Sword Onyx [3]

By foxys02

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CONTINUACIÓN DE CROWN ONYX El mal está desatado, y lo que creían que los protegía se debilita cada vez más. ... More

Notita: EL LIBRO DE NARA
Nota de la Autora
EL ULTIMO INICIO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4, PARTE UNO
CAPÍTULO 4, PARTE DOS
CAPÍTULO 5
MAPAS DE LA ALIANZA
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11, PARTE 1
CAPÍTULO 11, PARTE 2
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17, PARTE 1
CAPITULO 17, PARTE 2
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22, PARTE 1
CAPÍTULO 22, PARTE 2
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
Notita
CAPÍTULO 30
CAPITULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
La carta.
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39

MEMORIAS ROBADAS

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By foxys02

16 de abril, 2004 (Diana tiene 6 años)

NARRADORA

En la casa verde, siempre era primavera, y eso se debía a su extenso jardín trasero, cada metro estaba cubierto por flores de todos los tipos, claveles, lirios, margaritas, rosas de únicos colores. Un paraíso de buen olor y deleite a la vista.

A pesar de todas esas bellezas, aquella pequeña niña de cabello rojo y mejillas rosadas, elegía siempre la planta más simple para admirar por horas: El girasol.

Pero hoy era diferente, su rostro de fascinación se cambia a una mueca de tristeza. El más grande de los girasoles, estaba cayendo, al punto de que en poco tiempo sus pétalos tocarían el suelo.

—Debes levantarte, por favor—Pide ella, con los ojos cristalinos. —Aquí no te llega el sol y te hace daño.

Acaricia sus pétalos amarillos con delicadeza, esperando que eso le diera ánimos de volver a su postura imponente.

—Diana…— Un hombre se acerca a ella, y se inclina para intentar quedar a su pequeña altura. —¿Qué pasa?

Ella mira a su padre con sus enormes ojos pardos. El castaño toma a su hija en brazos, era extraña para él llamarla así: mi hija. Pero simplemente no lo puede evitar o negar que lo era, porque de él había sacado su cabello con rulos y su nariz.

— Es él—Señala el girasol con pesar —Está a punto de rendirse, papá, tocará el suelo y deberemos cortarlo, se lo dije, pero no quiere escucharme.

Peter mira la flor, y luego a su hija, que estaba al borde de las lágrimas. Eso era lo que más le intrigaba de su niña, para todo, aunque sea lo más mínimo, tenía una reacción y no temía en mostrar sus sentimientos a flor de piel.

Él había olvidado como sentir, porque en la magia que practicaba no había tiempo para cosas banales e inservibles, como él pensaba. Pero esta pequeña humana, le recordaba todos los días que a esta tierra, se viene a vivir con llanto, risas y sonrisas.

—Está bien. —Dijo él, tomándola con más fuerza. — Nosotros lo ayudaremos.— Diana asiente, con alegría. — Pero debes cerrar los ojos para pedirle a la Diosa Luna, con todas tus fuerzas, que se mejore.

Obedece, y comienza a hacer una oración.

«Querida Diosa Luna, no dejes que se rinda, que sus pétalos vuelvan a ser bañados con la luz de sol, si muere, yo estaré muy triste para seguir orando y agradeciéndote. No lo permitas.»

Peter alza su dedo índice y el del medio, en dirección de la planta, y los levanta lentamente. La planta comienza a erguir su postura con lentitud, hasta quedar más grande de lo que era.

Diana abre sus ojitos.

—¿Lo ves? La Diosa Luna te escuchó—Le dice su padre. La niña soltó un chillido de emoción, y abrazo el cuello de Peter. —Debemos entrar, ya llegarán las visitas.

Ella arruga su nariz, no le gustaba que ellos vinieran a su casa, sus padres se comportaban extraño, fríos y distantes con ella, pero debía de soportarlo, porque mamá dice que era cosa de trabajo y si ellos los despedían no podía seguir viéndolos, eso la llenaba de miedo.

Al entrar a su casa, su nariz se inundó del olor a su comida favorita: pastel de chocolate. Judith, su madre, preparaba los últimos detalles para el almuerzo de hoy, cuando Peter entra con Diana en brazos.

—Mi vida. — La saluda ella, con un beso en la frente y sé la quita de los brazos de su esposo.— ¿Recuerdas qué todo lo que pasa cuando ellos vienen, solo es una actuación?

