Prohibido Enamorarse

Von VictoriaPimentel211

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Aura Miller tenía un plan y un objetivo: romperle el corazón al chico que se burló de su mejor amiga. "Fácil... Mehr

0. Uno de ustedes
1. El pastel de la discordia
2. Estrategia de seducción
3. El que se enamore pierde
4. Rubia sol, morena luna
5. Vía pública
6. ¿Gusto?
7. La montaña
8. Sueños
9. Motivos
10. Arcoiris
12. Los celos matan
13. Leyes de la física y el amor
14. ¿Tenemos una cita?
15. Mala suerte
16. El piso de la discordia
17. Cerrado por mantenimiento
18. Persigo un sueño
19. Quinta enmienda
20. Héroes
21. Cita Express
22. El deseo enloquece
23. Desayuno con el enemigo
24. Odio que no te odio
25. Amor de cine

11. El amor duele

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Von VictoriaPimentel211

yos_meh Feliz cumple atrasado, linda

Aura Miller

Anoche las cosas se me fueron de las manos.

Tan es así que acabé contándole a Aren hasta el nombre de mi primer perro. Puedo culpar al alcohol, pero es que cuándo pasó la primera hora ya no estaba tan borracha. De hecho, me atrevo a decir que estaba más consiente que él. Igual, no me importó. Hay episodios de nuestra vida en los que disfrutamos el momento que no nos detenemos a pensar en las consecuencias que dejará en el futuro. Eso pasó anoche, no pensé, solo me dejé llevar.

Aren y yo llegamos a Central Park poco antes de la medianoche y nos olvidamos del tiempo mientras estuvimos allí. Caminando sin rumbo fijo por un parque prácticamente desierto. Llegué a casa antes de las tres de la mañana y Aren no se lo pensó dos veces antes de decidir acompañarme hasta mi casa a pesar de vivir en la otra punta del estado.

Dicen que es mucho más fácil desahogarte con un extraño porque esos no te conocen lo suficiente cómo para juzgarte; y anoche nos contamos tantas cosas que ya no somos extraños ante los ojos del otro.

Sus padres eran mejores amigos desde la universidad, se casaron pero las cosas no funcionaron y acabaron divorciándose cuándo el tenía ocho años. A pesar de eso, se siguen tratando cómo los mejores amigos y ahora su madre está casada con el que era el mejor amigo del papá de Aren en la universidad. Sí, toda una historia. También me dijo que tiene un hermano tres años mayor y una hermanita de dos años que apenas y sabe hablar.

Me gustó que se abriera a mí sin importarle los pocos detalles que yo le daba. Pero me gustó aún más la unión que tiene su familia.

Yo le conté más a fondo el tema con mis padres y la universidad. Tuve que aguantarme las ganas de lanzarlo del puente cuándo se atrevió a decir que éramos el dúo perfecto «Tú cocinas y yo me como tu comida ¿Quieres más pruebas de que somos la pareja ideal?»

Bueno, esto no es algo de lo que me sienta especialmente orgullosa pero para cuando la noche acabó el ya tenía mi número de teléfono.

Y si en este momento me preguntaran si me arrepiento de haberme pasado la noche recorriendo Central Park con él, diría que no. Aunque definitivamente podría empezar a hacerlo si Daniela sigue dándome almohadazos para intentar despertarme. Cuándo se lo propone puede llegar a ser muy insistente.

Gruño cuando recibo otro golpe seco en mi pobre espaldita inocente pero sigo con la cabeza enterrada en la almohada. Tampoco es cómo si un golpe con almohada doliera tanto, y mucho menos si son de Daniela. A lo mejor si me hago la muerta se canse y me deje en paz. ¡Quiero dormir!

—Sé que estás despierta— habla cómo si me estuviera leyendo la mente. A veces me dan ganas de matarla incluso más que a Aren.

—No estoy despierta— rebato—. Tú estás dormida y todo esto es un sueño.

La escucho soltar una pequeña risita irónica justo antes de quitarme la cobija y arrojarla al suelo. La voy a matar. Levanto el brazo derecho y le enseño el dedo corazón para hacerle ver que no me importa en lo más mínimo pasar frío con tal de dormir un poco mas.

—Son las once de la mañana— me informa. En estos momentos la imagino con los brazos en jarra y cara de mamá regañona.

—Que yo recuerde no tengo un reloj que hable, gracias.

—Aura...

—¡Quiero dormir!

—Ya dormirás cuándo te mueras, levántate— insiste con otro almohadazo. En serio estoy empezando a odiarla, pobre de sus hijos.

