Sangre, sangre, mucha sangre.
En aquel pueblo, donde antes habían descubierto a una mujer, se encontraban muchos cuerpos pertenecientes de hombres, quienes habían luchado con el demonio híbrido, el cual había defendido antes a la chica.
También estaba lloviendo con fuerza, las gotas de agua estampaban contra el suelo de manera brusca, parecía que se inundaria horas después.
Se podía apreciar a Kyojuro en su forma humana, estaba en medio de todos los cuerpos, su rostro, extremidades y vestimenta estaban manchadas de sangre. Sus orejas de zorro estaban levantadas, pues estaba concentrado comiendo un brazo humano que sostenía.
- Esto..... esta delicioso. - Mordió con más fuerza el brazo, arrancando la piel de este, y se alejo haciendo que el pedazo de carne se estirara.
Sin duda estaba disfrutando su festín, tanto que no se daba cuenta que Hikori ya no estaba.
Entonces, fue ahi, que cuando le iba a dar otra mordida, se dio cuenta que el brazo ya había desaparecido.
- ¿Eh? - Rapidamente miro a todos lados para ver si estaba la extremidad a medio comer, pero no...
Rapidamente, supo que se trataba de otro demonio, sus orejas se levantaron más intentando escuchar pasos o al menos murmullos.
- (Maldita sea! Justo me vienen a molestar en mi festín.) - Pensó apretando la mandíbula. - ¡Juro que te matare, mal- -
- ¿Que nos matarás? - Escucho una voz gruesa, bastante gruesa detrás de el, acompañado de una risas.
Por primera vez, sintió su corazón latir del miedo, reconocía esas voces y risas a la perfeccion: Los demonios capitales: los más poderosos y fuertes.
El ambiente se volvió tenso, esas risitas seguían, y ahí fue cuando Kyojuro volteo atrás de él, encontrandose con todos los demonios.
- Quiero verte intentar matarnos. - Hablo Kokushibo: El demonio de la avaricia.
- ¡Ni siquiera lo podrás! - Se burlo con una sonrisa juguetona Douma: El demonio de la gula.
- Y-Yo no vengo a buscar pelea señor K-Kyojuro... - Tartamudeo con algo de miedo Hantengu, el demonio de la pereza.
- Sólo venimos por todos los cuerpos, si se interpone me temo que tendremos que pelear. - Comento con algo de molestia y tranquilidad Akaza: El demonio de la ira.
- Sisisi~ lo que dijeron los demás. - Dijo Gyokko: el demonio de la soberbia.
- También venimos por la mujer! - Informo Deki, el demonio de la lujuria.
- Así que si no quieres morir, tendrás que entregarnosla~ - Agregó Gyutaro, el demonio de la envidia.
Ante las palabras de todos los demonios, Kyojuro no pudo evitar retroceder algo asustado, no sabía que hacer o decir, sentía las miradas de sus enemigos clavados en el.
También sabia que iba a ser imposible pelear con ellos, eran 7! Y el solo 1.
- ¿M-Mujer? No hay ninguna mujer por aquí... - Mintió retrocediendo levemente, pero, soltó un grito de dolor al sentir como Kokushibo lo tomo del cabello y lo estampó contra la pared, todos los demás demonios lo acorralaron.
- No tenemos tiempo para tus estúpidos jueguitos de mierda. - Hablo el demonio de la avaricia mirandolo con asco puro.
- Dinos donde esta la maldita mujer! - Grito Deki molesto, preparando su puño para golpearlo.
- Ahh...Que envidia, que envidia...el ya tuvo seguro sexo con la linda chica...que envidia....¿como puede tener esa suerte...? - Pregunto Gyutaro rascándose su cuello con desesperación.
- La mujer....ella ya no esta, la perdí. - Dijo, en su voz se notaba el terror que tenia.
Ante eso, un silencio gobernó el lugar, todos los demonios capitales se miraron y empezaron a hablar en un idioma diferente y extraño.
- Bueno, nos iremos a buscarla, no debe ser tan difícil~ me muero de ganas por follarla~ - Douma se relamio los labios con lujuria, a Kyojuro le dio mucho enojo pero se tuvo que aguantar.
- Ah~ y también nos llevaremos los cuerpos, espero no se moleste señor Kyojuro~ - Hablo Gyokko, el nombrado parpadeo, y los demonios y todos los cuerpos sin vida ya no estaban...
Ante eso apretó sus puños con enojo, seguido acto se levanto, miró a todos lados para ver si había rastro pero no...
No pudo evitar soltar un grito desgarrador de la desesperación, después de todo, nadie lo escucharía.
- Los matare....¡LOS MATARE, MALDITOS! - Grito con enojo. - T-Tengo que encontrar a Hikori antes de que esos malditos aprovechados lo hagan... -
Después se levanto de nuevo, y comenzó a correr fuera de ahí.
Quien encontrará a Hikori antes, ¿los demonios capitales o los demonios híbridos?
[••••]
Mientras tanto, nuestra querida protagonista se podía observar en el hombro de Nezuk, quien la cargaba como si fuera costal de papas.
El y Shigeru estaban por un camino que iba directo a su cabaña, de hecho, se podía observar a lo lejos.
Ellos seguían con la idea de que eras un hombre.
- ¡Pobre hombre! Pero...también me pregunto...¿Porque tiene esas vendas y capucha? ¡No se le ve el rostro! - Se quejo el menor mientras te miraba inconsciente.
- Bueno, seguro es por una buena razón, seguro tiene quemaduras o algo parecido, no te preocupes por ello. - Le dijo a su hermano, para después sacar unos cuantos dulces y dárselos. - Ve y lleváselos a tus demás hermanos. -
- ¡Esta bien! - Con una sonrisa, Shigeru acato la orden de Nezuk y comenzó a correr hacia la cabaña, la cual en la entrada se podía ver a Tanjiro y Hanok esperándolos. - ¡Ya llegamos, paso una tragedia! ¡Muy mal, casi lloro!
- ¿Así? ¿Que paso Shigeru? - Tanjiro le pregunto al menor mientras lo alzaba en brazos.
- ¡Deja te cuento dentro de la casa! - Hablo con algo de estrés y miedo.
El mayor se quedó viendo como su hermano se iba, y luego, su sonrisa forzada desapareció, se había cansado de fingir una sonrisa, en realidad estaba triste y exageradamente preocupado.
Pues, como había dicho antes, en ese pueblo estaban ocurriendo muchas cosas, no estaba seguro que pasaría si los demonios acabarán con todos los hombres...
Por eso necesitan a una mujer, porque ellas tienen capacidad de crear magia y salvar al pueblo...