—Sí —Contesta, cabizbaja. —Solo espero que ese tal John mantenga la boca cerrada porque, cuando habla, suelta pura mierda.

—Diana Ayleen—Exclama Judith, escandalizada.

La pequeña pelirroja enrojece.

—Pero cuando lo dijo papá, tú te reíste—Se defiende. —¿Por qué a mí me regañas?

La mujer reprende al hombre con la mirada.

—Ya lo hablamos, Diana, no tienes que repetir todo lo que dice tu padre— Dice. —Además, tú sabes que a él ya está viejo y no le funciona muy bien la cabeza.

—Yo sé—Dice la niña.

—¿Perdón?—Exclama Peter, fingiendo su mueca de ofensa.

Ambas rieron cuando el castaño comienza a perseguirlas por toda la cocina. Alguien toca a la puerta y las risas cesan. Diana es bajada de los brazos de su madre casi de inmediato, mientras su padre va a abrir. Muy pronto, los cinco brujos más viejos del orbe y la niña, se sentaron a comer.

—¿Y tía Nara?—Pregunta la pequeña, era con la única visita que se sentía cómoda.

—Vendrá pronto—Responde su padre a secas.

La niña mira al hombre; que le hablara en ese tono, sin duda hacía que le doliera el corazón, pero prefirió centrarse en su comida.

—Sé de buena fuente que el próximo año Jessica Favre será coronada como Alfa Suprema frente a toda la alianza— Menciona John, llevándose la copa de vino a la boca.

Eso sorprende a más de uno en la mesa.

—Pero apenas tendrá 16 años—Cuestiona Judith.—¿Seguro que no es un rumor? Es muy joven.

—Victory oyó una conversación entre Alessa y Michael— Responde John, roncamente. —Jessica Favre será la alfa más joven de la historia en ser jefa de la Alianza.

— No me sorprende, tiene una de las mejores mentoras del mundo de los seres sin magia.—Todos miran confundidos a Deméter, el brujo pelinegro y de rostro pálido —Amina Belanger.

—Solo es una vampira con suerte—Masculla John.

—¿Solo una vampira?— Pregunta Deméter, con una sonrisa. — Ha liderado más conquistas que los Favres mismos, desde que llegó a la Alianza, solo han aumentado su territorio. Además, es la primera vampira en cruzar más allá de la montaña de Ousteneri y salir viva de ahí con la Alfa suprema y su Beta y les recuerdo que cerca de ahí está el castillo de Hayes.

—Parece que Amina Belanger no solo enloquece a las brujas jóvenes de hoy—Menciona Peter con una sonrisa de burla.

Deméter se encoge de hombros.

—Era de día, si se hubiera encontrado con Rhea, de ella no quedarían ni los huesos.— Discutió Edina, la bruja castaña y de rostro delgado.

—Pero no lo hizo.

—Se dicen por ahí que a ella le gusta follarse Lunas Favre—Dijo John. —Lo cual me parece un peligro, sean rumores o no, habrá que mantenerla lejos de Diana.

—No seas paranoico, John—Demeter hace un ademán, restándole importancia.

Diana levanta una ceja, sin comprenderlo, y mira a su padre esperando una respuesta, pero él está muy ocupado, fulminando con la mirada al brujo al otro lado de la mesa.

—John, por favor—Salta Judith, con la mandíbula tensa. —No hables de eso frente a Diana, aún es una niña.

El brujo suelta un suspiro, y dirige su mirada ennegrecida a ambos padres.

—Tiene que acostumbrarse desde ahora que ese es su destino: ser Luna Suprema—Vocifera con fuerza. Mira a la niña y le dice— Tu propósito es enamorar a Jessica Favre y casarse con ella. O todo lo que hemos hecho nosotros y tus padres habrá servido para nada.

Diana frunció sus cejas rojas, pero asintió, él sí le daba miedo.

—Nara dijo que no hay que presionarla.—Masculla Peter.— Así que cállate.

—¿Y de cuándo Nara da las órdenes?

—Desde que nuestra reina la nombro como su mano derecha—Le recuerda Peter, ya alterado.

—Eso es en lo único que se ha equivocado mi reina—Espeta entre dientes. —Ella nos ha dado la espalda varias veces, y sigue confiando en ella. No lo puedo entender.