—Si no me dejas en paz la que se va a ir a dormir pronto y para siempre vas a ser tú
— siseo pero ni caso me hace. Lo siguiente que me quita es la almohada que tengo debajo de la cabeza.

Llegados a este punto de la discusión creo que no podría volver a dormir nuevamente así que decido levantarme antes de que lo siguiente que tire esa loca de la cama sea a mí. Ya sabemos lo agresiva que puede llegar a ser la pitufina esta, asi que es mejor no arriesgarse.

Me incorporo lentamente hasta quedar sentada sobre mis rodillas en la cama. Miro a Daniela con los ojos todavía entrecerrados y veo que tiene los brazos en jarras y una ceja enarcada. Sí, toda una mamá regañona.

—¿Quién te dejó pasar?— inquiero poniéndome de pie.

—Alexa— responde con el ceño fruncido.

—Me caía bien— suspiro—, es una lastima que ahora deba despedirla.

No sé muy bien si no protesta sólo porque sabe que ya no tengo el poder de despedir a nadie, o porque me conoce lo suficiente cómo para entender que sólo estoy bromeando.

—¿Quieres un café?

—Sabes perfectamente bien que mi cerebro no funciona hasta que no ingiero café—respondo y me doy la vuelta al llegar a la puerta del baño de mi habitación—. Me doy una ducha y bajo.

Veinte minutos más tarde salgo del baño como nueva, o todo lo renovada que se puede estar si tenemos en cuenta las ojeras del tamaño de América que tengo en la cara y espero poder cubrir con maquillaje. En fin, son las consecuencias que tengo que pagar por dejarme llevar con Aren.

Desconecto el móvil y lo enciendo para ver que ha pasado en el mundo de esta madrugada. Los grupos de WhatsApp del instituto están a tope gracias a que hoy es el dichoso baile de graduación y mis compañeros son adolescentes hormonales que mueren por armar un también un mensaje de Logan preguntando una vez más de que color será mi vestido.

Se ha portado bastante insistente con eso últimamente. Cómo vamos a ir juntos cree que deberíamos ir combinados y todas esa mierdas; le dije que se pusiera una corbata negra, al fin y al cabo ese color combina con todo.

Si voy a negar que el buen humor que me ha dejado la ducha decae un poco al ver que no tengo ningún mensaje del Ángel de la muerte.

Bajo a la cocina en cuanto termino de ponerme medio decente y me encuentro a Daniela sentada en la encimera con un vaso de jugo de naranja en una mano y el celular en la otra. Parece muy concentrada en lo que diga quién sea que esté al otro lado de la pantalla.

—¿Eso que veo allí es una sonrisita de enamorada?— la molesto con voz cantarina mientras me sirvo un poco de café en una taza que ella misma me regaló hace dos años. Trae grabada la frase Hombre no es gente  en mayúsculas y de color rojo.

Definitivamente, mi taza perfecta.

—¿Enamorada? No sé de que me hablas— finge limpiar una mancha inexistente en la impoluta cerámica blanca de la encimera—. ¿A que hora acabó la fiesta?

—No tengo ni puta idea— respondo. Dejo la cafetera en su lugar y me apoyo en la encimera para verla a la cara. Ha dejado el movil a un lado y me mira con las orejas un poco rojizas.

—¿Tan borracha ibas?— se burla. Cree que no me doy cuenta de lo que hace, quiere que olvide el tema del chico de los mensajes pero no lo voy a dejar pasar tan fácil.

—No. Bueno, sí— corrijo—. Pero dejé la fiesta antes de que se hicieran las doce, me pasé el resto de la noche en Central Park con...

Me muerdo la lengua antes de decir algo de lo que me arrepentiré más adelante.

—¿Con...?

Y puede que aquí haya empezado todo. En el momento en que le empecé a ocultar información a mi mejor amiga. Porque ella no tenía ni idea que había invitado a Aren a la fiesta, y ya me delaté yo solita. Cómo decía mi abuela: Las mentiras tienen patas cortas. Y omitir información también es mentir.

—¡Con un dolor de cabeza horrible!— prácticamente chillo. Daniela entorna los ojos y me mira cautelosamente, la conozco lo suficiente cómo para saber que no me cree ni un quinto.

—¿Me estás mintiendo?

—No— digo y no sé si es la velocidad con que respondo o la efusividad con la que niego con la cabeza, pero Dani pone esa carita que le he visto cada vez que me descubre en alguna locura—. Estuve sola con mi soledad. Bueno, en el parque habían otras personas así que sola lo que se dice sola...

—Aren estuvo contigo ¿cierto?

—Sí— respondo con los ojos cerrados. Escucho cómo se levanta del taburete y camina con lentitud por la cocina. Abro los ojos y la veo morderse las uñas con un poco de ansiedad. Desde hace un año no la veía hacer eso—. ¿Dani, tú..., sigues enamorada de él?

