradicen. Algunos afirman que eran humanas pero otros siempre se han planteado el poder astral antes del comienzo— abrió un cuaderno con imágenes —Las brujas del zodiaco eran doce mujeres muy hermosas que vivían a las afueras de la ciudad. Cultivaban la tierra y leían las estrellas, lo cual las llevó a adoptar nombres de constelaciones: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Muchos la veían como simples doncellas con situaciones desfavorables, pero otros no opinaban lo mismo. Las llamaron brujas y comenzó la cacería.
—¿Llegaron a atraparlas?— preguntó Lyra luego de levantar el brazo para pedir la palabra.
—Sí, las doce fueron juzgadas y acusadas por brujería, eran culpables. Su sentencia fue muerte en la hoguera— e hizo un hechizo de llamas con sus ro de luz. Todos los estudiantes quedaron asombrados —La carne humana siempre fue débil ante el fuego, pero ellos creían que seres sobrenaturales como ellas solo podían morir de esa forma. Es difícil saber si estaban equivocados. Las brujas del zodiaco hubieran muerto de no ser porque se tomaron de las manos, cerraron los ojos y soñaron con un lugar mejor, un lugar donde vivir en paz— las llamas en la palma de su mano se intensificaron —Entonces apareció el primer portal. Solo el espíritu traspasó la barrera mientras que el fuego se comía la carne.
—Pero sabemos que el fuego si nos hace daño.
—Somos un recipiente humano. Nuestro verdadero valor reside en el interior. Así que podemos morir de cualquier forma.
—¿Y entonces que sucedió después?
—Cuando pasaron la barrera se dieron cuenta de que podían hacer mucho más que mezclar hojas y hacer pociones, el plano les había concedido un don: la magia astral, la más poderosa de todas, la nunca antes vista. Pero en sus inicios era muy diferente a los que es ahora— agarró otro cuaderno —Al comienzo lo llamaron plano astral, un lugar hermoso, pero vacío. Así que esa fue su primera misión. Regresaron al mundo humano en busca de sus iguales y así poblaron las tierras y los reinos. Y procrearon, y se multiplicaron hasta formar la raza de las brujas. Hasta llegar a las generaciones de ahora, hasta llegar a las actuales descendientes ¿No es así, Lyra y Gemina?
Al pasar por mi lado se sorprendió de verme despierta.
Había escuchado el consejo del director y el atrapasueños resultó de lo más efectivo. Sabía que tenía que tener cuidado para que mis pesadillas no volvieran a escapar. Así que me preocupaba bastante sobre dónde lo dejaba o como lo agarraba para no romperlo. Si seguía así no volvería a sufrir por las noches.
—Bueno, eso es todo por hoy, pueden pasar a su siguiente clase.
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—Fue una clase excepcional ¿Viste como la profesora nos mencionó? Ser de las familias más importantes del reino resulta útil de vez en cuando— me comentaba Lyra. Pero tenía que admitir que la historia de las brujas del zodiaco no era tan aburrida como creía —Este sería un día estupendo si el discurso del director no hubiera sido tan breve.
—Se veía cansado, no abuses de él— le reproché. Klaus apenas nos había dado una bienvenida —Seguramente aún está involucrado en asuntos del reino, y ser director no es un trabajo fácil. Ya volverá a ser el de siempre.
—Umm, vale— y decidió no tocar más el tema. Realmente estaba obsesionada con él —¿Ya sabes cuál es tu próxima clase?
—Ayudame con eso— le animé y sacó de su mochila el horario.
—Veamos, según lo que dice aquí tu siguiente clases es...
Mientras ella averiguaba ese pequeño detalle una silueta a lo lejos se detuvo para mirarme. Estaba a mitad del pasillo, con un bulto de libros a la mano. Seguía usando los mismos trajes de oficina aunque ahora ya no era tan flacucho como antes, sino más fornido. El cabello dorado le había crecido y sus lentes reflejaban la luz del sol que se colaba por la ventana. El resplandor me dió directamente en los ojos y aparté la vista.
—Leonidas...
—¡Aquí está! Tu siguiente clase es Astronomía y Astrología. ¿Quién será tu profesor?