—Es fácil, nuestra reina sabe que Rhea no quiere verla ni retratos y nunca le perdonará su traición—Afirma Edina con una sonrisa feliz. —Si sigue esperándola todas las tardes al borde del límite, lo único que ganara será una estaca al corazón. Perdió lo único que le importa, además de su preciada magia demoniaca.

Judith toma su mano debajo de la mesa para calmarlo.

—Estoy de acuerdo con John—Salta Demeter. — Nos demoramos siete años en crear el hechizo para que sea Luna Suprema, después de que Ignis transformara a Jessica en híbrida, para igualar su fuerza con la de Rhea. Era un hechizo imposible que un híbrido tenga mate—Suspira. — No es justo que estén malcriando a esa niña, así de prepotente y mimada no la querrá como Luna.

—Pues yo no me voy a casar con alguien que no me quiera como soy—Anuncia Diana con determinación.— Además, tía Nara dice que los Favre no tratan bien a sus Lunas.

Demeter señala con ambas manos a la niña y se recarga en la silla, bufando de cansancio.

—A esas actitudes me refiero— Acusa John. —Habrá que organizar una reunión con el Orbe para ver su estilo de crianza y un posible traslado.

Su amenaza hace enfurecer a los padres.

—¿Qué quieres qué haga? La sangre de la dinastía Eckvan corre por las venas de mi hija —Espeta Judith. —Es su naturaleza.

—Por favor, otra vez con lo mismo—Suelta Edina con burla. —Tu abuela solo era la puta de Hayes, tu madre no está reconocida como su hija, era una bastarda que huyó a tiempo antes de que la Reina Ayline la ejecutara.

—Les guste o no, Diana Ayleen es una Eckvan— Musita su madre con orgullo. —Y cuando acabemos con Rhea y si Ignis y yo muriéramos en la guerra, ella sería la última Eckvan pisando esta tierra, que le pertenece por defecto y puede tomarla si quisiera, incluso el territorio de la Alianza. Ella es una reina de sangre, no como Jessica Favre, que no es más que un peón.

—Te recuerdo, Judith, que la única reina todavía sigue aquí entre nosotros y llegara el momento que reemplace a tu princesa efímera —Insinúa John, tenso de la mandíbula y con sus ojos oscurecidos por el comentario de la mujer que consideraba una insolencia.

Diana se sintió observada, y de aún lado su tenedor, pero no bajo la cabeza, solo centro su atención en el enorme cuadro que su madre había pintado.

Judith sabía que había metido la pata al llamar a su hija «Reina» frente al más leal súbdito de Diana Eckvan, pero simplemente no lo pudo evitar, ella tenía el presentimiento de que su hija, aquella que solo se parecía físicamente a la Alfa de los demonios, tenía un futuro prometedor como una líder.

Y que a diferencia de Diana Eckvan, muchos la querrían y sería la dueña de un reino próspero.

—A Diana Ayleen hay que educarla para que sea todo lo que Favre quiera en una mujer— Explicó John. —Y, como dijo Demeter, ningún Alfa querrá una Luna que no la obedezca. Y están educando a una chica sin respeto a la autoridad.

—Sería darle más de lo mismo— Interfiere una voz femenina. Nara había entrado al comedor, junto a su hija, Kira, quien lucia un hermoso cabello blanco al igual que su madre. —Créanme, Jessica ya tiene a todos sometidos a su voluntad. Es obvio que lo que quiere más poder, pero necesita descansar de ello. Hay que darle algo nuevo.

—¿Por qué le dijiste a Diana que los Favre tratan mal a sus Lunas?—Acusa Demeter. —La asustas a propósito.

La bruja esboza una sonrisa, antes de sentarse a la mesa junto a su hija. Judith se levanta para servirle, se sentía aliviada que ella llegara a salvarla.

—¿Tienes miedo de Jessica, Diana?—Le pregunta Nara a la niña.

—No—Eso sorprendió a los brujos demoniacos. —Mamá me dice que mi destino es casarme con ella, lo sé, pero será cuando la tenga completamente dominada, no voy a permitir que me trate mal como las alfas de su familia lo hacen con sus lunas.

Demeter abre su boca a más no poder, Edina solo mira la comida en su plato ante la presencia de Nara y John mantiene la misma expresión fría, pero miraba a la niña con cierta intriga.