No sé porqué la pregunta me deja un mal sabor de boca.

—¿Qué? ¿Yo?— me pregunta rápidamente. La conozco y quizás ya no siga enamorada de él, pero quiero asegurarme de eso antes de seguir con el plan—. Buffff, por supuesto que no. ¿Por qué lo preguntas?

—Por nada— me encojo de hombros y dejo la taza en el lavaplatos antes de acercarme a ella—. Bueno, sí, hay una razón. Creo..., creo que me estoy enamorando de Aren.

No sé muy bien porque he dicho eso, pero tampoco entiendo la sensación en mi estómago al escuchar las palabras «enamorada» y «Aren» en una sola oración. A Daniela se le cae la mandíbula al piso y abre tanto los ojos que sospecho falta poco para que se le salgan de las órbitas.

—¿Qué?— musita con un hilo de voz.

—¿Por qué te sorprende?— inquiero con media sonrisa—. Es... maravilloso. Me la paso bien con él y siento que nos hemos entendido a la perfección desde el momento uno. Antes te juzgaba, pero ahora que tengo la oportunidad de conocerlo... creo, creo que te entiendo. Es amable, atento y cariñoso, es inevitable enamorarse de un chico cómo él.

A mi mejor amiga le falta poco para entrar en un ataque de pánico. Está completamente palida y parpadea tan rápido que me da miedo que se eche a llorar en cualquier momento. Daniela, a diferencia de mí, no sabe controlar sus expresiones. Siempre he dicho que es de esas personas espejo: su cara es el reflejo de sus emociones; y pueden tratar de contener su boca o a ellos mismos, pero su cara siempre va a delatar lo que sienten. Y bueno, no sé muy bien que es lo que lo detona, si lo incómodo que es todo esto o la cara de Dani, pero estallo en carcajadas cómo no lo he hecho en mucho tiempo.

—¡Hubieras visto tú cara!— exclamo todavía entre risas y tratando de recuperar el aire—. ¡¿Por qué nunca tengo una cámara cuándo la necesito?! ¡Nunca en mi vida te había visto tan seria!— suelto una pequeña risa que se acaba convirtiendo en otro montón de carcajadas en la cara de mi mejor amiga. La pobre me mira cómo si me quisiera matar.

—Eres una perra— refunfuña.

—Ey, ey, ey, no digas eso, pequeña— le doy un toquesito en la nariz antes de volver a ponerme seria—. Voy a preguntarte esto una última vez y espero que seas completamente sincera conmigo ¿Sigues enamorada de él?

—No lo sé— responde finalmente—. Sé que voy a parecer una estúpida por seguir enamorada de un chico que me ha hecho tanto daño, pero es que no sé ni lo que siento. Ha pasado casi un año desde la última vez que lo ví y, joder, es fácil decir que olvidaste a alguien cuándo no está en tu vida pero es muy complicado decirlo cuándo sí que lo está. ¡Ni siquiera lo he visto! Es una estúpidez sentir esta punzada cada vez que me hablas de él.

»Aura, Aren fue mi primer amor, mi primer beso y mi primera vez. Fue esa primera ilusión que tanto he visto en los libros y creí que sería el correcto, joder, sentí todo eso que leí que sentían las protagonistas con el chico de sus sueños. En serio llegué a creer que era el amor de mí vida, por más estúpido que suene. Pero también fué el odio, mi primer corazón roto y esa persona que se robó mi confianza con tan sólo unas palabras. Aren, él fue la persona que llegó a mi vida para llevarse todas mis primeras veces; las más lindas y..., y también las más dolorosas. Y no sé que es lo que me pasa, no quiero ser esa chica obsesiva que no supera a su ex— hace una pausa; tiene los ojos rojos y ya hay un camino de lágrimas en sus dos mejillas. Me duele volver a verla así, es mi mejor amiga y daría mi vida con tal de no lastimarla. Sorbe por la nariz antes de volver a hablar—. Quiero más, Aura, soy más que eso. Soy mucho más que esa chica y no estoy dispuesta a seguir viviendo en el pasado, sólo... sólo que es difícil.

Ahora entiendo lo que dijo mi hermana en la cena con mis padres «Cada persona es un universo» Daniela y yo hemos pasado por situaciones muy similares y las hemos afrontado de forma distinta. Ella, se cerró por completo tras su ruptura con Aren y sigue sin superarlo; yo, cambié mi forma de ser gracias a lo que pasó con Liam y ahora soy medianamente feliz, hablé con Liam, y creo que podemos llegar a ser amigos. La clave está en perdonar y olvidar, no por la otra persona, sino por tú salud mental. El odio y el rencor no le hacen bien a nadie.

