Kensington

By VirahaDor7

1.3K 198 51

Los Kensington eran el clan de cazadores más grande que había existido. Eran la máxima autoridad que regía al... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32 Final
Epílogo

Capítulo 10

30 5 0
By VirahaDor7

Cuando desperté al día siguiente, por un instante olvidé todo lo que había pasado. Durante unos cuantos segundos pensé en que iría a desayunar con mis padres y Alex y quizá esta vez yo le ganaría el duelo de piedra, papel o tijera. La fantasía se desmoronó cuando cuando reconocí que esa no era mi habitación sino una cabaña en un pueblo desconocido. Ya estaba solo cuando me incorporé mirando alrededor. No quería salir para encontrarme con esas chicas, pero sería peor quedarme por siempre encerrado en esa habitación. Para mi buena o mala fortuna, Shane se asomó pronto por la puerta con su semblante relajado y despreocupado como siempre.

—Sí estás vivo, teníamos miedo de que no lo estuvieras porque parecías un maldito tronco. Te diría buenos días, pero ya es muy tarde para eso. ¿Por qué no tomas una ducha para que podamos irnos? No creo que rojito soporte más comentarios sarcásticos y sinceramente tengo miedo de que pueda quemar la cabaña entera.

Pensé en decirle que no para que pudiéramos irnos antes, pero siendo totalmente honestos, sí la necesitaba, así que lo mejor que pude hacer fue apresurarme. Jaimie lucía aliviado al verme bajar por las escaleras y me besó la mejilla cuando me senté a su lado en esa mesita de madera. Ellas no estaban cerca, pero no tardarían mucho en aparecer así que comí lo más rápido que pude. Shane tomó, con completa naturalidad, una mochila que estaba colgada en un perchero, más grande que la suya, y la llenó de ropa, comida y agua.

Salimos del lugar, pero no pude alegrarme porque por fin nos íbamos cuando ambas chicas estaban de pie a orillas del camino, esperándonos. Jaimie y yo nos detuvimos en la dirección contraria. Mi lado educado me decía que debía decir gracias porque nos dejaron quedarnos y por la comida, pero sus miradas no me daban suficiente espacio para iniciar una charla trivial.

—Iremos con ustedes —explicó Chasydi—, lo quieras o no, eres un Kensington y ahora todos querrán tu cabeza.

—No confío en ustedes. —Mis palabras salieron antes de que pudiera pensarlas a fondo. Ninguna parecía interesada en mi opinión al respecto porque siguieron caminando. Al menos hasta que Shane les cerró el paso, con una mano en el mango de la espada.

—Muévete, Shane —amenazó la cazadora—, estás en deuda conmigo. Después de lo que hiciste, esto es lo menos que puedes hacer. Hay demasiada sangre en tus manos.

Y eso me llamó la atención, pero no creí que preguntar al respecto mejoraría las cosas. Pensé que Shane respondería con un comentario sarcástico o algún chiste, cualquier cosa con ese tono despreocupado que siempre usaba, pero en definitiva no esperaba que se girara a medias hacia mí para hablar tan serio como nunca pensé que lo escucharía.

—Dime que la mate y lo haré. Solo tienes que ordenarlo.

—Morirás antes de tocarla, Odjur —aseguró Shawnneta colocándose junto a Chasydi. Jaimie se puso al lado de Shane y de pronto los bandos se habían formado.

Habría sido fácil, solo tenía que decirle a Shane que acabara con ellas y me habría obedecido. Era sorprendente la cantidad de poder que tenía de pronto, pero no era capaz de terminar con la vida de alguien.

—No vendrán con nosotros —dije con firmeza— y eso es una orden.

Chasydi se rió muy fuerte, pero lucía más ofendida que divertida. No tuve demasiado tiempo de sentirme avergonzado por creer que me harían caso solo porque al parecer yo era un Kensington.

—Pequeño bastardo. ¿Te crees que puedes darme órdenes a mí? —preguntó dando un paso hacia adelante, pero Shane estaba ahí para cortarle el paso de nuevo.

—Chasydi, eres una Kalkwers, una leyenda. Después de los Kensington, ustedes son el clan más grande que ha existido y tienes mi respeto, pero si vuelves a hablarle de esa forma, voy a arrancarte la maldita cabeza.

—Tend...

—Ahórratelo, Shawnneta —interrumpió—, tú y yo sabemos que puedo matarlos a todos antes de que logres abrir la maldita boca. Nos guste o no, él es un Kensington. —Shane me miró antes de volverse hacia Chasydi, con un tono más seco que antes—. Y le debes respeto. Creo que es momento de que te disculpes.

Ella le devolvió una mirada furiosa, podía distinguir la forma en que apretaba la mandíbula y su rostro se enrojecía. Pensé que no lo haría porque no había forma de que ella se disculpara por lo que había dicho, pero al final exhaló y me miró sin cambiar esa expresión asesina.

—Lamento haber dicho eso, Lysander.

