Les doy gracias a todos aquellos en los que confié y me pusieron contra la pared. A los que me han pisoteado sin remordimientos y han señalado mientras yo he guardado silencio.
Gracias a los que les regalé lo mejor de mí y a cambio recibí lo peor de ellos. A los que se apartaron de mí mientras yo moría por dentro.
A ellos, a los que les extendí mis manos y mi amistad, a los que estuvieron en mi luz y desaparecieron en mi oscuridad.
A ellos, gracias por lo que hicieron. Aquí te haces fuerte o te quedas en el suelo.
Elijo lo primero.