Habló la hija perdida de Mahatma Ghandi.

Tú cállate.

—¿Cómo qué el amor de tú vida?— cuestiono con el ceño fruncido. De todo lo que dijo sólo me he quedado con eso—. Daniela, apenas tenemos diecisiete años y no sabemos ni que vamos a hacer con nuestras vidas; no puedes estar segura que el chico con el que tuviste un romance de verano y que para colmo te rompió el corazón fue el amor de tú vida.

—Aura...

—Cállate y escúchame— le ordeno mientras tomo sus manos entre las mías—. No sé mucho de estas cosas pero si de algo estoy segura es que esa persona que elijas cómo el amor de tú vida no debe hacerte sufrir ni mucho menos dejar que te rompas sólo por él. Creo firmemente que debe ser alguien que te respete tanto cómo tú lo respetes a él, alguien que ponga tus necesidades primero que nada, una persona que sepa apreciar lo que eres y que no te pida más de lo que tú estes dispuesta a darle.

»¿Sabes que es lo curioso? Que nos pasamos la vida buscando a ese alguien especial que llegue para revolucionarlo todo. Nos creemos ese cuento de hadas que nos vendieron en las películas de que sólo tenemos un amor verdadero en toda nuestra vida, pero yo no creo que sea así.

»Hay dos. Uno es ese gran amor que puedes llegar a sentir por alguien con tan sólo verlo una vez, ese amor lleno de locura deseo y sinceridad que muchas veces no sabemos apreciar hasta que ya no lo tenemos. Pero también hay otro y creo que ese es el más importante de todos, ese que necesitas antes de poder amar a alguien sin ponerlo delante de tí, sino a tú lado, que camine contigo y que tú camines con él — no puedo creer que estoy diciendo algo tan malditamente cursi—; el amor propio. Amate a tí misma antes de amar a alguien más.

La abrazo hasta que deja de llorar. Le acaricio el cabello cómo lo haría una madre para intentar consolar a su hija y es ahí cuándo me doy cuenta mi madre nunca ha hecho eso por mí. Que siempre he tenido que limpiar yo sola mis heridas, y eso es horrible. Yo también lloro por lo que nunca he tenido y dudo algún día llegar a tener.

Hay personas que curan tus heridas sin darse cuenta de que lo estan haciendo.

Me separo de ella cuándo ya no siento sus sollozos y le paso los pulgares por las mejillas para limpiar el sobrante de lágrimas y me llevo conmigo lo restos del rimel corrido. Si ella está así no quiero ni imaginar cómo tengo la cara yo.

—Bueno, ya basta de sentimentalismos— me separo de ella y tomo una bocanada de aire para quitar esa presión en mi pecho—. Hoy es el baile, y tenemos muchas cosas que hacer.

—Mack y Sophie nos esperan en el salón.

—Perfecto— sonrío—. Me doy una manita de gato y nos vamos.

Subo a mi habitación y ella se queda en la cocina mientras revisa las historias de nuestros compañeros en Instagram. Tomo mi teléfono para poner música mientras me maquillo y me encuentro con un mensaje del Ángel de la Muerte.

"Aren:
Buenos días."
"¿O debería decir tardes?"

Me debato entre responder o no, es de hace cinco minutos, pero no quiero que piense que llevo toda la mañana comiéndome la cabeza en esperar su mensaje. Al final, justo cuando empiezo a escribir, me llega otro mensaje.

"Aren:
La verdad nunca he sabido
muy bien cómo se dice cuándo
es mediodía."

"Aura:
Me pasa igual."
"¿Que te parece
si lo dejamos en
Buenos mediodías."

"Aren:
Buenos mediodías, Tormenta"
"¿Cómo dormiste?"

"Aura:
De maravilla ¿Y tú?"

"Aren:
Soñé contigo. No pude
haber dormido mejor."

Bloqueo el teléfono cuándo escucho unos golpecitos en la puerta y veo a mi mejor amiga entrar en el cuarto.

Cuándo salimos de la casa hacía el Centro Comercial estoy completamente convencida de que este día va a ser eterno.



*Besito en la la mirilla*

Woliiiiii ¿Cómo están? No es viernes, pero no podía dejar pasar otra semana sin actualizar.

¿Que les pareció el capítulo?

Ya empecé clases, así que las actualizaciones serán mas lentas, pero espero volver a actualizar pronto.

Se viene el baile de graduación y todos sabemos lo que eso significa.  Aura me cae un poquito mal en los siguientes capítulos, pero no debemos culparla.

Bayssss ❤️❤️❤️

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