Hizo una leve reverencia que me pareció fría y rígida, pero quizá no era necesario señalarlo. Solo asentí porque no sabía qué más podría decir al respecto. Shane exhaló y volvió a ese tono despreocupado que siempre usaba.

—Ya. ¿No se sienten mejor ahora que todos nos llevamos bien?

—Podemos buscar información, sobre Loïc —dijo Chasydi sin mirarnos, con la vista en el paisaje más allá de nosotros—. Alguien tiene que saber algo al respecto. Un Kensington no pasa desapercibido.

—Me parece una excelente idea —aceptó Shane—, ¿por qué no nos encontramos en El Paso en dos días?

Quise decirle que no, que no quería volver a verlas, pero la idea de que podrían saber algo sobre Alex fue más fuerte, así que no tuve otra más que apretar los dientes y darme la media vuelta para continuar mi camino. Jaimie me siguió primero, pero Shane se quedó unos minutos más hablando con ellas.

—¿Puedes escuchar lo que dicen? —susurré lo más bajo que pude. Jaimie tenía un oído más agudo que el mío. Negó apenas un poco y se acercó mirando hacia el lado contrario de donde yo miraba.

—Sea lo que sea, no quieren que escuchemos.

—No confío en él. — Siguió mi mirada y asintió.

—Yo tampoco.

🥀

—¿Qué estás haciendo? —pregunté con voz temblorosa. Ninguno de ellos dos parecía muy preocupado ante el hecho de que Shane se estaba desnudando frente a nosotros y no es que yo quisiera mirar, pero su cuerpo estaba firme y lleno de tatuajes cuyas líneas te invitaban a seguir su camino cada vez más abajo hasta su... —. ¡Shane! —lo llamé casi entrando en pánico. Me miró a medias y los músculos de su espalda se flexionaron y fue inevitable observarlos y pensar en ellos y en muchas otras cosas relacionadas.

—No te preocupes, chico, los tríos no son lo mío —dijo con su sonrisa burlona y yo sentí que la sangre se me subía al rostro—. A menos que quieras dormir otras dos noches en el maldito bosque, caminar no es una opción.

Inhalé aliviado cuando se transformó y fingí no darme cuenta de la forma en que Jaimie me miraba, con curiosidad ante mi reacción. No podía culparme, ¿a caso estaba ciego? Era imposible no ver lo perfecto que era el cuerpo de Shane. Me aclaré la garganta y murmuré 'vamos' sin atreverme a mirarlo. Jaimie se colgó la mochila de Shane y creó ataduras usando ramas y raíces para sostenernos del dragón. Estuve a punto de desmayarme cuando las alas de Shane se extendieron y nos subió cada vez más alto. Me recordó una vez cuando Alex me convenció de subirme a la montaña rusa porque era su cumpleaños y era mi deber como hermano. De más está decir lo horrible que fue. Me aferré al tubo con tanta fuerza que los dedos me dolieron por semanas, mi garganta se quedó reseca y perdí la voz debido a lo mucho que grité. Alex nunca dejó de burlarse de mí y siempre contaba esa historia. Le gustaba reírse a mi costa y eso era algo que yo detestaba, aunque él decía que era parte de ser familia, crear anécdotas para recordar y reír. Extrañaba su risa y sus bromas pesadas, su actitud relajada y el hecho de que no dejaba de llamarme 'enano'. Alex era lo único que me quedaba en el mundo y me aterraba la idea de no poder encontrarlo otra vez.

Después de un rato de vuelo me acostumbré al viento, al movimiento de las alas de Shane y al calor de su cuerpo debajo de mí. En algún punto comencé a disfrutar de la vista, de las nubes rodeándonos y como todo abajo parecía tan verde y vivo, aunque algo me llamó la atención. Era como si una parte de ese enorme bosque estuviera muerto. Había una evidente línea que separaba los árboles frondosos y el pasto del resto. Era de color negro, los árboles también eran altos, pero parecían muertos. Parecía un hoyo negro que estaba dispuesto a absorber todo a su paso.

Eso fue lo último que pensé antes de que Shane diera un giro radical hacia la izquierda. Jaimie me sujetó con más fuerza, pero los movimientos de Shane eran violentos, apenas podía sostenerme en el mismo lugar. Entendí que nos estaban atacando cuando una esfera de fuego pasó a nuestro lado perdiéndose en las nubes. Otra esfera golpeó el abdomen de Shane y el dragón emitió un sonido agudo. Me aferré con más fuerza y cerré los ojos.

🥀

Cuando abrí los ojos de nuevo solo vi oscuridad. Pensé que había muerto, pero el dolor en mi cuerpo me indicaba que no era así. Intenté incorporarme y mis huesos crujieron, la cabeza me dio vueltas y comenzó un dolor punzante en el lado derecho.

—¿Dean?

—Jaimie. —Miré alrededor, pero era imposible ver nada. Escuché el chasquido de sus dedos y pronto su mano se iluminó con fuego. Estaba a un metro lejos de mí, lucía muy herido y maltrecho—. ¿Estás bien?