—¿Lo ven?—Cuestiona la bruja. — Diana Ayleen nació para ser la Luna Suprema y para domar a su Alfa.

—Pero…—Nara interrumpió a John.

—Kira, saca a Diana de aquí, esta plática es de adultos—Le ordena a su hija a secas.

—Sí, madre.

La joven delgada toma de la mano a la niña y se dirigen al jardín. Diana tenía una sonrisa en su rostro, le encantaba estar con ella, era de las pocas personas que venían aquí que sí quería jugar con ella.

—Kira. —La joven, de 16 años, mira a Diana con sus ojos castaños. —¿Tú conoces a Jessica?

Ambas se sentaron frente a los girasoles.

—Lamentablemente—Responde la joven, con diversión. Al ver la preocupación en el rostro de la pelirroja, suspiró. —Es de la familia de mi otra madre, la visitamos de vez en cuando.

—¿Es grosera? A mí no me gusta la gente grosera y no quiero una esposa que deba de corregirla todo el tiempo.

Kira suelta una risita.

—Bueno…—Se muerde el labio inferior. —Ella es… difícil, le gusta todo en un perfecto y meticuloso orden, no es grosera, de hecho es muy educada, siempre saluda y se despide con una insípida cordialidad, pero no es muy fraternal. Es un poco fría y no es cariñosa con Carlitos o con cualquiera que no sea su “amiga” Celeste, pero es porque la chica no la deja en paz, la pobre omega la sigue por todo el castillo.

—¿Celeste no es un color?— Diana alza una ceja y arruga su nariz, Kira niega— ¿Quién es ella?

—¿Estás celosa de Jessica?—Le pregunta con burla. Asiente. —Pero sí ni la conoces.

—Pero ella es mía y eso no lo cambiará nadie.

—Ay, Diosa, pasarás un infierno junto a ella, Diana—Asegura. —Ambas vamos al mismo instituto y ahí todas quieren ser su “amiga” y a ella le gusta eso, no me imagino cuando sea más grande.

—Pues cuando nos casemos, yo eliminare a todas ellas, ya verás.

La joven suelta una carcajada, y se acuesta el césped. La niña observaba los girasoles, mientras recordaba la conversación y lo que John había dicho, así con curiosidad, dirigió su mirada a Kira

—¿Y Amina Belanger? ¿Quién es?— Kira suelta un largo y dramático suspiro, y sus mejillas se tiñeron de rojo. —¿Te gusta?

—¿Y a quién no?— Dijo. —Tiene a media alianza a sus pies.

—¿Es tu novia?

—Yo quisiera—Dijo risueña. —Pero no me ve de esa forma, solo soy una Favre más a quien entrenar. Además, hace décadas que no tiene una relación seria, supongo que no le gustan.

—¿Ella es alfa también?

—No, es una vampira, pero no tiene nada que envidiarle a los Alfas, es dueña de muchas propiedades y es temida por algunos Favre y seres poderosos. —Dice. —Incluso es de las pocas personas que le pueden poner un alto a Jessica con su “Yo soy la Alfa Suprema y hago lo que quiero”. Hay aquellos que dice que ella lideró la conquista de África y Jessica se llevó el crédito. Pero son rumores, lo que yo creo es que Jessica lo ordenó, y Amina le prendió fuego a todo ese continente.

—Entonces ella también será mía—Asegura Diana. Kira la mira con el ceño fruncido.—Tendré a Jessica Favre y Amina Belanger a mis pies y seré su reina.

La joven bruja toma su juramento como un juego infantil, pero la pequeña pelirroja está tan segura de sí misma, que esboza una sonrisa y comienza a idear su plan.

—No dudo que así será—Bromea Kira.

****

Y asi fue, señoras, la palabra de nuestra reina siempre se cumple👸

🩸¿Qué le pareció este recuerdo? Ahroa que Diana ya recordó su infancia ¿Qué creen que hara?

🩸Dianita celando a Jessica desde pequeña.

🩸Recuerden que si quieren saber lo que paso antes de crear el limite, con Nara y Rhea 😏, la pelea entre Diana y Rhea... Rhea, Rhea, Rhea jajsjs (esque veo que a más de algunas le mueve el piso) Hay un libro en curso "The Black Orbe" Prometo actualizar pronto.

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