—Creo que podría estar mejor. —Se puso de pie con cuidado y se acercó cojeando. Su pierna había dejado de sangrar, pero la herida en ella era grande y profunda. Me ayudó a levantarme y, aunque sentí que me caía en pedazos, me contuve.

—¿Dónde estamos?

Neetud. El Bosque Maldito.

—Encantador. —Miré alrededor. Estábamos en esa parte del bosque que parecía contaminada y muerta—. ¿Y Shane?

Buscamos alrededor, pero no había señal del dragón o del humano por ningún lugar. No podía estar demasiado lejos y su enorme cuerpo debió de haber causado algún destrozo, pero los árboles lucían completos. Jaimie hizo un sonido como si hubiera perdido el aliento de golpe.

—Nos abandonó. Ese bastardo.

—No sería capaz de eso, ¿o sí?

—Debería de estar aquí, Dean. Es casi imposible salir de este lugar y ese bastardo nos dejó atrás.

Jadeé. Estábamos heridos, yo no podía hacer mucho y Jaimie no estaba en condiciones de pelear. ¿Cómo pudo dejarnos atrás? ¿Qué acaso no estaba para cuidarme? Ahí comprendí que su juramento no era nada más que una mentira. Quizá todo esto sobre ser un Kensington era solo un engaño, quizá él tenía un plan más grande en mente.

—¿Qué haremos? —pregunté entrando en pánico. El bosque era espeso y parecía volverse más oscuro con cada momento que pasaba. No había sonidos de animales o insectos, nada más que un terrible silencio.

—Salir de aquí. Ahora.

Jaimie me sujetó del brazo y me condujo con cuidado por entre las raíces que poblaban el suelo. Intentaba hacerlo lo más rápido posible, pero la oscuridad era espesa y a menudo me tropezaba con algún tronco o con pedazos de cosas que parecían cadáveres, pero no quise quedarme para comprobar. El bosque parecía no tener fin, el aire era espeso y seco, los árboles seguían y seguían y no había un solo rayo de sol entrando. La ausencia de sonido me hizo pensar en esa criatura que silenciaba todo y me pregunté si a caso sería la misma que nos había seguido desde la casa de Shane.

Más pronto de lo que hubiera deseado, entendí por qué era el bosque maldito y por qué no podía escuchar nada, no era ausencia de sonido, sino ausencia de vida. Lo primero que escuchamos fue movimiento detrás de nosotros, algo suave y constante que en cualquier otra circunstancia, podría ser solo un inofensivo insecto. Bueno, sí era un insecto, el único problema era que ese insecto no era inofensivo y tenía el tamaño de un oso que apenas retrocedió cuando Jaimie hizo que el fuego creciera detrás de nosotros. Lucía muerto, le faltaban algunas partes del cuerpo que mostraban grandes huecos. Casi me desmayo cuando ese mismo fuego mostró cientos de pares de ojos escondidos en la oscuridad, que nos miraban.

Nos echamos a correr sin saber por dónde estábamos yendo. Jaimie intentaba detenerlos, pero el fuego no parecía ser suficiente porque el insecto no estaba solo. Había arañas, saltamontes, escarabajos y hormigas que caían de los arboles e incluso algunas lograban golpearnos o, aunque no nos tocaban, el impacto de sus enormes patas contra el suelo nos hacia perder el equilibrio y tropezar.

El pánico creció dentro de mí mientras seguíamos en esa oscuridad espesa, con el sonido de todos esos insectos rodeándonos. Una parte de mí deseó que Shane estuviera ahí, que nos ayudara porque no encontrábamos la salida y Jaimie no podría detenerlos a todos. Aún si era un bastardo por habernos abandonado, deseé que me encontrara.

Y lo hizo.

Vi luz, por fin. Un tenue brillo que crecía a medida que nos acercábamos al final de esa pesadilla y cuando estuvimos lo suficientemente cerca descubrí que ese brillo era Shane. Su garganta de dragón estaba llena de fuego y eso causaba la luz que me atraía. Me miró y como si pudiera escuchar sus pensamientos, me hice a un lado arrojándome hacia los árboles justo antes de que lanzara una llamarada quemando todo a su paso. Jaimie cayó a mi lado y me cubrió con su cuerpo mientras nos girábamos para observar cómo todas esas criaturas quedaban calcinadas bajo el aliento del dragón.

Lo detestaba y sabía que Jaimie también lo hacía, pero no tuvimos más opción que subirnos a sus espalda para poder dejar atrás ese maldito lugar. 

Continue Reading

You'll Also Like

3.9K 465 14
Zean está obsesionado con el príncipe de su nación, lo adula desde que es un niño y desea poder ser su novio y casarse con él algún día. Victorio, es...
8K 1.1K 52
Que pasaría si dos estudiantes recién ingresados de la universidad, al encontrarse por primera vez sienten una conexión como si se hallan visto antes...
333K 21.3K 27
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
271K 10.1K 94
''Era un camino de rosas, pero no todas estaban libres de espinas.''